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La maldición de la luna nueva. por Cam Rams

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Notas del capitulo:

he aquí la segunda parte....

Inu Yasha había corrido a su habitación, prendió las luces, todo su cuerpo dolía tomo un espejo de cuerpo entero de su closet, apoyándolo en la puerta del closet y trato de ver los daños, su ropa estaba intacta como siempre. Comenzó a quitársela…


El golpe de la puerta lo hizo detenerse y mirar a esa dirección.


 –abre  –la autoritaria voz de su padre lo puso nervioso, pero obedeció.


La mirada molesta de su padre lo perforaba, no pudo verlo o decir nada. Su padre se acercó tomando el cuello de la camisa y terminando de reventar los botones que su hijo había estado desabotonando, el brinco de su hijo no le sorprendió.


 –otra pelea  –dijo con desagrado dándolo por hecho.


 –… no es así…


 –no eres un maldito niño  –sentencio  –como demonios quieres que te lo diga, ¡deja las malditas fantasías! ¡esas sombras no existen más que en tu cabeza! ¡¡no son reales!!


 –…estas heridas…


 –te las hiciste tú  –lo interrumpió  –ya fue suficiente… los vecinos me dijeron lo de esta mañana, tu maestro me dijo lo de la escuela… te irás, te voy a internar, ya es suficiente.


Se alejó de él y salió de aquella habitación, no sin antes decir.


 –no voy a permitir que termines como mi hermano  –una brisa entro desde la ventana cuando cerró la puerta.


Sesshoumaru estaba detrás de Inu Yasha y lo sujeto cuando este por poco se desploma luego de que su padre cerrara la puerta.


 –tienes que tratar tus heridas  –dijo de manera tranquila.


 –tu brazo… no se ha recuperado  –dijo volteando a verlo y darse cuenta que no estaba –yo… lo siento…


 –cuando sea luna nueva volverá  –dijo como si nada.


Inu Yasha trato sus heridas como pudo siendo ayudado un poco por Sesshoumaru, luego trato de curar ese brazo, pero Sesshoumaru se negaba.


 –que me dejes verlo, deja de escapar…


 –no estoy escapando Inu Yasha. Ya he dijo que está bien.


 –que me dejes.


Cayó en la cama teniendo a Sesshoumaru debajo de él, el cabello plateado de ese ente parecía hilos de seda esparramados, la mirada penetrante de aquellos ojos dorados, no sabía qué le pasaba pero se sentía aturdido. Sostenía su peso con las manos, sin embargo, sus vientres estaban unidos, era extraño “no son reales” escucho la voz de su padre. Cerró los ojos e iba a levantarse, no obstante su espalda fue sujetada…


 –la realidad solo es algo de cada persona Inu Yasha  –susurro –deja de temer… y mira tú realidad…


La voz de Sesshoumaru parecía acariciarlo algo en su pecho parecía sentirse aliviado de escuchar eso… pero el miedo pululaba aun en su interior, miedo de ser realmente un demente y terminar encerrado como tantos.


 –tú eres real para mí  –murmuro.


 –entonces lo soy  –sonrió de lado  –las sombras se alimentan del miedo, pero tienen dos alimentos… deja de temerles… solo son tus propios demonios Inu Yasha


 –… mis demonios… –susurro como si eso ya lo hubiera escuchado antes, pero estando reflejado en aquellos ojos no le dejaba pensar.


 –has lo que quieras  –escucho de Sesshoumaru y sus mejillas se encendieron.


Sin ningún aviso fue volteado. Sesshoumaru se apoyaba en su brazo y sonrió.


 –si no te niegas no parare Inu Yasha…


El suave susurro lo dejo con una rara sensación, los labios de Sesshoumaru eran extrañamente cálidos y suaves al acariciar los suyos, una húmeda lengua delineo sus labios solo haciéndolo desearla, saco su lengua a aquel encuentro degustando aquella extraña sensación, un hormigueo que se expandía por su cuerpo, la sensación de que algo ligero lo acariciaba, sentía de alguna manera que entraba a un extraño sueño donde flotaba sin sentir ningún dolor, solo aquellos suaves y deliciosos labios, solo el sutil vaivén del cuerpo encima de él provocándole suspiros que se escapaban entre sus labios.


Sus manos temblaban como su cuerpo, nervioso tomo las ropas de Sesshoumaru deslizándolas. Sesshoumaru se dejó desvestir la parte superior mientras él sostenía su peso con sus piernas dobladas dejándose una distancia para que con su mano izquierda tuviera libertad de acción, deslizo la camisa exponiendo la piel de Inu Yasha.


 –tan suave  –murmuro delineándola con las puntas de los dedos.


Sesshoumaru acerco su rostro al de Inu Yasha dejándole ver solo sus dorados ojos.


 –se mío Inu Yasha –le susurro con suavidad  –acéptame y acepta las tinieblas. Amalas y deja amarte…


El susurro seductor le nublaba la cabeza…


Abrió los ojos lo más que pudo y se percató que su habitación estaba impregnada de aquellas sombras, el miedo produjo un vuelco en su corazón. Serian atacados. Trato de alejar a Sesshoumaru para que salieran de ahí, pero no se movió.


 –acéptalo Inu Yasha.


 –¿Qué…?


Se sentía confundido, la gélida sensación húmeda de los hilo de sombras que comenzaban a treparse por sus manos. Las retiro mirando su cama que estaba devorada, miro sin entender a Sesshoumaru parando en esos ojos dorados de los cuales desde la pupila parecían extenderse hasta el iris hebras de sombras.


La mano cálida de Sesshoumaru acaricio su mejilla, contrastando con las viscosas sombras que se deslizaban por su cuerpo dándoles molestos escalofríos.


 –acéptame Inu Yasha  –murmuro acercándose  –acepta tu realidad.


 –yo… mmm…


No podía pensar, no quería alejarlo a él, esa mano cálida que sujeto su nuca para profundizar más el beso, la frialdad de las sombras que acariciaban su piel retirando la camisa en el proceso, cuales finas navajas sentía las sombras que dejaban tras sus caricias sutiles cortes en su piel que la frialdad de las mismas entumecía. El miedo lo recorría pero su cuerpo y mentes se sentían confusos.


