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Sin ti por Emmyllie

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Notas del capitulo:

Infinitos agradecimientos por sus preciosos y súper inspiradores reviews a:

C Lehnsherr ♥

Coralia ♥

Martina Sánchez ♥

Loretta Mink ♥

Charles ♥

Lulú ♥

Los adoro en serio, no tienen idea lo mucho que me alientan con sus reviews y su apoyo. Sus palabras son inyecciones de inspiración, de verdad muchísimas gracias ♥


Les cuento que mi netbook murió, por lo que no pude actualizar ayer. Debí reescribir el capítulo completo otra vez desde la tablet, ya que la falla del computador hizo que perdiera todos los documentos que tenía guardados ahí. Estoy de muerte, pero bueno... me pasa por comprarme un netbook de marca poco confiable e.e

Dejaré en pausa "No fue mi Intención Amarte", hasta que me haga tiempo para reescribir los tres capítulos que ya llevaba avanzados. Intentaré que las actualizaciones de "Sin ti" sigan siendo semanales, pero mientras no me consiga otro computador lo veo medio difícil. Igual escribiré con la tablet, así que... haré todo lo posible por estar aquí puntual el día acordado :)

El capítulo de hoy está intenso, así que no quiero dar mucha lata para que empecemos ya.

Amantes del VegeKaka... ¡Manifiéstense! Al fin llegó la escena que estuve esperando desde que planeé este dramón XD Ojalá cumpla sus espectativas, pero de lo contrario no duden en decirme si algo no les gustó.

La reconciliación es taaan bella *^*

¡A leer mis amores!

Capítulo 8: Perdiendo el Control

Lapis… Goku quedó en shock al ver a su amigo ahí, adquiriendo el rol de héroe sin capa.

-¿Estás bien?-Le preguntó en tono inquieto, analizándolo de pies a cabeza con detenimiento.

-Sí…                                                                  

Zamas, en cuanto se recuperó del sobresalto causado por el golpe, adoptó una pose desafiante. Con altanería miró al pelinegro que había osado atacarlo, sus ojos tiñéndose de repulsión pura.

-¿Quién diablos te crees tú para golpearme?-Lo cuestionó, utilizando un tono de voz amenazante.

-El mejor amigo de Goku.-Respondió Diecisiete con igual actitud, situándose delante del joven cantante para protegerlo de cualquier otra estupidez que quisiera cometer el peliblanco.-Y soy yo quien debería preguntarte: ¿Quién te crees para sobrepasarte así con él? Claramente te dijo que te alejaras, que lo dejaras en paz, pero seguiste… ¿acaso querías obligarlo a corresponderte?

El mayor soltó una risa burlona, apartándose con elegancia un par de mechones que caían por su frente, sin dejar en ningún momento de fulminar a ambos azabaches con una mirada homicida.

-No te metas donde no te llaman, niño estúpido.-Le espetó en tono de furia contenida, mordiéndose el labio inferior –zona que había resultado bastante dañada– al percibir una molesta punzada escociéndole la piel desagradablemente.-¿No será acaso que te gusta? Es comprensible en todo caso, ya que es un genio en la cama…-Sonrió malicioso, desnudando a Goku con una mirada llena de perversidad.-Si supieras la cantidad de cosas que me dejó hacerle sin llevar ni un día siendo pareja oficialmente… creo que ni pagándole a un prostituto la habría pasado tan bien.

-¡Vuelve a decir eso y te rompo los dientes!-Amenazó Diecisiete, dando un par de pasos hacia él.

-La verdad duele.-Canturreó el actor, malintencionado.-Y si no me crees, pregúntaselo tú mismo.

Pero fue el propio Goku quien le soltó un puñetazo esta vez, sintiendo como la decepción y la rabia lo dominaban. ¿Cómo podía hablar así de él? ¿Cómo era capaz de contar algo tan privado con semejante burla? ¿Acaso todas sus palabras bonitas no fueron más que eso… simples palabras?

-Eres un idiota.-Musitó dolido, reteniendo las lágrimas de impotencia.-¡No quiero volver a verte en mi vida!-Lo empujó con furia, respirando con dificultad debido a la punzada en su pecho.-Ahora entiendo que todo fue sólo un juego para ti… y yo como el más grande idiota caí en el.

-¡No fui yo el que te mandó a la mierda por teléfono!-Recriminó el mayor, limpiándose con rabia la sangre de su labio roto.-¡No fui yo el que prefirió ahogarse en pastillas en vez de luchar por mantener viva nuestra relación! ¡No quieras echarme la culpa de tus fracasos, Goku, porque yo sí me las jugué por ti!-Lo tomó del brazo, obligándolo a mirarlo a los ojos sujetándolo del rostro para que no se apartara.-¿Por qué evitabas mis llamadas? ¿Por qué accediste a estar conmigo si nunca me quisiste de verdad? ¡Incluso me enteré de que te acostaste con alguien más estando conmigo! ¿Quién falló aquí, Goku?-Se miraban con reproche, sin siquiera notar que de igual manera ambos lloraban en silencio.-Yo te amé, ¿sabes? Te amé con ganas, te amé con deseos de llegar lejos contigo… ¿y tú? ¿tú qué sentías por mí, Goku?-Zamas no lo notaba, pero acababa de quebrarse frente a alguien por primera vez.-Tú sólo me viste como un escape, ¿cierto? Sólo fui una salida fácil para ti y cuando te aburriste simplemente me tiraste al olvido…-Se apartó de él, dándole la espalda para evitar soltarle un golpe de pura ira e impotencia contenidas.-Pensé que habías cambiado, Son, pero veo que sigues siendo el mismo chiquillo débil que desde un principio fuiste y me negué a ver.-Resopló, empezando a alejarse a grandes zancadas.-No vales la pena…

Ambos azabaches se miraron, uno con confusión y el otro con tristeza, mientras Zamas subía a su auto y arrancaba sin más, saliendo del lugar a gran velocidad después de soltar de golpe y sin recato alguno, entre frases dolorosas, toda la decepción y la furia contenida durante meses..

