"-EverytimE-"
By:*-Nao_Ran-*
((XII))
Capitulo Duodécimo:
-"Mi Amor por Ti-"
((I partE*))
No podía negarlo... estaba estresado, cansado, agotado, y lo bastante mal humorado como para hacer otra cosa más que estar en su cama. Y odiaba sentirse de ese modo, por que él no era así, esa no era su esencia ni mucho menos su espíritu.
Él era una apersona que reía a menudo, la verdad, era que reía todos los días... le gustaba mucho levantarse por las mañanas e iniciar su rutina diría, que para su suerte no siempre era igual.
Eso le agradaba tanto, tanto...
Pero en ese momento todos los pensamientos positivos acerca de su vida se habían ido bastante lejos, incluso dudando de si mismo y sus capacidades.
Y todo por culpa del maldito ultimo examen del año. Si... solo un examen más y podía decirse que ya estaba en segundo año de la Carrera de Leyes... y si lo pasaba, seria el mejor de todo sus compañeros, el único que no había reprobado ninguna materia.
Aaaah...
Pero eso pasaría si lograba pasar el último examen, para el cual estaba estudiando, y por culpa de eso no podía dejar de estar de pésimo humor. El estrés lo tenía ya al borde del colapso nervioso, llegando a sentirse enfermo, con dolores de cabeza agudos y con más tensión que un corredor en la bolsa de New York.
Y lo que más le dolía de todo aquello, lo que más sentía, era no poder estar con su adorado y hermoso pelirrojo.
Como extrañaba a Kikumaru... por Kami que lo extrañaba!!
Llevaba casi dos semana sin verlo... ni siquiera unos míseros 5 minutos! Nada de nada... y otra cosa que ya había terminado por odiar era el teléfono, ese maldito aparato que no le permitía disfrutar como se debía de la exquisita y dulce boca de su novio más que amado.
¬¬*
u.ú
Pero si no fuera por ese aparato no sabría nada del pelirrojo. Y bueno... aceptaba también que era parte de su culpa... bueno... bastante culpa tenia él en aquella situación. Nada le costaba ir a visitarlo durante un par de horas, besarlo como se debía y después volver a su casa tranquilo y relajado.
Pero no lo había hecho... por que estaba más que seguro que si hacia eso, no se conformaría con besarlo como era debido y tampoco se devolvería tranquilo a su hogar.
Le haría el amor hasta que su neko se quedará dormido del cansancio... pero igual él seguiría disfrutando de su piel, de su cuerpo... de su existencia.
Tiró los libros de Derecho Procesal al suelo y se paso duramente las manos por su rostro... llevaba 6 horas tratando de estudiar. Tratando, por que cada vez que leía una frase el rostro de su novio aparecía en su mente y él se dedicaba a soñar despierto un encuentro con su neko, o simplemente recordando como eran los labios, las manos, los brazos o la estrecha cintura que ese chico tenía.
Definitivamente Eiji era la persona más hermosa que había visto en su vida, más hermosa que cualquiera de sus compañeras o mujeres que había visto o tratado. Tan perfecto en todos los sentidos... tenía un corazón humilde y alegre, era una persona bromista y a la que le encantaban los helados, dulces, y las pastas dentales de sabores. Su cabello siempre olía a frutas y su piel... ah!.. su piel era demasiado perfecta, demasiado.... demasiado.... demasiado irreal para pertenecerle a un ser humano y por sobre todo a un hombre.
Si... lo asumía, lo confirmaba y lo aceptaba, estaba más que enamorado, estaba ciego, sordo y hasta mudo de amor. No se imaginaba su vida sin Eiji a su lado, sin compartir el resto de su vida con él, despertar en las mañana a su lado y dormir en la noche pegado a su hermoso cuerpo.
No podría vivir sin él amor de Eiji.
Y al pensar en eso rápidamente recordó a su mejor amigo, Tezuka.
¿Como lo hacia él? ¿Como podía seguir viviendo, jugando, ganando torneos sin Fuji a su lado?
Él mismo era testigo del profundo amor que el tenista le profesaba a Syusuke. Tezuka le permitía todo a su novio, le aguantaba sus sarcasmos, sus bromas pesadas, sus rabietas y enojos, de verdad él le soportaba todo, absolutamente todo y estaba claro que la razón era el amor que le tenía.