 –Inu Yasha… acéptanos  –murmuro.


No era capaz de decir nada, no podía pensar con claridad, la boca de Sesshoumaru delineaba su oído y bajaba degustando su cuello provocándole suspiros y pequeños cortes.


 –acéptanos Inu Yasha  –aquella voz le sonaba a suplica.


Sus pantalones fueron retirados por las sombras y la mano de Sesshoumaru se apodero de su semi erecto miembro comenzándolo a masturbar. El pequeño remolino de sensaciones creció en magnitud.


No deseaba ser diferente, deseaba ser “normal” pero ¿Cómo podía serlo sin dejar de lado a ese ser que lo miraba con tal intensidad? Al que con aquella susurrante voz le pedía lo aceptara… aceptarlo ¿era acaso aceptar su locura?


 –¡Ung!  –un dolor en el pecho lo saco de sus pensamientos, un corte provocado por las caricias de una sombra era lamido por Sesshoumaru, el ardor de su piel y el placer que le daba Sesshoumaru provoco su erección  –Sessh… ah…  –quiso tocarlo pero las sombras no lo dejarían.


…si es que eres real o solo el juego de mi mente enferma… ¿Cómo puedo saberlo? ¿Cómo logro averiguar cuál es la verdad? ¿Cómo saberlo si ni yo mismo estoy seguro ya de estar cuerdo?


¿estoy bien? ¿estoy mal? Mi padre se equivoca ¿o yo soy el demente? acaso esto realmente está pasando ¿o solo es mi locura divagando?


Si eres real ¿Qué eres? ¿Por qué aparecer frente a mí? ¿Por qué yo?


Sesshoumaru miro con pesar las letras en su mente que se escribían en el libro negro, alzo las caderas de Inu Yasha y se posicionó en aquella inexperta entrada entrando en él sin miramientos provocando el chico curvara la espalda e intentara escapar.


 –… es…te… dolor es real Inu Yasha  –hablo con rasposa voz  –acéptame Inu Yasha…


Toxico y dulce veneno sentía el sonido de la voz de Sesshoumaru llamarlo, suave y firme sonido que lo embelesaba, suplica demandante que lo capturaba.


 –¿me siente?… Inu Yasha…  –pregunto lamiendo el oído y besando aquellos ojos que habían comenzado a derramarse por el lento vaivén que había comenzado.


 –…Sessh… ungh… –no podía responder, pues el torbellino se comenzaba a convertir en tornado haciéndole perder la cabeza.


 –… Inu Yasha…


La jadeante respiración de Sesshoumaru que parecía acelerarse cada vez más, el dolor y placer que comenzaba a quemar sus entrañas, la sensaciones que la sombras le daban en aquel frío ardor, la suave piel cálida de Sesshoumaru, aquellos labios que lo llamaban entre besos sofocantes, ese torbellino de sensaciones lo abrumo hasta perder la razón, pronto se encontró a él mismo moviendo sus caderas al compás del ritmo indicado de Sesshoumaru que degustaba cada rincón de aquella boca que le regalaba deliciosos gemidos.


Las embestidas cada vez más profundas y rápidas, el vaivén de sus cuerpos aperlados. Sesshoumaru tomo el miembro de Inu Yasha para urgir su clímax.


 –… ahh… no… eso… ahh… agh… Sessh…  –su cabeza era un caos y su cuerpo solo rogaba con desespero por más, aquel punto dentro de él que turbaba su mente era golpeado con precisión por la hombría de Sesshoumaru.


 –todo está bien… Inu Yasha… ugh…  –apretó los dientes al sentir el interior de Inu Yasha apretarlo al momento que eyaculo en su mano.


Abrazo por la cadera a Inu Yasha alzándolo a él envistiéndolo con fuerza devorando su boca hasta derramarse en aquel cálido interior, su jadeo golpeaba los labios de Inu Yasha que lo miraba con ojos entre cerrados, el rubor de aquellas mejillas y pecho lo tentaron a seguir pero los ojos de Inu Yasha se cerraron dejando ir su consciencia.


Al despertar todo le dio vuelta y su cuerpo lo tenía entumido. Estaba tapado con una sábana cubriendo su desnudes, se sentó de golpe al recordar lo ocurrido, una mezcla entre vergüenza y miedo tomo su pecho. Su cuerpo ardía por los rasguños, como su labio que al tocar descubrió un corte, su zona baja punzaba avergonzándolo más aun…


No estaban las sombras solo Sesshoumaru que miraba de pies el libro negro, parecía… triste… quizás. Le iba a hablar cuando Sesshoumaru se adelantó.


 –sigue siendo un niño…  


  –no… lo soy…  –reclamo con suavidad.


 –un espíritu vengativo… el brujo que fue quemado y apedreado por su propia familia en una luna nueva… el odio de aquel brujo hizo que la hoguera expandiera sus llamas… aquel brujo que se había entregado para salvar a su estúpido hermano y este le pago dándole la espalda en aquella ocasión, un verdadero cobarde que maldijo a su propio hermano. Las llamas no lo alcanzaron, pero juro atormentarlo a él y su descendencia  –volteo a verlo –fui encerrado en este libro y me libero cuando un fragmento de su alma se acerca a él… después de tu tío, tú eras el siguiente…


 –¿un fragmento de alma?  –no entendía nada.


 –puedes ver mi rencor… las sombras que siguen a aquellos fragmentos…


 –… tú rencor…  –murmuro con pesar.


 –cuando te vi en la casa de tu tío había comenzado a idear un plan para matarte lentamente una vez me transfiriera…


 Un dolor produjo que su mundo se oscureciera, los ojos de Inu Yasha se comenzaron a inundar.


 –pero tus sonrisas, tus lágrimas, tus acciones eran tan honesta que en algún momento lo olvide y solo quise estar a tu lado… pero no lo aceptaras…


La sonrisa triste de aquel ente apretó su pecho ¿podía confiar en alguien que le estaba diciendo que lo había querido matar? Un corte profundo surco la mejilla de Sesshoumaru haciendo que su mandíbula se apretara.


