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Sin ti por Emmyllie

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Notas del capitulo:

Antes que nada, muchísimas gracias por sus hermosos y alentadores reviews a:

C Lehnsherr (olvidé respondértelo en el review, pero sí... habrá MPreg >//w//<)

Martina Sánchez

Coralia

Son amor! Pensé que a nadie le atraería esta idea, pero me alegró infinitamente haberme equivocado ^-^


Actualizo dos días antes de lo planeado, lo sé. Pero es que terminé el capítulo antes y no resistí las ganas de publicarlo de una vez, así las dejo de mantener tanto en la intriga :)

En este capítulo se verá qué ha pasado con Goku y Vegeta después de su ruptura, cómo están sus vidas y otras cosillas medias complejas que espero les resulten interesantes.

Uno de nuestros amados personajes no la está pasando tan bien...


Recuerden que Goku es cantante, por lo que me apoderaré de algunas canciones de bandas muy geniales para apoyarme y hacer más realista la cosa ;)

La canción que canta es Numb de Linkin Park; pedaaazo de tema 7w7

Aquí el link del cover que utilicé para imaginarme a este precioso chico haciendo su performance (?) *^*

El tema original es épico y hermoso, pero esta versión calza más con cómo Goku actúa en el escenario https://www.youtube.com/watch?v=0v-iZ7W-WMM&list=RD0v-iZ7W-WMM&start_radio=1


Sin más que añadir (pedazo de testamento que les hice e.e) a leer mis amores :)

Capítulo 1: Realidad Distorsionada

Aparcó frente a la casa de su mejor amiga, apagando el motor y bajándose para tocar insistentemente el timbre. Bulma abrió la puerta con gesto irritado, soltándole un golpe en el brazo al verlo sonriendo divertido. Le encantaba ahcerla enojar; poner la paciencia de la peli-azul en jaque le parecía lo más entretenido del mundo y no dudaba en molestarla siempre que podía.

-¡Te oí al quinto timbrazo, Saiyan!-Le gritó, frunciendo el ceño y resoplando exasperada.

Vegeta se rió con burla, entrando a la casa con toda confianza y encendiendo un cigarro con expresión aburrida. Su amiga lo fulminó con la mirada, pues odiaba que fumara dentro, pero increparle algo era inútil así que se limitó sólo a gruñir estresada, mientras se dejaba caer sobre el sofá de la sala y le echaba un vistazo interrogante.

-¿A qué debo el horror de tu visita?-Le cuestionó mordaz, echándose hacia atrás su largo cabello.

-Tú, yo y la noche, mujer.-Respondió el peliflama, sonriendo maquiavélico.-Me acompañarás a una fiesta y ni creas que aceptaré un no como respuesta.-Le advirtió al notar que se negaría.

-¿Por qué no te consigues un novio de una vez y me dejas de arrastrar a cuanta fiesta quieres ir?-Inquirió cansada, haciendo un mohín indignado.-Sólo me llevas para después dejarme tirada cuando encuentras a tu conquista del día.-Le reprochó, frunciendo los labios en un puchero.

Vegeta al oír la palabra “novio” entornó los ojos y frunció el ceño enfadado, apagando el cigarro contra la mesita de centro y mirándola con ojos asesinos.

-Haré de cuenta que no dijiste nada, ¿okey?-Espetó, sentándose a su lado de brazos cruzados.

Bulma suspiró abrumada, sintiendo verdadera preocupación por el comportamiento tan infantil que su mejor amigo había adoptado desde la ruptura de su compromiso con Goku. Después de salir de la depresión en que estuvo sumido más de seis meses, se convirtió en un adicto al sexo y conquistador empedernido, rompiendo desde entonces más corazones de los que ella podía recordar. Siempre era lo mismo; asistía a una fiesta donde fuera, escogía al chico de turno y lo seducía con sus encantos para luego llevárselo a la cama y al día siguiente “si te he visto no me acuerdo”. La peli-azul sabía que algún día el karma le llegaría y temía que fuera más de lo que el peliflama pudiera soportar, pues de tanto jugar con los sentimientos de sus ligues podía dar un paso en falso y terminar enamorándose. Desde su ex Vegeta se había sellado totalmente a sentir amor por alguien más, pero la vida era caprichosa y eso podía cambiar en cualquier momento.

-¡Oye!-Le gritó su amigo, chasqueando exasperado los dedos frente a su rostro.-¡Baja de la nube!

