Los dÃas pasaron rápidamente, el amanecer habÃa llegado y con ellos la vista constante de océano infinito paso a ser un paisaje diferente. La ciudad se alzaba a lo lejos iluminada con los primeros destellos matutinos.
A pesar de ser algo increÃble de observar solo Hajime era capaz de hacerlo, era de madrugada y todos dormÃan plácidamente, se quedó en silencio contemplando su nuevo "hogar". ExtrañarÃa el barco, el frescor en su cara y la sensación de libertad que le otorgaba.
Hinata sonrió y se quedó en su habitación, lavo su cara y se quedó sentado en su cama observando la nada algunos momentos. Era algo normal desde que poseÃa el talento de análisis y la nueva situación de llegar a tierra firme despertaba en él varias incógnitas, una de ellas era respecto al peli-blanco y su suerte.
Frunció el ceño preguntándose a sà mismo si es que serÃan capaces de adaptarse a lo que vendrÃa, en el fondo sabÃa que sÃ, pero le inquietaba lo que harÃa respecto a Komaeda.
Era cierto que le dijo que se encargarÃa de su talento, y la única opción que Izuru le habÃa otorgado implicaba que controlará y equilibrará dicha suerte mediante sus propias acciones. Cosa que en resumidas cuentas significaba, herir al albino o a personas cercanas a él, para que cosas buenas llegarán a cambio.
No se trataba simplemente de hacer acciones irrelevantes como robar sus zapatos o hacerlo tropezar, si sus hipótesis eran correctas, el talento y tipo de suerte que Nagito poseÃa no era como el suyo. Se manejaba de forma cÃclica, algo muy malo traerÃa consigo algo muy bueno. Por no decir que si subestimaba su suerte las cosas podrÃan terminar muy mal...
¿Qué opciones tenÃa además de la de Izuru? ¿Dejar todo fluir?
EntendÃa que lo que le habÃa dicho a Nagito era importante, pero justo ahora no sabÃa ni por donde empezar. Tal vez dejar las cosas fluir era lo más conveniente... después de todo también habÃa otro factor importante en la ecuación y este factor era el mismo Nagito Komaeda.
Aún eran teorÃas y no tenÃa suficientes pruebas para saber que era verdad, sin embargo, no podÃa descartar las posibilidades. La primera teorÃa consistÃa en que la suerte del chico era absolutamente fortuita y caprichosa, actuando cuando y como quisiera. Si esto era cierto la idea de Izuru era la mejor opción, aunque no la favorita para Hajime.
La otra era que, de alguna forma directa o indirecta, Nagito atrajera o produjera su propia suerte sin notarlo. No era más probable que la otra, de hecho, Hajime aún tenÃa sus dudas, si consideraba lo rara que fue la muerte de los padres del chico se inclinaba más por la primera opción. Aun asÃ, antes de tomar la decisión de intervenir, preferÃa descartar alguna de sus teorÃas.
"Y para que esto pueda darse... debo mentirle".
Mentir respecto a que se harÃa cargo de su suerte, solo le quedaba dejar que esta fluya y esperar. Estaba inseguro y no se sentÃa muy bien con la idea de engañar al albino... pero era la mejor opción.
Si le decÃa eso, Komaeda se sentirÃa seguro e intentarÃa acercarse a otros, su miedo descenderÃa, a su vez podrÃa servir para constatar si Nagito era quien sin saberlo atrae o crea su propia suerte. TenÃa mucho por ganar y también por perder. Si se equivocaba los resultados serÃan desastrosos y su mentira saldrÃa a la luz... además su amigo podrÃa dejar de confiar en él.
"Dios porque esto tiene que ser tan complicado, tan solo querÃa ayudarlo".
Cerró los ojos preguntándose a sà mismo si todo ese asunto valdrÃa la pena, no es como que sintiera que debiera hacer mucho, pero la ansiedad lo carcomÃa y para colmo no tenÃa mejores respuestas ni de su propio "otro yo".
"La suerte de Komaeda es compleja para mÃ. ¿Es acaso una fuerza descontrolada la cual debo manejar para ayudarlo o es tan solo causa de los temores de Komaeda?"
"Quizá un poco de ambas"
Hajime frunció el ceño, ¿Por qué venÃa con eso? ¿no le dijo en un inicio que la primera opción era la mejor de todas? ¿Es que ya no podÃa confiar en sà mismo?
