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LOVE/ EXO (De amor e infidelidad) por Linlim

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Corrían con prisa esperando encontrar todavía abierto el local, ya hacía una hora había terminado el turno de la comida y sospechaban que no lo lograrían.
 
 
—Corre de prisa Sehunnie.
 
 
—Lo siento, yo no juego futbol y no tengo tanta resistencia.
 
 
Sentía que se le salía el corazón por el esfuerzo, pero no quería negarse a continuar . Nunca se negaba a nada. Para el nunca había un no.
 
 
—Demonios, ya está cerrado. 
 
 
De una pequeña puerta, como parte de la cortina de metal, salió una señora menuda y entrada en años, en muchos años, que ha visto cientos de personas venir a su local  y después de algunos tiempo marcharse para comer algo mejor de lo que ella preparaba, los mira asomando los ojos bajo los lentes.
 
 
—Ese vocabulario jovencito. —Señalo con un dedo acusador al chico de cara delicada.
 
 
—Lo siento. —Dice avergonzado.
 
 
—Sabría que llegarían en el último minuto y aunque espere, no pude más…
 
 
—Entendemos— Dijo con pesar, pero la verdad es que no entendían. Tal vez hoy solo coman las últimas reservas de la vieja alacena: Un paquete de galletas.
 
 
 
—Pero les guarde esto.  —Dijo con una amplia sonrisa desdentada. Dos pequeños botes se dibujan  dentro  de un bolsa transparente. 
 
 
Sonríen, ambos,  es tan poco y a la vez es tanto. Los wones reservados celosamente para ese día son entregados, lo justo, ni más ni menos. Las ancianas manos recibe el pago y entrega lo justo al doble.
 
 
Caminan con prisa, pero están contentos, sus rostros los delatan. Van bromeando sin hablar, sus miradas y pequeños empujones son suficientes para hacerlos reír, sin sentido, es solo que son felices, no necesitan razón alguna para hacerlo, mientras estén juntos.  Llegan a un  pequeño departamento con un minúsculo  baño que apenas y tiene espacio para bañarse pegados el uno del otro. Una pequeña  cama,   que sirve de mesa para comer  y de altar para amar, pues conjugan  una después de la otra o a veces al mismo tiempo, en especial si son fresas. Pero ese es un lujo que no pueden darse muy seguido.
 
 
Varios objetos que decoran su pequeño hogar, como ese portarretratos que pende de la pared, tiene una  gatita  muy  famosa, la preferida de LuHan,   contiene una foto de ellos dos cuando estaban en el instituto y comenzaron su noviazgo, cuando aun no habían sido  rechazados por sus padres. Pero eso es pasado, que aunque duele,  no opaca la felicidad de estar juntos en el presente,  aprendiendo a sobrevivir. 
 
 
Yacen en su altar mientras se dan de comer en la boca, no necesitan mucho, lo que tienen les basta. Sobre una mesa hay libros de leyes revueltos con los de psicología. Pero no importa, todo está organizado  en su mente.
 
 
Quieren apoyar a los desprotegidos, uno desea defender sus  derechos y  el otro apoyarlos en sus problemas emocionales. Altruismo sincero. 
 
 
La vida es simple, se vive para amar, a un humano, a la vida, a un Dios o a la naturaleza. Los dos quieren lo mismo de la vida, pues ellos  son uno mismo.
 
 
Sonríen pensando lo que harán el fin de semana. Pueden ir a desayunar al súper mercado  y comer muestras gratis, tal vez pasen  a la repostería. Después por la tarde ir a caminar a un parque y dar migas a los cisnes del lago.  Por la noche ir a la inauguración  de la exposición de arte moderno estudiantil, realmente no entienden mucho, pero suele haber bocadillos gratis y con suerte un poco de  vino. Deben ir formales  para poder colarse, pueden usar esos trajes viejos que utilizaron en la graduación del instituto, que mas da, nadie lo notará y si lo notan ¿Qué mas da? El domingo continúa el ciclo de cine histórico  coreano, la entrada es libre y suena totalmente tentador, antes de ir pueden preparar ramen instantáneo en el viejo microondas, suena un poco extraño cuando se usa, pero con dos golpes vuelve a funcionar.  
 
