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"Cadenas de Oro" por darkness la reyna siniestra

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Capítulo XXX. "Una nueva página, una nueva vida"


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”Residencia Inferno el mismo día de la boda de Saga Géminis, 7:56am.”


Eran cerca de las ocho de la mañana cuando Hades sellaba el sobre que dentro de poco enviaría a la casa de su abogado, la cera se secó a tiempo para que el mensajero la recibiera apenas entrara al estudio, el hombre que respondía al nombre de Zeros atendió las indicaciones de su señor y con un asentir de cabeza se retiró para cumplir con lo que debía hacer.


Hades al saberse de nuevo solo, liberó un suspiro desde su pecho, se estaba preguntando en sus adentros cómo estaría aquel joven gemelo en ese momento, era extraño que su mente se enfocase en una persona que vio una tan sola vez pero, era más que nada por la preocupación de que el bienestar de Kanon Géminis recaía de cierta medida en él. Decidió no pensar más en ese asunto o terminaría arrepintiéndose de sus decisiones. Se dio la vuelta para caminar a la puerta y abandonar el estudio, había mucho por hacer y no podía desvariar más tiempo del que tenía.


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Serían como las ocho con veintitrés minutos de esa mañana fresca y perfumada cuando Zeros llegaba a la puerta de la residencia Elíseos, tomó con su mano izquierda la cuerda que terminaba en una campana en la parte superior, sacudiéndola y produciendo que la pieza resonara en un repiqueteo bajo pero lo suficiente audible para que alguien atendiera a su llamado. Zeros esperó pacientemente alrededor de cinco minutos antes de que la puerta se abriera dejando ver el rostro cadavérico del sirviente de la casona.


Markino fue quien lo recibió con una cara típica de molestia pues con su llamado había provocado ruido cosa que al hombrecillo le molestaba.


—¿Qué desea? —le dijo el de las orejas picudas con voz irritada.


Zeros sin tomarle importancia a la actitud del hombre, sacó de entre sus ropas el sobre que Hades le enviaba a Hypnos. Se lo tendió a Markino mientras explicaba.


—El señor Hades Inferno me ha enviado a dejar esta misiva con un mensaje importante para el señor Hypnos Elíseos —concluyó al tiempo que una huesuda mano detenía la carta, y los ojos grandes y fríos veían con mayor atención el sello.


—Muy bien, si ese es el caso entonces le haré llegar a mi señor el mensaje del suyo —Markino dijo en voz baja, Zeros asintió dándose la vuelta y escuchando como la puerta se cerraba al él alejarse.


El encargo de Hades estaba hecho, ahora todo dependía de que el abogado de cabellos y ojos dorados leyera y contestara la misiva.


Markino en el interior de la casa se encaminó al estudio de Hypnos con la carta ahora reposando sobre una bandeja de plata, al llegar el empleado tocó la puerta un par de veces, recibiendo un "adelante" del hombre adentro. El malasio ingresó en una actitud calmada y solemne, Hypnos que estaba sentado leyendo un libro, se giró en su silla para ver al recién llegado.


—Señor, acaban de traer esta carta para usted desde la residencia Inferno.


Markino se acercó lo justo para que el sobre estuviese al alcance del rubio quien sin mostrar emoción en su rostro la tomó viendo de primera cuenta el elegante sello característico de quien la enviaba.


—Bien, veamos que dice el señor Hades, te lo agradezco puedes retirarte —pronunció en calma, a la vez que buscaba un abrecartas en el gabinete derecho de su escritorio, Markino asintió cumpliendo la indicación dejando solo a Hypnos—. Bien...


Encontrando lo que buscaba, rompió el sobre con suavidad para evitar romper también el papel dentro, cuando estuvo abierto extrajo la página doblada en tres y destendiendola se dispuso a leer el mensaje. Se vio sorprendido por lo que se le estaba solicitando porque hasta el momento desconocía que Radamanthys, el hijo mayor de Hades estuviera próximo a contraer nupcias. Pensaba que lo mejor era presentarse ante el azabache pero tendría que ser al día siguiente porque ya tenía parte de la tarde dispuesta para otros asuntos.


