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Un motivo para vivir (HinaKoma) por Alayashilum

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—¿Puedes ayudarme con esa maleta? —Komaeda le habló a Kotoko, mientras acomodaba sus pertenencias en el barco junto con el resto de sus compañeros.

—De acuerdo.

Nozomi correteaba de un lado al otro explorando el nuevo lugar, mientras el mecánico vigilaba que todo fuera en orden.

Hinata charlaba con Naegi, Kirigiri y Togami, controlando el inventario de comida y el tiempo aproximado para llegar a la próxima ciudad.
El resto de la clase llevaba sus pertenencias.

—Hey, Hey tengan cuidado con esa caja, es frágil— Gritó Hanamura.

—Oh, ¿llevas tus utensilios de cocina? —preguntó Komaeda con curiosidad.

—Nope, es mi colección personalizada de revistas por...

—Oye no seas sucio, hay niños aquí— Se quejó la peli rosa.

Komaeda rió por lo bajo y continuó su labor con las cajas. Nozomi les ladraba a unos barcos en la lejanía y Hiyoko se quejaba de que le darían mareos.

Cuando la última de las cajas estuvo arriba, la fundación del futuro subió a despedirlos y Kotoko se abrazó con fuerza al albino con lágrimas en los ojos.

—Descuida, nos volveremos a ver en menos de lo que te imaginas.

—L-lo sé, te extrañaré mucho, prometo que cuidare la casa.

El peli-blanco la abrazó y Nozomi lamió el rostro de la niña para tranquilizarla.

—También te extrañaremos mucho.

Hinata contempló aquella escena con tristeza, ninguna despedida era fácil, pero al menos, en su caso, no era eterna.

El albino le regaló una bolsa de nueces peladas a la niña quien infló las mejillas para luego reírse por la broma.
Ambos se limpiaron las lágrimas de los ojos y sonrieron.

—Es bueno ver que aprendiste a pelar nueces.

—De hecho, las compré en una tienda muy buena, pero supuse que te gustaría.

—Gracias Komaeda, los extrañaré, incluso al puercoespín.

Naegi anunció a la niña que ya debían irse, por lo que se despidieron de Komaeda y Hinata por último antes de que el barco partiera.

A la distancia, poco a poco la ciudad se hacía más pequeña.

_______________________

Tres años habían pasado desde que Hinata y Komaeda habían formalizado su relación. Desde entonces todo iba más que bien. Las misiones, los lazos, incluso los problemas cotidianos.

Quizá el único problema era la salud del peli-blanco quien de vez en cuando tenía problemas de memoria, sobre todo si se trataba de recordar una lista larga de tareas.
Los médicos les habían dado indicaciones de cómo ayudarlo y si bien no era tan grave para dificultar su día a día, era la prueba de que lo inminente ocurriría.
Lo cual no evitaba que tuviera que continuar su tratamiento médico y psicológico al llegar a la próxima ciudad.

Al atardecer mientras todos se distraían con diversas actividades, Hinata respiraba el aroma del mar con una sensación de deja vu, a la vez que apoyaba sus brazos contra el barandal del barco.

Unos pasos llamaron su atención, seguido de aquello sintió un suave beso en su nuca.

—Hola Komaeda—Saludo cuando el chico se posiciono a su lado, tomando el barandal con ambas manos.

— Hola Hinata-kun. ¿Qué haces?

—Espero para ver el atardecer.

Komaeda sonrió de lado.
—Es una linda vista ¿Verdad?

Los ojos con heterocromia que estaban fijos en el océano, parpadearon al recordar aquellas palabras.

—Supongo que sí.

El albino rió por lo bajo y apoyo su cabeza en el hombro de su novio mientras contemplaba el paisaje.

—Hinata-kun—Susurró el chico.

—¿Hmm?

—Te amo.

Hinata besó los labios de su pareja y acarició su cabello con ternura.

—También te amamos.

Nagito sonrió, sus ojos observaron con nostalgia como el sol empezaba a ocultarse y las primeras estrellas hacían aparición.

—Sabes, me gustaría guardar este recuerdo para siempre. En el fondo tengo miedo de olvidarlo... No quiero que esto termine.

La voz del chico pareció quebrarse al final, el castaño lo abrazó otorgándole calidez y consuelo.

—Descuida, estaré contigo, incluso si me olvidas...yo no lo haré.

Komaeda abrazó con fuerza a su novio sintiendo una inmensa felicidad por estar a su lado.

—Gracias.

