Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

50. La caída de Leo (30) por dayanstyle

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Hyuk estaba tan feliz que podría haber hecho volteretas ahí mismo, en el jardín del frente mientras corría hacia la casa. No sólo al fin tenía su primera mascota, sino que Leo se la había dado. Eso tenía que significar que estaba interesado.

Un hombre no da un regalo así a menos que le guste alguien.

«¿Verdad?»

 

Hyuk había empezado a perder la esperanza. Sólo hay cierta cantidad de rechazo que un hombre puede tomar antes de que empezara a captar la idea de que no  se  le quería. Hyuk estaba casi en eso, pero este pequeño cerdito demostró que se había equivocado. A Leo él le agradaba.

Tal vez el oso era tímido.

 

—¡Hyukjin! —Hyuk gritó mientras abría la puerta y corría a la casa. Rápidamente escaneó la cocina y luego corrió hacia la sala. Tenía que mostrarle a su hermano lo que Leo le había dado.

—Wow, disminuye la velocidad, pequeño hombre —dijo Chansung tomando del brazo a Hyuk y jalándolo hasta detenerlo—. ¿Dónde está el fuego?

—Quería mostrarle a Hyukjin mi cerdito. —Hyuk sonrió mientras veía a la pequeña cosita—. Leo me lo dio.

Las cejas de Chansung se elevaron. —¿Leo te dio un… cerdito?

 

Hyuk asintió con tanta fuerza que el flequillo cayó sobre su frente. —Él me dijo que podía elegir cualquiera que quisiera.

—¿Pá lo sabe?

—Leo dijo que le diría a Pá.

—Uh-huh. —Una sonrisa curvó las comisuras de la boca de Chansung—. Es muy lindo.

—Es adorable. Leo lo dijo. —La sonrisa de Hyuk era tan grande que le dolía la cara—. Voy a llamarlo Bacon.

Chansung hizo un pequeño ruido como si estuviera siendo estrangulado y luego empezó a toser. Hyuk lo veía con preocupación. —¿Estás bien? ¿Necesitas un poco de agua?

—No. —La sonrisa de Chansung creció hasta que los dos lados de su boca se curvaron hacia arriba—. No, estoy bien. Pero Bacon puede ser que necesite un poco de algo. Es un poco joven para estar lejos de su mamá. Tal vez deberías llevarlo de regreso.

—No. —Hyuk sacudió la cabeza enfáticamente—. Leo dijo que yo lo tuviera.

—Creo que significaba que podrías mantenerlo en el establo, Hyuk.

La sonrisa de Hyuk se cayó. —Es sólo un bebé. No puede vivir en el establo. Se va a morir de frío.

Chansung parecía como si quisiera discutir. Incluso abrió la boca, pero luego sacudió la cabeza, una sonrisa pequeña se formó en sus labios. —Está bien, Hyuk, pero si vas a asumir la responsabilidad de tener un cerdito, necesitas saber cómo cuidar de él. Pá tiene un libro en su estudio que puedes leer. Debe decir todo lo que necesitas saber.

 

—Eso sería grandioso —dijo Hyuk mientras seguía a Chansung al estudio de Pá. Cantaba y acariciaba al cerdito mientras Chansung buscaba alrededor el libro que estaba buscando. En realidad era más pequeño de lo que pensaba que sería cuando Chansung se la  entregó.

—Lee esto, Hyuk. Debe informarte sobre todo lo que necesitas saber sobre la crianza de los cerditos. Si tienes alguna pregunta, estoy seguro de que Leo puede responderlas.

Chansung parecía tan satisfecho como para dar puñetazos en el aire, y Hyuk sabía que había algo más en su oferta de ayuda además de sólo ser amable. Sospechaba que tenía algo que ver con Leo. Simplemente no podía entender lo que era.

—Gracias, Chansung. Si alguien viene a buscarme, estaré arriba leyendo esto y dándole un baño a Bacon. —Hyuk arrugó la nariz—. El pequeño apesta.

Lo que dijo causó que Chansung se carcajeara. Hyuk no sabía por qué. El cerdito había estado viviendo en un establo con nueve hermanos y hermanas. Olía como, bueno, si viviera en un establo.

