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Un Príncipe Enamorado por Emmyllie

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Notas del capitulo:

Como siempre infinitas gracias por su apoyo y sus inspiradores reviews a:

C Lehnsherr

Coralia

VidelFujoshi

Son mi inspiración y lo saben; valoro mucho su aguante, de verdad me hacen muy feliz <3


Hemos llegado al final de esta primera parte, así que les recomiendo ir por los pañuelos y el helado *snif* ok no X'D

Espero de todo corazón que les guste el capítulo y que por sobre todo aclare las posibles dudas que tienen ^-^ Está intenso, emocional y lleno de escenas sorpresivas. Se da el pie a la segunda parte de manera muy clara, así como la esperanza para Vegeta reaparece después del horror que vivió en el capítulo pasado :)

En las notas finales les dejaré una pequeña encuesta para ayudarme a afinar algunos detalles para la segunda parte de esta saga, además del título definitivo de la misma ^^

Así que sin más rodeos los dejo leer mis amores *^*

Capítulo 12: Una Propuesta Inesperada

Freezer reía a carcajadas, regocijándose de las expresiones destrozadas y aturdidas en el rostro de todos, especialmente del dolor cristalizando la mirada del príncipe saiyajin.

Kyabe y Tarble llegaron en el instante mismo en que Vegeta se levantaba temblando de pies a cabeza, con las manos apretadas fuertemente en puños y la mirada gacha. La sangre del súbdito del príncipe se heló al ver el cuerpo inerte de Kakarotto tirado boca arriba en el piso, atacándolo un sentimiento de culpa inmenso al comprender lo que sucedía. Bardock yacía pálido en su posición, observando con los ojos cristalizados al hijo que apenas volvía a encontrar, quien había sido cruelmente asesinado por aquel ruin y despiadado ser.

El malvado lagarto se deleitaba viendo como el saiyajin de clase alta caía de rodillas junto al cuerpo inmóvil de su gran amor, cerrándole los ojos suavemente con sus dedos en gesto casi automático. Era difícil divisar su mirada, debido a los mechones azabaches que la ocultaban, pero a juzgar por sus labios tensos en una delgada línea y su respiración errática, claramente era preso de un horrible estado de shock emocional.

–Ka-karotto…– susurró pasmado, con la voz entrecortada, sintiendo que el mundo caía en pedazos a sus pies, mientras una ira e impotencia impresionantes se apoderaban de su razón hasta nublarla completamente. –N-No… ¡NO, KAKAROTTO! ¡NO! ¡NO! ¡NO!

Un grito desgarrador escapó de sus trémulos labios, mientras la tierra temblaba bajo la repentina y colosal ráfaga de  ki que soltó su cuerpo. Una gran masa de tierra y piedras se levantó contaminando el aire, a la vez que un viento huracanado soplaba inclemente. Truenos irrumpieron la quietud y brillaron en el cielo, mientras el joven príncipe era envuelto en un aura de energía dorada intensa. Entonces su cabello cambió de negro a rubio y sus ojos se tornaron verde esmeralda, mientras su expresión se congelaba en una mueca imperturbable y su mirada reflejaba absoluta frialdad.

–¡¿Pero qué demonios hiciste?!– espetó atónito aquel tirano ser, contemplando aturdido su magnífica y repentina transformación.

–Maldita lagartija asquerosa…– siseó Vegeta con su voz aún entrecortada, sintiendo el ardor de su inmenso poder quemándole por dentro, aunado al punzante dolor de la pérdida destrozándole sin piedad el corazón. –¡Maldita basura insignificante! ¡Jamás te lo perdonaré!

Bramó cual bestia sedienta de sangre, volando hacia el ser de hielo en un parpadeo y descargando sobre su pequeño cuerpo una serie brutal de golpes llenos de furia y odio, frente a los cuales éste a duras penas lograba defenderse.

