Capítulo 1: su cabello sedoso.
Jeon Jungkook estaba acostumbrado a que lo miraran extraño.
Él sabía que muchos chicos de su edad estaban más interesados en llamar la atención de las chicas o incluso en sus futuros en la universidad para poder entrar a grandes empresas y tener un trabajo asegurado. Pero Jungkook a sus 20 años aún pensaba en cumplir sus sueños y en perder el poco tiempo libre que tenía. No era como si no le preocupara su futuro como a sus amigos, pero él aún creía que podía ser un actor de doblaje. Había pasado toda su infancia y adolescencia viendo series extranjeras que pocas veces tenían doblaje en coreano, por lo que creía fervientemente que él podía hacer ese trabajo. Sin embargo también se había anotado en la carrera de administración de empresas porque, bueno, la mayoría de sus amigos habían hecho lo mismo y al menos así no estaría solo e iría a las clases.
Pero el disfrutar de las series extranjeras era para Jungkook más que un pasatiempo, para ese entonces ya era casi como un estilo de vida para él. Solía asistir a todas las convenciones geek que se desarrollaran en Busán, su ciudad natal, él era conocido por casi todo el ambiente por sus cosplays de personajes, ya fueran de series animadas, de series no animadas o incluso de videojuegos a veces. Pero esta era la primera vez que asistía a una convención en Seúl. Si bien se había mudado a Seúl porque había sido admitido tanto en una universidad de economía como en una de artes, aún faltaban dos semanas para que empezaran las clases, por lo que consideró que ese sería su premio de incentivo para el año entrante, así que era necesario que él disfrutara de la convención, ¿verdad? Es por ello que se había vestido como su personaje favorito de una de sus series favoritas: Keith, de Voltron, por supuesto. No era la primera vez que lo hacía y ya había avisado por su cuenta de Instagram que iría a la convención vestido así, a lo que varios de sus seguidores le habían respondido que ansiaban verlo en persona.
Por todo ello fue que no le importó cuando, de camino a donde se desarrollaría el evento, recibió miradas extrañadas de las personas a su paso.
De pie frente a la puerta abierta del salón del evento muchísima gente comenzó a mirarlo, pero ahora las miradas eran de emoción y realización cuando otras personas reconocían a Keith en él. El vestuario que comúnmente usaba el Paladín rojo, chaqueta roja, pantalones negros, había sido igualado por completo por Jungkook, quien se enorgullecía de sí mismo cada vez que usaba ese traje que había confeccionado él mismo.
— ¿Podemos sacarnos una foto contigo? — le preguntaron un grupo de chicos y chicas de su edad, él accedió, acostumbrado a que se sacaran fotos con él en ese tipo de eventos. Seguramente habría atraído más gente si hubiera ido como Iron Man porque las películas estaban de moda, pero él no hacía eso por las fotos sino para divertirse.
El tiempo pasaba y entre foto y comida y algunas personas que lo reconocieron de su cuenta de Instagram, Jungkook ya estaba cansado y decidido a que en una media hora se iría.
— Hey, Mullet, no esperaba verte aquí. — una voz suave y dulce pero pícara lo distrajo de la pila de posters que estaba viendo por segunda vez en el día decidido a elegir aunque sea uno para su hermano mayor.
Al darse vuelta hacia la dirección de la voz vio a un chico unos centímetros más bajo que él, sedoso cabello castaño, ojos avellana, casco de Paladín azul en mano.
— ¿L-lance? — murmuró Jungkook sin poder entender qué estaba pasando. El chico de cabello sedoso rió y sus ojos se cerraron en pequeñas líneas onduladas que Jungkook encontró adorable.
— ¿Es difícil ser mitad galra en este mundo donde todos los odian? — le preguntó abriendo un poco los ojos con expresión divertida. Jungkook sonrió ampliamente y respondió:
— Casi tanto como flotar a la deriva en el espacio para volver a la Tierra.
El chico Lance volvió a reír y con su mano libre golpeó suavemente a Jungkook en el brazo.
— ¿Cómo está Veronica? — le preguntó Jungkook y el chico abrió su boca profiriendo un suave “aah” antes de agregar:
— ¿Ahora preguntas por ella? Lo siento mucho, Keith, pero hasta que decidiste tenerla en cuenta ella ya está saliendo con Acxa.
Jungkook pestañeó un par de veces sorprendido y perdido.
— Espera, eso nunca ocurrió. — dijo, y el chico Lance volvió a reír guiñando sus ojos y haciendo que Jungkook estuviera más perdido aún. Él le extendió la mano:
— Soy Jimin, pero en mis ratos libres me gusta ser el Paladín azul.
