Yo te amo para comenzar a amarte,
Para recomenzar el infinito
Y para no dejar de amarte nunca
Por eso…
… no te amo todavía... (*)
Oye, Sixer…
Si alguna vez alguien me hubiera dicho que todas mis pesadillas se volverían realidad seguramente no lo hubiera creído. No lo hubiera querido creer. Aún ahora no puedo creerlo. Y sin embargo aquí estamos. Las pesadillas se han apoderado del mundo entero.
¿Cómo pudimos ser tan tontos para pensar que podríamos ser capaces de detenerlo?
Bueno, tal vez hubiéramos podido. Pero yo lo eche todo a perder ¿cierto? Como siempre.
¿Por qué no pude hacer algo tan simple y tonto como tomar tu absurda mano? El miedo, la incertidumbre, el rencor y el orgullo me enceguecieron. Cuando me di cuenta, era ya demasiado tarde. Bill transformó a nuestros amigos, llaves indispensables para derrotarlo, en estandartes.
Todo se perdió en ese momento. Nuestro último plan desesperado de utilizar el borra-memoria en realidad era brillante, la última oportunidad para salvar al mundo, para salvar a los niños. Pero olvidamos un detalle importante: nuestro contrincante era el mismísimo dios del caos, el maestro de la manipulación y los engaños. ¿Cómo pudimos pensar en tratar de tenderle una trampa? Apenas se dio cuenta de lo que habíamos hecho abandonó mi mente, sin darte tiempo siquiera de apuntarme con el arma.
La bestia no estaba feliz. (¡Oh!) Claro que no. Habíamos hecho enfurecer a un verdadero monstruo que no se detendría ya por nada ni nadie.
Quedé aturdido por su intromisión en mi mente por lo que no pude hacer nada, solo mirar horrorizado, pues todo ocurrió de una forma demasiado rápida como para hacer algo incluso de haber podido. Vi el miedo apoderarse de ti y supe que todo estaba perdido. Te vi rendirte y entregarle al demonio la información que quería en un último intento desesperado por aplacar su ira. Pero era ya demasiado tarde.
¡Y los niños Sixer! ¡Los niños! ¡Ellos eran inocentes!
No tenían ninguna culpa de haberse ido a meter a un lugar tan peligroso como lo era ese pueblo, no tenían que haber vivido nada de aquel horror. Estaban a mi cuidado y no fui capaz de protegerlos. Vi como sus figuras, junto a la tuya, se congelaban lentamente en una grotesca mueca de terror eterno. Convertidos en piedra, un liquido rojo comenzó a escurrir por cada orificio de sus rostros. Condenados para siempre a ser esa fuente horrorosa que acompañaría los estandartes de los demás como macabros objetos de decoración en el salón de Bill.
Bill había triunfado, el mundo era suyo. Silenciosamente me resigné a mi propio fin, esperando que al menos, si había algo después de la muerte, pudiera encontrarme con ustedes en algún lado. Pude ver a Bill en medio del salón, celebrando su triunfo con una risa maniática que resonaba entre las paredes de ese lugar oscuro donde toda esperanza se había desvanecido. Lo vi darse la vuelta y observarme ahí donde estaba tirado. Se acercó a mí, la energía reverberante de su ser provocó que cada vello de mi cuerpo se erizara.
Curiosamente, para este punto, ya no era capaz ni siquiera de sentir miedo. Le devolví la mirada, expectante del final que sabía inminentemente próximo. Levantó una mano y chasqueó los dedos.
Después, la esperada y bendita oscuridad lo envolvió todo.
***~~~***