Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

That thing I need of you por Eiri_Shuichi

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hummm... solo se q pense esto y lo escribi

El cristal del florero dio de lleno rompiéndose en mil fragmentos ante el impacto directo y estrepitoso contra la pared, los libros botados descontroladamente del escritorio, los retratos arrojados con despecho; todas y cada una de las cosas en aquel departamento parecían desaparecer con el ruido ensordecedor de los gritos de un joven de no más de diecinueve años observado atónitamente por el mayor en cuyo rostro fino y claro de ojos castaños y cabezo oscuro junto con la estatura denotaban al menos ser cuatro años mayor.
Por fin el menor se quedo quieto, el cabello azabache le cubrió la faz tan blanca como la porcelana misma, abrió lentamente los dos hermosos ojos negros como el mar nocturno; exhalo con resignación, se levanto lentamente y finalmente tomo la maleta frete a la puerta y en apenas un murmullo pronuncio “Se termino…”.
Se echo el objeto al hombro con sus pocas pertenencias y salió a la amplia calle deshabitada, iluminada solo por los pocos faroles y el asfalta casi húmedo con la brisa del parque cercano con el roció del alba y la Luna en sus últimas horas de esplendor; eran las cuatro y trece de la mañana en ese momento, cuando escucho los pasos presurosos, el correr del mayor y su grito, le llamaba como tantas veces lo había hecho.

 

-¡Abdiel!, ¡Abdiel detenté!- se detuvo el de mirar terracota a dos metros y medio del otro que dio media vuelta con tal sosiego que parecía ir en cámara lenta
-Isail, por favor, dejemos de engañarnos de una buena vez- dijo calmo, casi moribundo por los efectos secundarios de la furia descomunal
-Tan solo dime, ¿por qué?, ¿por qué te vas?, ¡¿por qué justo ahora Abdiel?!, ¿por qué…?
-Tú lo sabes tan bien como yo, esto no vale la pena; no se que estaba pensando
-¡Que me amabas!; lo dijiste no una ni dos sino cientos de veces, ¿ahora te arrepientes?
-Nos apresuramos demasiado, no sabíamos…
-¡Yo si sabia!- le interrumpió –en ningún momento tuve dudas, ni siquiera ahora las tengo
-Isail, por favor, no hagas esto más difícil
-¡¿Y qué se supone que haga?!, ¡joder!, no puedo… ¡no puedo verte partir así como así y quedarme sentado!
-No hemos estado juntos lo suficiente para no superarlo, deja de actuar como un crió
-Antes no pensabas así, antes no te importaba que nos conociéramos apenas un par de meses atrás, no te importaba nada que no fuéramos nosotros dos y un futuro juntos
-¡Me equivoque!, hable sin pensar…
-No, es ahora cuando no piensas, ¡date cuenta por amor de Dios!, ¡lo que sientes es miedo y es normal pero no razón para arrojar por la borda todo!
-¡¿Qué todo?!, ¡tú y yo no tenemos nada, date cuenta de eso!
-¡No es verdad!... no es verdad… Abdiel te amo y no tengo miedo de decirlo o demostrarlo; quiero estar contigo el resto de mi vida
-Eso dices ahora pero mañana…
-Mañana pensare igual y pasado mañana… y todos los días de mi vida
-¿Cómo estas tan seguro?
-Porque lo siento, porque quiero creer que así será
-No es posible
-Claro que sí
-¡No!, ¡no sabes nada de mí, de mi pasado!, ¡NADA!
-Eso no es indispensable- susurro suplicante
-Sí lo es; Isail date cuenta de que todo esto ha sido una locura, una aventura infantil que teníamos que vivir para dejarnos ver lo que pasa a nuestro alrededor
-No tengo ojos para el mundo, solo para ti
-¡Ya basta Isail!, por lo que más quieras ya basta, ¿qué sabes de mi?, ¿dónde nací?, ¿Cuál es el nombre de mis padres?, ¿conoces acaso a mi mejor amigo?; ¡responde!
-¡No!, ¡no se muchas cosas sobre ti y lo admito!... pero se otras Abdiel; se cual es tu color favorito, tu canción preferida, se cuantas cucharadas de azúcar te gusta en el café, se que odias las alturas, conozco tu expresión brillante y emocionada cuando comes chocolate, incluso a veces creo que lo prefieres a él que a mi- ironizo -  he contado más de una noche los lunares de tu cara, se exactamente donde esta cada uno de ellos he incluso me he fascinado con el de tu cuello, justo donde te beso cada vez que estamos juntos, me se de memoria tu rostro al dormir, me imagino con que sueñas y anhelo ser parte de esa fantasía, se que cantas en voz baja, memorice cada matiz de tu voz pero me encanta descubrir nuevos, adoro la sensación de tu cuerpo perfectamente acoplado al mío como piezas de un rompecabezas al bailar, noto cada vez que tu mirada cambia porque intentas mentir, la nostalgia con que admiras el mar y se que te lleva muy lejos y sí, admito que no me has compartido ese mundo pero espero paciente a que un día logres hacerlo, a ser parte de él.
-Isail… por piedad…
-Y, ¿sabes?, tu expresión cuando nos conocimos, cuando te vi en la estación de trenes; jamás la olvidare, es de los mayores tesoros que puedo tener y, posiblemente, en mi lecho de muerte sea eso en lo que piense, en ti, en el maravilloso ser que conocí aquella tarde cuando tropezamos y sin querer te acorrale contra la pared, tus ojos, tus mejillas sonrosadas… en ese momento solo me pregunte si realmente eras un ser humano y así fue, eres lo mejor que me ha pasado en la vida y no quiero dejarte partir; no ahora.
-¿Por qué dices todas esas cosas?
-Porque te amo Abdiel, y si planeas irte te seguiré por tierra, mar, no me importa; te buscaré en el mismo infierno si hace falta. Si te dejo ir ahora me arrepentiré por siempre
-Isail…- sollozaba el menor sintiéndose venir abajo
-Mírame, Abdiel mírame y atrévete a decirme de frente que no sientes nada por mí, que todo esto ha sido un juego o un error, dímelo y te juro por mi alma que no te molestare más
-Eres un idiota… un reverendo idiota…- dejo caer la maleta y corrió arrojándose prácticamente al abrazo del mayor llorando –no puedo, no puedo y tú lo sabes… no puedo negar lo que siento por ti
-Mi niño- pronunciaba quedo besando el rostro de su amado sin restricciones, limpiando con sus labios cada lágrima y buscando desesperadamente la boca del otro –mi niño
-Perdóname
-Shhh, es normal sentir temor y dudar
-No me dejes, no me permitas jamás alejarme
-Esta bien
-Isail…
-Dime pequeño
-¿En verdad… deseas estar conmigo… siempre?
-En este momento es lo que más deseo
-Ahora… pero… ¿después?- comenzó a temblar por la inseguridad en su mente –no podría Isail… no podría soportarlo
-Y has estado a punto de hacerlo…
-Tengo miedo de que después sea demasiado tarde, de que este momento termine

-Lo único que me importa es que estas conmigo, aquí y ahora; lo que después pase lo decidiremos tú y yo… juntos


 

 

Le beso una vez más, tomaron las cosas y volvieron al hotel del cual marcharon al siguiente día; salieron de París con rumbo desconocido bajo la misma Luna que los viera llorar.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).