Hyuk tomó el libro y subió a su cuarto, cuidando de no apretar demasiado al cerdito. Después de todo, era  un bebé. Colocó a Bacon en la cama, amontonando las almohadas alrededor del cerdito y luego apoyó su espalda contra la cabecera y reviso la página uno.

»—Está bien, Bacon, vamos a ver lo que hay que hacer para cuidar muy bien de ti.

 

 

 

—¿Dónde está tu ayudante? —Pá gritó mientras salía de la camioneta. Cerró la puerta y se dirigió hacia Leo—. Será mejor que no lo hayas golpeado de nuevo, Leo.

Leo se sentó en la silla, mirando a su Pá y se preguntó si aún quería decirle al hombre dónde estaba su pareja. Sabía que iba a haber mierda sobre eso. Nadie en la casa iba a dejarlo vivir en paz por esto.

Él lo sabía.

 

—Yo no lo golpeo, Pá —dijo Leo mientras balanceaba su pierna sobre la silla de montar y desmontaba—. Hyuk está en la casa con su cerdo. —Las palabras fueron pronunciadas tan bajo que Leo rezaba por que su padre no lo oyera.

Su Pá se detuvo en seco, ladeando la cabeza mientras estudiaba  atentamente  a  Leo. Sí, el  hombre lo  había  oído.

«Maldita audición de shifter»—¿Te golpeaste la cabeza, muchacho? comenzó.

—No —gruño—. Hyuk encontró a la cerda y sus cerditos.

 

Los ojos de Pá se iluminaron y una sonrisa se formó en su rostro, extendiéndose hasta que la sonrisa era de  oreja  a oreja. Dio una profunda risa mientras negaba con la cabeza. — Tienes una pareja interesante, Leo. Él es extraño, pero interesante.

—¿Quién dijo que era mi pareja? —Leo hizo una mueca. No trataba de negar a Hyuk. Incluso al decir las palabras sintió un sabor amargo en la boca. No estaba seguro de lo que iba a hacer con el hombre. Hyuk era una paradoja caminando y hablando para Leo. El hombre desconcertaba a Leo, de la cabeza a los pies y por todas partes. Pero sabía que Hyuk estaba empezando a hacer una grieta en la   armadura de Leo. Todo lo que había pensado en el establo era en la sonrisa del hombre.

—Hijo —Pá comenzó y luego suspiró, viéndose como si estuviera dejando desaparecer lo que fuera el argumento que había preparado—. Muy bien. De todos modos, tenemos otros asuntos que tratar ahora.

A Leo no le gustaba el solemne aspecto del rostro de su Pá. Eso nunca era un buen augurio para ninguno de ellos. Se había criado con el hombre y Leo había aprendido bastante bien a leer a su Pá. No le gustaba a dónde iba esta historia.

—Vamos a hablar adentro —dijo su Pá y luego subió los escalones de la entrada, dejando a Leo de pie por un momento preguntándose si quería seguir. Suspirando profundamente, Leo trotó por los escalones y entró. Encontró a su Pá en la cocina, preparando una taza de café. Parecía cansado y Leo no estaba seguro de qué pensar.

Su padre había sido siempre fuerte, una fuerza a tener en cuenta. Pero el día de hoy a Eric Moon se le veía la edad. Leo se sentó a la mesa, viendo a su Pá preparar dos tazas de café y dejar una delante de Leo.

El hombre estaba empezando a preocupar a Leo.

 

—¿Está todo bien? —Leo preguntó mientras tomaba la taza, la levantaba y le daba un pequeño sorbo.

—Sabes, hijo. Hay días que me pregunto por qué me levanto de la cama —dijo Pá mientras tomaba un asiento ante la mesa.

Esa frase le daba miedo. Leo no estaba acostumbrado a que su Pá hablara así. Sólo no era él. El hombre era una fuerza inquebrantable en la que Leo se apoyaba en busca de guía y consuelo. Leo era un hombre hecho y derecho, pero incluso los hombres adultos necesitan un hombro donde apoyarse de vez en cuando. Y su Pá era ese hombro.

—¿Que sucedió con Jongin?