En eso meditaba el apuesto hombre cuando la puerta de la habitación fue abierta de nueva cuenta, Hypnos veía a su hermano gemelo llegando.


Cuando Thanatos llegó, le preguntó a Markino por su hermano, el malasio le dijo que el rubio estaba en su estudio y en efecto ahí lo hubo encontrado leyendo una carta.


Al verlo Hypnos le sonrió y poniéndose de pie se dispuso a comentarle lo que acababa de saber.


—Hermano, ¿a qué no sabes quién va a casarse dentro de poco? —cuestionó divertido.


Thanatos alzó una ceja al mismo tiempo que colocaba su abrigo en el perchero cerca de la puerta, pronto vio al rubio con curiosidad.


—La verdad es que en efecto, no lo sé —se alzó de hombros—. Luces sorprendido, debe ser algo grande —Thanatos tomó asiento en una de las sillas forradas en cuero frente al amplio escritorio, Hypnos asintió colocándose de brazos cruzados frente al de cabellos plata, recargando parte de su trasero sobre la superficie.


—Definitivamente lo es —asintió—, el hijo mayor del señor Hades Inferno va a casarse dentro de cinco días con un hombre llamado Kanon Géminis de la región vecina —Hypnos contaba todo esto con impresión, los ojos de Thanatos se abrieron más y sus cejas se alzaron.


—Ese apellido me resulta conocido... Pero no creo que sea alguien de esa familia —en pose pensativa dijo aquello que intrigó al abogado.


—¿Por qué lo dices?


Thanatos miró a su gemelo con seriedad.


—Porque la familia Géminis está casi en la ruina económica...


—¿Qué?


—Como lo oyes, los Géminis que yo conozco por la gente, fueron algunas vez personas de poder y mucho dinero, gozaban de una excelente reputación al ser una familia de brillantes inversionistas, pero uno de sus miembros cometió muchos errores que les costaron su fortuna y patrimonio, ahora sólo cuentan con la residencia en la que viven y esto porque fue la única propiedad que no estaba a nombre directo de uno de los Géminis mayores, ese lugar fue registrado con el nombre del padre de Aspros y Deuteros Géminis, quien a la larga les heredó la vivienda asegurándose de que nadie se las quitara en un futuro, claro que cuando Deuteros se casó, con fruto de su esfuerzo compró su propia casa, vendiéndole su parte a su hermano, es por eso que aún permanecen ahí.


—Lo que Thanatos explicaba dejó impresionado a Hypnos, él en realidad había escuchado un par de veces ese apellido pero no trató de profundizar en saber algo más pero tampoco conocía lo que estaban pasando. Aunque también le impresionaba que su gemelo supiera todo aquello.


—Vaya, es una historia larga la de esa familia, pero tú, ¿cómo lo sabes?


—Mi profesión hermano, ser médico me ha llevado a muchos lugares, a tratar con muchas personas y creas o no, te enteras de muchas cosas. Esto me lo contó hace poco una familia de la región vecina cuya hija mediana fue mi paciente por una leve fiebre. Por eso te digo que tengo mis dudas sobre si será algún miembro de esa familia el próximo esposo del joven Radamanthys.


—Tiene que ser, es decir ya no hay otros Géminis. ¿Verdad? —Thanatos negó como respuesta.


—No, hasta donde me dijeron, Deuteros Géminis no tuvo hijos, el único que tiene es Aspros. ¿Será alguno de sus hijos?


Hypnos se alzó de hombros.


—A lo mejor y sí, de igual modo podremos descubrirlo porque el señor Hades ha solicitado que sea yo quien case a su hijo con su prometido, y por lo mismo tú también serás invitado como testigo. Estaba pensando hacerle una visita mañana por la mañana para ponernos de acuerdo, que me de detalles y los documentos que se requieren para hacer el papeleo pertinente.


