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55. Dulce Deleite (01) por dayanstyle

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—Aún no hemos encontrado nada —dijo Aron, el shifter oso polar, mientras se apoyaba en el mostrador que finalmente  estaba  instalado.  El  lugar  empezaba  a verse terminado. Los pisos estaban instalados, las paredes listas, y el equipo estaba siendo trasladado a su lugar. El hombre del gas debía estar allí en la mañana para revisar todo y abrir el gas.

Cory no había visto ninguna otra cosa extraña desde aquella noche en la carretera, pero no  lo desestimaba. Algo iba a suceder. Simplemente aún no había descubierto qué.

—No he visto a nadie, y Kisu ya no se ha topado con las voces misteriosas. Pero no voy a dejar pasar esto. — Cory vio cómo los carpinteros que Doo Joon había contratado trabajaban con la vitrina. Le gustó la elección de madera que Kisu había elegido. Le daba luz y hacía que el  lugar se viera un poco más hogareño.

Aron observaba a los hombres trabajar, sus ojos de color marrón claro mirando a cada uno a su vez. Cory sabía lo que el hombre estaba pensando, pero dudaba mucho que el espía fuera uno de los trabajadores. No se dejaba engañar tan fácilmente.

—Aun así mantendré un ojo ante cualquier persona sospechosa. Oí que los lobos tampoco han tenido suerte. — Gracias a Dios que a Aron no le molestaban los shifters lobos en el pueblo como a Sung Yeol. Aron se quedaba atrás, se movía lento, un freaky cuando se trataba de sexo —de acuerdo con las historias que Cory había oído— pero tenía un lado que se esforzaba en mantener en sí mismo.

—Te lo agradezco —dijo Cory mientras el área de la cocina se ocupaba con todo, desde un mezclador de masa a un horno que se estaba instalando. El gabinete de prueba al lado. Cory lo sabía sólo porque el hombre al que Jongin le compró el equipo se lo dijo.

Realmente necesitaba ayuda de expertos.

 

Lo único que sabía era que la cámara de fermentación permitía que el pan se elevara al estar en un ambiente de temperatura y humedad controlada.

Cory sólo pudo sacudir la cabeza. ¿Cómo infiernos se había permitido entrar en esta locura?

—No estés tan preocupado —dijo Aron con un acento perezoso—. No hay nada más que hacerlo.

—Y, posiblemente, quemar el local en el proceso. Aron dio una risa lenta. —Eso también.

Lamentó no tener el pensamiento positivo del oso polar. De lo único que estaba seguro era que fue una loca idea. Jongin debió haber perdido la cabeza al pensar que  Cory podía manejar una panadería. Estaba mirando la máquina cortadora de pan como si fuera un objeto extraterrestre. ¿Qué infiernos sabía él de estas cosas?

—Hola.

Cory deslizó sus ojos hacia Aron.

—Deja de preocuparte.

Exhalando un suspiro largo, Cory asintió. —No hay nada que hacer sino hacerlo.

Aron le dio una sonrisa fácil. Esto hizo que el hombre se viera menos intimidante y más accesible. Él no era un tipo feo cuando sonreía. Su piel chocolate se arrugó alrededor de sus ojos de color marrón claro.

—En eso tienes razón.

Cory golpeó el brazo de Aron antes de dirigirse a la cocina. Todo era tan brillante y nuevo. Jongin no había escatimado en gastos. Cory se habría conformado con cosas de segunda mano. Eran igual de buenas pero menos costosas. Al ver todo lo que se estaba instalando le hacía dudar de todo, y emocionarse al mismo tiempo. Había una montaña rusa emocional dentro de él.

—Se ve bien —comentó Doo Joon mientras permanecía de pie junto a Cory—. Yo diría que estarás abierto para el negocio en cinco días a lo máximo.

La puerta de la cocina se abrió para mostrar a Kisu de pie allí.

Se veía como una mierda y estaba sangrando. Aún había total luz del día fuera.