Bardock levitó hasta donde yacía Goku y alzó su cuerpo en brazos, protegiéndose de aquella intensa lucha junto a los demás, tras una pequeña montaña a considerable distancia. Kyabe observaba boquiabierto el repentino cambio tanto físico como de actitud en el joven príncipe de su raza, no pudiendo evitar virar sus ojos de vez en cuando al rostro sin vida de a quien tan sólo minutos atrás había deseado la muerte.

«Jamás pensé que esto sucedería…» Pensó abatido, sintiéndose horriblemente culpable.

–¡No importa cuánto te descargues, patético simio insolente!– gritó encolerizado Freezer, logrando asestarle un certero golpe al menor, una vez que hubo alcanzado su segunda transformación. –¡Ése saiyajin insignificante seguirá muerto hagas lo que hagas!

–¡Cierra tu asquerosa boca, maldita sabandija repugnante!– bramó Vegeta, agarrándolo de la cola y estampándolo brutalmente contra una de las varias montañas que rodeaban el lugar. –¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate!– a cada palabra que decía, lanzaba un ataque de ki, impidiéndole a su oponente alcanzar a defenderse, debido a su prodigiosa velocidad y al inmenso odio que incitaba sus acciones.

–¡Agh! ¡Maldito mono estúpido!– rugió el lagarto, agrediéndolo con todo su poder en una lluvia de energía impresionante, ante lo cual el príncipe no pudo más que poner sus brazos en cruz frente a su cuerpo, intentando soportar lo mejor posible aquel ataque.

Se levantó una gran cantidad de tierra, gracias a la explosión que tal embate provocó, mientras Freezer reía satisfecho, creyendo que había conseguido derrotar al saiyajin. Más su sorpresa fue tremenda, cuando éste apareció detrás suyo sin siquiera vérselo venir, sujetándolo del cuello con fuerza y propinándole un puñetazo en el abdomen que le robó el aire, más una patada en la espalda que lo lanzó brutalmente varios metros lejos de él.

Vegeta no se sintió satisfecho hasta que lo tuvo en el piso bañado en sangre, mientras esa sonrisa maldita era reemplazada por puro terror. Lo pateó, lo abofeteó; magulló cada parte de esa anatomía repugnante, desquitando la rabia e impotencia que invadían su ser entre cada certero golpe que arremetía en su contra. Le oprimió las costillas utilizando todo su peso al pararse sobre su pecho, mientras formaba una gigantesca esfera de energía en la palma de su mano derecha, su rostro reflejando una maldad sólo digna del sicario más despiadado y letal del universo entero.

–Muere, pedazo de mierda– masculló con odio, despedazándolo con aquel ataque frontal.

Desde la nave, Broly lo veía todo en completo shock. Él, que desde pequeño había sido desterrado de Vegita por ser un saiyajin diferente –demasiado torpe, demasiado inservible, demasiado extraño–, experimentaba por primera vez la admiración hacia alguien de su misma raza. Empatizó con el dolor tan destructivo que sentía Vegeta, haciendo uso de la inverosímil capacidad con que había nacido y de la que todos se burlaban en su planeta de origen, atreviéndose a abandonar la protección donde estaba y volando hacia él con la mirada llena de entendimiento. Pero cuando estuvo apenas a escasos centímetros de distancia del otro, éste alzó la cabeza y lo miró con obvio rechazo, amenazándolo con un gruñido y el puño en alto, mientras su cola se meneaba de un lado al otro, completamente rígida y erizada.

–Tú…– siseó, aún con el aura de energía dorada rodeándolo. –Tú eres lacayo de Freezer.

Broly se estremeció bajo la intensidad esmeralda de esos gélidos ojos carentes de brillo y emoción, experimentando, por primera vez también, un miedo irracional a perder su vida.

–Sí, lo era– admitió entre dientes, totalmente tenso. –Pero no por voluntad… lo juro.

Vegeta se mantuvo imperturbable, serio y de brazos cruzados, instándolo a seguir hablando con un ademán de cabeza.