—No tienes nada que agradecer. En otras circunstancias me hubiera molestado por esto. Me hubiera molestado de lo inminente de la muerte, sin importarme como vivirás hasta entonces.

—Está bien Hinata-kun, la muerte puede parecer aterradora y más después de lo que hemos vivido. Sin embargo, es parte de la vida irónicamente, nos permite valorar lo que tenemos y disfrutarlo.
Aceptarla y aprovechar cada momento es lo importante.

Hajime lo miró con una mezcla de amor y tristeza en sus ojos.

—Si yo lo hubiera sabido antes, quizá no te hubieran dañado.

—No te culpes por eso.

—O tal vez, si no hubiera tenido la brillante idea de hacer una filmación cargando las culpas de lo que pasó con la fundación del futuro. No estaría toda la población paranoica y con intenciones asesinas hacia nosotros.

Komaeda arrugó la nariz y palmeó el cabello de Hinata.

—Deja de culparte, todo está bien ahora Hinata. Quiero que te sientas feliz de mantener un futuro lleno de esperanza, además quiero que me prometas una cosa.

—¿Hmm? ¿Qué?

—Quiero que cuides a Nozomi si algo me pasa y que me disculpes si me olvido de que eres alguien importante para mí.

—Komaeda. No tienes que decirlo, no pienso abandonarte en una situación así, mucho menos a Nozomi, quién se ha convertido sin saberlo en la mascota de la clase.

— Sé que parece una tontería, pero no puedo dejar de pensar en eso, no quiero hacer que otros se sientan mal por mí, quiero que sigas adelante...

Hinata acarició su cabello y besó su mejilla para distenderlo.

— Komaeda, no te preocupes, mantendré mi esperanza. Aprendí en este tiempo a aceptar lo que vendrá. No quiero obligarte a sufrir por mi egoísmo, no sería justo. Si tu deseas tener una buena vida hasta el final está bien, si deseas tomar medidas por tus enfermedades para mantenerlas un poco más a raya, también lo aceptaré—Sostuvo sus manos en las mejillas del albino y lo miró a los ojos—Decidas lo que decidas yo estaré a tu lado, respetando tu decisión.

—Hinata-kun—Komaeda besó a su novio con un verdadero sentimiento de calidez y amor recorriendo su ser. Amaba a Hinata, con él se sentía seguro, incluso la muerte no parecía aterradora a su lado, serenidad y amor, aquello era lo que el castaño transmitía casi siempre a su persona— Tan solo deseo ser feliz a tu lado.

El atardecer finalizó dando pasó a la noche y con ello el majestuoso cielo estrellado visto desde el barco. Era un espectáculo hermoso y podrían estar horas contemplándolo, en silencio, si no fuera por Ibuki quién empezaba sus pequeños conciertos en honor al viaje.

Komaeda sabía que no viviría tanto como los otros, Hinata también lo sabía, pero no le importaba mientras pudiera ser feliz a su lado, harían lo posible para darle al albino la mejor calidad de vida posible hasta entonces.

___________

Nozomi bostezaba mientras Mahiru intentaba tomarle fotografías. Saoinji había hecho un pequeño espectáculo en la celebración y Hanamura preparó deliciosos platillos que encantaron a más de uno. Komaeda había decidido irse a dormir luego de la cena, la mudanza lo había dejado más cansado de lo normal, por su parte Nekomaru y Akane hicieron lo mismo para empezar con su rutina temprano.

Mitarai hacía las preparaciones de su nueva animación junto con la ayuda del impostor, pese a que era un trabajo duro se habían esforzado de lo más bien y la presentación pronto estaría lista, Hinata rogaba para sus adentros que no hubiera referencias de Yaoi para él y su novio, de lo contrario arrojaría a ambos por la proa.

Gundham charlaba con Sonia sobre las habilidades místicas de los devas y de Nozomi, Kazuichi los espiaba desde la otra mesa, Fuyuhiko cenaba junto con Peko y Mikan controlaba que las medicinas llevarán todas sus etiquetas. Todo parecía ir en orden.

Al menos hasta que observó al cocinero ser echado a patadas por el mafioso de su mesa, en tanto que se aproximó hasta donde el castaño se encontraba

—Hanamura ¿Todo va bien?

—Estupendamente, solo vine a preguntarte algo, por curiosidad.

—¿Qué cosa? ¿Y por qué Kuzuryu te echo? - Dijo mientras tomaba un vaso de agua.

