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Plan a la felicidad. por AnonimoHarui

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Notas del capitulo:

Hooolaaa mis amados lectores!! :D

Queria publicar ayer... peeeeeroooo..... me dormi :V

Con motivos!! Limpiaba todo mi habitacion! Ya que me compre un gran ropero andaba haciendo limpieza total de todo de paso. Asi que me quede re cansada. Termine hoy a la tarde :3 En fin. 

Respondí a todos sus comentarios!! :D


Lean para que no alarguemos esto XD

Nos vemos abajo jajaja

Capitulo 3. La vida en otros zapatos.

 

 

 

El viaje fue largo a ojos de Tadashi, aunque no lo demostrara, estaba en verdad ansioso, nervioso y algo asustado. Vería a su madre, por fin vería a su mamá. Le diría mamá a su mamá…  la escucharía, la sentiría, le hablaría y ella respondería. Estaría con ella y ella con él… o parcialmente él. Porque ella lo vería como… Satoru.

Se miró en el reflejo de la ventana del avión. Enserio que con un poco de tintura parecía diferente. Se parecía a su hermano, claro que sus rostros no eran exactamente iguales, pero nada que se notara a simple vista.

- Bueno… ya casi  llego – Miró su collar y empezó acariciarlo – Mamá… - Su pecho vibró en un encuentro de emociones. Solo tenía un deseo, “Que lo quiera”.

Era increíble que su madre viviera en Tokio. En verdad que él y su gemelo tuvieron suerte de encontrarse, puesto que de miles y millones de lugares en el mundo, se encontraron  en un campamento de EE.UU. El mundo si que era una sorpresa. Su hermano también tendrá un vuelo largo como él.

Tratando de relajarse se dio aires, pero se tensó cuando le dijeron que habían llegado y el avión iba a descender. Carajo, debía mentalizarse para los abrazos.

Una vez abajo buscó con la mirada a la persona que lo vendría a buscar. La verdad que no fue un desafío, conocía por fotos a la persona, pero la verdadera razón de su hallazgo, fue que esta persona tenía un tremendo letrero que decía “Mi bello señorito, Satoru.” Con muchos brillos, corazones y animalitos pintados. Qué vergüenza ¿A su gemelo le gustaba esas cosas? ¿Cómo debía actuar? ¡Mierda, la presión!

- ¡Mi señorito, Satoru! – Ten-ten bajo el cartel y extendió los brazos a los lado. Bueno, había llegado la hora. Con una sonrisa tan fingida como de actor, corrió y saltó a los brazos de la castaña.

- ¡Te he echado de menos, Ten-ten-chan! – Jabón, no, alcohol, no, cloro. Lo que sea, necesitaba pasar el trago amargo en su garganta y en su ser.

- ¡Yo también me señorito! – Se separaron y Ten-ten extendió la mano – Venga, un saludo. – sonrió.

Tadashi sabía lo que seguía… el código, su jerga… lo que sea. Su salto y seña. Dejo su mochila y comenzó el saludos. (Inserte saludo de la peli). Al terminar, finalizó con el apretón de manos y un abrazo.

- “Pero bueno, ¡¿Es qué Satoru abraza a todo lo que se mueva?!” – Pensaba Tadashi.

- Bueno, Satoru Haruno, bienvenida a Tokio – Tadashi sonrió en grande y asintió. Que buen actor, pero por dentro estaba emocionado - ¡Andando, tú madre espera! – Quedó tieso al oír eso. - ¿Mm? ¿Me escuchaste? – Los ojos de Tadashi brillaron y sonrió, esta vez, sinceramente.

- Si – Apresurando el paso - ¡Mis maletas Ten-ten! – Recordando.

- ¡Es cierto! – Volviendo. Tadashi rió. Debe ser por la emoción.

 ***~~~~***~~~~***~~~~***~~~~***

Satoru estaba igual de nervioso que su hermano Tadashi, aunque probablemente él la tenía un poco más difícil. Si había hecho su tarea bien, su padre era un Tadashi aumentado al 120%. Puede que sea amable y comprensivo pero… él era de palabras, de abrazos y afecto. Así que seguramente no iba a poder contenerse mucho tiempo. Un lugar donde no podía ser afectuoso, sería difícil. Por lo menos sabía que si Tadashi no abrazaba los demás si lo harían, el se limitaría a corresponder. Hizo mohines. Extrañaría bastantes a todos, pero debía pensar en la recompensa… vería a su padre y luego serian un familia.

