El celular no dejaba de vibrar anunciado la notificaciones del WeChat, no quería revisarlos, estaba en estado de negación, sabía de quien eran, sabía para que eran, sabía lo que quería.
Pero no, ya no mas.
Una nueva llamada entró.
—¿Si?
—Baekkkie…
—Por favor no…
—Por favor, una vez mas…
—Ya no, no mas…
—Por favor, no me hagas esto, dijiste que si.
—ChanYeol es mejor que no…
Una y otra vez los ruegos. Una y otra vez la negativa. Pero sus barreras siempre eran derrumbadas con ese tono de voz lamentoso, con la insistencia y porque no aceptarlo, por ese amor tan grande que pese a los años, aun existía entre ellos.
La cita no pudo ser cancelada o mejor dicho, no quiso ser cancelada.
Se reunieron donde tantas veces quedaron. El dejando su auto en un aparcamiento y subiendo sigilosamente en el auto. Alejándose del centro del ciudad, alejándose de las miradas que escudriñan y juzgan y de aquellas que suelen preocuparse del bienestar de los demás y por ello divulgan lo que ven a quien le interesa y también a quien no le interesa, sacando conjeturas anticipadas, que si supieran la verdad, sabrían que su imaginación es limitada, pues ellos hacían mas, pero mucho mas.
La entrada a la habitación del hotel era apresurada, ni bien la puerta se cerraba el magnetismo entre los cuerpos era inmediato, los labios se buscaban con ansias.
Sus bocas degustan el sabor a goma de mascar con notas de frutas de uno, el otro con sesgos de tabaco mentolado.
A uno le gustaban los besos profundos, esos que roban el aliento, que incluyen una lengua que calcina, que roban un poco el alma en el proceso.
Al otro le gustan los besos calmos, sin lengua, esos que parecen caricias con labios, que son cortos pero constantes.
A uno le gusta la desnudez completa, si bien están iniciando se despoja de cada prenda como si su vida dependiera de ello, excepto de los calcetines.
El otro considera sensual la desnudez parcial, la que deja un poco la imaginación y otro poco al preámbulo.
Uno se desnuda solo.
El otro prefiere ser desnudado.
Uno ama los espejos y la luz.
El otro ama la penumbra y las sombras.
Pese a ello, pese a todo, sus cuerpos calzan perfectamente. No importa si se ven cada día de la semana o después de dos meses o dos años. Sus cuerpos se acoplan en la danza del amor, con compases precisos y armoniosos.
Uno ama hundir su lengua entre sus piernas, en lo más profundo de su cuerpo. El otro ama hundir la boca en la longitud húmeda y así uno encima del otro, se complementan, en el sexo dulce del reencuentro. Sienten que la desesperación los invade, el deseo febril de poseerlo y de dejarse poseer.
Pero también ambos saben que es algo más allá del sexo. Al menos uno lo sabe. Así que entre besos la pregunta obligada, la de siempre.
—Te amo.
—No lo digas…
—¿Tu me amas?
—Channie ya no me preguntes.
—Dímelo…por favor.
—Lo sabes…
—Necesito escucharlo, que lo digas tu.
—Mmmg…ahh
No hay tiempo, la desesperación por poseerlo le gana y no le da tiempo a la respuesta. Se hunde dentro de el, los gemidos se intensifican, el sexo con el lo enloquece, no importa que el tiempo pase, solo anhela su cuerpo, lo ha intentado, de verdad que lo ha intentado, se ha impuesto a si mismo olvidarlo, a dejarlo como parte de su pasado, se ha dicho que no lo volverá a buscar, que ya no mas ruegos y humillaciones, ya no mas sufrimiento y largas borracheras sufriendo por su ausencia, aun en su presciencia. Siempre abandonado. Desea no desearlo, pero lo desea.
Aunque el no sepa que la realidad del otro no es muy diferente. El sexo superficial solo le ha quitado las ganas, pero nunca desea mas, no de otros, no ha podido enamorarse, solo ha sido físico, pero ya no mas, ya no quiere manos extrañas, manos intrusas, manos ajenas que invaden y cometen sacrilegio de un cuerpo que ya no le pertenece, le pertenece a ChanYeol.
¿Desde cuando?
Desde que lo conoció en la universidad.
