Año 2010
"Nadie sabe de dónde viene o a dónde va, lo único claro es que es el mejor circo del mundo según lo que dice el voz a voz; los más esperados por personas de todas las edades en cualquier lugar. Son perfectos, divertidos e increíblemente talentosos, tanto, que no parecieran pertenecer a este mundo.
¿O quizá es así?
Quizá es un circo lleno de monstruos horribles que por alguna razón terminaron ahí, esclavizados para hacer reír a los humanos con su miseria. Quizá, es un circo repleto de seres maravillosos que quieren traer alegría al mundo, o disfrazarse de payasos mientras lo salvan.
O mientras se lo devoran."
Cuando el reloj dio las doce de la noche Jungkook decidió que había sido suficiente por aquel día; terminaría el artículo para su tarea luego, era momento de ir a dormir. Pensar tanto sobre aquel extraño lugar le carcomía la mente al punto de dejarlo sin sueño, pero debía intentarlo: no podía reprobar si quería ser el capitán en el equipo de fútbol ese año.
Lo que no imaginaba, claro, era todo lo que estaba por venir. No imaginaba que aquellos misterios que tanto deseaba desvelar lo absorberían en un mar de desdichas y horrores que, para bien o para mal, iban a cambiar el significado de su vida.
Y el significado que él tenía aplicado para la palabra "normal".
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Año 1989
--¡Corre!
El cachorro de la manada salió corriendo todo lo que le dieron sus pequeñas patas. La noche estaba helada, la tierra comenzaba a congelarse y el felino huía tanto como su vida dependía de ello.
--Lo distraeré --gruñó su hermana--. ¡Ocúltate, Jimin, corre!
El cachorro, que en su forma humana era un chico de diecisiete años, seguía en su forma gatuna moviéndose a toda velocidad. Lo último que escuchó fue a toda la manada yéndose en diferentes direcciones para evitar ser atrapados a la vez, así que él se desvió justo sobre el borde de un río y lo saltó.
Sentía esa horrorosa cosa yendo a sus espaldas, porque de todos los jaguares de la manada, la cosa había decidido irse persiguiéndolo a él. Giró de golpe sobre el borde del río y cambió de dirección, alcanzando a ver por el rabillo del ojo una enorme figura, de túnica negra y un objeto puntiagudo entre sus manos, justo a sus espaldas volando en el aire.
Esa horrible cosa volaba.
El minino gruñó haciendo eco en el bosque, espantando algunos pájaros, intentando ubicar a alguien más de su manada en busca de su socorro, pero nadie le respondió. Intentó esquivar a esa cosa moviéndose veloz sobre los matorrales, completamente presa del pánico, hasta que llegó a un claro en el bosque donde había lugar para esconderse. Entonces, sintió que algo duro y pesado cayó sobre su espalda.
¡Miau!
Escuchó una malévola risa salir de la cosa que lo atrapó, haciéndole encrespar los pelos de su peluda espalda.
--Al fin, lindo gatito --se burló la alegre voz.
Jimin soltó un bajo chillido aún en su cuerpo de jaguar, esperando que su madre o alguno de sus hermanos aparecieran, pero nadie se hacía presente.
Lo habían abandonado.
Sintió que ese algo le amarró sus patas traseras y delanteras, así como su hocico, pero por algún motivo no podía moverse, defenderse, ni siquiera soltar sonido alguno. No sabía qué era ese ser ni por qué lo quería, pero había conseguido aterrar a su jaguar hasta convertirlo en un gato sumiso y asustado.
Mamá... papá... hermana... ¿Dónde están?