Miró su reflejo en el vidrio del avión. Si que se parecía a Tadashi. Solamente que su cara era más relajada… tal vez ni el mismo Tadashi se dio cuenta de aquello, que su mirada afilada destacaba bastante. El podría hacerlo, pero era más pacífico. Esperaba que la gente de allá no lo tomara ofensivo si su hermano los miraba así.

Se apretó el estomago. Por dios, todo aquello era una locura ¡Se estaba yendo a Corea! Más específicos, a Corea del Sur. Papá era japonés, pero reside allí. Es por aquello que seguramente nunca se encontraron. Que hayan podido conocerse de más de miles de billones de lugares, era el destino. Era todo descabellado, pero quería tener una familia completa. Su madre, su padre, su hermano y él. Luego estaban el abuelo, el tío, Ten-ten, el chico llamado Rock Lee…  Sí, todo seria, tan divertido y lindo.

- Papá… - Acariciando el collar – Por favor, quiéreme… quiéreme mucho papá. – Besó el collar. Tenía tantas emociones. Pero estaba ansioso por conocerlo.

 

Luego de descender del avión, se preparaba para NO abrazar a su padre.  Pero quedó tieso cuando lo vio. Ahí, esperándolo en la pista del aeropuerto, al parecer esperar dentro no estaba en sus estándares.

- Por dios… es papá – Sus ojos brillaron queriendo contener las lágrimas.

Sasuke Uchiha, vestido de camisa azul muy obscura y pantalones jean, con zapatillas y el saco en la espalda, se fue acercando a él ya que al parecer su hizo quedó petrificado en el suelo y le estaba preocupando.

- Bienvenido, Tadashi – Dijo serenamente. Satoru estaba ido - ¿Estás bien? – Agachándose. – Tadashi – El niño reaccionó con el nombre de su hermano.

- Ah. Estoy de regreso, padre – Omitiendo como pudo su lenguaje y su emoción.

- ¿Hm? ¿Y ese acento? – Maldición, tenía el acento japonés muy impreso.

- Aprendí idiomas ¿Nos vamos? – Actuar como Tadashi, actuar como Tadashi.

- De acuerdo – Soltó sin más. Ya tenía las valijas a mano. Satoru no lo notó hasta ahora. Miró a su papá emocionado… él… ¿Él lo echó tanto de menos que buscó rápido sus maletas para irse a casa? Sin poder contenerse abrazó a su padre, quien tuvo una cara rayada a lo impresionadamente asombrado que se encontraba. Tanto que soltó las maletas - ¿Ta-Tadashi? – Mirando a su hijo como quien mira una rareza.

- ¡Lo siento! Digo… es que… fue un impulso. No pasará de nuevo – Manteniendo la compostura. Sasuke se estaba preocupando cada vez más por su hijo.

- Okey… - Sintiéndose raro. Era la primera vez que Tadashi lo abrazaba así. Pero ni puso tomar las maletas de nuevo que volvió el abrazo – Bueno… creo que el campamento te hizo algo – Palmeándole la espalda… era raro, más no desagradable. Solo porque era su querido hijo. – Vamos, los demás nos esperan, hijo – Satoru contuvo el chillido y asintió. Fue hasta el auto que estaba en el estacionamiento del aeropuerto. Qué curioso y divertido, ya que Tadashi le advirtió que su papá hace lo que se le da la gana a veces.

En el camino no pudo evitar comentar algunas cosas. Y tampoco dejar de maravillarse por el paisaje ¡Que estaba en Corea del sur! Todo era nuevo. Menos mal que sabía el idioma.

- Y en el campamento aprendí entonces otro idioma, papá, porque me aburría. Y conocí a varios chicos, los donceles y chicas eran a veces pegajosos pero…

- Tadashi – El pelinegro teñido lo miró. – Estas muy conversador… ¿Fue tan bueno ese lugar? Además que no has parado de decirme papá… casi nunca me dices así – Fijo en el camino.

- ¡Ah! – Reprendiéndose – Solo te comentaba… si quieres ni hablo…. Viejo – Soltó de manera tajante “¡Aaay! Lo siento, lo siento. Perdóname papá, pero debo ser como Tadashi”

- Ahí estás con tu humor. – Viendo que su hijo “volvió” – No quise decir que sea malo… solo me pareció algo extraño. Comprende, es como si de un día para el otro me gustaran los arco iris – Satoru no evito resoplar de risa. Sasuke lo miró más sorprendido pero luego sonrió de lado. – La verdad que sí, que imagen tan mala es esa de mí.