"Creà que dejaste tu hipótesis clara"
"También está la teorÃa de que Komaeda sea el que ocasiona su propia suerte sin saberlo, y esta sea caótica porque él cree que funciona asÃ, él le da la libertad a su propio talento".
"No entiendo..."
"Significa que las teorÃas propuestas por ti y las mÃas pueden llegar a ser correctas en parte. Aun asÃ, me inclino por la primera opción, si tenemos el control total de la situación más fácil será predecirla".
"¿Incluso si Nagito sale herido, lo harás con tal de controlar su suerte?"
"Si no te atreves déjame el mando a mÃ, yo me haré cargo de esta aburrida situación".
"NO".
Hajime abrió los ojos de golpe, despejando la idea de Izuru de su mente, siempre que se concentraba de esa manera terminaba conectando con su otra personalidad y teniendo alguna disputa. No iba a herir a Komaeda eso estaba claro, buscarÃa opciones como siempre lo habÃa hecho, si logro encontrar el futuro entre la esperanza y la desesperación, podrÃa con ello.
Se preparó una taza de té y se relajó un poco consiguiendo unas pocas horas de sueño. En poco tiempo sus compañeros despertaron y empezaron a brincar emocionados ante la idea de poder llegar al fin y pisar tierra firme, sin importar las tareas que debieran hacer, la libertad de poder ir y venir a su gusto los entusiasmaba.
Ibuki fue la primera que empezó a gritar.
_ YAAAAAY AL FIN, LE DIRÉ A LA FUNDACIÓN DEL FUTURO QUE HARÉ UN GRAN CONCIERTO PARA TODOS_ Dijo en un volumen demasiado alto para el oÃdo humano_ Además Ibuki ya tiene nuevas canciones.
_ D-deberÃamos dejar las canciones para después_ Dijo Mahiru.
_ ¿Ehhh por qué? _ Hiyoko hizo puchero_ Yo querÃa oÃr.
_Realmente deseo ir a un baño de hotel_ Comentó Nekomaru cruzado de brazos.
_ ¿Iremos a un hotel? _ Sonia parecÃa curiosa respecto a eso.
_ ¿Quién sabe?, lo dirá la fundación del futuro_ Fuyuhiko estaba atento al paisaje cada vez más detallista de la ciudad.
Cuanto más se acercaban más podÃan notar las múltiples construcciones nuevas y las que estaban aún en proceso, suponÃan que no eran los únicos en tener que adaptarse, los ciudadanos estaban recuperándose de la desesperación poco a poco.
_ ¿Hinata aún no ha despertado? _Preguntó el albino con cierta curiosidad.
_ ¿Hmm? No, aún sigue dormido_ Soda habló a la vez que se rascaba su cabeza.
_ N-no estará enfermo ¿o s-si? _ Mikan empezaba a angustiarse.
_ PodrÃa estar contagiado por la enfermedad de los muertos vivientes que vimos anoche_ Gundham hablaba con seguridad_ No hay que subestimar el poder de la necromancia, en mi juventud me hice con varios libros que hablaban de estás artes prohibidas, libros que ustedes simples mortales no lograrÃan siquiera abrir sin conseguir una maldición.
_ ¿De verdad? _ Sonia se entusiasmó_ ¿Puedo tener esos libros? Me encantarÃa aprender sobre artes oscuras.
_ Y-ya veo_ Sonrió Nagito_ Mejor iré a ver que ocurrió seguro no es nada malo.
_ Ten cuidado demonio, una mordida podrÃa ser letal, no querrás convertirte en una criatura devoradora de entrañas...
_ Ya párale con eso, me estoy asustando_ Dijo el mecánico.
Nagito asiente y va frente a la habitación del castaño para tocar la puerta. Antes que logre hacerlo este la abre y le dedica una expresión somnolienta.
_ Oh, venÃa a decirte que estamos cerca de tierra firme.
_ Lo sé, estuve despierto en la madrugada_ Bosteza_ ¿te encuentras bien?
_ Yo sÃ, de hecho, todos te están esperando. Posiblemente creyeron que te convertiste en zombie_ SonrÃe.
Hinata se estira y refriega sus ojos, sacude la cabeza por la imaginación de sus compañeros.
_ Diles que iré en un segundo debo hacer una video llamada a Makoto Naegi para informarle que llegaremos.
