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Un Príncipe Enamorado por Emmyllie

[Reviews - 35]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Como siempre, antes de empezar muchísimas gracias por sus bellos e inspiradores reviews a:

Nishikata

C Lehnsherr

VidelFujoshi

Las amo!! Gracias por su aguante, por su apoyo, por su motivación. Me inspiran muchísimo con sus palabras, de verdad este fic es lo que es gracias a ustedes ^-^

 

Hoy actualizo un día antes de lo previsto, porque me vino un golpe masibo de inspiración. Les traigo escenas interesantes y al final... ¿un giro inesperado?

Espero les guste ^-^

Capítulo 7: Un Juego Peligroso

Trunks caminó hasta el interruptor de la luz y lo reguló, hasta dejar el cuarto en una suave penumbra, mientras Bulma ponía música más apropiada para ambientar. Pasó de E.T. de Katty Perry, a For Your Enterteiment de Adam Lambert. Todos se acomodaron mejor, dejando los vasos sobre la mesita de noche y apoyando las espaldas en los costados de las camas. El pelilila se acomodó junto a Goten y miró a todos con una sonrisa juguetona, sacando de su mochila una pequeña cajita rectangular y plana, desde donde extrajo una especie de baraja de cartas un poco más grandes que las comunes. Dejó ambas botellas de licor a su costado y dijo, sonando entre entusiasmado y travieso.

–Necesito que se pongan en parejas con su compañero de cuarto y, cuando ya estén listos, yo les daré tres tarjetas a cada uno. Cada tarjeta tiene dos opciones, pregunta y penitencia, y conforme sea su turno de jugar, deberán escoger lo que mejor les parezca para aplicarlo con alguno de nosotros.

–Eso se oye tan malicioso de tu parte, Trunks– comentó Piccoro, mirándolo receloso.

Éste se limitó a sonreírle juguetonamente, besando a su novio en los labios con ternura.

Bulma se sentó junto a Lazuli, Piccoro junto a Krillin, Kyabe junto a Tarble y Vegeta junto a Goku. Trunks entonces cumplió su palabra y les dio a cada uno un trío de sus misteriosas tarjetas, pidiéndoles que no las vieran hasta que fuera su turno de jugar. Todos, aunque intrigados, optaron por obedecerlo, cada vez más seguros de que la cosa más temprano que tarde se descontrolaría.

–Estamos listos– exclamó el ojiazul, tomando su lugar junto a Goten. –¿Quién comienza?

Lazuli suspiró y, alzando los hombros desinteresada, tomó una de las tarjetas y la vio, frunciendo un poco el ceño al percatarse de que tanto la pregunta como el reto eran igual de incómodos y atrevidos.

–Elijo a Goten– resolvió, ante lo que el mencionado asintió tranquilo. –¿Verdad o reto?

–Verdad– respondió el pelinegro, viéndose totalmente entregado a la situación.

–¿Cuál es tu posición sexual favorita?– preguntó la rubia, no logrando contener la risa.

Goten se sonrojó, sonriendo apenado ante las miradas medio intrigadas, medio divertidas de sus amigos fijas en él. Trunks a su lado lo miró pícaramente, besando su mejilla para darle valor.

–Eh… contra la pared– contestó finalmente, haciendo que Bulma gritara emocionada.

–¡Oh, por Dios!– exclamó eufórica, capturando su tierno sonrojo en una foto. –¡Hermoso!

–Y yo que te creía el más inocente aquí…– espetó Piccoro, sintiéndose algo incómodo.

El pelinegro rió ofuscado, negando ligeramente con la cabeza.

Vegeta y Kyabe compartieron una mirada azorada, empezando a arrepentirse de jugar.

–Es mi turno– continuó Goten, tomando un poco de soda para calmar su sonrojo, mientras observaba cuidadosamente a sus amigos y los que aun no lo eran tanto. –¿Verdad o reto, Vegeta?

El príncipe se sorprendió bastante de ser escogido tan pronto, pero lo disimuló muy bien bajo una mirada desinteresada y un suspiro hastiado, mientras consideraba cuál de las dos opciones era menos… umillante. Al final le daba igual, total siempre podía pasar y tomar un shot de vodka o whisky para zafarse de responder o hacer lo que fuera.

