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55. Dulce Deleite (01) por dayanstyle

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El acuerdo fue establecido y el papeleo firmado. Cory era ahora el orgulloso propietario de un edificio de mierda. Ahora que ya lo poseía, no estaba tan seguro. La duda estaba empezando a deslizarse en su mente mientras caminaba alrededor, observando a Doo Joon y sus hombres tomar notas y hacer medidas.

¿Qué pasa si Dulce deleite fracasaba? No sabía una mierda de hornear.

Tener a Woo Hyun aquí estaba bien, pero si Cory iba a hacer esto —y Jongin había firmado los papeles del préstamo— entonces él tenía que encontrar a alguien que pudiera mostrarle a Cory el negocio, alguien que no fuera un chico inmaduro —según el padre de Woo Hyun. Cory aún no conocía al hombre, así que no podía emitir un juicio. Pero él quería a dos personas aquí que supieran qué infiernos estaban haciendo.

Unos cuantos hombres más aparecieron y la limpieza se puso en marcha. Cory no estaba seguro de lo que era la mitad de la basura. Era sólo un montón de basura inútil.

—¿Sabes a quién puedo llamar para deshacerme del problema de las ratas? —Cory preguntó a Doo Joon.

Doo Joon asintió mientras tiraba algo hacia el pequeño recipiente de basura de acero que habían traído con ellos. — Sí, puedo conseguir a alguien. Eso no es un problema.

—¿Ratas grandes? —el hombre junto a Doo Joon preguntó.

Doo Joon se rio. —No enrolles tus bragas, Do Yeon. No creo que traten de luchar contra ti.

Do Yeon entrecerró sus ojos color gris oscuro a Doo Joon.

—Muy divertido. Esas cosas están infectadas de gérmenes.

—Hombre, eres un shifter leopardo. ¿No deberías de comer esa cosa infectada?

Por la expresión de la cara de Do Yeon, no le gustó el comentario de Doo Joon. De hecho, parecía francamente enojado. Cory ocultó su sonrisa cuando se giró y dirigió su mirada a otra parte de la habitación. No debería ser divertido, pero infierno si no lo era.

—¿Podemos terminar esto? —Do Yeon preguntó, su voz helada como el hielo—. Tenemos que seguir la planificación.

«Quisquilloso».

 

Cory se dio cuenta de la puesta de sol y sabía que su pareja estaría aquí pronto. El lugar estaba bastante despejado, y ahora todo lo que necesitaba era la restauración interior. Sin la basura, la tienda se veía un poco más prometedora.

—Jongin nos dio una idea de lo que quería —Doo Joon dijo mientras caminaba hacia Cory. Él se había acercado a la puerta, buscando a su pareja—. Sin embargo, dijo que viera los planes contigo. Es tu tienda y debes de tener las cosas de la forma que quieras.

Cory se apartó de la puerta, mirando a los ojos grises de Doo Joon.

—Tan pronto como mi pareja llegue. Quiero que sea una parte de armar la planificación. —Cory quería a Kisu en todos los aspectos de su vida. Nunca había conocido a nadie como el vampiro y Cory sabía que su pareja era nada menos que increíble. Le dolía el pecho sólo por estar lejos de su pareja.

—Comprensible —dijo Doo Joon—. Sólo quiero saber cuándo…

Kisu entró por la puerta, mirando a su alrededor a todos cuando todo el equipo se detuvo para mirarlo fijamente.

Cory sonrió.

—¿Por qué todo el mundo me está mirándome? —Kisu trató de murmurar, pero fue un intento inútil. Todos en la habitación eran shifters. Tenían un excelente oído. Los shifters podían oír ratas orinando sobre algodón.

—Estábamos esperando a que llegaras para poder ver los planos —dijo Doo Joon señalando un conjunto enrollado de planos sobre la mesa improvisada—. Dime lo que quieres  y cómo quieres que se vea este lugar, así podemos empezar a primera hora de mañana.

Kisu miró a Cory y luego se acercó a donde el shifter oso estaba de pie. Cory tenía la sensación de que Kisu no era una parte integral de todo lo anterior, no de la forma en que actuaba.

Ver al vampiro tímido era entrañable.