 
LuHan de manera formal anota todo el recorrido planeado  en una agenda cuya fecha no corresponde al año actual, sino a tres años a tras. La adquirieron en una venta de garaje. SeHun le hace cosquillas para que deje de tomar todo tan en serio haciendo anotaciones y le hace cosquillas.  Ríen ambos  y mucho, también sonríen más. Porque las sonrisas son un recurso inagotable en ellos. 
 
 
—Deja de escribir y dame un beso Lulu.
 
 
—No, Sehunnie, sino olvidaremos el itinerario. —Hace las últimas anotaciones.
 
 
 SeHun sonríe y  avienta lejos la agenda, no tan lejos, por el reducido espacio. Se coloca sobre el y lo besa, aún sabe un poco a especias, pero no le importa, LuHan le gusta en todos los sabores.
 
Recorre el cuello con lentitud, LuHan levanta el cuello para que los besos se prolonguen. Estos  bajan por el pecho al ir abriendo cada botón de su camisa. El pantalón baja junto con los interiores, pero no detiene los labios, estos siguen su camino hasta los dedos de sus pies. Ama esos dedos. No puede evitar excitarse. 
 
 
Pero la risa del otro lo desconcentra y en castigo se ubica entre sus piernas.  SeHun levanta la y observa su rostro,  sus ojos entrecerrados. Su sonrisa le cautiva.
 
 
—Tu rostro es como de manga romántica. –Le dice divertido.
 
 
—¿También hacen esto los personajes románticos?
 
 
Se sienta. La mano de LuHan estimula la virilidad de SeHun. No tienen prisa, así que los besos tiernos y luego apasionados los entretienen antes de hacer el amor.
 
 
Lo hacen tres veces. Una en la cama, una en el suelo, pues rodaron por la angosta cama y  no calcularon el espacio. La última, recargados sobre la puerta, con temor a que un día esta ceda por el peso de ambos.  Es su  posición favorita.  A SeHun le encanta cargarlo y que enrolle las piernas en su cintura. Un día vieron porno y dijeron que lo intentarían y fue sensacional.
 
 
Duermen abrazados y desnudos,  con las piernas enredadas, como hace un tiempo ha sido, como debe ser, hasta que los brazos de SeHun se duermen. Los retira, pero no puede retirar los ojos de ese hermoso hombre. Están acostumbrados a dormir sin ropa, a andar sin ella por su pequeño palacete,   incluso a estudiar así, uno sentado sobre las piernas del otro, lo único que los cubre son las gafas de moldura gruesa. Ya no hay  pudor, conocen cada centímetro de sus cuerpos y se sienten cómodos, no hay miradas que juzguen su pequeño mundo.
 
 
Están  enamorados. Muy enamorados. Esos anillos de pareja comprados en una tienda de baratijas lo confirman.  Creen que el amor nunca acaba.
 
 
Eso quieren creer.
 
 
Pero el tiempo discurre y como las estaciones, la vida cambia. 
 
 
Pasó de la calida primavera donde los nuevos brotes empiezan a crecer y a madurar cada día, las miradas rápidas, los roces casuales de las manos  –que no son casuales -  hasta llegar al primer beso y el primer me gustas. Eso fue en el instituto.
 
 
Pasó el ardiente verano, con los besos robados, los besos profundos y pasionales, las caricias íntimas, el cuerpo ígneo, la pasión desbordante, la exploración para llegar a  la consumación sexual. Esa llegó con la libertad al entrar a la universidad. Duró varios años. 
 
 
Pero llegó el aire frío del otoño y como las hojas caen, SeHun las emula, dejando caer lágrimas por las tardes, durante las largas ausencias.  Ya no hay más tazas de café que los acompañaban mientras estudian, ni masajes en el cuello. Pero por las noches cuando hacen el amor, todo parece igual, los mimos, las caricias, lo besos prolongados. Solo lo asalta una duda: Las marcas, esas marcas en ese cuerpo que ama y que  no son suyas. Esas marcas bordeando la  aureola, no son golpes dados sin querer, mucho menos las marcas en su cadera, no puede creer que el las hizo en un arranque de pasión, el es muy cuidadoso, sin embargo lo cree. Lo cree por amor.
 
 
Pero lo peor fue cuando llegó el crudo invierno.
 