- Me da escalofríos de pensarlo – Imitando la sonrisa de lado. “Yo creo que te verías genial aun con un chiguagua en las manos (Su inner alzaba el pulgar)” realmente enorgullecido de su apuesto, muy apuesto padre.

-… Bueno… ¿Qué más hiciste? – Aunque raro, a Sasuke no le disgustó para nada tal plática. Es más, era la primera vez que sentía una plática real y natural con su hijo.

- ¿? – Tadashi sonrió un poquito más – Bueno, tuve unas guerras por ahí – Iba a contarle las jugarretas que tuvieron su gemelo y él, omitiendo detalles.

 

Una vez llegando a la casa bajo del auto y contempló la maravilla arquitectónica del lugar. Era hermoso, Corea del Sur era hermosa por todo lo que pudo ver. Y la casa… de tres pisos. De color durazno claro y escaleras de mármol y pilares de marfil. Se sentía en un humilde palacio. Al entrar por la doble puerta de madera y vidrio se impresionó por la decoración moderna en tonos obscuros y claros. Que  precioso. Espacioso y bien decorado. Sin duda, una mansión de campo.

- ¡Bienvenido señorito Uchiha! – Saludó como soldado.

- Hola Rock Lee – Dijo tranquilo y le extendió su mochila – Las otras están en el auto – “¡Que frío! Tadashi ¿Por qué eres así?” - ¿Puedes ir por ellas? – No se contuvo. En cambio Lee se emocionó.

- ¡SÍ! ¡ENSEGUIDA! – Y salió disparado hacia afuera.

- Veo que se emocionó demasiado – De la nada apareció su tío. Satoru sintió que explotaría.

- Ita-ojisan – Sobreexcitado.

- ¿Mm? Qué extraño acento traes – Sonriente se acercó hasta él. El pequeño lo miraba con éxtasis – ¿Qué pasa? Es como si nunca me hubieras visto – Acariciando su cabello - ¿Eh? – La cara de Itachi se pasmó y retiró su mano para mirarla con cuidado. Satoru se tensó y su corazón estaba a mil “¡Descubrió que estoy teñido!” – Vaya…. No te recuerdo con el cabello tan suave – Volviendo a mirar a su sobrino y a acariciar su cabello. “En realidad lo tenía mejor, tío. Te sorprenderías, pero se arruinó con la tintura… ¡¿Un momento que estoy pensando?! ¡Gracias diosito, porque no me descubrieran!”  Llorando internamente.

- Suficiente – Apartándolo – Mucho contacto – Mirándolo algo serio “Por favor, denme un Oscar”.

- Jeje, veo que sigues igual que siempre. Mi pequeño sobrino – Satoru con aquello no aguantó y lo abrazó fuerte dejando boquiabierto al pobre de Itachi. - ¿Eh?

- Cuidado. Volvió más afectuoso que nunca – Entro Sasuke después de haber guardado el auto. – No sé qué le pasa, pero es mejor dejarlo ser. Si no se enoja – Sentándose en una silla.

- Ah, ya veo – Correspondiendo, aun algo confundido, el abrazo – Es raro. – Aunque no se lo esperaba estaba de alguna manera satisfecho.

- Lo sé – Dijo Sasuke suspirando. Estaba cansado.

- Lo siento, tío. Es que…

- Wow, ahora disculpándote – Mirándolo más impresionado – Cabello suave, afectuoso y ahora pidiendo disculpas ¿Acaso eres un intruso que lo está sustituyendo? – Sonriendo de lado. Satoru entró en pánico “¡¿Qué haría Tadashi?!”

- Hmph. Hay que ver cómo te pones solo porque te trato un poco bien. No me sorprende porque sigues soltero – Burlándose.

- ¡! – Crispándose – Volviste… – Con cara de resignado.

- Te advertí que no lo provocarás – Cerrando los ojos Sasuke inclinó la cabeza hacia atrás.

 – Prefiero tu otro lado. Es más adorable. Bipolar. Pero mejor portado. – Retándolo.

- En vez de quejarte de mí, apresúrate tú. No te haces más joven. – Cortó el tema y se sentó en el sillón.

- Tú… – Murmuró enojado con su profunda voz. “Wow, tío sí que posee una voz varonil y profunda ¿Al crecer podre adquirir una voz así?” pensaba admirado aunque trataba de poner cara indiferente.

Se escuchó un bip bip, y ambos morenos miraron Sasuke. Él sacó su celular y su expresión se relajó, hasta podría decirse que parecía ¿Contento? Era difícil saberlo con esa mueca.

- ¿Padre? – Itachi viendo la situación se retiró a la cocina.

