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Regalo de navidad. por Princess Haruka

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Notas del capitulo:

Genzo (vestido de traje): *poniendo los cubiertos en la mesa* Tsubasa, estás listo? TSUBASA!!!

Tsubasa: *Desde el cuarto* QUÉÉÉÉÉ?

Genzo: ¿Ya estás listo?

En el cuarto

Tsubasa (en ropa interior): *jugando a la play* Ya nada más los zapatos.

Genzo: *entra* Lo único que te pedí era que te vistieras y no lo hiciste -_- ponte algo que Haruka y los demás ya vienen y no querrás que te vean desnudo.

*tocan la puerta*

Genzo: Demasiado tarde, llegaron.

Tsubasa: *corre a vestirse*

Genzo: *va a atender y recibe a Princess Haruka, Misaki, Ishizaki, Hyuga, Wakashimazu, Misugi, y Matsuyama. Todos están vestidos para la ocasión* Bienvenidos, ponganse cómodos.

Todos los invitados: Gracias por invitarnos, Ganzo.

Genzo: Por última vez, es Genzo.

Haruka: Sabemos cómo te llamas ¬¬

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Hola, cómo están? Aquí traigo la segunda y última parte del fic navideño.

Espero que disfruten la lectura.

 

– Aún no puedo creer lo que hice.

Había vuelto de la tienda con una cara larga, sus hermanos intentaron hablar con él y se llevaron una mirada asesina. Ahora estaba en la bañera, llevaba diez minutos allí pensando.

– Tenemos una hora de descanso entre que termina el entrenamiento y empiezan las clases – dijo –. Me aseguraré de disculparme en ese tiempo – decidido se levantó –. Sí, eso haré.

– Genzo, ¿Cuánto tiempo más piensas seguir en la bañera? – se quejó Genichi desde la puerta–. Llevo siglos esperando a que salgas.

– ¡Y vas a esperar más! – gritó –. ¡¡¡Ahora lárgate y no me molestes!!!

Al día siguiente.

– Tsubasa – como se lo propuso, Genzo se acercó al castaño, quien estaba abriendo su casillero.

– ¿Ocurre algo, Wakabayashi? – preguntó.

– De hecho sí – pensó muy bien lo que diría –. Quería pedirte perdón por lo de ayer, no pensé que llegaría a lastimarte tanto.

– Está bien, no pasó nada – dijo en voz baja –. Mejor no hablemos del tema.

– De acuerdo – no parecía muy convencido, veía la cara del otro y no parecía muy alegre a comparación de otros días.

– Si es todo entonces me voy – dijo de repente –. Tengo algo de sueño y me gustaría dormir antes de que comience la clase de matemática. Daichi me mantuvo despierto toda la noche con sus llantos.

– Sí, por mi está bien – respondió –. Algo me dice que la tendré difícil.

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– ¿Y ahora qué voy a hacer? – se preguntaba ni bien salió de la tina.

Faltaba un día para la noche buena, el receso de invierno finalmente había llegado y para celebrarlo el grupo decidió salir a pasear por la ciudad. Genzo quería regalarle algo a Tsubasa como señal de disculpa ese día, pero no se le ocurría nada.

– ¿Unos botines? No, ya se regalaron en su cumpleaños – se recostó en la cama –. ¿Una pelota de fútbol? Es buena opción, aunque creo que ya tiene – se sonrojó –. Aun no puedo creer que esté haciendo esto, lo que hace el amor en las personas.

Si le preguntaran en qué momento comenzó a sentir que quería tener algo más que una amistad con Ozora respondería que aproximadamente desde que entraron a la secundaria alta. Había logrado mantener sus sentimientos ocultos la primera mitad del año, pero luego de las vacaciones de verano estos lo estaban jugando en contra, y eso se podía notar cuando el castaño estaba muy cerca de él.

– Mejor le pido consejos a mamá – con un brazo tapó sus ojos –. Ella sabrá qué es lo mejor.

– Genzo, ¿Piensas estar desnudo para siempre? – Genji abrió la puerta de golpe –. Le diré a mamá que renunciaste a la ropa y ahora eres exhibicionista.

– Ni te atrevas – para su mala suerte su hermano mayor fue directo a buscar a su madre, por lo que lo persiguió.