Lo había visto derrumbarse por lo del accidente, lo había visto llorar, echarse la culpa, maldecir a todos los dioses existentes del cielo, estar a punto de dejar su vida de lado por estar velando día y noche a Fuji... sufrir tanto que ese dolor le había llegado incluso a él mismo y a Eiji.
Pero aun así, había avanzado, había seguido caminando en el sendero de la vida, a pesar de todo.
-Yo no lo hubiera podido hacer. -se dijo sentándose en la cama.
-No podría haber seguido mi vida si hubiera sido Eiji el del accidente.
Y de eso estaba completamente seguro.
Y sin pensarlo más, se levanto de su cama, tomo su chaqueta, billetera y las llaves del coche ((Tezuka se lo había dejado, ya que él le daría mejor uso que tenerlo guardado en el garaje de su casa)) y con decisión salió de su habitación para segundos más tarde hacerlo de su casa.
Iría a pedirle disculpas a su hermoso pelirrojo por los días de ausencia y por no darse cuenta de aquello antes.
Si le iba mal, el examen podría retomarlo el año entrante, ahora ya no le importaba retrasarse un semestre completo por eso.
Lo más importante en ese minuto era estar con Eiji.
Y eso era precisamente lo que iba a hacer.
Lo vería, lo besaría como se debía, y se quedaría pegado a su cuerpo todo lo que restaba de día y noche.
Su Amor era más importante. Mucho más importante que un estúpido examen final.
Y esperaba que Tezuka pronto se diera cuenta de ello. Por que tal vez... ahora que Fuji se estaba recuperando, las cosas no seguirían igual que antes.
Sobre todo por que Fuji podría sentir que Tezuka finalmente lo había dejado. Y para Siempre.
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((II))
La noche se estaba haciendo cada vez mas fría a pesar de que el invierno ya estaba por acabar en el lado norte del globo.
Pero a él no le importaba en lo mas mínimo el frío o la hora, quería disfrutar si era aun más posible su soledad... aquel sentimiento que prácticamente lo tenia vuelto loco... por que en su vida ya no había nada... ya no tenia nada.
Y darse cuenta de aquello lo hundía cada minuto un poco más.
Hacia casi dos semanas que no tenia noticia alguna de Syusuke... por más que llamaba y llamaba a Yumiko, a su "suegra" y a Yuuta nadie se dignaba a contestarle el teléfono y darle una mísera noticia de cómo estaba Suke...
Su Suke...
El pensamiento de que algo malo había pasado se instalo en su mente desde que las llamadas no respondían, logrando que su miedo y desesperación llegara a tales niveles que había perdido en el primer partido de ese campeonato que estaba disputando en Miami.
Burk y muchos otros quedaron sorprendidos ante el indigno rendimiento demostrado por la joven promesa del tenis mundial... pero a él no le importaba. Ya había dejado de sentir las ansias por disputar un partido y destrozar al contrincante a base de un elegante y mortal juego.
No, eso definitivamente ya no le importaba.
Solo quería volver a ver a Fuji.
Casi un año sin verlo, sin tocarlo, sin escucharlo, sin sentir su hermosa presencia y el calor de su cuerpo que varias noches lo había abrigado, haciéndolo sentir una persona importante, querida y necesitada. Sentir a Suke a su lado era todo lo que requería para levantarse cada día, esforzarse en el tenis, en sus estudios, en su relación con sus abuelos... incluso ganas había tenido de llevarse bien con sus padres, todo por que Syusuke lo empujaba a ser mejor persona, a madurar, a crecer y darse cuenta de que con una mentalidad de niño no iba a llenar a ningún lado.
Pero, a pesar de necesitar todo eso, el miedo lo retenía en América.
¿¿Y si volvía y Fuji ya no estaba... vivo??
Un estremecimiento lo sacudió de gran manera, haciéndolo abrazarse a si mismo en aquella banqueta.
No podría soportar ni ese pensamiento siquiera... sentía que se volvía loco de desesperación al imaginarse aquello, y lo peor...lo peor de todo era que su estúpida mente no hacia más que mostrarle imágenes de Fuji sin vida en esa maldita cama de hospital.
Y si eso fuera cierto... no dudaría un segundo en seguirlo... por que lo sabía desde hacia mucho tiempo: Sin Suke él no era nada, y como nada, desaparecería de la faz de la tierra y en la otra vida buscaría al chico para, sin obstáculos de por medio, pasar toda la eternidad a su lado.
Pero no tenia noticia alguna!
Si tan solo le contestaran el maldito teléfono!!!
