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Plan a la felicidad. por AnonimoHarui

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Notas del capitulo:

Hoolaaa mis amado lectores!!

Aqui con un nuevo cap! Lo siento la demora, es que como todo es tan dificil que ahora tengo dos empleos, me canso mucho pero aun seguire esto, no se preocupes jejeje ^w^

Aun no respondo a sus comentarios!! D: LO HARE CUANDO VUELVA DE TRABAJAR, LO PROMETO T.T


Asi que mientras disfruten la historia jejeje ^w^

Capitulo 5. A las corridas. En inicio del caos.

 

 

- ¡Sasuke-kun, di, ah! – Karin quería darle de comer en la boca al moreno quien la ignoraba como un campeón.

- Karin, el está lo suficientemente grandecito para comer solo, y peor aún, para comer manzanas mal peladas – Viendo las rebanadas deformes y con rastros de cascaras.

- ¡Cállate imbécil! A Sasuke-kun le gustan así – No admitiendo la vergüenza.

- Silencio. Son muy ruidosos – Queriendo leer los documentos.

- Pero Sasuke-kun – Haciendo mohines – Solo quiero ser cariñosa…

- Para eso esta Naruto – Sonrió con burla el peliblanco.

- ¡A ese ni lo menciones! – Rabiosa. Sasuke le miró mal - ¡Digo! Porque está mal hablar de alguien que no está aquí – Sonrió nerviosa.

- ¡Fiuuu! Qué buena atajada Karin, casi me la creo – Se burlaba aun más.

- ¡¿Por qué no te vas?! – Pensando que si no fuese por ese imbécil de sonrisa de tiburón, ahora podría estar recibiendo mimos de Sasuke.

- Estoy aburrido, que mejor que está aquí, con mi jefe para que me diga cuál es mi labor  o pensar que es lo que hago en la empresa – Recostado en un gran sillón circular mientras resolvía como podía un cubo rubik.

- Ya aprende tu labor o seguro te echan – Mirándolo mal, ella estaba sentada en el brazo del sillón donde estaba Sasuke.

- Llegamos – Juugo se anuncio.

- Fue muy entretenido – Dijo Satoru. Ya que con Juugo pasearon por el viñedo y conoció muchas plantas y bichos nuevos, aunque lo último no fue tan bueno el poder  conocer más lo hacía feliz.

- Tadashi – El niño miró a su padre – Hoy Itachi quiere que vayamos con él a montar a caballo ¿Vamos? – Quitándose los lentes para leer. El niño emocionado, pero tratando de calmarse, asintió. – Ve por tus cosas. Nos iremos en cuanto estés listo. El viaje es algo largo.

- ¡Enseguida! – Todos lo miraron - ¡Que ya… va! – Y rápido subió las escaleras.

- No corras en las escaleras, te puedes caer – Dijo en tono algo alto. A Karin le salían corazones.

- ¡Sasuke-kun cuando está en plan padre amoroso y preocupado es tan sexy! – Sasuke solo oró  por paciencia.

 

Una vez en la finca de Itachi, este los esperaba con una pequeña sonrisa. Satoru corrió hasta él emocionado de empezar, el sabia montar a caballo pero nunca podía ir, así que poder hacer esa actividad después de mucho lo llenaba de alegría. Al llegar a los establos Itachi le da a la yegua que siempre monta, pero ésta se rehusaba a dejarse montar por él. Itachi miró a Tadashi con sospecha.

- Miura jamás hizo eso… es como si no te reconociera – Mirando a su sobrino.

- ¿Eh? – Alarmándose – Pues, puede ser que tenga olores raros que no me detecta bien – Itachi le miró más raro.

-… Ya… puede ser que sean los nuevos productos para el cabello que usas – Sonrió de lado. Satoru solo rió y fingió molestia pero se sintió a salvo, pero Itachi seguía sospechando. Su sobrino no estaba  actuado como siempre, su aura era demasiado diferente. Era un cambio extremo para unos meses. – Pues, vamos.

No podía dejar pasar cada pequeño detalle raro. Porque pese a que quería a su sobrino y no le molestaba su cambio, si le llamaba la atención. Cada vez tenía más dudas, era raro que su hermano Sasuke las dejara pasar. Bueno… aunque seguro tenía “otras” cosas en la cabeza en ese momento.

Ya los tres estaban montados en sus potros y galopaban amenamente por las pequeñas colinas. Qué hermoso era el paisaje, ciertamente un lugar digno de foto para una reserva natural.

