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[YoonMin] Cazando un ángel por Bloody Pain

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Notas del capitulo:

Volvíii!!!!

Ojalá lo disfruten :3

--De todas maneras no tiene sentido --se quejó Taehyung. Sus cabellos rubios y cortos estaban salpicados de sangre, junto a su rostro y todo su cuerpo--. Atrapamos a cientos de ángeles, casi diezmamos los del Cielo, ¿para qué el afán por tres estúpidos que se nos quedaron?


Tras lo dicho arrancó el corazón de la mujer que estaba en el piso y lo lanzó lejos. Luego de atormentarla durante unas semanas, se había aburrido de su juego y decidió matarla: primero se alimentaba del miedo y luego de la sangre y el dolor. Yoongi suspiró, rascándose la espalda con una de las manos arrancadas de la mujer.


--Porque son los hijos de los más poderosos ángeles --contestó Yoongi, de cabellos oscuros como la noche misma.


--Pues papi los olvidó --se burló, sacándole los ojos.


Los tres se encontraban en pleno mediodía en la parte trasera de un edificio, que guiaba a un callejón de barrios bajos. El día estaba nublado, no había rastros del sol, y los cuatro colmillos de los tres demonios estaban alargados y repletos de sangre, acompañados por unas colas rojas y puntiagudas que bailaban de lado a lado como las de los gatos. Los ojos de Yoongi eran rojos como el sol, los de Taehyung azules como el invierno; los de Namjoon, quien comía carne en silencio, eran negros como la noche.


--Sabrán más delicioso que todos los ángeles que hemos probado --dijo Namjoon. Arrancó un pedazo de carne y se lo tragó--. Algo así como Lisa.


--Lisa... --siseó Yoongi--, nunca olvidaré ese sabor.


--Además --continuó Namjoon. Los tres terminaron su comida y volvieron a sus formas humanas, completamente ensangrentados--, si no hacemos bien el trabajo Padre enviará a nuestro hermano mayor, y no podemos permitirlo.


--Ese bastardo... --escupió Taehyung con una ira latente en su voz.


Los demonios se miraron para luego desaparecer, esfumándose de allí y reapareciendo en la casa donde se quedaban. Allí se bañaron, quitándose los rastros de sangre y el olor a muerte que traían encima.


Mientras se aseaban, los tres pensaban en la mejor manera de encontrar a los angelitos. No tenían grandes pistas, tampoco se les ocurría ninguna manera de lograrlo.


--¿Y si usamos a los Huecos? --sugirió Namjoon--. Esos malditos siempre buscan la luz, seguro les atraen los angelitos --escupió.


Él se encontraba sobre la cama con un Taehyung completamente dormido en sus piernas. Bali, quien se hacía llamar Yoongi, miraba por la ventana de la residencia.


--Ya lo hice --suscitó--. Están alborotados, es como caminar por un laberinto: están por todos lados y es difícil saber por dónde empezar.


--Lo claro aquí es que los Huecos no quieren volver al Infierno --inquirió Taehyung con la voz adormilada--, así que si los asustamos buscarán una fuente que los pueda llevar con Dios y los salve. Entonces sólo tenemos que hacer un poco de...


--Ka Boom --se burló Yoongi, fingiendo el sonido de una explosión.


--Manos a la obra, inútiles --ordenó Namjoon.


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En el instituto en pleno centro de Seúl habían cancelado las clases por las fuertes tormentas que se aproximaban. Jin, Jimin y Jungkook estaban esperando el bus en la estación con varios amigos de sus clases, que incluían a Zelo, Rosé, Kai y Daniel.


--Algo está muy mal --advirtió Jin. Jimin no había hablado mucho desde el colegio, porque estaba siendo perseguido por más y más de esos espíritus negros. Podía contar seis que lo veían fijamente desde atrás--. ¿No pueden sentirlo?


El día era frío, el viento soplaba fuerte y era difícil la visión alrededor. Hacía mucho no se veía un clima tan pesado en la ciudad, apenas estaban entrando en otoño y era algo realmente, realmente anormal. Rosé gritó cuando el viento levantó su falda, a lo que Daniel se apuró a ayudarla; el bus estaba diez minutos retrasado y el frío era cada vez más siniestro.


