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[YoonMin] Cazando un ángel por Bloody Pain

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Notas del capitulo:

¡¡Capítulo nuevoooo!!

Ojalá lo disfrutennn

Saldudos!

Yoongi no sólo estaba molesto, sino algo mucho peor que eso. Había adoptado su forma de demonio mientras destruía todo a su paso, gruñendo y bramando con toda la ira que tenía en su ser. Había prendido en llamas las cortinas del apartamento donde se hospedaban y la cama de Taehyung, quien de paso se había obligado a apagar el fuego con sus poderes de agua y hielo.


--¡Maldita sea, maldita sea! Alguien los protege, ¡¡HAY UN ÁNGEL AQUÍ!! --gruñó Yoongi.


--Ese bastardo los convirtió en mortales --siseó Taehyung, sentándose a su lado.


Yoongi sacó sus garras y se levantó, arañando la pared, dejando hondas marcas. Sólo un ángel guardían podría haberlos hecho reencarnar como humanos al cien por ciento, sin poderes angelicales. Ni siquiera la sangre de esos desgraciados tenía el sabor bendito. Eran unos bastardos mundanos, comunes y corrientes.


--Tenemos que encontrarlo, ¡¡tenemos que encontrar a ese maldito ángel guardián!! --gruñó el demonio de fuego--. Lo mataré con mis propias manos, le arrancaré los ojos y el corazón, le quitaré los recuerdos y me chuparé su alma.


--Cálmate --susurró Namjoon--. Aún no tenemos todo nuestro poder y estás gastando el poquito que tienes en tu pataleta.


Tras lo dicho, hubo un silencio espectral en el lugar. Taehyung tragó en seco, sabiendo lo que se avecinaba, por lo que silenciosamente se hizo hacia atrás buscando desaparecer de allí. Se quedó estático en cuanto su hermano se giró lentamente, con un aura de vapor rodeándolo... Sintió temor por Nam cuando vio que sería la víctima de...


--¿Qué... dijiste? --susurró. El mayor de los dos suspiró.


--Bali, cálmate, sólo intento no retrasar nuestra tarea --contestó--. Sabes que nuestros poderes no están funcionando ni en un diez por ciento.


Las garras de Bali, alias Yoongi, se alargaron y comenzaron a botar llamas de las puntas de sus dedos. Su piel se oscureció, sus orejas se alargaron, su piel se volvió gris y su cola era más gruesa y llena de púas. Atrapó a su hermano del cuello y lo estampó contra la pared, a lo que Taehyung corrió justo a la otra esquina del lugar.


--Tengo el suficiente poder para matarte aquí mismo y quedarme con tu estúpido angel --bramó. Namjoon negó con la cabeza, intentando recuperar el aire.


--S-si me... ma-matas --balbuceó Namjoon con el poco aire que tenía--, envia...rán a... a... nues...tro h-hermano...


Yoongi apretó más el agarre en el cuello ajeno, pero tras pensarlo por un momento lo soltó y regresó a su forma humana. Taehyung corrió a socorrer a Joon, revisándole las heridas del cuello, justo donde quedaron marcados los dedos de un color entre rojo y morado.


--Bien, mañana los seguiremos entonces, descubriremos dónde se esconde la sabandija --culminó Yoongi--. Por hoy vamos a... divertirnos un rato.


Después de una noche repleta de comida humana, algunas prostitutas dispuestas a acostarse con pre adolescentes y algo de incesto de paso, la mañana llegó rápidamente. Sobre las diez los tres demonios ya estaban despiertos, listos para iniciar su nueva cacería, la cual no sería realmente difícil. 


El día anterior, durante el accidente, supo que el ángel con el pedazo de vidrio dentro de su carne se llamaba Park Jimin y vivía en un orfanato junto a sus hermanos. Aquello tenía una increíble lógica, puesto que era difícil que dos humanos llenos de pecado dieran a luz a tres lindos angelitos caídos del cielo. 


¿Y cómo estaba tan seguro de que eran ellos los ángeles que se les escaparon? Los huecos nos dejaban de perseguirlos, desesperados para pedirles ayuda. Estaba seguro de que uno de ellos podía verlos, pero no sabía cuál.


Fue aún más sencillo dar con la dirección de la pocilga, la cual era más una casa de acogida que un centro repleto de niños huérfanos; de hecho era el único lugar para mocosos desamparados en la ciudad. Yoongi casi pudo jurar que si tenían a un par de niños, estos no iban a superar los dedos de sus manos. 


El lugar era una casa realmente grande en medio de la ciudad. Tenía dos amplios pisos decorados con algún tipo de piedra grisácea que lo hacía lucir entre clásico y agradable a la vista. Además, por la parte de afuera tenía rejas mucho más altas que Yoongi, cuyas puntas eran filosas. Sonrió de medio lado, se imaginó enterrando al estúpido ángel guardián allá arriba; iba a ser una imagen bonita de ver.


Aquel día iba solo, pues le dijo a sus hermanos que si querían llegar a sus ángeles, tendrían que lograrlo por sus propios medios. Él quería ser el primero. Sin embargo, cuando iba a poner sus manos sobre la reja, se encontró con un inconveniente: estaba bendita. La pocilga estaba llena de conjuros benditos para evitar...


--Maldita sea --bramó, lleno de furia. 


Normalmente, el agua bendita no espantaba a los demonios, pero sí los conjuros poderosos que ponían los ángeles guardianes. Al parecer, la cosa en Tierra era más compleja de lo que su padre les había advertido.


--Gracias, papi hijo de puta --escupió en voz baja. 