- No pongas esa cara. Actúas como si nunca hubieras venido – Sonrió Itachi a su lado, en su caballo blanco.

- Bueno, será porque no vengo hace mucho – Tratando de excusarse.

- Pero si venimos bastante seguido. En épocas escolares, cada mes venimos aunque sea una o dos veces – El ex pelirosa no lo podía creer. “¡¿Por qué ese dictador tiene más aventuras que yo?!” enrabiado.

- Lo que sea – Berrinchudo. Los mayores suspiraron con una sonrisa al ver que ya se había enojado. De la nada Sasuke le hizo una seña a su hermano mayor, este comprendió.

- Bueno, me iré adelantando en el recorrido. Debo ir a ver mis pequeños cultivos – Pese que dice eso, Itachi tenía un pequeña granjita de animales y cultivaba algunas cositas…. Que a todos les parecía muy impresionante. – Nos vemos en un rato. – A Satoru eso le pareció algo raro.

- Vamos por aquí – Le dijo a su hijo. El chico acepto y caminaron un lindo trecho y llegaron a la cima, donde se veía la tal famosa granja. En vez del clásico granero, era una construcción de madera clara y moderna. Casi parecía una casa.

- ¡Wow! – Reaccionó – Siempre olvido como se ve de impresionante – Arreglándolo como podía.

Pero Sasuke se encontraba en sus pensamientos. Se quedaron unos  minutos así hasta que el mayor habló.

- Hijo – Este le miró -… Bueno, quería hacerte una pregunta – Su padre estaba nervioso, era la primera vez que veía algo así, era de admirar, que se viera tan humano – Veras. Hay algo que quería decirte antes, mejor dicho preguntarte…

- Dime – Sonrió. Sasuke se dio ánimos y siguió.

- Que… ¿Qué opinas de Naruto?  - El niño alzo ambas cejas.

- ¿Cómo qué? ¿Cómo tu secretario, cómo tu amigo o…?

- Solo… ¿Qué opinas de él, como persona? – Inquieto y ansioso.

- Bueno… él se muestra agradable. Es bello, y tiene una gran sonrisa – “¡Todo falso!” – No sé qué decir. Para serte sincero, ese doncel es un completo extraño y solo lo he visto un par de veces ya que se la pasa viajando y “ocupado” en su labor – Sasuke algo decepcionado y triste suspiró.

- Es verdad que sale mucho pero…

- ¿Por qué me preguntas tan de repente algo así? – No quería oírlo. Tenía un mal presentimiento.

- Pues veras… nosotros…

- ¡Ah! Itachi-ojisan me está llamando. Alcánzame – Y salió disparado dejando a Sasuke con la palabra en la boca. Así que llamándolo comenzó a seguirlo pero el niño fue bastante rápido.

Satoru detuvo a su yegua cerca del campo para seguir a pie. Corrió y corrió por la huerta. No quería escucharlo. Ya quiso advertirle a su hermano de esto y él dijo que estaba bien, pero parece que estaba pasando, estaba tan asustado como presionado. Entró a un sector de la “granja” que se usaba como sala. Había unos sillones, pequeña chimenea y otras cosas bien decoradas de forma campestre y flamante.

- ¡Basta, basta! – Nervioso y tomándose el rostro, comenzó a caminar de aquí para allá – No puedo más. No sé qué hacer, solo soy un chico de 13 años…

- ¿Algo que me quieras compartir, Tadashi? – El chico se sorprendió.

- ¡Ahhjj! ¡Tío! Me causaste calofríos – El Uchiha mayor quedó desconcertado.

- ¿Te cause calofríos?

- Me asústate, es eso. – Corrigiéndose.

- Bueno, basta – Levantándose y dejando un libro. Se cruzó de brazos – Dime que tienes ¿Qué ocultas? – Satoru miró a otro lado, pero volvió la vista a Itachi.

- ¿De qué estás hablando? ¿Qué estaría ocultando? – Queriendo parecer natural. Itachi frunció el ceño.

- ¿Es algo que no le puedes contar a tu tío? – Sintiéndose dejado a un lado. – Estás raro.

- No es cierto – Frunciendo el ceño.