—Por nada, oye ¿Tú y Komaeda ya han tenido sexo? —Por la pregunta Hajime casi saca agua por la nariz.

— ¿A qué viene eso?

—Estaba un poco aburrido y quería preguntarles a las parejitas del barco sobre sus experiencias... es un poco triste que las chicas aquí sean tan ariscas conmigo, pero oye aún quedan muchas ciudades por conocer —Por la expresión que portaba Hinata podía imaginar que estaba pensando en todo tipo de perversiones y fantasías.

— No lo dudo...

— Para ser sincero contigo, vine por un consejo, te dije lo del sexo para que me dieras tu atención. Aunque no me molestaría que me cuentes algo. Pero lo que quiero decir es que tanto Kuzuryu como tú han logrado conquistar a parejas...complicadas y peligrosas, posiblemente sepan cómo ligar con cualquier tipo de persona.

Hinata intentaba procesar la información poco a poco. No le cabía duda de porque consideraba a Komaeda peligroso. Pero aquella clase de pregunta le parecía bastante extraña.

—No comprendo del todo lo que tratas de decir.

— Me refiero a que no sé si sea algo de tus talentos, pero cualquiera que pueda domar parejas tan peligrosas podrá con cualquiera, tan solo dime ¿cuál es tu secreto Hinata?

Aunque consideraba que era una forma un tanto grosera de referirse a sus amigos y a Komaeda, no era tan errada, podían ser peligrosos si se los provocaba. Aunque como parejas actuaban como si fuera todo lo contrario o al menos Komaeda, no era tan caótico como pensó que sería en una relación.

Entendía que Hanamura lo veía como alguna clase de Don Juan que no era o quizá creía que tenía algún talento de conquistador definitivo. Sus intenciones no eran malas solo era un poco exagerado, no perdía nada en darle un consejo.

— No es cómo crees, Komaeda no es problemático, no es como si fuera un animal salvaje que atrapar o algo. Creo que si quieres un consejo solo es que seas tú mismo. Intenta agradarles a las personas por cómo eres... aunque en tu caso no estaría mal que no vayas tan rápido o podrían mal interpretar tus intenciones.

—No es por nada Hinata, pero mis acciones son para mal interpretar- Rió- Pero tomaré en cuenta tu consejo, quizá pueda utilizar mis dotes culinarios para engatusar algunas personas...en compensación ten esta recompensa.

Hanamura le dio una caja con papel de regalo.

—¿Y esto que es?

— Considéralo un regalo de cumpleaños adelantado. Iba a entregártelo en año nuevo, pero pensé que tal vez lo necesitarías antes —El cocinero guiñó un ojo y se retiró dejando a un sorprendido Hinata con un obsequio en sus manos.

Al abrir el envoltorio distinguió lo que parecía ser una caja de condones y un lubricante. Antes que alguien lo viera intento ocultarlo nuevamente con el papel de regalo mientras las mejillas se le teñían de rojo.

"Maldito y pervertido Hanamura, solo buscaba una excusa para darme estas cosas antes de mi cumpleaños, mejor revisó que no haya cámaras escondidas en mi cuarto."

"Sospecho lo mismo mejor haré una revisión".

_________

Hinata entró a su cuarto y escondió el "obsequió" en su armario, mientras Komaeda dormía se dedicó a buscar cámaras ocultas, pero solo paso media hora sin encontrar nada relevante, por lo que optó en ponerse su pijama y descansar.

Komaeda se removió y abrazó el cuerpo de su novio al sentir el peso extra en la cama. Los brazos del peliblanco lo rodearon otorgándole calidez y Hinata le devolvió el gesto. Descansaron un rato hasta la madrugada donde el cabello esponjado comenzó a cosquillear en su nariz.

—Hmmm

Nagito bostezó y beso a Hajime mientras estiraba sus brazos, no debían ser más de las 4 de la madrugada en ese momento. Pero de todas formas le dio un pequeño recordatorio al castaño de que estaba allí.

Los ojos de distinto color lo observaron un rato y mordisqueó suavemente el cabello del albino en una venganza por despertarlo.

— Hinata-kun, no seas malo.

— Descuida — Rió— ¿No puedes dormir?

—Creo que fui a dormir muy temprano. A veces ocurre.

Hinata besó la frente del chico y acarició su espalda para mimarlo un poco mientras esté se acurrucaba en su pecho y le daba pequeños besos en su cuello.

— Si, ahora estás despierto, pero no me quejo si eres tan cariñoso.