Miro las estrellas... miro el manto oscuro que cubría el cielo. A pesar de estar el invierno terminando en aquel lado del globo el frío se hacia presente en aquella noche. Pero a él no le importaba por que no sentía nada... el frío del miedo y la soledad eran aun más fuerte en su alma y corazón.
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((III))
Descansaba en el pecho de su novio y luchaba con todas sus fuerzas por no caer rendido a la inconciencia producto del sueño.
Aun así, la sonrisa no se le borraba de su rostro, estaba tan feliz, tan contento de tener a Oishi junto a él en su cama, que sentía que no dejaría de sonreír hasta el año entrante.
-¿Por qué sonríes así Neko?
-Es que Oishi! -le dijo mirándolo-... estoy tan feliz de que por fin te hayas acordado de mi!!
-Pero si yo siempre me acuerdo de ti!!! Por tu culpa no pude seguir estudiando!! -le dijo, arrepintiéndose en el acto al ver como la sonrisa desaparecía lentamente del hermoso rostro de su amante-... no, Eiji! No... espera... no quise decir eso... yo mira...
-Entonces... solo viniste a... -y no pudo terminar por que su llanto se lo impidió. -Oishi ya no me quiereeeee buuuuuuuuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
A pesar de que adoraba como Eiji lloraba, en ese momento el llanto no hacia más que romperle el corazón, así que abrazando casi por la fuerza al chico, trato de calmarlo con las mejores palabra de amor que encontró en su diccionario mental para lograr que las lágrimas se estancaran poco a poco, hasta que por fin el pelirrojo se calmó y Shuichirou pudo dar las excusas pertinentes por la reverenda cagada que se había mandado.
-Creo que me exprese mal Neko hermoso... -le dijo acariciando las mejillas sonrojadas de su novio-... lo dije por que te extrañaba tanto que en vez de aprenderme de memoria los malditos códigos veía tus hermosos ojos en mi mente y lo único que deseaba era apreciarlos de verdad y besarte como lo voy a hacer ahora...
Le sonrió dulcemente para tomar esos labios un tanto hinchados entre los suyos y disfrutar un largo tiempo más del dulce sabor de su Neko pelirrojo hermoso.
Pero ya los besos no se le hicieron suficientes y la temperatura de su cuerpo comenzaba a aumentar de forma directamente proporcional a medida que acariciaba la suave piel del chico que estaba, ya en ese momento, bajo su cuerpo.
Con una de sus manos separo una delgada pierna para posicionarse entre ellas y volver a ser a Eiji suyo.
El pelirrojo solamente sonrió mientras lo besaba, separado ambas piernas por cuenta propia, adoraba sentir a Oishi de esa manera tan intima dentro de él, marcándolo, haciéndolo gemir y retorcerse por el placer y el amor que sentía.
Minutos después, ambos disfrutaban nuevamente del cuerpo del otro, tocando todo lo que podían hasta terminar en el éxtasis más intenso de la noche.
Y otra vez disfrutaban de la quietud y su compañía en medio de la madrugada cuando, antes de dormirse definitivamente Eiji le pregunto acomodándose aun más entre los brazos de Oishi.
-Has... sabido algo del Bochou??
-No... la señal no llega muy bien a América desde mi móvil. -contesto acariciando con devoción la desnuda espalada ajena.
-Entonces... no sabe que Fujiko ya a despertado?? -pregunto nuevamente.
-No lo sé... creo que no. -contesto, apegando más él cuerpo del pelirrojo al suyo.
-Deberías decirle... aunque Fujiko no pueda hablar... se que desea con todas sus fuerzas verlo... se buen amigo y avísale mañana amor.
-..- Medito un tanto lo antes dicho por su Neko, encontrándole toda la razón. Se pateo mentalmente por no haber hecho eso antes, pero aun estaba a tiempo.
-Mañana a primera hora lo llamare koi.
-...
-Koi?? -pregunto mirándolo y notando que ya estaba dormido lo cobijo aun mas y se dispuso también a dormir entre los cálidos brazos de su amor, impregnado fuertemente en su cabeza la idea de que apenas el alba despuntara llamaría a Tezuka para decirle, que Fuji, por fin, había despertado.