- Tadashi – Satoru respingó – Cuando termines de desempacar, necesito presentarte a alguien – El ojijade se temió por algo.

- ¿Necesito? – Y es que esa palabra sonaba muy formal. Como obligatoria.

- Si… bueno… es un decir – Levantándose de la silla y saliendo por la puerta de vidrio que conectaba también al gran jardín.

Satoru se quedó estancado no entendiendo nada.

- Dime ¿Qué hacemos? – El pelinegro teñido le miró sin comprender. – ¿Quieres comer algo antes de desempacar? O ¿quieres desempacar y después comer? O… ¿Desempacar comiendo? – Satoru se rió e Itachi le miró impresionado pero igualmente sonrió.

- ¿Ósea que puedo comer en mi habitación?

- Pues… es una posibilidad – Siguiéndole el “juego”.

-… - Se puso serio - ¿A quién debe presentarme mi padre? – Itachi miró a un lado. Satoru supo… que habría problemas en sus planes.

***~~~~***~~~~***~~~~***~~~~***

El recorrido fue largo más no aburrido. Las calles de Japón eran hermosas. Pero no se podía alargar lo inevitable y por aun mejor, lo que más deseaba. Por fin habían llegado.

- ¡Bienvenido a casa, señorito! – Sonrió Ten-ten al abrirle la puerta.

-... Gracias – Siendo como debía imitar, educado. Pero estaba muy emocionado. Ahí estaba la casa de su madre…

Entró por la puerta. La casa era modesta en comparación con la suya. Aunque claro, seguramente a su madre le gustaba lo fino, no más grande. Ya que había cosas que destacaban en el recibidor. Se podría decir que su madre le gustaba lo bello y fino. Tenía buen gusto.

De dos pisos el lugar, a escalera de madera y alfombra crema, las paredes de bermellón. El piso de cerámicos imitando madera. Era hermoso. Camino hacia la derecha donde estaba la sala. Bastante normal y pintada de azul pastel. El sillón, la gran tele, las lámparas, los estantes y decorados. En el arco de piedra, en el fondo se veía la escalera principal y puertas, estaba colgado un cartel de bienvenido. Sonrió, esos detalles no estaban en su casa. Era un cartel con letras color rosa y algunos dibujos de corazones y estrellas azules. Qué raro pero no le desagradaba. Siguió caminando hacia la derecha y sabia que entraría al estudio de su abuelo, al hacerlo había alguien escondido tras un periódico sentado en la silla.

-… Abuelo – Dijo para llamarlo, estaba emocionado. El periódico bajo y se dejó ver a un hombre barbón, vestido de yukata elegante y fumando una pipa.

- ¿Ese es mi nieto? – Levantándose y dejando la pipa – ¿Ese apuesto chico es mi nieto? – Acercándose – No me sorprende, es igual a mí, Jajaja – Riendo fuerte.

-… He vuelto – Y sin esperarlo recibió un abrazo. Si que ahí les gustaban abrazar. Pero no le molestó tanto, era su primer contacto con el abuelo. Su abuelo materno. De la nada comenzó a olfatearlo.

- ¿Qué haces? – Mirándolo algo raro sin soltarlo.

- ¿Eh? – Al parecer dejó salir una costumbre – Solo guardo tu aroma en mi memoria. Siempre recordaré como huele mi abuelo… - Volvió a olerlo – Hierba buena y tabaco – Sonrió ligeramente.

- Jajaja ¿Y desde cuando pensaste eso? – Volviendo a abrazarlo – Me alegra que hayas vuelto – Sonriendo y coloco su mano en su cabeza - ¡¿Qué?!

- ¿Eh? – Sobresaltado por aquella reacción. El abuelo miró su mano y tacto la yema de sus dedos. - ¿Qué pasa?

- No… es que… tienes el cabello algo áspero – Tadashi se tensó – Es raro, nunca lo sentí así…. – Serio.

- Ah, bueno es que…

- … Jajaja - De la nada se rió – Se nota que te divertiste tanto que descuidaste tu cabello – Volviendo a acariciar los cabellos – Es raro, me gustaba sentir tu suavidad ¡Pero no importa! Porque la pasaste genial y dejaste de preocuparte histéricamente de eso. – Se acercó – Entre aquí nos, me comenzaba a preocupar esa manía por el cuidado que te pones, como un doncel – Tadashi sintió que le volvió el alma, pero un aura depresiva le cayó al ver que hasta su abuelo pensaba que Satoru era un loco obsesionado como nena. – Pero eso es culpa de tú madre… Oh, no – Preocupándose – Esperemos que no se queje tanto por esto. Sabes cómo es ella. Trata de arreglar tu cabello antes de que ella…

- ¡Satoru! – Silencio. - ¡Satoru! ¡¿Has llegado?! – La voz que venía lejos comenzaba a acercarse.