Bulma se sobresaltó, fulminándolo con la mirada y dándole otro golpe aun más fuerte en el brazo.

-¡Ya deja de hablarme así!-Se enfureció.-¡Soy una chica bellísima y merezco ser tratada como tal!

-Ahá…-Vegeta asintió, alzando los hombros sin darle importancia al berrinche.-Mejor alístate.

Bulma lloriqueó enfurruñada, lléndose escaleras arriba a prepararse para la dichossa fiesta. No podía negarle nada a aquél idiota insoportable, porque el amor fraternal que le tenía la hacía débil. Y claro, el muy bastardo lo sabía y se aprovechaba de eso para manipularla a su antojo.

Ya en el Audi del peliflama, hablaban de trivialidades en un ambiente bastante cómodo. Hasta que el celular de Bulma interrumpió, haciendo que apagaran la radio justo cuando empezaba una canción de un supuesto idol nuevo que tenía muy encantados  a los medios de comunicación.

-¿Papá?-Contestó la peli-azul, mientras Vegeta concentraba sus ojos al frente.-Sí, estoy con él.

Puso el altavoz y el Señor Brief habló, proponiéndole al peliflama algo demasiado tedioso.

-Necesito que brindes tus conocimientos sobre finanzas a mis alumnos de primer año, Saiyan.-Le pidió, notándose bastante serio.-Y antes de que te niegues, déjame ofrecerte algo a cambio.-Vegeta cerró la boca antes de soltar cualquier palabra, a la expectativa de su supuesta recompensa por ir a perder su tiempo con adolescentes exasperantes.-Si alguno de mis muchachos te resulta prometedor, podrás llevarlo contigo a la empresa para que trabaje ocupando el puesto que Bulma dejó. Tengo entendido que has estado muy complicado buscando quien la reemplace, así que, ¿qué mejor oportunidad que esta? Nos estaríamos ayudando ambos.

-No lo sé. No suena muy tentador.-Admitió el peliflama, recibiendo una mirada asesina por parte de su amiga.-¿Cómo sé yo que entre tu tropa de chiquillos inexpertos hay alguien que valga realmente la pena para trabajar conmigo? Están recién en primer año, no han aprendido nada.

-No creas, Saiyan.-Refutó el mayor, claramente confiado de sus palabras.-Tengo un par de futuros prospectos bastante interesantes y prometedores. Es cuestión de que vengas a comprobarlo.

Vegeta suspiró audible y cansinamente, entrando ya al estacionamiento privado de la discoteca.

-Muy bien, Brief. Usted gana.-Se resignó a aceptar, consciente de que le debía muchos favores ya.

-Excelente.-Se alegró el hombre, sonando bastante satisfecho.-Te envío por e-mail el día y la hora.

Vegeta aceptó con un escueto “okey”, tras lo cual Bulma se despidió y cortó la llamada.

-Que fastidio.-Espetó el peliflama, bajando del vehículo una vez que hubo aparcado.

-Oye, estás hablando de mi padre.-Le reprochó ella, cerrando suavemente la puerta de su lado.

-Eso no le quita lo latoso.-Le respondió él en tono mordaz, empezando a caminar hacia la entrada.