–Verdad– contestó  en tono desinteresado, cruzándose de brazos con cierta indiferencia.

Goten asintió y fijó sus ojos en la tarjeta, sonriendo malicioso al leer la pregunta.

–¿Eres virgen?– pronunció lentamente, tan expectante como los demás ante la respuesta.

El saiyajin de la realeza abrió sus ojos atónito, negándose terminantemente a contestar semejante pregunta tan íntima y vergonzosa. Fulminó a Goten con una mirada asesina y chistó la lengua, negando con la cabeza y frunciendo el ceño en gesto de fastidio total.

–Paso– dijo simplemente, encogiéndose de hombros.

–¿Qué? ¡No!– se enojó Bulma, haciendo un puchero. –¡No seas así, Vegeta… ¡Responde!

Éste la ignoró y le recibió a Trunks el pequeño vasito de vodka, bebiéndoselo de un solo trago. Le desagradó el sabor amargo que el licor dejó en su boca, así como el ardor incómodo en su garganta. Pero prefería mil veces eso, a tener que responder la verdad.

–Sólo puedes pasar tres veces– le informó el pelilila, recibiéndole el vasito de vuelta.

Vegeta asintió, tomando una de las cartas y mirando a los demás en busca de su víctima.

Goku, quien había estado todo ese tiempo observándolo en silencio, dedujo enseguida que su compañero de habitación no había estado nunca con alguien sexualmente hablando. De lo contrario, ¿por qué otra razón se negaría tan efusivamente a responder? Y eso, muy en el fondo, le produjo una satisfacción exquisita. Vegeta era virgen y, a sus ojos, aquello lo hizo todavía más atractivo y perfecto.

–Tarble– escogió el príncipe, sonriéndole de lado al menor.-¿Verdad o reto?

El nombrado se sobresaltó, devolviéndole una sonrisa azorada como respuesta.

–Eh… verdad… supongo– dudó  al responder, jugando con un mechón de su negro cabello.

Vegeta suspiró y leyó la pregunta, arrepintiéndose por alguna razón de haberlo elegido precisamente a él, ya que no supo por qué la idea de obligarlo a responder algo tan bochornoso, le causó un desagradable sentimiento de culpa.

-¿Te gusta alguien de nosotros?           

Tarble abrió la boca, la cerró y la volvió a abrir, ruborizándose inevitablemente. Kyabe a su lado lo miró expectante, lo cual lo hizo sonrojarse aún más. Vegeta tenía los ojos fijos en él, analizando cada una de sus reacciones. Finalmente volvió a hacer el intento de hablar, respondiendo en un tono de voz avergonzado, pero fuerte y seguro.

–Sí.

Bulma automáticamente quiso saber quién era, pero Tarble se negó a decirlo, argumentando que la pregunta no lo obligaba a dar nombres. Y, por supuesto, Vegeta lo apoyó, dejando a la joven Brief con un nuevo puchero indignado frunciéndole los labios.

–Mi turno– dijo el pequeño pelinegro, apartándose unos mechones de la frente y tomando una de las tarjetas que tenía, para seguidamente observar a los chicos en busca de alguien a quién interrogar. –¿Verdad o reto, Goku?

–Reto– respondió sin más el de cabellos alborotados, sonriendo muy seguro de sí mismo.

–Okey…– Tarble leyó la penitencia y sus ojos se abrieron sorprendidos, al tiempo que sus mejillas volvían a teñirse de un suave rubor. –Eh… si hay alguien entre nosotros que te guste… debes darle un beso francés en frente de todos.

El aludido se sonrojó también, mientras Goten y Trunks lo animaban gritando “Vamos, Goku, aprovecha tu oportunidad” y Bulma preparaba su cámara en modo video para plasmar por siempre un momento tan épico.

