KyungSoo.
—Estas seguro, digo a mi no me importa que estés aquí.
—Lo se y te lo agradezco, pero no puedo vivir eternamente contigo.
Estas exagerando no ha sido eternamente.
—Para mi lo es.
—Por favor, aun no estas bien, Kyunggie déjame cuidar de ti.
—Ese es el problema Baek, he dejado que cuiden de mi por lo últimos años, que debo aprender a cuidarme a mi mismo.
—Pero…
—No te preocupes, voy a estar bien, lo se, ahora lo se.
—Has estado llorando todos estos días, ¿Quién va a consolarte si yo no estoy a tu lado?
—Afortunadamente estuviste conmigo para sostenerme, pero es momento de seguir adelante, no puedo sentarme a llorar toda la vida, es hora de seguir adelante —BaekHyun lo mira dudoso —No te sientas culpable, me siento mucho mejor ahora, anda ve a la oficina, no pasa nada, casi termino de empacar.
—Esta bien, pero dejaras que me quede unos días en tu nuevo departamento mientras te acostumbras.
—Si , claro—BaekHyun suspira un poco temeroso, pero realmente necesita ir a la oficina.Le da un abrazo extremadamente largo y extremadamente empalagoso para gusto de KyungSoo pero sabe que lo hace con una intención sincera, así que lo acepta.
Cuando KyungSoo se queda solo, se siente en la cama y guarda algunos libros en una caja, es inevitable revivir el día en que dejó el departamento.
La misma sensación repta por su garganta y se convierte en un sollozo.
La verdad es que habían sido días de purgatorio, porque era el recuerdo constante de pagar por sus pecados, pues si bien JongIn había sido el infiel en la relación, KyungSoo sabia que el había sido infiel consigo mismo.
¿Quién es el peor enemigo del hombre sino el hombre mismo. Las primeras semanas, no pudo evitarlo, estaba sensible, JongIn no lo busco, sintió como su corazón se resquebrajaba solo para confirmar que la relación estaba rota, denotando que fue un alivio para el otro darle su liberad.
Se preguntaba en que momento JongIn vivió como cautivo entre sus brazos, en que momento comenzó a asfixiarlo, en que momento se equivoco.
Las preguntas en redondel giraban una y otra vez en su cabeza, culpándose constantemente, sufriendo en silencio, hasta que se percato que no había culpables, solo hechos, el porque y el quien ya no importaban, lo realmente imprescindible era decidir en el ahora, cuando realmente la verdad golpeo a KyungSoo fue cuando pudo tomar la decisión.
No podía negar que dolía, era hiel en la garganta, difícil de disolver, necesitaría tiempo, ¿quien no estaría después de años de relación?, pero ahora sabia que no era imposible.
Hubo amor, hubo pasión, hubo un amor real, no de fantasía, vivió, amó, fue feliz y disfrutó, no podía renegar del pasado, hubo frutos saludables en el tiempo que lo vivió.
Pero se dio cuenta que regresaba a las viejas practicas de antaño, donde se conformo con tan poco. Cuando conoció a JongIn se dio cuenta que no volvería a vivir con sobras de amor, por eso, cuando JongIn le dio todo, no dudó, pero ahora fue JongIn mismo que le recordó la lección: Quería todo y si no era así, no quería nada.
JongIn ya no tenía nada que ofrecerle.
Hacia dos semanas lo volvió a ver, no pudo evitar sentir su corazón compungir, era humano, era sensible, verlo atractivo, con su aura masculina, tan guapo, tan su pasado, vaya que dolió. Acordaron montos económicos, JongIn le daría lo que le correspondía por el departamento, estaba a nombre de el y KyungSoo no tenia ninguna posibilidad de quitárselo, además de no querer hacerlo, estaba consciente que la mayor cantidad la pagó JongIn, no haría pataletas para arruinarle el día, o la vida o su relación.
¿Qué ganaria?
Solo mas odio, mas rencor, mas tristeza, mas dolor…
Contrario a lo que muchos piensan, odiar daña mas a quien odia que a quien es odiado, pues la vida se filtra en ella.
Decirle adiós, por segunda ocasión fue más doloroso que la primera. Porque ahora era un adiós definitivo, sin vuelta atrás, ahora estaba totalmente seguro.