–Fui desterrado de Vegita a los tres años, porque según el Rey mi condición de saiyajin pacífico, no iba acorde con las reglas que rigen nuestra raza– comenzó a explicar, empuñando con rabia los dedos de su mano derecha alrededor de su antebrazo izquierdo. –Me dejaron a mi suerte en un planeta deshabitado y tras de semanas sobreviviendo a base de agua y minerales, que extraía de las rocas que había allí, Freezer apareció y me reclutó, obligándome a servirle, a cambio de entrenarme…

–Ve al grano, ¿quieres?– lo interrumpió el príncipe, cada vez más muerto por dentro.

–Deseo servirle a usted, príncipe Vegeta– declaró algo inseguro, anhelando aceptación.

Éste lo meditó unos segundos, pensando inevitablemente que aquél sujeto extraño podía llegar a traicionarlo en algún momento. Por regla general los de su especie nacían con cabello y ojos negros, no obstante sucedía cada cierto tiempo que eran engendrados bebés con rasgos idénticos a los que caracterizaban al estado de súper saiyajin. La transformación que había logrado el príncipe se daba una vez cada mil años y era alcanzada sólo si el saiyajin en cuestión llegaba a un límite determinado de ira, además claro de tener en su corazón una pureza digna de admirar. Por supuesto ese no era el caso de Broly, cuyo cabello rubio y ojos verdes estaban allí sólo por cuestión genética.

–Haz lo que quieras– resolvió después de un tiempo en silencio, restándole importancia a la petición con una mueca de total indiferencia. –Sólo te advierto una cosa: si llegas a traicionarme, créeme que no sobrevivirás para contarlo.

–Claro– asintió él, estremeciéndose ligeramente ante la obvia amenaza.-Gracias.

Con un gesto de mano de Vegeta, los soldados comandados por Bardock le dieron cabida a Broly en el escuadrón, no pudiendo desobedecer una orden directa de su futuro rey.

Fue entonces que el príncipe cayó de rodillas al piso, mientras lágrimas de dolor e impotencia le empañaban la mirada. Su cabello y ojos volvieron a su color habitual, pero la expresión vacía en su rostro parecía inextinguible.

Su amado saiyajin yacía inerte a unos metros de distancia, siendo protegido por los brazos de Bardock en un aferre lleno de desesperación. Quiso correr hasta él para abrazarlo con fuerza… quiso morir con él, creyéndose incapaz de existir en un mundo sin su presencia. Pero al levantar el rostro, se topó con la presencia un invitado inesperado, quien llevaba rato testificando todo lo ocurrido, limitándose a mantenerse al margen.

–Wiss…– pronunció con la voz rota, sintiendo que hasta respirar le era insoportable.

–Príncipe Vegeta, me gustaría decir que es un gusto vernos, pero tomando en cuenta las lamentables circunstancias, sería completamente inapropiado de mi parte– habló el ángel y maestro del Dios destructor Bils, observando al saiyajin con ojos acongojados. –Si he venido es para brindarte mi ayuda, pues es de suma urgencia corregir este desafortunado incidente.

–¿A qué te refieres?– inquirió el aludido, levantándose con algo de dificultad del piso, sin quitar sus ojos en ningún momento del inerte cuerpo de su amado en brazos de Bardock.

Wiss le sonrió imperceptiblemente, haciéndole un ademán con su mano para que lo siguiera. Vegeta aceptó por mera inercia, sintiendo que el filo de los miles de pedazos en que había quedado su corazón, se le enterraban en el pecho impidiéndole respirar, al ver como el saiyajin mayor dejaba el cuerpo sin vida de Goku sobre el pedregoso suelo.

El ángel alzó su báculo y susurró un par de palabras en un idioma incomprensible, tras lo cual una luz plateada surgió de este y envolvió a Kakarotto en su cegador resplandor.

–Pero… ¿Qué…?

Más las palabras del príncipe murieron en su garganta, cuando la luz se extinguió y vio como esos ojos preciosos, expresivos y llenos de inocencia, se abrían mostrando completo aturdimiento y confusión.

