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50. La caída de Leo (30) por dayanstyle

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Jongin entró en el restaurante, mirando a  su alrededor. Casi inmediatamente vio que el médico lobo estaba ahí. Inclinó la cabeza, saludando a algunos de los habitantes del pueblo y le sonrió a una pequeña niña con grandes ojos azules cuando cruzó el cuarto.

La niña le recordó a Jongin a Nana cuando  tenía esa edad. Recordó la primera vez que había puesto los ojos en ella. Jongin había tenido miedo de romperla. Ella era tan condenadamente pequeña. Él había querido darle el mundo.

Y aún lo quería.

 

Su hija adoptiva había crecido tan rápido que Jongin añoraba los días en que corría haciendo estragos en el estudio y tenía a todos los guerrero alrededor de su dedo meñique.

Los guerreros seguían alrededor de su dedo, pero ella era adulta, o casi. Se había convertido en una hermosa jovencita y tenía una actitud feroz que coincida con la de Jongin. Pero cuando vio a la niña con largos rizos castaños, le gustaría poder hacer que el tiempo se detuviera para que su pequeña Nana   no fuera reclamada por su pareja y lo dejara. Nana era su mano derecha.

Su pareja, Luhan, era su mejor amigo y todo lo demás que Jongin había deseado alguna vez en una pareja, pero Nana era su compañera, su amiga y su compañera para lograr meterse en-problemas. ¿Qué iba a hacer sin ella?

 

—¿Está todo bien? —el doctor Yong Joon preguntó cuando Jongin tomó asiento.

Maldición, tenía los ojos empañados. ¿Cuándo en el infierno había tenido los ojos llorosos?

«Duh… »  Cuando pensaba en Nana.

Jongin se aclaró la garganta y asintió.  —Todo bien. ¿Qué descubriste? —Sus momentos nostálgicos por su hija eran sólo para él.

—Bueno —comenzó el doctor Bae Yong Joon mientras levantaba su taza de café—, examiné de nuevo la sangre de Yoogeun.

—¿Y?

 

El médico lobo movió la cabeza, tomó un sorbo de su café y luego dejó la taza. —Probé la sangre que saqué de G.O. y la sangre que saqué de Yoogeun. Aunque G.O. se ha convertido en un oso, tiene una mínima huella de Liquid Wrath en su sistema.

«Maldición»Jongin había rezado para que G.O., la pareja de Moon Seung Ho, no se infectara. A los Moon no les iba a gustar esa noticia.

—¿Y la sangre de Yoogeun? —Apretó los dientes al pensar que Hyun Jong, el fallecido líder fey, había tratado de utilizar al cachorro para obtener beneficios económicos. Los residentes de la aldea perdida al otro lado de la villa Kim mantenían la noticia de que la sangre de Yoogeun contenía la cura para el Liquid Wrath como un secreto bien guardado. No querían otro psicópata tras el bebé. El padre de Yoogeun, HyeSung, pasó un tiempo muy difícil para mantener a su hijo seguro cuando salió huyendo de Hyun Jong. La pareja de Eric no necesitaba más mierda tras su hijo.

—He probado la sangre del niño contra la pequeña muestra de la droga que tengo. Sigue siendo la cura para   esa Horrenda droga paranormal. Pero cuando probé su sangre con la versión mutada del Liquid Wrath, es inútil. La mutación permite que un humano se convierta en un shifter, vampiro, demonio, o lo que sea que sea su pareja, pero la sangre de Yoogeun es inútil para neutralizar la versión mutada de la droga.

Jongin estaba tanto enojado como aliviado. Estaba enojado de que Yoogeun aun podía ser un objetivo, pero aliviado de que su sangre había bajado una muesca en la lista de los más buscados. Eric y HyeSung al menos tendrían algunas buenas noticias.

Jongin hizo una seña a Donghae para que le trajera su té chai. El hombre conocía su debilidad. —Gracias.

—¿Vas a pedir algo de comer? —Donghae preguntó mientras golpeaba el lápiz en el bloc de órdenes.

—Hoy no.

 

Donghae asintió. —Está bien, llámame si cambias de opinión—dijo y luego se fue a tomar la orden de otra persona.

 

Jongin esperó a que estuvieran solos y luego se giró hacia el doctor. —Dime, doctor, ¿por qué Kiseop se volvió blanco?