-Idiota.-Suspiró la peli-azul, viéndose en un pequeño espejo de bolsillo y siguiéndolo resignada.

~~~

Oía voces difusas a su alrededor, perturbando su paz desagradablemente. Estaba en estado de sopor, tirado en alguna superficie bastante incómoda; sentía la boca seca, el estómago le ardía demasiado y un dolor punzante le taladraba el cráneo desde dentro. Tenía ganas de levantarse, pero la señal no llegaba a su cuerpo. Sabía que lo llamaban, ya que percibía las sacudidas insistentes de alguien intentando devolverlo a la realidad. Sin embargo estaba tan perdido, tan sumido en su inconsciencia, que se le hacía sumamente difícil reaccionar.

-¡Goku!-Gritó por enésima vez, zarandeándolo para despertarlo.-¡Goku, maldición, reacciona!

Un quejido abandonó sus labios, mientras abría los ojos confuso. La luz que entraba por la ventana lo cegó, haciéndolo fruncir el ceño. La punzada en sus sienes aumentó y a esto se le unió una irritabilidad inmensa, expresándose en una mueca homicida y una mirada fulminante.

-Deja de gritar, Krillin. Me duele la cabeza.-Se quejó, cubriéndose los ojos con el antebrazo.

El nombrado bufó estresado, jalándolo de la ropa para levantarlo. Era la quinta vez en el mes que encontraba a su amigo tirado en el piso de la habitación, completamente ido por culpa de esa maldita adicción que lo mataría pronto si seguía así. Recibió un gruñido como protesta y un siseo amenazante, pero hizo caso homiso a esa reacción que se conocía de memoria, arrastrándolo hasta el baño y obligándolo a meterse a la ducha tras abrir la llave de agua helada.

-¡Mierda!-Exclamó furioso, temblando bajo el chorro congelado de agua.-¡Eres un idiota, Krillin!

-Sí, ya… lo que digas.-Lo ignoró él, ayudándolo a quitarse las prendas empapadas.-Báñate y cuando estés en tus cinco sentidos hablaremos, Goku. No puede ser que sigas haciéndote esto.

El aludido chistó la lengua, cerrándole en la cara la puerta corrediza de la ducha con un fuerte jalón. Krillin suspiró cansado, saliendo del baño a grandes zancadas. Realmente estaba preocupado por su mejor amigo, quien cada día sucumbía más a la forma fácil para apaciguar aunque fuera un poco su dolor emocional.

En la ducha, Goku se apoyó contra una de las paredes y deslizó su cuerpo hasta hacerse un obillo en el piso, las gotas de agua mezclándose con las lágrimas que brotaban en cascada desde sus ojos. La lucidez se hacía presente, anudándole la garganta y acuchillando sin compasión su corazón. Los recuerdos… esos hermosos y, a la vez, malditos recuerdos de la vida que dejó atrás para perseguir su sueño, aparecían en su mente como una película dolorosa e insufrible, activando un odio infinito hacia sí mismo. Odiaba despertar, odiaba estar lúcido, odiaba haber tenido que elegir. Se odiaba y lo odiaba a él, por no haberlo retenido, por no haber buscado la manera de arreglar las cosas. ¿Por qué lo dejó ir tan fácil? ¿Acaso todo lo que pasaron juntos no fue suficiente para luchar por retenerlo? ¿Acaso realmente la culpa de la ruptura era sólo suya??

-Te odio, Vegeta Saiyan.-Sollozó, escondiendo el rostro entre sus brazos.-Odio amarte tanto, maldito idiota.

Krillin lo enfrentó parándose delante de él, con el ceño fruncido en evidente enfado y sosteniendo en su mano el frasco de metanfetaminas que Goku celosamente guardaba en el bolsillo de su chaqueta favorita. Esparcidos sobre la cama habían varios frascos más, más de la mitad ya totalmente vacíos. El cuarto estaba hecho un completo desastre, vidrios rotos y botellas de licor regadas por el suelo y unas cuantas geringas dejadas sobre el velador junto a dos pequeños sobres trasparentes que el menor de los dos esperaba no fuera una droga peor.

-¿Por qué te haces esto, Goku?-Le preguntó, sintiéndose desbordado de inquietud y preocupación.

Su amigo no le respondió de inmediato, limitándose a dejarse caer sobre la cama como un peso muerto tras hacer a un lado con la mano los envases de su mayor adicción. Cerró los ojos y se puso de costado sobre el colchón, llevando las rodillas a su pecho en posición fetal.

-Quiero olvidar…                                 

-Esa no es forma de hacerlo y lo sabes.-Lo encaró Krillin, sentándose en la cama junto a él.-¿Acaso crees que drogándote solucionarás algo? ¿Acaso crees que a Vegeta le gustaría saber que el amor de su vida es un adicto a las metanfetaminas?

-El amor de su vida…-Repitió Goku, soltando una risa irónica.-Que gran mentira es esa.

Krillin se sintió fatal, sabiendo que había hechado alcohol puro sobre la herida sin querer.

-No es mi intención agravar tu dolor, amigo. Es sólo que no me gusta ver como te consumes. Mírate, Goku. Eres una estrella, miles de chicos y chicas babean por ti; tienes fama, una carrera exitosa y una voz privilegiada. ¿Por qué eres el único que no lo nota?

-Sabes bien que todo eso me sabe insípido si Vegeta no está conmigo para disfrutarlo.-Admitió él, reprimiendo un sollozo.

El otro se sintió peor, comenzando a pensar que con su conversación sólo terminaría hundiéndolo más.

-¿Y por qué no lo buscas?-Sugirió, consciente de que era algo que Goku jamás se había planteado.

-¿Qué?-Se sorprendió su amigo, reacomodándose boca arriba y mirándolo con curiosidad.

-Búscalo, Goku.-Lo incitó, creyendo que quizás el peliflama estaba sufriendo igual que él.-¿Has pensado en cómo estará Vegeta? Quizás te extraña, quizás también se arrepiente de como terminaron las cosas. ¿No crees que buscarlo es lo mejor? Creo que deberías enfrentar tu pasado y hacer las cosas bien esta vez, sin la contraproducente impulsividad de la adolescencia.

Goku lo meditó en silencio por un rato, considerando la idea como una completa locura.

Pero tal vez Krillin tenía razón y existía la posibilidad de que su ex novio aun lo recordara, aun lo extrañara, aun pensara en él. E incluso podía ser que aun latiera en su corazón ese amor tan inmenso que alguna vez los unió, haciéndolos sentir invencibles y capaces de todo si estaban juntos.

-Puede ser.-Reconoció después de un rato, sonriendo imperceptiblemente.-Lo pensaré.