 –pero antes de que pudiera hacer que me vieras tu tío fue atravesado por una espada robando su vida y dejándome a mí vagar débil…


 –¿Qué? Pero tío murió, él se suicidó cortando sus venas… él…


 –Shishinki fue asesinado… las letras del libro negro desaparecieron y yo quede a la deriva… tú era muy pequeño y un miedoso…


 –…yo… –no se sentía capaz de decir que no lo era.


 –trate de que te acostumbraras a las sombras pero tu temor era mayor y ellas se volvían más violentas, trate que llegara a ti muchas veces sin embargo no salías, no ibas a la escuela seguido, no pasabas mucho afuera… fue difícil y las sombras ya habían tomado pensamientos propios, te desean para ellos atacándome incluso a mí, aun así su deseo es el mío… pero no hay forma…


 –si la hay… ¿verdad? Porque tú eres… real…  –dijo sin mucha convicción.


¿Qué pasaba si eso lo creo su cabeza? Todo para darle un sentido a ese y no aceptar su locura.


Un segundo corte apareció en sus mejillas haciendo que sus ojos se cerraran por el dolor.


 –no te preocupes… solo debes negarme tres veces… pero cuando lo hagas quema el libro, solo se consumirá si lo haces tú, un objetivo, un fragmento de aquella alma… hazlo, porque ya no quiero vagar, ya tuve suficiente…  –volteo para verlo  –si tu llegas a morir yo quedaría en espera de otro fragmento, libérame de eso…


 –¿Por qué? Si fuiste humano… ¿Por qué no reencarnar? … así… tal vez… nosotros…


 –porque me convertí en un espíritu vengativo y he torturado a incontables ancestros tuyos, un alma manchada como la mía jamás tendrá descanso… solo un demonio podría ser capaz de seguir a mi lado… porque otro como yo… solo sería devorado por mí.


Se sentía demasiado confundido, no sabía que decirle o que hacer, pero algo sabía…


 –no te voy a negar…


Tomo el libro y lo abrió dándose cuenta de que las preguntas estaban hay…


 –realidad o creado por mi mente, no quiero perderte…  –dijo avergonzado provocado la sorpresa y una pequeña sonrisa en ese espíritu.


Hoy la luna crecerá un poco más…


No entiendo muchas cosas, él me dijo que mi tío fue asesinado, pero los policías dijeron suicidio y si lo mataron ¿Quién fue?


Si le pregunto a mi padre de seguro no me dirá nada… nada aparte de que me quiere encerrar… yo no pedí ser así…


De alguna manera deseo convertirme en un demonio… ¿Cómo se hace eso? ¿si lo hago podre estar con él? ¿él aparecerá frente a todos y será real?… pero… eso no significa que no lo es… o que solo es un sueño…  


Hoy no poder salir, me duelen los rasguños… y otras cosas… también las sabanas están manchadas con mi sangre, tendré que lavarlas o mamá pondrá el grito en el cielo otra vez… él es tan extraño, me siento tan extraño… no sé realmente que pensar…


Tal vez yendo a la casa de mi tío podre saber más… quizás… si lo descubro… mis padres  me creerán o descubriré que solo estoy loco…


 


Naraku dejo el libro. Tan solo había leído tres hojas y no entendía el cambio abrupto de lo que se escribía. Lo primero escrito en una letra tan errática que podía sentir la desesperación, luego la calma, para deformarse la letra en las preguntas y finalizar con una algo temblorosa, pero firme a la vez… dio vuelta la hoja solo para saber cuánto tendría que leer y solo encontró escrito casi en un rayón “perdón” nada más estaba escrito ¿Qué había pasado?


Eso no aclaraba realmente nada… ¿Quién era ese “él”?  ¿Qué era lo que aparecía frente a Inu Yasha? ¿Por qué tenía heridas? ¿Quién se las hacía? ¿Por qué los padres pensaban que era él? La imagen de aquel chico atacando al policía, sin embargo, la imagen de ese chico siendo acariciado por desde las sombras lo hizo resoplar… es absurdo concéntrate en lo lógico, Naraku. Se recrimino.


Siguió revisando el gran expediente viendo algunos incidentes que mostraban el nivel de violencia que podía llegar a tener, las cosas extrañas que a veces decía.


Pedía perdón y mayormente decía que él vendría a buscarlo. Tomo el teléfono y marco…


 –se la hora que es  –dijo a la molesta voz que le respondió –mándame la información de los Taisho, dirección y la dirección de la casa del tío… del pariente que se suicidó de los Taisho.


No sabía el nombre de aquel tío del que hablaba ese chico, sabía que se demoraría en llegarle toda la información pues solo tenía un poco de la información del paciente. Necesitaba respuestas y creía era la única forma de conseguirla era ir a esos lugares. Su teléfono sonó y al revisarlo vio en un simple mensaje las direcciones y un breve “no me metas en problema. Claro no tenia autorización de entrar a esos lugares, pero entrar en una casa deshabitada no era gran problema.


Casi al alba tomo su auto y se dirigió a la casa de los Taisho, era una casa de clase media a pocas cuadras de un distrito comercial al norte del centro. Las pocas personas que pasaban a esas horas por el lugar miraban el auto negro con desconfianza. Una chica estaba frente la casa que debía ser la que buscaba según decía la dirección.


Paro el auto y se bajó, se acercó a ella desde un costado para no sorprenderla demasiado, dado que parecía hipnotizada por el interior.


 –señorita… –la chica salto al oír la voz.


 –no estaba tratando de entrar  –dijo dando un paso atrás, Naraku alzo una ceja y suspiro.


 –no se preocupe, solo quería preguntarle si había alguien dentro que me pudiera atender.


 –esta el sirviente, ese anciano lo puede atender, si me disculpa…


Sin más la chica se fue casi como si tuviera que escapar. Era temprano y golpeo la puerta y espero por un instante, volvió a golpear al ver que no hubo respuesta, la puerta fue abierta luego de que escuchara el reclamo de quien venía. Sus ojos se toparon con el vacío del interior.


 –¿una puerta automática?


 –¿Quién eres mocoso?