- ¿Enserio? A ver.… Dime qué te pasa de repente ¿Por qué de repente tienes más locuciones y menos apetito? ¿Qué es ese acento que has tenido desde que llegaste?  ¿Por qué Miura no te reconoce? ¿Por qué tu cabello y piel se ven tan cuidadas y sobretodo tu piel, más clara? ¿Por qué repentinamente usas expresiones como “Me causaste calofríos”? ¿Por qué te contienes y te corriges cuando sabes que usas esas expresiones? – El corazón de Satoru estaba a mil por verse de repente entre la espada y la pared.

- No sé qué decirte, tío. Soy yo. Solo que, cambie bastante… eso es todo – Le miró con sus grandes ojos y sintiéndose mal por todo... ya estaba cansado. Itachi notó aquello y suspiró.

- Sí…. Si, puede ser. – Sonrió de lado – Si no te conociera diría que eres… - Se dio cuenta de la mirada fija del chico en lo que estaba a punto de decir – No importa – Dándose la vuelta.

- ¿Qué soy qué, tío? – El pelinegro volteo y seguía sonriendo de lado.

- No. Nada, solo olvídalo – Dispuesto a irse.

- ¿Cómo si fuese otra persona? – Itachi rió. - ¿Cómo si fuese… Satoru? – Itachi paró en seco y su burlesca sonrisa desapareció. Volteo lentamente con cautela. La cara de su sobrino le decía todo, sabia la verdad. No le quedaba duda.

- ¿Qué es lo que averiguaste de Satoru? – Serio pero ansioso.

-… Nada – Le miró con esos enormes y redondos ojos – Yo. Soy. Satoru – Ahora fue el turno de Itachi para abrir grande los ojos y recibir aquella bomba, sus orbes se llenaron de brillo.

En eso llegó Sasuke.

- Tadashi ¿Por qué te fuiste? Te estaba hablando… - Notando el raro ambiente y para su sorpresa vio como que su hermano quería llorar y miraba de forma especial a su hijo – Aniki ¿Por qué miras a Tadashi como si nunca lo hubieras visto?

- ¿Eh? – Reaccionando miró a su hermano quien esperaba una respuesta. Perdido volvió a echar un vistazo al niño que le suplicaba con la mirada – Na-Nada ¿Qué voy a estar mirando? Si es un mocoso al que veo todos los días. Desde el día que nació – Sentía un nudo en la garganta – Siendo un bebé de 3 kilos 236 gramos… - Se tapó la boca. Sasuke no le entendía y se estaba preocupando. Satoru quiso llorar pero se aguantaba – Y ahora está tan grande – Con la mirada llena de cariño y conmoción, se acercó al chico y le acaricio el cabello, descendió por la mejilla – Es tan bueno, bien parecido…- Finalmente lo abrazó – Y está tan saludable. Ha crecido tanto. Tanto – No pudo ocultar la lágrima traicionera, igual que Satoru quien discretamente deposito un beso en el brazo de su tío. Se separaron con las emociones a mil – Voy a… - Comenzando a retroceder para la cocina - …A decir que preparen algo… ¿Qué quieres? Dime lo que te gusta. Haré que lo preparen para ti…  ¿Sabes qué? Solo iré a… a pedirlo. – Y se fue dejando a Sasuke muy confundido y a Satoru muy emotivo.

- … Okey… ¿Qué pasó? – Mirando a su hijo. Satoru le miró.

- No sé. Ha estado muy sensible – Sasuke no estaba convencido pero lo dejó de lado, había algo muy, muy, importante que decirle a su hijo.

- Ven hijo. Que quería decirte algo – Sentándolo en la silla. – Bueno… Tadashi. Lo estuve pensando y quería saber de tu parte es… ¿Qué opinas de que Naruto se una a la familia?

- ¿Unirse a la familia? – Inclinando la cabeza. Haciéndose el loco - ¡Es estupenda esa idea! – Sasuke sonrió.

- ¿Enserio?

- Por supuesto, me parece genial. Siempre quise un hermano mayor – La sonrisa de Sasuke se borró.

- ¿Qué? Tadashi… ¿Estás bien? Porque creo que no estás entendiendo…

- Si, lo entiendo. Quieres adoptar a Naruto – Puso cara conmovida – Siempre tan generoso – Ahora Sasuke pensó que todos se volvieron locos.

- No, cielo – Se le escapó, aunque a Satoru lo hizo feliz – Lo que quiero decir es… que voy a casarme con Naruto… - Satoru quedó callado y repentinamente se levantó.

- ¡¿Estás mal de la cabeza?! ¡¿Cómo es que te piensas casar con una persona que podría ser mi hermano?!