_ De acuerdo_ Nagito se queda pensativo unos momentos_ ¿Crees que algún dÃa podrÃa hablar con él? Soy un gran fan suyo, de verdad serÃa interesante tener una charla sobre la esperanza... quizá el me ayude un poco.
_ ¿Hmm? _ Movió a un lado su cabeza con curiosidad.
_ Quizá saber lo que lo motivo luego de ver la esperanza vencer a la desesperación me motive a mà a seguir_ Dijo un tanto avergonzado_ Espero no ser una molestia para alguien como él.
_ Descuida, si lo deseas puedes hablar con él cuando gustes, pero ahora necesito charlar sobre las misiones, nuestra estancia y otros detalles.
_ Gracias Hinata-kun_ El albino sonrió y se fue con el resto de sus compañeros.
Hinata sonrió de lado, poco a poco veÃa que el albino se estaba esforzando. Incluso si era pedir un consejo, implicaba que estaba interesado en otras opciones, no solo en morir.
Analizándolo detenidamente Hinata pensó que no serÃa mala idea, esos dos eran bastante similares, salvo por el cabello y la altura. Sus voces, su admiración por la esperanza, las letras de sus nombres, sus ropas... ¿SerÃan familiares lejanos sin saberlo?
Hinata pensó en eso extrañado como si fuera alguna clase de coincidencia curiosa de la vida, pero no era algo demasiado importante, lo único importante era que Naegi podÃa ayudarlo si lo necesitaba.
"Tal vez... pueda preguntarle sobre alguna clase de atención médica para Komaeda".
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_ Realmente estoy feliz de saber que podrán ayudar en las misiones encomendadas_ La voz de Naegi sonaba optimista.
_ Si, gracias por buscar un lugar de hospedaje para nosotros.
_ No hay de que Hinata, de hecho, incluso podemos ayudarte con lo del hospital, tenemos muchos profesionales en el tema que podrán estar a disposición de tus compañeros.
_ Lo aprecio. Pero por ahora solo es para Komaeda...
_ De acuerdo, haré algunas llamadas, dinos si ocurre alguna novedad. ¿Está bien?
_ Está bien, los tendré informados.
La transmisión se cortó, el castaño anoto toda la información en una libreta y se dirigió al comedor para decirle las nuevas noticias a todos.
Las charlas se detuvieron cuando el chico apareció y pidió la atención de sus compañeros.
_ Bien empecemos, la fundación del futuro nos dio varias tareas que hacer, beneficencias, encargarnos del vandalismo, construcción, burocracia en las oficinas, ayudar gente herida, mantener la paz, entre otras... nos ofrecieron hospedaje, comida y atención médica. Asà que lo mejor será cooperar entre todos para hacer esto lo mejor posible_ El tonó del chico salió levemente aburrido, ya se veÃa venir aquellas cosas, pero era su redención, al fin y al cabo.
_ ¿Debemos hacer cosas de beneficencia verdad? ¿Cómo talleres? _ Pregunto Mahiru.
_ ¡Ibuki quiere hacer conciertos!
_ Oh banquetes para la comunidad_ Sonrió Teruteru.
_ Lo que sea, el punto es ayudar, aunque sean pequeñas cosas tenemos que reparar el desastre que hicimos.
Todos empezaron a hablar al unÃsono sobre sus nuevas vidas y los planes que tenÃan para ayudar, habÃa un gran optimismo y determinación por lo que llegarÃa en el futuro.
_ Hey, Hinata-kun_ Nagito se acercó hasta él_ Ese fue un discurso en verdad esperanzador, te has vuelto un gran lÃder y sÃmbolo de la esperanza para nosotros.
_ Gracias Nagito, justamente necesitaba hablar contigo.
_ ¿Conmigo? _ Parpadeó varias veces y me observo con curiosidad.
_ Si, necesito que me acompañes al hospital cuando lleguemos.
La cara del chico de pelo esponjoso mostró confusión.
_ ¿Hospital?
_ Si, hablé con Makoto Naegi para poder tratar apropiadamente tus enfermedades_ Lo dijo con un tono de voz firme pero cálido.
_ ¿E-eh? ¿Enserio? ¿Pero... por qué? Yo no merezco...
_ Nagito escúchame. Es importante que comprobemos tu estado, necesitas un chequeo al menos.
Los ojos del chico se mostraban inseguros, pero asintió.