-¿Qué fue todo eso?-Inquirió al aire el menor de los dos, observando con una ceja alzada a su amigo.-¿En serio te acostaste con alguien más estando en una relación formal con ese idiota?

Goku asintió, limpiándose con rabia las lágrimas de impotencia que empapaban sus mejillas.

-Sí.-Admitió, quitando el seguro a las puertas del auto y suspirando fatigado..-Me acosté contigo.

Lapis palideció, abriendo sus ojos a más no poder y adquiriendo un semblante de horror puro.

-¡¿Q-Que t-tú y y-yo… q-qué?!-Apenas pudo formular, viendo a Goku totalmente incrédulo, sonriendo como loco recién metido al manicomio y negando con su cabeza reiteradas veces.

-Yo tampoco me acuerdo, pero al parecer tú y yo nos conocimos en un bar la noche que sufrí la sobredosis y…-No pudo evitar ruborizarse, preguntándose qué tan drogado debió estar para ni siquiera acordarse de haber mantenido relaciones sexuales con un desconocido.-Nos acostamos.

-Ugh, Dios… ¿Qué mierda me metí ese día para no recordar nada?-Se cuestionó a sí mismo el ojiazul, desviando un poco su mirada para no tener que enfrentar los ojos jodidamente inocentes de su actual mejor amigo y, según acababa de enterarse, antiguo ligue casual.-No puedo imaginarlo. Es decir, ¿tú y yo teniendo sexo?-Soltó una carcajada nerviosa, siendo secundado por Goku.-Suena a completa locura. Creo que sería más factible meterme con… eh… ¿Krillin?

-¡Ugh, no! ¡No, por favor!-Exclamó el chico de cabellos alborotados, haciendo una mueca de asco y sacudiendo la cabeza para sacarse de la mente aquella perturbadora imagen.-¡Eso es algo que no quiero siquiera pensar! ¡Krillin y tú no lucen para nada bien juntos en mi imaginación!

Ambos compartieron una sonrisa divertida, mientras subían juntos al auto del joven cantante.

Pese a lo perturbador que resultaba para los dos saber que durante su pasado oscuro habían tenido intimidad de seguro desenfrenada y sin pizca alguna de vergüenza, el no recordarlo ayudaba bastante a aplacar la incomodidad que saber esto les causaba a nivel emocional. No se puede lidiar con algo que no existe en tu memoria, por lo que decidieron dejar el tema por la paz y por un bienestar mental mutuo. Se querían demasiado como amigos para manchar aquello con las impulsivas acciones de sus días siendo prisioneros de las drogas, por lo que no pretendían hablar de aquello por ningún motivo.

Salieron del estacionamiento privado conversando entre risas, Goku conduciendo a una velocidad moderada. No obstante algo llamó su atención unos metros delante, por lo que se detuvo para observar mejor. Un Audi negro yacía orillado en la calzada, con el motor aun encendido y el vidrio de la ventanilla del conductor bajado. Aguzó la vista y sintió sus sentidos cegarse ante la visión casi celestial de un peliflama devolviéndole la mirada con una seriedad en cierto modo hasta seductora, haciendo que los latidos del corazón del hijo menor de los Son se aceleraran y su piel sufriera un estremecimiento de pura ansiedad, mientras su estómago se apretaba y un escalofrío exquisito –mezcla de nerviosismo y anhelo– le atravesaba con todo la espina dorsal.

-Vegeta.-Pronunció en tono lleno de necesidad, captando la total atención del pelinegro menor.

-Así que ése es el famoso Vegeta Saiyan.-Expresó curioso, observando sin recato alguno al mayor.

-Sí…-Suspiró Goku, su corazón galopando aun más locamente al percatarse de que acababa de bajar del auto y ahora caminaba hacia ellos con andar seguro y las manos metidas en los bolsillos.

-Oh, por Dios, viene hacia acá.-Diecisiete hizo notar lo obvio, codeando a su amigo con picardía.

-Espera… ¿qué?-Goku entró en pánico, seguro que si Vegeta seguía avanzando, comenzaría a sudar frío e hiperventilar de puros nervios.-¿Qué está haciendo? No, es una locura… ¡Dios! ¿Qué hago?

-Ir con él, ¿qué más?-Lo instó el ojiazul, mirándolo con ojos fieros.-¡Goku, reacciona y ve con él!

El chico de cabello alborotado abrió la puerta de su lado y bajó del auto sintiéndose al borde de un colapso nervioso, su respiración entrecortándose a cada paso que daba el joven peliflama. Finalmente quedaron a ínfimos centímetros de distancia, mirándose con una diversidad inmensa de sentimientos explotando en sus pupilas. Vegeta suspiró y dándose valor habló intentando sonar tranquilo, por más que en realidad el panorama de sus emociones fuera demasiado distinto.

-Kakarotto… ¿podemos hablar un momento?-Le pidió nervioso, mordiéndose la mejilla interna.