 

Su Pá se quedó mirando su taza durante tanto tiempo que Leo no creía que el hombre fuera a responderle. Tenía la mirada perdida, como si algo le preocupara. Fuera lo que fuese, Leo quería saber lo que causaba esa expresión en la cara de su Pá.

—Jongin me pidió que hiciera algo hoy que no estoy seguro de querer hacer.

—Entonces yo lo haré por ti —dijo Leo al instante—. Sólo dime.

 

Los ojos de Eric se levantaron lentamente, el gris acero parecía más suave con mechones de nubes. El fuego no estaba en los ojos de su Pá y Leo quería matar a quien estaba perturbando a su Pá.

—Los elf del bosque no tiene un líder. No desde que HyeSung mató a Hyun Jong. Jongin necesita a alguien para guiar a la tribu hasta que Kiseop pueda encontrar a alguien adecuado para el  puesto.

—¿Y él quiere que seas su líder temporal? —Leo estaba en shock. El hombre tenía un rancho que manejar, personas que confiaban en él. Su Pá había decidido abrir su rancho a los necesitados, y él no sería capaz de hacer eso y estar con la tribu de los elf del bosque. Jongin estaba loco. ¿En qué había estado pensando?

Y Leo no podía imaginar un día de trabajo sin su Pá en algún lugar cercano. Él era la mano derecha de su Pá, su mejor amigo. »—¿Por qué haría eso?

Eric negó con la cabeza, la preocupación en sus ojos se profundizó. —No, hijo. Jongin quiere que tú seas su líder temporal.

Leo se quedó en shock.

 

»—Él quiere que ellos se establezcan y que sepan que no han sido abandonados. Fue mi pareja el que acabó con su líder, no importa cuánto Hyun Jong mereciera morir. Así que si no quieres hacer esto, lo entiendo. —Pá se acercó y colocó su fuerte mano sobre el hombro de Leo, dándole un ligero apretón—. He creado este lío, así que yo debo limpiarlo.

Leo no podía dejar en los hombros de su Pá una responsabilidad tan grande. El hombre ya había criado siete hijos, solo, nada menos. Y ahora tenía un pareja y un nuevo hijo, que aun no tenía ni siquiera un año de edad. Él sabía que si su Pá se iba de la villa, HyeSung y Yoo Geun lo seguirían y qué sucedería con la razón por la que HyeSung huyó de ellos en primer lugar. Hyun Jong podría estar muerto, pero Leo estaba seguro de que había más de un fey albergando malos sentimientos hacia HyeSung.

—No —Leo negó con la cabeza, cerrando las manos en un puño sobre su regazo—. Yo iré.

—¿Qué pasa con Hyuk? Él nunca ha vivido en una tribu, Leo. No sabría vivir sin las comodidades modernas.

—Mi pareja es más fuerte de lo que parece. —Aunque Leo no estaba seguro de querer llevar a Hyuk. La tribu de los elf del bosque era un territorio hostil. Él no conocía a nadie ahí y no estaba seguro de poder mantener a su pareja a salvo. Hyuk estaría a salvo aquí donde la familia de Leo podía cuidar de él.

Pá sonrió. —Así que finalmente admites que es tu pareja.

 

Leo dejó escapar un largo suspiro, se pasó una mano por encima de su cabeza. —Sí, no sé qué hacer con él, Pá. Es lo contrario de todo lo que soy.

Eric se levantó, dándole palmaditas en el hombro a Leo. —Sólo tienes que amarlo, hijo. Todo lo demás caerá en su lugar.

No podía ser tan fácil. Leo había visto cómo sus hermanos eran totalmente bobos alrededor de sus parejas y él no iba a estar al servicio de Hyuk. El hecho de que Leo hubiera encontrado a su pareja, no significaba amor instantáneo ni confianza al instante.

Y especialmente no significaba que entrara en el barril de los bobos.

Su Pá apoyó la cadera en el mostrador y le dio un trago a su café antes de hablar. »—Y si no dejas a Hyuk entrar, te vas a perder la mejor parte de tu vida. Créeme, lo sé.