Cory agarró a su pareja y corrió a la habitación más cercana, empujándolo dentro al ver el humo en el cuerpo de su pareja. —¿Qué infiernos estás haciendo en el sol? — Cory gritó. Estaba frenético como el infierno y muerto de miedo evitando que su pareja entrara en combustión. Él no había querido gritar, pero salió como un fuelle.

Kisu se desplomó en el suelo, con los ojos desenfocados. Cory vio varias heridas atravesando los brazos del hombre. Eran heridas defensivas. Había usado sus brazos como escudos de una agresión con arma blanca.

 

—¿Quién te atacó?

La puerta voló abriéndose, Doo Joon entró con una manta de primeros auxilios. —Es todo lo que pude encontrar. Voy a enviar por el doctor Kim o al doctor Bae Yong Joon.

 

Cory le dio las gracias y la puerta de la despensa se cerró.

 

La cabeza de Kisu colgaba a un lado, pero él no había dicho ni una palabra. Cory se dejó caer de rodillas y jaló a Kisu a sus brazos, con cuidado de las heridas por arma blanca y la piel quemada. ¿Qué infiernos había sucedido?

Quitándose la camisa sobre su cabeza, Cory comenzó a presionar la tela alrededor del brazo que sangraba de su pareja. —Vas a estar bien. —Cory repetía las palabras una y otra vez, como si la declaración fuera  su mantra personal. Tenía que seguir repitiéndolo, porque tenía que convencerse de que era verdad.

La piel de Kisu había perdido su pálido brillo. Ahora se veía más azulada, haciendo que los cortes y las rojas quemaduras destacaran en marcado contraste.

Nada de esto tenía sentido, y la mente de Cory estaba luchando para poner las piezas juntas. El hombre que había visto en la carretera la noche que fue por Woo Hyun, no podría haber hecho esto. Su cuerpo era demasiado pequeño. Esto no quiere decir que la persona no fuera una amenaza, pero Cory no podía imaginar que su pareja no pateara el culo de esa pequeña persona.

Pero, las cosas peligrosas suelen llegar en paquetes pequeños. Lo sabía mejor que la mayoría. Fue un pequeño lobo quien había matado al gemelo de Taecyeon y al hermano de Jong Hoon. El hombre no podía pesar más de cincuenta y cinco kilos, pero había tomado dos vidas.

 

Cory estaba determinado más que nunca a encontrar al misterioso hombre, la puerta se abrió y vio al doctor Kim con la luz de la cocina delineando su cuerpo.

 

—Tao está aquí. Él va a llevarnos al consultorio en la Casa.

 

Cory no dijo ni una palabra. Su garganta estaba demasiada apretada. Sólo se arrodilló y vio cómo Tao se movió a un lado del doctor y le dio una compasiva sonrisa. Con una mano, agarró a Cory y apenas tocó a Kisu. El elfo debe haber tenido miedo de lastimar al vampiro con todas las heridas en su cuerpo.

Desaparecieron de la panadería y Cory acomodó suavemente a Kisu en la camilla. El doctor Kim Jaejoong se acercó más, tan pronto como Tao le hizo entrar.

—Está en estado de shock.

Así estaba Cory. ¿Quién podía haber entrado en una casa llena de shifters depredadores y atacar a su pareja? Cory estaba lívido. Estaba tan enfadado que sentía lágrimas en las comisuras de sus ojos. Se sentía tan indefenso como un bebé recién nacido mientras daba un paso a un lado y dejaba trabajar al doctor Kim.

¿Qué más podía hacer? Cory sabía cómo luchar, proteger, y amar, pero no sabía una mierda de curación. La única curación que sabía era cambiar cuando era herido. Un vampiro no tenía esa posibilidad.

—Necesito que lo alimentes.

Cory se quedó con la mirada perdida en el  doctor.

—¿Necesitas que haga qué?

El serio rostro del doctor Kim sacó a Cory de cualquier pensamiento que tuviera. Se acercó a la mesa.

 

—Los vampiros sanan más rápido cuando tienen una nueva infusión de sangre. Estoy tratando de curar sus heridas, pero creo que el cuchillo fue sumergido en algo para  evitar que el proceso se lleve a cabo. Las heridas no se unen como deberían. Dejarán cicatrices.