~~~

Las luces, el alcohol, la gente, la música, el descontrol. Todo era un caos de cuerpos sudados bailando, humo de cigarros flotando y contaminando el aire, voces gritando para tratar de hacerse oír en medio del bullicio y mucho, mucho frenesí juvenil.

En la barra, acompañado por sus cinco mejores amigos, un chico miraba a su alrededor con demasiado aburrimiento. Cabellos en punta color negros, ojos brillantes y oscuros, piel pálida y contextura pequeña. Era su primera vez llendo a una disco y ciertamente se sentía incómodo, abrumado y con puras ganas de irse. Tenía un vaso de contenido dudoso e incoloro en su mano, vestía jeans ajustados color gris y playera blanca. Si estaba ahí era por cortesía de sus compañeros, quienes habían insistido hasta el cansancio para llevarlo a una fiesta antes de que empezaran las clases. Y claro, como tenía una fuerza de voluntad igual de dura que una esponja, no pudo negarse y terminó siendo arrastrado a ese lugar que a sus ojos no tenía nada de especial.

-¡Ya quita esa cara de póker, Kyabe!-Le gritó Kale, sonriendo presa de la euforia.-¡Sólo diviértete!

El nombrado suspiró, frunciendo el ceño. Su amiga ya había conseguido galán para esa noche y seguramente haría lo mismo de siempre; se acostaría con él, le daría su número de teléfono y estaría semanas esperando una llamada que no llegaría nunca.

Optó simplemente por dejarse arrastrar por la corriente, dando sorbos pequeños a su bebida para que el efecto que tuviera en su cuerpo fuera leve. Observó a las personas a su alrededor y cuando su amiga Bra le pidió que bailaran simplemente aceptó, llendo hasta la pista con ella y dejándose llevar por la melodía pegadiza de esa canción que ni siquiera le gustaba.

Fue así que, mientras se movía al ritmo de la música, Kyabe fijó sus ojos sobre alguien en particular. Justo en frente de donde ellos bailaban, un sujeto de infarto acababa de entrar a la pista también. Era considerablemente más alto que él, sus cabellos azabaches en forma de flama resplandecían por efecto de las luces, esos jeans negros que vestía se pegaban obscena y descaradamente a sus bien formadas piernas y la camisa azul rey que cubría su torso se le adería tanto a la piel que marcaba perfectamente sus músculos.

Kyabe por poco se desmaya cuando, con una seductora sonrisa bailando en sus labios, caminó hasta él y de un movimiento suave apartó sin más a Bra, sujetándolo desde la cintura y girándolo de tal forma que su espalda quedó amoldada a su pecho, mientras esos brazos fuertes y tonificados lo envolvían posesivamente.

Y es que para Vegeta no importaba nadie más que no fuera aquél jovencito de mirada inocente, ya que desde el momento en que lo vio sentado en la barra atrajo su atención. Ese cuerpo pequeño, pero tan bien formado, esos cabellos azabaches de apariencia sedosa y esa piel nívea que lucía tan apetecible y perfecta… algo tenía que, sin siquiera conocerlo, lo invitaba a acercarse.