Sorprendido miro para abajo un hombre viejo y enano lo miraba con molestia…


 –me disculpo por mi rudeza  –dijo y saco una tarjeta de presentación que solo decía su nombre y que era un investigador  –me gustaría hacerle unas preguntas sobre la familia Taisho.


 –ya he dicho todo lo que sé a otros como usted, no tengo más que decir.


 –y usted sabe sobre el joven Taisho encerrado


 –claro que lo sé, faltaba más… mi joven amo fue alejado por culpa del demente de su tío…


 –pero su tío se suicidó en su casa.


 –de que está hablando él fue… esto ya lo dije… ya dije todo lo que tenía que decir. No tengo más que hablar  –y la puerta fue cerrada en su cara.


Sin una orden no podía hacer más ahí, reviso la siguiente dirección y se percató que era a las afueras de la ciudad.


Byakuya entro a la habitación del paciente, estaba acurrucado en una esquina y parecía inquieto, moviéndose de un lado a otro y murmurando, ya lo había visto así antes. Miro a los dos que estaban detrás de él.


 –preparen sedantes y no le quiten la vista de encima.


Cuatro años atrás.


Inu Yasha corría, había escapado de casa con solo unas cuantas cosas en su mochila iba a la casa de su tío, según Sesshoumaru todo esto le aclararía las cosas en ese lugar sabría muchas cosas y podrían estar juntos, iban a estar juntos.


Inu Yasha lo hizo porque no tendría que preocuparse de que su padre lo encerrara, no lo verían como un loco, no habría nadie que lo molestara, estaría bien… estarían bien… y las sombras las sombras desde esa noche no lo atormentaban tanto, aun estaban ahí, aun a veces lo herían, pero Sesshoumaru siempre las detenía. Sesshoumaru aun no podía recuperar su brazo… debía esperar a la luna nueva.


Tres días habían pasado. De alguna manera cuando Inu Yasha despertaba habían frutas, verduras y peces para comer, cuando pregunto Sesshoumaru no le respondió nada, pero creyó que tal vez él y las sombras lo robaban de alguna parte…


Atardecía e Inu Yasha miraba por la puerta que daba al jardín, se sentía tranquilo, pero triste a la vez. Un brazo lo rodeo desde atrás.


 –¿Qué ocurre?


 –como estarán mis padres…


 –quieres saber


 –no sé… si están tristes voy a querer volver, pero me gusta estar así contigo… no tengo que preocuparme de lo real o no, o de que mi padre me escuche y me regañe por hablar solo… yo…


 –ciertamente si ellos están no puedo estar así contigo, Inu Yasha… jamás podría estarlo…


Acaricio su cuello con sus labio sintiendo el temblor de Inu Yasha, comenzó a bajar poco a poco su mano hasta el fin de la camiseta roja que tenía puesta introduciendo suavemente sus dedos comenzando a acariciar ese abdomen mientras delineaba el oído del menor.


 –nn… Sessh…  –no lo había tocado desde aquella noche, el nerviosismo comenzó a apoderarse de su cuerpo, tanto como el miedo.


Si regresaba con sus padres no podría estar con Sesshoumaru… junto a él no se sentí solo no tenía que preocuparse por las sombras no dejaría que lo lastimaran demasiado, pero tenía miedo de perderlo… si su padre se enteraba lo encerraría y lo obligarían a olvidarlo, a borrarlo… no quería eso.


Sesshoumaru delineo la mandíbula de Inu Yasha y él giro la cabeza para poder sentir sus labios en los suyos, la mano de Sesshoumaru subió atrapando su pezón apretándolo un poco y retorciéndolo, el calor de su cuerpo comenzaba a subir, su mente se nublaba, pero el miedo aun permanecía en la orilla de su mente…


El botón de su pantalón fue desabrochado sintiendo las caricias de aquellos dedos apoderarse de su hombría…


 


Naraku golpeo la puerta de la casa del tío de Inu Yasha, se asombró le lo amplio que era el terreno y se notaba el descuido del jardín. La puerta se abrió con un rechinido.


 –¡buen día!  –dijo para dar a saber que alguien estaba en la puerta, pero nadie contesto.


Entro mirando el desorden, el polvo estaba por todos lados, las tablas del piso parecían manchadas, el comedor que se encontraba a la derecha tenia comida podrida esparramada en el lugar, como en la mesa, platos rotos, sillas en el suelo. Sin ninguna duda algo había pasado en ese lugar. La casa a pesar de ser de día parecía oscura, las cortinas gruesas no dejaban pasar demasiada luz y habían esquinas en completas penumbras, miro con atención cada rincón y desde las sombras vio como esta se deformaba creciendo cada vez más…


El sonido de su celular lo sobresalto, tomándolo y regresando de inmediato la vista a ese rincón, nada veía, apretó con el índice y pulgar sus lagrimales. Solo es tu imaginación Naraku cálmate, se decía a sí mismo.


Abrió una de las cortinas y la ventana, pues el polvo era demasiado. Al ver el celular, abrió el archivo PDF y comenzó a leer el caso con más detenimiento, junto con el caso de aquel tío.


Los Taisho eran una familia media en la cual el padre de familia era un emprendedor y había abierto una pequeña empresa de bienes raíces que aunque era nueva parecía ir en un rápido ascenso, la madre trabajaba como una empleada de oficina regular y había un hijo… Inu Yasha.


Una semana antes de que el paciente denominado Taisho fuera a la estación de policía, ellos pusieron una denuncia por presunta desgracia… ciertamente este informe parecía más completo, pues a él solo le habían enviado, un detalle de “desaparecidos y el informante”


Pero una palabra lo saco de su centro… la denuncia que pusieron los padres de Inu Yasha no fue primeramente por presunta desgracia sino por secuestro…


 –¿Quién eres?


Escucho de repente desde atrás, provocando sus reflejos al sentirse amenazado, volteando tan rápido junto a un golpe, pero nadie estaba en su espalda. Su pulso y respiración se acelero, una sombra fue detectada por el rabillo del ojo izquierdo, pero ya era tarde un potente golpe lo impulso al suelo chocando con una de las patas de la mesa. Borrosamente pudo ver la silueta de alguien acercarse, aquel cabello plateado…


 –¿Inu… Yasha…?