- Estás muerto – Rió pero Tadashi quedo callado. Era la voz de su madre… estaba oyendo a su madre.

Ido comenzó a caminar lentamente hacia el recibidor otra vez. Su abuelo solo sonrió pensando que Satoru echó de menos a su mamá. Entre tanto, el pelirosa teñido, llegó al marco de la puerta del recibidor.

- ¿Satoru? – Por las escaleras bajo una figura fémina y de voz igual, de cabello corto y tez níveo.

-… - El ojiverde enfocó un poco mejor ya que la luz de una ventana no lo dejaba ver – Ma… ¿Madre? – Sus ojos se agrandaron brillantes y llenos de un sentimiento nuevo.

-… - La mujer sonrió feliz - ¡Has vuelto! – Y comenzó a bajar apurada las escaleras.

Tadashi pensaba esperarla abajo, para que le diera ese apretón que todos le daban. Pero no pudo, ya que su cuerpo reaccionó solo y comenzó a correr escaleras arriba para él mismo extender sus brazos y recibir a su madre. Ambos se abrazaron fuertes y con muchas emociones, uno más que otra. Sakura inclinó su cabeza y besó la mejilla del niño y volvió a abrazarlo.

- No puedo… creerlo… - Los ojos de Tadashi también lo traicionaron – En verdad eres tú – Su voz se quebraba.

- Y yo no puedo creer que parezca que creciste – Separándose - ¿Eh? ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras lindo?

- Es que… - Ni sabia porque lloraba, solo lo hacía, y no podía parar – He esperado… tanto… por verte – No estaba mintiendo, pero le costaba hablar.

- Oh, mi amor – Le abrazó de nuevo – Esta bien. Estoy aquí. Sé que fue largo, a mí también me lo pareció – Acariciando su espalda – Ahora estamos juntos – Tadashi sonrió con sus ojitos cerrados.

- Lo sé.

 

Luego de un rato estaban madre e hijo sentados en el comedor tomando una merienda. Tadashi pensó que tal vez lo arruinaría por su carácter poco conversador y tajante… pero increíblemente, como nunca, estaba hablando sin parar y sonriendo sin darse cuenta.

- Entonces, me empujó al barro. Asumo que fue por no soporto la derrota. – Contaba la historia invirtiendo los roles con orgullo y sin vergüenza.

- Ese chico fue todo un grosero. Mira que hacer eso por aceptar el perder. Aunque… imagino que pudiste ponerlo en su lugar – Sonrió cómplice. Tadashi omitió la pena de saberse regañado indirectamente y sonrió.

- Por supuesto. Ahora somos amigos – No era tan complicado imitar el exagerado lenguaje refinado de su hermano. Podía con esto, si estaba su madre, podía. Ambos pelirosas rieron.

- Disculpen – Ten-ten llegó – Descubrí un polizón en su maleta señorito – Mostrando una manta azul con estrellas y caballitos de mar celestes.

- Me lleva… - Murmuró. Sakura no escuchando bien preguntó.

- ¿Disculpa? ¿Qué dices cielo? – Dejando la taza de té.

- ¡Ah! Que… eso es del amigo que te estaba comentando. Pobre, debió caérsele en mi maleta – Conteniendo los nervios.

- Bueno ¿Y qué hago? ¿Lo tiro a la basura? – Con tono juguetón, pero Tadashi no lo notó.

- ¡NO! – Gritó llamando la atención de todos. – Digo, no hay necesidad – Levantándose – Yo me hare cargo de él hasta que pueda devolvérselo. Lo que sucede es que esta manta es muy importante para mi amigo. Se lo hizo su abuela antes… antes de perderla – Sakura se llevó la mano al corazón y Ten-ten entristeció su mirada – El no la pudo conocer. Pero me contó que ella junto a esta manta le cantaba una canción que no recuerda. Pero que mientras la tenga… la sentirá cerca y será capaz de recordar – Los ojos de Ten-ten estaban a punto de llorar y Sakura ladeo la cabeza.

- Que pena, hijo. Lo siento mucho por tu amigo. Espero que puedas devolvérsela pronto ¿Dónde vive? – Aunque interesada en el tema, la mirada de su hijo la hizo confundir. No era la mirada de alguien que cuenta la pena de otro, era la de una persona que cuenta su propia tragedia.

