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:Corazón Resiliente: por DionSan_95

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Notas del capitulo:

Aquí les traigo el capítulo 20 la primera actualización del año, disfrútenla.

Capítulo 20: Perdido

 

 

- ¡Zenitsu!... ¡Inosuke!... – el tren se sacudió y él se sujetó de un tubo mientras que se aferraba a la bebe, ella se quejó obviamente incomoda – lo siento, Inosuke no debió traerte aquí –

 

Tanjiro suspiro mientras la mecía para que su quejido no pasara mayores.

 

En cuanto los guardias se dieron cuenta que se infiltraron dentro del tren comenzaron a buscarlos como locos, así que Inosuke no dudo en comenzar a pelear con ellos. Tanjiro por otro lado lanzo un par de golpes antes de salir corriendo a otra dirección y perder de vista a los que lo perseguían.

 

El tren era mucho más grande de lo que espero.

 

Había pasado por los vagones de carga, donde llevaban muchas armas, era un tren de transporte militar, Tanjiro los conocía bien, en el norte también los había. Trago seco, dándose cuenta que no debían pasar mucho tiempo en ese tren.

 

Siguió adelante… hasta que.     

 

- ¿Qué haces aquí? – el guardia ni siquiera lo dejo responder cuando fue arrastrado

 

- yo… lo siento yo – entro en pánico, lo habían descubierto.

 

– no debes estar aquí… cualquier idiota te puede hacer algo que no quieras, no juegues con tu suerte y vuelve con los demás omegas – el pelirrojo ya estaba pensando lo peor cuando…

 

- ¿o…omegas? – pregunto confuso.

 

¿Qué hacían omegas en un tren militar?

 

- si… ¿Qué no sabes que hay dos alfas infiltrados?… - rodo los ojos mientras llevaba al menor a otro vagón, lejos de la zona de carga – no sabemos quiénes son ni que intenciones tengan, así que será mejor que te mantengas con los otros omegas por seguridad –

 

Tanjiro se dejó ser, mirando al sujeto, era uniformado, pero no era parte de la seguridad del tren, parecía ser militar, alguien de bajo rango, pues el menor reconoció las placas. El omega tenía muchas preguntas… ¿Qué hacia aquel oficial en los vagones de carga completamente solo? ¿Por qué no dudo que fuera un intruso?... ese sujeto era muy sospechoso.

 

Tanjiro podía oler sus nervios.

 

Pero no dijo nada, con aquella bebe en brazos no debía meterse en problemas.     

 

El soldado lo llevo a un vagón distinto, aquel sitio estaba lleno de omegas y betas, tal como el oficial le dijo, lo empujo rápidamente dentro y cerró la puerta tras de él. Su llegada causo un silencio sepulcral, Tanjiro no conocía a nadie allí, era un claro intruso, pero nadie se atrevía a decir nada, algunos miraron al recién llegado con intriga, otros con molestia.

 

Se fue caminando bajo aquellas miradas hasta el fondo, buscando alguna cara familiar, el olor a perfumes y feromonas pululaba en el ambiente, vago y confuso… aun así no había rastro de él.

 

Dos personas se le acercan.  

 

- ¿Quién eres tú y que haces aquí? – la beta le pregunta rudamente mientras lo analiza.

 

- yo… solo me perdí –

 

- este es un vagón privado, será mejor que te vayas –

 

- espera, él tiene un bebe – un joven que parece compadecerse por la situación de Tanjiro se apresura a detener a la chica. – deja que descanse aquí… luce cansado –

 

- este no es un sitio para descansar, si Omitsu lo llegara a ver se volverá loca – aquella mujer orgullosa lo mira por sobre el hombre y le hace un gesto de desprecio – este no es lugar para bebes tampoco… será mejor que te cuides las espaldas – y con una clara advertencia se alejó.

