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The Truth Untold por Nao_Ran

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Notas del fanfic:

Este es el segundo fanfiction que publico sobre BangTan... y es porque estoy absoluta y perdidamente enamorada de ellos.

También amo con mi vida el NamJin y como no he encontrado muchos fic de ellos que sean mas o menos buenos -decentes- me propuese escribir esta historia romántica entre ellos. 

Es el universo BTS pero, por supuesto, me lo invente casi todo con excepción de fechas y canciones reales, solo para darle más drama a la cosa.

Este fic esta terminado y será actualizado una vez a la semana. 

También estará publicado en Wattpad bajo el nombre de Hiro Nakano con el mismo titulo. 

¡Denle mucho amor! 

¡The NamJin is real!

 

Capitulos largos.

Iniciado: Septiembre 2018.

Terminado: Marzo 2019.

Fic Completo.

Se prohibe cualquier adaptación.

Notas del capitulo:

Este primer capitulo será una especie de introdución desde la perspectiva de NamJoon. 

Comenten si les gusta y nada, ¡a disfrutar del más grande Ship en la historia de BTS!

=)

Capitulo I

 

La cosa que más odia Kim NamJoon.

 

Estaba cansado. Su cuello dolía y podía sentir la tensión en sus hombros y brazos. La espalda también le molestaba y sus piernas estaban a punto de atrofiarse.

 

Llevaba diez horas en el estudio sin poder crear un bit decente y ni una sola frase escrita le convencía.

 

Estoy harto.

 

Pasó las manos por su rostro exhalando pesado, como si el espíritu saliera de su cuerpo. Se quitó los audífonos con molestia y los lanzó sobre la tornamesa sin ningún reparo.

 

Ese ya era el quinceavo día de esa rutina llena de fallos que estaba haciendo estragos en su mente de músico. Nada venía a su cerebro, ni una miserable frase o estrofa que pudiera utilizar como base para una futura canción.

 

Con pereza se levantó de la silla y se acercó hasta su bolso para sacar la libreta de notas donde trazaba sus ideas, pensamientos y emociones que le permitían escribir canciones. Las leyó y releyó durante otro par de horas y no encontraba nada que fuera lo suficientemente importante para hacer el clic que necesitaba para componer.

 

Cuando su móvil comenzó a vibrar sobre el escritorio dejó la libreta en el suelo y se quedó mirando la pantalla iluminada. Podía leer perfectamente el nombre de la persona que estaba llamando y la hubiera ignorado si no sintiera una especie de culpa comenzar a levantarse con propiedad y cierta molestia en su interior.

 

Estiró su largo brazo y atendió. Era Jin quien le preguntaba si iba a ir a comer a casa. Negó con un monosílabo y se quedó en silencio esperando a que el otro hablara. Pero Jin también guardó silencio, permitiéndole escuchar así un suspiro que dio a través de la línea. Luego, le pidió que al menos comiera algo, porque llevaba doce horas encerrado en el estudio y que no era bueno para su salud, que se cuidara. La llamada se desconectó antes de que NamJoon pudiera responderle, quedándose mirando el móvil con la rabia subiendo por su garganta hasta hacerle sentir el rostro caliente y comenzar a sudar.

 

Jin, la tarde anterior, le había pedido ir juntos a comprar algunas cosas a una tienda de figuras coleccionables y él, sin prestarle mucha atención, había prometido su compañía. Pero había faltado a su compromiso por estar tan inserto en intentar terminar con su etapa de bloqueo creativo, por lo que la reunión se había quedado olvidada en el último lugar de su cabeza. Aun así, Jin no le había recriminado nada ni se había enfado con él, sino que simplemente lo llamó para preguntarle si comería con ellos en casa porque se preocupaba de que no estuviera alimentándose bien.

 

Suspiro pesado otra vez.

 

Se dejó caer nuevamente en el sillón pensando en qué demonios podía hacer para salir de ese estado de completa frustración en el cual estaba metido, pero sinceramente nada se le ocurría. Miró la hora en el reloj de la pared y este marcaba las nueve de la noche. Efectivamente llevaba doce horas encerrado en el estudio sin hablar con nadie ni mirar a otro ser humano.

 

No es como si lo necesitara de todas formas.