De nuevo el médico agrandó sus ojos por la información que su hermano le daba, entonces las cosas iban en serio. Suspiró, parecía que tal como dijo Hypnos, sabrían de primera mano si Hades estaba permitiendo a su hijo mayor desposar a otro joven cuya familia atravesaba una importante crisis monetaria, había que verlo para creerlo.


—Bien, si vas mañana dile que cuenta conmigo para ser un testigo, todo sea para saciar mi curiosidad —se puso de pie de la silla, Hypnos afirmó separándose del mueble y volviendo a sentarse donde estaba antes de que el otro llegara.


—De acuerdo, entonces en definitiva iré a verlo mañana temprano. Pero sabes, hay algo que me inquieta... —susurró colocando su codo izquierdo encima de la mesa para detener su quijada con el dorso de la mano del mismo lado.


—¿El qué? —volteó a verlo el de ojos grises.


—Que si se tratase de uno de los hijos de Aspros Géminis, ¿cómo es qué Radamanthys lo ha conocido al grado de irse a casar con él? Sobretodo siendo de regiones distintas, y ni se diga del nivel social.


Lo que el abogado planteaba no había sido tomado en cuenta por el médico hasta ahora, era verdad. ¿Cómo era qué dos personas lejanas y distintas en clases sociales fueran a casarse? ¿En qué momento se conocieron para llegar a querer unirse? Era lógico que ellos se preguntaran estas cosas porque desconocían por completo lo que llevó a Kanon Géminis a los brazos de Radamanthys Inferno, pero no faltaba mucho para que lo supieran...


”Tiempo presente, residencia Scorpio”


El festín fue compartido entre alegría de los mayores y convivencia por parte de los jóvenes. Aioros y Saga estaban sentados en la cabecera de la mesa uno junto al otro, tomados de la manos, Kanon estaba a la izquierda de su gemelo por pedido de éste, y al lado derecho de Aioros estaba Milo quien de igual modo tenía a Camus a su izquierda.


Estos últimos se sonrojaban levemente cuando sus miradas o sus manos chocaban, pero no había tensión y una sonrisa enamorada aparecía para relajarlos.


Junto a Kanon estaba Paradox quien a su vez tenía a su lado a Aspros que conversaba animado con Kardia al otro extremo de la larga mesa, Dégel a su derecha daba sus aportes a la amena conversación y Seraphina a su lado conversaba con Paradox al frente de ella del otro lado de la mesa.


Todos parecían cómodos y tranquilos como si muchos se conocieran de años, en el caso de Saga, Kanon y Camus y Seraphina y Paradox. Realmente todo era muy bello dándoles a todos una buena señal de un comienzo correcto para algo que prometía ser bueno.


Pero lastimosamente lo bueno es lo que más rápido termina y las horas corrieron como en una carrera dentro del reloj. Las seis con diez minutos anunciaba éste con sus números romanos hechos en bronce. Los empleados recogieron la mesa de a poco dejando a los presentes tazas de cafe y té en su lugar. Aioros se acercó a Saga para hablarle bajito.


—¿Está listo para partir mañana, Saga? —a la interrogante le acompañó una sonrisa cálida. Pero los ojos de Saga mostraban tristeza en contra parte con la leve sonrisa dulce que mostraba.


—Si le soy sincero, estoy emocionado pero lo que se dice listo... Creo que nadie nunca está del todo listo para dejar su hogar, y a sus seres queridos, ¿verdad?


Los verdes ojos se tornaron vidriosos, Aioros comprendía las palabras de su ahora esposo y por eso fue que con su mano derecha, sujetó la izquierda de Saga en un gesto de apoyo.


—Lo sé, mi niño pero deseo que comprendas que yo no pretendo alejarte de tu familia, de hecho podrás visitarles las veces que quieras y si lo quieres también yo te acompañaré, no voy a prohibir que escribas o recibas cartas de tus padres o de tu hermano, o si ellos quieren visitarte también puedo encargarme de que lo hagan cuando lo deseen...