El médico parecía sorprendido, sus cejas se elevaron hasta el nacimiento del pelo. —¿Ya no es azul?

Jongin negó con la cabeza.

 

—Me temo que no sé mucho acerca de los elves de las sombras, Jongin. Los elves de las sombras son difíciles de alcanzar. En toda mi vida, sólo he conocido a uno  y  ese es Kiseop. ¿Te dio alguna razón?

Jongin se echó a reír y luego tomó un sorbo de té. —El Keebler elf dice que sucede cuando un elven de las sombras llega a los quinientos años. Me pregunto si hay algo más en  su historia de lo que él está diciendo. Pero te advierto, no está muy feliz de ya no parecerse a Papá Pitufo.

El doctor Yong Joon chasqueó la lengua y sacudió la cabeza al mismo tiempo. —Juro, Alpha. Un día de estos te vas a burlar de la persona equivocada y te van a responder.

Jongin le sonrió al médico lobo y sabía que su sonrisa era más demoníaca que humorística. —Que lo  intenten, doc. Que lo intenten.

 

 

 

Hyuk tenía grandes planes para Bacon. No estaba seguro de si otras personas considerarían sus planes “normales”, pero no le importaba. Bacon era su niña y él la iba a consentir como una princesa.

—¿Lee Joon? —Hyuk le habló al hombre mientras entraba en la cocina y veía al gran hombre comer desde el envase de helado. Iba a tener que asegurarse de abstenerse de helados en el futuro.

El hombre se apoyó en el mostrador sacando la cuchara, pero Hyuk se dio cuenta de que los movimientos de Lee Joon eran un poco descoordinados. Parecía como si sacara  la cuchara muy lentamente, y la muñeca se sacudía.

»—¿Te importaría llevarme al pueblo? —le preguntó, sonriéndole a Lee Joon.

Lee Joon lamió la cuchara como si nunca fuera a probar el helado de nuevo y luego asintió moviendo la cabeza lentamente, como si sólo la mitad escuchara a Hyuk. —Puedo hacer eso por ti, Hyuk. ¿Quieres ir ahora?

—Ahora estaría bien.

 

Hyuk no estaba seguro de si Lee Joon era la persona adecuada para pedírselo. Sus movimientos aun eran espasmódicos y él estaba caminando un poco lento. Hyuk en realidad se preocupó un poco.

—¿Está todo bien? Puedo pedírselo a alguien más. — Quería decir algo más, pero Hyuk no estaba seguro de si preguntarle al hombre por qué caminaba gracioso era de su incumbencia. Él podría ser un parlanchín a veces, pero sabía cuándo detenerse en los asuntos de los demás.

—Estoy bien —dijo Lee Joon—. Tuve un accidente no hace mucho tiempo. A pesar de que me he recuperado, a veces mi coordinación falla. Voy a la derecha cuando quiero ir a la izquierda, o me olvido por completo del asiento del inodoro.

Sí, Hyuk no quería saber acerca de esa última parte.

 

»—Pero puedo llevarte.

¿Este hombre estaba a punto de llevarlo al pueblo? ¿Él iba a estar detrás del volante de una camioneta? —Uh... quizás debería pedírselo…

—Estoy bien —dijo Lee Joon moviendo sus cejas—. Sólo asegúrate de usar el cinturón de seguridad.

Hyuk dio un paso atrás rápidamente.

 

»—Sólo bromeo. —Lee Joon se rio—. Eres demasiado fácil. Pero vas a usar el cinturón de seguridad. Además, me das una excusa para hostigar a mi pareja en el trabajo.

«Está bien».

 

—Ahora regreso. —Hyuk subió las escaleras y tomó a Bacon del pequeño corral que Leo había construido en su dormitorio. No era grande, pero tampoco lo era Bacon.

—¿Dónde está el fuego?

 

—Voy al pueblo —Hyuk le gritó a su hermano por encima de su hombro y luego se detuvo—. ¿Por qué no estás en el trabajo?

—Es mi día libre. Hay esos, lo sabes.

 

Hyuk entrecerró los ojos mientras caminaba por el pasillo hacia su hermano. —¿No pediste vacaciones y una jubilación, verdad? —En el último pueblo que estuvieron, su hermano había hecho precisamente eso. Ellos casi no fueron contratados.

—Y Baekho dijo que después de los noventa días de prueba, entiende eso. —Hyukjin se veía con aire satisfecho—. Te dije que sabía cómo negociar.

