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:Corazón Resiliente: por DionSan_95

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Notas del capitulo:

Después de una larga ausencia el capítulo 18 

Capítulo 18: Tren de escape

 

 

Tanjiro ni siquiera pensó en alguna otra posibilidad… Inosuke y el encontrarían a Zenitsu y lo regresarían.

 

Sin ayuda, sin escándalos, como si nada hubiera pasado.

 

Eso sería lo mejor.

 

Por eso se encontraba siguiendo a su nariz por todo el centro de la capital, pasando a través de la gente y corriendo lejos de los tranvías, siguiendo el ligero aroma de Zenitsu.

 

Se detuvo finalmente en frente de un gran edificio, en donde el rastro del rubio iba desapareciendo…

 

- ¿¡que se supone que es eso!? – era grande, ruidoso y sacaba humo, Inosuke jamás había visto algo tan grande en toda su vida. – atrás Gompachiro… puede ser peligroso –

 

- no es lo que tú piensas Inosuke… de seguro Zenitsu está allí -

 

- ¿Monitsu está allí?... ¡¿Qué esperas entonces?!... hay que ir por el – claro que para ese punto no habría nada que pudiera detener al jabalí. Tanjiro lo sujeto y empujo a una esquina, estaban comenzando a llamar la atención.

 

- hay demasiados militares en este lugar… tenemos que… – se detuvo, tomando en cuenta de algo que no noto antes – Inosuke… ¿Qué se supone que es eso? – pregunto, apuntando el pecho del menor.

 

Inosuke se miró el torso, no viendo nada que llamara la atención en particular, solo que seguía sin camisa y la bebe de Zenitsu se mantenía calladita en su pecho mientras era sostenida por una especie de canguro improvisado hecho con una sábana.

 

- mi secuas número siete – dijo muy seriamente.

 

Tanjiro estuvo un tiempo en silencio… procesando la información.

 

- ¡Inosuke!... ¡¿Por qué te la trajiste?! – Exploto - ¡tan solo tiene una semana de nacida!... ¡¿Cómo se te ocurre sacarla?! ¡Rápido dámela!... tengo que regresarla – el omega comienza hablar bastante rápido y molesto a lo que el más alto niega repetidas veces, zafándose.

 

- no… Monitsu tiene que verla – cuando al alfa se le metía algo a la cabeza era difícil hacerlo desistir, Inosuke estaba totalmente convencido de que el problema era Monitsu y su cobardía – Monitsu tiene que enfrentarse a su mini cachorra y enseñarle quien manda… no puede dejar que esto le gane – con esto se refería a la pequeña bebe.

 

La lógica de Inosuke era primitiva.

 

Tanjiro se lo pensó por un segundo y las palabras de Inosuke no parecían ser tan descabelladas.

 

- ¡Inosuke detente!– el alfa corrió, persiguiendo sus instintos para encontrar a Zenitsu – ¡devuélvela Inosuke! – Tanjiro no tenía la menor idea de donde el alfa sacaba todas esas estupideces… ¿Cómo se había hecho el canguro? ¿Y cómo es que no se había dado cuenta que cargaba la bebe desde la casa? – INOSUKE JURO QUE TE MATARE SI TE ATRAPO –

 

Y por primera vez la naturaleza amable y cándida del omega había sido superada.

 

 

-.-

 

 

Su cuerpo temblaba de solo recordarlo, después de todos esos días en cama podía sentir esa sensación tan desesperante como si la hubiera dado a luz tan solo hace unos minutos. Ni siquiera ahora, que estaba tan lejos aquella sensación desaparecía.

 

Porque un vínculo no era tan sencillo de romper.

 

Se ajustó su haori, asegurándose de que nadie viera más de lo necesario, había mucha gente en la estación y estaba seguro que su rastro se perdería tarde o temprano… esperaba que todavía creyeran que seguía en esa habitación.   

 

No podía quedarse en esa casa.

 

Tanjiro ya había sido demasiado amable con él. Sabía que se estaba aprovechando de su hospitalidad, le habían ofrecido el refugio a los Kamado, él no era un Kamado… y por si fuera poco había tenido a ese bebe allí.

 

Zenitsu no supo que hacer al momento de darla a luz, así que tampoco sabía que hacer después. El dolor en su nuca solo fue incrementado con los días, no podía dormir, no podía comer, su cuerpo estaba pidiendo por algo, por alguien… pero su mente se reusaba.

 

Y en medio de todo eso… estaba ella.  

 

Ella era lo que ocupaba su mente, como si estuviera alerta todo el tiempo, cuando lloraba lo sabía, cuando la alimentaban lo sabía, todo lo que tenía que ver con ella lo hacía volver a su asquerosa realidad.