Desde su primer beso.
Desde que se hicieron novios.
Desde que hicieron el amor por primera vez, fue horroroso y sumamente doloroso.
Desde siempre le ha pertenecido.
Sin importar los kilómetros de distancia que impuso entre ellos cuando decidió que quería crecer académicamente y solicitó su intercambio a una universidad extranjera.
Sin importar que a su regreso después de un año retomaran su relación y dos años después le colocará un anillo en sus delicadas manos y aun cuando en un principio aceptó, después de un tiempo tuvo que regresarlo, porque los hombres no pueden casarse, aunque en algunos países sea legal y le propusieran viajar. Eso no tenía sentido.
Tampoco importaba que ahora estuviera casado con alguien que no amaba y que no lo amaba: la mejor amiga de Baek, la decisión fue tomada cuando el lo dejó por segunda ocasión , ellos se refugiaran mutuamente, pues a final de todo, ambos estaban enamorados de el. Una vida llena de rizos y reveces.
El sexo entre ellos era fuerte, rudo, entre hombres. La primera ronda siempre era el pequeño abajo, con las piernas muy abiertas, aunque siempre una finalizaba sobre el hombro del mas grande para mayor comodidad. Después un giro y estaba boca abajo, apretando las sabanas, mientras el sonido obsceno de las penetraciones inundaba la habitación. Era la posición preferida de ChanYeol.
La segunda ronda, era cabalgar un rato, el menudo cuerpo tenía la libertad de moverse, estimularse y marcar su ritmo, eso era demasiado excitante y por ello menos duradero. Esa era la preferida de BaekHyun.
Luego venía la ronda de besos. Cansados y satisfechos. Caricias suaves, irónicamente castas después de lo sucedido. Pero eran las que mas asustaban, pues esas incitaban a hablar, pero el no quería hablar. No tenía sentido, los actos hablan mas que las palabras.
—No me has contestado…
—Channie…
—Solo dilo, por favor.
—También te amo.
—¿Cuándo nos volveremos a ver?
—Dijimos que era la última vez. Lo prometiste.
—¿El sábado te parece bien?
—No, ya no mas, eres un hombre casado, esto no es correcto.
—Sabes que no la amo.
—Pero aun sigues casado.
—No quiere darme el divorcio, sabes que se lo he pedido.
—Entonces nunca te lo dará, seguirás casado y yo seré literalmente tu amante. Ya no , esto no es correcto.
—Pero en algún momento se irá, entiende que no puedo solo irme, esa casa fue herencia de mis abuelos, tiene valor sentimental para mí y tampoco puedo correrla, no puedo ser tan desconsiderado.
—No lo seas, por eso no te divorcies de ella.
—Pero no la amo, ni siquiera tengo intimidad con ella.
—Eso debiste pensarlo antes de iniciar una relación con ella.
—¿Cuándo debí pensarlo BaekHyun? Cuando primero me dejaste por irte al extranjero y me convertí en alcohólico… fue la única persona que me apoyó, porque ella sufría igual que yo por tu culpa.
— Sino me hubiera ido siempre me hubiera preguntado como habría sido mi vida, te hubiera odiado probablemente.
—Entonces debí pensarlo cuando me regresaste el anillo diciendo que no tenía sentido si nunca íbamos a poder casarnos de verdad… ¿Entonces debía esperarte enternamente?
Sacó un cigarro mentolado antes de contestarle, lo encendió con calma, necesitaba controlarse, estaba decidió a dejar esta relación y necesitaba tranquilizarse, fumar siempre lo hacía.
—Porque era así, ¿Qué validez tendría un matrimonio fuera del país? , estaba joven, tenía miedo.
—Ahora somos adultos, maduros, podemos tomar decisiones…pídeme que la deje, pídeme que me divorcie y no me importará nada, lo dejaré todo, solo te perteneceré a ti mi amor —Se acercó a besarlo, con calma, como sabía que le gustaba. —Pídemelo…por favor.
El cigarro empezó a consumirse entre sus dedos, la ceniza caía ensuciando la alfombra.
—Sabes que no lo haré.
El no quería ser el responsable, si las cosas no funcionaban entre ellos, se sentiría culpable por presionarlo a tomar una decisión.