_ ¿Puedes acompañarme? _ Su voz denotaba cierta angustia.
_ Seguro, no tienes por qué preocuparte. ¿Te asustan los hospitales?
_ No es eso, me trae malos recuerdos, es todo.
Hinata apretó los labios pensando que quizá no debió preguntar eso, pero le dedico una mirada comprensiva al albino para que se sienta seguro.
_Todo estará bien_ Dijo con seguridad.
Con aquellas palabras dichas, ambos chicos se dispusieron a esperar la llegada a tierra firme.
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Durante la llegada al hotel y el posterior camino al hospital las cosas estuvieron tranquilas, Hinata consideraba que por un tiempo no debÃa hacerse la cabeza y analizar situaciones, solo vivir el momento, de lo contrario no se desharÃa de su insomnio jamás. Por otro lado, Komaeda estaba un tanto ansioso, hacÃa años que no pisaba un hospital y no es que tuviera especial afición a los doctores o los medicamentos.
_ ¿Te encuentras bien? _ Pregunto el castaño al observar el nerviosismo en el otro.
_ Algo. Esta ciudad me parece un poco familiar es todo...
_ ¿Familiar?
_No es nada_ Nagito miro a un costado no tenÃa intención de pensar en eso.
_ Luego del hospital ¿quieres ir al parque?
_ Es cierto... umm bueno si, pero antes me gustarÃa hacer una parada...
_ ¿A dónde? _ El albino estaba ocultando algo y lo notó de inmediato.
_ Es algo personal. Pero luego visitaremos el parque_ Sonrió intentando aligerar el ambiente.
_ Está bien, no deberÃas preocuparte tanto sabes que estaremos si nos necesitas.
_ Lo sé, gracias.
Ambos chicos entraron al hospital y el olor a desinfectantes se hizo presente. Nagito contempló todo con los ojos muy abiertos y retrocedió por instinto chocando con Hinata.
_ L-lo siento.
_ ¿Ocurre algo?
_No es nada.
_ K-komaeda, Hinata _ La voz de Tsumiki los sorprendió, parece ser que la enfermera no tardo en buscar un lugar donde comenzar sus labores.
_ Hola Mikan, es bueno verte tan entusiasmada por trabajar.
_ G-gracias Hajime... bueno, ¿n-necesitan algo?
_ Komaeda vino a hacerse un chequeo.
_ A-ah, s-seguro acompáñenme.
Siguieron a Mikan por los pasillos, sin embargo, Komaeda estaba peor que antes, su rostro reflejaba autentica ansiedad.
_ Tranquilo, prometà que estarÃa aquÃ, me quedaré contigo.
_ G-gracias_ Hinata apretó el hombro de su compañero ligeramente para darle ánimos.
Mikan entró en uno de los consultorios y en poco tiempo salió un hombre alto con rostro serio quien los miro fijamente.
_ Ah, si ustedes deben ser los jóvenes que Makoto Naegi dijo_ Habló_ ¿Quién es Komaeda?
El peliblanco se presentó formalmente y el doctor los invitó a pasar. Luego de llenar varios formularios se dedicó a tomar una muestra de sangre y chequear los latidos de Nagito.
Hinata lo observaba con atención, notando los procedimientos médicos que realizaban para observar los signos vitales, toda aquella información serÃa resguardada en su mente para futuras ocasiones.
_ Muy bien, vamos a hacerte algunos estudios más para ver cómo está tu cerebro y el desarrollo del linfoma. No te preocupes por ello, no dolerá, pero tu amigo tendrá que esperar afuera.
Nagito asintió y acompaño al médico dedicándole al castaño una sonrisa de medio lado, Hinata le devolvió el gesto y espero un rato a la vez que inspeccionaba el consultorio con aburrimiento.
Una hora paso y el albino salió acercándose a Hinata con una expresión preocupada.
El médico se sentó en la silla y saco los estudios junto con tomografÃas computarizadas.
_ Bueno parece que tienes un poco de anemia_ Comentó mientras leÃa los estudios de sangre_ Además tienes bajo el azúcar. En cuanto a las imágenes tomadas...
Hinata analizó lo que observaba a la vez que el médico les enseñaba las diversas manchas coloreadas que aparecÃan en las fotos.
_ Esto que brilla es el linfoma, el cual está en fase tres. ¿Cuándo fue la última vez que te chequeaste?