—Supongo. —Hyuk se giró y caminó por el pasillo en dirección a la planta baja.

—Hey, Hyuk —Hyukjin lo llamó. Hyuk   se giró.

—¿Quizás más tarde podemos pasar el rato?

 

Extrañaba a su hermano. Ellos vivían bajo el mismo techo, pero Hyukjin trabajaba como cocinero durante el día y pasaba las    noches con su pareja vampiro. Hyuk no había visto mucho a Hyukjin en las últimas semanas y realmente extrañaba salir con el chico.

—Está bien. —Sonrió mientras corría escaleras abajo.

 

—¿Listo? —Lee Joon preguntó.

 

—Sí.

 

Cuando se acercaron a la camioneta, Hyuk se confundió cuando Lee Joon se dirigió hacia el lado del pasajero. Quizá Lee Joon iba a la izquierda cuando debería ir a la derecha. Ese pensamiento no consoló a Hyuk.

 

—¿Quieres conducir? —Lee Joon preguntó mientras colgaba las llaves delante de su pecho.

Había pasado demasiado tiempo desde que Hyuk manejo. Él aun tenía la licencia vigente, pero no era dueño de un carro. —¿En serio?

—Por supuesto. —Lee Joon le lanzó a Hyuk el juego de llaves. Hyuk las atrapó en el aire, casi dejando caer a Bacon. Él la subió de nuevo hacia su pecho y subió a la camioneta.

—Vas a tener que cuidar a Bacon, para que pueda manejar —le dijo Hyuk a Lee Joon mientras sostenía a Bacon. Una vez que Lee Joon tomó al cerdito, Hyuk se agachó y reajustó el asiento. Sus piernas eran demasiado cortas para llegar a los pedales. Por supuesto, él no tendría ese problema si alguno de los hombres Moon estuviera construido como una persona normal.

Hyuk se rio consigo mismo. No estaba seguro de que le gustaran tanto si lo fueran. Sin duda sabía que no le gustaría Leo tanto si no fuera tan alto y malditamente sexy. Tenía que dejar de pensar en su pareja o nunca lograría a salir de la entrada.

Vio con asombro cómo Lee Joon le colocaba a Bacon el cinturón de seguridad del asiento entre ellos. Nunca hubiera pensado en eso. Hyuk encendió la camioneta y la movió hacia el pueblo. Estaba tan emocionado de estar conduciendo que no vio su límite de velocidad.

—La policía está detrás de nosotros —dijo Lee Joon mientras veía por encima del hombro—. Y sus luces parpadean, rápido.

Hyuk sintió el pánico brotar en él. Nunca había sido detenido por un policía antes. ¿Y si se lo llevaban a la cárcel? ¿Y si lo arrojaron al suelo y lo esposaban? Ni siquiera conocía a un abogado al que pudiera llamar.

 

—¿Debo tratar de escapar de ellos? —Hyuk preguntó mientras veía el espejo retrovisor.

—Podrías intentarlo, o podrías detenerte —dijo Lee Joon con una risita—. Pero yo optaría por que te detuvieras. Soy demasiado lindo para estar en la cárcel.

—Sí —dijo Hyuk mientras lamía sus labios, sintiendo su boca seca—, yo también. —Hyuk frenó la camioneta y la estacionó, apagando el motor.

Estaba sudando a mares.

 

Todo su cuerpo estaba rígido cuando el policía bajó de la patrulla y se acercó a la camioneta, su imponente figura parecía más grande que la vida. Hyuk veía rejas en su futuro.

—Él viene hacia nosotros —le murmuró a Lee Joon.

 

—Ellos tienden a hacer eso cuando te detienen. — Lee Joon se rio.

Hyuk era un manojo de nervios. Nunca había sido detenido por la policía. Jamás.

—¿Sabes a qué velocidad ibas, hijo? —preguntó el policía mientras se acercaba al lado de Hyuk en la camioneta. El hombre llevaba lentes de espejo, escondiendo sus ojos. Eso no ayudaba a relajarse a Hyuk. Se imaginaba ojos grandes, color rojo sangre que hipnotizaban a Hyuk para que confesara todo lo que había hecho mal en su vida. Estaba listo para saltar de la camioneta y rogarle al hombre que no lo arrestara por aplastar a esa rana.