Goku asintió, creyéndose incapaz de hablar por temor a que sus emociones lo traicionaran de la peor manera. Su ex le hizo un ademán con la mano para que lo acompañara hasta su auto, a lo que el joven Son accedió con un notorio sonrojo acalorándole las mejillas. En un acto de mera caballerosidad Vegeta le abrió la puerta del acompañante, instándolo a subir con una sonrisa demasiado seductora. Ya ambos dentro del vehículo su dueño lo puso en marcha, alejándose del lugar a velocidad moderada.

Desde su posición Lapis los vio irse, sonriendo complacido al pensar que acababa de darse la instancia idónea para que su mejor amigo aclarara las cosas con su ex pareja. Mucho no conocía la historia, pues sólo habían hablado de ello una noche en que compartieron un par de copas de bodca tras terminar un ensayo previo a un concierto, sin embargo la cara de idiota enamorado que ponía Goku siempre que se refería al peliflama era razón suficiente a su ver para estar seguro de que era el amor de su vida. Sólo esperaba que el destino esta vez confabulara a su favor para volverlos a unir, aunque si el muy cabrón no daba su brazo a torcer él siempre podía intervenir.

Ya tienen un aliado, chicos. Decidió emocionado, pasándose al puesto del conductor y empezando a conducir el auto en dirección a la casa de su amigo. Juro que los ayudaré a volver…

                                                                       ~~~

Kyabe dejó escapar un alterado gemido, dejándose caer con pesadez sobre el mullido sofá. A sus oídos llegaba el fuerte, explosivo, exasperante e incesante llanto de su pequeño hijo a través de la primera puerta del pasillo, llevándolo a un estado de desesperación pura y absoluta.

Mikan llevaba casi una hora llorando desconsoladamente, poniendo en jaque la paciencia del joven padre. Le revisó el pañal, estaba limpio; le ofreció un biberón, lo rechazó llorando aun más; lo paseó bajo la luz tenue del cuarto, pero fue en vano; nada servía para calmarlo, por lo cual el pelinegro optó por salir de allí pese a que el bebé no paraba de sollozar casi a gritos, esperando reunir un poco de calma para volver a entrar. Le había marcado a Vegeta, pero todas sus llamadas eran desviadas al buzón de voz, algo que lo enfureció al punto de lanzar con todas sus fuerzas el celular contra una de las paredes, logrando así que la pantalla del aparato se partiera en varios pedazos y que la batería saliera disparada en otra dirección debido al impacto.

 -Ya, Mik… por favor, deja de llorar…-Susurró desesperado el chico, lágrimas de impotencia empezando a resbalar por su rostro.-Cállate, cállate, cállate… ¡Cállate ya, maldita sea!-Gritó histérico, totalmente superado por la situación.-¡No te soporto más!

Se levantó y caminó a grandes zancadas hasta el cuarto del pequeño, encendiendo furioso la luz y dirigiéndose hacia la cuna para tomarlo en brazos y gritarle de ser necesario para que dejara el escándalo. Pero el pecho se le encogió de tristeza al verlo acostadito entre las mantas, abrazado con fuerza a un hermoso oso de peluche blanco que el peliflama había impregnado de su olor al dormir con el durante semanas. Había sucumbido a sus emociones, durmiéndose de tanto llorar.

-Soy una mierda…-Sollozó Kyabe, acariciando con culpa los suaves cabellos de su indefenso bebé.

Tenía sus sonrosadas mejillas bañadas en surcos de lágrimas, su boquita entreabierta desde donde todavía soltaba suspiros llenos de tristeza y sus deditos aferrados al peluche con desesperación. Necesitó ser consolado, necesitó ser comprendido, pero no tuvo quien lo hiciera.

¡Era por eso que odiaba quedarse a solas con Mikan! Siempre terminaba reaccionando de mala manera ante sus explosiones de llanto. Kyabe se sentía fatal, sabiéndose incapaz de cuidarlo.

Apagó la luz y salió de ahí, cerrando con cuidado la puerta. Respiró hondo y volvió al living, buscando con la mirada los trozos de su celular desperdigados por el suelo. Los juntó y como pudo lo rearmó, aliviándose de que encendiera a pesar de tener el cristal de la pantalla más que destrozado. Lo dejó sobre el mueble de la televisión, sacando de su mochila su cuaderno de finanzas además de su laptop para continuar con su parte del trabajo grupal que debían presentar el lunes. Digitó su contraseña y accedió a su usuario, abriendo el documento de la tarea con aire ausente. La culpa aun no se esfumaba, haciéndolo sentir como la peor de las basuras. Era un genio con respecto a la administración, pero un completo inepto cuando se trataba de cuidar al pequeño Mik. No tenía ese instinto natural que todos le afirmaban se activaba nada más nacer el bebé, pareciéndole a esas alturas hasta irrisorio que hubiera sido él quien lo llevó en su vientre.

-No sirvo para esto.-Musitó triste, sentándose de nuevo en el sofá.-Vegeta, ¿por qué no regresas?

Escudriñó el reloj de péndulo colgado en la pared, frunciendo el ceño al ver la hora. Casi la una de la madrugada y su novio no daba señales de vida, algo que comenzaba a afectarlo demasiado.