Paseó provocadoramente sus manos por los costados de su cuerpo, dibujando círculos juguetones en su piel aun por encima de la ropa. Kyabe se estremeció ante el calor que desprendía aquél desconocido y la sensación tan extraña que le provocaba tenerlo así de pegado a él, causando en su interior una ansiedad que jamás había experimentado. Y ya fuera por efecto del trago o del mismo ambiente, simplemente se dejó llevar y fue correspondiendo a las caricias del mayor, sin dejar ninguno de los dos de moverse al ritmo de la música.

Desde la barra los amigos de Kyabe veían atónitos la forma en que el más tranquilo del grupo ligaba descaradamente a vista y paciencia de todos, mientras que del otro extremo de la pista Bulma fruncía los labios estresada al ver como Vegeta lo volvía a hacer; fiesta a la que asistía flirteaba con algún muchacho y terminaba llevándoselo a la cama sin excepción.

Era increíble como había dejado de ser alguien correcto y dulce, a convertirse en el más despiadado rompe corazones. Haber terminado con su gran amor sí que había causado estragos en él y la peli-azul no paraba de sorprenderse con su comportamiento tan perverso.

Pobre chico… Pensó Bulma, sorbiendo de su vaso y negando con la cabeza. Será sólo otro más…

Por instinto Kyabe llevó sus manos a capturar esas que lo acariciaban desesperantemente lento, instándolas a tocar cuanto quisieran, logrando así que los dedos de aquél seductor desconocido se colaran por debajo de su playera y empezaran a rozar insinuantes esa tez tan suave y deseable.

-¿Quieres jugar, pequeño?-Susurró Vegeta con suma lujuria contra la sensible piel de su cuello, mordiéndole el lóbulo de la oreja y disfrutando el exquisito estremecimiento que esto le causó.

Y él, incapaz de hablar y completamente prisionero de la seducción con que el otro lo trataba, no pudo más que girarse para quedar frente a frente y así atrapar sus labios en un beso insaciable, húmedo y demandante, en el que sus lenguas pelearon arduamente por el control.

Durante varios segundos no hicieron más que devorarse las bocas, perdidos en la sensualidad con que sus cuerpos se movían al ritmo de la canción. Sus lenguas no paraban de retarse en una búsqueda de dominio tan excitante como persistente, mientras los dedos de ambos se paseaban sin control por cada espacio de piel ajena que la ropa les permitiera tocar. Lo único que querían ambos era seguir undidos en el placer que les daba aquel hambriento beso, importándoles demasiado poco estar siendo en ese momento el centro de atención.

Se atraían, se deseaban, se necesitaban.

Fue entonces que, dedicándole una maliciosa sonrisa, Vegeta separó al más pequeño de él, mordiéndose provocativamente el labio inferior. Kyabe por un momento creyó que hasta ahí había llegado todo, pero al notar la mirada traviesa del mayor entendió que la cosa apenas comenzaba.

Era hora de irse de allí a un lugar más cómodo, alejado de miradas curiosas o recriminadoras.

Abandonaron la pista tomados de la mano y se encaminaron a la salida, sintiendo muchos ojos fijos en ellos. Para todos había sido sorprendente semejante demostración de calentura en público, mas aun viniendo de un chiquillo que tenía esa apariencia tan angelical.