Sin pensarlo ni dudarlo, Cory abrió su muñeca y luego dejó que la sangre cayera en la boca de Kisu. Su pareja tenía los ojos cerrados y estaba inmóvil, pero cuando la sangre tocó los labios, comenzó a beber.

Cory se sentía culpable como el infierno por la forma en que su cuerpo reaccionaba a que Kisu bebiera de él, pero no había nada que pudiera hacer al respecto. Era como si su pene hubiera sido entrenado a endurecerse con el mínimo roce de los labios de Kisu.

—Es una reacción normal —comentó el doctor Kim viéndolo a través de las heridas de Kisu. Cory no dijo  ni  una  palabra.  Decir  que  lamentaba  el  tener  una erección no era algo que estuviera a punto de hacer. Alimentar y joder a Kisu eran actos muy privados para Cory, y realmente deseaba que el doctor saliera de la habitación mientras Kisu se alimentaba. Pero el doctor Kim no salió de la habitación. Él seguía examinando a Kisu.

—¿Está sanando?

Honestamente, a Cory no le importaba si Kisu quedaba con cicatrices en su cuerpo. Eso no lo haría menos deseable. Pero no era su opinión la que importaba, era la de Kisu. Cuando él consiguiera su primera mirada en el espejo.

—Las cicatrices son cada vez más delgadas, pero no van a desaparecer.

—¿Y las quemaduras?

—Curadas —dijo el doctor Kim como si su respuesta fuera una ocurrencia tardía.

El médico podría saber sobre fisiología de vampiro, pero Cory no tenía ni idea. Estaba feliz de que alguien supiera lo que estaban haciendo.

Kisu finalmente retrajo sus colmillos y sus ojos se abrieron lentamente. Estaban un poco más enfocados que antes, pero aun así había un poco de brillo en ellos. —Hey, bebé — dijo Cory suavemente—. ¿Cómo te sientes?

—Cansado, dolorido y rígido. —La voz de su pareja era áspera y baja.

—¿Puede decirnos qué pasó? —preguntó el doctor. Le dio al brazo de Kisu un suave apretón cuando su pareja miraba de Cory al doctor Kim. Había miedo puro en los oscuros ojos de Kisu y su cabeza empezó a moverse lentamente de un lado a otro.

—¿Puedes darnos un minuto, por favor?

El doctor Kim parecía como si quisiera discutir, pero salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de él. Cory pasó los dedos por el cabello de Kisu, inclinándose e inhalando el olor del hombre. Su búfalo estaba cerca. Quería vengarse de quien había hecho esto.

—Dame un nombre, amor.

Su desenfocada mirada estaba apareciendo de nuevo en sus ojos. Los labios de Kisu se movieron, pero ningún sonido salió. Tan cuidadosamente como pudo, Cory tomó el lado de la cara del hombre, apoyando su mejilla contra la de Kisu.

—Nadie va a hacerte daño. Lo prometo. Dime quién te hizo esto.

El sueño de Jongin regresó a Cory. ¿Era de Kisu apareciendo quemado, ensangrentado y tendido en el suelo de la despensa la visión que había tenido? ¿O algo más vendría? Cory encontraría una manera de que Kisu hablara y, por Dios, iba ir tras quien fuera el responsable de esto.

Siguió apoyando a su pareja, dándole comodidad y esperando que fuera la seguridad necesaria para ayudarlo a salir del shock.

Kisu comenzó a temblar. Fue leve al principio, pero luego estaba temblando como si estuviera de pie en medio de una tormenta de nieve... desnudo. Cory se inclinó más cerca, murmurándole a su pareja, tratando de conseguir que se calmara, pero nada funcionaba.

Por último, admitiendo que no tenía ni idea de qué hacer para calmar a su pareja, Cory le habló al doctor Kim para que regresara. —No deja de temblar.

Al parecer, el médico sabía qué hacer, porque se fue derecho a él. Le dio a Kisu algún tipo de inyección, envolvió mantas alrededor del vampiro, y comenzó a examinar los ojos.