Su comprensión y palabras le daban esperanza a Saga que ya sonreía con alegría.


—¿Es verdad lo que me dice?


Aioros asintió antes de besar su mano.


—Es verdad absolutamente todo Saga, como ya se lo he dicho antes, deseo que pueda ser feliz a mi lado y pienso esforzarme y daré todo de mí para que así sea —una hermosa y honesta sonrisa le dio al gemelo esa seguridad que necesitaba para sentirse a gusto.


Ahora era más claro para Saga que la idea de Aioros no era que él se sintiera perdido y encontrado, sino que a pesar de la distancia supiera que su familia podría estar para él y él para ellos cuando lo quisieran así y en verdad agradecia mucho eso.


Eventualmente y con calma la noche comenzaba a caer, Dégel y Seraphina se despedían y Camus lo hacía de Milo con un fuerte abrazo y un beso dulce en la mejilla. Los padres de los menores quedaron en reunirse pronto para poder conversar sobre una posible relación de sus hijos y luego de esto los franceses le desearon lo mejor al nuevo matrimonio en su viaje y en su nueva vida juntos, Saga y Aioros agradecieron sonrientes viendo como Kardia los acompañaba a su coche para despedirlos.


Milo se quedó con Aioros y la familia Géminis. Estos últimos estaban listos para volver a casa también pero los padres de los gemelos no sabían que procedía, es decir, su hijo mayor ahora estaba casado de forma oficial y legal. Sin embargo desconocían si sería correcto que Saga volviera con ellos a casa puesto que al día siguiente debía partir con Aioros a la región norte de Grecia que era donde él residía.


Kardia volvió en poco tiempo al ver alejarse a su amigo y familia rumbo a su hogar pero notó la incertidumbre de Aspros y quiso saber lo que lo mantenía en zozobra.


—¿Ocurre algo? —la duda impregnada en su voz, Aspros suspiró con pesadez antes de ser quien dijera algo en respuesta.


—No es nada de lo que preocuparse amigo pero, ¿pudieramos conversar un momento en tu estudio?


A Kardia no le pareció una petición insólita y comprensivo por la actitud de Aspros asintió sonriendo levemente.


—Claro que sí, vamos ahora si gustas —le dijo y Aspros asintió con facciones de aflicción y lo siguió no sin antes pedirle a su esposa e hijos que lo disculparan un momento.


Los dos hombres se alejaron dejando a los gemelos, Aioros, Milo y a Paradox a solas en la sala. Pero no era todo lo que ocurriría en ese momento, Kanon con disimulo volteó a ver a Milo, éste le sonrió y asintió en suavidad, Kanon tomó aire y calmado se encaminó al jardín iluminado apenas por los últimos rayos de un día moribundo.


Milo fue a donde Aioros para alejarlo un poco de Saga y comunicarle lo que desde el día anterior él y el gemelo menor decidieron hacer.


—¿Qué sucede Milo? —sonrió Aioros al preguntar.


—No mucho —contestaba tranquilo—, sólo que alguien quiere hablar contigo en el jardín...


—¿Quién? —estaba sorprendido y curioso.


—Kanon me ha pedido que te diga que desea hablar contigo, no lo hicimos antes porque no encontrabamos el momento pero creo que ahora está bien. Te espera en el jardín ahora —Milo concluyó con una sutil sonrisa, Aioros curioso por saber de qué deseaba hablarle su cuñado, asintió.


Se disculpó con su suegra y su esposo antes de ir al jardín con pasos serenos. Llegó en un par de minutos, mirando con atención los alrededores para encontrar algún indicio de la presencia de Kanon, no se tardó mucho al encontrarlo sentado en aquella banca colgada, esperándolo con la vista ahora al cielo.


Aioros veía al joven, hermoso en reflejo fiel de su gemelo, salvo por la tonalidad más clara de cabello. Llegó a su lado sacándolo de sus pensamientos, Kanon lo miró primero por el rabillo del ojo, sin inmutarse hasta que el castaño se sentó a su lado izquierdo.