Se levantó a tirar lo que quedaba del cigarro por el inodoro, igual que su relación, se fue.
Se duchó rápidamente, sabía que el lo alcanzaría y así fue. Unos besos mas que no duraron tanto y en el fondo le dolía. Sabía que el debía llegar temprano a casa, la cena esperaba por el. TaeYeon no le daría el divorcio, en el fondo estaba seguro que sospechaba que ellos habían regresado. También ambos sentían que le debía algo y debía pagar por su egoísmo hacía ella.
BaekHyun porque sabía que estaba enamorada de el. Ella había sido su fachada para mostrarse heterosexual, incluso para llegar a ChanYeol por temor a que este lo rechazara, pues a el solo le iban las chicas. Nunca le mintió, pero tampoco le dijo la verdad, que siempre la vería solo como una amiga, hasta que ella se dio cuenta al verlos semidesnudos, en su cama, en el departamento que ella rentaba y el solía usar a escondidas, abusando de su amistad. Cuando se enteró de la relación de ellos, le dolió, demasiado. Pero como el amor es ciego y un poco estúpido, ella se quedó a su lado, aceptando un poco de el.
ChanYeol por apoyarse en ella en tiempos difíciles y por quitarle una y otra vez la atención de quien ella amaba y pese a ello fue su mejor amiga, aunque ya no mas, ahora eran unos desconocidos viviendo en una misma casa sin amor. Uno por compasión, la otra por resentimiento.
Fue un poco de consuelo para ella cuando el se fue al extranjero y tal vez un poco de venganza o esperanza cuando lo dejó por segunda ocasión. No sabe de quién fue la idea del matrimonio y que más daba. Estaba consciente que el retomaría su vida con alguien y ella estaba ahí. ChanYeol no gustaba de chicos. Solo de el.
Afortunadamente para BaekHyun.
Desafortunadamente para ChanYeol.
Después de salir del hotel, el regreso fue silencioso. Al llegar al mismo punto, la pregunta nuevamente.
—¿Nos vemos entonces el sábado?
—No se, no creo.
—Te llamo ¿ok?
No hubo respuesta.
El apartamento silencioso lo recibió. Necesitaba hablar.
Una videollamada a quien solía escucharlo muy de vez en cuando.
—¿Estas ocupado?
—Voy a salir…¿pasa algo?
—Lo de siempre.
—Nunca lo dejaras.
—Esta vez lo haré.
—Siempre dices lo mismo.
—Cambiaré de teléfono porque…
—Lo has hecho y esa es la razón por la que los pierdes constantemente, inconscientemente es tu manera de evitar contacto con el, pero se lo vuelves a proporcionar cuando te contacta por Facebook, también por eso comes en exceso para castigarte y creer que así no le gustarás…pero también por eso dejas de comer para volverte a castigar y también por eso mismo duermes tanto para no pensar…Baek, necesitas ayuda profesional, yo no puedo ser objetivo, no puedo ayudarte.
—Lo se, pero esta vez….
Una voz en el fondo lo reclamó.
—Lo siento Kris me llama, vamos a salir.
—Lu, también debes pensar en “el”…
—Es pasado, yo si cerré esa parte de mi vida, lo siento adiós.
El tono de llamada finalizada.
Como su historia de amor. ¿Realmente hay felicidad completa?
Su trabajo iba de mejor a extraordinario. Abrirían una nueva sucursal fuera del país por expansión de la empresa y lo habían elegido a el, por capacidad y experiencia.
Volteó a ver su departamento. Vacio, literal. Había donado una parte, regalado otra y empacado unas pocas más, para que sus padres se las guardaran. Llevaría lo mínimo, lo mas ínfimo, lo que no le recordará el pasado.
Tomó la foto, de un adornado marco de madera oscura colgado en la desnuda pared, la deslizó y en el movimiento cayó, el vidrio se hizo añicos. Como su relación. Tomó la foto entre sus mano, la foto de ellos juntos, cuando ChanYeol era libre y el no tenía miedo de amar. La acarició con la yema de su dedo índice, delineando los contornos, se veían felices, sonreían. Sacó el encendedor que yacía en su bolsillo, inició quemado la esquina inferior, la soltó hasta que se consumió en su totalidad.
Lo amaba, profundamente, pero era momento de seguir adelante.
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