- El vive en… - No quería decírselo pero como si un milagro se tratase una música comenzó a sonar. Sakura sacó su celular.

- Diga – Su mirada se puso en modo profesional – Entiendo – Parándose – Dame los detalle – Retirándose del comedor.

- … ¿Qué?

- Moo, pero si acabas de volver – Dijo Ten-ten - ¿Es que es la única medica o qué? – Protestó la castaña.

- No… entien…

- ¡Cielo! – Sakura se asomo. Tadashi le miró sin comprender – Lo lamento, me necesitan urgente. Así que debo correr al hospital – Se acercó a su hijo - ¿Me disculpas esta falta? Se supone que debíamos ponernos al día pero…

-… - Tadashi comprendió – Es trabajo madre. Es importante, debes asistir. Eres la gran medica – Sonrió un poco, aunque no pudo evitar usar su tono profesional. Sakura quedo sorprendida. Usualmente su hijo protestaría un poco y pediría una condición.

- ¿Quién eres y que hiciste con Satoru? – El pelirosa teñido se tensó - ¿Cómo lo puedes aceptar así sin más? – Sonrió por la broma. El ojiverde trato de calmarse.

- Pues, he madurado bastante – Le miró superior – No debes sorprenderte madre, después de todo soy tu hijo – Sakura estaba más anonadada. Pero sonrió.

- Es verdad. Poseo un hermoso e inteligente hijo – Lo abrazó. – Volveré a la noche – Poniendo una mano en su cabeza. - ¿Eh? – La mujer quedó tiesa. Tadashi respingo.

Si el unía bien los cabos. La obsesión de su hermano en el cuidado de su persona, más de su cabello. El miedo a teñirse y que se arruine. La cara de su abuelo… todo eso solo significaba…

-… Satoru – Dijo seria. El ojijade tragó en silencio - ¿Qué le pasó a tú cabello? – Mirándolo atentamente, la castaña respingó. Si algo andaba mal con el cabello del chico seria una disputa, así que apurada salió en busca del abrigo de la señora – Esta dañado. Podría decirse áspero y más firme que cuando te fuiste – Tomando un mechón y dejarlo caer de a poco. El cabello cayó lento y algo duro. El niño estaba… ¿Nervioso? ¿Asustado? No sabía – Dios santo. Parece como si te hubieras bañado con jabón estos meses – Consternada.

- Madre veras…

- Sabia que el campamento haría algo así en ti. Ahora tu cabello quedó maltratado. El sol, el calor, el agua del lago, la tierra, la humedad. – Se escucho el tono de nuevo, Sakura se frustró – Lo hablaremos al llegar. Me dirás uno a uno todo lo que hiciste en cuanto a tu cuidado capilar – Ten-ten llegó con su abrigo – Hazme una lista. A saber que más descuidaste. – Tomando su bolso – Pero tranquilo. Haremos de todo para que recuperes tu docilidad – Otra vez el tono – Dios santo. Atendiendo – Hablaremos luego – Mirándolo algo molesta – Dime – Y caminando a la salida hablando por teléfono.

Se escuchó la puerta y el auto. Tadashi quedó en la sala sintiéndose… mal. No era así como se imaginó los ratos con su madre. No imaginaba siendo regañado el primer día. Pero bueno… Satoru se lo advirtió… “Mamá da miedo como se enoja”, y lo que pasó ahora, lo confirmaba. Era la prueba de que su madre era en verdad obsesiva con el aspecto. Después de todo él al ser abrazado por ella lo notó. Su piel suave, su fragancia a miel y vainilla, su perfecto cutis y su cabello sedoso. Ahora veía porque su hermano se empeñaba en su aspecto, así se lo infundo su madre.

Decidió calmarse. Ese solo era un pequeño bache, después de todo, se iba a resolver y volvería a pasar momentos como los de hace un rato con ella. Sintiéndose mejor sonrió. No se arrepentía de hacer aquello. Porque… su madre era en verdad bella. Quería verla trabajar… quería verla en acción y saber cómo era su desempeño.

- Señorito – Ten-ten llegó – No te sientas mal. Tu madre se pone así, ya se le pasara – Sonriendo. Tadashi asintió y el foco se le prendió.

- Ten-ten – La castaña respondió – Llévame al trabajo de mamá…

 

Se encontraban escondidos en una gran planta en el recibidor del hospital.

- Esto es una locura – Ten-ten susurraba - ¿Por qué no solo pides ver a tu madre?