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No había podido dormir en toda la noche por culpa de sus pensamientos y, por que no decirlo, de su remordimiento también. Así que en vez de seguir perdiendo el tiempo tratando de conciliar el sueño dando vueltas y vueltas en su cama simple de aquel hotel, decidió bajar y ponerse a entrenar... era lo único que podía hacer en lo que le restaba de estancia en Miami, ya que dos días después tomaría un vuelo que lo llevaría a otro torneo de tenis.
Y aunque no tenia muchas ganas de practicar, tenia que matar el tiempo de alguna manera... y entre la típica terapia que tenia con el psicólogo deportivo prefería estar todo el día golpeándole a la pequeña pelota verde y esperar a que el día terminara de una vez.
A Burk no quería ni verlo... no estaba de humor para bancarse otra charla acerca del "Compromiso Profesional" que habían adquirido y que éste, como su entrenador exigía, y no esperaba simples resultados, más bien quería Excelentes resultados. Y para desgracia del viejo... él no se los estaba dando, bueno, no de la manera que todos esperaba.
Ya ganaría el torneo siguiente, pero deseaba que por el momento no viniera y lo jodiera con el mismo discurso que, ya estaba a punto de saberse de memoria.
Y mientras golpeaba a la pared en un movimiento igualitario por parte de su muñeca en cada toque, un par de metros a su costado derecho se detuvo una jovencita, de aparentes 20 años que lo miraba atentamente.
Y según sus cálculos mentales había pasado, quizás, una hora o un poco más y la chica seguía allí, mirándolo vigilantemente, como si esto fuera completamente normal.
Lo que él aceptaba era que lo miraran mientras jugaba, pero cuando estaba entrenando, sentirse observado era algo que lo hacia ponerse nervioso y perder la concentración. Y como si esto fuera una premeditación, un par de golpes más tarde, perdió su concentración y con esto el "juego" que estaba llevado consigo mismo. Y para ponerle broche de oro, la bola se detuvo al chocar con los pies de la joven y esta de inmediato se inclino para recogerla, y mostrando una radiante sonrisa se acerco a él, hablándole alegremente.
-Hola... soy Hilary... me gusta como juegas.
Pero él se hizo el sordo, lo que menos quería era ponerse a "charlar" con una completa desconocida.
-No hablas ingles??... yo pensé que si lo hacías. -dijo algo desanimada por la nula atención prestada por el tenista.
-.......Si lo hago. -respondió seco, pidiéndole la pelota con el siempre gesto de tener la mano derecha estirada en su dirección.
-Entonces por que no quieres hablar conmigo?? -volvió a preguntar de la manera mas inocente que pudo actuar.
-No puedo, estoy entrenando.
-Pero eso no es impedimento... -respondió ella alegremente.
-Para mi si... así que con tu permiso.
Tezuka la dejo ahí, caminando hacia la salida de las canchas, sin ver la sonrisa un tanto extraña que en el rostro de la chica se formulo.
-Ya me gustas... Tez...
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Iba subiendo por el ascensor hasta el piso 7 donde estaba su habitación, y mientras esperaba que el transporte lo dejara en su destino no pudo dejar de pensar en ese chica... estaba mas que seguro que la había visto en alguna parte, pero no recordaba mucho la verdad... de seguro era otra chica fan... en resumen, nada que pudiera servirle a él.
Y cuando el ascensor abrió sus puertas pudo distinguir que afuera de su habitación estaba Burck, y al verlo algo en su corazón se acelero...
-Un presentimiento...
Pensó, pero no le dio mayor importancia, hacia bastante tiempo que no prestaba atención a ese tipo de cosas. Llego a su puerta y saco la tarjeta del bolsillo izquierdo con la que podría acceder a la habitación. El hombre mayor no le dijo nada, simplemente espero hasta estar dentro de ésta.
Tezuka por su parte se dirigió al mini-freezer y saco una lata de bebida energizante, se sentó en un cómodo sillón de color beige, esperando saber pronto por que su entrenador estaba tan serio.
-...Si es por lo del partido de ayer... creo que ya lo discutimos y...
-No es por eso que estoy aquí Kunimtsu.
No era un sermón por su miserable partido anterior? Y, Lo había llamado por esu nombre? El asunto era realmente grave.
-Que pasa? -pregunto sin dar rodeos innecesarios.
-He recibido una llamada desde Japón. -contesto serio-... era tu amigo Oishi, necesita hablar contigo.
Por un par de segundos creyó que podría ser la madre de Fuji y se sintió esperanzado en ese breve lapsus de tiempo, pero si era Oishi no eran noticias muy importantes o graves... aunque lo mas grave que podría decirle es que había estrellado su coche.