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– Veamos, ¿En dónde estará? – decía mientras veía los estantes, finalmente había decidido qué regalarle.

– Achú – volteó y vio a Misaki acompañado de su madre y hermana, este ni se dio cuenta de su presencia.

– ¿Estás bien, Taro? – preguntó Yumiko –. Si te sientes mal no deberías salir esta noche.

– No te preocupes – respondió –. Seguramente alguien habló de mí.

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– Lamento la tardanza – decía Ishizaki llegando a las afueras del colegio Nankasu, donde lo esperaba la mayoría del grupo –. Mi madre me retuvo lavando los baños.

– Descuida, aún falta Misaki – respondió Misugi.

De repente uno de los celulares sonó.

– ¿Diga? – contestó Tsubasa.

Tsubasa, soy yo – era Misaki al otro lado de la línea –. Lamento decirte que no podré ir a pasear con ustedes.

– ¿Estás bien? ¿Qué te pasó?

Me estaba preparando para salir cuando comencé a sentir un fuerte dolor de cabeza –tosió –. Tengo 37, 2 de temperatura y debo permanecer en la cama si quiero recuperarme – agregó –. Pensé que el resfriado que tenía esta mañana se me pasaría, pero empeoré.

– Está bien, Misaki, recupérate.

De verdad lamento no poder ir.

– No pasa nada, tú solo descasa – lo animó –. Pasaré por tu casa mañana, adiós – colgó –. Misaki no vendrá.

– ¿Qué? – preguntaron el resto.

– Está con algo de fiebre y debe hacer reposo – respondió.

– Parece que seremos solo sie…

– ¡¿MISAKI ESTÁ ENFERMO?! – Hyuga y Matsuyama interrumpieron al ojiverde.

– No hay tiempo para celebrar, iré rápido a la farmacia a conseguirle el mejor remedio – sin pensarlo dos veces Hikaru corrió a la velocidad de la luz, dejando a sus amigos atrás.

– Pff, lo mejor es un remedio casero preparado con amor – Kojiro agarró del brazo a Wakashimazu –. ¡Tú me ayudarás, Ken!

– ¿Qué?

– ¡¡¡Allá voy, Misaki!!! – ambos corrieron (bueno, Wakashimazu siendo arrastrado por su mejor amigo) a gran velocidad.

– Parece que seremos nosotros cuatro – dijo Tsubasa y automáticamente los demás asintieron.

Habían acordado ir a un restaurante a comer y luego volverían a casa. Estaban a unas calles de llegar cuando…

– ¡¡¡AH!!! – un hombre vestido de Santa Claus cayó al suelo y gritó de dolor.

– ¿Se encuentra bien? – el cuarteto se acercó preocupado.

– Me duele mucho la pierna – se abrazó a esa zona –. Creo que debo ir a un hospital.

– Llamaré a una ambulancia – Genzo marcó el número de emergencias.

– Yo me quedaré con él – dijo Misugi de repente –. Intentaré ayudarlo en lo que pueda.

– Te acompaño – se ofreció Ishizaki y Jun asintió en señal de aprobación.

– ¿Seguros? – preguntó Tsubasa.

– Sí, no se preocupen por nosotros – dijo Ryo.

– De acuerdo – dijo –. Yo creo que volveré a casa.

– ¿Qué? – Genzo se sorprendió ante eso.

– Está bien, nos veremos en la escuela.

– Adiós – comenzó a alejarse del lugar.

– Esto no puede acabar así – susurró y comenzó a seguirlo –. ¡Tsubasa!

– ¿Ah? – vio al pelinegro detrás suyo –. ¿Te ocurre algo?

– Deberíamos ir a ese restaurante.

– Pero si el grupo está separado – dijo –. Todos están ocupados o enfermos.

– Aun quedo yo – se apuntó a sí mismo –. No tengo nada por hacer, y quizás esta salida no salió como esperábamos, pero la noche aún es joven – sonrió –. Además, es víspera de navidad, una noche muy hermosa para pasarla con las personas que más amas.

– Gen-Genzo – sonrojado, lo llamó por primera vez por su nombre –. Tienes razón, vamos ya.

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– Lo que se pierden los demás – dijo el castaño al acabar su pastel de fresas.

