Sin ni si quiera uno hablar con el otro se limitaron a esperar, las doncellas del cuarto templo ofrecieron algo de beber y comer al invitado, cosa que el guardián de piscis acepto la bebida.
EL guardián de la doceava casa, no mostro ningún tipo de molestia con la misión, tampoco reclamo por el castigo que le impuso el patriarca a DeathMask, es su compañero y el deber es ayudar en todo lo que pueda, aunque aquel caballero no mostrara síntomas de querer cruzar palabra alguna con él.
Afrodita con suficiente cautela se acerca- Podemos hablar de la misión Masky- después de todo, el nunca le llego a llamar por su nombre, siempre deja caer un apodo, como tal cual usaba con aquellos que el sintiera que le callera bien.
DeathMask saliendo de sus pensamientos, lo voltea ver- Escucho lo que tengas que llegar a decir Afrodita- recostándose de la columna del santuario, el sol cae sobre el dejando resaltar aquella hermosa piel morena, con sus ojos tan penetrantes y sin decir de sus labios tentadores.
Afrodita no pudo negar que aquel caballero siempre le ha atraído, tan misterioso e impulsivo- Cuando veamos a Athena y nos asesoremos que ella se encuentra con bien ¿Cuántos días debemos de pasar recorriendo el área? Conoces al patriarca, no se conformara con un bien, el querrá detalles-
DeathMask- En eso tiene razón, podemos llegar a pasar una semana, nos aseguraremos que nuestra diosa Athena no corra ningún peligro-
En eso los dos guardianes fueron interrumpidos, un guardia del santuario había entrado anunciando que el barco está listo para zarpar. En silencio salieron de inmediato guiados por el guardia hasta el muelle.
Sin más tiempo que perder subieron de inmediato, el viaje seria largo y un tanto estresante, caminaron hasta los camarotes donde pasaran la mayor parte del viaje.
DeathMask que solo se limitó a ver por el borde y volver a caer en sus pensamientos- “¿Helena aun me querrás ver como yo a ti? Todos cometemos faltas maldición, y sé que no soy el ser perfecto, pero mierda!! No puedes dejarme así. Sabias también que no soy el que demuestra el amor como los demás, no, tú lo sabias… lo sabias y aun así me aceptaste… ahora me echas al olvido por un pasado que yo mismo he querido borrar, y que aún sigo renegando que soy un guardián si he arrebatado vidas solo por diversión sin pensar en las futuras consecuencias…. Maldición, me encantaría echar tan rápido el sentir que te tengo como tu bien lo hiciste conmigo. Mi duda siempre fue ¿Tu me amaste como yo a ti?-
Afrodita- Masky te encuentras bien?- colocando su mano en el hombro del guardián
DeathMask sonriendo le ve- Claro que estoy bien, que no me vez- ocultando el dolor que aún lo sigue consumiendo de poco a poco.
Afrodita dudando de él, después de todo siempre ha conocido también a ese caballero, amigos desde la infancia, siempre se cuentan de todo, hasta los temores que podían llegar a sentir cada uno- Masky, conmigo no tienes que fingir, sabes que yo no delatare tu lado vulnerable con nadie-
DeasthMask se le fue borrando su sonrisa, a una mueca de enojo -Como odio que me conozcas- dándose la vuelta, pero después de todo, le encanta tener su apoyo para así no sentirse tan solo, involuntariamente se dio la vuelta para abrazarle y quedarse un tiempo asi.
Ninguno tuvo el valor de querer soltar al otro, así siempre fue, cuando uno de los tres se sentía mal, solo lo abraza buscando un consuelo y así sentirse que no está solo, pero en esta ocasión, el dolor del guardián de cáncer no sabía cómo dejar ir tanto dolor, jamás en su vida amo como puedo llegar amar a esa mujer, el hecho de que cambiara por ella, se volviera mejor caballero y no llegara a fallar da mucho que demostrar.
Sin poder controlar sus impulso, se medió separa de Afrodita, detallo cada parte de su rostro, no pensó en el cómo lo piensa ahora, un deseo de querer arrebatar de sus labios ese beso que siempre se ha reprimido, aunque esto acabara con la amistad, necesita más que nada un giro a la realidad, y saber que si su dolor se podía recuperar volviendo amar a alguien y si bien sabemos, el guardián de cáncer, confeso a Shura haber estado enamorado profundamente de su mejor amigo. Con su mano la fue posando en su nuca, de manera lenta y temerosa se va acercando a los labios del contrario, un pequeño rose, deja abierto a la posibilidad de que le aceptaría el beso, sin mas preámbulos, toma con todo el valor y lo besa, dejando en claro que ya la timidez no era parte de el en ese entonces.
Se lograron separar por la falta de oxígeno, el guardián de cáncer, quería mas, pero esta contra sus principios el estar con otro hombre, no podía controlar el deseo que sentía por Afrodita desde hace ya un buen tiempo, desde que lo vio y ha estado en cada una de las misión y sin dejar de lado cuando se quedan a dormir en los templos vecinos. Desea más de él, necesita sentir más de él.
Afrodita por lo contrario se quedó completamente en shock, el amor de su vida le había arrebatado un beso. El corazón le latía con tanta fuerza que le apena que Masky lo pudiera escuchar, trato de esconder su sonrojo con los mechones que caían en su rostro. Su mano la coloco en su pecho, en ese momento juro que le estaría por dar un infarto- Mas…Masky yo… yo..-
DeasthMask que no pudo contener la necesidad de volver a saborear aquellos labios, se apresura para volverlo a besar, el deseo de querer más lo llevaron a seguir besando con desespero.
Sin pensar en las consecuencias que podía llegar a pasar, DeathMask no quería separarse de él, su mano que ya no se posaba en su nuca, iba bajando para así recorrer su espalda, como en ese momento detesto que sus armaduras estuvieran estorbando en ese momento. Lentamente con pocas ganas de querer separarse, se dieron su debido espacio.
DeathMask se le dibujo una sonrisa perversa, por un momento se le había pasado el dolor por Helena, ahora su mente batalla por saber que desea, si acepta que en su vida este un hombre a cual deba de amar de la misma forma que amo a esa mujer. No podía dejar de ver aquellos ojos tan expresivos, su piel tan suave, su labios tan finos pero deliciosos- Afrodita… yo… mejor vamos a ser guardia, no quiero que nos tomen por sorpresa un ataque- se arrepintió no haber ido un poco más lejos de lo que él quería, y sabía que no era el único.
Los dos caballeros debían volver a su labor y es cuidar el barco donde ahora estarían navegando hasta llegar donde se encuentra su diosa. El deseo es algo que en cualquier momento se podía apoderar de ambos caballeros.
Continuara