Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A life of lies por ardnas

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Después de esa incomoda conversación con la castaña se dirigieron a su clase con la profesora McGonagall, allí fue donde la misma profesora les dijo la poca fe que le tenía a la adivinación, esto tuvo como resultado que Hermione siguiera con sus comentarios y que por consiguiente se peleara con Ron.

— Esa clase fue una porquería comparada con la de Aritmancia —. Cogió la mochila y se fue sin despedirse.

Ron la siguió con la vista, frunciendo el entrecejo. — Pero ¿de qué habla? ¡Todavía no ha asistido a ninguna clase de Aritmancia!

— Un rato después —

Harry se encaminaba junto con Ron y Hermione a su primera clase de Cuidado de Criaturas Mágicas (digámosle CCM a partir de ahora), estos dos últimos aún no se dirigían la palabra desde lo ocurrido en el almuerzo, tratando de ignorarlo lo mejor que pudo visualizó una espalda muy familiar, al parecer tendría que compartir esa clase con Malfoy, lo que le sorprendió fue no ver a Crabbe y Goyle acompañarlo, ellos se encontraban bastante alejados del rubio.

Hagrid aguardaba a sus alumnos en la puerta de la cabaña junto a Fang.

— ¡Vamos, daos prisa! — Gritó a medida que se aproximaban sus alumnos —. ¡Hoy tengo algo especial para vosotros! ¡Una gran lección! ¿Ya está todo el mundo? ¡Bien, seguidme!

Harry consideró la terrible posibilidad de que Hagrid los llevara al bosque prohibido, si su gigante amigo hiciera eso la verdad es que no le sorprendería, afortunadamente solo los llevó por el límite de los árboles y se detuvieron en un prado que no tenía nada.

— ¡Acercaos todos a la cerca! — gritó —. Aseguraos de que tenéis buena visión. Lo primero que tenéis que hacer es abrir los libros...

— ¿De qué modo? — dijo la voz curiosa y algo irritada de Draco Malfoy.

— ¿Qué? — dijo Hagrid.

— ¿De qué modo abrimos los libros? — repitió Malfoy. Sacó su ejemplar de El monstruoso libro de los monstruos, que había atado con una cuerda. Otros lo imitaron.

— ¿Nadie ha sido capaz de abrir el libro? — preguntó Hagrid decepcionado.

Harry sonrió divertido para llamar la atención de Hagrid y sacar su propio libro, lo acarició disimuladamente para que sus compañeros no vieran y lo abrió en la primera página que encontró. Recibiendo una mirada aprobatoria de Hagrid y 10 puntos para Gryffindor por ser el único en conseguirlo.

Todos los demás se le quedaron viendo como si tuviera una segunda cabeza, ninguno entendía como él había podido hacerlo, cuando les vendieron los libros el señor de Flourish y Blotts no tuvo ningún problema, fue hasta que llegaron a sus casas que los libros comenzaron con sus desastres, pero todos eran orgullosos y ninguno se atrevió a regresar para preguntarle al dependiente como había podido manejarlos.

— ¿Cómo fue que lo conseguiste Potter? — preguntó un curioso y sorprendido Draco Malfoy que sostenía por la cuerda a su libro, estaba tratando de escapar.

En otras circunstancias Harry simplemente lo habría ignorado o dicho algo que le insultara, pero Malfoy parecía genuinamente interesado en saber la respuesta además de que estaba siendo bastante tolerable desde antes que comenzara el curso, tal vez se hubiera cansado de las rencillas y esa era su forma de demostrarlo, y si Harry era honesto consigo mismo a él tampoco le gustaban mucho, así que decidió corresponder a su gesto.

— Tienes que acariciarlo — dijo tomando el libro del rubio y desatándolo. — Mira...— El libro había intentado morderle pero rápidamente pasó un dedo por su lomo e instantáneamente  se tranquilizó. — Una persona me dijo que estos libros son como animalitos a la defensiva y hay que infundirles confianza — le entregó el libro a Malfoy.

El rubio asintió en silencio con la cabeza — Entiendo, gracias — y se puso a ojear su libro.

