"Tú y yo haríamos un hermoso bebé juntos."
Rome arqueó una ceja mientras miraba el pequeño jovencito. El shifter zorro frecuentaba el club a menudo. "Yo sinceramente lo dudo, Xiweol".
"Es cierto." La sonrisa de Xiweol se amplió. "Pero pensar en el buen momento que podríamos haber tenido un buen intento."
Él daría al hombre una A por esfuerzo. El jovencito había caminado hasta Rome, ni una sola vez habia echado un vistazo a él antes. Él nunca lo hizo. El shifter estaba tratando de entrar en el club sin estar de pie afuera toda la noche y Rome sonrió al hombre ingenioso. “Mete tu culo en el interior, pero no te metas en problemas, Xiweol."
Xiweol le lanzó un beso antes de apresurarse en su interior. Rome negó con la cabeza.
"Será mejor que tengas cuidado de que tu compañero no te agarre coqueteando", Hongbin dijo mientras daba un paso fuera, mirando hacia abajo en la línea y luego sobre el estacionamiento.
"Por un lado, yo no estaba coqueteando. Lo compecé por sus habilidades creativas".
"Tengo habilidades creativas," el hombre en la parte delantera de la línea, dijo. "Yo creativamente puedo maldecir por permitir que ese pequeño vagabundo ir por delante de mí".
Rome miró al humano. "Sólo por eso, se puede llegar a la parte de atrás de la línea." Los labios del humano se rizaron.
"Para los dos", terminó diciendo a Hongbin. "Nadie más me interesa, así que Siwoo no tiene nada de qué preocuparse." Hablar de Siwoo sólo hizo que Rome se pierda en el chico. Estaba dispuesto a dejar su puesto e irse.
Desde que conocío a Siwoo, Rome había comenzado a sentirse ansioso, como si no hubiera más por ahí, además de ser un fregador de mentes. Quería mostrar a Siwoo un
Mundo completamente nuevo, abrir los ojos del individuo a las cosas que no sabía que existían.
Rome se tensó cuando vio una larga limusina negra entrando en el estacionamiento y parando justo en la puerta. Podía sentir el poder de inmediato. El aura imponente desde el coche, se filtra a través de la fibra de vidrio y de metal, ya que emitían una rica vibración de mando.
Hongbin se volvió, sus ojos fijos en el coche. "Los Ancianos". El vampiro entro en el club, sin duda, para advertir Jaehyo de la llegada de los Ancianos. Kwang Jin, Seung Hyub, y Kim Ain salieron de la limusina, mirando como los hombres de su talla debería.
Ellos eran tan jodidamente snob, también. Los tres hombres llevaban su cabeza en alto, mirando a todo el mundo alrededor como se fueran un bicho bajo su zapato que podría ser aplastado en cualquier segundo.
Los ancianos no habían aparecido desde que el anciano Jung Mo había sido asesinado y reemplazado por Kim Ain. Eso fue lo que, ¿hace quince años? Demasiado corto un tiempo en la opinión de Rome. Podrían haber mantenido al margen durante mil años y que habría estado bien por él.
Los tres caminaron pasando a Rome entrando en el club. Las personas en la fila se abrían ante los hombres. Rome suspiró, sabiendo que su noche sólo había recibido un disparo al infierno. No había manera de que pudiera dejar su puesto ahora. Se preguntó qué quería los Ancianos. ¿Por qué iban a aparecer ahora después de estar ausente durante tanto tiempo?
Hongbin regresó afuera, mirando por encima del hombro. "Tiene que ser algo importante, porque Jaehyo me echó de su oficina."
Y Hongbin era el segundo al mando, de Jaehyo. Rome tenía un mal presentimiento sobre esto.
Jaehyo vio como los tres vampiros entraron en su oficina, mirando alrededor con una arrogancia que hizo que sus molares posteriores trituranran entre sí. La única razón por la que esta tríada había nacido era Jaehyo porque había estado tratando de ocultar que estaba de vuelta en el día. Tenía que haber oreden y en ese momento sentía que era una buena idea.
Lamentó seriamente esa decisión en este momento. Los tres hombres tenian una gran cantidad de energía en el mundo de los vampiros. La Disolución de ellos no sería simple.
Jaehyo ni siquiera había escuchado lo que tenían que decir todavía, pero sabía que no le iba a gustar.
"Hemos estado observandolos" Kwang Jin chasqueó la lengua ".Nos sentimos las cosas deberían ser más simplista...".
Jaehyo se sentó detrás de su escritorio. Él tenía que hacerlo. Si él seguía de pie allí él podría llegar y- "Me temo que van a tener que ser un poco más claro".
"Tratas a los seres humanos como si te importaran", declaró sin rodeos Seung Hyub. "Las viejas maneras trabajaban mucho mejor."