¿Dónde demonios te metiste?           

~~~

Aparcó el auto junto a un paraje desolado, rodeado de árboles frutales con un gigantezco colchón de césped al centro. Ambos bajaron y se adentraron al lugar, aspirando el rico aroma dulzón de las coloridas flores y verde hierva. Pese a que era más de media noche, la luna yacía posada en el cielo redonda y luminosa, acariciando con sus rayos las ramas y hojas, brindándole al ambiente una tenue luz bastante acogedora. En silencio se sentaron sobre el pasto, apoyando sus espaldas en el tronco de un enorme naranjo. Una brisa suave, fría y constante, se paseó entre ellos rozándoles la piel y dándoles leves escalofríos, mientras sus ojos se buscaban como por influjo de un imán. Goku dejó que Vegeta lo rodeara con un brazo hasta apegarlo con posesividad a él, disfrutando así del acompasado latir de su corazón al posar la cabeza en su pecho.

-Hace mucho quería tenerte así…-Susurró el peliflama, acomodándose de modo que quedara semi recostado con el menor firmemente apresado entre sus brazos.-Te he extrañado mucho, bebé.

Goku se sonrojó hasta las orejas por el apelativo tan tierno que utilizó Vegeta para referirse a él, obligándose a sí mismo a reprimir un jadeo de sorpresa al sentir como acariciaba sus cabellos.

-Vege… ¿por qué me trajiste aquí?-Quiso saber en apenas un hilo de voz, luchando con todas sus fuerzas para no asaltarlo con un beso lleno de anhelo y más necesidad de la que podía soportar.

-Porque quiero que hablemos sin que escapes.-Le respondió, estremeciéndose de deseo al sentir como los labios tan jodidamente suaves de su ex dejaban un beso casto en el dorso de su mano.

Kakarotto se separó, incorporándose para mirarlo con demasiada intensidad a los ojos.

-¿Tu novio sabe que estás conmigo?-Cuestionó serio, notando enseguida la incomodidad del otro.

-Por favor, Kakarotto.-Resopló, enderezándose para quedar nuevamente sentado contra el tronco.-¿Cuál es tu afán de meter siempre a Kyabe entre nosotros?

-¿Dices que yo lo meto entre nosotros? Si tú fuiste quien lo embarazó, Vegeta. No quieras evadir…

-No estoy evadiendo nada.-Lo cortó el peliflama, empezando a impacientarse.-Sólo quiero hablar, ¿sí? Aclarar las cosas entre nosotros, sin tener que meter de por medio a Kyabe o Mikan.

-Mikan…-Repitió Goku con voz entrecortada, mirándolo fijamente.-¿Ese es el nombre de tu hijo?

Vegeta asintió, mordiéndose otra vez la mejilla interna para apaciguar un poco su impaciencia.

-Escucha, Kakarotto.-Tomó sus manos, perdiéndose en sus ojos.-Amo a ese niño con todas mis fuerzas; desde la primera vez que lo tuve en mis brazos me juré que haría lo que fuera por él. Pero también te amo a ti, ¿entiendes? A pesar de toda la mierda que nos ha pasado, te sigo amando con la misma loca intensidad de siempre. Tú y Mik son todo para mí… ambos son mi vida.

-¿Y… Kyabe?-Cuestionó Goku, deseando con el alma cortar la distancia para devorarle los labios.

Vegeta suspiró, sintiendo un horrible sinsabor en el pecho, aunque no siendo esto razón suficiente para obligarlo a soltar el firme agarre que mantenía con las manos de su gran amor.

-Kyabe fue para mí lo que para ti las metanfetaminas… un escape.-Confesó, creyéndose el ser más ruin sobre la Tierra por ello.-Lo conocí una noche en una discoteca, él estaba con sus amigos y yo con bulma. Hicimos contacto visual, bailamos… hubo mucha atracción, no puedo negarlo.-Frunció el ceño, incomodándose más de lo que creyó al tener que hablar tan abiertamente con su ex novio de su actual relación.-Era virgen cuando me acosté con él, pero no pienses que lo forcé o algo así… él estuvo de acuerdo en que pasara. Después de eso no lo volví a ver hasta unos días después, cuando fui a la Universidad Central a darles cátedra a los estudiantes de primer año de Administración. No estuvo nunca en mis planes encontrármelo de nuevo, ya que para mí no era más que otro ligue casual de una noche. Pero Kyabe se entusiasmó conmigo, ¿sabes? Y yo fui lo suficientemente imbécil para darle esperanzas, a pesar de saber que jamás podría corresponder sus sentimientos como él quería. Al final empezamos una relación formal y, aunque suene fatal que yo lo diga, fue sólo para complacerlo.-El sinsabor en su pecho aumentó, aunándosele a esto una decepción tremenda hacia sí mismo.-Me encariñé muchísimo con él, Kakarotto… no voy a negártelo. Pero es sólo eso; un cariño muy grande… no amor.-Desvió su mirada, sintiéndose cada vez más despreciable como persona.-Entonces Raditz me encaró un día diciéndome que tu vida corría peligro y que si llegabas a morir sería únicamente por mi culpa, así que no lo pensé dos veces y me fui a California a verte. Fue ahí que entendí que, por mucho que me reusara a admitirlo, te seguía amando. Pero cuando pensé que podríamos volver a estar juntos…

-Supiste que Kyabe tendría un bebé.-Completó Goku, notando como su corazón se partía en dos.

Éste asintió, agachando la mirada frustrado, mientras un nudo en la garganta le impedía respirar.