En otras circunstancias los alumnos se habrían quejado por el libro y Hagrid hubiera intentado calmarlos, pero la situación frente a sus ojos los superaba: Harry Potter y Draco Malfoy habían sido amables el uno con el otro, el-niño-que-vivió había ayudado a un hijo de exmortífago y este le había dado las gracias por ello, hasta el mismo Harry lucia sorprendido, el único que parecía no entender la extraña situación era el mismo Draco Malfoy, que seguía ojeando el libro sin prestar atención a las caras escépticas de todos.

— Eh... Bueno, ya que tienen sus libros iré por las criaturas mágicas, esperen un momento. — Se alejó de ellos, penetró en el bosque y se perdió de vista.

Malfoy solo se reía para sí mismo mientras pasaba las páginas del libro, habló al ver la curiosa mirada de los presentes. — Cuando saqué el libro en mi casa nos costó mucho trabajo atraparlo y después amarrarlo, mi padre terminó con el pelo todo desordenado, parecía dispuesto a deshacerse del libro, me estoy imaginando su cara cuando le diga que solo teníamos que haber acariciado la cubierta del libro — dijo volviéndose a reír.

Todos allí se imaginaron a sus padres cuando les contaran lo mismo y no pudieron evitar reírse con él, eso iba a ser épico. Mientras tanto Harry miraba con una pequeña sonrisa asombrada al rubio, estaba siendo muy agradable, mirando a su lado pudo notar a Ron removerse incomodo en su lugar.

— ¡Uuuuuh! — gritó Lavender Brown, señalando hacia la otra parte del prado.

Trotando en dirección a ellos se acercaba una docena de criaturas, las más extrañas que Harry había visto en su vida. Tenían el cuerpo, las patas traseras y la cola de caballo, pero las patas delanteras, las alas y la cabeza de águila gigante. El pico era del color del acero y los ojos de un naranja brillante.

Las garras de las patas delanteras eran de quince centímetros cada una y parecían armas mortales. Cada bestia llevaba un collar de cuero grueso alrededor del cuello, atado a una larga cadena. Hagrid sostenía en sus grandes manos el extremo de todas las cadenas. Se acercaba corriendo por el prado, detrás de las criaturas.

— ¡Id para allá! — les gritaba, sacudiendo las cadenas y forzando a las bestias a ir hacia la cerca, donde estaban los alumnos. Todos se echaron un poco hacia atrás cuando Hagrid llegó donde estaban ellos y ató los animales a la cerca.

— ¡Hipogrifos! — Gritó Hagrid alegremente, haciendo a sus alumnos una señal con la mano —. ¿A que son hermosos?

Harry pudo comprender que Hagrid los llamara hermosos. En cuanto uno se recuperaba del susto que producía ver algo que era mitad pájaro y mitad caballo, podía empezar a apreciar el brillo externo del animal, que cambiaba paulatinamente de la pluma al pelo. Todos tenían colores diferentes: gris fuerte, bronce, ruano rosáceo, castaño brillante y negro tinta.

— Venga — dijo Hagrid frotándose las manos y sonriéndoles —, si queréis acercaros un poco...

Nadie parecía querer acercarse. Harry, Ron y Hermione, sin embargo, se aproximaron con cautela a la cerca.

— Lo primero que tenéis que saber de los hipogrifos es que son orgullosos — dijo Hagrid —. Se molestan con mucha facilidad. Nunca ofendáis a ninguno, porque podría ser lo último que hicierais.

Malfoy escuchaba atentamente mientras miraba con un poco de pánico a los hipogrifos.

—Tenéis que esperar siempre a que el hipogrifo haga el primer movimiento — continuó Hagrid —. Es educado, ¿os dais cuenta? Vais hacia él, os inclináis y esperáis. Si él responde con una inclinación, querrá decir que os permite tocarlo. Si no hace la inclinación, entonces es mejor que os alejéis de él enseguida, porque puede hacer mucho daño con sus garras. Bien, ¿quién quiere ser el primero?