 

Se unió a su pareja, y los dos revisaron los planos con Doo Joon, mientras que los otros trabajadores terminaban la limpieza. Cory se colocó detrás de Kisu, pero no estaba prestando atención a lo que su pareja o Doo Joon decían. Estaba demasiado ocupado imaginando todas las cosas malas que quería hacerle a Kisu cuando llegaran a casa.

 

Kisu pasó una pierna sobre la otra, metiendo su cabello detrás de su oreja mientras escuchaba. Cory se movió un poco más cerca, hasta que se tocaron. Alzó la mano y dejó que algunos mechones del cabello de Kisu se deslizaran entre los dedos, casi babeando ante la idea de la larga melena de su pareja cepillando su cuerpo cuando Kisu montara su pene.

—¿Qué piensas, Cory? —Doo Joon preguntó.

La mirada de Cory fue hacia el shifter oso, pero infiernos si había oído una sola palabra de lo que había dicho. Su mente aún estaba atrapada en su fantasía de tener a Kisu desnudo, su pene moviéndose libremente mientras Cory lo jodía. —Sí, suena bien.

Kisu giró la cabeza, mirando fijamente a Cory.  —¿Eso crees?

«Oh, infiernos». No estaba seguro de qué decir. —Lo que quieras, Kisu.

Esa fue una buena respuesta. La mejor mientras su mente estaba llena de pensamientos que Cory no veía la hora de convertir en realidad.

—Bien. —Doo Joon enrolló los planos—. Voy a revisar estos y podemos empezar tan pronto como tengamos los nuevos planos.

¿Qué infiernos había aceptado? Seguro como el infierno que Cory esperaba que Kisu supiera lo que estaba haciendo, porque no tenía ni idea de cómo se vería su nueva panadería. Iba a decirles que le repitieran los planes, pero Cory tenía demasiado orgullo para admitir que no estaba prestando atención.

 

Kisu asustó como el infierno a Cory cuando hizo un extraño ruido y dio una palmada. —Bueno, ahora que sé cómo se verá este lugar, estoy más a gusto con la idea.

Cory deseaba saber cómo se iba a ver el lugar.

 

Tenía que confiar en que Kisu no le daría a la panadería una apariencia parecida a The Manacle7. Podía imaginar las luces láser... ¿qué había hecho?

—Vamos, chico grande —dijo Kisu mientras agarraba la mano de Cory y lo llevaba por la tienda—. Celebremos.

La emoción de su pareja era contagiosa. Cory le dio una cálida risa, y salieron. —¿Qué quieres hacer?

—Bueno, definitivamente quiero montar tu gran pene.

Cory tragó... duro. Su mente se llenó de imágenes de Kisu, con más escenas eróticas. Su erección estaba empezando a doler, mordiendo su cremallera al pensar en tener el culo de Kisu, mientras que su pareja se deslizaba hacia arriba y hacia abajo, tenía que dejar de pensar en eso.

—Eso suena jodidamente perfecto para mí.

La sonrisa en los ojos obsidiana de Kisu tenía un calor sensual que Cory quería explorar con más detalle. Una corriente de electricidad zumbaba a través de su piel cuando Kisu pasó la mano por el brazo de Cory. —Eso pensé.

Cory apresuró a su pareja a la camioneta, rogando llegar a casa antes de que se volviera loco por la maldita lujuria. Todo en lo que podía pensar era en joder a Kisu.

Agarrando el volante con tanta fuerza que sus nudillos se volvieron blancos, Cory observaba mientras Kisu se acercó, rozando su mano sobre su erección. Su pene palpitó con el  contacto de su pareja y  Cory quería nada    más que... joder con esto. Cory llevó la camioneta a un lado de la carretera, apagó el motor, y se movió hasta que estuvo fuera de detrás del volante.

Kisu se rio. —¿No puedes esperar?

—Estoy tan cerca de correrme en los pantalones que ni siquiera es gracioso. —Kisu liberó su hinchado pene, él temía tocar su propia erección por temor de estallar—. Dios, por favor chuparme el pene, Kisu. —Su voz ahora era ronca por pura necesidad.