 

Volvió a levantarse y se acercó a la mezcladora y a su MIDI para ver si algo podía sacar con ese sentimiento de odio que estaba experimentando hacia sí mismo en aquellos instantes.

 

Él quería una nota, un bit, una armonía.

 

Pero todo el sonido que se escuchaba era demasiado violento incluso para él mismo.

 

Otro par de horas más y NamJoon ya estaba lo suficientemente furioso como para golpear la silla y patear la mesa que estaba a un lado sin importarle un carajo.

 

Maldijo en voz alta y luego se quedó en silencio.

 

Iba a salir de ese estudio que por primera vez en su vida lo estaba ahogando. Sin apagar nada salió azotando la puerta con su bolso tomado fuertemente en la mano izquierda.

 

Pensó en llamar a Jin para que fuera a recogerlo, pero ya eran pasadas las doce de la noche y no quería molestarlo... seguramente ya está dormido. Decidió entonces esperar un taxi e ir al departamento y beberse todas las cervezas que hubiese en el refrigerador, esperando que Suga hyung estuviera aún despierto. Necesitaba hablar urgentemente con él.

 

Al llegar a casa todo estaba en silencio, pues ya eran cerca de las una y treinta de la madrugada. Se quitó los tenis y la chaqueta con más calma de la que creyó capaz y con los pies descalzos se encaminó a la cocina. Sobre la isla de mármol había una bandeja con comida tapada con una malla en forma de paraguas de color rosa. La nota pegada indicaba que debía comerse todo, si no, lo golpearía cuando se despertara en la mañana.

 

Jin de nuevo. Preocupándose por él, aunque le había dejado plantado sin dar ninguna explicación o disculpas.

 

Sacó una botella de cerveza importada y se sentó mirando la comida sin tener ánimos de nada.

 

No sentía hambre, solo el estrés cargándole los hombros y amenazando con provocarle un nuevo dolor de cabeza de proporciones casi apocalípticas.

 

Tres cervezas después, escuchó los pasos de alguien acercándose y al levantar la vista se topó con los ojos cansados de YoonGi, quien le preguntó qué hacía en la cocina a esa hora.

 

NamJoon le respondió que había llegado tarde del estudio y que estaba intentando comer algo, pero que simplemente no podía. Suga entonces se sentó a su lado y tomó una de las botellas que estaban en el mesón esperando ser bebidas. Le preguntó qué le pasaba, que su rostro estaba completa y absolutamente demacrado. El líder respondió que estaba teniendo un mal momento, que no podía escribir ni crear nada y que ya estaba harto de ir al estudio y hacer porquerías.

 

YoonGi le preguntó cuánto tiempo llevaba con ese bloqueo y él contestó que casi quince días. Suga guardó silencio un momento porque sabía que ese tiempo era demasiado para el líder. NamJoon era de aquellos que podía escribir una canción en quince minutos, una melodía en dos horas, un rap de lujo en una jornada. Quince días era un tiempo eterno y como él mismo pensaba, demasiado para un músico de su nivel.

 

Nam entonces le preguntó sobre qué podía hacer... y Suga no estuvo muy seguro de lo que debía responder, ya que él casi nunca tenía esos bloqueos creativos. Si algo no le salía como deseaba se sentaba en el piano eléctrico y luego de unas horas podía crear ritmos y melodías que acompañaban las canciones que ya tenía escritas. Así que lo miró durante unos segundos mientras bebía de la cerveza y le dijo que, por lo pronto, debía comer porque no era bueno que el estrés terminara por matarlo de inanición. Que si no comía todo lo que dejó Jin iba a arder Troya a la mañana siguiente y que si seguía así sería mejor se fuera un par de días de viaje... quizás la soledad le ayudaba aclarar sus ideas y le permitiría escribir lo que quisiera.

 

NamJoon contempló la idea y no se le hizo tan mala. Hacía mucho tiempo que no viajaba solo y recordaba con perfección que el sentimiento de soledad siempre le ayudaba a crear buenas canciones. Hizo el intento de levantarse e ir a su habitación, pero YoonGi lo detuvo y le señaló la comida. RM entonces se acomodó y comenzó a comer sin mucho ánimo ni ganas. Sabía que eso lo había preparado Jin, pero aún así la estúpida molestia le estaba impidiendo disfrutar de su siempre sabrosa comida.