- Exageras con eso…

- ¡Es igual! No puedo creerlo – Empezando a caminar - = Esto es ridículo, más que ridículo. Yo no voy a tolerar este disparate. No voy a permitir que hagas una locura como esa, yo ¡Yo jamás…!=

- ¡¡TADASHI!! – Logrando captar su atención. Sasuke le miró raro - ¿Estás hablando Japonés? – Al niño se le bajó el azúcar.

- ¡Ah! Eso… recuerda que te dije que he aprendido idiomas en el campamento y… - Sasuke le veía raro, los ojos de Satoru se aguaron - ¡El hecho es que no puedes casarte con él, eso destruiría nuestra pequeña familia! – Y salió corriendo. Sasuke estaba pasmado. Miró al umbral donde estaba su hermano.

- A mi no me mires, yo no sé nada – Todo serio de nuevo y se fue. En verdad que todos se volvieron locos.

En casa de Itachi ya era de tarde. Sasuke cansado se sentó en el sillón acolchonado del jardín. Se iban a quedar porque a Itachi le agarró algo y quería pasar tiempo con Tadashi. Justo en eso alguien un poco alejado apareció a espaldas de Sasuke, era Naruto que traía cara de pocos amigos. El rubio blanqueó los ojos, suspiró y mostrando una sonrisa comenzó a subir las escaleras del jardín para estar a la vista de Sasuke.

- ¿Uh? ¿Qué pasó? – Acercándose a Sasuke. - ¿Problemas o algo así? – Sentándose en la otra silla.

- No… si… no sé… me siento cansado – Naru sonrió de lado.

- Cuando no. Yo me siento cansado, acabo de volver y… no importa ¿Qué tal algo de café? – Sasuke asintió. Naruto de la nada saca una campanita, al sonarla hizo que Sasuke le mirara raro. Una sirvienta se apareció después de que este tocara y llamara  a la criada, quien con cara de contener enojo dijo cortésmente “¿Sí?” – Un té y un café para Sasuke Uchiha – Sonrió burlonamente. La criada disimuladamente apretó las manos y asintió retirándose. Sasuke miró al rubio.

- Naruto…

- Es lo que se necesita para controlar a esos – Haciendo mohines y cruzando los brazos. El Uchiha resopló de gracia.

- Por cierto…ya se lo dije – Naruto se asombró. Con su carita le insistió que siguiera – Se puso frenético. Empezó a quejarse en japonés ¡Ni siguiera sabia que aprendió japonés! ¡Ah! Soy un mal padre – Cubriendo sus ojos. Naru se levantó y se puso al lado de él acariciando su hombro.

- No te preocupes. Es natural. Tal vez piensas que te casas con un colegial, yo también me preocuparía si su reacción hubiese sido otra. Yo iré a hablar con él ¿Dónde está?

- ¿Seguro?

- ¡Claro!

 

Satoru estaba sentado en una banca en un laguito artificial, donde patos y polluelos nadaban.

- Hola… ¿Puedo sentarme? – Apareció el rubio. Satoru asintió. – Tú papá me contó que no tomaste bien la noticia de nuestro matrimonio – Brindándole una sonrisa doliente. El niño asintió – Oye, no he olvidado lo que es tener tu edad. Algunas noticas caen pesadas solo porque no se sabe a lo que uno se enfrenta, está bien tener dudas y miedos. Pero cuando alguien encuentra el amor, sabe que puede enfrentar muchas cosas – Sonrió con cariño.

- Pues yo no lo creo. Puesto que apenas me están terminando de crecer mis últimos molares – Mirándolo con sarcasmo.

- Pues, a mi hace bastante pasó esa etapa, por eso te lo digo – Juntando sus manos – El amor… El amor es algo que no puedo explicar, porque…

- No quiero parecer pesado cuando te estás esforzando en situar el ambiente y ponerte cursi y eso, pero… - Mirándolo fijamente –… yo ya sé cuál es el misterio de lo que ve mi padre en ti – Naruto subió sus cejas no esperando esa.

- ¿A si?

- Si. – Poniendo una sonrisita traviesa – Tú eres joven, hermoso y sexy – Naru avergonzado se sonrojó pensando aquello dicho no estaba bien, aunque Satoru no lo notó – Y mi papá es un ser humano claro, pero… en mi opinión, el matrimonio  debe estar basado en algo mucho más fuerte que solo sexo – El rubio quedó congelado. Poco a poco una sonrisa se le formó.