_ Desde que comencé a ir a la academia... parece que la fase no cambio para nada..._ Su voz sonó un poco apagada, Hinata sentÃa que era una situación triste pero necesaria para poder ayudarlo.
_ Curioso... en gente joven el cáncer suele avanzar estrepitosamente, pero esto se mueve al paso de un caracol...considérate afortunado de que no tomará ningún órgano vital.
Una risa amarga salió de los labios de Komaeda y dirigió su mirada al piso.
_ En cuanto a la demencia eso es otro caso... eso si está avanzando, asà que tendremos que prestarle mucha más atención. ¿No has manifestado sÃntomas como perdida de movilidad o lagunas mentales?
_N-no...
_ Bueno eso es buena señal. Descuida, cuidaremos bien de ti, tenemos a los mejores profesionales.
_ De verdad lo aprecio.
Luego de entrégales varios medicamentos recetados y comentarles que deberÃan volver al menos una vez cada dos semanas, ambos salieron de allà con una atmosfera pesada sobre ellos.
_ ¿Nagito estás bien?
_ No realmente.
Los ojos del albino no mostraban emoción.
_ Hey, haremos todo lo posible para ayudarte, te acompañaré las veces que desees Komaeda_ Hinata intentó animarlo, pero sin tener muchos resultados positivos, asà que opto por otra idea_ ¿Te gustarÃa ir al parque un rato? asà te sentirás mejor.
Nagito asintió, no deseaba que Hinata se sintiera mal por su culpa, para él todo aquello era tomarse demasiadas molestias sobre todo cuando se trataba de Hajime.
___________
Luego de caminar un buen rato y preguntar entre los transeúntes por algún parque que poseyera arboles de Sakura, lograron dar con uno particularmente bello. La temporada era la mejor sin duda, los pétalos caÃan como si fueran una curiosa lluvia rosada y la gente paseaba tranquilamente disfrutando la vista.
Hinata observo la expresión de Komaeda, sus ojos brillaban con sorpresa y caminaba hacia los arboles casi sin prestar atención a lo que estaba a su alrededor. Estaba claro que habÃa algo raro en él, Hinata lo analizó desde que llegaron al hospital, el albino estaba demasiado atento a todo. Como si le fuera familiar.
_Hinata-kun... ¿no crees que es hermoso?
_Si, lo es_ Era un paisaje verdaderamente bello para el castaño.
Ambos caminaron disfrutando el ambiente que se tornó poco a poco menos denso, el lugar transmitÃa una gran paz y el clima era perfecto para poder dar un paseo.
_ De verdad extrañaba esto, no me molestarÃa venir más seguido aquÃ...
Hinata se sacó un pétalo que se atascó en su cabello y sonrió.
_ No es mala idea, entiendo porque te gusta tanto este lugar.
_ Si, transmite serenidad, me recuerda un poco a ti_ Nagito sonrió.
_ ¿A m� Creà que te recordaba a ti ...aunque no me dijiste por qué.
_ Uh... no me gustarÃa retomar a esos pensamientos depresivos Hinata-kun, lo siento.
_ Sabes_ Dijo cambiando de tema_ PodrÃamos buscar al resto de nuestros compañeros un dÃa y salir todos a pasear por aquÃ, tal vez encontrar un lugar de picnic y disfrutar.
_ Suena bien, seguro que a todos les gustarÃa mucho_ Los ojos del albino se perdieron en los cientos de pétalos que volaban, algunos de estos atascándose en su cabello blanquecino.
Caminaron un rato en silencio, de vez en cuando teniendo charlas triviales sobre los lugares que podrÃan visitar estando en la ciudad, Nagito se animó un poco más y Hinata suspiró aliviado al notar que al menos una sonrisa sincera aparecÃa en su rostro. Sus enfermedades eran un tema difÃcil, pero estaba seguro que podrÃan sobrellevarlo, después de todo, habÃan pasado por muchas otras cosas peores.
_Hinata-kun, gracias por acompañarme, de verdad estoy muy feliz. Nunca habÃa tenido la oportunidad de disfrutar de esto con otra persona... te tomaste tantas molestias.
_ Ya te lo dije, no es nada, prometà que te acompañarÃa. Además, no es aburrido hablar contigo, mucho menos una molestia.
Nagito bajo la mirada sin dejar de sonreÃr.
