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LOVE/ EXO (De amor e infidelidad) por Linlim

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Notas del capitulo:

En un arrebato de inspiración escribí, así que es probable que ...

—Tal vez después de todo no haya sido una buena idea venir a la fiesta. 
 
Comenta a lo bajo y comenta a la nada,  porque realmente parece que a nadie le interesa. Se arrepiente de haber aceptado ser arrastrado -voluntariamente- a un lugar donde no conoce a nadie o si los conoce, es  solo superficialmente. Su escudo siempre ha sido su cerebro y por desgracia aquí no puede usar su arma favorita: su lengua vivaz y bastante mordaz.
 
 
Toma un vaso rojo y vierte  la mayor cantidad en su boca, pensando que tal vez así pueda entretenerse en algo o no pensar en algo o aprovechar algo de tan concurrida fiesta.
 
 
A lo lejos ve a su amigo bailando con un tanto de cadencia, otro tanto de sensualidad y algo que pudiera ser búsqueda del equilibrio. La chica que lo acompaña  solo es tapadera de su verdadera intención, un chico alto, demasiado alto que los mira bailar. Tal vez lo vea a el o a la chica o ambos.
 
 
Se recarga en una pared y muerde el borde del segundo vaso que sus manos tocan. Su tolerancia es cero ante las bebidas, piensa  que sino hubiera venido estaría repasando sus notas. Tal vez no suene divertido,  pero es su distracción preferida.
 
 
Se imagina mentalmente en  el  dormitorio reordenando sus libros, por supuesto de manera alfabética, como siempre ha sido, como siempre debe ser.
 
 
Su amigo arrastra a la chica rubia tomándola de la mano. Se plantan frente a el, están muy sudados y no puede evitar el repelús al ver como gotas de la frente de su amigo resbalan hasta las muy bien delineadas cejas.
 
 
—Baek, estás hecho un asco.
 
 
—Claro y tú eres muy amable.
 
 
—Vamos Kyung te llevaré a presentar a unos amigos para que no te aburras. —Le dice la chica en tono conciliatorio para evitar una guerra.
 
 
La chica está enamorada de BaekHyun, este lo sabe, pero no la rechaza, pero tampoco le dice la verdad. Ella no es su tipo, porque su anatomía carece de una parte que a el le hace gozar y gritar. Pero aquel chico alto de orejas peculiares si la tiene y si todo es proporcional a su estatura, definitivamente podría hacerlo feliz…y también gritar.
 
 
Ambos son jalados  por la chica, que queda en el centro. Ambos son enlazados por sus pequeñas y delicadas manos. Pero una mano es la que ella oprime mas, cerca de sus caderas.
 
 
—Hola chicos.
 
 
—Hola Taeyon, que linda estas hoy.
 
 
Un chico de rasgos muy masculinos y piel bronceada atrapa la atención de KyungSoo, su cabello cae ligeramente sobre sus ojos, su sonrisa es encantadora…pero sobre todo tentadora. Pasa lentamente su lengua por sus abultados  labios mientras habla con la chica. Pero ella lo ignora. Ella solo tiene ojos para quien no tiene ojos para ella.
 
 
—Miren chicos les presento a KyungSoo , es amigo de Baekkie, por favor cuiden de el mientras nosotros bailamos.
 
 
Es abandonado nuevamente, pero ahora su corazón salta y su boca no alcanza a decir algo. Los demás chicos se presentan con el, todos tienen vasos en sus manos, no recuerda ni siquiera el nombre del primero que se presenta. El solo asiente ante cada nombre, excepto uno.
 
 
—Me llamo JongIn, pero todos me dicen Kai en el equipo.
 
 
—¿Que juegas?
 
 
—Futbol americano.
 
 
Lo dice como si nada y sin embargo para el es mucho. Ahora entiende los fuertes brazos y la amplia espalda y no se da cuenta  porque se  haya quedado mirando ese espectacular cuerpo o porque se imagine que bajo la polera deportiva debe tener unos marcados abdominales. Tal vez solo lo vio de soslayo o lo vio fijamente. Que importa, a nadie le importa, solo a el. 
 
 
 
La plática continua y aunque no lo incluyen, porque es mas que obvio que el no tiene nada que decir sobre las prácticas del día anterior en el campo de futbol o de las chicas que van al gimnasio a hacer ejercicio y tienen un cuerpo espectacular. El no tiene nada que aportar, ni siquiera tiene experiencia en posiciones sexuales o felaciones hechas por chicas. El las ha hecho, pero eso no cuenta para esos jóvenes estudiantes universitarios.
 
 
La  noche muere lentamente, se aleja para acercarse un poco al amanecer, pero solo un poco. La gente empieza a dispersarse dentro la casa donde se hace la fiesta, buscan rincones oscuros, solitarios e íntimos. Pero el no tiene con quién dispersarse, además  el sabe que el suelo en esa casa  es peligroso, porque se mueve sin previo aviso.
 
 
Quedan solamente tres personas del grupo que cuidó de el mientras su amigo bailaba. Busca con la mirada a su amigo pero ha desaparecido.
 
 
—Nos vamos… ¿esperarás a tu amigo?
 
 
Se van ellos dos, no KyungSoo, el no es amigo de ellos, ni parte del equipo.
 
 
—Si…supongo…—No quiere esperarlo, quiere irse con ellos, pero sabe que es solo por cordialidad la pregunta.
 
 
—Espera, voy al baño. —Le dice al otro chico que parece más dormido que despierto.
 