-Nuestro destino es una mierda.-Saiyan musitó entre dientes, alzando sus ojos hacia el cielo.-Te juro que pensé que teníamos el maldito mundo a nuestros pies… nos creí capaces de hacer lo que fuera… lo único que visualizaba en nuestro futuro era felicidad, éxito y sueños cumplidos.-Bufó con impotencia, soltando las manos del joven Son para levantarse del césped y caminar hasta una banca de piedra ubicada en una esquina de aquel gigantezco sitio, la cual quedaba justo en la posición exacta para que la luna lo bañara con sus rayos al sentarse.-Supongo que soñé demasiado. Teníamos perspectivas muy distintas sobre el futuro, lo que nos hizo incompatibles.

El joven cantante imitó su acción, levantándose del césped y sentándose a su lado en la banca.

-Yo logré mi sueño, Vegeta.-Le dijo, sonriendo con tristeza.-Fui el mejor de mi clase en el conservatorio de música, gané fama participando en un show de talentos en televisión unos meses después de graduarme y por último firmé un contrato por dos discos con un estudio discográfico de gran renombre en Estados Unidos.-Lo miró con lágrimas acumuladas en sus ojos, siendo él quien lo sujetó de las manos esta vez.-Conseguí todo lo que me propuse, todo por lo que luché. Pero estaba solo… lo tenía todo; fama, reconocimiento, fortuna… pero lo más importante para mí no estaba conmigo…-No se contuvo más y lo besó, uniendo sus labios en un contacto casto y apenas perceptible, nada más que un suave roce que mandó corrientes eléctricas por la espina dorsal de ambos.-No te tenía a ti, Vege, y eso lo volvió todo insípido. Si no podía compartir mis triunfos contigo, mi gran amor…-Los dos sonrieron con las mejillas teñidas de dulce rubor, abrazándose con fuerza en un aferre lleno de necesidad.-Nada tenía sentido ya.

-Lo sé, bebé.-Le susurró el peliflama, aspirando su aroma, tan dulce y adictivo.-Entiendo muy bien esa sensación, porque yo sentía lo mismo.-Lo separó del abrazo, mirándolo con todo el amor que en ese momento estallaba cual supernova al ritmo de los latidos de su corazón.-Te amo…

-Yo te amo más.-Correspondió Goku con la voz llena de emoción, acariciándole la mejilla con la yema de su índice, al tiempo que se perdía en el oscuro mar de esa mirada tan profunda y bella.

Entonces sus labios volvieron a encontrarse por mutuo acuerdo, sellando ese especial momento con un beso repleto de aquel amor inextinguible, tan puro, inmenso y fuerte que los unía con su lazo invisible igual que el primer día. Se besaron con deseo, anhelo y necesidad, prometiéndose en silencio luchar por recuperar el tiempo perdido. Sus alientos se fundieron en uno solo cuando sus lenguas se encontraron en una excitante batalla por el control, mientras sus corazones latían vivaces al compás silencioso de sus sentimientos. Se abrazaron con fuerza, jadeando sin poderlo evitar en la boca del otro, sintiendo que de nuevo estaban completos, que la vida volvía a cobrar sentido..

-No pienso dejarte escapar de nuevo, Kakarotto.-Espetó Vegeta aun contra sus labios, sujetándolo por la cintura con un brazo y con la mano del otro acariciándole el rostro delicadamente.-Juro que esta vez le torceremos la mano al destino.

-¿Me lo juras?-Preguntó Goku con la mirada cristalizada, escondiéndose en su pecho para que su monumental sonrojo fuera menos notorio.-¿Me juras que esta vez sí lucharás conmigo para seguir?

-Te lo juro, bebé.-Le prometió al oído en tono muy seguro, dándole un beso casto en la mejilla.

Éste alzó su cabeza, sonriendo con tanta ilusión y felicidad que Vegeta creyó que su mundo estaba completo sólo con aquel gesto tan hermoso. Volvieron a unir sus labios con calma, disfrutando de la sincronía tan perfecta con que se acariciaban.

Allí, en la soledad de ese bello bosque, la vida les dio una nueva oportunidad. El hilo del destino los unió otra vez pese a las desafortunadas sircunstancias, haciendo relucir en todo su esplendor la inmensidad de ese amor tan puro e infinito que hacía latir a un mismo ritmo sus corazones, el cual había sido capaz de sobrevivir intacto a pesar de tantas dificultades y malas jugadas.

-Ven conmigo.-Le pidió Vegeta, levantándose y extendiéndole caballerosamente una mano.

-¿A dónde?-Quiso saber Kakarotto, sintiéndose cada vez más pleno y emocionado con su actitud.

-A hacer una locura.-Le sonrió de lado el peliflama, conduciéndolo de regreso hasta el auto.

Corrieron sujetos de las manos a través de aquel largo pasillo, siendo iluminados por la tenue luz de varios focos pequeños repartidos sobre el blanco techo. Llegaron a destino y Vegeta abrió la puerta, adentrándose en el lugar sin titubeo alguno seguido de cerca por el joven cantante. Cerraron tras de ellos y encendieron las luces, encontrándose con un recibidor pequeño que conducía por medio de dos corredores tanto al living como a los cuartos. Se sonrieron cómplices y sin pararse a observar nada se encaminaron entre besos a la puerta más cercana, preguntándose cómo era posible que el departamento estuviera en tan buenas condiciones pasado tanto tiempo.