—Milo me ha comentado que desea hablar conmigo, joven Kanon —su voz baja y tranquila relajó un poco al gemelo que a decir verdad estaba un poco nervioso por lo que estaba a punto de hacer.


El día anterior le había servido para hablar con Milo de muchas cosas pero una de ellas era de su percepción del CEO, fue sincero al decirle a su amigo que desde la noche en que lo conoció, Aioros no le transmitió cosas buenas pero Milo se encargó de hacerle saber la verdad de la forma de ser de Aioros, claro que no pudo decirle de la decepción con Saori porque Milo no conocía esto, aún así le aseguró que Saga sería muy feliz. Por eso es que ahora Kanon estaba ahí, porque le dijo a Milo que deseaba disculparse con su cuñado por lo que llegó a creer de él y de paso, pedirle encarecidamente que cuidara a su hermano.


—Así es, muchas gracias por acceder —Kanon miró fijamente a Aioros, sonriéndole con algo de vergüenza.


En este punto Aioros pudo comprobar que su esposo y su cuñado eran iguales físicamente, pero su forma de mirar y de hablar, así como sus voces eran distintas. Sonrió al tiempo en que asentía.


—De nada...


—Bien, el motivo de esta pequeña reunión es... para disculparme con usted Aioros —el nombrado le vio extrañado, no comprendía por qué el menor se estaba disculpando—. Le pido disculpas porque si le soy sincero, cuando fue presentado a mi hermano y a mí, pensé que era un mal hombre sin sentimientos y cuando supe que desposaría a Saga, creí que iba a hacerlo sufrir pero ahora sé que todo eso fue producto del miedo que me daba pensar que mi hermano se iba lejos dejándonos ignorantes de lo que pudiera pasar con usted. Discúlpeme por mi desconfianza y por juzgarlo antes de tratarlo...


El arrepentimiento era claro en esa vos suave aunque profunda que se sinceraba con él. Aioros no culpaba a Kanon por lo que pensaba ya que Milo y Kardia también se llegaron a sentir de la misma manera por su mala actitud inicial, ahora se arrepentía por mostrar esa actitud de hombre amante de las emociones sin sentimientos. Pero si el hermano de su amado ahora se disculpaba, quería decir que su opinión de él cambió para bien y justo a tiempo para no temer que su gemelo tuviese una vida vacía y triste.


—Joven Kanon... yo no tengo nada que disculparle a usted, por el contrario soy yo quien le pide una enorme disculpa por mostrarles una cara que en algún momento tuve no le mentiré, pero fue hace ya mucho tiempo atrás y ahora no soy más así, por eso acepté ser quien desposara a su hermano y mi meta es hacerlo completamente feliz, hacer de cada uno de sus días el más lleno de amor. Sé que eso va a tomar tiempo pero estoy dispuesto a esperar a Saga todo lo que él desee, y ahora le prometo a usted que cuidaré y amaré a Saga como mi mayor tesoro.


—No se imagina cuanta paz me da escuchar eso —Kanon estaba bastante aliviado por lo escuchado.


En medio de una atmósfera más tranquila y en confianza los cuñados siguieron conversando un poco más, conociéndose. Mientras que en el interior de la casa, la dama y su hijo mayor esperaban al mayor sentados en el sofá de mayor tamaño. Milo y Saga empezaron una ligera y corta conversación.


—¿Crees qué Kanon y Aioros estén bien? —Saga se mostraba preocupado por lo que su gemelo pudiera estarle diciendo o escuchando de su esposo. Milo le respondió en un tono tranquilo.


—Estoy seguro de que están mejor que nunca, ellos están sincerándose, bueno más bien Kanon está haciéndolo. Quiere tener una mejor relación con Aioros ahora que tú y él están casados como una forma de apoyarte.


Los labios de Saga formaron una sonrisa leve pero sincera. Kanon siempre pensando en él, deseando hacer lo mejor para asegurar su bienestar. Su hermano sin duda era una hermosa persona, le pedía a los dioses por su felicidad.


 


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