 

- ella no está pasando por un buen momento… siento su rudeza - el chico que parecía más joven que Tanjiro se sentó a su lado, la bebe se quejó un poco exigiendo atención - ¿ese es tu bebe? – el joven se acerca, curioso.

 

La bebe no se parecía nada a ella y no olía mucho a él tampoco, era obvio que la bebe no era suya, pero bien dejo esa pregunta al aire, ya que aquella pequeña inquilina parecía cada vez mas molesta.

 

- lo siento, debe tener hambre –  Con toda la naturalidad del mundo se quitó su haori y se abrió la yukata, los pequeños sollozos se detuvieron al sentir el cálido pecho del mayor y buscando hambrienta el premio comenzó a succionar con fuerza.  

 

- es muy bonito tu bebe – el chico parecía maravillado por lo que veía – sin despegarse un centímetro. Su mirada estaba un poco triste, pero su sonrisa conciliadora le delataba que aquella imagen le causaba algo de ternura – ¿te duele? –

 

- ¿que? –

 

- cuando succiona… ¿acaso te duele? -

 

- ah… bueno – Tanjiro no sabía que contestar, la razón de su curiosidad le dio en la nariz como una sorpresa, el ambiente estaba lleno de unas feromonas intensas, aromas que se usaban para atraer alfas, pero aquel chico era diferente, su aroma era distinto al de los demás, era mucho más dulzón y amble… - ¿Cuánto tienes? -

 

La sorpresa se dejó ver en el rostro de aquel joven.

 

- yo… no – se vio angustiado de repente – no le digas a nadie por favor –

 

Antes de poder contestar cualquier cosa, la puerta principal se abre y una señora mayor entro por el pasillo, Todos los omegas y betas se levantaron y comenzaron a ponerse en filas, con hermosas vestimentas y maquillajes en todo el rostro.

 

Entre la confusión aquel chico tomo del brazo a Tanjiro y lo llevo detrás de un estante.

 

- espera… yo –

 

- shh… no debes hablar ni hacer ningún ruido, si descubren que estas aquí con un bebe puede hacerte algo malo, o peor… – señala a la bebe en sus brazos – quédate aquí -  

 

Dos hombres con uniformes militares entran detrás de Omitsu, eran altos, robustos y con presencias fuertes… unos alfas.

  

La señora comenzó a pasar entre ellos, con ojos inquisidores, observando cada minúsculo detalle de esos jóvenes cuerpos, sus posturas, sus ropas, sus joyas, su maquillaje. Aquella mujer era muy estricta con respecto a la calidad de su mercancía, lo peor era para los jóvenes, los novatos sin experiencia que no podían distinguir un buen espécimen de un cerdo. Mientras que estos betas y omegas eran sus mejores productos…  

 

El Kamado se dio cuenta rápidamente que aquel joven tenía razón, no era bueno ser visto.

 

- esta chica es ideal… es una beta obediente, con caderas anchas y cintura fina… - le señora sujeto el brazo de aquella joven beta que lo había mirado con desprecio, la chica parecía estar nerviosa, aun así mantenía la cabeza en alto - ¿Qué les parece ella?... es ideal ¿no creen? -

 

Uno de ellos le daba la razón y sonreía tontamente, parecía ser amable, sin embargo el otro alfa se veía poco interesado, tanto que ni miraba a la chica. Aquel alfa dejo que Omitsu siquiera describiendo las virtudes de aquella joven mientras que comenzaba a mirar con curiosidad los demás, paso de cada uno sin el menor interés, hasta llegar al último, un joven omega, de ojos orejeros y mirada algo perdida y nerviosa.

 

Sonrió.

 

- ¿capitán? - su compañero alzo una ceja intrigado.

 

- ese chico… - dijo con una sonrisa.

 

- ¿no le parece muy joven?... ¿cree que los altos mandos lo quieran? –

 

- claro que lo querrán… ¿no viste al último omega que tenían?... no era más joven que este chico y a pesar que era del norte esos viejos no le tuvieron asco… esos tipos son unos depravados – aquella última frase la lanzo hacia el menor, quien sintió escalofríos.