Leo no sabía nada de eso, pero tenía que admitir que había estado un poco distante del hombre. Quizás debería conocer al peculiar humano. Tenía que haber algo que tuvieran en común.

Leo dejó a su papá en la cocina y fue a busca a su pareja. Aun sentía que era demasiado viejo para el hombre, pero Leo no era estúpido. Terco, pero no estúpido. No quería perder a su pareja.

Sólo tenía que decidir qué hacer con el hombre.

 

Leo tocó a la puerta de la habitación de Hyuk. Escuchó a su pareja hablando en voz baja, por lo que abrió la puerta y asomó la cabeza dentro. Para su asombro y total incredulidad, su pareja estaba leyéndole al maldito cerdo. Y juraría por Dios que parecía que el cerdo estaba escuchando. Su pequeña cabeza estaba inclinada hacia Hyuk mientras su pareja leía.

Leo escuchó un momento y se dio cuenta de que Hyuk estaba leyendo un libro sobre cómo cuidar a los cerdos.

Se quedó de pie en la puerta por un momento, viendo a su pareja. Una lenta sensación de cálido hormigueo comenzó en su estómago y extendió la mano cuando la sensación se envolvió alrededor del corazón de Leo. Sintió una pequeña sonrisa tirando de sus labios mientras escuchaba a su compañero leer.

Su compañero se había cambiado la camiseta y llevaba una sin mangas. Leo nunca había notado lo bronceada que estaba la piel de Hyuk, ni lo bien definida que se veía la parte superior del cuerpo. No tenía músculos grandes como los de Leo, pero no era un enclenque. El hombre tenía un magnífico paquete de seis por lo que podía ver detrás de la ajustada tela.

Hyuk podría tener solo veintiún años, pero Leo veía en los ojos gris claro de su pareja el cansancio del hombre. Se preguntó por lo que Hyuk había pasado en tan poco tiempo.

Hyukjin, el hermano de Hyuk, había afirmado que Hyuk era inmaduro y nunca tomaba nada en serio, pero Leo estaba empezando a preguntarse si eso no era una fachada. Esperaba que no. Con lo peculiar que su pareja era, Leo no quería que el hombre cambiara.

—¿Hay algo que necesitas? —Hyuk preguntó mientras veía a Leo.

«A ti».

 

—Necesitaba hablar contigo. —Señaló hacia el cerdo—. Si esto no es un buen momento… —No podía creer que estuviera pidiendo tiempo del cerdo. Realmente estaba perdiendo la cabeza.

 

—Entra. —Hyuk le sonrió y Leo tuvo que apartar la mirada. La confianza en la sonrisa era más de lo que podía manejar en ese momento. Ya estaba dando vueltas con todo lo que había en su plato.

Y él no se iba a convertir en un bobo.

 

»—Estaba leyendo sobre el cuidado de cerdos. Si no te importa, ¿me puedes llevar al pueblo mañana? Tengo que comprar algunas cosas básicas para Bacon.

Las cejas de Leo subieron hacia su cabello. —¿Nombraste al cerdo Bacon?

Hyuk se encogió de hombros mientras se movía, diciéndole sin palabras a Leo, que quería que se sentara en la cama. —Parece que le gusta. —Hyuk frunció el ceño—. ¿Por qué no debería nombrarlo Bacon?

Dios, Hyuk confundía a Leo. No estaba seguro de si debía reír, o abrazar al hombre por su ingenua manera, o decirle al hombre que era el nombre más apropiado que podría haberle dado al cerdito.

Sonrió mientras se sentaba, viendo al cerdito que se veía cómodo. —Sabes, la mayoría de la gente no deja a un cerdo en la casa.

—Pero él es mi mascota, Leo. ¿Dónde más podría yo quedarme con él?

Leo podía ver que Hyuk realmente creía eso. El hombre estaba convencido de que el cerdito era como un maldito gatito o un perrito, un animal que pertenecía a la casa. No estaba seguro de qué decir. Sabía que lo único que debía de decir era la verdad.

—Es un animal de granja, Hyuk. Pertenece al aire libre en la granja.