- Vaya, espero que tú padre no te oiga hablar así – Cruzando sus brazos. Satoru le miró con desafío e imitó el gesto. Ambos ahora en cada rincón de la banca retándose con los ojos iban a poner sus cartas sobre la mesa.

- Pero tú si me oirás hablar así. Después de todo – Rebajándolo – Eres despierto para comprender la situación. – Naru bufó

- Yo creo que ser hermosa o hermoso no entra en este caso…. Yo adoro a tu padre y es la persona con la que siempre soñé casarme… Así que lo siento si…

- Si ese es el caso…. El dinero, la fama y los beneficios de mi padre no tiene nada que ver con que quieras ser su esposo ¿Cierto? – Naru quedó en shock y frunció el ceño.

- Escúchame bien, sea lo que sea que pienses de mí, olvídalo. Porque no me conoces… – Tratando de mantener la calma, aunque Satoru intervino.

- ¡No! Tú no me conoces a mí. Así que prepárate, porque yo no voy a permitir que alguien como tú esté en la vida de mi padre – Tirando las piedras – Alguien de tu posición jamás va a ser aceptado ni amado y me encargaré de que mi padre lo vea. – Y riéndose – Y por cierto, respondiendo a tú pregunta. No te odio, pero me desagradas bastante.  – Sonrió de lado. Una vena apareció en Naruto y explotó.

- ¡¿Ah sí?! Pues somos dos, mocoso. Y lee mis labios, ¡Me casaré con Sasuke! Y nada de lo que hagas va a interponerse entre nosotros o alejarme de él – Le miró con reto.

- Con que ya muestras tu verdadera cara – Burlón.

- Lo mismo para ti – Sonrió también burlón.

- ¡Esto es guerra! – Dijeron ambos al unísono.

Y así… la pelea empezó.

***~~~~***~~~~***~~~~***~~~~***

A la mañana, una semana después del suceso de Satoru y Naruto, en la residencia Haruno, más precisamente enfocándonos el fax, se estaba imprimiendo una hoja de un perro aullando 119. Por lo cual Ten-ten al tomarlo lo vio confundida y algo aterrada. Pero decidió ignorarlo y seguir sirviendo el desayuno.

- Linda Ten-ten, más y un poco más de vino – Sonrió risueño Kizashi.

- Papá, ya contrólate o terminarás como Satoru – Riendo – No sé qué comiste allá en el campamento que subiste tres kilos, pero créeme que ya empezaremos juntos una dieta – Tadashi rio nervioso. Su madre era genial salvo cuando tenía esas manías de hacerlo… ¿Perfecto? Nunca fue en contra de aquello, pero ese era un nuevo nivel. Si hasta en el desayuno estaba el control total de las calorías. Extrañaba las comidas de su casa. Pero obvio, nada era total. Ya volvería ahí y con su madre.

- Aquí tiene señor – Sirvió el vino.

- Excelente elección.

- ¿Puedo probar? – Los adultos le miraron raro.

- No creo que te guste – Tendiéndole la copa.

- ¡Papá!

- Solo va a probar. – Sonrió despreocupado. Tadashi agitó la copa. Olfateó el aroma que desprendía, era algo denso y amargo. Probó un poco y saboreó.

- Bueno. En mi opinión el Buqué es muy robusto para un Merlot. Pero yo prefiero los vinos un poco más dulces hecho con uva de california – Sonrió orgulloso. Sakura, Ten-ten y Kizashi se rieron, aunque Sakura notó esa sonrisa parecida a…

- ¿Te enseñaron de vinos en el campamento? ¿Qué más sabes? ¿Acaso ahora eres un androide? – Todos rieron. Ten-ten se estaba por retirar pero Tadashi se dio cuenta del dibujo que está tenia detrás de su espalda. Queriendo ver más el dibujo se cayó alterando a todos. - ¡¿Satoru?!

- ¿Estás bien? ¿Qué pasó?

- ¡Nada! ese trago me dejo algo afectado. Madre, ¿Te molestaría si salgo a tomar aire un minuto?

- No-o, claro ¿Quieres que te acompañe? – Tadashi negó e insistió que podía ir solo. – Okey – Y así salió de la cocina. El que no quedó del todo convencido fue el abuelo.

 

Tadashi corrió hasta que llegó a una cabina de teléfono. Ahí marcó un número y espero a la operadora.