–Kakarotto…

Sin poderlo reprimir más, soltó el sollozo que llevaba demasiado guardando, lanzándose al piso junto a su saiyajin y estrechándolo contra él en un abrazo lleno de anhelo y necesidad. Goku no comprendió el por qué de sus lágrimas, sintiéndose todavía demasiado desorientado, aún así correspondió al contacto con fuerza, estrechándolo hacia su cuerpo en un agarre posesivo, desbordante de pureza y nobles sentimientos.

–V-Vegeta… ¿Qué…?

–Te amo, idiota– declaró éste en un ahogado y casi inaudible susurro, sintiendo el alivio típico del despertar tras una horrible pesadilla. –No vuelvas a dejarme nunca… nunca.

El saiyajin de clase baja negó con la cabeza, apartándose de él para besar sus labios con dulzura y limpiar tiernamente con la yema de sus dedos esas lágrimas rebeldes que no paraban de caer en cascada por sus acaneladas mejillas.

–Yo te amo más, Vege… mucho más– correspondió gustoso a sus palabras, sonriéndole con afecto, luego de volver a besarlo. –Te prometo que nunca te dejaré, así muera… siempre me las arreglaré para volver de una u otra forma a tu lado, mi príncipe.

Vegeta le sonrió también, abrazándose a él de nuevo y disfrutando del latir acompasado y vivaz de su corazón. Perderlo había sido lo más horrible que alguna vez vivió, haciéndolo experimentar en carne propia lo que era morir en vida sin poder evitarlo.

Wiss contemplaba enternecido aquella escena, notando complacido la extraordinaria conexión que los vinculaba. Carraspeó la garganta para hacerse notar, ganándose miradas avergonzadas de parte de ambos, pese a que no rompieron la unión de su apretado abrazo.

–Sé que les interesa mucho saberlo, así que les diré que sí; tengo la capacidad de resucitar a alguien, siempre y cuando no lleve más de treinta minutos muerto. Esto se debe a que, al ser un ángel, me fue concedida la facultad de corregir incidentes desafortunados– explicó el ser divino, sonriendo satisfecho ante la efectividad de su acción.

–Te lo agradezco, Wiss– el príncipe le regaló una suave sonrisa, levantándose de la mano junto a Goku.

El aludido asintió, dedicándoles una mirada significativa a los dos.

–Seré breve, príncipe Vegeta– prosiguió después de unos segundos, notándose repentinamente inquieto. –He sido testigo del prodigioso y extraordinario poder que llevas dentro, pese a tu corta edad y escaso entrenamiento, por lo que he de atreverme a solicitar tu ayuda en un asunto de extrema importancia.

–Claro, dime– lo animó a continuar él, mostrándose genuinamente interesado y curioso.

–El universo siete corre peligro de ser destruido y necesito de ti para ayudarnos a impedir que así sea– soltó sin más, luciendo ahora bastante contrariado. –Debes saber que somos parte de un todo compuesto por doce universos, los cuales están en grave riesgo de ser aniquilados, gracias a la impertinencia de alguien que no conoce límites– hizo una pausa breve, dibujando en su rostro de piel azulada un gesto de evidente exasperación, seguramente recordando al causante de tan complejo escenario. –El gran Zeno-sama, rey y creador de la vida como la conoces, ha organizado un torneo multi universal, en el cual diez peleadores de cada universo se enfrentarán en una feroz batalla por el triunfo y la supervivencia de su mundo. Los perdedores irán siendo eliminados uno a uno, mientras que el ganador obtendrá un deseo de unas súper esferas, capaces de conceder lo que sea. Es por eso que necesito de ti; te llevaré conmigo para que entrenes arduamente y explotes tu potencial en su totalidad, para que así participes también y nos ayudes a obtener la victoria…

–Espera, espera…– lo interrumpió Vegeta, procesando a gran velocidad la información. –-¿A dónde se supone que me llevarás? Que yo sepa, no he escuchado nada acerca de ningún torneo, mucho menos que el universo corra un riesgo así de grande.

Wiss sonrió con sorna, soltando una risilla extraña entre el nerviosismo y la expectación.

–Quizás en esta dimensión no está sucediendo nada de lo que te he explicado, pero de ser borrado el universo siete, desaparecerán también todas las líneas temporales que lo componnen– informó el ángel, volviendo a su semblante preocupado.