 

Cuando ya no quedó mucho en los platos Suga se levantó y le deseo buenas madrugadas, pues ya eran las tres y quince. Se despidió con un asentimiento mientras botaba lo restante y metía los platos al lavavajillas, instrumento tecnológico que si podía utilizar sin causar un desastre.

 

Al llegar a su habitación TaeHyung aún estaba conectado a su computadora, jugando sus jueguitos online de guerra. Al parecer ni siquiera reparó en su presencia por lo que se dejó caer en su cama quitándose solo la sudadera y el cinturón. No tenía ánimos de nada más.

 

Dio un par de vueltas tratando de conciliar el sueño pensando en dónde podría ir por un par de días de soledad. Como el invierno estaba próximo pensó que quizás un centro de sky le serviría. Podía estar en una habitación con un balcón que diera a las pistas de nieve y quedarse ahí mirando el horizonte intentando crear nuevas canciones. Le gustó la idea y mientras planeaba todo el sueño comenzó a invadirlo. Lo último que pensó fue en que debía anunciarlo a la compañía, luego la inconsciencia lo alcanzó y pudo dormir por fin luego de noches enteras de insomnio.

 

Cuando comenzó a despertar las cortinas aún estaban cerradas, por lo que su habitación estaba en penumbras. No podía escuchar la voz de nadie, por lo que creyó que TaeHyung estaba dormido y que gracias a dios la puerta de la habitación estaba cerrada. Intentó moverse, pero sus músculos lo resintieron. Toda su espalda dolía y el cuello parecía ser la peor parte, por lo que tratar estirarse le pareció una pésima idea. A tientas comenzó a buscar su móvil y cuando lo alcanzó la hora lo sorprendió, eran ya las cuatro y veinte de la tarde.

 

Se quedó quieto por un par de minutos reuniendo las ganas de levantarse e ir por una ducha. Los restos de la molestia del día y la noche aún estaban presentes en su cabeza por lo que definitivamente iba a darse un baño de agua fría. Necesitaba despejar su mente para comenzar de nuevo con el intento de salir de esa mala etapa creativa en la que estaba.

 

Cuando salió de su habitación al baño solo pudo escuchar algunos murmullos desde el salón. Si agudizaba el oído podía notar la voz de TaeHyung y JiMin y la risilla burlona de JungKook. Cuando entró al baño y estuvo listo para la ducha conectó su móvil al equipo de música que habían instalado y una seguidilla de canciones de todas las épocas, países y estilos comenzaron a sonar.

 

Quizás algo de eso le podría aliviar.

 

Pero definitivamente las musas se le habían ido al carajo, porque ni el agua helada ni la música estaban dispuestas a ayudarle.

 

Maldijo nuevamente cuando se estaba envolviendo en una toalla y salía del baño sin secarse por completo.

 

Ya vestido con un chándal y una sudadera roñosa salió al salón y se encontró con los maknaes juntos viendo algo en la computadora portátil de JiMin. Suga parecía estar durmiendo en el futón y Hobi estaba con el mando de la TV cambiando los canales sin detenerse en ninguno.

 

Tae fue el primero en levantar la vista y saludarlo sonriente, como si su sola presencia le hubiera asegurado el premio de una competición. Se chocaron las manos con JiMin y JungKook y él se les quedó mirando sin entender muy bien qué era esa felicidad al verlo.

 

Fue Hope quien le contó que Jin los había amenazado “si con sus gritos despiertan a NamJoon voy a llamar a sus madres y les contaré lo que cada uno hace cuando está solo en su habitación”. Entonces JiMin, muy orgulloso, dijo que habían estado tranquilos y en silencio para que él pudiera dormir todo lo que necesitaba y que así Jin hyung no los podría delatar con sus madres... JungKook se estremeció al recordar la vez que desobedecieron una de las órdenes de Jin y este, sin miramiento alguno, había llamado a cada una de las madres de los maknaes para contarles que se habían emborrachado un día antes de un importante concierto. No hace falta decir que al segundo siguiente todos los móviles de los menores comenzaron a sonar y al momento de contestar los gritos de sus madres se dejaron escuchar por el departamento, ante el miedo de ellos y la sonrisa satisfecha de Jin. “No me hagan hacerlo de nuevo” había advertido el mayor y los maknaes juraron nunca volver a desobedecer a su hyung-nim.