 

No le no quería ir.

 

Su miedo se podía sentir mucho más palpable, a diferencia que aquella omega el aun no sabía ocultar su miedo. Omitsu iba a terminar el trato, cuando el amable alfa la detuvo.

 

- espere señora… ¿Qué hay de ese? –

 

Era un chico muy común, sus cabellos eran desordenados, sus ropas estaban algo desalineadas y no eran de colores llamativos. Era un cualquiera, no pertenecía a su repertorio de omegas y betas. Pero aun así, aquel simple joven logro llamar la atención de uno de los militares.

 

Tanjiro no era tonto y mucho menos estaba loco. Era ligero pero había detectado el olor de Zenitsu en el momento en que la puerta se abrió.     

 

- el no… - la señora iba a refutar, pero el capitán la interrumpe.

 

Pasando ahora del chico para sujetar el rostro de Tanjiro.

 

- este de aquí se ve mejor… no está tan flaco– ve entre sus ropas la piel canela que sobre salía y un aroma algo seductor. El mayor sonrió, no era un tonto, ese chico había soltado feromonas para ser notado – no se ve nada mal – sonrió de lado. La mujer estuvo a punto de decir un rotundo no, cuando el alfa se le adelanto – te pagare lo que me ofrezcas por ese chico -

 

Tanjiro miro de soslayo el lugar donde había escondido a la bebe.

 

- ¿Qué estás haciendo? – aquel joven le miro casi en pánico, pero Tanjiro solo le regalo una sonrisa conciliadora.

 

- cuídala… regresare por ella -

 

 

-.-

 

 

Para cuando Inosuke se dio cuenta que Tanjiro se quedó atrás, ya era tarde… no tenía idea de donde se encontraba. Creyó buena idea regresar en sus pasos e ir a buscarlo, a buena hora se vino a perder.

 

Trato de seguir buscando por su cuenta cuando unos gritos se apoderaron del lugar, muchas personas comenzaron a correr en dirección contraria a un tumulto. Cualquier persona cuerda daría media vuelta y se alejaría del peligro, pero Inosuke no era una persona cuerda.

 

La concentración que estaba más adelante era conformada por puros alfas, más de diez… lo sabía por el olor a feromonas mescladas, la presión era bastante y aun que cualquier alfa normal daría la vuelta por su propio bien, Inosuke discrepaba mucho de ser un alfa normal.

 

Todos estaban alertas, como si estuvieran a punto de atacar, sacando sus intentos de rivalidad, con sus colmillos al aire y sus fuertes hormonas que obligaban a otros a retroceder.

 

Inosuke no fue la excepción, sus sentidos se alteraron, su cuerpo comenzó a responder solo, imitando la agresividad de aquella manada de alfas…

 

El aroma de un omega en celo era un afrodisiaco automático, era como un golpe directo a tus hormonas, como si te inyectaran adrenalina en una arteria… la sangre comenzaba a recorrer por todo el cuerpo y sentías como tu instinto se apoderaba totalmente de ti.

 

A veces ese deseo no podía frenarse… y solo te volvía más y más salvaje.

 

Existía un omega en celo y varias alfas que querían tomarlo.

 

Inosuke pudo reconocer a Zenitsu, envuelto en miedo en una esquina lo más lejos que podía de esos alfas, con su haori cubriéndolo… no tenía camisa y sus pantalones estaban rasgados, sus manos apenas sostenían la prenda sobre él. El rubio solo se concentraba en volverse un ovillo, cubriéndose como si no quisiera que lo vieran, y de seguro no quería… ¿Qué le habían hecho a su amigo?

 

- Monit… - un gruñido detuvo en seco sus pasos.