Jimin seguía aterrado, no comprendía qué sucedía, incluso comenzaba a preguntarse si era el día del juicio final o algo así. A los espíritus negros se les unieron otros dos, ahora eran ocho. Seis detrás de ellos y dos delante, flotando en el aire. Lo veían extraño, se podía comparar como cuando los ladrones esperaban en la esquina más oscura del callejón para robar a su víctima. Se sentía acosado, en peligro inminente, ni siquiera hacían falta las advertencias de su hermano para saberlo.


--Tengo miedo --susurró Jungkook tomando de la mano a Jimin. Zelo los miró extrañado.


--Yo sólo sé que cuando Jin dice que algo malo va a pasar, es porque algo malo va a pasar --suspiró Zelo.


Los amigos de los tres hermanos ya sabían un poco sobre esos presentimientos del chico, y con el tiempo habían aprendido a hacerle siempre caso.


Silenciosamente, los amigos se arrejuntaron otro poco, esperando en silencio. Sin embargo, como si realmente todo eso fuera un presagio de la muerte, segundos más tarde se escucharon gritos a lo lejos. Todos los presentes giraron su vista hacia el final de la calle, sobresaltados porque los gritos no se detenían y sonaban cada vez más cercanos. Entonces, al instante, sonó la bocina de un bus y apareció el mismo a toda velocidad, sonando el claxon cada vez más desesperado mientras se dirigía a toda velocidad justo hacia donde estaban los siete chicos.


--¡¡CUIDADO!! --gritó Jin tomando a sus hermanos de las camisas y tirándolos hacia atrás.


Los demás apenas y alcanzaron a salir corriendo antes de que el bus se estrellara contra la parada donde estaban esperando los alumnos antes. Hubo un largo silencio, escuchando tan sólo los gases del bus. Todos estaban completamente aturdidos, el golpe había sido fuerte.


Jimin se sentía mareado, juró ver por un momento a todos los espíritus negros, en un número incontable, sobre él, pero al siguiente parpadeo ya no había ninguno.


--¿Estás bien? --preguntó una desconocida voz a lo lejos.


Jimin se incorporó lentamente, sintiendo arqueadas de vómito aglutinarse en su garganta cuando vio sangre, órganos y vidrios esparcidos por el suelo y alrededor. Jin estaba ayudando a Jungkook a levantarse, pues en el brinco se había doblado el tobillo. Todos estaban con raspaduras superficiales.


--¿Estás bien? --preguntaron de nuevo.


Jimin se giró hacia la voz, encontrándose con un par de ojos oscuros, y una mata de cabellos más oscuras aún. Su dueño era un chico como de su edad, pero mucho más alto. Tenía una mirada curiosa mezclada con algo más que el rubio no supo descifrar, además vestía unos vaqueros y camiseta manga larga de color oliva. Lucía impecable y nada dañado por lo que acababa de suceder.


--S-sí cre-creo...


--Soy Min Yoongi --se presentó--. ¿Estás sangrando?


--¿Eh?


Jimin bajó su mirada y notó que un vidrio se había clavado en su antebrazo, sacándole espesa sangre. Inmediatamente oleadas de dolor se disiparon por todo su ser, logrando que el rubio diera un chillido de dolor. El tal Yoongi le tomó el brazo y posó sus manos en él, observándolo con total cuidado.


--Eres mortal... --susurró aquel extraño--... No puedo llevarte así.


--¿Qué? --preguntó Jimin bastante extrañado. En ese momento se acercaron Jin y Kook, observando a Yoongi, quien les regaló una extraña pero amplia sonrisa.


Aunque por dentro tenía ganas de hacer explotar todo a su alrededor.

Notas finales:

¿Yyyy???? El próximo cap estará mejor, ¡en serio! Agradezco sus comentarios, quejas, sugerencias... jajaja saludos!!!

Recuerden que esta historia la tengo también en mi Wattpad @kim_dehra

 


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