"No nos dejes caer en la tentación"
-El anciano está agonizando. Le decía Akihito al ruso, quien se acomodaba en su silla para ver las próximas peleas.
-¿Y eso que tiene que ver conmigo? Responde Yuri con demasiada indiferencia.
-¿Qué va a ocurrir con su cuerpo?
-Lo mismo que le ha ocurrido a los demás cuerpos, van para una fosa común.
-¡Vaya! Eso sí que es muy humano de su parte. Responde Akihito de manera sarcástica, mientras se recuesta en la pared, cruzándose de brazos.
El ruso le regala una pícara sonrisa al rubio, quien responde de igual manera.
En esos instantes salen al patio, dos presos que se sitúan en el centro; detrás de ellos salen el resto de reclusos, rodeándolos, dejando espacio para la lucha.
"¿Dónde está su compañero?" se preguntó Akihito al notar que Asami estaba solo, siendo un espectador más de la pelea.
Pasaron varios segundos, cuando Yuri dio inicio a la pelea, la cual estaba algo dispareja. Un hombre robusto luchaba mano a mano contra un hombre demasiado delgado y pequeño para él, además se evidenciaba que ese pequeño no se defendía.
"¿Qué extraño?... porque no intenta golpearlo" pensaba Asami mientras observaba como aquel acuerpado hombre golpeaba sin cesar a su oponente.
Al instante, el robusto hombre noquea a su contrincante, dándole un efectivo puñetazo en la mandíbula.
-Eso debió doler... que pelea tan aburrida. Exclamo Yuri apoyando su cabeza contra su mano derecha. –Es más emocionante cuando pelea 1029 o 8347.
Akihito no responde nada, solo mira fijamente al ruso.
-Pero cierto médico le prohibió a 1029 pelear, no hasta que sus costillas se recuperen. Yuri gira su cara hacia el rubio, quien quedó algo sorprendido al escuchar esas palabras.
-¿Yo? ¿Prohibir? ¡Qué absurdo! Exclama Akihito caminando con destino hacia su consultorio, debía de atender a ese noqueado hombre, quien era arrastrado por todo el pasillo.
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Lo único audible de la pequeña capilla eran los gemidos de placer. -Se siente...uhng muy bien.
-¡Si! yo también lo siento.
Aunque el miembro de Ranmaru no estaba erguido a causa de los medicamentos que le daban, se sentía complacido al notar que Alberto Valentino embestía su cuerpo con gran pasión.
"Esto no debería de estar ocurriendo, pero no puedo evitar parar" pensaba el italiano mientras mordía el labio inferior de Ranmaru, quien estaba sentado encima de él.
-Esto no pue...
En esos instantes, Ranmaru coloca su dedo índice en los labios de Alberto. –Silencio, no pienses en nada.
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Asami noto que aquel hombre derrotado no estaba en su celda. Ya había transcurrido dos horas desde que finalizo esa pelea, ese hombre ya debía de haber llegado. Presentía algo, así que aprovechó un descuido del guardia, forzó la llave de su celda y sale de allí hacia el consultorio de Akihito.
Camino lo más rápido que pudo, pero al estar frente a la puerta cerrada, dudo en abrirla. Tal vez si lo hacía de imprevisto, el medico se enojaría demasiado ya era difícil de tratar.
Pero en esos instantes, escucho un gemido de dolor y por el tono, era evidente que provenía del rubio. Acto seguido, abre la puerta de una fuerte patada.
La escena que veía no era nada agradable ante sus ojos; aquel recluso estaba encima de los muslos desnudos de Akihito, mientras acariciaba con un pedazo de vidrio las caderas de este.
-Ryuichi, menos... menos mal lle...llegas. Ese maldito golpeo al médico a traición e intenta lastimarlo apuñalando sus nalgas, yo... yo intente evitarlo. El viejo alemán se arrastraba por el suelo, mientras respiraba con dificultad.
-¡Maldito! Asami en un acto de ira, levanta de la camisa a aquel hombre y lo tira contra una de las mesas, luego se coloca encima de este y empieza darle puñetazos por todo su cuerpo.