- ¿Sí? Operadora, quisiera hacer una llamada por cobrar a Corea del Sur – En dicho lugar Satoru estaba esperando impaciente la llamada de… justo sonó y atendió - ¿Qué pasa? Dime – Pensando lo peor por la señal de peligro.

- < ¡¿Qué pasa?! ¡Pasa que papá está a punto de casarse!>

- ¿Cómo que se va a casar? – No entendiendo.

- <Habló de trajes, vestidos y servicios ¡Te dije que era grave!>

- ¡¿Qué?! – Alarmado.

- <He hecho de todo para impedirlo, pero al final no lo conseguí – Quedó callado unos segundos así que su hermano le llamó la atención – < ¿Eh? Ah, perdón. La boda será en dos semanas. Así que si tenemos aun una oportunidad de reunir a nuestros padres…> - Otra vez callado - < Debemos darnos prisa.> – Angustiado.

-… - Procesando – Si. Si tienes razón. Madre y yo iremos hoy al teatro, si que mañana por la mañana diré toda la verdad.

- < ¡Gracias!> – Como cantando aleluya – <Tadashi…No… solo…nada. Date prisa.>

- ¡Sí! Adiós – Y colgó para salir rápido, pero chocó con alguien – Disculpe – Pero dio cuenta que era su abuelo – Oh…

- Jaja, si, Oh – Tomó a su nieto de los hombros – Ahora, que tal si paseamos y me cuentas eso de “la verdad”. – Llevándolo dentro de un parque.

- Bueno, veras…

 

A la siguiente mañana. Tadashi se moría de nervios y estaba indeciso de entrar o no a la alcoba de su madre, quien estaba desierta y hablaba por teléfono. En eso llegó su abuelo.

- Solo hazlo, pequeñín – Tadashi tragó grueso aun no animándose. Su abuelo le dio una nalgadita y eso le hizo dar un salto hacia adentro. Miró a su abuelo mal, este solo se rió.

Camino lentamente y se situó al lado de la cama. Sakura termino de hablar e invitó a su hijo a acostarse en su cama.

- Lo siento Satoru, tengo el día muy ocupado. Pero créeme que solo veré algunas cosas y vuelvo, y cuando vuelva… ¿Qué tal si tu y yo vamos de compras? – Sonrió. Ayer en el teatro se tuvieron que ir rápido por una emergencia también.

- Lo siento, no puedo madre. Porque debo salir… de la cuidad – Sakura le miró con gracia.

- ¿Así que debes salir de la cuidad? ¿Y a dónde vas? – Tadashi se cubrió. - ¿Eh? – Confundida – Ey, Dime – Con una sonrisita. – Satoru, jeje, Satoru…

- ¡Con él debo ir! Debo ir con Satoru – Sakura se le apagó la risa, no comprendía.

- Bien, y ¿Dónde está Satoru?

- En Corea del Sur con su padre, Sasuke Uchiha – Sakura quedó en shock y miró a la puerta, ahí estaba su padre asintiendo. La mujer destapó a su hijo.

- No eres Satoru… eres… Tadashi… - Aun impactada.

- Exacto – Levantándose – Él y yo nos conocimos en el campamento y se nos ocurrió un plan brillante, así que intercambiamos nuestras vidas. Lamento mentirte, pero es que quería conocerte y Satoru pensaba lo mismo respecto a papá… Espero que no estés muy enojada… pero… me gustaría que algún día me quisieras como Tadashi, y no como Satoru – Sakura derramó unas lagrimas y abrazo al niño quien también estaba por romper a llorar.

- Cielo, te he amado toda mi vida – Ambos se mantuvieron abrazados y miraron a la puerta. Ahí estaba el abuelo con cara de circunstancias por tener a Ten-ten llorando.

- Jamás me he sentido tan feliz en toda mi vida – En mar de lagrimas – Buaaaa – Y el abuelo cerró la puerta.

- ¿Y qué haremos? Seguro que deben ahora volvernos a intercambiar.

- Si… pasa que nosotros ya habíamos decididos las custodias, y…

-  Lo sé. Pero creo que deberían charlarlo. No es un buen trato. Deberías decirle eso a mi padre – Sakura sonrió.

- Si, no fue sensato. Hay que charlarlo. Él y yo – Sonrió acariciando sus cabellos -¡Akc! Tan áspero. Ahora entiendo, no eres Satoru, el jamás dejaría su cabello en esa condición – El niño blanqueó un poco los ojos.