 

La primera noche fue una tortura, ella no dejaba de llorar, por más que escuchaba a Tanjiro tratar de calmarla, su marca dolía cada vez más y él no se atrevía siquiera a levantar la mirada. Al día siguiente la cambiaron de habitación al ver que él no mejoraba, pero no su llanto no se detuvo…

 

Zenitsu no quería quedarse, sin embargo no podía irse tampoco. El sonido de aquella vocecita lo confundía y lo mantenía allí, hasta esa madrugada.

 

Se levantó porque ella llevaba rato quejándose, pero nadie la iba a buscar, supuso que era porque lo hacía muy bajito y nadie podía escucharla… nadie excepto él.

 

Entro a la habitación de Tanjiro muy sigilosamente, con cuidado de no despertar al omega o algunos de los niños, entonces la vio, compartiendo una cuna con Ume… La diferencia de tamaño era poca, puede ser por que Ume era muy pequeña para su edad o porque esa bebe era demasiado grande para la semana que llevaba con vida, no sabía.

 

Se acercó a ella, mientras que la pequeña solo meneaba nada contenta los brazos y piernas, demostrando lo disgustada que estaba. El solo hizo un ligero gesto, solo puso su mano sobre aquella cabecilla plateada y aquella niña se calmó, automáticamente.

 

Algo dentro de él se estremeció, su marca comenzó a doler y se asustó.

 

En ese momento Zenitsu supo que debía salir de allí… así que simplemente lo hizo.   

 

Inhalo profundo, no lo pensó tan bien como creyó, sin dinero ni papeles sería difícil abordar un tren.

 

- muévete niño – fue empujado a un lado sin la menor consideración, mordiéndose los labios para no responder algo estúpidamente, el sujeto era más alto, más fornido, con un uniforme y realmente creído… un alfa – que patético –

 

Sujeto del hombro a su acompañante, quien no dijo una sola palabra, ni siquiera se molestó en mirarle, para seguir de largo como si nada hubiera pasado.

 

Baja la cabeza cuando se da cuenta de lo que estaba pasando, un militar llevándose con él a una dama de buen vestir, su aroma era alarmantemente dulce para llamar la atención, sin embargo no hay descontrol… Eran feromonas artificiales.

 

Zenitsus las conocía, eran esencias usadas por betas u omegas que trabajaban en burdeles, el aroma atraía a alfas con más facilidad y aumentaba las ganancias del lugar. Aquellas feromonas provenía de un grupo personas que se encontraba subiendo a un tren, simple civiles a primera vista. Todos vestidos con ropas elegantes de ceda, perfumados y maquillados, hermosos a simple vista.

 

Zenitsu trago seco, había solo una razón para una concentración tan grande, trato de pasar por alto aquello, si ese era su único boleto de salida entonces debía ignorar ciertos hechos desagradables.

 

Después de todo era obvio para lo que eran contratados, hombre con poder, omegas y betas de burdeles.

 

Suspiro… no creía que ese tipo de cosas ocurriera en el sur. 

 

 

-.-

 

 

Sus ojos temblaban mientras veía como el cañón de un arma apuntaba a su cabeza, el pobre soldado estaba tan asustado que podía orinarse encima en cualquier momento y aquel hombre solo le daría gracia aquello.

 

- ¿estás seguro? – el general Hairo, como es conocido dentro del ejército del sur quito el seguro a su arma, haciendo más real la amenaza. – y no mientas -

 

- si, si señor… el cambio no los informaron hace media hora, el Pilar que nos va acompañar a primera fila no será el Pilar del Sonido – el subordinado trago seco – alegaron incapacidad física –

 

- ¿incapacidad física? – Iracundo tomo la pistola y la disparo, lastimando a uno de los soldados que estaban tras él, el pobre mensajero se puso pálido – ¿vez eso?... eso es un estúpido rasguño para un jodido Pilar – el hombre herido no pudo levantarse, su pierna comenzaba a sangrar – deja de lloriquear… tu, llévalo a que lo curen – rodo los ojos, mientras el otro soldado cumplía rápidamente sus órdenes, nadie quería ser el siguiente en recibir una bala del general -  ¡¿incapacidad física un alfa Pilar?! ¡Esos malditos son capaces de recibir un tiro en el pecho e irte a matar!... ¡me están tomando por idiota! – Los ojos del joven reflejaban terror.- los Pilares no se enferman… son unas malditas máquinas de combate – aun con su evidente molestia el mayor retrocede. Dejando al pobre hombre respirar - ¿Quién vendrá en su lugar? –

 

El chico tartamudeo un poco antes de contestar.