Pero se reconstruiría, claro que lo haría. Su vida no terminaba.
Había proyectos pendientes,
estudios aplazados,
viajes postergados.
Volvería a escribir,
Regresaría a la escuela de cocina,
Tal vez viajaría a Daegu.
Porque el podía y el quería ser feliz. El y solo el era su futuro.
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JongIn.
Lo observa desde la puerta de la sala de reuniones, esta con un cliente implacable, que trata de despojar de todo lo que puede a su exmarido, puede escuchar claramente como el sujeto llora pidiéndole a la mujer de fino traje y peinado de salón que le deje ver a sus hijos.
Sabe del caso, sabe que todo gira entorno al dinero, sabe que lo va a conseguir. No es muy su estilo, siente que incluso no es muy ético, tal vez si lo es, pero no esta de acuerdo, pero no toma el riesgo de decírselo, porque sabe que volver a tocar el tema es despertar a la Gorgona, con mirada que paraliza y despoja del alma. Una vez lo hizo y no volverá a cometer el mismo error.
Se sigue de largo, no quiere provocarlo, hoy es noche de viernes y espera sea especial.
Una cena,
Un baile candente,
Sexo salvaje,
Un beso al despertar.
Sabe que pide mucho, no por la cena, no por el baile, no por el sexo salvaje, eso es poco, eso es nada. Lo difícil es el beso al despertar.
Entra a su oficina y se sienta frente a su gran escritorio de nogal oscuro, en su gran asiento de cuero negro, frente al gran ventanal, con su gran titulo a cuestas.
Sin embargo frente a el, se siente minúsculo, tan débil.
SeHun es ausencia de gentileza, de ternura o candor, en cambio es toda aura, toda potencia, todo poder- o prepotencia-, pese a ello, le gusta. Desde hace tiempo.
Se reclina y piensa ¿Por qué puede ser tan estúpido de querer estar con alguien así?
Después de todo, alguien mas lo amaba –o ama- con gentileza, con ternura y con amor, ese que desde la universidad, en la austeridad y en la prosperidad lo ha amado.
Suspira, enciende un cigarro mentolado, dando una bocanada recuerda, sus días antes de KyungSoo, todo fiestas, todo sexo, toda locura y desenfreno, chicas y de vez en cuando algunos chicos, la diversidad, lo novedoso, lo excitante.
Conocer a Kyungsoo fue un remanso, un oasis en el desierto, la incandescencia y el romance. Fue bueno, demasiado bueno, pero a veces, lo bueno también cansa.
Cuando llego SeHun a su vida, hace casi un año, con su presunción, su prepotencia, pero sobre todo su lujuria, fue un arrebato, un incendio forestal que arraso con todo, incluyendo a KyungSoo.
Fue inevitable.
Era tan adictivo, pensó que seria temporal, un sol ardiente en un día de verano, se quemaría, pero valdría la pena el recuerdo. Pero no paso, se apropio de su cuerpo, de su mente y hasta de su alma.
JonGin aplasta la colilla de cigarro en el cenicero de cristal cortado que KyungSoo le regaló en un aniversario —ironico, cruel y metafórico- enciende otro, esta un poco ansioso, no puede evitarlo.
Se había dado cuenta de algo hace unos días.
Estaba enamorado de SeHun.
¿Extraño? ¿Irracional? ¿Innecesario?
Todo lo contrario, SeHun encendió su alma , las llamas no solo eran sexuales, eran pasión, era estar vivo, era sentir mas allá de la rutina y las buenas costumbres, era vivir, era saltar al precipicio sin saber si sobreviviría y sin embargo, claro que lo quería, quería estrellarse contra ese maldito abismo, si eso lo hacia sentir vivo.
Era un adicto a SeHun, a su cuerpo, a sus labios, a su pene, a sus jodidos jugos amargos y su comida insípida, a su obsesión por hacer ejercicio y a su desorden
Ilógico y a la vez coherente.
Era el villano, tal vez si, tal vez no, tal fueron las circunstancias, el pretexto o la razón o todas juntas.
El destino.