—No —murmuró, apartando los ojos, aterrorizado de que el hombre lo sacara de la camioneta mientras Hyuk pateaba y gritaba.

 

—El límite de velocidad es de noventa kilómetros e ibas a ciento diez.

—¿Soy disléxico?

 

Oyó que Lee Joon se reía a su lado mientras el policía bajaba sus lentes por el puente de su nariz, sus ojos azules llenos de desconcierto. —Aun así sigue siendo de noventa. Y la palabra es discalculia cuando se refiere a los números.

«Oh infiernos»Hyuk tendría que ser parado por un policía que sabía esa mierda.

—¿Es eso un cerdito con cinturón de seguridad? — preguntó el policía mientras se apoyaba en la camioneta—. ¿Por qué no está en la parte de atrás de la camioneta?

—Pregúntaselo. —Lee Joon señaló a Hyuk, viéndose como si estuviera pasando un buen momento con esto. Hyuk se alegraba de que alguien se divirtiera con esto. Él, por su parte, estaba muerto de miedo.

—No es más que un bebé —dijo Hyuk suavemente, incapaz de ver al policía a la cara.

El policía se retiró de la ventana, rascándose el mentón con los dedos. —Voy a dejarte ir esta vez, sólo porque eres malditamente  demasiado  peculiar. Cuidado  con la velocidad y

—señaló el asiento—, consigue un asiento de seguridad si vas a transportar un cerdito en la parte delantera contigo.

—¿En serio? —Hyuk preguntó sorprendido. Nunca pensó en eso. Era algo inteligente a hacer.

—No. —El policía negó con la cabeza mientras se alejaba.

 

—¿Eres disléxico? —Lee Joon preguntó y entonces se apoyó contra la puerta del pasajero, el ruido de las carcajadas llenaban la cabina. Hyuk frunció el ceño mientras lentamente tomaba la carretera, cuidando la velocidad.

Llegaron al pueblo sin más incidentes.

 

—Primero voy a la forrajera. Tengo que conseguir algunas cosas para Bacon —dijo mientras estacionaba la camioneta y le quitaba el cinturón de seguridad a su cerdita, llevando a Bacon a su pecho. Lee Joon salió, cerró de golpe la puerta de la camioneta y se unió a Hyuk en la acera.

—Bueno, también tengo que recoger algunas cosas. Hyuk vio al mismo cajero coqueto detrás del   mostrador,

Pero esta vez Hyuk evitó al hombre. Ahora estaba acoplado. Él estaba en una relación sólida. Ningún hombre jamás lo haría con él, excepto Leo. Y su gran oso lo había reclamado. Hyuk no podía estar más feliz. Una gran tonta sonrisa se formaba en su rostro cada vez que pensaba en Leo. El hombre era el maullido del gato en el libro de Hyuk.

¿O era el gruñido del oso...?

 

—¿Regresaste? —preguntó el hombre, una sonrisa en sus labios. 

«¡Dios!»

—Sólo vengo por algunas cosas para mi cerdita.

—¿Dónde está tu no novio? —preguntó el hombre mientras se inclinaba sobre el mostrador, abiertamente comiéndose con los ojos a Hyuk de la cabeza a los pies. No le gustó.

—En casa —respondió y luego agarró un par de cosas de los estantes que pensaba que le encantarían a Bacon. Lee Joon entró en la  forrajera  y  Hyuk  observó al  cajero enderezarse. Él debió de darse cuenta de que Lee Joon no era Leo, porque se relajó una vez más.

»—Voy a llevar estos artículos, por favor —dijo Hyuk mientras se acercaba al mostrador, dejando las cosas que había escogido para Bacon.

El hombre acercó los productos, pero rozó la mano de Hyuk. El movimiento fue lento, íntimo y hecho a propósito. —Yo podría hacer que salir conmigo valiera la pena.

Hyuk retiró su mano. —No, gracias.

 

El cajero ajustó el arnés hacia abajo y agarró la mano de Hyuk, frotando su pulgar sobre los nudillos. —¿Estás seguro?

—Te dijo que no, idiota —Lee Joon gruñó, inclinándose sobre el hombro de Hyuk y viendo amenazadoramente al cajero—. Ahora, suelta su mano antes de que rompa la tuya.

El empleado rápidamente soltó la mano de Hyuk y pasó sus artículos tan rápido que Hyuk había terminado y salido por la puerta en menos de cinco minutos.