- Porque eso la alertaría. Debe ser todo natural – Soltó todo calculador. La castaña estaba anonada por aquel comportamiento. Era raro e imponente.

- ¿Y qué harás para llegar a la planta 3? – Viendo lo atestado que estaba de personal y gente.

- Ahí entras tú – Le sonrió, sin querer, como sabia. Ten-ten se quedó congelada… esa sonrisa… - ¡Espabilad! ¿Lista? – La ojimarrón no estaba segura pero…

Fue caminando hasta la recepcionista en cuanto divisó al hombre que llevaba las sabanas limpias a todos los pisos, empujando esa carriola. En cuanto la mujer le dio las buenas y le preguntó que necesitaba comenzó su actuación. Dijo unas cuantas líneas como “Si. Es urgente, porque yo…” y se “desmayó”. La pobre chica no supo qué hacer y pidió ayuda. Llamó la atención de todos, incluso el chico de las sabanas. Tadashi aprovechó y se metió en la carriola. Cuando gente se llevó a Ten-ten el enfermero siguió con su labor y se adentró al elevador. Coincidentemente presionó el tercer piso.

Una vez ahí iba a sacar sabanas pero otra enfermera le llamó porque necesitaba ayuda con un paciente. Eso dio oportunidad al pelirosa teñido a salir y esconderse tras un mueble. El pasillo se despejó cuando el chico de la carriola volvió, hizo su labor y desapareció por el elevador. Tadashi cambio de escondite de salto en salto. Tuvo que ponerse tras un dispenser de agua cuando un medico se acercaba. Estaría en problemas, pero alguien lo llamo y a solo unos cuantos pasos de él volvió por donde vino. Tenía suerte. Siguió el recorrido hasta que vio a su madre meterse a un cuarto. Se adentró.

Ahí había dos personas. Un hombre, que estaba en camilla, y una mujer.

- Buenas tardes – Les sonrió.

- ¡Doctora! ¿Cómo esta mi hermana? – Muy asustada.

- ¡¿Qué le pasó a mi esposa?! – El hombre estaba herido y maltrecho. Pero igual de asustado.

- Descuide. Fue un susto cuando mostró el ataque, pero ya se estabilizó. Logre detener la hiperventilación que sufrió y ahora reposa bien. Su señora es fuerte, aguanto hasta que llegué. Su hijo por supuesto esta fuera de peligro. No se preocupe – Sonrió apoyando la mano en el hombro del hombre.

 – Oh, gracias a dios. Gracias a usted – Queriendo llorar.

- Y también hay noticias para usted. Revise sus análisis y me alegra informar que, aunque costará trabajo, podrá volver a caminar – El hombre más que feliz empezó a llorar y fue abrazado por su cuñada. Estos le agradecieron y ella feliz se retiró para entrar a otro cuarto.

- ¿Cómo estas Kenji? – Saludó al niño – Te tengo una sorpresa – Sacó un libro escondido en su bata – Lamento que no sea el tuyo. Pero en cuanto sepamos quien se llevo tu libro ¡Le daré una tunda! – Alzando el puño.

- ¡Hágalo! – Muy triste - ¿Cómo pudieron llevarse mi libro? – Tomando el que le ofreció Sakura – No es lo mismo… pero gracias – Sonrió el niño. La mujer sonrió.

- Tranquilo. Veras que estarás mejor. Y volverás a jugar – Acariciando sus cabellos. El niño asintió feliz y con lagrimillas.

Salió de ahí y la intervinieron.

- ¡Doctora! ¡Llegó un hombre que sufrió un choque, lo están llevando a sala de urgencias!

- ¡Entendido! – Caminando corriendo con ella - ¡Dígame su estado!

- Tienes varios traumatismos, y lugares que sufren pérdida de sangre, pero estamos más preocupados por la costillas que esta perforando el pulmón.

- ¿Viajaba solo?

- Si. Al parecer otro auto lo embistió por un conductor que se quedó dormido. Él solo tiene leves heridas. – Sakura frunció el ceño.

- ¿Sufre de alergias a algún medicamento? ¿O ya le suministraron la anestesia?

- Al parecer este hombre ha tomado anticoagulantes hace seis meses, así que tuvimos que inyectarle…

- Comprendo. Solo debe hacer efecto. ¿Cuánto cree que será eso?

- Si hay suerte. En 25 minutos.

- ¡Dios! Esperemos que no haya secuelas. Hay que apurarnos antes que la Trombosis cause riesgos. Encepemos – Y entró en el lugar no apto para el público.