Una vez afuera Vegeta condujo al menor hasta su auto, en todo momento robándole besos furtivos o tocando sin descaro su trasero. Kyabe se sentía parte de una escena demasiado sexual y ajena, pero a esas alturas estaba tan excitado que no tenía problema alguno con llegar hasta el final. Subieron al Audi negro del peliflama y éste arrancó rápido, saliendo del estacionamiento a gran velocidad. Quería llegar ya a su departamento para hacer suyo a aquél precioso chico y, conociéndose como se conocía, sería una noche larga, muy caliente e inolvidable para los dos.

~~~

Respiró hondo y se llevó una mano a su alborotado cabello, DESORDENÁNDOSELO aun más de lo normal. Se miró en el espejo de cuerpo entero que tenía en frente, haciendo una mueca al notar de pronto lo mucho que había cambiado en esos últimos años. Su yo de dieciocho años tenía notables diferencias con el joven de veintitrés que se reflejaba en el cristal, empezando por el pequeño piercing brillando en su labio inferior, los suaves reflejos azules resaltando en su pelo y el evidente cambio en su vestuario; de usar colores derivados del azul y el rojo, ahora vestía sólo con tonos oscuros. En ese preciso momento llevaba una ceñida playera gris con el símbolo yang en el centro, una chaqueta de cuero negro con detalles plateados, unos jeans también negros bastante ceñidos y botas de tiro alto del mismo material. De su cuello pendía una cadena de oro, cuyo dije ocultaba siempre de miradas curiosas y era la mayor intriga para la farándula.

Se sonrió cansado, destapando una botella de agua mineral y bebiendo un buen poco de un solo golpe. La hora de empezar el concierto ya casi llegaba y, aunque no se sentía preparado para enfrentarse al público, debía cumplir con su actuación. Por más agotado física y emocionalmente que estuviera, no podía permitir que esa especie de depresión en la que estaba opacara la impecable carrera que tanto esfuerzo y trabajo le había costado consolidar.

Echó un vistazo a su alrededor y al saberse completamente solo, ya que ni una voz o movimiento se escuchaba dentro o fuera del camerino, tanteó uno de sus bolsillos y extrajo de dentro un pequeño frasco blanco, cuyo contenido vertió en la palma de su mano tras abrirlo. Seis pastillas cayeron, las cuales llevó a sus labios y tragó sin remordimientos. Necesitaba estar bien para su presentación, lo cual sabía que no lograría si no consumía su dosis diaria de metanfetaminas. Era más fuerte que él; una necesidad que sabía era mala, pero no podía evitar.

Abrió una bebida energética y la ingirió a sorbos largos, notando como el bienestar producido por la droga iba esparciéndose a través de sus venas, haciendo que una placidez maravillosa lo invadiera. Quiso correr, gritar, reír escandalosamente y hasta lanzarse de un avión por el sólo hecho de que la adrenalina lo extasiaba, sin embargo únicamente se limitó a sonreírle animado al reflejo en el espejo, relamiéndose los labios que sentía algo resecos y jugando con su lengua en el piercing. Una risa suave se le escapó, mientras pensamientos algo difusos llenaban su mente.

Krillin entró minutos después, avisándole que ya iba siendo hora de ir al escenario. Y al ver la sonrisa abstraída aderida a los labios de su amigo, entendió que el dolor de su corazón podía más que el razonamiento de estar haciendo las cosas mal. Era ya la cuarta vez que se presentaba a un concierto bajo el influjo de esa maldita droga y temía que se le hiciera costumbre.

-¡Que comience el show!-Exclamó alegre Goku, saliendo veloz del camerino directo al escenario.

Krillin suspiró apesadumbrado, siguiéndole el paso con resignación. Lo encontró tras vastidores dando órdenes a los de la banda en actitud juguetona, recibiendo miradas de extrañeza.

-Haremos una pequeña modificación al repertorio.-Dijo, sonriendo lleno de adrenalina.-Abriremos con Numb y de ahí seguiremos con lo planificado, ¿de acuerdo?

Su grupo asintió, mientras el aullido entusiasmado del público clamaba entre gritos al joven Son.

La multitud rugía eufórica, disfrutando extasiadas de otro concierto más de su artista preferido. Goku se desenvolvía como un profesional sobre el escenario, deleitando a sus fans con esa voz bella, potente y angelical. La mezcla de guitarra, piano, bajo y batería tocaban los acordes de su canción más famosa, llevando a los presentes al estado máximo de emoción. De pie en un lado estratégico del amplio espacio, cantaba sintiendo como parte de él cada palabra, sumido en ese trance exquisito que le producía a su alma estar viviendo en carne propia su más grande anehlo.

“Cansado de lo que quieres de mí,

Me siento tan frágil, la fe ya no existe.

No sé que estás esperando de mí,

es tanta la presión de tus pasos seguir…”