–¿Líneas temporales?– inquirió Goku, bastante extrañado. –¿Qué significa exactamente eso?

–Ciertamente es algo un poco complicado de explicar, pero podríamos resumirlo en que hay alter egos tuyos y del príncipe Vegeta en una dimensión paralela a esta, existiendo y viviendo todo tipo de experiencias y situaciones muy distintas a las que ustedes han vivido– trató de explicar Wiss, sonriendo para sí mismo al ver a Goku todavía confuso.

Ambos saiyajines mostraban evidente asombro en sus expresiones, al tiempo que Tarble y Kyabe se les acercaban también, acompañados por Bardock y Nappa.

–¿Alter egos?– repitió el príncipe, pareciéndole la idea más descabellada jamás oída.

–Algo así– afirmó el ángel, asintiendo suavemente. –Son mayores en edad que ustedes y, como ya te he dicho, sus vidas han sido forjadas a base de circunstancias muy distintas.

–¿Qué tan distintas?– se interesó Vegeta, siendo abrazado desde la cintura por Goku.

Wiss meditó su respuesta unos segundos, escogiendo bien sus palabras antes de hablar.

–Están casados con un par de féminas terrícolas y tienen dos hijos híbridos cada uno– señaló simplemente, sonriendo enternecido ante sus expresiones horrorizadas.

–Entonces… nosotros no…

–No– negó el ángel, sonando bastante paternal. –No están juntos en aquella dimensión.

Ambos se miraron atónitos, afianzando inconscientemente el agarre entre sus dedos.

–No es que quiera interrumpirlos, pero…– Nappa habló de pronto, obteniendo la atención de todos. –Príncipe Vegeta, no sé si estará de acuerdo con que pongamos en marcha el plan V2, ahora que el Rey ha actuado de esta manera tan inapropiada en contra de su propia sangre y que, claramente, no piensa regresar..

El saiyajin de élite asintió, endureciendo la expresión ante la mención de su padre.

–Es una excelente propuesta– coincidió sin vacilación alguna en su voz, soltando a Kakarotto y sacando de su bolsillo un pequeño intercomunicador, el cual accionó para llamar a otro de sus súbditos más fieles. –Turles, toma a Kale y salgan inmediatamente de Vegita con rumbo a V2; Nappa los alcanzará junto a una tropa de soldados a su cargo.

–Entendido– se oyó la voz del nombrado, tras lo cual la comunicación se cortó sin más.

Nappa asintió y junto a Bardock emprendieron rumbo hacia las naves, seguidos por los saiyajines que habían venido junto a éste último, quienes estaban al tanto de todo lo ocurrido respecto a la imperdonable traición del Rey y apoyaban al príncipe totalmente.

Kyabe miró a Vegeta y éste con un asentimiento de cabeza le ordenó ir con ellos, a lo cual aceptó sonriendo algo apenado. Sus ojos y los de Goku hicieron contacto y ambos desviaron la mirada, uno sintiéndose aún muy culpable y el otro sin saber cómo actuar.

Wiss escrutó detenidamente a Tarble, debatiéndose entre revelar lo que sabía o simplemente callar. No obstante su sentido de honestidad y el descontento ante el mal proceder del monarca de Vegita en aquella dimensión, lo obligaron a hablar sin ningún remordimiento, seguro de que con sus palabras ayudaría muchísimo a aquellos jóvenes guerreros.

–Por tu actitud dudo que lo sepas, pero el joven Tarble y tú llevan la misma sangre, príncipe Vegeta– soltó sin más, dejando a ambos completamente aturdidos.

Se miraron boquiabiertos y luego miraron a Wiss, para nuevamente mirarse y palidecer.

–¿De qué diablos estás hablando, Wiss?– demandó saber, sumamente shockeado.