 


 –¡¡No!! ¡¡No se lo lleven él es real!! ¡¡Es real!! 


El paciente se levantó de golpe hasta ponerse de pie, los dos enfermeros lo intentaron sujetar e hincarlo consiguiéndolo a medias, enderezándose con ellos dos encima. Byakuya fue de frente abrazándolo sintiendo los dientes morder el musculo entre la unión del cuello y el hombro, aun estando con ropa y la bata sintió como la piel se iba rompiendo, estaba agitado se encontraba fuera de si.


Los enfermeros sacaron las inyecciones preparadas y la clavaron en las piernas del joven hombre.


 –… ya… está bien… yo te creo… él vendrá… él vendrá…  –le repetía a quien estaba aferrado a esa parte de su cuerpo  –todo está bien… todo está bien…  –repitió hasta que sintió poco a poco lo soltaba cayendo dormido en su hombro  –pobre pequeño has esperado tanto…


Murmuro sorprendiendo a los paramédicos…


 


Naraku despertó estando amarrado y siendo apuntado por un cuchillo que era sujetado por un sujeto, de aproximadamente su misma o quizás unos años menor que él que ya tenía 32 años, con cabellos plateados y ojos dorados.


 –¿Quién eres?  –dijo adolorido.


 –esa es mi pregunta  –respondió fríamente  –que haces en mi casa… Naraku Onigumo.


 –¿Cómo?


 –lo sé… porque busque en tus bolsillos…


 –el propietario de este lugar es…


 –era mi padre  –lo interrumpió dejándolo callado  –vengo de vez en cuando para ver la tumba de mi padre, me llamo la atención el auto y la puerta abierta.


 –eres un Taisho entonces.


 –Sesshoumaru Taisho…


 –ya que sabes quién soy ¿no podrías soltarme?


Tras parecer fastidiado por eso lo hizo de igual manera.


Una mirada fría, una voz monótona…


 –joven Sesshoumaru me gustaría hacerle unas preguntas, si no le molesta.


 –adelante –dijo como si nada.


 –¿conoce a Inu Yasha Taisho?  –por un momento le pareció que había visto un destello en aquellos ojos.


 –es mi primo…


 –su primo… comprendo ¿Por qué no lo ha ido a ver?


 –estuve fuera del país durante 4 años, acabo de llegar hace 3 días y me he enterado recién de lo ocurrido, estaba fuera de comunicación con ellos y en malos términos, no me extrañanba que no me hablaran.


 –pero veo que no le llamo la atención que este lugar estuviera así…


 –si lo hizo el primer día que llegue y fui a la casa de mis tíos para preguntar qué había pasado, fue cuando me entere…


 –entiendo… ¿piensa ir a ver a su primo?


 –claro, iré mañana. Será un perfecto día –dijo con una sonrisa que de alguna manera le dio escalofríos a Naraku.


 –me puede hablar un poco de lo que ocurrió hace 4 años y cuando fue la última vez que los vio…


 –… fue en esta casa… yo…  –perecía dudar, miro la puerta que daba al jardín trasero y dijo –me fugue con Inu Yasha y vinimos aquí… Inu Yasha es especial, mi padre le diagnostico esquizofrenia y síndrome purpúreo… él era un psiquiatra como tú, Naraku…


Síndrome purpúreo, eso le explicaba las manchas de sangre que se describían en el diario, ya que dicha enfermedad producía laceraciones en la piel y en casos sangrado desde los ojos.


 –nos encontraron y como mis tíos no querían un escándalo me mandaron a estudiar al extranjero, era eso o la cárcel, ese día fue el último que los vi…


 –puede ser más específico en cómo ocurrieron las cosas…


 –que morbo tienes  –dijo serio pero a Naraku le sonó a burla –como quieras, estaba preparando a INU Yasha para ingresar en él…


 –puedes saltarte eso…  –dijo apretando sus cienes.


 –… mis tíos vieron como su hijo era tocado por mí, aunque lo solté apenas los vi, era tarde… fui ignorado e Inu Yasha fue abofeteado…


 


4años atrás…


 –¡¿Qué demonios estás haciendo?!  –Taisho entro abofeteando a Inu Yasha haciendo que cayera al suelo.


Inu Yasha miro a donde estaba Sesshoumaru este miraba con odio a su padre y las sombras parecían crecer.


 –¡no! No… no… –repitió una y otra vez.


Taisho levanto la mano con intención de golpearlo otra vez pero Sesshoumaru se movió hacia él… solo pudo dar un paso…


 –no he hecho nada, porque nada es real… todo es creado por mi cabeza, nada existe… estoy solo… así que no he hecho nada…  –su voz era apagada.


Sesshoumaru bajo el brazo siendo visto por Inu Yasha que derramaba lagrimas rojas y modulo un perdón. Las sombras comenzaron a rodear a Sesshoumaru hasta sumirlo completo en la oscuridad… entonces Inu Yasha recordó “niégame y desapareceré” por un momento todo se volvió negro para Inu Yasha… ¿no lo volvería a ver? ¿no estaría más?…


Su padre lo ayudo a levantarse su madre le acomodo las ropas, aun cuando Inu Yasha podía ver las caras de preocupación de sus padres se sentía vacío “no se puede tener todo” esa noche durmió en la habitación que su madre limpio para él… no escucho las cosas que le decía… no escucho las palabras de su padre… solo estaba recordando las cosas que Sesshoumaru le había dicho… había sido tan poco tiempo, pero solo él lo miraba sin una emoción desagradable, solo él lo trato como humano y lo protegió, solo él… solo Sesshoumaru…


Los días pasaron y ellos seguían en esa casa, lo habían tomado como unas pequeñas vacaciones, era para mantener a Inu Yasha tranquilo, él desayuno comenzó y a Inu Yasha lo iban a buscar a su cama para que comiera, todo lo hacía en silencio y solo comía una porción del plato comenzando a adelgazar.


La noche llego y con ella la cena… la luna nueva mantenía la noche oscura.


La carne al jugo estaba acompañada con arroz, su padre estaba en la cabecera luego su madre a la derecha y él al lado de su madre. Corto un trozo de carne y bajo a la mesa las manos con los cubiertos, el cuchillo en la izquierda, tenedor en la derecha, masticaba con desagrado el trozo de carne…


 –sube la cabeza Inu Yasha  –dijo el padre, pero no lo hizo.