_ Eres alguien muy especial Hinata-kun, la persona que ames será afortunada...más que yo, me atreverÃa a decir.
_ ¿Eh? ¿A qué viene eso?
_ No es nada, solo fue un pensamiento..._ Sus ojos se abrieron de repente y su cuerpo se tensó_ Espero no haber dicho nada extraño que te incomodará...
_ Descuida, entiendo lo que quisiste decir, me consideras una persona muy buena al parecer.
_ Asà es, eres la esperanza de todos.
Hinata movió la cabeza en un gesto de resignación.
_ No soy la esperanza de nadie, Komaeda, soy su igual. Su amigo, no necesitas verme desde un pedestal.
_ Aun asÃ, yo veo a Hinata-kun como alguien muy esperanzador.
_ No es necesario idealizarme.
"Te sorprenderÃas de lo egoÃsta que suelo ser..." Pensó para sà mismo.
_ De acuerdo, supongo que en ese caso para ti no somos muy diferentes, pero aun asÃ... sigo creyendo que tu esperanza es la más brillante.
_ Pero lo dices por los talentos ¿verdad? Si no fuera por ellos no me verÃas asÃ.
Nagito se mostró pensativo unos segundos y luego brinco con emoción.
_Tal vez lo pensaba antes, pero ahora Hinata-kun ha demostrado ser alguien digno de tener esperanza, nos salvó a todos de la desesperación y nos trajo a un nuevo hogar_ Hajime ya no podÃa contradecir los ojos brillantes de su amigo.
"No tiene caso, el de verdad me ve como alguien muy bueno".
Hinata rio por lo bajo, Komaeda lo admiraba y apreciaba mucho, quizá algún dÃa podrÃa mostrarle que no era tan perfecto como pensaba, aún con los talentos que poseyera.
El castaño sacudió un poco el cabello enmarañado y saco algunos pétalos rosados de esté, aunque no lo admitiera le agradaba mucho el cabello de Komaeda, era como tocar una pequeña nube y le parecÃa divertida la forma en la que las puntas de su pelo apuntaban a todas direcciones.
_ Esta oscureciendo, deberÃamos ir al hotel_ Dijo observando el cielo.
_ Hmm... adelántate Hinata-kun, yo debo visitar otro lugar.
_ De acuerdo_ Hinata se sintió un tanto curioso_ Recuerda no venir muy tarde, esta ciudad no es muy segura en la noche, Komaeda.
_ No te preocupes tanto por mÃ, estaré bien_ Diciendo esto el albino desapareció de su vista.
Hinata se quedó en el lugar varios segundos pensando, era posible que ese chico no le hiciera caso y si Komaeda se tardaba mucho le costarÃa encontrarlo luego. Con esto en mente se dedicó a seguirlo con suma cautela, no querÃa incomodarlo. Además, tenÃa un poco de hambre e ir al hotel por comida no parecÃa mala idea, pero preferÃa saber que no se meterÃa en problemas, antes que nada.
Siguió al chico por las calles, notando como este seguÃa prestando atención al lugar con suma concentración, llegando asà a un sitio abandonado, sin embargo, la estructura era la de una casa bastante grande y quizá muy lujosa en su momento. Ahora solo estaba deteriorada por el correr de los años.
Observó cómo Nagito se mantenÃa fijo ante aquel lugar para luego adentrarse, Hinata lo observo desde una distancia prudente. La puerta estaba rota, con lo cual logro seguirlo sin demasiados problemas.
Las hipótesis del castaño se confirmaron, el lugar sin duda era muy lujoso, pero estaba abandonado, los pisos de material costoso, los adornos y decoraciones, las telarañas, todo aquello daba la sensación de una verdadera mansión embrujada.
El albino recorrió el lugar subiendo por unas escaleras de mármol a los pisos superiores, por su parte el otro intruso se dedicó a saciar su curiosidad y explorar, tenÃa una idea de donde estaba y no se estaba sintiendo muy cómodo por estar allÃ.
No encontró más que cosas abandonadas y polvo en los pisos inferiores, por lo que se dirigió cautelosamente hasta el piso de arriba para dar un vistazo a las habitaciones.
Se adentró en el ala izquierda del lugar, pero solo halló habitaciones en desuso para huéspedes. Aunque algo en especial le llamo la atención, una foto colgada en una de las paredes, en ella reconoció un niño de cabello desordenado y ojos verde grisáceos que le remitieron a una sola persona.