- Si, si. No te imaginas como lo cuida – La pelirosa rió. - ¿Cómo lograremos convencer a mi padre de replantearse la custodia? – Confundido en cuanto a leyes.

- No te preocupes, déjaselo a tu madre.

***~~~~***~~~~***~~~~***~~~~***

Mientras ellos hacían eso, veamos que hizo Satoru en la semana antes de hacer la llamada a su hermano.

Luego de la declaración de guerra el ambiente era tenso y la gente lo podía sentir. En casa de su tío, luego de volver de montar a caballo, se iba a realizar una parrillada en el jardín. Los locos de siempre, Karin, Suigetsu, Rock Lee, Juugo y Sari, estaban ahí. Unos queriendo meter mano y armando alboroto o solo dos de manera tranquila miraban todo, cosa que al moreno mayor le estaba colmando la paciencia y qué decir del cocinero.

Pero dejando de lado esa graciosa escena, pasemos a la cocina interior donde el equipo B iba a hacer las ensaladas. Estaban en este momento lavando las verduras en silencio, Satoru y Naruto con unas sonrisas de comercial, y Sasuke pensando que era incómodo el contexto. Pero como milagro su celular comenzó a timbrar.

- Oh, debo responder. Enseguida vuelvo – Los otros dos le despidieron con una sonrisa silenciosa. Cuando Sasuke, luego se que sudara una gotita, se retirara ambos borraron aquellas muecas molestas.

- ¿Por qué no te vas más para allá? – Decir que debía aguantar al doncel en la casa un par de días era mucho, pero que encima debía compartir el espacio en el fregadero con él ya rayaba su tolerancia.

- No es como si hubiera más allá otra pileta para lavar – Aguantando el enojo y con una ceja crispada.

- Pues vete al baño a lavarlo. – Le miró con reto.

- ¿Por qué no te vas tú? – También provocándolo.

- Porque yo no apesto – Se burló. Naru abrió la boca – Venir directamente de un viaje libertino por ahí ¿Qué no te alcanzó para pagar un alojamiento con ducha? – Burlón pero maligno. Naru enojado le tiró agua con la “pistola” que estaba conectada a la canilla.

- Ay, lo siento. Creí haber visto suciedad… pero solo era tu asquerosa personalidad – Sonrió también mordaz. Satoru no lo dejó así no más y le aventó el tomate a la cara.

- ¡Uy! Lo siento bastante, ya sabes, como que me desequilibré con ese chorro a mi cara – Igual de socarrón.

- ¡! – Le aventó la lechuga. Satoru indignado le lanzó los pepinos rebanados.

Así empezaron a lanzarse los ingredientes hasta que frenaron en seco al oír que alguien se aproximaba. Sasuke ingresó a la cocina con ojos cerrados, parece que acaba de largar un suspiro.

- Lo siento, sigam… - Pero la escena que encontró lo dejó desorientado, ya que cuando se fue todo estaba en orden, tenso, pero en orden. - ¿Qué. Pasó. Aquí? – Mirando como el lugar estaba mojado con comida y peor aun, su hijo y su pareja también estaban llenos de ella.

- No pasó nada – Dijo Naruto con una sonrisita. Satoru la tenía igual pero estaba tenso.

- ¿Qué no pasó na…? Naruto. Estás repleto de comida, lo mismo va para Tadashi – Señalándolos con obviedad. Satoru sin sacar la sonrisa continúo.

- ¡Ah! ¿Esto? ¡Pptsss! – Satoru resopló siendo un mal actor – No fue nada. Una pequeña ventisca, nada más – Con su brazo hizo un gesto de quitarle importancia.

- ¿Ventisca? – Mirando el lugar - ¿A puertas cerradas? – El niño quedó con la sonrisa pero con la boca abierta.

- Ah… ¡Sí! Y eso tiene una buena explicación – Frunciendo las cejas para parecer que era lógico.

- ¿A ver? Ilumíname – Cruzando los brazos esperando. Tic tac, tic tac. El tiempo pasaba – ¿Y bien? ¿Cómo hubo una ventisca si estaba todo cerrado? – Insistiendo a su retoño.

- ¡Eso! – Naruto intervino – Eso es porque no fue una ventisca – Sasuke frunció las cejas.

- ¿A no? – Se hizo el desentendido ahora esperando la verdad.

- ¡Noooo! Fue una ráfaga. Una terrible y fuerte ráfaga – Sasuke se quería golpear la frente.