 –Inu Yasha tu padre te está hablando… –nada.


 –he dicho que levantes la cabeza, ¡que me mires!


 –Inu Yasha debes


 –¡¡álzala!!


 –haz caso  –las voces intercaladas de sus padres las encontró molestas.


 –aun si te tengo que matar como a mi hermano te voy a salvar Inu Yasha…


Él estaba sumido en sus pensamientos “si ellos están no puedo estar así contigo, Inu Yasha” eso era así, él se lo había dicho “cobarde” escucho la voz de Sesshoumaru…


 –… no…  –luego solo un murmuro que no podía escuchar correctamente por sus padre…


Déjenme escuchar…


 –¡que alces la cabeza!


Silencio…


 –¡obedece Inu Yasha!


 –¡¡Silencio!!  –grito callándolos y mirándolos.


Su brazo izquierdo estaba flexionado hacia arriba enterrando el cuchillo en la mejilla de su madre…


 –ya no lo escucho… por su culpa ya no lo escucho…


El grito de su madre lo ensordeció, Taisho se levantó para detenerlo… ya que había comenzado a apuñalar a su esposa.


 –que te calles, que te calles, que te calles, quetecallesquetecallesquetecalles…  –repetía una y otra vez mientras apuñalaba el rostro de su mujer.


 –¡¡Para!!  –lo sujeto desde atrás solo para ser tirado en la mesa  –estas demente… te voy a encerrar… Inu Yasha… te voy a mat…


La cabeza de Taisho fue sujetada y golpeada contra la mesa.


 –no estoy demente tu eres el ciego, abre los ojos, ábrelos, ábrelos ¡Ábrelos! Uno de los golpes hizo que un plato se reventara en la cara de Taisho cortando la piel.


El grito hizo que Inu Yasha apretara los dientes tomo un trozo del plato y lo enterró en la garganta de su padre…


 –no estoy demente… él existe, Sesshoumaru existe… él es más fuerte cuando es luna nueva, porque las sombras son más fuertes esa noche… y me traen pesadillas… él me protegerá… pero debo hacer que vuelva… lo entienden ¿verdad? Él volverá… y esteremos juntos…


El cuerpo de su padre se deslizo cayendo al suelo.


 –no se debe dormir aquí…  –dijo mirándolos.


Los cristales sonaron temblando, la oscuridad de afuera quería entrar podía ver como trataban de forzar el vidrio. Acerco los dos cuerpos de sus padres y se acostó en medio.


 –hoy ustedes me protegerán ¿verdad? No dejaran que las sombras me lastimen… solo por hoy ¿si papá? ¿mamá?  –los miro y sonrió –son tan cálidos… no recordaba que fueran así de cálidos…


La sangre de sus padres comenzaba a mojarlo, pero él no se movió, era la primera vez que sentía que sus padres lo abrazaban desde que había cumplido los 6 años…


 


 –así que porque él te negó…  –dijo Naraku.


 –tenia las de perder… le había dicho que me iría si él así lo quería. Al siguiente día mi tío me dio el pasaje y dinero diciéndome… es esto o la cárcel… Inu Yasha no me quería cerca así que me fui… no sé nada más.


 –y sobre tu padre…


 –prefiero no hablar de ello…


 –es necesario que…


 –solo le diré que Inu Yasha tiene pesadillas y alucinaciones fuertes cuando es luna nueva… así le diría usted Psiquiatra  –dijo haciéndole sentir cierta molestia a Naraku  –yo le llamo maldición ya que comenzó todo por esa noche de luna nueva…


 –¿a qué se refiere?


 –vaya a la tumba de mi padre… quizás encuentre algo en el reposo de los pensamientos…


 –¿de qué…?


 –Naraku, solo ten en mente que la realidad están efímera como la belleza, para todos diferente y jamás es eterna.


Salió al jardín, pero las últimas palabras fueron escuchadas por Naraku.


 –solo no pierdas la cabeza Naraku…


Naraku corrió para pedirle le explicara, pero cuando salió no estaba. Sacudió la cabeza…


Esas tierras eran antiguas y como tales tenían un panteón familiar, solo estaba a unos diez metros de la estrada trasera un niño recostado y un ángel llorando por su muerte, la placa estaba desgastada una y era poco lo que podía ver en ella… pero solo era eso… no veía ninguna tumba como tal, le habían tomado el pelo. Resoplo con fastidio e iba a irse cuando algo llamo su atención, el ángel parecía sostener algo, al acercarse vio que era una cadena que iba a la almohada del niños la tiro estando al lado del ángel mirando si algo en el niño cambiaba, pero no lo hacía solo parecía sacar cadena.


 –esto es absurdo…  –dijo para si dando un paso atrás viendo que un agujero se abría en el costado de la escultura, moscas salieron desde adentro, tomo su teléfono e iluminando el interior… lo que vio lo dejo petrificado…


Osamentas estaban repartidas en el lugar, podía ver un cráneo en la entrada, uno más solo un poco más allá y un tercero al final encima de lo que se veía como una caja… telas roídas y otros huesos por el rededor.


Llamo a la policía y a la brigada de investigaciones, tal vez había encontrado a los Taisho…


Exhausto se apoyó en la estructura mirando el cielo… esperando que llegaran… tomo su teléfono y vio el expediente del tío de Inu Yasha.


 –murió joven  –fue lo primero que salió de su boca, pero tuvo que enderezarse y leer una y otra vez para cerciorarse.


Su única familia era su hermano pues él había matado a su hijo quemándolo cuando apenas tenía doce años frente a su hermano menor de cuatro, acusándolo que era un brujo y que quería matar al menor y a él… el niño fue adoptado por su hermano pero jamás pudo rehabilitarse, Shishinki Taisho tuvo una condena de cinco años en el centro de rehabilitación estatal, pero solo hizo tres saliendo por buena conducta y siguiendo un tratamiento para su esquizofrenia, el niño de nombre Inu Yasha solo estuvo en tratamiento un año, antes de que sus tíos decidieran que lo abandonara.