 

- eh… el Pilar… de la flama –

 

Se tomó unos segundos en silencio para reflexionar seriamente su situación.

 

Sus prácticas ilegales llevaban años en acción y definitivamente a Hairo no le agrada la idea de que sus planes se fueran al caño por simples cambios de logísticas. El Pilar del Sonido era uno de los pocos a los cuales eran fáciles de manipular, mientras que sus absurdos pedidos fueran concedidos era sencillo que bajara la guardia.

 

Jamás pensó que sería tan sencillo manipular a uno de esos sujetos ya que no le gustaba tratar con ellos… si fuera por él, los eliminaría a todos.

 

Pero no todos eran tan fáciles de chantajear. El Pilar de la flama, aquel sujeto tenía una reputación intachable y absurdamente limpia, bueno… casi.

 

Sonrió muy lentamente, mientras caminaba de nuevo a su asiento, guardando su arma, haciendo que los nervios del pobre mensajero bajaran un poco.

 

- bien… llama a Enmu y dile que tiene trabajo… - Hairo llevo una mano a su barbilla, peinando su barba – le daremos la bienvenida que se merece el Pilar de la llama -     

 

 

-.-

 

 

No podía ser cierto y todo era por culpa del condenado de Inosuke.

 

- ¡creo que es ese! – dijo Inosuke mientras apuntaba a uno de los trenes que estaba a punto de partir.

 

- ¡para de una vez Inosuke! – Tanjiro no se detuvo, si lo hacía de seguro los policías lo atraparían por haber subido al andén sin ticket, pero es que una vez que el demente de Inosuke comenzó a saltar las barras ya no hubo vuelta a tras – si te equivocas nos montaremos en el tren equivocado –

 

- entonces huélelo como perro –

 

- primero… yo no huelo, olfateo… segundo, no puedo… hay demasiada gente –

 

- ¡Deténganse! –

 

- ¡ven a detenerme! -

 

- ni se te ocurra Inosuke…- Tanjiro término jalando al chico cerdo cuando el alfa decidió detenerse para insultar al policía que quería atraparlos. - no podemos ser atrapados por la policía… le daremos problemas a Urokodaki-san y a Tomioka-san –

 

- no importa… si ese Topioka tiene algún problema también luchare contra él – el omega negó mentalmente, aun no entendía como es que Inosuke aun veía a Tomioka como amenaza.

 

Siguen corriendo, tenía que conseguir la manera de perder a esos policías. El pitido de salida de un tren se dio un poco más adelante de ellos, los rieles comenzaron a andar lentamente y una idea le vino a la cabeza al pelirrojo, fue solo una idea rápida, pero era la más acertada que tenían en ese momento.

 

No podían quedarse mucho tiempo en la plataforma…

 

- Inosuke… salta… -

 

- ¿que? –

 

- ¡que saltes! – sin pensarlo siquiera dos veces Tanjiro uso el impulso de la carrera para tomar el tubo con una mano, pero resbalo… parecía que no iba a lograrlo.

 

Inesperadamente Inosuke le sujeto de su haori verde y termino por lanzarlo, terminando por aterrizar sobre la plataforma, con la adrenalina del momento el alfa corrió lo más rápido que pudo y salto… Tanjiro estaba en el piso, aun impactado por lo que Inosuke había hecho cuando siente el cuerpo ajeno sobre él, aterrizando casi limpiamente.

 

Ve unos ojos verdes grandes y la boca del alfa hacer una gran sonrisa, sabiendo que se había salido completamente con la suya.

 

- soy el mejor Gompachiro… ni los policías lo vieron venir – Inosuke sonreía como un niño y a sabiendas que el alfa era menor que él y tenía una actitud mucho más infantil, el pelirrojo sonrió con él.

 

- si… bien hecho Inosuke – Tanjiro tenía que reconocerlo, gracias a esa loca idea, habían montado el tren a salvo.

 

Hashibira ve aquella sonrisa amable, aquella que siempre lanza a esos niños, aquella que esos últimos días no veía mucho y esta vez era dirigida a él, un extraño revoloteo viaja por su estómago y se sonroja, sin saber muy bien por qué.

 

Pero antes de poder hacer algo más, aquella bebe comienza a llorar…

 

Inosuke ve como Tanjiro le mira ahora con molestia, acordándose de su osadía, el alfa estaba en problemas.

 

 

 

Continuara…

Notas finales:

Lamento la tardanza, estuve llena de trabajo todos esos días. Sin embargo aquí les traigo la continuación.

Agradezco su paciencia, en compensación por su espera mañana será actualizado el siguiente capítulo.


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