– Tú lo has dicho – miró su celular –. Ya casi es medianoche.

– Se nos fue la hora – se limpió con una servilleta y se levantó.

Ambos pagaron la cuenta y salieron del restaurante, la nieve había comenzado a caer, tiñendo la ciudad de blanco. Un escenario perfecto para lo que vendría a continuación.

– Feliz navidad, Tsubasa – se detuvo de repente.

– Feliz navidad, Wakabayashi – él también paró.

– Creo que ya es hora de darte tu regalo –. De su chaqueta sacó una caja –. Si quieres puedes abrirlo aquí.

– ¿Puedo?

– Claro – abrió el regalo y descubrió la camiseta de la selección de Japón, la del número diez.

– E-esto es…

– ¿Te gusta?

– Me encanta – lo abrazó –. Parece que cuando se trata de obsequios pensamos lo mismo.

– ¿Eh? – Tsubasa metió la mano en su campera y sacó su presente – Esto es para ti.

– A ver – lo desenvolvió y se asombró al ver que también era una camiseta del seleccionado japonés, solo que esta era del portero –. Tsubasa…

– Me costó mucho conseguirla, tuve que ir a varias tiendas – se encogió de hombros.

– Es lo mejor que me han dado – dijo eufórico –. Por cierto.

– ¿Sí?

– Ese gorro que tenías en tus manos el otro día, ¿Era para mí? – se atrevió a preguntar.

– Sí, era para ti – contestó.

– ¿Sabes? Aunque tengo muchas gorras, no me hubiera ido mal tener otra, después de todo era muy bonita – comentó sonrojado –. Y más viniendo de ti.

– Wa-Wakabayashi.

– La cosa es… Que te amo, Tsubasa – listo, ya lo dijo –. He estado enamorado de ti desde hace un tiempo, pero no me animaba a decirlo.

– Wakabayashi – Genzo pensó que lo había arruinado todo, hasta que el castaño le dio otro abrazo, solo que más fuerte –. Que felicidad, mis sentimientos son correspondidos.

– Tsubasa… Eso quiere decir que…

– También te amo, Genzo – dicho esto ambos se dieron un beso apasionado, el primero de muchos. De pronto el pelinegro sintió algo en la cabeza.

– ¿Y esto? – con una mano lo tomó y era la gorra que le había comentado momentos atrás.

– La compré al final – dijo –. Regresé al día siguiente y la compré.

– Tsu-Tsubasa – lo miró –. Realmente eres una caja de sorpresas – volvió a besarlo.

– Te amo, Genzo Wakabayashi.

– Y yo a ti, Tsubasa Ozora.

Definitivamente esta era la mejor navidad de todas.

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– Sonríe a la cámara, Ganzo – a la mañana siguiente sus hermanos tuvieron la “genial” idea de grabarlo mientras se probaba sus nuevos presentes.

– ¡¡¡Salgan de mi habitación!!! – enojado, tomó una pelota de hule y se los lanzó.

Notas finales:

Ah, logré llegar a tiempo.

Terminé cerca de las una el episodio, quedé cansada.

Tsubasa: Haruka, no te olvides de contar qué pasó con los demás.

Claro, claro:

- Misaki pasó la nochebuena acostado en su cama acompañado de su familia y Matsuyama, quien había ido a la farmacia a por un remedio (como mencioné en el capi). No se preocupen, se recuperó al cabo de unos días.

- Hyuga y Wakashimazu estuvieron como locos preparando una medicina casera para Taro en la casa del primero.

- Luego de acompañar al adulto al hospital, Misugi e Ishizaki fueron a comer algo, a fin de cuentas debían aprovechar la fiesta.

- Y Genzo y Tsubasa ya saben, salieron de sus casas siendo amigos y regresaron como novios.

Genzo: y mis hermanos se burlaron como siempre -_-

Originalmente iba a ser más apegado a los capítulos de Hatsukoi Limited, pero al final decidí hacer mi propia versión de los hechos porque no recordaba como era en el manga (además de que lo perdí).

Bueno, es todo. Nos leeremos el miércoles o jueves con el final de Alas Rotas, preparen pañuelos.

Haruka, Tsubasa y Genzo: Feliz Navidad :D


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