La muerte del pequeño Sesshoumaru dio lugar el 16 de octubre hace 17 años atrás… “…comenzó todo por esa noche de luna nueva…”


Era imposible, era absurdo, todo eso era… una locura…


Miro de nuevo a la abertura y recordó la caja. Respiro profundamente y se decidió, entraría a buscar esa caja. Debía esperar a los de investigaciones, pero no podía aceptar que eso estuviera pasando, no iba a caer en la idea de fantasmas y esas estupideces, de seguro ese sujeto era solo un impostor y lo iba a descubrir.


Comenzó a entrar alumbrando con el teléfono llegando a la caja dejo a un lado la calavera y lucho un poco sacándose los bichos de las manos y brazos. Sujeto la tapa mientras tenía el teléfono en la boca de una de las calaveras para alumbrarse.


La caja no era más grande que una caja de zapatos, pero era de hecho de madera gruesa teniendo dentro un libro igual que el de Inu Yasha. Cuando lo abrió pentágonos y versos se leían, no eran hechizos aun si en un comienzo podían parecerlo, los espíritus de los vientos, da la tierra y aquellos símbolos eran alquímicos, sus significados estaban a un lado y los versos parecían pequeños poemas dedicados a cada espíritu… cuando busco el dueño de dicho libro leyó Sesshoumaru Taisho…


La caligrafía, las hojas deteriorada todo ese libro era un esbozo de lo que era Sesshoumaru, solo un niño que creía en la fantasía… una de las últimas hojas tenía algo escrito…


“… si pudiera hacer como los antiguos y curar con la ayuda de los espíritus, me gustaría curar a mi padre, para que Inu Yasha no tema más.


Quiero borrar las lágrimas de aquellos ojos y poner en sus labios una sonrisa, si pudiera hacerlo realidad daría lo que sea, mi vida o mi alma… mi padre aun si me golpea por no entender, no le quitare la ilusión a Inu Yasha, cada noche le cuento historias de alquimistas y espíritus que hacen milagros, su sonrisa valen los golpes… tengo que hacer otro libro y llenarlo de información así cuando me pregunte sabré que contestar y para él y su cabecita será la realidad… en su mundo de fantasía donde nada le hará ningún mal…”


Hasta ahí quedaba al faltarle un pedazo, tenía manchas de lágrimas que habían borrado un poco las letras. Un pesado sentimiento se puso en su pecho, puso con cuidado el libro de regreso e iba a salir cuando vio una sombra correr por freten de la entrada, se apresuró para salir pero la trampilla bajo cortando sus dedos.


 –¡¡HAaaaaaa…!!


 


El paciente comenzó a despertar, la puerta estaba abierta un olor y gritos incontables se escuchaban, una luz roja se veía entrar desde la puerta, el humo estaba por todos lados. La silueta de alguien parado frente justo en la puerta lo hizo parpadear…


 –vienen por ti… les regalo un pequeño tributo… pequeño, solo por darme lo que deseo… hoy es luna nueva Inu Yasha…  –salto a un lado esquivando el tacleo del paciente  –ya que me darán los que yo deseo…


Un segundo ataque casi lo derriba, pero un brazo sostuvo al paciente, que forcejeo…


 –¿no te calmaras… Inu Yasha…?  –la voz dulce y varonil lo estremeció.


 –Ses… sho… maru…  –dijo con voz cansada.


 –si Inu Yasha.


Inu Yasha quiso abrazarlo pero no pudo al estar con la camisa de fuerza, comenzando a forcejear desesperándose.


 –Tranquilo, te lo quitare…  –dijo para ver a Byakuya que de inmediato se puso detrás de Inu Yasha desatándolas mangas y las correas, al verse con los brazos libres aprisiono a Sesshoumaru desde el cuello devorándolo en un desesperado beso…


 –perdón… Sessh… perdón…


 –no importa, Inu Yasha. Estamos bien… y hoy nos iremos a nuestro nuevo hogar…


 –¿Dónde?


 –te has convertido en un demonio Inu Yasha y yo soy un espíritu vengativo, ambos iremos al infierno…


 –no me importa, tú vendrás conmigo ¿verdad?


 –siempre…


 –hey  –susurro Byakuya  –esto es mi último regalo  –dijo dejando una jeringa llena de un líquido que sabía bien que era.


Pronto se asfixiarían y él más que nadie sabía lo que era el dolor al quemarse, no dejaría a Inu Yasha pasar por eso, fue llevado por policías con cargos de violación y secuestro, pero fue exonerado… dado que al tener su cuerpo quemado no podía violar a nadie, aun si tuvo un sin número de operaciones, su rostro, su cuerpo en mayoría parecían estar bien, pero no por completo, su tío lo hizo irse y puso una orden de alejamiento, con ayuda de Byakuya comenzó a ver en secreto a Inu Yasha.


Sesshoumaru tras el accidente había sido borrado del registro de la familia poniéndolo como difunto, y fue encomendado al cuidado de un sirviente, las operaciones fueron pagadas por Inu no Taisho y el seguro de vida de su hermano.


Cuando se toparon no supo que hacer y solo huyo, siempre lo había visto desde lejos, porque le dijeron sería malo para Inu Yasha verlo, le contaron que ni siquiera recordaba que tenía un hermano, pero al verlo siempre correr, siempre con temor, muchas veces le recrimino a su tío, pero nada sacaba de eso, veía como por el miedo y el estrés generado las laceraciones y sangrados aparecían.


Esconderse de sus tíos le fue difícil y su tío siempre lo veía merodear a Inu Yasha, por ello no le extrañaba verlo de vez en cuando… pero, sus sentimientos de protegerlo y estar con él fueron más fuerte que él… y así, tomo ventaja de las alucinaciones y de que lo había olvidado… lo tenía para él, solo para él… mato a los tres que habían tocado a Inu Yasha y amenazó con matar a la hija del anterior Psiquiatra si no se suicidaba por las practica que le había hecho a Inu Yasha. Ahora había ingresado con la ayuda de Byakuya y ambos comenzaron el incendio.


