Narra Kiba
—¡Te digo que no, de veras! Eres un tonto si piensas lo contrario —Naruto hablaba exasperado.
—Naruto, no seas terco. —Sasuke lo miró molesto.
—Ya déjenlo, en realidad...
Me quedé a mitad de frase cuando un aroma me atrajo impidiéndome seguir pensando con claridad.
Era como la brisa de las mañanas, dulce como el perfume que desprenden las flores, una mezcla única y difícil de interpretar, tan sensual que el calor subió a mis mejillas.
«El olor de una persona es lo más importante», ese era mi lema.
Cuando mi mente recuperó la razón busqué con desesperación al ser que desprendía tan fascinante olor. Y ahí estaba detrás de mí, sentada dándome la espalda, con el pelo largo, lacio y hermoso.
Mis amigos unos pasos por delante se giraron al notar que me había quedado atrás y yo me acerqué corriendo a su lado.
—Chicos, no lo van a creer, pero la joven que está en la banca de atrás, es el amor de mi vida —susurré para que solo ellos escucharan.
—¡¿Qué?! ¿Estás loco? ¿La conoces? —mi rubio amigo me cuestionó sorprendido.
—Es difícil de explicar, pero simplemente lo sé —hablé con una posible cara de bobo.
—¿En serio? —Sasuke enarcó una ceja—. Te reto a que le digas linda. —Me miró con malicia.
—¡¿Qué?! No, ¿qué tal si la asusto? —Sentí mis mejillas arder.
—Eres un cobarde. —Se cruzó de brazos y estaba a punto de girarse cuando lo detuve.
—Está bien... Pero solo porque necesito llamar su atención.
Subí las mangas de mi camisa, inflé el pecho, froté mis manos y al acercarme lentamente en su dirección su maravilloso olor guió sin mi permiso a mi nariz justo a su cuello.
—Linda, tienes un aroma delicioso. —Mi voz salió sin pensar.
Como en cámara lenta al alejarme un poco para mirarla, se giró y... ¡Un chico!, escuché la sonora carcajada que soltó Sasuke secundada por Naruto y de un par de personas que pasaron a nuestro lado.
Ahora no solo era mi nariz, también mis ojos.
Su expresión de enojo, hacía que su bello rostro se arrugara por la frente y con sus labios en una mueca, me dejó sin aliento.
—Lo... lo siento —hablé torpemente.
Llevé la mano a mi boca para tratar de cubrir el calor en mis mejillas. Era el chico más apuesto que había visto en toda mi vida.
El tiempo que al principio me pareció detenerse, ahora fue demasiado aprisa para mis aturdidos sentidos, recuerdo vagamente su mirada molesta y escuchar sus pasos alejarse sin darme la oportunidad de recuperarme.
• • •
—En serio chicos, se los juro, fue directo al cuello del tipo. De veras. —Se secó una lágrima que amenazaba con salir de su ojo.
—¡Ya dejen de burlarse! —Le grité a mis amigos y giré en dirección al azabache—. ¡Sasuke! ¿Por qué no me dijiste que era hombre?
—No habría sido divertido, además el impacto que tuviste en ese tipo fue grande, mira que hacerlo marchar como alma que lleva el diablo —torció los labios—, probablemente nunca olvide este día.
—¡Pero me va a odiar! —Mi rostro se puso blanco.
—¿Era cierto cuando dijiste que era el amor de tu vida? —Me interrogó Gaara.
—No lo sé —ahora sentí el calor subir a mi rostro—, pero jamás había olido a alguien así.
—Que tú digas eso, Kiba, me inquieta —me miró Sasuke—. Tú eres el que mejor olfato tiene y siempre andas diciendo que las chicas son las que mejor huelen.
—¿Olía tan bien? Ya me entró la curiosidad...
—A mí también —habló Gaara.
—No, jamás lo sabrán. —Los miré enojado para advertirles que se alejaran de mi chico.
Todos estallaron en risas por mi acción, lo estaban pasando en grande a mi costa y eso me hacía querer golpearles, bueno, casi a todos, porque Shino se había mantenido apartado y callado.
—Como sea, ¿vamos a seguir jugando? —les dije molesto—, ¿o seguirán burlándose de mí?
• • •
—¿No les parece buena idea? —El chico detrás de la barra nos preguntó.
Después de terminar el partido nos fuimos a beber a un bar cerca de la cancha donde solíamos jugar.
—Yo creo sería divertido y con más integrantes podemos jugar un partido decente de baloncesto —opinó Gaara y se llevó una mano a la barbilla.
—El ajedrez también puede ser entretenido. —La voz de Shino me sobresaltó.
Sasuke y yo solo asentimos.
—Bien, por nosotros no hay problema, al contrario, nos encantaría, de veras. —Naruto estaba emocionado y desprendía un aura de entusiasmo.
—Genial, mañana les digo a mis amigos, pero estoy seguro que les gustará la idea. —El barman nos guiñó el ojo.
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Era martes por la tarde, el cielo estaba despejado y prometía permanecer así el resto del día, los chicos del club de ajedrez resultaron ser muy agradables, rápidamente entramos en confianza y solo faltaba conocer a uno que el día anterior se había enfermado.