 

Había una razón por la cual esos alfa se mantenía al marguen sin acercarse a Zenitsu, había una razón por la que solo amenazaban y gruñían en vez de lanzarse como bestias por su presa.

 

Era enorme, su espalda era todo lo que veía, pero escuchaba los sonidos de los golpes que propinaba a un desafortunado estúpido que creyó poder pasarlo, aquel puño se llenó de sangre, pero seguía, aun que el sujeto ya no ofreciera resistencia.

 

El sujeto tenía una mirada que decía que mataría a cualquiera que se le cruzara en frente… sus ojos rasgados y negros voltearon hacia los demás alfas, retándolos con un gruñido bajo y amenazante.

 

- si quieren llegar a ese omega… - sujeto el cuerpo inerte del pobre alfa y lo lanzo hacia los demás, como muestra de lo que podía hacer si daban un paso en falso -  tendrán que pasar por mi antes –

 

 

-.-

 

 

Sujeto el rostro perdido de aquel Pilar, divertido al ver como esas pupilas doradas estaban dilatadas, su sueño era bastante intenso. El cuerpo de aquel hombre estaba a su merced, borracho de sus particulares feromonas, era imposible ignorarlas, después de todo su cuerpo las expulsaba por todos lados, como una verdadera droga.

 

Hairo sonrió, maravillado de como ese omega pudo doblegar a ese alfa como si fuera una marioneta.

 

- ¿Qué le hiciste?… -

 

- solo le di un sueño maravilloso – sus mejillas estaban rojas, maravillado con aquella expresión del Pilar – Debe ser alguien con quien estuvo obsesionado por mucho tiempo – las feromonas del alfa pronto fueron expedidas como consecuencia, cualquier cosa que Enmu le hiciera ver estaba haciendo que Rengoku reaccionara de formas extrañas.

 

Aquel omega era distinto al resto de esa sala, sus ojos extremadamente claros, su tono de piel pálida como si estuviera enfermo y las marcas en su rostro, era un omega del norte. Una adquisición de Hairo en su último encuentro, en la que pudo negociar con un sujeto muy adinerado la adquisición de un hermoso y raro ejemplar…

 

Enmu era una herramienta muy útil.

 

Sin la más mínima vergüenza se subió sobre el alfa, llevando sus manos lentamente por las fuertes piernas del alfa, subiendo por su pecho, abriendo intencionalmente su camisa. Ese alfa de cierta manera era atractivo, mucha mejor opción que todos esos asquerosos viejos con los que tuvo que lidiar antes.

 

Se acercó al rostro de aquel joven… sus facciones eran fuertes, con cejas pobladas y oscuras, con ojos dorados hermosamente mareados… con una boca sensual, el morbo le subió por todo el cuerpo al escrudiñar ese fornido cuerpo. De seguro entrenaba todo los días, aquel pensamiento le hizo sonreír con picardía…

 

Sujeto la mano de ese alfa con fuerza. Jugando con las emociones, haciendo que el alfa soltara aún más feromonas, inundando el cuarto.

 

- quiero divertirme con usted… Rengoku-san –

 

 

 

Continuara…

Notas finales:

Post: ¡se nos van a violar a Rengoku! T.T… ¡Ese Enmu gozón de lo va a sabrosear!... ¡que alguien lo detenga!... Tanjiro está planeando algo, esperemos que sepa lo que hace… y que Inosuke salve a Zenitsu.

 

Felices navidades, año nuevo y reyes magos, espero que la hayan pasado muy bien estas fiestas y que este 2021 sea aún mejor que el 2020.

 

Primero que nada lamento mucho la demora, me di vacaciones para las navidades y se me paso la mano XD. Se me olvido que prometí el capítulo 20 para diciembre.

 

Aquí tienen el capítulo prometido y espero poder responder a todas las dudas. El siguiente será en el transcurso de esta semana, entre 11 y 13… XD

 

Que estén bien y nos vemos.  


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