 
Todo se volvió frío. Ya no hay más muestras gratis en el supermercado, ni risas con animes, ni dibujos mal hechos de gatitas famosas  en las servilletas de la cafetería de la universidad. Ni salidas en busca de su té preferido. Tampoco ha habido tiempo de ver doramas analizando el inconsciente colectivo, ni reflexiones   de las noticias y su impacto en el mundo. Mucho menos hay complicidad en el robo  de la contraseña del internet del  almacén que está  enfrente del viejo edificio donde tienen su hogar. Ya no hay hogar, ya no más. Es solo un viejo y húmedo cuarto que le sirve para ver correr los días y sobrevivir. Las tardes son solitarias. El sexo es apenas una ráfaga de viento que trae un poco de placer de vez en cuando. Es casi un acto automático. Los besos son una ligera llovizna, que apenas humedecen sus labios. Ya no hay desnudez total, solo parcial y  ocasional.
 
 
Ahora las tareas son excesivas, sobre todo las de equipo, sobre todo por las noches, sobre todo las que duran varios días y no le permiten volver.
 
 
Y eso duele, pero el ama y por eso el cree. 
 
 
Pero es su aniversario y sabe que no lo ha olvidado, probablemente ese sea el motivo de su última ausencia, una sorpresa. Pero ya no aguanta mas, no puede esperar por la sorpresa, así que decide irlo a ver. Aprovecha el dinero de la beca que acaban de entregarle, ya verá como conseguir lo del libro de leyes que debe comprar, no es tan importante, su novio  lo es mas, mucho mas. Lleva en su bolsillo  unos nuevos anillos, son de baja calidad pero mejor que los de plástico que usaban antes y que LuHan en un descuido perdió el suyo. Deben ser dos, uno no tiene significado, pues ellos son dos y uno mismo.
 
 
Sabe de memoria el horario de LuHan, el de clases, no el de tareas. Sabe a que hora llega a la universidad. El muchas veces lo acompañó. Le sonreía al decirle adiós y el otro le correspondía con un beso volado.
 
 
Están enamorados y mucho.
 
 
Pregunta a sus compañeros. Uno lo conoce.
 
 
—Hola Baek ¿Ya ha llegado LuHan?
 
 
BaekHyun lo observa con pesar y no entiende porque  le ve con tristeza, no hay razón, es su aniversario y está feliz, lo es porque está enamorado y correspondido, solo es las responsabilidades de la universidad que los ha alejado un poco, solo eso. 
 
 
—No…no creo que llegue, deberías marcharte.
 
 
—¿Tenían mucha tarea?...debería quedarme para ver si está bien.
 
 
—Deberías marcharte, es lo mejor.
 
 
SeHun no entiende como le pide eso, un buen novio no se va sin asegurarse que su amado esté bien.
 
 
—Gracias.
 
 
Se despide y espera afuera. Camina un poco por el amplio patio de la facultad, camina entre los jardines y se recarga en un cerezo. Está en  la entrada que viene de la calle principal para ingresar a la facultad.  Ve llegar un auto, uno demasiado costoso para estudiantes de esa universidad pública. Debe ser de un decano. Baja un joven alto, demasiado alto, mas que el. Llama poderosamente su atención, es como tratar de encajar una pieza de rompecabezas en uno que no corresponde. Su porte es altivo, su ropa  no es la común, al menos no la que usan ellos, no puede evitar observarlo a detalle. El no conoce de marcas pero ese reloj brilla demás. Los lentes y el cabello  color rubio dicen también mas.
 
 
Del  lado del copiloto  lo ve bajar. Trae ropa diferente. Nunca la había visto antes.
 
 
Se sonríen y con la mano un adiós.  No hay expresiones amorosas, no tiene motivo para pensar mal, tal vez es un compañero de clases… que no puede quedarse a clases ese día. No puede pensar, no quiere pensar, no debe dudar.
 
 
Su corazón late muy fuerte —Pum, pum, pum— parece que se saldrá en cualquier momento.
 
 
Camina hasta llegar a su lado.
 
 
—Lulu…
 
 
Se sobresalta, sabe que lo ha visto aunque sabe que el no sabe el significado de lo que vió.
 
 
—SeHun que haces aquí.
 
 
Ya no es Sehunnie.
 
 
—No has ido a la casa en tres días, siempre dices que tienes tareas que hacer. —No es un reproche, es un grito de desesperación con un tono muy bajo.
 
 
—Si…es  que he tenido mucha tarea.
 