Akihito va despertando poco a poco. -¿Qué ocurrió? El rubio lleva su mano hacia su rostro y nota como su frente y nariz sangraba.
Se fue levantando lentamente, observando como la parte inferior de su cuerpo se encontraba desnuda, al instante nota como Asami golpea salvajemente al otro hombre.
-¡Que alivio! ¡Ya despertó! El viejo hombre alemán susurraba al ver que Akihito se colocaba de pie.
El rubio acomoda su ropa y ayuda al viejo a sentarse. Luego, camina hacia Asami. -¡Detente!, Akihito agarra suavemente el brazo de este, quien va deteniendo poco a pocos sus golpes.
-¡Mátalo! Exclama Yuri ingresando al consultorio en compañía de varios guardias.
Asami gira su rostro hacia el ruso, quien sonreía muy complacido ante la situación.
-¿Por qué dudas? Es un maldito pedófilo que mato a más de cien niños menores de diez años y no conforme con eso, apuñalaba las caderas de esos niños, no merece ningún tipo de piedad.
-Esto no es gracioso para ya. Exclamo Akihito bastante molesto, colocándose frente a Yuri.
-¿Por qué? Es una muy buena justificación para matarlo, 1029, mira como dejo el rostro de nuestro querido médico.
-¡Detente!
Asami se baja del cuerpo de aquel hombre y empieza a caminar hacia la salida. –No te voy a complacer.
El ruso suelta una carcajada ante las palabras de Asami. –Llévenlo a la celda castigo, estará allí durante dos semanas.
Un par de guardias agarran muy fuerte los brazos de Asami.
-¡Kuso! (¡maldito!) Akihito caminaba hacia el ruso.
-¡Yamete!, kachi ga nai (¡detente!, no vale la pena).
-Esto es tan divertido. Exclama aquel hombre mientras se levanta de la mesa.
"Esto es tan divertido" esas palabras retumbaron en la cabeza de Akihito trayendo malos recuerdos. Provocando que el rubio le diera un fuerte puñetazo a aquel hombre, sorprendiendo a todos los presentes.
-¡Vaya! Siempre supe que tenías agallas. Decía el ruso mientras caminaba hacia el violador. Acto seguido, saca su arma y le dispara en la frente. –Lo mate para ti... los demás recojan el cuerpo. Exclama Yuri mientras salía del consultorio, detrás de Asami.
Akihito entro en estado de Shock, cayendo de rodillas al lado del cuerpo de ese hombre. -¡Para ya por favor! Sus suplicas eran suaves, se veía indefenso al agarrar su cabeza y esconderla entre sus piernas.
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Transcurrieron un par de días desde aquel incidente. Akihito había esperado el momento indicado para ir a ver a Asami, pidiéndole a Kou que lo ayudase.
El mayor sintió el fuerte chirrido de la puerta, además la fuerte luz del día encegueció su vista, ya que la habitación era demasiado oscura.
-¿Tu aquí? pregunto Asami al notar que el rubio ingresaba a la celda.
Akihito noto que el mayor estaba colgado de brazos por unas gruesas cadenas. –Esa posición parece bastante dolorosa.
-Descanso en las noches y en algunas ocasiones me balanceo para disminuir el dolor.
-Te traje algo de comer y un poco de agua. Pronuncia el rubio mientras escondía la bolsa de papel detrás de algunos escombros.
-¡Medico! ¿Por qué lo hace? Pregunto Asami bastante extrañado.
-Usted me defendió, era lo menos que podía hacer 1029. Responde el joven médico colocándose frente Asami.
-Mi nombre es Ryuichi.
-El mío Akihito.
-¡Akihito! Me sorprendió lo bien que sabe dar puñetazos, es fuerte.
En esos instantes, Akihito suelta una suave carcajada. –Para nada, soy bastante débil.
Asami queda algo cautivado ante la dulce sonrisa del rubio. -¡Vaya! Usted si sonríe, pensé que tenía atrofiado los músculos de la cara.
-¡Suerte la suya señor Ryuichi! Será la última vez que la vea. El rubio caminaba hacia la salida.
-Es una verdadera lástima, Akihito. Fue lo último que dijo Asami antes de que el rubio saliera del lugar.
Continuara...