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LOVE/ EXO (De amor e infidelidad) por Linlim

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Aún recuerda cuando lo conoció. Tan lánguido, tan pálido  y de caminar altivo. Su cabello teñido en dos tonos  y perfectamente peinado, su traje de diseñador. Su rostro siempre viendo desde arriba, cualquiera lo juzgaría como engreído y si lo era, un poco, pero también era increíblemente sensual y cuando lo conoció un poco  más a profundidad, es más sexual.

 

Habla con seguridad, no hay atisbo de duda cuando defiende su punto de vista, no suele equivocarse, suele odiar cuando alguien lo cree, siempre tiene la razón y cuando no la tiene ¡arde Troya! Se vale de todas las artimañas que posee para convencer. Casi siempre funciona. Casi.

 

Sabe que posee un cuerpo espectacular y está orgulloso de ello, las horas que pasa en el gimnasio de su esplendoroso edificio donde se encuentra su departamento, rinden fruto, cualquiera lo nota. La rutina inicia antes que sale el sol,  desde el fortalecimiento del cuerpo a base de ejercicio hasta la protección del sistema inmunológico con esos extraños jugos, pero el resultado es ese esculpido físico que arrebata el aliento. A el se lo robo y otras cosas mas.

 

 No hay excepción para esa rutina, excepto el domingo. Por eso el prefiere quedarse a dormir los sábados, cualquier otro día es una tortura por la mañana.

 

 Lo ve caminar, seguro de si, lo único que lleva puesto son los lentes de moldura gruesa que lo hacen ver intelectual,  sensual. Lee las instrucciones del empaque. Se ve tan interesado tratando de distinguir las letras cerca de la luz que proporciona el ventanal que da a la ciudad, uno enorme, que cubre todo el living. Parece no importarle que algún malicioso lo vea.

 

 El no siente vergüenza. Dice nunca tenerla. No debe tenerla con ese cuerpo. Su masculinidad se yergue  orgullosa.

 

 JongIn yace en el sillón de cuero negro, suave y mullido, su obsesión hace que lo cubra con una sabana suave para evitar que se ensucie. A SeHun le da lo mismo, pero a el no. La verdad es que está un poco obsesionado con la limpieza. Tuvo que contratar a alguien cuando el se fue de la casa. Pero ya no quiere pensar en el. Eso es pasado, ahora SeHun es el presente.

 

 Se levanta y camina lentamente,  le toma de la cintura, pasa la palma de la mano por el vientre plano y marcado. Masajea un poco el miembro, pero el le da un pequeño golpe con el hombro, porque no lo deja leer las instrucciones del juguete nuevo que ha comprado.

 

 —No necesitas leer instrucciones, todos funcionan igual. —Se lo quita de las manos , oprime un botón del control remoto y el plug de color negro empieza a vibrar. —Lo ves, listo para usarse.

 

 SeHun lo ve molesto y lanza al suelo el instructivo,  camina hasta  la mesa de centro que está  frente al gran sillón de cuero oscuro cubierto con la sabana. Se sienta en ella y puede ver a través del ventanal la enorme ciudad. Los altos edificios frontales, las luces de la ciudad, los haces de luz que salen de algún antro.  El puede verlo todo, pero nadie puede ver hacía adentro a menos que se active los vidrios traslucidos.

 

 Esta noche han decidido quedarse a disfrutar de sus cuerpos, ya lo hicieron una vez, pero aún quedan muchas horas antes del amanecer y tienen que aprovechar. El preludio ya pasó, el sexo suave ya pasó. Es hora de los juegos sexuales.

 

 Baja un libro, el cenicero y un adorno de plata reluciente que están sobre la mesa para tener mas espacio. Se acuesta boca arriba, apenas y hay espacio para su torso. Dobla las largas y bien tonificadas piernas, las plantas de los pies quedan sobre la mesa, las abre un poco, luego las abre mucho y espera, mientras sus brazos se encuentran doblados tras la cabeza.

 

 JongIn observa en la penumbra, conoce ese hermoso cuerpo con luz. Carece de vello, es totalmente pálido y con la piel suave, lampiña y  rosácea en los lugares mas íntimos. Los tratamientos son muy efectivos para hacer perfecta la piel.