Era la estrella juvenil del momento, forjando con su talento un futuro artístico muy brillante y prometedor. Tenía miles de fans, hablaban de él incluso en otros países y su segundo disco ya estaba en proceso. Sus canciones se posicionaban entre los primeros lugares de los ranquings musicales más importantes, dejándolo en lo alto del éxito y la fama.

Y ahí, en el estadio más reconocido de la ciudad, sacaba a flote todos sus sentires, todo lo que atormentaba a su corazón y lo rompía un poco más por dentro cada día, sin que sus seguidores siquiera lo imaginaran. A ojos de sus admiradores él era sólo un joven con un talento excepcional para componer y cantar, totalmente ajenos de que cada letra que escribía brotaba directamente de sus más profundos sentimientos.

Precisamente esa canción la había escrito unos meses después de haber llegado al país, en esos días que el fantasma de lo que perdió le provocaba a su alma una rabia e inquietud desesperantes. Una noche pensaba en Vegeta, en la forma tan abrupta en que terminó su relación y en lo doloroso que le resultaba saber que para él había sido más fácil simplemente dejarlo ir, lo que desencadenó en esa primera composición que un año después se convirtió en su mayor éxito de ventas.

“La resaca no se acaba, la resaca no se acaba;

cada paso que doy es un error más para ti…”

Nadie notó cuando sus ojos se llenaron de lágrimas, pues el juego de luces que lo rodeaba hacía difícil ver su rostro claramente. La voz se le estancó en la garganta, por lo que tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para seguir cantando como si nada; como si el corazón no le doliera tanto que sentía que moriría, como si su vida no estuviera vacía, como si las infames ganas de auto destruirse no lo atormentaran. Fingió, actuó como siempre hacía; plasmó en sus bonitas facciones una sonrisa falsa, haciéndole creer al mundo que era feliz, que se sentía pleno, que su existencia era maravillosa.

“¿No puedes ver que me sofocas?

Aprietas demasiado sólo para tener control;

porque todo lo que pensaste que sería,

se ha derrumbado justo frente a ti…”

Oía a su banda tocar, oía a sus fans gritando eufóricos, oía su corazón resquebrajándose un poco más. El efecto de la droga se mezclaba desagradablemente con ese dolor infame que tanto deseaba sacarse de adentro, haciéndolo temblar aun con el micrófono en mano. Respiró hondo y trazó en su rostro la expresión más despreocupada que pudo, arrancando suspiros en las chicas que lo veían casi queriéndoselo comer con los ojos. Forzó otra sonrisa y continuó con su show, mientras recuerdos de esa vida que dejó en Tokio se reproducían en su mente, apuñalándolo.

“Insensible soy, no puedo sentirte;

Muy cansado estoy, no puedo salir.

Ahora soy al fin lo que quiero ser,

Parecido a mí, muy distinto a ti…”

Cantaba con rencor, rabia, nostalgia y frustración. Su voz salía potente y hermosa, cautivando cada vez más a los presentes. Goku expedía talento por cada poro de su piel, sin embargo sus fans no veían que también de él brotaba un dolor e impotencia insoportables.

El joven de cabellos alborotados tocaba fondo y nadie lo veía, pues disfrazaba su pesar bajo una sonrisa llena de optimismo siempre que estaba frente a los demás. Ocultaba todos sus sentires bajo una máscara de inocencia e ingenuidad demasiado creíble, intentando a toda costa mantener los pedazos de sí mismo armados.

Pero en noches así, cuando ni siquiera sus dosis de metanfetaminas ayudaban a aplacar esa maldita culpa y odio que sentía hacia sí mismo, era que caía inevitablemente en la melancolía, arrepintiéndose poderosamente de sus decisiones.

Y es que no había día en que no se preguntara qué habría sido de su vida si renunciaba a su sueño de realizarse en la música para quedarse junto a su gran amor a concretar sus planes, ni había día en que no odiara a Vegeta por dejarlo ir como si sus sentimientos hacia él no fueran lo suficientemente intensos para luchar por mantenerse unidos pese a todo.

“Y yo sé que puedo fallar también,

Pero sé que eras como yo

cuando alguien tedecepcionó….”

Estoy seguro que serías el único capaz de descubrir la verdad oculta tras esta maldita máscara…

Notas finales:

Qué les pareció??

Vegeta se hizo adicto al sexo y Goku a las metanfetaminas D:

Goku cae cada vez más en el dolor de la culpa que siente y Vegeta... emmm bueno, él se ha encontrado con un sensual y dulce pelinegro llamado Kyabe al que hará suyo en el siguiente capítulo 7u7

Qué opinan de sus vidas post ruptura??

A mí me duele ver a mi dulce Goku sufriendo por sus decisiones :c Me estoy inclinando para su lado debo admitirlo ^^U


En fin!! No sé qué me pasa hoy que estoy tan latera e.e

Gracias por las 74 lecturas ^-^

Cualquier opinión o lo que quieran no duden en dejarla en la cajita de comentarios :D

El botoncito no muerde!!


Próxima actualización: jueves 24 de mayo :)

Si es que no saco el capítulo antes claro ^-^

Ciao preciosuras!!


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