 

Cory estaba agradecido como el infierno de que Kisu no jugara, su pareja se deslizó en su posición y envolvió con sus deliciosos labios la cabeza de su pene, chupando su eje hasta la parte posterior de la boca. Cory echó la cabeza hacia atrás y gimió agarrando un puñado del largo cabello de Kisu.

«La piel como el satín, el cabello como la seda». El hombre era nada si no erótico y sensual.

Él curvó sus caderas, empujándose un poco hacia la boca de su pareja. Era duro como el infierno el contenerse. Cory quería joder abiertamente la boca del hombre, pero temía que su pareja no fuera capaz de tomar todo. Los ojos de Cory se cruzaron cuando Kisu tomó hasta el último centímetro de su pene en su garganta.

—¡Santo infierno! —Cory en realidad comenzó a sudar cuando Kisu se retiró y luego lo tomó todo el camino de nuevo. Repitió ese movimiento una y otra vez hasta que las bolas de Cory estuvieron apretadas contra su cuerpo, y él podía sentir su orgasmo formarse en su columna.

Y entonces Kisu apretó la garganta y eso era todo lo que necesitó. Cory dejó escapar un grito gutural cuando su semen brotó de su pene. Nunca antes se había corrido tan malditamente duro y rápido. Temía que sus bolas fueran a consumirse en dos uvas diminutas.

Kisu se apartó, lamiendo una gota de semen que había escapado de su boca, y Cory estaba malditamente cerca de tener un ataque al corazón. Su pareja deslizó su dedo sobre el lío blanco, retiró su mano, y luego se chupaba el dedo en la boca.

Oh. Mi Dios.

—Ahora vas a dejarme montar tu gordo pene —dijo Kisu mientras se inclinaba para besarlo. Cory en ese momento estaba dispuesto a dar al hombre lo que el infierno quisiera, con tal de que nunca dejara de darle mamadas. Sus malditas orejas seguían sonando.

Todo lo que Cory podía hacer era ver y babear mientras Kisu bajaba sus pantalones y pateaba quitándoselos. Su pene sobresalía de un nido de rizos, haciendo que el corazón de Cory se acelerara al verlo. Su búfalo quería devorar a este hombre.

Kisu sacó un pequeño paquete de lubricante del bolsillo delantero de los pantalones y Cory seguía allí, su pene aún duro como una roca mientras su pareja lubricaba su pene. Le gustaba que Kisu tomara las riendas. Las manos del hombre se movían sensualmente, deslizándose hacia arriba y abajo por su pene en un baile erótico.

Mierda, estaba a punto de correrse de nuevo.

—Te voy a enseñar lo emocionado que estoy por nuestro nuevo negocio.

 

Kisu se subió a horcajadas en el regazo de Cory y lentamente se sentó. Cory rápidamente agarró su pene y se hundió profundo en el culo de Kisu.

«Oh, gloria, gloria, gloria». La sensación del apretado culo de su pareja en su pene era tan jodidamente fantástica que Cory gruñó su aprobación. Moviendo su mano, agarró las delgadas caderas de su pareja y lo sostuvo, mientras Kisu comenzó a montarlo.

Cory agarró el cabello de Kisu. Simplemente no podía evitarlo, amaba el largo y hermoso cabello y quería sentirlos rozar su carne caliente. Cory usó una mano para agarrar la cara de Kisu, jalando a su pareja más cerca mientras tomaba esos talentosos labios en un beso feroz.

Kisu deslizó su lengua dentro de la boca de Cory, explorándolo con avidez mientras el culo se movía arriba y abajo de la erección de Cory. Si había algo mejor en la vida, Cory seguro como la mierda que nunca lo había visto o sentido, porque Kisu lo estaba enviando directamente al paraíso del placer.

Cristo, el hombre lo estaba llevando a la locura con la oscilación de sus caderas y la posesiva boca. Cory se sentía como si estuviera siendo consumido. Justo allí, en los oscuros ojos de Kisu. El hombre quería comérselo vivo.

«¡Infiernos, sí!»

 

Cory gruñó cuando el culo de Kisu se deslizó hacia abajo por su pene. Era un ajuste perfecto que hacía que sintiera como si fuera a dividir al hombre en dos. Pero a Kisu no parecía importarle. Seguía jodiendo el pene de Cory.