Ah!, pero no le importaba, no necesitaba coches en sus giras.
-Lo llamaré mañana... -se levanto bebiendo su energizante con la disposición de ir a su habitación y darse un baño para dormir lo que quedaba de día, pero la voz de Burck volvió a interrumpirlo.
-Yo creo que deberías llamarlo ahora.
Sus miradas se cruzaron y se quedaron suspendidas por un par de segundos. Tezuka sabia muy bien que Burck si sabia el motivo de esa llamada, pero contradiciendo todos sus pensamientos anteriores, recién en ese minuto, el temor lo invadió impidiendo que pudiera moverse.
Si llamaba y eran malas noticias sobre Syusuke no podría seguir viviendo. Así de simple, así de sencillo.
-Esta bien.
Dijo simplemente descolgando el teléfono y pidiéndole a la recepcionista que lo comunicara con Japón. Sus manos sudaban y sentía que el rostro le iba a estallar de calor. Su inconsciente y conciente sabían perfectamente que eran las noticias que se le habían negado por más de dos semanas... pero como él era un cobarde, que escapaba de las cosas siempre, quiso cortar la llamada...
Al otro lado de la línea Oishi ya le había contestado, y sin esperar un saludo de la otra parte, escucho... sin poder creer, cada palabra que su amigo le dijo, sin el mayor tacto posible.
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Y era así como se sentía todo, como ocurría todo, y como pasaba todo.
Las personas caminaba a su alrededor de manera tan rápida y vertiginosa que solo podía ver sus estelas. Además, el silencio estaba instalado en sus oídos y no le permitía escuchar nada. La sensación de no pertenecer a ese lugar era tan gigantesca que en ese preciso instante sentía ganas de llorar.
Pero no podía por que él, Tezuka Kunimitsu, no lloraba jamás.
Y sonrió ante semejante pensamiento.
Aquello era mentira, era un entupida mentira... por que él si lloraba, y por un demonio que lo hacia.
Pero ahora, quería llorar de miedo y no de arrepentimiento y culpa como las veces anteriores... y no podía borrar aquellas frases de su mente, tan fríamente dichas por su amigo, pero que no era más que toda la mezcla pura de verdad y realidad de su existencia.
-"Tienes que regresar Tezuka... Fuji a despertado..."
-...
-"Y no puede ni ver ni hablar."
Y así de categórico fue el llamado por teléfono, y del mismo modo fue categórica su manera de reaccionar. Había colgado el teléfono y en 15 minutos había anulado la reserva del hotel y había, a su vez, conseguido un vuelo a Japón dentro de 6 horas.
Y por esto estaba ya en el aeropuerto, frente a la puerta de embarco internacional, esperando que esta se abriera para poder entrar en ella y en el avión cruzar el globo y poder ver a Fuji.
...Y recibir su odio y desprecio por el abandono... tal y como Oishi se lo había hecho saber, también, en esa llamada telefónica.
-"...Y aunque no pueda hablar... se a dado a entender. Él te odia, y no quiere saber nada más de ti...."
Lo merecía, por Dios que si lo merecía... pero no importaba... por que tal vez... expiando sus culpas de alguna manera lograría estar con Fuji otra vez, aunque fuera lejos del tenis, separado de su realización profesional.
Pero eso ya no importaba... en su mente lo único que existía era la imagen de Fuji, ya no en el accidente, ni sangrando en el piso del hospital, ni mucho menos inconsciente, sino que, mirándolo directamente a la cara, con todo el odio y desprecio que podían reunir aquellos ajenos, hermosos y fríos ojos azules.
*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_[-C_o_N_t_I_n_U_a_R_a-]_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*
Avances del proximo capitulo!
Fuji definitivamente no quiere "ver" a Tezuka, y este en un cambio radical de su comportamiento se hace el herido de orgullo y no piensa pedirle disculpas ni perdón a Suke hasta que este deje de IGNORARLO y tratarlo como mirerd*.
Oishi y Fuji comienzan a tener problemas "maritales". Cada uno apoya a su amigo y se van distanciando... por que piensan que lo mismo les podría pasar a ellos en un futuro, tal vez, no muy lejano.
Burck le da un ULTIMATUM a Tezuka: ¿ o el Tenis, o Fuji?
Fuji... cada día mas sumido entre la inconciencia de su mente y alma, y la locura de su razón.´
-Mitsu... por que me abandonaste?