"Por las viejas formas te refieres a acechar en callejones y renunciar a las relaciones monógamas." Jaehyo juntó sus dedos mientras se sentaba de nuevo, mirando el uno al hombre.
"Los compañeros no son para los vampiros," Kwang Jin escupió. "Nosotros tomamos lo que queremos, ya sea comida o el sexo. Los vampiros no se vinculan a sí mismos a una sola criatura. Estás actuando como si pudieras tener una relación humana tradicional. ¡Su aquelarre es una vergüenza! "
Jaehyo se levantó lentamente, con los hombros rectos, su columna vertebral de acero. Él tuvo que frenar a su verdadera forma que palpitaba por ser libre. Si los Ancianos hubieran hablado con una lengua civil Jaehyo los hubiera escuchado a pesar de que todavía habría pensado que era ridículo. "Ustedes siguen siendo los ancianos porque lo permito. Pero si sigues por esta línea-"
"La mayoría de nuestra raza desea volver a los días de antaño," Seung Hyub argumentó. Jaehyo se dio cuenta de cómo Kim Ain permanecía tranquilo. Parecía que no todos los ancianos eran de mentes similares.
"De todos modos," dijo Jaehyo. "El aquelarre que llevo desea tener compañeros y sentar la cabeza."
"Han crecidos blandos," dijo Kwang Jin a Seung Hyub. "Yo sabía que él no iba a querer escuchar. Su aquelarre esta demasiado preocupados por salir de fiesta con los seres humanos y vivir como ellos también".
Los colmillos de Jaehyo comenzaron a alargarse. "A menos que ustedes hayan venido aquí por negocios sensatos, yo aconsejaría a los tres que se vayan."
Kwang Jin volvió la cabeza y luego sus ojos se abrieron un poco cuando aterrizaron en la boca del Jaehyo. "Jaehyo-"
"Principe" Jaehyo le recordó al vampiro. "¿O has olvidado de que yo soy el primero nacido para esta raza? Tú existes porque yo lo permito. Empujame y podemos cambiar eso".
"Aún no hemos terminado con esto", dijo Kwang Jin mientras se dirigía hacia la puerta. "La mayoría quiere las viejas maneras."
"Entonces que la mayoría vayan a vivir en cuevas," Jaehyo respondió. "Deja a mi aquelarre solo."
A juzgar por la mirada en los ojos de Kwang Jin, Jaehyo sabía que no había visto lo último de los Ancianos. Quería burlarse de ellos. Técnicamente, él era el más antiguo en la habitación, pero decidió dejar ese argumento por sí solo. Cuando los tres se habían ido, él volvió a sentarse, frotándose las sienes. Esto era exactamente por qué no se había unido a su círculo. Odiaba la política.
Jaehyo gruñó y gimió cuando un golpe cayó sobre la puerta. Después de sus últimas visitas, él no quería ser molestado en este momento.
Pero antes de que pudiera decirle a quien quiera que fuera que desaparezca, Hongbin entró. "¿Todo bien?"
"No", respondió. Hongbin cerró la puerta y se sentó en la mesa de conferencias. Jaehyo suspiró. "Quieren volver a las viejas costumbres. Piensan nuestro aquelarre se ha vuelto demasiado flexible, demasiado parecidos a los humanos".
Hongbin gruñó. "Entonces es evidente que no han estado en el club. Muchos de esos seres humanos actúan más como animales que otra cosa".
"Están hablando de cómo tomamos compañeros y consideramos la seguridad de nuestros asistentes a la fiesta."
Confusión llenó los ojos de Hongbin. "Pero es una gran disposición. Nuestra comida viene a nosotros y nos aseguramos de que regresen a casa sanos y salvos. Si los tratamos como si fueran ganado, sin lo que respecta a su seguridad, nuestro suministro de alimentos se secaría".
Jaehyo se dio cuenta de cómo Hongbin no hizo ningún comentario sobre la cosa de la alma gemela. Dado que el vampiro no había encontrado a su compañero, no sabia lo que significaba tener una." Ellos dicen que la mayoría de nuestra raza quiere volver a las viejas costumbres."
"Yo digo que necesitan para dejar de fumar esa mierda", respondió Hongbin. "No hay manera de que alguien quiera volver a dormir en calabozos o, en estos días, los sótanos de almacénes y tener que cazar nuestra comida abajo como los criminales que acechan en callejones y callejuelas. Tienen que coincidir con los tiempos modernos. Adaptarse o morir".
"Aún así," dijo Jaehyo. "Dile a la cadena de mando superior alrededor que mantengan los ojos abiertos. No quiero sorpresas." Habían tratado con suficientes sorpresas recientemente por un tiempo muy largo. Jaehyo no quería añadir matar a los ancianos a su lista de cosas que tenía que hacer.
Continuara...