—No, no —le dijo Hyuk a Leo como si fuera el único ser razonable. Leo decidió dejarlo pasar. Si tener al cerdo en su habitación hacía feliz a Hyuk, Leo podría concederle esa tan pequeña cosa. Además, necesitaba hablar con Hyuk de algo más importante que un cerdito acurrucado en la cama del hombre como si pertenecieran estar juntos.

—Se me ha pedido que sea el líder temporal de los elf del bosque.

—¿Cuándo nos vamos? —Hyuk preguntó mientras dejaba el libro—. No me tomará mucho tiempo hacer las maletas. No tengo mucho.

Leo negó con la cabeza, temiendo las siguientes palabras. Él no quería ver la mirada que estaba a punto de colocar en el rostro de su pareja. —Será mejor si te quedas aquí. No conozco a nadie allí, Hyuk. No es seguro. La pareja de Pá mató al líder cuando Hyun Jong intentó secuestrar a Yoo Geun y no estoy muy seguro de lo receptivo que vayan a ser con que sea su líder.

Hyuk se calmó. Una sombra cayó sobre sus ojos de color gris claro y, por primera vez, el hombre se quedó callado. Se quedó sentado allí, mirando hacia abajo a su cerdito, pero no dijo nada.

»—Ellos viven muy modestamente, Hyuk. No tienen electricidad, ni agua corriente, ni nada. Pero yo llevaré mi teléfono celular conmigo y puedo cargarlo en la camioneta.

Hyuk hizo una leve inclinación de cabeza.

 

»—Llámame si necesitas algo, ¿entendido? —¿Por qué Leo se sentía como una mierda? La expresión de Hyuk era ilegible, pero Leo podía sentir el dolor saliendo del  hombre  en oleadas. Era mejor así. Tenía que ir a la tribu y organizarla. No podía hacer eso y mantener también un ojo en Hyuk.

 

—Tengo que ir a empacar. Pá y mis hermanos se asegurarán de que estés seguro. No dejarán que nada te pase.

Hyuk hizo una leve inclinación de cabeza.

 

Fue lo más difícil que Leo había hecho, pero sabía que tenía que hacerlo. Hyuk no estaba a salvo con los elf del bosque y, por mucho que le doliera ver esa mirada en la cara de su pareja, no quería correr ningún riesgo con la seguridad de Hyuk. Él no iba a estar fuera mucho tiempo. Tan pronto como Kiseop encontrara un sustituto, Leo estaría de vuelta y Hyuk estaría molestando de nuevo.

Leo se dio cuenta de que él nunca había conocido  a Kiseop. No en todo el tiempo que los elf habían estado en este territorio. Bueno, él supuso que se reuniría con el hombre pronto ya que era Kiseop el que le quitaría esta responsabilidad.

Leo no quería ir, pero no iba a permitir que su Pá tomara su lugar. Su Pá tenía otras obligaciones y Leo tenía solo una, Hyuk. Pero sabía que Hyuk estaría a salvo aquí. Sus hermanos podrán payasear mucho y podrán descuidar el trabajo, pero protegerían a Hyuk con sus propias vidas. De eso, él no tenía absolutamente ninguna duda.

Leo le dio una última larga mirada a Hyuk antes de dirigirse a la puerta del dormitorio.

 

 

 

—¿Por qué nos dirigimos a la tribu de los elf? —Baro preguntó mientras iba sentado junto a sus parejas Jin Young y Gong Chan, mientras Gong Chan conducía por el largo tramo de carretera 14. No podía creer que el Alpha lo hubiera mandado tan lejos del Hospital de Pride Valley para que visitara a algunos elf. Tenía cirugías programadas y pacientes citados que tenía que atender pero estaba yendo al bosque. Y aun estaba confundido de por qué.

—Porque —dijo Gong Chan mientras encendía las luces y giraba a la izquierda—, el curador de los elf del bosque desapareció y el Alpha Jongin quiere que revises si los elf están sanos y posiblemente ayudar a la tribu hasta que se encuentre un remplazo.

—¿Qué infiernos haremos hasta que encuentren un remplazo? Ni siquiera sabía que había una tribu entera de ellos para empezar hasta que el Alpha nos ordenó venir. Y por lo que Changjo me dice, no tienen ni siquiera comodidades modernas. No soy mimado, Gong Chan, pero infierno si estoy renunciando a mi café de la mañana.