Dándose valor a sí mismo, Goku se giró en su lugar, tomando a Vegeta de la mano para voltearlo hacia él. Pasó un brazo por alrededor de su cintura y lo apegó contra su cuerpo en un agarre posesivo, mientras cortaba de golpe la distancia entre sus rostros y tomaba sus labios en un beso que distaba mucho de ser un contacto sutil o fugaz. Por inercia éste quiso apartarse, poniendo sus manos en el pecho de Kakarotto para empujarlo, pero cuando sintió como una lengua curiosa delineaba sus labios queriendo entreabrirlos delicadamente, mandó todo indicio de cordura y sentido común al diablo. Abrió su boca y esa húmeda intrusa lo invadió, explorando sensualmente cada recoveco de esa cavidad dulce y adictiva. Y aunque nunca había besado, se negó a quedarse atrás, correspondiendo ávidamente y haciendo que al de cabellos alborotados se le olvidara hasta su nombre.

Bulma por poco suelta otro grito emocionado, pero Lazuli fue rápida y le cubrió la boca para evitarlo. Tanto Trunks como Piccoro los observaban boquiabiertos, ya que ni en un millón de años esperaron que Vegeta aceptara y mucho menos se entregara al beso de su amigo con tal facilidad.

Ambos daban una visión tan lujuriosa como excitante, ya que al estar sentados en el piso con las espaldas apoyadas en el costado de la cama, para Goku no había sido ningún problema acorralar a Vegeta para seguir devorándole los labios deliciosa y lentamente.

Por su parte, Kyabe se sentía morir. La rabia, el dolor, la impotencia y un sinfín de sentimientos negativos más invadían su corazón inexperto, forzándolo a bajar la cabeza y cerrar fuertemente los ojos para no seguir siendo testigo de una escena que lo destrozaba por dentro. Ver como su príncipe cedía a la atracción que sentía por el saiyajin de clase baja, no hacía más que recordarle cruelmente que tenía cero oportunidad de llamar su atención amorosamente hablando.

Finalmente el beso se rompió y ambos saiyajines se separaron tan sonrojados como avergonzados, acomodándose correctamente en sus lugares y haciendo todo lo humanamente posible por ignorar las miradas sugerentes y pícaras de sus amigos.

–¡Wow!– exclamó Trunks, sonriendo satisfecho. –Eso sí fue un beso con todas sus letras.

Vegeta le tiró un cojín para callarlo, gruñendo en modo “Morirás si sigues hablando”, a lo que éste reaccionó soltando una carcajada divertida.

El príncipe ni idea tenía de por qué había besado así de impulsivamente a aquel saiyajin que tanto lo incomodaba con sus insinuaciones extrañas y su actitud demasiado posesiva en ocasiones, mucho menos sabía cómo diablos actuar ahora que había rebasado el límite de sus propias barreras. Sintió una mirada insistente sobre él, pero no tuvo que ser adivino para saber que Kakarotto lo observaba intensamente. Lo peor era que no podía negar que el idiota le gustaba, especialmente ahora que había probado el sabor adictivo de sus labios. No se arrepentía para nada de besarlo, lo que lo confundía todavía más.

Entonces Goku se aclaró la garganta y recogió sus tarjetas del piso –donde habían caído después de semejante muestra de atracción física–, paseando su mirada entre los presentes para escoger a alguien y así continuar con el juego.

–Krillin– llamó a su mejor amigo, recibiendo una mirada espectante. –¿Verdad o reto?

–Reto– le contestó, tan seguro como él mismo había estado apenas segundos atrás.

El de cabello alborotado leyó su tarjeta y sonrió apenado, consciente de que se ganaría un buen reclamo cuando dijera en voz alta lo que allí yacía escrito.

–Aquí dice…– carraspeó, avergonzado. –Si tienes novia, quítale la blusa frente a todos.

Krillin se espantó, negando repetidas veces con la cabeza. Pero Lazuli resopló y lo miró como diciendo “No pasa nada, hazlo”, a lo que su novio se resignó y obedeció a regañadientes. Cinco segundos después la rubia estaba en puro sujetador, sonriendo como si nada. Y es que, a fin de cuentas, casi todos los chicos allí presentes gustaban de otros chicos. ¿Qué problema había con que quedara semi desnuda frente a ellos?

–Kyabe– pronunció Krillin después de un rato, mirando su tarjeta. –¿Verdad o reto?

El pequeño se estremeció, buscando por inercia los ojos de Vegeta. Éste le sonrió tranquilizador, asegurándole con una mirada conciliadora que no tenía por qué responder a la pregunta o acatar el reto, si no se sentía cómodo con ello.