 

Entonces NamJoon preguntó por Jin para agradecer el gesto, pero HoSeok le dijo que había salido unas horas atrás a comprar unas cosas y luego se iba a reunir con sus compañeros de secundaria, así que probablemente iba a llegar muy tarde.

 

El líder asintió y se dirigió a la cocina para buscar algo de comer. Solo había algunos platos de fideos negros que probablemente había pedido Tae para el almuerzo. Antes de comer los calentó y se sirvió un vaso de agua para acompañar. Mientras masticaba se dijo que no estaba tan bueno y que debería haber disfrutado un poco más la comida que Jin había preparado el día anterior. SeokJin ya casi no cocinaba para ellos por la agenda siempre llena que tenían, por lo que sé sintió un estúpido al no haber comido con entusiasmo la deliciosa comida que Jin siempre preparaba.

 

Cuando acabó todo, porque sinceramente él hambre había aparecido como un monstruo en su estómago, fue a sentarse al sillón más grande donde ya no estaba ninguno de los menores. Se quedó mirando la película que JHope había comenzado a reproducir, pensando en otras cosas más que concentrarse en la trama. Algunas horas más tarde Suga despertó y sin decir nada se fue a encerrar a su habitación. NamJoon estaba seguro de que se le había ocurrido algo que escribir o tocar y tuvo envidia, por dos segundos, de su cabeza de genio musical.

 

En esos momentos deseaba volver a fumar, hacer algo con sus dedos ya que no podía escribir nada. JHope sin mirarlo le dijo que ni lo pensara, pues sabía exactamente cuánto se molestaba JungKook cuando alguno fumaba cerca de su lugar de confort. NamJoon, entendiendo la advertencia, le contestó que iba a salir un momento porque necesitaba estirar las piernas. Hobi le comentó que habían construido un parque cerca del edificio donde aún no iba mucha gente, y al ser de noche quizás estaría vacío por lo que podría hacerlo si quisiera. RM sabía que se estaba refiriendo a fumar, así que le agradeció el consejo.

 

Se calzó las zapatillas y tomó uno de los polos rosa de Jin que estaban colgados en la entrada, saliendo del apartamento y luego del edificio. Agradeció que SeokJin siempre tuviera un cubre bocas en cada uno de sus bolsillos, así que se lo puso antes de entrar a una tienda de conveniencia, con la capucha del polo también instalada en su cabeza.

 

Compró cuatro botellas de soju y una cajetilla de cigarrillos, además de algunas chucherías con toda la intención de intentar calmar su apesadumbrada mente. Y al llegar al parque que JHope le había indicado descubrió con tranquilidad que efectivamente no había nadie, aunque eran recién las nueve de la noche.

 

Se sentó en una de las bancas que tenía una mesa adosada y dejó las bolsas, abrió la primera botella de soju y vertió un poco en el vasito de plástico transparente que le habían regalado en la tienda. Cuando encendió el primer cigarrillo sintió cómo su garganta se secó en un segundo, por lo que luego de aspirar bebió de un trago el soju que se había servido. Hacía casi un año que no fumaba, y de esa vez habían pasado dos años también. Cuando era adolescente lo hacía más, sobre todo como muestra de rebeldía ante la crianza estricta que estaba recibiendo de sus padres. En aquel momento, cuando ya era un adulto, solo lo hacía cuando el estrés estaba por consumirlo por completo, tal como en ese instante.

 

Comenzó a revisar sus redes sociales y apareció el perfil de los miembros de BangTan, quienes usaban pseudónimos para tener sus cuentas personales y subir lo que no podían en las cuentas oficiales de BTS. Los seguidores de todos eran idols de otros grupos, actores, solistas, productores, familiares y sus amigos cercanos. Su perfil no tenía muchas fotos propias, pues llevaba pocos meses con esa cuenta, en cambio JiMin y Jin eran los que más interacción tenían, por lo que siempre estaban en el top de su muro.