Por el momento todavía no llegaba y estábamos calentando cuando de repente sentí que alguien me miraba.
Levanté la cara y me encontré unos ojos perla temerosos.
Las risas de Naruto y Sasuke no se hicieron esperar, mis amigos y los suyos se acercaron en su dirección, haciendo comentarios que provocaron una burla general.
El chico de las cejas amplias pasó su brazo por los hombros de mi chico, pero él lo apartó bruscamente.
—No le veo la gracia. —Levantó una ceja molesto.
—Yo ya me disculpé, fue un malentendido. —Traté de hablar lo más confiado posible.
Tenía que calmarme, no quería que de nuevo se llevara una mala impresión de mí.
Después de las presentaciones, descubrí que no se fiaba completamente, ya que apenas rozó mi mano.
El partido comenzó y para mi buena suerte él estaba en el equipo contrario, así podía seguirlo sin parecer sospechoso.
Conforme avanzaba el juego mi concentración se fue perdiendo, el sol nos daba directamente y comenzamos a transpirar. El agradable olor de Neji se intensificó y no sé en qué momento perdí completamente la razón, tan solo seguí mis instintos y cuando desperté de mi locura me encontraba encima de él, con mi nariz de nuevo en su cuello.
Sentí como su cuerpo se tensó debajo del mío y se movió, pero no fue hasta que sentí dos pares de brazos levantarme que reaccioné.
Se notaba molesto y cuando se giró vi con horror que le sangraba la nariz. «Que idiota soy», me sentí tan culpable por verlo en ese estado.
—En verdad lo siento —hablé asustado.
No sabía qué hacer, lo había arruinado de una forma espectacular.
—¿Qué pasa contigo? Sabes, no estamos jugando lucha libre. —Me atacó Sai.
—Yo lo lamento, en verdad. —El calor subió hasta mis mejillas.
Trágame tierra.
—Neji ¿cómo te sientes? —Lee alzó la voz y todos dirigieron su mirada hacia el chico de pelo largo.
—Estoy bien, no es nada —se limpió con el dorso de la mano—, pero me voy a casa.
—¿Qué? Apenas está comenzando lo divertido, de veras. —Naruto le miró con tristeza.
—No se preocupen por mí, ustedes continúen. —Se levantó del suelo recargando su peso en las rodillas.
—Déjame llevarte a tu casa, es lo menos que puedo hacer. —Traté de ayudarlo, pero se apartó rápidamente.
—No es necesario —sentí su odio—, nos vemos chicos y diviértanse.
• • •
Joder. ¿Por qué me pasan estas cosas a mí? ¿Por qué pierdo la cabeza por su olor? ¿Acaso soy un enfermo acosador?
Debía odiarme, yo me odiaría en su lugar, incluso me odio ahora, joder.
Me revolví en la cama desesperado y el tacto húmedo de una lengua en mis dedos me tomó por sorpresa.
—Akamaru, soy un tonto. —Acaricié su cabeza mientras él movía su hocico en busca de más atenciones.
Era tan patético, incluso Akamaru me tenía que consolar.
Después de que Neji se marchó me sentí terrible y me despedí de todos.
Sentía las miradas de reprobación de sus amigos y para nada los culpaba, lo había tirado sin sentido alguno haciéndole daño; mis amigos me miraban preocupados y los mensajes sarcásticos que recibí por la noche en el grupo en línea no me ayudaron a mejorar mi estado de ánimo.
Sasuke: ¿Qué pasó Kiba? Por qué tanta agresividad, si el cara de estreñido no te lo va a quitar.
Gaara: ¿Yo? ¡Oh, ya! te viste en un espejo.
Gaara: Preocúpate por tu rubio teñido que no le quitaba los ojos de encima.
Naruto: Como no lo iba a observar si me daba lástima que no se pudiera mover sin tener a Kiba encima de él.
Naruto: Y no le hagas caso, tiene envidia de nuestro amor.
Sasuke: ...
Gaara: Como sea, no metan aquí su cursilería gay.
Gaara: Kiba, no sabía que eras masoquista, pero creo al chico no le gustó ser el sumiso.
Naruto: Un poco de delicadeza no te vendría mal.
Sasuke: Enséñale quien manda... Pero primero deberían ser algo. ¿No?
Naruto: Sí ¡tonto!
Gaara: Eres todo un aventado... Literal.
Naruto: ¡Kiba, contesta!
Naruto: KIBA, KIBA.
Gaara: Debe estar oliendo la ropa que rozó a su linda.
Sasuke: Es todo un acosador, igual y está afuera de su casa.
Kiba: ¡Ya cállense!
Naruto: Te atraparon, de veras.
Gaara: No te enojes, si quieres yo te ayudo a que lo conquistes.
Naruto: ¡Lo tengo!
Naruto: ¡Mañana llévale flores!
Sasuke: Es un chico, no una chica, tonto.
Naruto: Entonces... ¿Chocolates?
Sasuke: ¿Qué parte de chico no entiendes?
Naruto: ¿Qué? A todos nos gustan... A mí me gustan.
Naruto: Tú nunca me regalas nada.
Gaara: Ignora eso y mejor pon atención a mi plan...