Cory se movió unos pasos hacia atrás, observando y tratando de mantener a su bestia bajo control. No había nada que pudiera hacer con su corazón, latía en su pecho con tanta rapidez que temía que golpearía su salida.

—Está descansando ahora. —El doctor Kim jaló la manta hasta la barbilla de Kisu y luego levantó el barandal a los lados de la cama para evitar que Kisu se cayera si se movía en su sueño drogado—. Él tiene heridas físicas que se están recuperando lentamente, pero son las heridas mentales las que me molestan mucho. ¿Te importa que traiga a Zelo para que hable con él?

Cory se enfadó ante la idea de que alguien hablara con su  pareja  acerca  de lo  que pasó.  Debía  ser él quien llegara al fondo de las cosas, el que descubriera al culpable y le hiciera pagar.

El doctor Kim levantó una mano. —Sé que los depredadores manejan las cosas a su manera, pero Kisu necesita ayuda de una manera que no puedes ser capaz de suministrar.

—Infiernos que no puedo —dijo Cory antes de poder detener sus palabras—. Le doy las gracias por lo que has hecho por él, pero él es una parte de mi manada. Cuidamos de los nuestros.

—Estúpido de mí —se quejó el doctor Kim mientras se quitaba los guantes con un movimiento brusco—. Me olvidé cuán cabezones y obstinados pueden ser los machos dominantes.

Cory gruñó, pero no corrigió al hombre. Decía la verdad. De todos modos, Cory se llevaría a Kisu a casa y dejaría que su propia manada lo ayudara. Valoraba lo que Jongin y los otros shifters en esta ciudad estaban haciendo por él, pero cuando se trataba de su pareja, nadie iba a interponerse en su camino. —Me lo llevo a casa.

—Entonces voy a pasar a verlo más tarde.

—No hay necesidad de eso.

El doctor sorprendió a Cory cuando dio un puñetazo en la mesa al lado de la camilla. —Ahora escucha, obstinado búfalo. No arriesgarás su vida porque tu orgullo se interpone en el camino. Él necesita mi ayuda. Acéptalo.

Wow, el humano tenía bolas. También había gritado lo suficientemente fuerte como para llamar la atención de algunos de los shifters residentes. La puerta se llenó de centinelas, los hombres los miraban a los dos.

 

—¿Todo está bien por aquí, doctor? —preguntó uno de ellos. Estaba dándole una mirada poco amistosa a Cory. A Cory no le importaba ni el culo de una rata.

—Sí, Siwon. Acabo de perder los estribos ante un depredador obstinado y dominante.

La declaración del médico no calmó a Siwon. Eso hizo que mirara a Cory con un brillo duro en sus ojos. —¿Es necesario que me quede aquí?

—No soy una maldita amenaza para él —dijo Cory con rabia—. No suelo amenazar a hombres más pequeños que yo.

—Tienes que calmarte —dijo Siwon con mortal seriedad—. Te estás convirtiendo en una amenaza para esta casa.

«¿Una amenaza? ¿En serio?» Cory estaba enojado de que su pareja hubiera sido atacado en su propia casa. Él estaba molesto de que su pareja estuviera en shock y no pudiera decirle quién lo había lastimado. Sentirse impotente no estaba ayudando a su estado de ánimo, pero ¿no se le permitía estar molesto? Estaba actuando de esa manera porque Kisu estaba herido. Ni siquiera estaba siendo agresivo, sólo molesto.

—¿Por qué, por mi tamaño? —Cory sabía que había adivinado correctamente cuando Siwon se irguió en toda su estatura—. ¿Sabes qué? Jódete. Que se joda el préstamo que Jongin me dio. Que se joda la panadería, y este pueblo. Llevaré a mi pareja a casa y luego mi manada y yo iremos a buscar otro lugar para vivir.

Cory extendió la mano y suavemente tomó a Kisu en sus brazos. Se giró de nuevo a Siwon, dejando que el disgusto se oyera fuerte y claro en su voz. —No he hecho nada malo, salvo preocuparme por mi pareja. Estás actuando como esos lobos grises hicieron porque soy más grande que tú y tu Alfa. Fue su temor el que hizo que mataran a algunos de nuestro grupo. Fue su temor el que nos sacó de nuestra casa. No somos nada más que shifters que quieren instalarse y sentirse como si nuestro tamaño no es por lo que la gente nos juzgará, sino por lo que somos, por nuestra propia persona.