"No deberÃa estar aquÃ, Komaeda no se sentirÃa cómodo de que estuviera husmeando en este sitio".
Suspiro dispuesto a irse cuando un sollozó llamó su atención, se asomó hacia la habitación de dónde provenÃa el sonido, encontrándose con un chico angustiado llorando en silencio sobre una cama.
La habitación no fue difÃcil de identificar, estaba ordenada a pesar de estar llena telarañas, los muchos libros y juguetes fueron la confirmación de lo obvio. Komaeda habÃa vivido allÃ, posiblemente en su niñez, y este era su cuarto.
Sus ojos se detuvieron en su expresión angustiada, parecÃa estar llorando para deshacerse del dolor acumulado.
"Quizá esto es demasiado para él. Esta ciudad, esta nueva vida y el hospital... no debo asustarlo, este es un momento muy personal, pero... ¿deberÃa irme o solo... llamarlo?"
_ ¿Hinata?
Komaeda cesó su llanto y lo miró fijamente.
_ Lo lamento.
_ ¿Qué haces aqu�
_ QuerÃa asegurarme de que estuvieras bien. No pretendÃa... me iré ahora mismo si eso deseas.
_ Esté lugar ya no es mi hogar, no importa si estás aquÃ, tampoco importa si los vagabundos lo usan para tener refugió...
_ Supongo que entonces mi análisis fue correcto. ¿Esté era tu hogar?
_ Me mude luego del incidente del avión. No podÃa seguir aquÃ, aun asÃ, vine porque necesitaba enfrentar esto.
_ ¿Enfrentar qué?
_ Mi pasado..._ se abrazó a sà mismo en un gesto de protección inconsciente_ Si deseo tener un futuro debo dejar esto atrás.
_Komaeda, no es necesario que te tortures_ Hinata se acercó hasta el albino que seguÃa sentado en su antigua cama y le extendió su mano.
_Vámonos, ha sido demasiado por hoy. Pasemos el tiempo con nuestros amigos, intentemos olvidar lo trágico de este dÃa... después de todo también pasaron cosas buenas ¿verdad? Logre conocer el parque...asà que terminemos el dÃa de una linda manera_ Sonrió, los ojos grises con toques verdosos se humedecieron ante este acto, la mano sana tomo la del castaño y se levantó.
_Gracias, aun asÃ, tendré que volver en algún momento ¿lo sabes? Enfrentar a mis demonios aquÃ.
_ Si deseas hacerlo solo lo entenderé, pero si pides por mi compañÃa cuando eso pase, también estaré allÃ... sea cual sea tu decisión está bien, pero no te apresures. Ven cuando te sientas listo ¿de acuerdo?
_ De verdad... eres demasiado especial Hinata-kun.
_ Aún creo que exageras, pero vámonos de aquà antes que sea más peligroso volver. Espero que haya kusa mochi.
El peli-blanco se lo quedo observando fijamente por mucho tiempo sin decir una palabra.
_ ¿Estás bien? ¿Qué ocurre, tengo polvo en la cara?
Nagito se aproximó y palmeó su cabeza como el castaño habÃa hecho anteriormente, era un gesto cariñoso y a Hinata le pareció tan extraño como dulce en algún punto. Sobre todo, porque nunca habÃa visto a Komaeda hacer aquello con nadie.
_ Hinata-kun, tu pelo es muy picoso, eres como un puerco espÃn.
_ ¿Eh? No me digas eso, tu eres el que tiene el pelo raro.
Hinata toco su cabello varias veces intentando comprobar si lo que dijo era verdad.
_ ¿Y que si está picoso? No pienso ponerle nada, me gusta cómo está_ El tono salió infantil y Komaeda rio por la actitud del castaño.
Hinata no pudo mantener mucho esa expresión de refunfuño y acabo riendo también. Le resultaba curioso como de una situación angustiante podÃan pasar a la felicidad en pocos segundos, quizá estás cosas eran muy normales en la vida de Komaeda, una verdadera montaña rusa emocional.
_ De acuerdo, vámonos.
_ Si.
Ambos abandonaron la casa, directo a su nuevo hogar temporal, pese a todo Nagito se sentÃa mucho mejor, estar junto al castaño le transmitÃa felicidad y la sensación de que no importaba lo que ocurriera o que tan triste fuera, la esperanza los esperaba al final del camino.
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