–Verdad…– contestó entonces, sonando nervioso sin poderlo evitar.

-¿Haz tenido alguna fantasía sexual con alguien de aquí?– fue lo que se le preguntó.

–¿Qué clase de preguntas tan capsiosas son esas?– susurró sorprendido Piccoro a Trunks, a punto de abandonar el juego para no ser partícipe del descontrol que se venía.

–Sólo disfrútalo– espetó el pelilila, muy atento a la cara de pánico en el pequeño Kyabe.

–Eh… y-yo…– titubeó, ruborizado hasta las orejas y casi temblando de los nervios. –Yo…

–Él pasa– lo interrumpió sin más Vegeta, queriendo evitarle semejante vergüenza.

Se sintió horrible al ver el rubor y el temor en ese rostro tan angelical y dulce, por lo que no dudó ni un segundo en intervenir para evitarle semejante bochorno. Trunks por supuesto lo miró con desaprobación, negando con la cabeza. Pero el saiyajin de élite se mantuvo firme, convatiendo esa mirada desaprobatoria con una de las suyas asesinas.

–Vale, puedes pasar– se resignó a decir el pelilila, sirviendo otro shot de vodka. –Pero…

Vegeta fue rápido y le quitó el vasito de las manos, renuente a permitir que el pequeño tomara obligado. Por ende bebió él el licor, frunciendo los labios en una mueca hastiada ante el desagradable sabor que otra vez le quemó la garganta y le amargó el paladar.

Kyabe quedó pasmado, observando como su príncipe lo cuidaba. Algo que, por supuesto, acrecentó aun más en su pecho ese amor prohibido e incondicional que sentía hacia él.

~~~

El juego siguió y el príncipe más de una vez se vio forzado a evadir las preguntas incómodas que le hacían, terminando en total con cuatro shots de vodka y whisky en su cuerpo. Se sentía algo mareado y su coordinación no era igual de precisa que siempre, sin embargo esto no era razón suficiente para atontar su comportamiento.

Después de Krillyn, nadie más se atrevió a elegir a Kyabe para preguntarle algo, por lo que Vegeta se sintió más tranquilo. No obstante se vio obligado a quitarse la delgada chaqueta que traía encima, a causa de una de esas estúpidas penitencias, quedándose únicamente en una playera azul gris sumamente apegada, que hacía resaltar a la perfección su torso bellamente tonificado a base de entrenamiento.

Goten le ofreció un cigarro y éste lo aceptó sin dudar, aún cuando nunca en su corta vida había fumado y no tenía muy claro cómo hacerlo. Dejó que el pelinegro lo prendiera y se lo llevó a los labios, dándole una calada suave y sorprendiéndose al notar que no le era para nada difícil fumarlo. Quería sacarse del paladar el sabor adictivo y dulce de los labios de Goku, ya que sentía que si no lo hacía, era propenso a cometer alguna otra locura como la de hace unos minutos, lo cual no estaba permitido a juicio de su arraigado orgullo. A pesar de saber que una atracción física más que obvia se había instalado en su sistema por aquel saiyajin torpe e infantil, no estaba dispuesto a asumirla abiertamente. Por más que sus labios quemaran ansiosos por otro roce con los de Kakarotto, por más que el deseo por repetir el encuentro reciente con él se hiciera insoportable o incluso aparecieran ganas de incursionar en algo más íntimo, quería cerrarse a toda posibilidad. Él no estaba ahí para crear relaciones afectivas de ningún tipo, muchísimo menos tenía permitido enamorarse. No, simplemente no podía ni pensarlo. Debía detener esa locura antes que se saliera de control, así tuviera que alejarse premeditadamente del de cabello alborotado para lograrlo.

Observó a Kyabe. Estaba sentado justo de frente a él, mirándolo también. Sus ojos se encontraron en un acuerdo tácito, por lo que ambos se levantaron. Debían irse de esa habitación antes de que las cosas siguieran saliéndose de control, por lo que sin más caminaron a la puerta y la abrieron para salir de allí, sin dar a nadie explicación alguna.

~~~

Bajaron a las canchas y se sentaron en un banco de madera, justo debajo de un frondoso árbol. Era principios de noviembre, por lo que la noche estaba helada y un viento suave, aunque bastante frío, los hacía temblar levemente de vez en cuando.