Ambos se besaron, la lengua de Komaeda exploró la boca de su novio mientras Hinata correspondía y acariciaba su espalda.

Durante esos tres años habían tenido pequeños acercamientos, desde simples besos y caricias, hasta como mucho masturbarse o frotarse entre ellos, pero jamás habían llegado hasta el final. Hinata temía por el efecto que pudiese causar en Komaeda.
El castaño quería que fuera su novio quien decidiera cuando estar listo, era su cuerpo y él sabría cuando dar ese paso. Mientras tanto Hajime le daría el amor y la confianza para que se sintiera bien consigo mismo, aunque la terapia lo había ayudado mucho con su autoestima.

— Hinata-kun, quiero quedarme aquí contigo por mucho tiempo.

— Yo también deseo quedarme contigo.

Hajime besó su cuello, dejando pequeñas mordidas en la pálida piel de su novio, la mano metálica del peli-blanco acariciaba su espalda haciéndolo estremecer un poco.
La sesión de besos continuó, simplemente deseaban expresar el cariño que habían construido el uno por el otro.

Komaeda continuó besando a su pareja, ambas entrepiernas frotándose, transmitían placer y calor a sus cuerpos.
El albino acarició el pecho de Hinata pasando su mano por debajo de su camisa para dormir, su piel le era suave al tacto y podía sentir los latidos acelerados de su compañero.

— Komaeda, recuerda si no te sientes cómodo avísame.

— Descuida, te preocupas demasiado, disfrutemos que estamos juntos.

El peli-blanco atrajó a Hajime más cerca y continuó moviendo sus caderas para aumentar la fricción. Se sentía feliz y sobre todo seguro con Hinata, en tres años el castaño jamás había sido desconsiderado con él, lo respetaba ante todo.

Ambos llevaban encima camisetas para dormir y solo sus prendas interiores. Por lo que era notable la excitación que su momento de intimidad les proporcionaba.

Hinata decidió continuar, levantó la camiseta del chico y depósito pequeños besos en su pecho, sobre todo donde las cicatrices estaban, era una forma de tranquilizar a Nagito, de hacerle sentir que era hermoso sin importar como se viera, ni las marcas que llevará.
Los húmedos besos bajaron poco a poco hasta su vientre, usando los suspiros del albino como confirmación Hajime pasó su lengua por encima de su ropa interior donde su miembro se encontraba, con sus dedos empezó a acariciar y rozar la zona.

— Ngh...— Un pequeño gemido se escapó de los labios del chico quien mordió su propio labio y sintió el calor en su rostro por la mirada de Hinata.

— Descuida, quiero que disfrutes, pero recuerda detenerme si no te sientes bien— La voz sonó con un tono dulce, pero no sabía decir si desde Izuru, Hajime o ambos.

Dicho esto, deslizó la ropa interior a cuadros hasta las rodillas, Hinata observó detenidamente las múltiples marcas en las piernas y muslos de su pareja.

— Hinata-kun, no es necesario que hagas esto— Dijo Komaeda acariciando su mejilla suavemente.

— Lo haré, deseo hacerlo y deseo que te sientas bien.

Prosiguió a besar y lamer las marcas en la piel, haciendo que los pequeños gemidos no se hagan esperar. Poco a poco besó cada cicatriz y dirigió su boca hasta el pene de su compañero, dándole una lamida que hizo a Komaeda arquear su espalda.

— H-hina...mhn.

Nagito mordió con fuerza sus labios cuando sintió la cálida boca de su novio rodear su miembro.
Los sonidos húmedos, la succión y las caricias que esté le proporcionaba aumentando el placer, lo hacían perderse en aquellas sensaciones. Komaeda estaba seguro que tanto Izuru como Hinata estaban poniendo parte de su "talento" en eso.

La mirada con heterocrómia le confirmaba su teoría, podía jurar que sentía a ambas personalidades unificadas, sonreír para sus adentros al verlo así.

" ¿Vas a ayudarme en esto?"

" Las primeras veces suelen ser torpes y dolorosas, ayudaré a crear una placentera experiencia para Komaeda, de esa manera se sentirá seguro y tú también."

Kamukura tomó más control de la situación, comenzando a chupar a más velocidad sintiendo las caricias de Komaeda en su cabello, y las palpitaciones del duro miembro que no tardaría en venirse.

Los gemidos era todo lo que ambos necesitaban escuchar del otro, ver a Nagito sonrojarse y estremecer de placer ante sus acciones aumentaba su excitación.