- Es igual ¿Cómo entró una ráfaga si las puertas y ventanas estaban cerradas? – En eso entró Itachi quien abrió los ojos bien grandes.

- ¿Qué pasó aquí?

- ¡Una ráfaga! – Dijeron Naruto y Satoru. La reacción de Itachi era igual a la de Sasuke, incluso sus preguntas. – Fue terrible, abrí la puerta unos segundos y no sabes como el viento voló todo – Naruto haciendo movimientos de manos.

- ¡Sí! Y se hizo todo un remolino en la cocina – Satoru lo acompañaba para impresión de los mayores. Entraron los demás poco a poco a ver el espectáculo.

- ¡Casi me lleva!

- ¡Se aferró a la puerta! ¡Y yo a la manguera! – Explicando de paso el agua en el piso.

- Y como pude cerré la puerta.

- Tú no lo escuchaste por hablar por teléfono, padre, pero fue un fuerte azote.

- Oh sí. Por estar en el teléfono no lo escuchaste.

- Casi se rompe la puerta.

- Creo que era un huracán pasajero.

- Totalmente. Un huracán. – Finalizaron el drama.

Los demás tenían cara que no se tragaban eso ni con agua, pero aun así aquella explicación era tan ridícula que los dejo a todos con una cara de preocupados por la mentalidad de ambos.

- ¡Mira no más ya no tenemos nada para las ensaladas! – Naruto quiso salir de aquella situación – Iré a por más. Enseguida vuelvo – Haciéndose paso entre ellos para entrar por el arco a la sala e ir por la puerta principal - ¿Me acompañas Tadashi-kun? – Volteó rápido.

- ¿Eh? – No esperando aquello pero no quería estar ahí - ¡Sí! Claro. Voy… contigo – De a poco fue con el rubio sintiéndose como presa a ojos de todos - ¡Ahora volvemos! – Y ambos se fueron. Se escuchó un azote de una puerta, luego de la puerta de un auto  y luego de éste arrancar a toda velocidad.

Todos los demás quedaron boquiabiertos.

- ¡Bravo! – Aplaudió Suigetsu - ¡Qué actuación! ¡Que nivel!

- ¡Cállate! ¿Sabes ahora a quien le toca limpiar todo esto? – Mirando molesta todo el desastre.

- A todos nosotros – Juugo ya trajo las escobas, los baldes y los fregadores.

- ¡Me lleva la que me trajo! – Tomando una escoba. Todos comenzaron a limpiar el desastre que causó “el huracán” paréntesis Naruto y Satoru.

- No me lo creo – Dijo Itachi – Hacer esto ¿Es que no pensaban? Lo más sorprendente es como se encubrían juntos – Limpiando la mesada.

- Es verdad – Sonrió Sasuke – Veo que no tomará tiempo. Se llevarán bien – Ita le miró de reojo –Solo espero que enserio traigan verduras.

- Ellos ¿Se olvidaron que tengo una huerta, no? – Y ambos azabaches contuvieron la risa.

***~~~~***~~~~***~~~~***~~~~***

- ¡Es todo tú culpa! – Satoru estaba emberrinchado y muy molesto, que vergüenza había pasado.

- ¡¿Mi culpa?!

- Fuiste el que comenzó a arrojar agua – Le miró acusador.

-… Okey, eso es cierto. Pero el que en verdad comenzó el pleito fuiste tú – Atento al camino.

- Que mentira – Rebajándolo.

- ¡Jah! “¿Por qué no te vas para allá?” “Ay, apestas” – Imitó infantilmente lo dicho por el chico.

- ¡Yo no hablo así! – “¡¿Por qué todo el mundo me imita así?!”

- ¡Sí lo haces! – Exaltado.  – Y ahora nos quedamos sin ensalada, no es que me disguste… pero fue un papelón – Haciendo disimuladamente un puchero.

- Pues, al menos en eso estamos de acuerdo – Cruzándose de brazos y mirando por la ventana.

Ahora debía ir con Naruto a comprar verduras… a saber lo que le esperaba después de eso. En verdad, este viaje que prometía mucho, se estaba convirtiendo en una tortura.

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

WWooooowww como ven, ya esta. Aqui empieza mi IMA-GINA-CION!! :D Asi que espero no desepcionarlos jejeje, y que disfruten :3

Un gran abrazo y espero leer sus comentarios con sus consejos, protestas o lo que sea, lo recibo con amor :'3

Nos vemos n_n/


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