 

 —Hazlo, introdúcelo. —No es solicito, es imperativo.

 

 JongIn es obediente. Se hinca frente a el. Besa sus tobillos y saborea cada uno de los dedos, se lo permite porque sabe que eso le gusta. Es un pequeño fetiche, de el, de ambos. Recorre con la lengua una pierna, la eleva y se dirige a la entrada. Lame hasta donde su anatomía le permite, aún sabe a fresas y a latex.  Lo escucha gemir y eso lo excita más. Chupa con un poco más de fuerza,  oprime a  los lados, sabe que quedarán marcas. Las únicas que puede dejar,  porque no puede  llegar al despacho  lleno de mordidas por el cuello. No eso no se vería bien, se perdería credibilidad ante los clientes y socios. Por eso se conforma en marcar la intimidad, le hace pensar que eso es un poco suyo. Solo un poco.

 

 Ha trabajado bastante la zona, con la lengua, con los dedos, y con el sexo de hace unos minutos, si persiste con esto , no durara mucho y todavía falta mas. Mucho más. Introduce el juguete, lo activa con el control remoto y se escucha el vibrar en el silencio de la noche. Un grito audible se escucha,  lo  emite el ahora rubio.  Se desliza por el cuerpo, recarga las manos sobre la mesa con un poco de miedo a que ceda por el peso de ambos. Lo besa en la boca, la lengua recorre los labios, los dientes y la lengua del otro. Si fuera más larga, seguro llegaba a la garganta.

 

 El juguete estimula el interior y le hace elevar las caderas buscando y JongIn quiere que encuentre.

 

 —En la alfombra.

 

 Ha aprendido a ceder, la obsesión de la limpieza nunca le permitió tener sexo en el suelo, pero con el, las cosas cambiaron, le hicieron perder la rutina, porque la rutina cansa. En cambio ahora entiende la diversidad del placer.

 

 —Ya hagámoslo — Nuevamente el tono imperativo.

 

 SeHun recupera el frasco del sillón, vierte un tanto en su miembro y otro en sus dedos. JongIn esta a horcajadas sobre su cuerpo, sus rodillas sobre el suelo, elevado solo lo suficiente para dejarse preparar. No quiere esperar demasiado. Retira la pálida mano de si mismo y se empala solo. Lentamente, disfrutando la sensación de sentirse lleno.

 

 Cabalga lentamente, pero los sonido emitidos por el otro y su propia estimulación le hace saber que sino se apresura, esto no durará mucho. La sinfonía de gritos de el, de ambos,  es la señal de que se  avecina el clímax. Un grito. Ha llegado. Segundos después, culmina el otro.

 

 Por fortuna el costo del departamento incluía paredes a prueba de ruido. Aunque realmente no le importa si lo escuchan.

 

 Yace sobre el pecho del otro, ambos descoordinados y agitados. SeHun busca en la mesa el control remoto, ya no soporta la vibración, el peso sobre su cuerpo le impide moverse, opta por expulsarlo haciendo fuerza.

 

 La quietud de la noche solo es interrumpida por el vibrar no tan lejano.

 

 —Pesas.

 

 JongIn sonríe y se hace un lado. Pero antes le da un beso romántico en los labios, pero es cortado antes de lo que el deseaba.

 

 —Me daré una ducha.

 

 —Podríamos hacerlo juntos.

 

 —Como quieras.

 

 Se levanta y le da la mano, se la oprime  pero luego la suelta, sabe que no le gusta el romanticismo. El drama si, pero el romance no.

 

 Se bañan juntos, se tocan un poco más, pero el cansancio empieza a hacer estragos. Ya no tienen veinte. Tampoco son mayores, es solo que son hombres llenos de responsabilidades y juzgados que visitar.

 

 JongIn se esfuerza en los detalles, aunque sabe que al otro no le importan o parece no importarle. Le seca el cabello con cuidado. Como una suave caricia.

 

 El rubio se introduce bajo las sabanas. La piel morena trata de acoplarse a la blanca. Como desde hace poco ha sido, como deberá ser.