— Hajime...IZURU— Ambos apartaron sus labios al momento que el albino se corrió. Había ensuciado su camiseta y parte del rostro de Hinata, quién pasó sus labios y frunció el entrecejo por el sabor salado.
Le dedicaron una sonrisa al albino, era la primera vez que nombraba a ambos de esa forma.

Nagito respiraba agitado y con el rostro ardiendo le alcanzó un pequeño trapo a Hinata para limpiarse. Su cabello estaba más desordenado de lo normal y había ensuciado su remera favorita.

— ¿Te encuentras bien?

En respuesta el albino lo besó con pasión, se sentía feliz de haber experimentado aquel placer junto a su novio y no dudó en expresarle como se sintió.

— Perfectamente, no te detengas ahora...

Hinata lo miro con sorpresa.
— ¿ Quieres continuar?¿ Seguro?

Komaeda mordió su labio y asintió.
— Quiero crear una...linda experiencia contigo, estoy nervioso pero, confío en ti.

Hajime también sintió sus mejillas arder, se mantuvo pensativo haciéndose una idea mental con ayuda de Kamukura de lo que necesitaba paso por paso.
Su miembro estaba bastante duro pero no quería dejarse llevar por el calor, ante todo debía ser cuidadoso.

— De acuerdo, tu relájate. Iré a buscar algo...

Komaeda asintió un tanto confundido y observó a su novio rebuscar en el armario algo que parecía ser una botellita de lubricante.

Los ojos gris- verdoso lo miraron fijamente.
— No es lo que crees, es un regalo de cumpleaños adelantado de Hanamura por...

No pudo terminar la frase, Nagito ya estaba riendo por el rostro enrojecido de Hajime.

" Bueno al menos no está tan tenso o asustado, parece llevarlo bastante bien" pensó para si mismo.

" Se ha preparado mentalmente para esto, gracias a la confianza y cariño transmitido estos años".

— De acuerdo, colócate boca abajo, relájate y déjate llevar.

— Si...— Komaeda suspiró dejando atrás los pensamientos de temor y con timidez sé colocó en la posición indicada.

Hinata acarició sus nalgas con suavidad, escuchando un pequeño gemido de parte de su novio.
Besó su espalda y nuca mientras continuaba acariciándolo, a veces masajeando sus hombros para quitarle la tensión.

Húmedecio sus manos con el lubricante y separó gentilmente las nalgas de su pareja dejando que el líquido entrara en el pequeño orificio.
Komaeda se tensó ante la frialdad del lubricante en aquella zona sensible y ocultó su rostro contra una almohada al sentir el dedo de Hinata acariciar la zona.

— Ngh...¿Qué haces?

— Necesito preparar tu entrada o podría herirte.

— Se siente un poco extraño...

— ¿Quieres que me detenga?

— No, estoy bien.

Hinata se aproximó y beso el cuerpo del albino con intenciones de relajarlo, poco a poco presionó su dedo contra su ano, sin ejercer demasiada presión y observando el lenguaje corporal de su pareja para proseguir.
Deslizó aquel dígito dentro y empezó a moverlo lentamente para dilatar la zona.

— A-ah se siente... incómodo, pero no es tan malo.

Con su mano libre Hinata acarició su cabello.
— Eres muy estrecho, necesito dilatarte un poco más.

Continuó a base de caricias y paciencia, lograr meter dos de sus dedos en el interior del chico, moviendolos, tanteando que no fuera muy doloroso para Komaeda que soltaba pequeños quejidos de placer y molestia.
Sin embargo no deseaba que Hajime se detuviera, era terco sin duda pero era importante para él, depositar su confianza en Hajime y superar lo ocurrido a su lado.

Luego de un rato su ano estaba mucho más dilatado, Hajime permitió que Kamukura lo ayudará a hacer el contacto más placentero. Recibiendo como respuesta más de aquellos gemidos adorables.

— A-ahh Hinata-kun, creo que ya se siente mucho mejor...

— Lo sé, estás mucho menos tensó ¿Quieres que prosiga?

— Si, solo... ¿Puedo verte a los ojos?

Hinata sonrió y giró a su novio para besarlo y morder sus tentadores labios.
Komaeda correspondió y deslizó la camisa de su pareja a un costado, la tensión se iba en cada caricia hasta que ambos acabaron quitándose la última de sus prendas.

Hajime gimió al lubricar y acariciar su miembro, colocando un poco más en el ano de Nagito para asegurarse.