Estaba consiente de todas las cualidades de KyungSoo, sabia que debía irlo a buscar cuando al llegar muy tarde una noche, se percató de su ausencia en la cama que simulaban compartir, cuando se dio cuenta que algunas de sus cosas ya no estaban en el departamento, cuando distinguió el anillo de pareja en el velador …debió ir por el, pero…
¿Quien no ha despreciado al buen chico,
al amable,
al perfecto caballero,
“al buena gente”
al “lo aman todos”? por …
El extraño,
el carente de belleza ,
el divergente,
el todo vicios,
el no pulcritud ,
el irrespetuoso,
el indolente,
el que no sabe amar.
¿Quien no ha amado al ser imperfecto con ojos de perfección?
¿Quién no lo ha hecho?
Es Porque cuando se ama se es irreverente. JongIn amaba, con esperanzas, con anhelos, con el deseo de mantener una relación.
La cadena de pensamientos es interrumpida.
—Mierda JongIn, te he dicho que no fumes en tu oficina, es cancerígeno este humo, será mejor que me largue. —Entra el rubio con cara de desagrado, sacudiendo el aire, molestando a las partículas suspendidas en el aire.
Y ahí estaban sus palabras románticas dela mañana. Como casi cada mañana que lo iba a ver.
—Lo siento cariño. —JongIn rápidamente rompe el cigarro ante el ceño fruncido de SeHun.
—Nada de ridiculeces con apodos de parejas cursis. —JongIn piensa que si sigue arrugando asi el ceño, no tardara en pedir botox y sonríe por el pensamiento.
—Ok, ok entiendo.
—Pues parece que no entiendes, porque sigues diciendo esas estupideces.
Jongin ya no se siente ofendido, a veces duele un poco, pero solo un poco. —¿Las cosas no salieron como esperabas?
—¡NO!, estúpidos recuerdos románticos, el tipo le resonó cuando le pidió matrimonio en la playa y como titilaban las estúpidas estrellas como sus estúpidos ojos y ella comenzó a llorar y a berrear como en teatro kabuki, perdí la cuenta por unos insignificantes recuerdos. ¡Mierda!
—JongIn rie de los ademanes y tonos de voz que hace SeHun, es gracioso sin quererlo.
—No se que te parece gracioso.
—Nada, solamente pensé que podíamos salir esta noche, creo que eso te servirá para relajarte un poco.
—Nada de cursilerías… —Dice de mal modo con cara indiferente.
—No, podríamos ir a …—La cita con cena romántica y el baile ya no es una opción. —Un bar, unas copas…
—Si, como digas… no te quiero en mi cama después del sexo esta noche, te advierto.
—Tal vez conozca a alguien en el bar que si quiere que le caliente la cama. —JongIn lanza una carta en un juego que espera no perder.
SeHun lo ve furibundo, una vena en su frente lo delata.
—Voy a cortarte las bolas.
JongIn sonríe y se toca la entrepierna fingiendo dolor —¡Ouch!
SeHun ha permanecido cerca de la puerta todo el tiempo, corre el pestillo y se acerca insinuante a JongIn, en lobo persiguiendo a su presa, con lentitud, con rudeza lo jala de la corbata levantándolo de un tiro.
Lo besa, lo succiona, le roba el aire y una gran parte de la lengua, sin piedad y con ansias. JongIn lo hala, lo siente entumecer como el mismo está. Unas manos rudas jalan el cabello, es un beso agresivo, es un beso de hombres, carente de romance pero lleno de pasión.
Cuando el beso termina SeHun lo avienta, al asiento y se recarga en el antebrazo.
—Que no se te ocurra JongIn… esa polla la prefiero en mi culo, que en el contenedor de basura de alguna calle oscura de la ciudad. —Le pasa el dedo por el cinturón, por la entrepierna y la aprieta sutilmente, es mas bien un movimiento sensual que hace que el miembro de JongIn se endurezca.
Sabía que lo provocaría, porque SeHun odia el romanticismo, pero ama el drama.
Camina hacia la puerta —Te espero en quince minutos en el cuarto de intendencia, parece ser que el jabón se ha acabado y me gustaría que me ayudaras a corroborarlo.
JongIn sonríe —Claro, te veo ahí —Es el sexo intrépido al que lo ha acostumbrado SeHun, con el temor de ser sorprendido que lo vuelve tan excitante.
Aunque JongIn espera mas de el, mucho mas, pero sabe que SeHun necesita tiempo.