—Me estoy volviendo malditamente loco —dijo Kisu cuando rompió el beso—. Mi cuerpo está ardiendo por ti.

 

—El mío también, mi bebé... también. —Cory jaló el cabello de Kisu, empujando sus caderas hacia arriba mientras enterraba su pene hasta la empuñadura.  Quería correrse dentro del culo de su pareja tan urgentemente, y que durara toda la jodida larga noche. Él realmente estaba perdiendo la cabeza.

—Entonces has  que me  corra  —Kisu le rogó—. Profundamente... dentro. Dios, Cory... puedo sentirlo.

 

Soltando el cabello de Kisu, Cory utilizó ambas manos para agarrar a su pareja y empujarse con todo lo que tenía, Kisu se agarró de sus hombros mientras gritaba. Su semen se disparó en chorros sobre la camisa de Cory y le importaba una mierda el desorden. El olor de la liberación de su pareja y la creciente presión en el interior de sus bolas hizo que los caninos de Cory salieran. Su cuerpo se tensó con un dolor salvaje y demandante.

Pero antes de que pudiera morder el hombro de su pareja, Kisu lo mordió en su cuello, chupando duro. La visión de Cory disminuyó mientras todo su jodido cuerpo se partía. No había otra manera de describirlo. Su semilla salió disparada al culo de su pareja y sus malditas pelotas se metían dentro de su cuerpo. Su cabeza estaba palpitando tanto que pensó que podría haber reventado un vaso sanguíneo.

Kisu lamió la herida, su piel estaba resbaladiza por el sudor mientras sonreía. —Ahora esto es una celebración.

Cory dejó escapar una risita entrecortada. Su pareja era algo especial. El hombre era tímido, exigente, sexy, atrevido. Todo el paquete y Cory amaba eso.

—Por mucho que odio decir esto, tenemos que conseguir ponernos la ropa antes de que un policía llegue.

 

Kisu mordió el labio de Cory antes de dejar salir el flácido pene de su culo. Cory se estremeció al sentir su flácida erección deslizarse libre.

—¿Hay algo más que debemos celebrar? —Kisu bromeó mientras se vestía y luego se sentaba en su lado de la camioneta—. Porque yo puedo celebrar que el viento sopla si pudiera sentir tu pene enterrado profundamente dentro de mí de nuevo.

«Podríamos hacer eso».

 

 

Kisu miraba lo que se había hecho hasta ahora en la panadería, que no era mucho. Las paredes estaban semi reparadas, pero no pintadas. Los azulejos del piso parecían como si se hubieran quebrado y fueron arrojados a un lado. Alguien había trabajado en una toma de corriente y otro con un cubo de sustancia blanca, untándolo sobre los agujeros en la pared. Había pensado que el equipo hubiera hecho más esta mañana.

—Las tuberías se rompieron en el sótano, y nos llevó todo el día lograr arreglar los daños —explicó Cory, como si pudiera leer la mente de Kisu. Quizás era la expresión de su rostro lo que delató lo que estaba pensando.

Su pareja jaló a Kisu a sus brazos, dándole un beso de bienvenida. —¿Me puedes hacer un favor y traerme un café de la cafetería?

Sí, él podría ser el chico de los recados. No era como si tuviera algo que hacer por aquí. Kisu aún no sabía lo que estaba haciendo aquí. —Por supuesto.

 

Cory sacó algo de dinero de su bolsillo y se lo entregó a Kisu. El café no estaba demasiado lejos y recordó dónde estaba situado. Además, Cory había conseguido que Kisu fuera adicto a caminar en este pequeño y pintoresco pueblo en la noche. Estaba muy tranquilo.

—Gracias, bebé.

A Kisu realmente no le importaba ir. Sabía que Cory estaba súper emocionado con este proyecto y quería poner manos a la obra. El hombre pasó el día aquí y no salió hasta que Kisu apareció, y luego regresó después de eso. Kisu estaba tratando de estar así de emocionado, pero era difícil ya que el lugar parecía un edificio eviscerado. Quizás cuando el equipo comenzara a acomodarse se sentiría diferente.