 

JiMin había publicado una foto de él y los otros dos maknaes comiendo una pizza en la cama de Tae. Y a pesar de que estaban juntos la foto ya tenía comentarios de los tres. Luego, al seguir con el historial de fotos, la cuenta de Jin tenía una nueva publicación, una foto donde estaba rodeado de personas que no conocía y abrazando por el hombro a una chica: “¡tantos años y muchos recuerdos! Gracias por su cariño, amigos míos” y luego un montón de personas etiquetadas y hashtag. Entonces esos eran sus compañeros de secundaria con los cuales se iba a reunir. Todos estaban sonriendo, la mesa llena de comida a medio servir y un montón de botellas de alcohol coronaban la celebración. Jin se veía feliz, con esa sonrisa genuina y transparente que siempre lograba calmarlo, disfrutando de una reunión con sus antiguos compañeros de escuela.

 

Decidió detenerse en el perfil de Jin para mirar sus fotos, pues hacía días que no lo hacía. Las imágenes siempre lo mostraban con alguien del grupo, donde casi siempre se repetía TaeHyung y JiMin. Aparecían abrazados, posando, comienzo algo, e incluso unos cortos videos donde salían molestándose los unos a los otros. De fondo siempre estaba la risa graciosa de Jin. Él no había estado en ninguna ni mucho menos conocía esos momentos porque se encontraba encerrado en el estudio intentando hacer algo por su vida de artista. También le llamó la atención una foto de ese mismo día, pero cerca de las tres de la tarde, donde Jin aparecía con una caja de un Mario Bross y con cara de alegría “¡por fin! ¡La edición limitada del señor Mario del año 89’! ¡Casi no lo consigo!”. Eso es lo que quería comprar dijo sintiéndose aún más molesto consigo mismo.

 

Siguió bebiendo mientras veía más fotos de todos, hasta que una notificación salto a su pantalla anunciando una nueva publicación de Jin “Te extrañaba demasiado Eunjinnie”. En la imagen se podía ver a su hyung, junto a la misma chica de la foto anterior, muy juntos y posando con los dedos haciendo una “V”. Los comentarios no demoraron y TaeHyung y JiMin comenzaron a enviarle caras y emoticones. Jin, por supuesto, no respondió a ninguno.

 

Dejó su móvil en la mesa mientras seguía fumando y bebiendo, pensando en que por lo menos uno de ellos estaba pasando un buen momento. Se veía que Jin estaba feliz al lado de esa chica y pensó que quizás, en la foto anterior, además de Jin, él también podría haber posado junto a la figura de Mario Bross.

 

Solo si lo hubiera recordado...

 

Hacía tanto tiempo que no se tomaba una foto con Kim SeokJin... y a él le encantaba tomarse selcas con su hyungnim.

 

Rato después y al ver que solo le quedaba la mitad de la última botella de soju decidió que ya debía volver. La noche estaba refrescando mucho y la ropa de Jin no era muy gruesa. Caminó a paso lento sintiendo que estaba un poco mareado, pero no tanto como para considerarse borracho. No había dejado de pensar ni en su bloqueo ni mucho menos en Jin y lo mucho que extrañaba conversar con él, su presencia. El mayor siempre tenía palabras de apoyo que darle y su sonrisa pura era como una brisa de aire fresco en un verano caluroso. Quizás mientras buscaba hotel para su viaje podría hacer tiempo y esperar despierto hasta que el mayor de los Kim regresará al departamento, así podría hablar con él y disculparse por su ausencia el día anterior, además de agradecerle por la consideración de amenazar a los maknaes y que así le dejaran dormir todo lo que necesitaba. Tenía que, al menos, liberar el sentimiento de culpa que sentía... una preocupación menos sería de mucha ayuda en su estresada mente.

 

Ya en casa fue por su iPad y comenzó a googlear lugares donde viajar, todo con la intención de esperar el regreso de Jin. Eran cerca de las dos de la madrugada cuando pudo reservar un hotel en un centro de sky bastante agradable y, para su comodidad, no tan lujoso ni llamativo. Serían ser tres días y dos noches las que estaría ahí, pues la compañía no podía darle más jornadas de ‘descanso’. Estaba buscando ropa de nieve por internet, cuando escuchó una risa estruendosa afuera del departamento.

 

Ese, sin lugar a dudas, era Kim SeokJin.