 
JongIn  si dirige al baño. La música sigue, unas parejas bailan por aquí y otras mas allá, pero solo son pocas. KyungSoo camina con dificultad pero con paso decidido. Se acerca a la puerta y no sabe que hacer o decir, pero el alcohol en la sangre le da el valor y la abre.
 
 
El chico moreno está recargado sobre el lavamanos, viendo hacía la puerta, esperando.  Lo mira bajo  el cabello que le tapa un poco los ojos, tiene la cabeza inclinada un poco hacía la derecha y los brazos cruzados sobre el pecho. Se pasa lentamente la lengua por los pulposos labios, le sonríe de una manera maligna que a KyungSoo le eriza la piel.
 
 
Da dos pasos con esas musculosas piernas  y llega frente a el, cierra la puerta y  lo estampa en ella. Le da un beso apurado, sin darle tiempo,  le ha tomado los labios, la lengua y el aliento. Las manos recorren un corto camino llegando hasta los glúteos, los amasa un poco, le gusta lo que siente. Lo voltea dejando la mejilla del chico pálido recargada sobre la fría madera. 
 
 
—Pensé que te gustaba TaeYon.  —Suelta el pensamiento en un susurro.
 
 
—Y me gusta, pero en la vida siempre hay que tener  posibilidades.
 
 
Siente la fuerza de su cuerpo contra el suyo, pero cuando siente el miembro duro pujar contra el,  sobre la ropa,  tiene tiempo de reaccionar.
 
 
Ya no más.
 
 
Se había prometido a si mismos no  volver a permitir que usaran su cuerpo. No iba a mendigar que lo amaran, como fuese, quien fuese. No volvería a regalar su cuerpo por tan poco… quería todo y sino, prefería  nada. Nunca más a medias.
 
 
Lo empuja y el chico queda confundido. Sale con dificultad  del baño tratando de no escuchar las maldiciones e improperios que grita el apuesto chico de sonrisa encantadora   que queda dentro.
 
 
Camina por el pasillo y encuentra al chico alto de grandes orejas y le sonríe.
 
 
— ¿Estas bien?
 
 
—No, no lo estoy. 
 
 
 Al menos ese día, hizo un amigo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Escondido o habituado,  está en su lugar seguro. Ama los libros y aunque no puede decir que los libros lo aman a el, se refugia en ellos.
 
 
Un grueso libro de economía yace sobre otro del mismo titulo,  pero  este es un poco más grueso y avejentado. La bibliotecaria poco puede entender como el sigue prefiriendo el papel a lo digital,  pero aún así le agrada.
 
 
El lugar es calmo y eso le permite sentirse en paz. Pero pierde la calma cuando se da cuenta que  le hace falta un autor y no comprende  como pudo olvidarse  de el. Es un delito inconcebible, piensa. Regresa a los estantes y camina con calma buscando, los ubica a casi todos, pero este no. Levanta la mirada y ve del otro lado del anaquel. Es el chico bronceado de sonrisa perfecta y su estomago da un vuelco.  Trata de disimular tomando un tomo de alguien que no conoce y que no le interesa,  pero finge leer un idioma que no entiende.
 
 
—Hola.
 
El cabello ya no tapa sus ojos, va bien peinado de lado, la polo de tono amarillo con una franja celeste le da un aire cálido y tierno, lejos de ser tentador y sexualmente interesante.
 
 
—Hola.
 
 
—Que casualidad que estés aquí.
 
 
—Siempre estoy aquí por las tardes.
 
 
Pero JongIn eso ya  lo sabe. Lo sabe  desde hace varias semanas, cuando un día entro buscando un código legal y por casualidad lo vió.  Sabe  que el chico se refugia aquí cuando el ocaso inicia. Sabe que  camina por los  pasillos de los libros de economía y de vez en cuando por el de literatura universal. Sabe que suele oler los libros  cuando los lleva a la mesa pensando que nadie lo observa. Sabe que cuando lee,  arruga el entrecejo sino lleva lentes. Sabe que cuando no sabe las respuestas golpea con la goma del lápiz su cabeza,  pero  cuando encuentra la respuesta correcta en los libros, sonríe y sus labios forman un corazón. 
 
 
El sabe muchas cosas y no sabe nada. 
 
 
El quiere saber cual es su película favorita, que prefiere comer y cual es mejor recuerdo de su infancia. Quiere saber  en que parte del cuerpo tiene cosquillas, a que saben sus labios y que gestos hace cuando se queda dormido por las noches.
 
 
El quiere saberlo  todo.
 
 
KyungSoo cree que desde la entrada de la biblioteca se puede escuchar el sonido de su corazón, como si su tórax funcionara como una caja de resonancia, cuando el chico se para frente a el.  Sus manos empiezan a humedecer la pasta delgada del libro que yace inerte entre sus manos. Siente que tal vez hace bizcos al mantener su mirada sobre los ojos del chico que se le acerca lentamente. También siente que le falta el aire cuando el aliento tibio y mentolado choca sobre su rostro y aterriza sobre sus labios. 
 
 
Siente que el mundo se detiene. 
 
 
Los labios gruesos y masculinos se deslizan sin prisa sobre los suyos, apenas en un tenue toque. Tal vez es el miedo, la timidez o ambas. Piensa  que tal vez el otro chico no es sincero, pero el pensamiento vuela tan rápido como llego, cuando siente unos brazos acercarlo un poco mas y los labios sonríen sobre los  de el. Ambos están felices. Lo siente y lo sabe.
 
 
Lo que KyungSoo no sabe es que hace tiempo que logró que ese chico,  esté enamorado.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Notas finales:

Anniong!!!


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