Se había interesado cuando Doo Joon revisó los planos con él. Le ayudó a imaginar cómo se vería al final. Cory parecía tan entusiasmado con el lugar vacío como estaba él con la idea de que estuviera terminado.

Kisu sonrió. Le gustaba ver a su pareja tan emocionado. Eso significaba que no iba a tener el remordimiento del comprador después de que la panadería estuviera terminada. Kisu había esperado toda su vida por alguien como Cory. Él era dulce, sexy y musculoso, y tenía una emoción que Kisu nunca había visto en nadie, ni siquiera en sí mismo.

Era refrescante estar con el hombre.

 

Caminando hacia la cafetería, Kisu de nuevo empezó a tener la sensación de que alguien lo estaba observando. Esta vez no tenía a Cory para distraerlo. Se detuvo y miró alrededor, pero al igual que la última vez, no vio a nadie.

Pero Kisu sabía que alguien estaba allí.

 

Estando a la intemperie, no exactamente podría usar sus poderes de vampiro y aparecer en la cafetería. Estaba bastante seguro de que era mal visto hacerlo dentro de los límites del pueblo donde un humano pudiera verlo. Y aunque era un vampiro, Kisu no era un luchador muy hábil. Eso había quedado demostrado cuando su hermano lo alcanzó con facilidad y lo empujó hacia el reino de los demonios.

La cafetería estaba a la vista, y Kisu llegó allí sin que el que lo seguía se mostrara. Se acercó al mostrador y pidió un café para Cory, y luego pidió un pedazo del pastel que sabía que le gustaba a su pareja.

—Tú estabas aquí anoche con ese grandullón que está en el Dairy Twist —dijo el hombre, y luego sonrió—. O lo que solía  ser  el  Dairy Twist.

Kisu le tendió la mano. — Cho Ki Su. Soy su pa… socio. El hombre estrechó la mano de Kisu. —Shin Jae Min. Encantado de conocerte, Kisu.

 

Bueno, ¿no era amigable? El chico parecía estar al principio de sus veintes, y definitivamente era humano. Tenía los ojos de color almendra, el cabello negro y corto, y un bonito y cincelado pequeño cuerpo. Él no era ni de lejos tan guapo como Cory, pero era agradable conocer a alguien más en esta ciudad —además de Woo Hyun y el equipo de construcción. Kisu aún no había logrado salir de su habitación en la casa Manchester para conocer a la gente que vivía allí.

—¿Te gusta aquí? —Kisu le preguntó mientras Jae Min hacía el café de Cory.

Jae Min se encogió de hombros. —He vivido aquí toda mi vida, pero hasta que el alcalde de la ciudad comenzó a ayudar a abrir todos estos negocios, no era un gran lugar para vivir. Parece que las cosas están cambiando.

 

Así era. Si sólo Jae Min supiera por qué. Él tenía muy serias dudas de que el hombre supiera sobre los cazadores de vampiros. Estaba seguro de que el hombre no sabía nada sobre vampiros, shifters, y todas las otras criaturas paranormales que habitaban en la Villa Kim. —Esa es una buena cosa, ¿verdad?

Jae Min sonrió y la sonrisa alcanzó sus ojos color almendra. Realmente era un hombre atractivo. —Claro que lo es. Incluso tendré ayuda a partir de mañana.

Kisu se preguntó si era Baekhyun. El pequeño humano parecía firme en conseguir un trabajo. Sabía que el pequeño iba a ganar a la larga al insistirle a su pareja, él encontraría trabajo aquí... o en otro lugar.

—¿Su nombre es Baekhyun?

Jae Min asintió. —¿Cómo lo sabes?

—Lo vi anoche y me lo dijo. —Él conoció a Baekhyun anoche.

—Parece un buen tipo. Kisu no lo sabía. —Lo es.

—Bien —dijo Jae Min—. No me gusta trabajar con personas que se comportan como idiotas.

Kisu se rio. —¿Tienes mucho ese problema?

—El último chico que trabajó aquí trató de coquetear con todos los hombres que entraban por esa puerta. Era embarazoso como el infierno. Empezamos a perder clientes. Gracias a Dios que fue despedido.