— De acuerdo, comenzaremos, respirá hondo y no olvides...

— Descuida quiero hacer esto— Komaeda rodeó a Hinata con ambos brazos y dejó que su pareja se acomodará entre sus piernas.

Hajime comenzó a penetrarlo poco a poco con cuidado dejándose guiar por la ayuda de Kamukura, ambos sentían la calidez y presión sobre su pene, mientras Nagito respiraba con pesadez y presionaba sus uñas en la espalda de Hinata.

— Hmn, relájate— Acarició el miembro del albino y comenzó a masturbarlo, su cuerpo se tensó un poco más.

Ingresó de a poco dando suaves embestidas, se sentía en el cielo por la exquisita sensación que le otorgaba el albino.
Nagito abrazaba y besaba a Hinata, la mezcla de dolor y placer lo hacían suspirar. Era doloroso, pero podía soportarlo fácilmente, por no decir que cada vez que empujaba más en su interior, todo su cuerpo temblaba como si una corriente eléctrica lo sacudiera.

El ritmo aumento, las respiraciones agitadas y los gemidos eran contínuos, los movimientos del castaño hacían al ojigris presionar más su interior, era menos incómodo. Estaban dejándose llevar por las sensaciones más placenteras.

Hajime continuó masturbando a su novio y moviéndose con más intensidad, ver el rostro de su amado disfrutar le fascinaba.

— H-hinata... Ngh , no te detengas...

— No lo haré, amor.

Se acercó y besó los labios de su pareja, logrando penetrarlo más profundamente por la posición.

"Lo encontré"

" ¿Qué cosa?"

Un ruidoso gemido de placer escapó de los labios del albino, seguido de una mordida en su hombro, su cuerpo se había estremecido por completo.

" Su punto"

Las embestidas aumentaron dirigiéndose a aquel punto de placer.
Komaeda sentía que iba a derretirse en los brazos de su pareja quién lo rodeó y apretó contra su cuerpo.

— Aahh eso es, eres hermoso, Nagito—Kamukura se sentía más que satisfecho y Hinata no creía poder aguantar mucho más.

Gimió junto a su pareja sintiendo como su ano se apretaba de forma deliciosa cada vez que frotaba y presionaba aquel punto sensible.

Komaeda casi gritó el nombre de ambos antes de venirse, había arañado la espalda de su pobre novio.
Aunque a éste parecía no importarle demasiado.
Ante tensión de los músculos, Hinata no sé tardó luego de unas cuantas embestidas en acabar dentro del peli-blanco.

La calidez y la forma en la que Hinata lo había llenado lo hizo suspirar, miró a los ojos verdes y rojos con ternura, Hajime/ Izuru lo besaban y mimaban, le preguntaban si le dolía algo o estaba bien, Komaeda solo lo abrazaba con fuerza y sonreía.
Aquella sensación de amor que sentía hacia su novio, era mucho más bella que la esperanza más brillante de todas.

Hinata cargó a Komaeda hasta la bañera y se limpió junto a él, sentía mucha calidez en su corazón y más aún al saber que Nagito estaba bien.
Pesé a las protestas del albino Hinata se encargó de cargarlo a la cama, luego de cambiar las sábanas y ayudarlo a cambiarse.

Nozomi arañó la puerta e ingresó, olfateando un extraño aroma que la hizo acostarse en el sofá y no en la cama, cosa que hizo a Nagito reír.
Hajime acarició al can y se recostó con su pareja, ambos con sus pies entrelazados.

— Sabes, puedo cuidarme, no necesitas cargarme a todos lados.

— Lo haré, además me gusta molestarte un poco, si sigues así no te cargaré en nuestra noche de bodas.

Nagito sintió su rostro cálido, estaba sonrojado y mordió suavemente los labios de Hinata en respuesta.

— No digas eso, no podrás cargarme sin la ayuda de Kamukura.

— Puedo apostar a eso, además voy enserio.

— Yo igual.

Ambos rieron por lo bajo y se acurrucaron juntos para descansar, escuchando cada uno los latidos suaves del otro sé relajaron.

— Komaeda Nagito...— Dijo acariciando la melena esponjada— Te amo.

— También los amo.

— WOOF

— A tí también, Nozomi— Dijeron ambos a la vez.

Ya no importaba lo que ocurriera, tenían esperanza, amor y un futuro que disfrutarían cada segundo que estuvieran juntos.

Fin.

Notas finales:

Bueno este ya es el final


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