—Gracias.

 

Lee Joon le guiñó un ojo mientras él guardaba sus objetos en la parte trasera de su camioneta. —Tú eres de la familia, Hyuk. Nadie se mete con mi cuñado.

Hyuk se sentía de tres metros de altura. Él siempre había querido tener una familia grande y ahora tenía una. Tenía muchos cuñados, lo que le preocupaba es que estaría en quiebra en Navidad. Pero valía la pena sólo por sentir el amor y la camaradería que sentía cada vez que estaba rodeado por estos hombres.

—Tengo una parada más.

 

—A cualquier lugar que desees ir, pequeño.

 

Hyuk arqueó una ceja.

 

»—Bueno, eres pequeño —señaló Lee Joon.

Lee Joon tenía eso. Hyuk se rio mientras llegaba a la barbería-corte y uñas.

—¿Quieres cortarte el cabello? —Lee Joon preguntó mientras le abría la puerta a Hyuk.

—No, quiero conseguir que le hagan las uñas a Bacon.

 

Lee Joon hizo una pausa, viendo a Hyuk y luego al cerdo en sus brazos. —No jodas.

—Ella es una chica y debe ser mimada —Hyuk defendió su razón. No quería que nadie se burlara de su cerdita, pero sabía que a Bacon le encantaría el tratamiento real. Esta era la primera mascota de Hyuk y él no estaba seguro de si la estaba cuidando lo suficientemente bien. Darle un día de tratamiento mimado parecía lógico para él.

—Hey —dijo Lee Joon mientras colocaba su mano sobre la espalda de Hyuk y daba un paso al interior—. No diré nada al respecto. Diviértete con Bacon. Voy a cortarme el cabello ya que estoy aquí, tengo que verme elegante para Mir.

—Hola, señores.

 

—Hey, Byung Hun —Lee Joon saludó—. Corte para mi y mimos para el cerdo.

Byung Hun puso las manos en las caderas, viendo a Lee Joon como si el hombre estuviera bromeando. Hyuk estaba empezando a pensar que quizás acabaría comprando una botella de esmalte de uñas en el supermercado y lo llamaría eso su día.

 

—Lo digo en serio. —Lee Joon se rio—.  Atiende  a Bacon. Hyuk quiere que su mascota parezca una reina de belleza.

Byung Hun vio a Hyuk y Hyuk todo lo que podía hacer era asentir.

—Está bien. —Byung Hun lanzó las manos hacia arriba—. Al menos puedo añadir pulir uñas de cerdo a mi currículo.

—¿Puedes también ponerle un lazo rosa alrededor del cuello? —Hyuk le preguntó una vez que vio que Byung Hun iba a mimar a su mascota.

—Cariño, para el momento que termine con tu cerdita, ella será la comidilla de la ciudad.

Hyuk no estaba seguro de si le gustaba la forma en la que los ojos azules de Byung Hun brillaban de alegría. ¿Estaba burlándose de Bacon?

»—Toma asiento por allá, y tan pronto como termine con Lee Joon, vamos a embellecer a Bacon.

 

 

 

Lee Joon se reía con la pareja de Leo. El hombre era demasiado. No sólo el maldito cerdo tenía las uñas de color rosa brillante, sino que también tenía un lindo listón rosado alrededor del cuello. Hyuk llevaba la maldita cosa en una de esas cosas para cargar a los bebés frente a su pecho. El loco amiguito estaba tratando al cerdo como si fuera un maldito niño.

Nunca en su vida Lee Joon había pensado que vería a alguien tratar a un cerdo como si fuera un cachorro. Era cómico como el infierno y él estaba disfrutando cada maldito minuto de eso.

 

—¿Hemos terminado, o quiere que Bacon tome un baño de lodo? —Lee Joon se reía mientras que Hyuk gruñía. Para ser un humano, no estaba mal.

Lee Joon se apoyó en la camioneta, cruzando un brazo sobre su pecho mientras respondió a su teléfono celular, que había estado vibrando en su cadera. Todavía se estaba riendo. »—Hola.

—Hey, ¿ya salieron del pueblo? —Leo preguntó.

 

—Todavía no —respondió Lee Joon, sonriéndole a Hyuk que seguía de pie fuera de la barbería hablando con    Byung—. ¿Por qué, qué pasa?