–De que tu padre no tiene un hijo… tiene dos– continuó el ángel, manteniéndose sereno. –Tarble posee sangre real en sus venas también, sólo que el Rey renegó de él cuando nació, pues era un bebé saiyajin con aparente nivel de poder muy bajo. Es por eso que lo envió a la Tierra; su único fin era deshacerse de él y de la desonrra que significaba tener un hijo que llevara sobre sus hombros el título de príncipe, siendo así de débil.

–¿Puedes probarlo?– desafió incrédulo Vegeta, frunciendo el ceño en gesto retador.

Wiss asintió, apuntando a ambos con su báculo. De la punta de este surgió un hálito de luz blanca, el cual tomó forma de hilo y los unió de las manos, causándoles una calidez acogedora en el corazón. Sus ojos se encontraron y la conexión sanguínea fue inmediata, haciendo que todo cobrara sentido. Ahí estaba la razón de cómo habían congeniado tan bien desde la primera vez que se vieron, además de lo cómodos que se sentían compartiendo tiempo juntos. Fue ahí que Tarble comprendió el por qué no podía odiar a Vegeta, pese a saber que era el dueño del corazón que tanto deseaba sólo para él.

El príncipe apretó sus dientes con ira, gruñendo totalmente fuera de sí. Su mirada se oscureció y una vez más el aura dorada rodeó su cuerpo de manera intermitente, mientras soplaba un viento frío y constante, debido a la inmensa energía que lo rodeaba.

–¡Esa escoria! ¡Es un desgraciado!– gritó, volando hasta donde yacía una pequeña montaña para destrozarla en segundos, gracias a la fuerza de sus golpes y ataques de ki.

–Sorprendente– musitó fascinado Wiss, cada vez más asombrado ante su inmenso poder.

«Al fin tendrás quien se enfrente a ti y te derrote sin problemas, Son Goku.» Pensó.

Tras unos momentos de descargo, el príncipe regresó, poniéndose frente a Tarble y extendiéndole su mano con un gesto de evidente contrariedad trazado en sus facciones. Éste le sonrió azorado, sintiéndose demasiado superado por la repentina información.

–Yo…

–Tú tienes tanto derecho como yo a reinar, Tarble– lo interrumpió su hermano, no reflejando en su profunda mirada la incomodidad que sentía. –Te pido por favor que vayas con los demás a V2 y te encargues de que todo salga conforme al plan, ya que, como te dije, tú tienes tanto derecho como yo a reinar y estando allá podrás hacerlo.

–¿Qué?– se sorprendió el saiyajin menor, abriendo desmesuradamente los ojos. –P-Pero…

Vegeta lo calló con un ademán de mano, quitándose del cuello la cadena de oro puro que siempre llevaba y extendiéndole la mano con ella en la palma para que la tomara. Tarble no supo que hacer, sintiéndose aún demasiado aturdido, pero siendo lo suficientemente educado y cortés para aceptar la joya que el príncipe le entregaba. Observó ensimismado el dije que esta tenía, el cual era el escudo real saiyajin, y luego dirigió su mirada al mayor, sonriéndole entre cohibido y agradecido por lo bien que se estaba tomando el enterarse tan repentinamente de que tenía un hermano menor.

–Sé que lo harás muy bien– declaró, sonriendo altivo. –Llevas mi sangre después de todo.

–Gracias…– fue lo único que el nuevo príncipe saiyajin logró decir, sintiéndose ofuscado.

Fue así que, junto a Kyabe, quien por cierto parecía aun más aturdido que el mismo Tarble por la reciente revelación, se encaminaron hasta las naves, donde los soldados acababan de escucharlo todo y no tenían más opción que mostrar respeto a su nuevo futuro soberano.

–¿Vendrás conmigo, Vegeta?– indagó entonces Wiss, viéndose de pronto bastante ansioso.

–¿Quieres que sólo vaya yo o también…?

–Tú y Goku, claro está– aclaró el ángel, sonriendo con cierto misterio oculto. –Estoy seguro que, con el debido entrenamiento, podremos explotar también sus capacidades.

–¿Y cuánto tiempo estaremos allá?– Volvió a preguntar el príncipe, aún algo incrédulo.

–Aproximadamente un mes– respondió Wiss, notándose sereno. –¿Qué dicen? ¿Aceptan?