Lo único que esperaba era que no resultara con la sorpresita de que no había un solo ángel guardían sino muchos, no quería saber de organizaciones de ángeles contra demonios ni nada parecido. Sabía perfectamente que su padre amaba los trucos, ponerlos a prueba y verlos sufrir, pero esta vez no le iba a dar el gusto.


Yoongi comenzaba a sospechar que fue enviado a una trampa, pero ya no tenía mayor remedio: estaba decidido a ganar. Se cogería el maldito ángel y lo llevaría al Infierno, no sin antes hacerle pasar por su Infierno personal ahí mismo.


Ah, sí, porque cuando vio esa dulce carita supo que no podría evitar quererlo para él solo un rato antes de llevarlo a que lo destrozaran allá abajo. 


--Largo --ordenó una voz a sus espaldas. 


El demonio no había notado la presencia, lo que lo tomó por sorpresa. Se giró anonadado, dándose cuenta de que tenía enfrente a un muy furioso y peligroso ángel guardián. El puro se veía grande y poderoso, pero estaba en su forma humana; miró a su alrededor: no había nadie cerca. Podría atacarlo y ver de qué tanto era capaz aquel maldito, así que sonrió.


--Así que eres tú --se burló Yoongi. Se cruzó de brazos y se acercó dos pasos, para lo cual el ángel no se movió, ni siquiera pestañeó--. Dime, angelito, ¿cómo hiciste para esconderlos tan bien? Me sorprendí al ver que son totalmente mortales --siseó el demonio.


Le llenaba de ira, sólo un enorme poder podría lograr eso. El ángel torció la boca en señal de desagrado absoluto. Yoongi usó sus ojos demoníacos para ver el aura ajena: blanca y dorada. Sí, el poder era latente, bastante fuerte incluso para el joven demonio. Sin embargo, eso no lo iba a detener. 


--Vete de vuelta al Infierno --ordenó el ángel--, o haré que te arrepientas. 


--¡Uy! --exclamó el diablo levantando las manos, fingiendo indefensa--. ¿Papi Dios te deja decir esas amenazas?


El ángel no perdió tiempo y, más rápido de lo que el ojo humano podría detectar, saltó hacia Yoongi y lo acorraló contra las rejas. El demonio siseó al sentir un extraño ardor quemándolo.


--Al parecer tu amable padre no te explicó cómo funcionan las cosas por aquí --gruñó el ángel. Con la mano que le quedaba libre agarró a Yoongi del cuello y comenzó a apretar--. ¡Morirás antes de que acabe el día, pedazo de basura!


Yoongi no respondió, tan sólo con su poder el dio una fuerte patada al ángel y lo sacó volando. ¡Nadie se atrevía a hablarle de esa manera! Él era el gran Bali, príncipe del Infierno y el maldito heredero por encima de sus estúpidos hermanos. Era el más listo, el mejor, ¡Y ESE ESTÚPIDO ÁNGEL LO APRENDERÍA! Le saltó encima y con sus garras lo arañó, sonriendo cuando bendita sangre comenzó a emerger de la suave mejilla del grandote. 


El ángel no se hizo esperar y, para sorpresa de Yoongi, no necesitó tocarlo para sacarlo volando por los aires. Esta vez el demonio se estrelló contra la acera ajena, pero no sintió dolor. Los demonios no sentían dolor.


Sonrió amplio, saboreándose la exquisita y adictiva sangre angelical que tenía en los dedos mientras lo veía acerándose a pasos gatunos. El demonio comenzó su proceso de transformación, sacando su puntiaguda cola para enterrársela en el estómago, pero el ángel fue más rápido y sin (aparentemente) ningún esfuerzo, cogió a Yoongi de su cola y lo tiró hacia él, arrastrándolo en un doloroso movimiento. Al parecer los demonios podían sentir algo que dolor.


El ángel creó algún tipo de halo de luz que parecía una daga dorada y se la enterró a Yoongi en medio del pecho. El demonio bramó al sentir aquel dolor desesperante, entre ardor, quemazón, frío y calor. Su visión se nubló, su cuerpo convulsionó. El ángel lo tiró al suelo y le propinó una fuerte patada en las costillas. 


--No eres competencia para nosotros --"¿Nosotros?" pensó Yoongi. Entonces era cierto, había más--. Eres débil, así que mejor corre, porque te juro que no verás el amanecer, Bali.


Mierda.


¿Cómo podía ser un ángel guardián tan poderoso que supo la verdadera identidad de Yoongi con sólo mirarlo? No, esto era demasiado extraño.


El demonio no lo pensó dos veces, sabía que tenía las de perder. Sacó sus negras alas y, a velocidad más allá de la posible, huyó de allí.


A unos metros de distancia, sin embargo, un chico cayó sobre el peso de sus rodillas. Estaba temblando, lleno de terror, por lo que al no quedar presencias más imponentes cerca el ángel no demoró en notarlo. Su corazón se encogió y al instante corrió hacia el chico, tomándolo en brazos. 


--Ji-Jiminnie, tú... N-no... ¿La escuela?


--Junsu --susurró bajito el aludido. 


El niño comenzó a llorar, completamente aterrado por lo que acababa de ver. No entendía nada, no sabía qué sucedía, él sólo había escapado en horas de recreo porque olvidó su maqueta de Biología e iba a recogerla. Entonces había visto ese horrible monstruo y a su padre de la casa de acogida luchando sin temor alguno contra esa... cosa. Junsu lo arrulló en sus brazos, besándole la frente con todo el amor que pudo. 


--Te prometo que te explicaré todo, mi Jimin. A ti y a tus hermanos, lo prometo...

Notas finales:

¿Qué tal?

Nos leemos!!


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