–Gracias por lo que hiciste por mí allá…– soltó Kyabe de la nada, mirando con ternura a Vegeta directamente a los ojos, mientras sus cabellos se mecían al compás de la brisa.

–Sabes que mientras estés conmigo, jamás permitiré que algo malo te pase– le contestó él, acariciando su mejilla con delicadeza y perdiéndose en esos orbes negros y sinceros.

El pequeño se sonrojó ante el roce, pero no se apartó. En cambio posó su mano sobre aquella que lo acariciaba, atreviéndose a tomar con la otra esa mano del peliflama que yacía libre en su regazo. Vegeta no rechazó el contacto, entrelazando sus dedos con los de su soldado más leal. Enseguida Kyabe sintió una revolución en su pecho, así como unas ansias casi incontrolables de besarlo. ¿Cómo podía no amarlo?, si tenía todas las cualidades especiales que le bastaban para considerar a una persona como ideal.

–Te protegería con mi vida si fuera necesario– susurró abstraído, mirándolo a los ojos.

Fue demasiado para Kyabe. Esa voz baroníl, esos rasgos hermosos y finos, esa mirada brillante y preciosa, esa actitud tan protectora, esos labios sonrosados y tan cerca de los suyos… Dios sabía que hacía todo por contener sus sentimientos, pero así no podía…

Simplemente no podía.

Dejando escapar un suspiro extenuado, acercó una de sus manos para acariciar la tersa mejilla de su príncipe, hundiéndose en el mar infinito de esos ojos penetrantes y profundos. Y cuando estuvo a centímetros de rozar sus labios con los de Vegeta, su voz llegó a él, como si se tratara de la melodía más tentadora e incitante del mundo.

–Hazlo, Kyabe… bésame.

Y como cada orden que el joven heredero al trono le daba, obedeció sin rechistar.

Unió sus labios con los de su príncipe y se sintió morir de felicidad. Era como si ambas bocas hubieran sido hechas para besarse, ya que calzaban perfectamente en el ritmo placentero y acompasado de ese beso. Se dejaron llevar y no notaron cuando los roces en un principio suaves, fueron tornándose apasionados, subiéndolos hasta lo más alto de la atmósfera y haciéndolos percibir lo que era bajar desde ahí en caída libre. Sus lenguas se encontraron en el juego de dominio más excitante de todos, lo cual fue suficiente para mandar su juicio de ida sin retorno bien lejos. Era un contacto apasionado, febril y deseado durante demasiado tiempo para Kyabe, mientras que para Vegeta era la experiencia más erótica que alguna vez creyó llegar a consumar con alguien.

Al separarse se miraron sonriendo tímidamente, sin saber bien qué hacer o qué decir.

–Kyabe… yo…

–Shh…– lo calló el menor, mirándolo intensamente. –Por favor, Vegeta, no digas nada– su voz sonó suplicante, mientras seguía acariciándole los labios con la yema de sus dedos. –Sólo… sólo siénteme y… por favor, olvídate de todo lo demás…

Otro beso comenzó, en el cual el príncipe se dejó llevar sin reparos de ningún tipo.

Sin imaginar siquiera que un par de ojos los había visto en plena acción, haciendo que el corazón de cierto saiyajin de cabellos alborotados, se rompiera en mil pedazos, mientras en su mente aparecían montones de dudas demasiado dolorosas y difíciles de responder.

Notas finales:

Quién (a parte de mi bella C Lehnsher) se esperaba eso? Beso entre Vegeta y Kyabe con un destrozado Goku de testigo!! Me pasé creo, pero... tengo planeado algo muy intenso a partir de acá. Giro inesperado, pero muy favorable para la trama ^^

En el próximo capítulo se viene una escena un poco... mmm subidita de tono, así que prepárense mentalmente porque no... no será entre Vegeta y Goku O.O

 

Gracias por las más de 530 lecturas!! Como siempre digo; son geniales <3

Reviews comentándome lo que les pareció el capítulo son más que bienvenidos, recuerden que el botoncito para comentar no muerde ^-^

 

Próxima actualización: miércoles 2 de mayo :)

Nos vemos ^-^

Ciao!!


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