 

El sonido de la cerradura eléctrica se escuchó igual de alto que la voz de Jin quien parecía hablar con alguien y reír de inmediato nuevamente. El primer intento falló, pero al segundo la puerta se abrió sin problemas. El mayor seguía riendo fuerte mientras intentaba sacarse los tenis. Espera, espera... tengo que sacarme esto. NamJoon creyó que de verdad venía acompañado pero la puerta se cerró y nadie siguió a SeokJin cuando se adentro al departamento. Lo que sí pudo notar es que caminaba con el brazo estirado, mirando su móvil. ¡Nonono, no digas eso! ¡No me di cuenta!, ¡Es que eres muy despistado, mierda! ¡Se me cayó el teléfono! Otra explosión de risas y Jin no podía parar. Cuando NamJoon lo miró desde el sillón el otro ni siquiera había reparado en su presencia, estaba muy emocionado hablando con una chica, pues la voz era inconfundible. ¡Te digo que no me di cuenta! ¡Es decir! ¿Quien iba a pensar que ese imbécil de mierda iba a terminar siendo gay y me iba a pedir una selca porque ahora el amor de su vida es un idol? La voz se Jin sonó extrañamente despectiva e irritada sorprendiéndolo, pero las risas no cesaron y la vena furiosa de la frente de NamJoon estaba comenzado a palpitar. Todos estaban dormidos a esa hora, incluso TaeHyung quien se había enojado al perder una partida online acostándose de la pura frustración. HoSeok y JiMin estaban en su quinto sueño y JungKook estaba en estado de coma como siempre que dormía... aún así, sería realmente imposible que no se despertara con el escándalo que estaba haciendo Jin en la sala. Voy a ir por más cervezas ¿llegaste a tu casa?, ¡sisisi, es solo que no encuentro el puto interruptor de la luz! ¡Oh mierda! Y otro golpe y ahora sí que el mayor estaba llorando de la risa.

 

NamJoon entonces se levantó molesto del sillón y se acercó a él hasta tocarle el hombro. Jin se asustó y también dejó caer su móvil de la impresión.

 

–Hyung, todos están dormidos. Baja la voz por favor.

 

Jin lo miró desconcertado un momento y luego todo su semblante se volvió serio. Asintió con un monosílabo mientras se escuchaba la voz de la mujer al teléfono preguntando si también se había caído. Tomó su móvil con rapidez y al enfocarse bien volvió a sonreír mientras le decía que su móvil se había deslizado de sus manos mientras intentaba sacar una cerveza. ¡Ahora te veo! ¡Muéstrame tu casa! El mayor se metió a la cocina y RM quedó descolocado. Ni siquiera le había dirigido la palabra, solo un monosílabo y una mirada de fastidio. Y observó cómo el otro Kim dejaba el móvil sobre la mesa mientras buscaba platos y vertía papas saladas y otras chucherías con la intención de ponerlas en una bandeja y llevarlas a su habitación junto a las cervezas que ya había sacado. ¡No puedo creer que nos hemos vuelto a ver! pensé que te habías muerto. Pues ya ves que no Kim SeokJin, he venido por ti otra vez. El silencio de la conversación duró varios segundos, en los cuales Jin se quedó mirando la pantalla del móvil con una expresión indescifrable en el rostro. NamJoon se sintió un intruso al estar espiando la conversación de su hyung, principalmente porque Jin parecía de un humor extraño en ese momento. Se devolvió al sillón y se quedó ahí esperando a que Jin saliera, ojalá ya sin estar al teléfono en video llamada para por fin hablar con él.

 

Algunos minutos después el mayor salía de la cocina con una bandeja con cervezas y comida, además del móvil puesto estratégicamente para que la otra persona pudiera verle todo el rostro mientras avanzaba hasta su habitación. Nuevamente Jin pasó olímpicamente de él, sin dirigirle una sola mirada. 

 

Y Kim NamJoon odiaba cuando Kim SeokJin lo ignoraba.

 

Se levantó molesto dispuesto a ir y preguntarle qué mierda le pasaba, pero al llegar a la habitación que Suga y Jin compartían pudo seguir escuchando ambas voces estruendosas reír y gritar cosas otra vez, a pesar de estar la puerta cerrada. Entonces RM hizo algo que nunca pensó. Simplemente abrió la puerta sin golpear con toda la intención de hablar con su hyung y que lo tomara en cuenta luego de días sin hablar correctamente con él.