 

 —Así no puedo dormir — Los brazos fuertes que intentan proteger son rechazados. No hay lugar para ellos, así que optan por colocarlos bajo su cabeza. Sabe que no le gusta el romanticismo y por eso no lo toma a mal.

 

 —Sabes mañana podríamos ir por la noche a cenar y  luego al cine...

 

 —Me parece bien. —Dice con voz adormilada.

 

 —…y luego ir a mi departamento…

 

 —El lunes hay que trabajar.

 

 —…para dormir y por la mañana del lunes desayunar juntos, vamos al mismo lugar, podemos …

 

 —No, ya te lo he dicho muchas veces, no seré una maldita ama de casa.

 

 —No es por eso, yo puedo preparar el desayuno…

 

 —Cocinas del asco, el desayuno siempre te lo preparaba el.

 

 —Pero ya no está, ahora soy libre… ¿No era lo que querías? ¿Qué pasáramos más tiempo juntos?

 

 —Y lo hacemos, ya no tienes prisa por regresar a tu casa después de follar. 

 

—Hay un ligero tono de molestia y eso le gusta a JongIn. Son celos, sabe que no le gusta el romance pero si el drama.

 

 —Está bien, sino quieres ir,  supongo que podría quedarme a dormir aquí el domingo.

 

 —No, de vez en cuando está bien que te quedes , pero no todos los días. Tengo sueño, debo revisar un caso mañana.

 

 —Puedes hacerlo el lunes en el despacho.

 

 —Tengo que adelantar, es un caso de mucho dinero, estoy seguro que esa mujer puede quitarle casi todo al esposo, debo estar preparado. Que descanses.

 

 

 Ya no más plática.

 

 Como muchas noches, pero eso a JongIn no le importaba, sabía que algo no estaba del todo bien, sabía que había perdido mucho cuando el se fue de la casa, mentiría si dijera  que no  dolió, pero agradeció que alguien mas tomara la decisión, pues el no sabía como. Y no se arrepentía. Tendría que empezar de cero, pero creía que valía la pena. Se giró para intentar dormir.

 

 Tal vez debía continuar con sus planes del pasado,  de ir de fin de semana a descansar  a Daegu,  tal vez eso le ayudaría a avanzar en su presente. Durmió confiado.

 

 Pero SeHun no podía dormir, porque no podía dejar de pensar.

 

 Pensaba que tal vez regresaría con el, después de todo, vivieron tanto tiempo juntos, construyeron tantos sueños juntos,  planearon envejecer juntos.  Porque vio muchas  veces esa misma historia en otros, tal vez no tantas, pero si vio casos de ese tipo.

 

 Pese a que el se encargaba de hacerles  recordar que:

 

 “Que el pasado no regresa”.

 

 “Que la infidelidad nunca se olvida”.

 

 “Que los hijos no son la razón de quedarse”.

 

 “Que el amor no vuelve”.

 

 Y eso de que el amor nunca vuelve  lo sabía de buena fuente. De una fuente muy cercana.

 

 Pero estaban los rebeldes, los que no hacían caso a la lógica y pese a todo y contra todo volvían a la rutina, a la seguridad y eso que estaba roto, era remendado para nuevamente unir las piezas. Por eso el no quería amar. 

 

Porque el pensaba y pensaba mucho.

 

 Si tal vez no era lo suficiente para JongIn.

 

 Tal vez no era demasiado alto.

 

 Ni tan inteligente.

 

 Ni tan delicado.

 

 Ni su piel era tan pálida.

 

 Sus labios eran demasiado pequeños y delgados y  no formaban un corazón al sonreír.

 

 De hecho el casi no sonreía. Solo a veces.

 

 Tal vez no era tan inteligente como intentaba ser.

 

 Tal vez solo era un pasatiempo mientras  encontraba a alguien más.

 

Porque SeHun no era el.

 

Definitivamente debía estar preparado para el final.

 

Porque el simplemente tenia miedo.

 

Notas finales:

Se que es una historia simple, pero de lo poco que he publicado...no se, así que decidí publicarla en watpad , inserte algunas imagenes que googlee, solo aclaro que primero escribí la historia y luego busque imágenes, así que no se decepción en si alguien se anima a leerla. 

 

LOVE (EXO)

 

Como linlintrujillo

 

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