Tadashi salió de su escondite y sus ojos brillaban.

- Madre es increíble…

***~~~~***~~~~***~~~~***~~~~***

En cuanto a Satoru algunas cosas se están saliendo de su control. Estaba en su cuarto desempacando con ayuda de su tío. El miraba por la ventana abierta.

- Tadashi, no es de mi incumbencia que tu padre se esté engañando a sí mismo. Ya es adulto, tiene que tomar sus propias decisiones y equivocarse si es necesario. Además no es que no haya pasado antes.

- Si, lo comprendo pero… ¿Quién es esa persona? – Justo en eso se escuchó la puerta de un auto. El pelinegro teñido se volvió a la ventana. Diviso a su padre acompañado de alguien quien no veía bien por un gran sombrero de paja con listón naranja. Itachi puso una mano en su hombro.

- Se llama Naruto Uzumaki – Satoru lo miró – Es secretario de tu padre. Se hicieron “más cercanos” cuanto él le pidió ayuda para promocionar la publicidad de su viñedo. – Volvió a la maleta. Satoru comenzó a ayudar con otra – Aunque a mí me parece que hace un mejor trabajo ofreciéndose a sí mismo – Algo enojado.

- ¿Qué…? – No pudo seguir al oír una risa. Debía ser del doncel.

- Akh – Haciendo un gesto de cansancio y fastidio – Sabemos que tu padre no es feo… - “¡Él es muy apuesto hombre! Pero tú también tío. Y obviamente yo, Jajaja” pensaba el ojijade con rostro neutro. –… y que varias mujeres y donceles forman una fila por él, pero su carácter es realmente peor que el mío y por eso esta como yo. Siempre sus parejas se hartan o lo hartan a él – “Así que es hereditario ¿Eh? Gracias madre por hacer que yo fuese así” Agradeciendo no ser como esos muertos en emociones. – Pero me pregunto… ¿Qué hace un jovencito que parece tan alegre al lado de Don tempano de hielo? – Si no fuese por esa cara tan seria diría que era una broma ese apodo. – Trate de ver alguna razón de saber cómo puede aguantarlo o que ve en él o qué ve mi hermano en ese doncel… ¿Cómo es que duran más que las otras parejas?…. Y luego supe que había millones de razones para que ese doncel se quede con mi hermano, por supuesto, son esos millones que tiene en el banco.  – Satoru se acercó a la ventana y trato con una cámara de profesional ver mejor. Pero el sobrero lo cubrió y si no otras cosas.

- Quieres decir ¿Qué él no está con padre porque lo quiera?

- Eso no me incube – Terminando de acomodar – Pero solo diré… que ese doncel lo tiene en la palma de su mano. Por increíble que parezca. Pero averígualo tú, no te dejes influenciar por mí – Y salió de la habitación.

Satoru estaba en aprietos, no quería saber quién era ese codicioso doncel. Pero debía ir porque su padre se lo pidió.

 

Sasuke se levantó de la silleta cerca de la piscina.

- Al fin llegaste – Sonriendo de lado. Satoru, ahora vestido con remera nevada y estampada de letras, con un traje de baño y lentes, se detuvo frente a él. Sasuke lo rodeo y lo sostuvo de los hombros guiándolo a su invitado. – Quiero que conozcas… a un amigo – El ojiverde posó sus ojos en el doncel. – Tadashi… él es Naruto Uzumaki.

El doncel levantó la mirada poco a poco dejando ver su bello rostro. De cabellos rubios brillantes como el Sol y sus ojos azules. Le brindó una gran y amplia sonrisa para darle un saludo con una voz dulce y cargada de alegría.

- Hola, mucho gusto. Soy Uzumaki Naruto.

-… Hola… Uzumaki-san…

- Llámame, Naruto, por favor – Sonrió un poco más mirándolo con hasta cariño.

Y Satoru lo supo. Supo que…

No podía haber alguien más falso que él.

 

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

WooooW!!! Ya aparecieron todos. Inlcuso Naru!! :D Como se desarrollará esta relacion jajaja xD Acuerdense que este fic es corto!!

Los gemelos son tan lindos. Cada quien haciendo lo suyo jajaja, Satoru me mata de risa ese yo interno y pobre Tadashi, aguantando el amour XD y ahora debe verse con... una secion de belleza.

¿Que opinan hasta ahora, sacando a Naruto, de los personajes hasta ahora?

Espero sus comentario lleno de amor y criticas, los aceptare con mucho amor <3 :3

Un gran abrazo!! :D

Nos vemos n_n/ 


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