Ellos se miraron, haciendo uso de su gran conexión para llegar a un acuerdo en silencio.

–De acuerdo, iremos contigo– aceptó Vegeta por ambos, echando un vistazo de soslayo a la tropa de saiyajines a su cargo, quienes se alistaban para emprender rumbo a Vegita 2.

–¡Magnífico!– se alegró Wiss, aplaudiendo preso de la satisfacción.

Les pidió que se pusieran junto a él y se sujetaran con fuerza de su báculo, petición que los dos guerreros aceptaron sin protestar. Las miradas de Vegeta y Kyabe se cruzaron por última vez en una silenciosa despedida, mientras Bardock sonreía complacido al ver como su hijo era feliz junto al miembro más valioso de su raza.

–Se feliz, pequeño– pronunció el príncipe en un inaudible susurro, sintiéndose tranquilo al ver como su sirviente más leal había leído sus labios y ahora le sonreía dulcemente.

Entonces un resplandor dorado cubrió al ángel y a ambos saiyajines, desapareciéndolos ante las miradas atónitas, pero satisfechas de quienes lo habían presenciado todo.

–Se feliz tú también, mi príncipe– deseó Kyabe, mientras Tarble lo abrazaba con cariño por la espalda, viendo como de ellos no quedaba nada más que un efímero resplandor.

Notas finales:

Oh, Dios... no puedo creer que "Un Príncipe Enamorado" llegó a su fin ;'c Ya sólo falta el epílogo y podemos decirle adiós a la primera entrega de esta serie de tres fics que tengo pensados ^-^

Se esperaban este final?? Qué les pareció el cruce de dimensiones que habrá en el siguiente fic?? Qué se esperan a partir de acá??

Fue revelado al fin el por qué Vegeta y Tarble veían el uno en el otro algo familiar, además de que quedó más que claro que el Rey Vegeta es la peor de las basuras -.-

Y Goku está vivo!! *insertar voz chillona de la galletita de gengibre de Shrek (?)* Yeeeyyy :'D Les dije que no perdieran las esperanzas ^-^ Viva Wiss por su oportuna intervención ;)

Está en proceso la colonización de un nuevo planeta Vegita reinado por el mismísimo Tarble, aunque claro en cuanto vuelva de su misión en la dimensión alterna Vegeta retomará el cargo 7w7

Se viene intenso, interesante y muuuy suculento el futuro de nuestros sexis saiyajins favoritos *w*


La trama para la segunda parte ya está casi totalmente hilada, lo único que me falta afinar son ciertos detalles que me gustaría preguntarles a ustedes, ya que como lectores/seguidores de la historia se merecen tener participación en algunas desiciones ^-^ Así que respondan las siguientes preguntas para que así yo termine de planificarlo todo:

1. ¿Te gustaría MPreg? Si respondes sí, ¿quién te gustaría más en el papel de engendrador?

2. ¿Te gustaría que, al igual que en su línea temporal, el Freezer de la dimensión alterna desee a Vegeta??

3. ¿Te gustaría ver KakaVege/VegeKaka con los Vegeta y Goku de la nueva dimensión?

4. ¿Quieres un crush entre ellos? Es decir, ¿que Vegeta adolescente se enamore de Goku adulto y Goku adolescente de Vegeta adulto?

5. Si hubiera muerte de un personaje, ¿a quién elegirías para morir?

A partir de sus respuestas terminaré de planear la trama, así tanto ustedes como yo quedamos conformes ^-^


El título de la segunda historia será: "No fue mi Intención Amarte"

Así que nos vemos en el epílogo de este fic para decirles cuándo se publicará el nuevo ;)


Millones de gracias por las más de 1320 lecturas!! Los amo demasiado, aunque sólo comenten algunas personitas ^-^

Gracias por el apoyo que le dieron a la historia; de verdad espero que les guste este final *-*

Son lo máximo mis amores <3


Próxima actualización (epílogo): sábado 2 de junio :)

Nos leemos preciosuras ^-^

Ciao!!


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