La espalda de Goku chocó contra la suave superficie del colchón cuando el peliflama lo dejó caer con delicadeza sobre la cama, sus labios siendo ferozmente atacados por unos ajenos entre besos voraces y demandantes. Enrolló sus brazos entorno al cuello de Vegeta, enredando los dedos en su cabellera para impedirle separarse de él más de lo necesario para recobrar un poco de aire. Lo rodeó con las piernas cuando éste amagó a separárselas con una de las suyas, haciendo así que sus miembros encerrados aun entre la ropa interior y los jeans se frotaran deliciosamente.

-Ngh…-Gimió entre sus bocas, acalorándose al notar como las manos de Vegeta se colaban bajo su camisa, delineando sin pudor los costados de su cuerpo, erizándole la piel ante cada suave roce.

-Sigues siendo tan jodidamente perfecto, Kakarotto.-Jadeó contra sus labios, mirándolo con tanto deseo que éste creyó que se derretiría producto del calor que tal gesto causó en su cuerpo.

Sin dejar de besarlo le desabrochó el pantalón, mordiéndole los labios de la forma exacta que, sabía, lo volvía loco. Bajó por su barbilla, paseando su lengua sensualmente por la sensible piel de su cuello y deteniéndose a dejar un par de marcas bastante notorias en zonas muy visibles. El de cabellos alborotados gimió por lo bajo al percibir como una mano apretaba maravillosamente su miembro ya despierto por encima del bóxer, echando la cabeza hacia atrás cuando los dientes de su pareja presionaron enloquecedoramente su pezón izquierdo pese a que aun tenía puesta la camisa. Lo miró con el éxtasis brillando en sus pupilas, enrojeciendo al ser testigo de la libidinosa sonrisa curveando hacia arriba las comisuras de esos perfectos labios. Vegeta se dio el tiempo de desabotonar la prenda superior con una lentitud abrumadora, dedicándose a besar con pasión cada tramo de piel que iba quedando al descubierto. Lamió, succionó y mordisqueó aquel torso bellamente esculpido, concentrándose en acariciar las zonas que encendían más al menor.

Goku tiró de esas hebras azabaches cuando la tortuosa sensación de sus pezones siendo estimulados por la experta lengua de Vegeta estuvo a punto de desatar su horgasmo, mordiéndose los labios para reprimir un poco la sinfonía de extasiados gemidos que dejaba escapar. Hasta que los jeans y bóxer dejaron sus piernas, dándole al peliflama la más erótica y excitante visión de ese cuerpo tan perfecto completamente desnudo y a su merced.

-Mío.-Susurró con deseo, deslizándose gatunamente desde sus labios hasta donde esa palpitante erección pedía a gritos ser atendida.

Los ojos de Kakarotto se entrecerraron, embargados de un sublime éxtasis, al ser engullido de golpe por una boca ansiosa, tan deliciosamente cálida y mojada. Abrió sus labios y de su garganta escapó el gemido más sensual de todos, mientras la lengua maestra de su amado se enrollaba obscenamente entorno a la punta de su miembro, provocando aquel sonido resbaladizo que no hacía otra cosa que prender y alborotar aun más sus alocadas hormonas.

-Ve-Vege… oh… n-no… mnh… ah D-Dios n-no pa-res…-Suplicó entre gemidos, llevando sus dedos a enredarse en esos cabellos en forma de flama lacios y sedosos.

Éste tuvo que llevar una de sus manos a masajear su propia erección, ya que empezaba a doler demasiado. Los sonidos que salían de esos sonrosados labios encendían al máximo sus instintos, calentándolo a niveles insanos y erizándole la piel entre escalofríos sumamente agradables.

Afianzó las succiones sobre aquel rojizo y duro miembro, centrándose en dedicar especial atención al glande. Se ayudó con sus dedos, resbalándolos de arriba hacia abajo por toda esa caliente longitud, humedeciendo con su saliva aquel tronco venoso que se endurecía más y más en su boca bajo el influjo de sus expertas caricias. Kakarotto tiraba de su cabello a medida que las sensaciones se volvían demasiado abrumadoras, arqueando la espalda y gimiendo aun más descontroladamente al sentir como su clímax estaba cerca. Vegeta lo miraba a los ojos con lascivia, delineando obscenamente la punta de su inchado sexo con el descaro plasmado en sus pupilas, disfrutando del rictus de máximo placer plasmado en ese rostro de rasgos perfectos.

-O-Ohh Ve-Vege… ya n-no pue-do m-más… ¡ahhh!-Anunció Goku entre gemidos de éxtasis total, tensando las piernas y curveando aun más su espalda, mientras el horgasmo lo golpeaba de lleno y lo forzaba a gemir como un poseso, echando la cabeza hacia atrás y cerrando sus ojos con fuerza para mayor disfrute de semejantes sensaciones tan placenteras.

Saiyan recibió en su boca tres chorros de esa sustancia blanquecina, tragando parte de ella y el resto dejándolo en su mano. Regresó a esos labios exquisitos y lo besó con hambre, deseo y lujuria, buscando a ciegas su esfínter para empezar a prepararlo. Era casi seguro que Goku había estado con otros después de él, pero quería hacer de su primera vez luego de años una experiencia cien porciento placentera para ambos. Sin parar de devorarle los labios introdujo el primer dedo en aquella estrecha cavidad, sintiendo como esas paredes cálidas lo apretaban. Su amado rompió el contacto entre sus bocas para soltar un pequeño gemido más de gusto que de incomodidad, mirando al peliflama con intensidad. Éste le sonrió pícaro y volvió a besarlo con demanda, metiendo un segundo dedo para empezar   a simular estocadas. Kakarotto jadeó ansioso, moviendo sus caderas en un vaivén demasiado tentador, a lo que Vegeta reaccionó mordiéndole los labios con gula tras añadir un tercer intruso, empezando a mover rítmicamente sus dígitos en ese interior tan malditamente apretado y delicioso.