 –estamos machados Inu Yasha, nos iremos al infierno…


 –esta bien si voy contigo… cof…


 –siéntate  –lo hizo sentarse en el suelo apoyándose en el muro a acolchonado.


Tomo la jeringa con la mano Izquierda…


 –lo has recuperado  –dijo sonriendo feliz Inu Yasha.


 –te dije que mi poder es más fuerte en la luna nueva, por eso no tienes que temer a nada.


 –lo sé… eres muy fuerte…


El movimiento de los ojos de Inu Yasha le indicaba donde estaban las sombras que él veía.


 –fuera de aquí, no nos molesten  –ordeno e Inu Yasha sonrió.


 –ellos te respetan… cof… cof…


 –me temen  –se sentó a su lado, se forzaba a no toser.


 –solo de ti… solo de ti quiero escuchar mi nombre…


Inyecto a Inu Yasha en el cuello mientras lo besaba dejando un poco para él.


 –te amo, Inu Yasha…  –le dijo besando su frente.


 –yo te amo Sesshoumaru… yo… te amo…  –se comenzó a restregar un ojo.


 –duerme  –le dijo abrazándolo dejando que se acurrucara en su pecho  –yo te llevare a nuestro nuevo hogar… Inu Yasha…


Sintió el asentimiento de cabeza de Inu Yasha que se dejó vencer por el sueño…


 –soñemos con un mañana sin problemas, sin manchas, sin miedos… donde no nos apunten… donde no tengas miedos… Inu Yasha ese fue el mundo que quise mostrarte, pero con aquella maldita noche… no pude mostrarte más que dolor y llantos… perdóname, Inu… quise ser lo que jamás seré… fui maldito esa noche… ambos lo fuimos.


Se inyecto el contenido de la jeringa en el cuello para luego tirarla por donde el fuego comenzaba a entrar, recostó a Inu Yasha con cuidado cubriéndolo en un abrazo, beso por última vez aquellos labios dejando a sus ojos cerrarse.


Byakuya salió corriendo dejando a los pacientes quemarse, que se salvaran los que podían pensaba, mientras miraba como algunos al entrar en crisis golpeaban a los enfermeros que intentaban ayudarlos, uno de los que estaba suelto lo miro, pero Byakuya había tomado un gusto retorcido por los ojos después de ver como Sesshoumaru le había mostrado al primer psiquiatra de Inu Yasha que no debía tocarlo, quemando uno de sus ojos con un cigarrillo, el psiquiatra declaro que fue un accidente y que no podía tratar a Inu Yasha. Aun recordaba el sonido que se escuchaba, como se revolcaba aquel sujeto incapaz de gritar por la mordaza y el paño dentro de su boca, tomo las tijeras y cuando fue sujetado enterró las tijeras en uno de sus ojos.


Corrió fuera y vio que los bomberos estaban luchando contra las llamas, los paramédicos lo tomaron pero solo espero a un descuido para escaparse.


Tomo un auto y se dirigió a donde debía, los policías y la brigada de investigaciones estaba ahí. Lo trataron de detener.


 –sé dónde está Naraku  –fue lo único que dijo y con algo de recelo lo dejaron entrar, corrió sin preocuparse de que luego tendría que explicar cómo sabía y como conocía esa área.


Llego a la escultura, yendo al lado del ángel comenzó a tirar la cadena abriendo la trampilla, encontrando a un inconsciente Naraku.


Las osamentas eran de Inu no Taisho, Shishinki e Izayoi. Byakuya dijo que la información se la dijo Inu Yasha, aun si no le creyeron en un comienzo nada referente a Inu Yasha tenía mucha cordura. Los huesos estaban esparcidos de seguro por Naraku al perder sus dedos de la mano derecha.


El sanatorio quedo hecho ruinas y solo reos de las áreas 10 al 5 pudieron salvarse, más de la mitad de enfermeros y doctores murieron.


Naraku entraba al lugar viendo los cuerpos quemados, por doquier, cuerpos carbonizados pegados a las rejas de separación de áreas, el olor a carne, ropa y pelo quemado inundaba sus fosas nasales, los cuerpos parecían aun estar gritando alzando las manos a la nada… camino en silencio hasta llegar a el área cero, la compuerta estaba abierta, entro siendo seguido por Byakuya que se estaba convirtiendo en su mano derecha… al llegar a la habitación de Inu Yasha, la puerta estaba abierta de par en par… la habitación acolchada estaba quemada, pero un rincón, tan solo un rincón parecía estar intacto, solo estaba una prótesis de un brazo robótico  izquierdo…


 –¿Qué… significa esto?  –dijo sin explicación alguna.


 –con la luna nueva el poder de la oscuridad crece, una ofrenda grande puede tener su recompensa, Naraku…  –dijo sonriendo Byakuya.


 –¿de qué estas… hablando…?


 –cuando un niño de corazón puro es acorralado, puede tomar la oportunidad y dar para recibir, él me dio su brazo Izquierdo y diversión a cambio yo lo dejaba vivir…


 –no digas estupideces, yo…


 –ahora dio una gran ofrenda, estoy seguro que lo han escuchado su mayor deseo…


 –deja de decir locuras  –le demando  –notificare que se escaparon.


 –Naraku, los peores demonios son aquellos nacidos de los humanos…  –se puso frente a él –no los busque si no deseas enfrentarte a demonios… sobre todo a uno que fue capaz de castrarse para salir airoso y estar cerca de quien deseaba… la determinación de ese sujeto da miedo, aun si yo lo ayude… –sonrió de manera retorcida como si recordara aquel suceso.


Los ojos violetas lo atraparon, parecían brillar de una manera extraña…


 –¿Qué eres?


 –lo que sea no importa, la verdad es irrelevante, solo importa se sientes o no…  –Naraku guardo silencio –déjalos que ellos hagan su verdad fuera de esta maldición que es la vida…


Byakuya comenzó a caminar para salir de ahí, Naraku vio por el rabillo del ojo dos sombras que reían felices, pero cuando volvió la cabeza no vio nada…


 –uno decide que es la realidad ¿no?  –Resoplo  –creo que cambiare de oficio… dijo para comenzar a salir…


 


Fin.               

Notas finales:

bien, espero lo hayan disfrutado n.n 

nos leemos!!


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