 

Pero se quedó de pie sin moverse al ver cómo Jin se sacaba la camisa que tenía mostrando su torso en gloria y majestad, todo frente a la pantalla de su portátil, que en ese instante también estaba en modo video llamada. Podía ver que había una mujer al otro lado, aunque no podía distinguir muy bien sus facciones. ¡Por el amor de los dioses! ¡Esos no lo tenías antes!, Es que tengo que ejercitarme ¡si no me pueden correr de BangTan!, ¡A ti nadie te puede correr JimJim! ¡Eres demasiado adorable! ¡Nonono, solo soy hermoso! Y al girarse para comenzar a quitarse el pantalón Jin reparó en la presencia del otro, deteniéndose a preguntarle, serio otra vez, qué quería. NamJoon estuvo tentado a reclamarle cualquier cosa, pero de su boca no salió nada. Se disculpó y volvió sus pasos hasta quedar en el pasillo, con la espalda apoyada en la puerta cerrada del cuarto de SeokJin, con su cerebro funcionando a cien kilómetros por hora imaginando casi infinitas ideas y escenarios sobre lo que acaba de ver.

 

Ellos no iban a tener sexo virtual, ¿verdad?

 

Jin hyung no iba a hacer eso a las dos y veinte de la madrugada en la habitación que compartía con Suga, aunque este último no estuviera.

 

Nonono.

 

Entonces se quedó ahí escuchando, a veces sin poder entender muy bien lo que pasaba adentro de esa habitación, solo por la necesidad de saber si efectivamente Jin iba a tener sexo virtual con esa mujer.

 

Sus temores fueron descartados en el momento en que Jin y su acompañante reían de algo del pasado hasta que el mayor le dijo que al otro día debía ir a donde sus padres. La chica guardó silencio un momento, para luego hablarle en voz baja ya que no pudo escuchar lo que decía. Jin también estuvo varios segundos sin decir nada hasta que comentó que primero debía ir a comprar una guitarra eléctrica para que su hermano pudiera afinarla bien antes de usarla. Ella, al parecer se ofreció a acompañarlo al centro comercial para pasar más tiempo juntos. Jin entonces exclamó feliz ante la idea. Pensé que debería ir solo de nuevo ¡odio comprar solo! Lo sé, pero ya estoy aquí para acompañarte donde quieras, siempre. ¡Gracias, gracias, Eunjinnie!

 

Luego la conversación se fue en otra dirección hasta que unos cuarenta minutos después Jin alegó estar muerto de sueño y que necesitaba dormir ya que debía conducir a la mañana siguiente. Quedaron de acuerdo en reunirse a las doce de la tarde y que Jin iría por ella a su casa. Se despidieron y la habitación repentinamente quedó en silencio.

 

NamJoon tuvo el impulso de abrir la puerta nuevamente y hablar con su hyung, pero algo lo detuvo.

 

Jin le había dicho a esa desconocida que odiaba comprar sin compañía... y él lo había dejado plantado el día anterior sin pedirle disculpas. Conocía perfectamente el hecho de que Jin detestaba salir de compras solo porque las multitudes y gritos lo ponían ansioso y terminaba estresado y pasando un muy mal momento.

 

NamJoon había olvidado todo eso por culpa de su bloqueo creativo.

 

Se dirigió a su habitación sintiéndose peor que antes. Esa estúpida etapa de cero creación estaba haciéndole olvidar las cosas importantes para él... entonces no podía hacer nada más que aceptar que, muy probablemente, Jin ya no le iba a invitar más a ir de compras, porque si pensaba bien, habían sido muchas veces las que lo había dejado plantado por estar creando o encerado en el estudio arreglando canciones.

 

Jin nunca le había recriminado nada, siempre decía que entendía, que si no fuera por esos momentos no podría hacer las canciones tan buenas que permitían a BangTan ser tan famosos... que para otra oportunidad podrían hacer cosas juntos.

 

Ahora su hyung había encontrado a otra persona con la que hacer las cosas que él o los demás no podían compartir.

 

Y a pesar de saber que eso era muy racional y obvio, no podía dejar de sentirse molesto.

 

A él no solo le gustaba, sino que también necesitaba pasar tiempo con SeokJin... y por culpa de su propio egoísmo estaba a punto de perder eso frente a una extraña.

 

Y NamJoon odiaba, aborrecía por completo a cualquier persona que le quitara la atención de su hyung.

 

Su Jin.

 

Notas finales:

¡Espero les haya gustado! ¡nos vemos el viernes en una nueva entrega!

 

 


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