-Deja los dedos, Vege…-Demandó excitado, jadeando al sentir como estos se doblaban y rozaban con la punta de las yemas su próstata, mandando corrientes de placer por todo su cuerpo.-¡Mnh!

-No seas ansioso, Kakarotto.-Le sonrió el mayor, mirándolo con hambre.-Déjame prepararte bien.

Su pareja gruñó y en un hábil movimiento cambió las tornas, posicionándose sobre Vegeta con sorprendente rapidez. Sin pizca de paciencia le desabrochó la camisa, desprendiendo un par de botones en el proceso. Éste lo miró excitado, encantándole su actitud dominante. Se dejó desnudar y acariciar por aquél hermoso hombre, correspondiendo con ganas a sus ansiosos besos.

-Tu mandas, bebé.-Le susurró con lascivia al oído, mordiéndole el lóbulo con obvia provocación.

Goku sonrió malicioso, dejándose llevar por el deseo al punto de hacer una notoria marca de propiedad en su cuello. Degustó su pecho, marcó su abdomen y jugueteó en su ombligo, devolviéndole el favor de alucinante manera al engullir con gula su miembro sin siquiera titubear.

Éste siseó excitado al sentirse rodeado en esa humedad resbaladiza y tan caliente, envistiendo para entrar aun más en su boca. Kakarotto ladeó la cabeza y se cubrió los dientes con los labios, serpenteando su lengua enloquecedoramente por todo tramo que pudiera alcanzar de esa palpitante erección. Su miembro se alzó de nuevo al captar la sucesión de jadeos y gruñidos que el peliflama se permitía soltar, mirándolo a los ojos con descarada inocencia sin parar de juguetear con aquella virilidad entre sus labios. Lo dejó llegar hasta su garganta, controlando la respiración para no ahogarse. Lo hacía jodidamente bien –coordinando de forma increíble las lamidas y succiones– y Vegeta sabía que si seguía así se correría, por lo que lo tomó del rostro y lo forzó a separarse, atrayéndolo hacia sus labios para besarlo con un deseo llameante y pasional.

-Déjame terminar dentro de ti, hermoso.-Exigió excitado tras romper el contacto, girándose de modo que el cuerpo de Goku quedara perfectamente amoldado al suyo en posición de cucharita.

-Hazlo…-Aceptó éste casi en tono de súplica, envistiendo sus caderas hacia atrás hasta lograr que sus glúteos se acoplaran placenteramente al miembro más que erecto del mayor.-Entra ya, amor.

Ante este apelativo Vegeta se descontroló, apegándolo todavía más contra él y tomando su virilidad con su mano derecha para posicionar la punta en esa rosada entrada que prometía una estrechez alucinante. Ya en posición rodeó la erección del menor con sus dedos, empezando a masturbarlo al tiempo que se introducía en él de manera lenta, pero sin pausa. Kakarotto contuvo la respiración al notar como ese grande y duro tronco venoso se abría paso en su interior, estirando sus paredes hasta estar completamente dentro. Ambos jadearon extasiados cuando la pelvis de Vegeta chocó con las nalgas del de cabellera alborotada, provocando un sonido seco entre sus pieles que los hizo estremecer y excitarse todavía más de lo que ya estaban.

-Tan… e-estrecho…-Suspiró en su oreja el peliflama, apretando la base del miembro que tenía apresado posesivamente entre sus dedos.-M-Maldición… como quisiera… ah… p-partirte… e-en dos…

La respiración del menor se descontroló al escuchar aquel erótico susurro justo en su oído, robándole entrecortados jadeos de pura anticipación. Ladeó el rostro y lo miró con el deseo vívido en los ojos, besándolo con una pasión y necesidad desbordantes.

-Hazlo entonces.-Lo desafió, echando su cadera hacia atrás de manera tal que el miembro del mayor rozó ese punto que lo llevaba a la cúspide del placer.-E-Estoy e-esperando que… lo hagas…

Vegeta sonrió con malicia, mordiéndole con fuerza los labios antes de encimarse sobre él hasta dejarlo de cara contra la almohada. Salió sólo hasta la punta y volvió a entrar con fuerza, arrancándole un excitante gemido a su amante al golpear con alucinante precisión su próstata.

-No te pararás durante días, bebé.-Avisó en voz ronca y sensual, alzándole las caderas para tener mayor control a la hora de envestir salvaje y vestialmente ese perfecto culo que lo volvía loco.

Goku ahogaba gran parte de sus gemidos en la almohada, pero otros eran imposibles de acallar. Sentía como ese gran miembro profanaba su intimidad con una velocidad y precisión alucinantes, llevándolo a experimentar una inmensa mezcla de sensaciones demasiado difíciles de catalogar. Le dolía, pero a esto se añadía un placer tan intenso que lo único que deseaba era seguir siendo envestido con brutalidad por el peliflama, desvariando entre nebulosas de éxtasis incontrolable.