Como respuesta, la mayoría de la clase se alejó aún más. Incluso Harry, Ron y Hermione recelaban. Los hipogrifos sacudían sus feroces cabezas y desplegaban sus poderosas alas; parecía que no les gustaba estar atados.

— ¿Nadie? — preguntó Hagrid con voz suplicante.

—Yo — se ofreció Harry saltando la cerca.

— ¡Buen chico, Harry! — Gritó Hagrid —. Veamos cómo te llevas con Buckbeak.

Soltó la cadena, separó al hipogrifo gris de sus compañeros y le desprendió el collar de cuero. Los alumnos, al otro lado de la cerca, contenían la respiración. Malfoy entornaba los ojos con ¿respeto?

—Tranquilo ahora, Harry — dijo Hagrid en voz baja —. Primero mírale a los ojos. Procura no parpadear. Los hipogrifos no confían en ti si parpadeas demasiado...

Buckbeak miraba a Harry fijamente con un ojo terrible de color naranja.

—Eso es — dijo Hagrid —. Eso es, Harry. Ahora inclina la cabeza...

A Harry no le hacía gracia presentarle la nuca a Buckbeak, pero hizo lo que Hagrid le decía. Se inclinó brevemente y levantó la mirada.

El hipogrifo seguía mirándolo fijamente y con altivez. No se movió.

— Ah — dijo Hagrid, preocupado —. Bien, vete hacia atrás, tranquilo, despacio...

Pero entonces, ante la sorpresa de Harry, el hipogrifo dobló las arrugadas rodillas delanteras y se inclinó profundamente.

— ¡Bien hecho, Harry! — dijo Hagrid, eufórico —. ¡Bien, puedes tocarlo! Dale unas palmadas en el pico, vamos.

Harry se acercó al hipogrifo lentamente y alargó el brazo. Le dio unas palmadas en el pico y el hipogrifo cerró los ojos para dar a entender que le gustaba.

La clase rompió en aplausos, aunque de los Slytherin solo lo hizo Draco Malfoy.

— Bien, Harry — dijo Hagrid —. ¡Creo que el hipogrifo dejaría que lo montaras! — Súbete ahí, detrás del nacimiento del ala — dijo Hagrid —. Y procura no arrancarle ninguna pluma, porque no le gustaría...

Después de que Harry diera un vuelo bastante incomodo en el hipogrifo el resto de sus compañeros parecieron juntar confianza y se acercaron con cautela. Al cabo de poco rato los alumnos hacían timoratas reverencias por todo el prado. Neville recibía la ayuda de Hagrid porque su hipogrifo no parecía confiar en él.

 

Malfoy había escogido a Buckbeak, puede que confiando en que si Harry lo había hecho él también lo lograría. Pero para la sorpresa de todos los presentes, apenas se puso frente al hipogrifo este retrocedió temeroso, muy extraño.

— Por favor no te alejes — dijo Malfoy con voz ahogada y una mirada de disculpa —. No voy a hacerte daño.

Era una situación bastante bizarra, Malfoy trataba de acercarse sin ninguna de las precauciones que les indicó Hagrid y el hipogrifo, en vez de atacar como dijo el gigante que probablemente haría, daba pasos hacia atrás alejándose del chico como si quemara.

Malfoy bajó la cabeza en señal de derrota — Está bien — habló con un tinte de tristeza— ya no te molestaré más.

Y justo cuando comenzaba a retroceder Buckbeak dio unos pasos al frente y frotó su cabeza contra la mejilla derecha del Slytherin, cualquier temor del hipogrifo se había ido, incluso parecía que reconfortaba al rubio. El ojigris abrazó al hipogrifo por el cuello y recargó más su mejilla contra Buckbeak, este último se alejó aunque ya no por desconfianza, el Sly lo miró unos segundos confundido antes de montar sobre él y perderse por unos segundos en el cielo, cuando bajó recibió tantos aplausos como Harry.

— Bien hecho — dijo Hagrid aplaudiendo también —. Diez puntos para Slytherin por haber logrado montarlo (los mismos que le dio a Harry) y otros cinco por haber superado la desconfianza de Buckbeak.

Draco Malfoy solo le sonrió radiantemente.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).