Kisu podía ver que eso era un problema. Sabía que debía tomar el café de Cory y llevárselo, pero Kisu no estaba con ganas de pasar una tarde viendo a los  hombres trabajando en la panadería mientras que él se quedaba allí parado sin nada que hacer.

—Voy a ir a la panadería una vez que esté abierta. No dudes también en venir por aquí.

Kisu tenía un pensamiento. —Pero sólo trabajo por la noche. Tengo una de esas desagradables alergias al sol.

Los ojos de Jae Min se abrieron como platos. —Nunca antes había conocido a nadie que la tuviera. Lo tendré en cuenta. Gracias por la oferta.

Kisu sonrió mientras decía adiós, sintiéndose un poco mejor acerca de estar en este pueblo. Ahora tenía un amigo. Bueno, conocía a alguien que no era un paranormal. Era un comienzo.

Caminando de regreso a la panadería, Kisu cruzó al otro lado de la calle. Justo cuando estaba caminando por la librería Sungmin, él tuvo esa sensación de nuevo, sólo que esta vez amplificada por cien.

—Es un pequeño pueblo acogedor.

Kisu se calmó. Él había pensado que la persona que estaba mirándolo era su hermano. Pero no conocía a este hombre, o al menos la voz que acababa de escuchar. El que estaba de pie justo fuera de su línea de visión era un extraño.

No podía ni siquiera oler si el hombre era un humano o de otro tipo, y eso le asustaba como el infierno.

—Este lugar parece muy... especial.

Kisu apresuró sus pasos, malditamente corriendo a la panadería. Nunca había sido más feliz de encontrar a su pareja. Empujó la taza de café y una bolsa pequeña en la  mano de Cory, sintiendo que temblaba de miedo. El tipo había dicho la palabra especial como si supiera que no todos los habitantes eran humanos. Eso era una amenaza si alguna vez escuchó una.

Cory dejó las cosas abajo y jaló a Kisu más cerca. — ¿Qué sucede? Estás temblando como una hoja.

 

Todo el mundo dejó de trabajar, todos los ojos en él. En este momento a Kisu no le importaba. Esa voz sin cuerpo había sido horrible, le hizo sentir que el mal venía hacia aquí. Se quedó allí y le dijo a Cory sobre la sensación que tuvo anoche y sobre lo que acababa de suceder esta noche.

—Apuesto a que es ese tipo Kang Ta. Probablemente envió a alguien para espiar el pueblo, para ver si podía detectar algo fuera de lo ordinario.

Entonces, ¿por qué estaba jodiendo a Kisu? Bueno, él estaba en el lado pálido, pero Cory parecía más paranormal que él. El tipo estaba construido como un maldito tren de carga. Pero, Kang Ta no lo perseguiría si era un cazador de vampiros. No, él estaba a la cabeza para cazar vampiros. No sabía nada sobre shifters ni demonios.

—La próxima vez que sientas que alguien te observa, avísame.

Cory no parecía demasiado feliz de que Kisu no le hubiera dicho nada anoche.

—Lo haré —prometió. Debido a que no había manera en el infierno que Kisu quisiera conocer a ese hombre cara a cara.

Mientras Cory hablaba en voz baja con su pareja, Doo Joon caminó hacia la parte posterior de la habitación y llamó a Jongin. Él y sus centinelas necesitaban estar alertas sobre el espía que estaba en la ciudad. Después de colgar, llamó a su Pa y le dijo acerca de una posible amenaza.

—Sólo mantén tus ojos abiertos y los oídos bien abiertos, hijo. No hay mucho que podamos hacer sin romper alguna ley o dañar a alguien.

Le molestó a Doo Joon no poder sacar al bastardo de su miseria. Pero su Pa tenía razón. Si alguien tocaba al espía del pueblo, eso sólo traería a Kang Ta aquí. Pensó en su pareja, Yoseob, estaba trabajando en el restaurante. Doo Joon iba a mantener un ojo en el lugar, por si acaso. Ahora que el restaurante estaba abierto las veinticuatro horas, el problema podría aparecer en cualquier momento —si el hombre estaba aquí para causar problemas.

Sin importar quien fuera que estuviera aquí, toda la población de seres paranormales de la Villa Kim debería de ser advertida.

 

continuara...

 


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