Gong Chan se rio, lo que molestó un poco a Baro. —Relájate, Baro. Es sólo temporal. Algunos elf llamaron a Kiseop, el elf de las sombras está buscando un nuevo curador. Sólo nos quedaremos el tiempo necesario para que él encuentre a alguien.

—Creo que es algo bueno —dijo Jin Young entre los dos—. Va a ser como un campamento. No hay electricidad, ni agua corriente. Sólo nosotros y la naturaleza.

Jin Young dejó escapar un largo suspiro, como si estuviera esperando a vivir de la tierra.

Baro no lo estaba.

 

—¿No hay agua corriente? —Baro se sentía como si Gong Chan estuviera conduciendo de regreso a la Edad de Piedra. Bueno, tal vez era un poco apegado a sus comodidades porque Baro empezó a imaginar el cocinar sobre el fuego, tener que lavar toda su ropa a mano, y cagando en el bosque sin nada más que una hoja—. ¿No hay papel sanitario?

—Eres tan malditamente mimado —Gong Chan bromeó—. Eres un shifter, Baro. Estar al aire libre debe ser una segunda naturaleza para ti.

No lo era. Baro era un shifter león y corría con sus parejas, pero no vivía en el maldito bosque. Él y sus parejas compartían una gran cama California y le gustaba el colchón terapéutico en el que dormía. Se ajustaba a su cuerpo y hacía que dormir con dos hombres adultos en la cama valiera la pena. Por alguna extraña maldita razón, Jin Young movía una mano dormido como si estuviera apagando el maldito reloj, golpeando a Baro todas las noches. Él estaba considerando seriamente amarrar a Jin Young cuando se fueran a dormir. Pero entonces, por supuesto, en realidad no podría dormir al ver a Jin Young atado.

¿Pero cómo infiernos iba a dormir en una tribu de elf que vivían en el pasado?

Jin Young se rio mientras palmeaba la rodilla de Baro. — Tenemos una princesa entre nosotros, Gong Chan.

—¡No lo soy! —Baro se defendió—. Soy un feroz shifter león.

—¿Quién está llorando por tener que usar una letrina? — Gong Chan intervino.

—¿Una letrina? —Baro estaba horrorizado. Las malditas cosas eran fábricas de gérmenes—. ¿Usan letrinas?

—No te preocupes, Baro —dijo Gong Chan estirando su brazo sobre Jin Young y frotando los nudillos en un lado de la cara de Baro—. Yo te protegeré de las serpientes que tratan de morder tu sexy culito.

Baro tragó saliva, preguntándose si tal vez no debería haberse quedado con la manada del este, mientras que sus parejas ayudaban a los fey. —¿Hay serpientes en las letrinas?

—Oh, Dios mío —dijo Jin Young riéndose—. Es tan fácil burlarse de ti.

—A uno de los osos Moon se le ha pedido que sea el líder hasta que encuentren uno nuevo. Él probablemente traerá algunas comodidades —dijo Gong Chan y Baro sabía que su pareja estaba tratando de calmarlo. Se alegró de que Gong Chan estuviera mucho mejor desde que fue sanado de su pasado, pero Baro  podría estar sin las burlas.

No era un cobarde sobre el aire libre. Realmente no lo era. Pero, maldición, ¿una letrina? ¿Qué pasaba cuando la cosa se llenaba? Baro no estaba seguro de querer saberlo.

—Voy a mantener tu mente ocupada —dijo Jin Young mientras se inclinaba hacia arriba hacia Baro y comenzaba a mordisquear su oreja—. Voy a hacer que te olvides de todos los insectos y las camas de paja.

«Oh, Dios... camas de paja»Baro iba a matar a Changjo cuando regresaran a la manada del este de los lobos grises. Aunque el que Jin Young prometiera mantenerlo ocupado le estaba sonando realmente bien a Baro. Le encantaba tener al pequeño Omega debajo de él, pidiendo que lo jodiera, o a Gong Chan chupándole el  pene.

Tal vez el aire libre no iba a ser tan malo después de todo.

 

 

 

 Continuara....

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).