Blanqueó los ojos y se mordió los labios hasta hacérselos sangrar al ser su próstata golpeada una y otra vez sin tregua alguna, mientras la mano de su amado resbalaba incansable sobre su longitud en una increíble masturbación. Vegeta lo nalgueaba, dejando las marcas rojizas de sus dedos sobre su tez pálida y perfecta, a ratos girándole el rostro para asaltar sus labios con besos voraces e insaciables. Lágrimas de puro placer se agolpaban en los ojos del joven cantante, mientras de sus labios escapaban finos hilos de saliva que se perdían en la blanca funda de la almohada. Goku temblaba, sintiendo su piel arder y su interior contraerse por las placenteras sensaciones, todo su sentir escapando de él en forma de suspiros, jadeos y gemidos invadidos de un goce infinito.

-¡Ve-ge… ah… du-ele… ah-ah!-Gritó cuando éste volvió a salir y entrar en su cuerpo salvajemente, mientras era volteado de modo que lo quedara viendo de frente.-V-Vas a… ah… p-partirme…

-Sí…-Gruñó él, levantándolo de modo que pudiera morder con fuerza su pezón derecho.-Eso haré.

-¡S-Sigue a-así! Mi-er… dah… ¡Ahhh!

-M-Maldición… ¡Mnh! ¡K-Kakarotto!

El horgasmo les llegó a ambos al mismo tiempo, justo cuando unían sus labios en un beso para tratar de acallar sus voces. Las paredes de Goku se contrajeron alrededor de la hombría de Vegeta, apretándolo tan maravillosamente que bastaron sólo un par de envestidas más para correrse abundantemente en su interior. La sensación de ser llenado por aquella caliente esencia fue suficiente para que el clímax golpeara también al joven Son, haciendo así que se corriera copiosamente entre sus abdómenes.

Vegeta cayó exhausto sobre Goku, los dos respirando maratónicamente. Sus pechos subían y bajaban con rapidez, tratando de recobrar un poco de aliento. Sus frentes estaban perladas en sudor, sus cabellos desordenados y sus cuerpos untados de fluidos. Todavía temblaban un poco debido al intenso horgasmo recién vivido, los latidos de sus corazones galopando velozmente.

Sin salir de él, el peliflama se acomodó mejor entre los brazos del menor, aceptando con gusto el beso suave y acompasado que éste le dio. Se acariciaron con PAUSA, delineando sus facciones con roces sutiles de sus dedos, jugando con sus hebras azabaches y regalándose mimos tiernos como si el tiempo jamás hubiera hecho estragos entre los dos. Hasta que la calma llegó, serenando sus latidos y sus respiraciones, sumiéndolos en un estado de sopor pos clímax bastante agradable.

Se reacomodaron de frente, arropándose con las frazadas y entrelazando las piernas en un acto de máxima confianza, mirándose con todo el amor que se tenían aglomerado en sus oscuros ojos.

-Te amo.-Se dijeron al unísono, riendo divertidos al caer en cuenta del cursi momento que vivían.

-Esta vez será distinto.-Le aseguró Vegeta.-Lucharé por nuestra relación, aunque sea a distancia.

-¿Lo dices en serio?-Se sorprendió Goku, sonriendo con evidente ilusión y entusiasmo.

-Muy en serio.-Asintió Saiyan, besando fugaz sus labios.-No quiero perderte otra vez, Kakarotto.

Goku sintió que podía morir en ese preciso momento, volviendo a ser consciente de lo que era la máxima felicidad. Se sintió completo, se sintió invencible, se sintió capaz de hacer lo que fuera. En Vegeta se hallaba el sentido de su vida, por lo que saberse de nuevo unido a él en cuerpo y alma lo llenó de una plenitud incomparable.

-Lucharé por ti, Vege.-Le dijo, acurrucándose en su pecho.-No permitiré que nos separen nunca.

Éste le sonrió embobado, dejando un beso en sus cabellos. Lo abrazó fuerte contra él y aspiró otra vez su embriagante aroma, cerrando sus ojos para dejarse arrastrar por el sueño. Se sentía más feliz de lo que había estado en años, se sentía lleno de una euforia emocional tremenda.

Y es que después de tantos errores, después de tantas caídas, después de tanto dolor…

 Al fin se sentían completos otra vez.

Notas finales:

¿Alguien se esperó esto?

El VegeKaka se realza bitches!! *con pancarta en mano*

Ok no, ignoren eso XD

No se emocionen, porque conociéndome soy capaz de escribir que todo fue un sueño de Vegeta *risa malvada*

Nah, no es cierto. Ni yo soy así de troll X'D

 

¿Qué piensan de la reconciliación entre Goku y Vegeta? ¿Qué piensan de su lemon hard bien sensual e intenso en la habitación de su antiguo departamento? ¿Les gustó? ¿Lo odiaron? ¿Fue horrible? ¿Me tiro a un pozo?

Diecisiete apareciendo para salvar a Goku de las garras de Zamas 7u7

No fue Vegeta, no fue Raditz. Nadie se imaginó que era él quien golpeó a Zamas :3

¡Espero les halla gustado el capítulo! Y que no halla quedado un desastre de puntuación al escribir desde la tablet e.e

 

Mil gracias por las 1656 lecturas!! Me emociona ver crecer la visitas ^

En serio los amo mis amores, es por ustedes que amo dedicarme en mis ratos libres a dar todo de mí para entregarles capítulos de la calidad que merecen :)

Su apoyo me hace inmensamente feliz <3

 

No olviden que un review es igual a una inyección de inspiración para mí ^-^

¡El botoncito no muerde! >.<

 

Próxima actualización: sábado 21 de julio :)

Prometo hacer todo lo posible para terminar el capítulo a tiempo ^-^

Nos leemos preciosuras mías...

Ciao!!


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