 
— ¿Tendrás tiempo desayunar antes?
 
 
—No lo creo, debo entregar un proyecto.
 
 
—Está bien —Le sonríe en respuesta, porque LuHan siempre le hace sonreír y este día no puede ser la excepción. —Bueno, hoy es nuestro aniversario…tal vez no lo recuerdes…entiendo, son muchas tus obligaciones.
 
 
—SeHun yo…
 
 
—No importa—Mueve la mano, restándole importancia. Saca una pequeña caja celeste, con un  pequeño moño, con un pequeño obsequio que significa mucho más, algo mas grande como lo es su amor por el. —Ábrelo.
 
 
—Yo creo que mejor no…
 
 
—No es la gran cosa  y no importa sino me has comprado uno—Pero el otro niega con un movimiento de su cabeza. No levanta la mano para aceptar el regalo, incluso da un paso hacía atrás. 
 
 
—Creo que debo irme.
 
 
—Solo póntelo—Abre la caja con dos anillos de pareja, no son de buena calidad, pero que importa.
 
 
—SeHun, perdóname…
 
 
—No entiendo—Insiste en colocar el  anillo, pero la mano le es negada. —Es solo un anillo de pareja, somos pareja. — Un nudo en su garganta, sabe,  pero no quiere saber.
 
 
—Ya no es necesario.
 
 
—Claro que si Lulu, anda, dame tu mano para ponerte el anillo. —Como si ese evento borrara la realidad. En un acto de negación, insiste.
 
 
—Se acabo.
 
 
—No entiendo. —Claro que entiende, pero sigue sin querer entender.
 
 
—Se acabo, esto —Señala a ambos — lo nuestro.
 
 
—Pero yo te amo.
 
 
—Pero yo ya no…perdóname.
 
 
—Pero tú me amabas.
 
 
—Ya no.
 
 
—No puedes olvidar que me amabas…debes intentar recordar…
 
 
—El amor no  vuelve. Ya no.
 
 
Una lágrima recorre la pálida mejilla, ya no hay ilusión, alegría, ya LuHan no lo hara reír mas. Ahora solo lo hace llorar.
 
 
— ¿Por que? 
 
 
—No podemos seguir así, debemos evolucionar. Yo necesito más, no podemos seguir así… en la miseria.
 
 
Sabe a lo que se refiere pero ahora realmente no entiende.
 
 
—No lo necesitábamos, teníamos lo mínimo, lo necesario.
 
 
—No basta.
 
 
—Teníamos planes…  la gente desprotegida.
 
 
—Nosotros éramos los desprotegidos. —Checa la hora en su reloj. Uno muy brillante que nunca le conoció. —Debo irme, perdóname. 
 
 
Se dio la media vuelta y comenzó a caminar, fue la última vez que hablaron.  Solo volteó para mover  los labios y decir una sola palabra. Una palabra que lo marcó.
 
 
Y aun, cuando  muchos años después, en una elegante fiesta  lo volvió a ver y a tocar y a besar y hacerlo suyo en un cubículo del  baño  y aunque lo siento vibrar y sentirlo tan suyo, supo que no lo era,  cuando al salir repitió la misma palabra.
 
 
Porque el sintió  que se rompió, cuando el le dijo adiós.

Notas finales:

Espero que me haya dado a entender  en la relación de las historias.  La relación entre los personajes, por ejemplo como se supone Baek conoce a Chan porque se hizo amigo de Soo en la fiesta y eso da la relación entre el capitulo 2 y 3 o  por ejemplo SeHun dice que tal vez no es "Tan alto" en el capítulo 4 donde se supone tiene una relación con JongIn siendo que Soo es bajito, pero es porque se supone que Luhan  lo cambio por alguien mas alto y es la  relación entre el capítulo 4 y 5 . También  hay palabras que se repiten a propósito como "Ya no mas" o "el.amor no vuelve" esta se la dice LuHan a SeHun por eso el se la dice a sus clientes. Trato de dar entender que estudian o trabajan. La historia no esta ordenada cronológicamente y fue a propósito, a lo mejor sea molesto al leerla, pero así la planeé, si se dan cuenta cada historia responde la pregunta del resumen del fic.
Que rollo me avente, si hay dudas preguntenme. Gracias por leer.
 
 
Ahora si esta finalizada
 


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