 

—Ya he terminado la reparación de la valla que Hell Raiser derribo, pero rompí mis guantes de trabajo. ¿Me puedes traer algunos?

—No hay problema. —Lee Joon esperó. Sabía que Leo quería preguntar cómo estaba Hyuk. Su hermano mayor se había levantado al amanecer y había salido  de  casa temprano. Ya estaba cayendo la tarde y Leo no había visto a su pareja en todo el día.

El tipo quería saber algo y Lee Joon lo sabía. Joder, esto no tenía precio.

—¿Cómo está... eh... cómo les fue de compras? Lee Joon contuvo la risa. —Solo bien.

—¿Lo hiciste... uh... conseguir lo que necesitabas?

 

Lee Joon tenía que cubrir su mano sobre su boca para morderse la risa. Leo nunca le había preguntado acerca de las compras y si Lee Joon había conseguido todo lo que necesitaba. Iba a hacer que el hombre  preguntara.

 

Maldición, esto era divertido.

 

—Sí.

 

Hubo una larga pausa del otro lado y Lee Joon sólo se apoyó en su camioneta, riéndose para sí mismo mientras esperaba que Leo hablara.

—Bueno, date prisa en regresar con mis guantes y ten mucho cuidado.

—Claro, no quiero que tus guantes se dañen de ninguna manera. —Lee Joon no podía aguantar más tiempo. Se echó a reír, poniendo su mano libre sobre la rodilla mientras se inclinaba, sintiendo las lágrimas por la cara.

—Bastardo. Espera a que regreses. Voy a patearte el culo.

 

Lee Joon se enderezó, se secó las lágrimas y luego se puso serio cuando vio a Hyuk señalar hacia la cara de un hombre muy, muy grande, gritándole al tipo.

—¡Oh, mierda!

 

—¿Qué?

 

—Tengo que ir a salvar a tu pareja y evitar que lo golpeen contra el suelo.

—¡Lee Joon!

 

Lee Joon metió el teléfono en el bolsillo, corriendo hacia la barbería. Hyuk se veía enojado como el infierno y el hombre que estaba frente a él parecía francamente confundido.

«Oh, infiernos»Era uno de los nuevos shifters, Cory. El hombre era más grande que Lee Joon. En cualquier otro momento Lee Joon vería con agrado un reto. Pero con su coordinación tan alterada, podría apuntar a Cory y accidentalmente golpear la mandíbula de Hyuk.

 

Y Lee Joon prefería enfrentar a una manada de lobos hambrientos que a Leo realmente enojado.

—¿Qué sucede, Hyuk? —Lee Joon preguntó mientras daba un paso más cerca del pequeño humano.

—¡Este...este…hombre se río de Bacon y me llamó extraño!

 

—No tuve mala intención —se defendió Cory—. Pero hay que admitir que tratar a un cerdo como si fuera un bebé es extraño como el infierno.

Lee Joon odiaba tener que admitirlo, pero estaba de acuerdo con Cory. Pero ¿qué podía hacer? Hyuk era familia. Bien o mal, Lee Joon tenía que respaldar a su cuñado.

—¡Eso es porque eres un gran bruto que no sabe nada sobre amar algo tan especial!

Los rasgos de Cory se oscurecieron, sus puños a sus costados. De alguna manera, Hyuk había golpeado una cuerda del tipo. Sus profundos ojos azules llenos de dolor y Lee Joon sabía que tenía que calmar la situación.

—Cálmate, pequeño.

—¿Me dices que me calme? —Hyuk resopló—. Me llama extraño y se burla de mi mascota, ¿y quieres que me calme?

Lee Joon no creía que fuera la gran cosa. Hubiera sido algo que él hubiera ignorado. Pero era obvio que Hyuk estaba tomando el insulto contra la cerdita personalmente. Lee Joon no estaba seguro de por qué, pero sabía que tenía que calmar al pequeño hombre.

—¿Por qué no te vas a sentar en mi camioneta mientras me ocupo de esto?

Las negras cejas de Cory se elevaron, pero Lee Joon lo ignoró.

—Yo…

Las tres cabezas se giraron cuando dos camionetas llenas con los hermanos de Lee Joon, llegaron frente a la barbería.

« ¡Joder!»

 

Leo iba a golpear su culo por esto. Lee Joon estaba empezando a desear haber seguido comiéndose su helado y mantenido la boca cerrada.

 

 

 Continuara....

 


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