Se movió por un lado de Siwon, caminando por el pasillo. A medio camino de la escalera, Cory recordó que aún era de día afuera.

«Mierda».

—Sabes que no puedes salir —le dijo Siwon. Su tono había perdido el tono de ira y sustituido por renuncia de algún tipo—. ¿Por qué no tomas una de las habitaciones del final de este pasillo hasta que esté oscuro afuera?

—No —respondió firmemente Cory—. Tao puede aparecerme en casa. —Su maldito orgullo estaba actuando. Siwon lo había juzgado como todo el resto de la gente que Cory había encontrado en su pasado. Él no era un hombre malo. Ni una sola vez desde que llegó a este pueblo había dado la imagen de ser un shifter exaltado. No había levantado la voz cuando los Moon lo echaron de la forrajera, pensando que Cory había amenazado a Hyuk.

No necesitaba esta mierda.

—¿Problemas?

Cory cerró los ojos. Él no quería lidiar con Jongin en estos momentos. El Alfa era la última persona que necesitaba ver.

—Sí —respondió Siwon—. La jodí al juzgar a Cory sin realmente conocerlo. Él quiere llevarse a su pareja e irse.

Cory se impactó hasta su núcleo de que Siwon admitiera la verdad. La mayoría de los hombres como Siwon cuidarían el proteger su imagen. El lobo Timber se había quedado allí y le dijo al Alfa lo que había hecho.

—Ya veo —dijo Jongin mientras se apoyaba en la barandilla de las escaleras, sus ojos se centraron en Kisu, que yacía inerte en los brazos de Cory—. ¿Qué pasa con él, Cory?

—No lo sé. —Fue el doctor Kim quien respondió—. Alguien lo atacó, le cortó bastante mal, y él está en shock. Cory se está llevando a su pareja en contra del consejo médico.

La declaración del humano hizo que Cory pareciera un idiota.

—Voy a hacer que Tao te lleve a casa. —Eso fue todo lo que Jongin dijo. No trató de hablar con Cory sobre lo que él quería hacer. El Alfa bajó las escaleras, dejando a Cory allí.

—¿Por qué no mentiste?   —le preguntó  a Siwon—. Jongin te habría creído sobre mí.

—Lo hubiera hecho —admitió Siwon—, pero no habría sido la verdad. No me malinterpretes. Admitir mis faltas no es uno de mis puntos fuertes. Pero sé cuándo la he jodido regiamente, y mi ego no es tan grande que no pueda admitir cuando he juzgado mal a alguien.

 

Aun así Cory quería irse. No quería seguir aquí.

 

Cuando Tao subió la escalera, Cory tomó a su pareja más cerca de su pecho, haciendo todo lo posible para tener cuidado con las heridas de Kisu. Sin embargo, no era tan estúpido como para dejar que su pareja se quedara sin ayuda médica. Se giró hacia el doctor Kim. —Te veré en la casa.

El hombre parecía aliviado. —Voy a estar allí en unas horas para ver cómo está.

Con un movimiento de cabeza, Cory dejó que Tao lo apareciera con su pareja en su hogar.

Metió en la cama a su pareja tan pronto como llegaron al dormitorio. Kisu parecía cómodo. Él también se veía inconsciente. Cory esperaba que lo que fuera lo que el doctor Kim le había dado al vampiro se prolongara durante un tiempo.

—Gracias —Cory le dijo al elfo antes de que desapareciera.

Cory quería respuestas. Una persona en esta casa tenía que haber oído algo. Y si lo hubiera hecho, él quería saber por qué no ayudaron a Kisu. Sabía a ciencia cierta que alguien tenía que saber algo.

Caminando por el pasillo, Cory se detuvo. Inclinó la cabeza hacia atrás, inhalando profundamente.

«Sangre».

 

continuará....

 


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