Jungkook tomó su mano y le respondió:
— Jungkook, también conocido como el Keith de Busán.
— ¿El Keith de Busán…? ¿Vives ahí? — preguntó Jimin soltando su mano, al instante Jungkook extrañó el calor de su tacto.
— Sí, algo así. Me mudé aquí hace un mes por la universidad, pero sí soy de Busán.
— Mi hermano me ha hablado de ti. — contó Jimin con una sonrisa. — También vivo aquí por los estudios, pero mi familia es de ahí y mi hermano ha ido a una que otra convención ahí y me dijo que hay un chico que una vez se vistió de Keith.
— No he conocido a otro Paladín rojo ahí así que probablemente haya sido yo.
Jimin sonrió y le dijo que era genial conocerlo y luego lo invitó a tomar un café helado en una cafetería cerca de ahí ya que según él ese lugar era “estudiante estresado amigable” por lo que si querías un ambiente relajado para estudiar con café accesible para el bolsillo de un estudiante casi quebrado ese era el lugar indicado. Además su mejor amigo trabajaba ahí de medio tiempo y él era fan de Voltron también.
— ¡Tae, mira a quien encontré! — exclamó Jimin al entrar y divisar a su amigo tras la barra.
— ¡Santo quiznak! — exclamó el chico de cabello color crema, un color extraño pero que él lograba llevar como si fuera lo más normal del mundo aunque era bastante único.
— Te presento a Keith, alias Jungkook. Y él es Taehyung, alias el ‘Shiro es mi amor platónico aunque Platón entendía el amor de otra forma”. — los presentó Jimin.
Taehyung se apoyó sobre la barra para tocar la chaqueta de Jungkook y abrió sus ojos emocionado antes de exclamar:
— ¡Esto es lo más hermoso y realista que he podido tocar!
Jungkook rió por la reacción de Taehyung.
— Gracias, tardé mucho en encontrar la tela perfecta.
— Tan. Cierto. — sollozó Taehyung. — Y las personas creen que hacer cosplay es fácil. Me habría gustado quedarme hasta el final del evento pero...— señaló su delantal y Jimin asintió con tristeza.
— De todas formas no te perdiste de nada, solo hicieron el típico concurso de baile y el típico concurso de canto y al final había batalla de fandoms pero eran solo fans de grupos de idols. — lo animó Jimin.
— Aunque me habría gustado ver a los fandoms cantando fanchats y viendo quien grita más fuerte. — Taehyung hizo un mohín.
— Luego nos enteramos quién ganó seguramente. — intervino Jungkook.
— Muy cierto. — Taehyung se incorporó y estirándose les preguntó: — ¿Quieren llevar algo o solo venían a alegrarme la tarde? Aún me quedan dos horas aquí dentro.
— Ya sabes lo que quiero y, ¿Jungkook?
Jungkook miró la tabla donde estaban los tipos de cafés y los precios e hizo una mueca, había llevado poco dinero a propósito para no gastar más de lo necesario y ya se había acabado casi todo en la comida que había comprado en el evento.
— Solo elige lo que quieras, esta vez te invito yo. — Jimin le dijo sonriéndole de esa forma que al parecer era su marca registrada.
— Entonces elegiré un frapuccino de frutilla. — respondió.
— Genial, un frapuccino de frutilla y uno mocha para llevar. — dijo Taehyung mientras se giraba para comenzar a preparar las órdenes al mismo tiempo que Jimin sacaba su billetera y Jungkook lo admiró aún más al ver que había hecho un bolsillo secreto en el traje de Paladín, aunque en el espacio no sería útil en la Tierra era muy cómodo.
Taehyung les entregó sus órdenes y Jimin pagó. Los tres charlaron un rato más mientras Taehyung atendía a los clientes ocasionales que concurrían en domingo al lugar. Como había dicho Jimin en su mayoría eran estudiantes, aunque también entraban parejas o pequeños grupos de amigos. Tras una hora Jungkook decidió que era tiempo de volver a su pequeño departamento. Se despidió de los dos chicos, no sin haber intercambiado sus números de celular antes, e intentó reorientarse para volver a lo que sería su hogar por los próximos 5 años hasta que terminara la universidad.
Al llegar se bañó y se puso ropa más cómoda para preparar algo simple de comer. Cenó mientras veía un capítulo de Voltron para terminar el día geek y al ver al personaje de Lance recordó al chico de cabello sedoso y sonrisa cálida.
Sin pensarlo se quedó mirando la mano con la que lo había saludado.
En la soledad de su departamento sonó su celular con un mensaje entrante. Miró de reojo la pantalla brillante.
Y sonrió.