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Revivir~ por Lez

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Notas del capitulo:

Hola, hola, siempre vengo a pedir disculpas, pero creo que he dicho que mi vida es un poco caótica y como un huracán.

Espero que lo disfruten y que aún tengan ganas de leerme. 

 

Se levantaron de la cama, dejando la pequeña caja azul y aterciopelada en la cama, para dirigirse a la cocina y comer. Naruto en el camino tomó una sudadera, ya que comenzaba a hacer frío y había dormido destapado. Seguían conversando en todo momento, pero no de cosas románticas sino de cómo estuvo el día a día de cada quién, de cómo le fue en el trabajo al rubio y cómo estuvo la jornada en el hospital para Sasuke.

El rubio en la cocina se lavó bien las manos antes de comenzar con los preparativos de la cena, como ya tenía todo avanzado sólo era calentar y montar; sin embargo había descubierto que una de las mañas que  tenía el Uchiha era que no le gustaba calentar sus comidas en el microondas, por lo que encendió la cocina y calentaría en una sartén el arroz y la carne, por otro lado mientras eso tomaba temperatura aliñaría la ensalada y la emplataría.

- ¿Quieres una cerveza? – Consultó el de profundos ojos negros mientras abría la nevera y sacaba una cerveza para sí mismo, estando casi seguro que la respuesta sería negativa por parte de su amado chico de ojos celestes.

- Eh… Está bien… - Respondió el rubio, sabiendo que hasta para él ese tipo de respuesta era inesperada, no era que no hubiese probado nunca el alcohol, simplemente no le parecía sabroso o rico como a otras personas, además de pensar seriamente que causaba un estado de estupidez en las personas.

- Oh~ Mira que estás rebelde. Entonces que sean dos. – Murmuró el poco más alto y sacó una segunda cerveza de la nevera, llevando ambas a la mesa para acompañar la comida. - ¿Será que te quieres emborrachar, Naruto? – Preguntó con curiosidad el azabache, volviendo a la cocina para abrazar por la espalda al rubio, tomándolo de la cintura y sellando su abrazo en el abdomen de su chico.

- No es eso, Sasuke… De vez en cuando no creo que esté mal, además, no sé si recuerdas que no tengo buena tolerancia al alcohol. Quizá ni la pueda beber toda. – Respondió con naturalidad el rubio chico, terminando de montar la ensalada en porciones individuales para cada uno. Suspiró despacio al sentir ese abrazo que lo rodeaba tan cálidamente. Acercó su espalda al pecho del mayor y giró su cabeza echándola hacia atrás también para verle. - ¿Te recargas? – Preguntó con esa linda sonrisa que tenía un toque de inocencia. Pero Naruto no sabía lo mucho que esos gestos removían en Sasuke.

- Bueno, bobo, no te fuerces, siempre puedes beber té frío o lo que quieras. – Le dijo el de ojos oscuros y recargó sus labios en la frente del menor cuando éste le miró y se dejó ver a pesar de la posición en la que estaban.- Me recargo… - Murmuró dándole un largo beso en la frente y es que era hasta peligroso permitirse tales muestras de cariño con su ahora prometido, puesto que su cuerpo se calentaba a pesar que sabía que no podía ir lejos,  luego se soltó para ayudarle a poner los bowls con las ensaladas.

- No me fuerzo, dije que quizá ni la cavaría y de ser así, te la vas a beber tú de todos modos. – Dijo el rubio y menor y una vez que se vio libre revolvió la comida que estaba calentando, notando que ya había tomado una temperatura suficiente para ser emplatada. - ¿Lavaste tus manos? – Consultó el rubio chico, aunque probablemente lo había hecho, Sasuke, dentro de las primeras cosas que hacía al llegar era saludarle cortito y lavarse la cara y las manos para después darle un beso “limpio”, en realidad él siempre le decía a Naruto que en el hospital estaba siempre expuesto a microorganismos, por lo que prefería lavar bien su cara y manos antes de llegar a contagiarle con algo.

- Ya las lavé, amor… - Tardó como tres segundos en asimilar la forma en la que lo había llamado y volteó su cara a un lado en que el menor no pudiera ver el sonrojo que causaba la vergüenza que sentía en ese momento. Y es que salió con tanta naturalidad, era lo que sentía, en su cabeza lo llamaba así siempre, pero la verdad ni el mismo pensó en algún momento que saliera verbalizado de su  boca.

¿Me dijo “amor°? Se preguntó Naruto, sin ser capaz de mirar en la dirección en donde estaba Sasuke, también se había avergonzado por ello y es que aquella forma de ser llamada le hacía mucha ilusión, quizá alguna vez lo imagino y el mismo derrumbó esos pensamientos ya que el Uchiha solía llamarlo “tonto” o “torpe” o “bobo” o “idiota”, pero jamás pensó que saldría algo tan amable y dulce de los labios de su novio, seamos realistas, Sasuke era un Tsundere, por ende había posibilidades  más cercanas a cero de que algo así ocurriera. Después de un silencio incómodo producto de que ambos estaban avergonzados, Naruto emplató y sirvió a la mesa la comida, los servicio los había puesto antes de ir a dormir siquiera.

- Bien, eso fue inesperado y lindo… Me alegra ser tu amor. – Terminó por decir el rubio y es que aunque a veces podía cagarla con alguno de sus comentarios, sabía que el ambiente se tornaría extraño si ambos seguían dándole vueltas al asunto. Antes de tomar asiento se acerco a su novio y le dejó un beso en la frente, era más fácil, ya que Sasuke estaba sentado y de fácil alcance.

- No es que no te haya llamado así antes, pero sólo en mi mente… - Murmuró con un sutil deje de berrinche en su tono de voz, pero agradecía que el Uzumaki siempre era capaz de salvar situaciones así para que no se volvieran peores o incómodas. – Gracias por la comida, Naruto, se ve muy rica. – Terminó por decir, la verdad tenía hambre y casi siempre recaía en el menor la cocina por temas de tiempo, aunque particularmente él cocinaba los fines de semana y tampoco era bueno en ello, había que ser realistas, ambos estaban empezando en aquella vida de preocupaciones y cocinar la comida, antes compraban o comida preparada o instantánea.

- Bueno, bueno, fue lindo, así que no te avergüences por ello. – Le dijo el rubio mientras se apartaba y se sentaba en la silla al frente de Sasuke. – No la probé, así que esperemos que haya quedado comestible. – Murmuró el rubio tomando sus cubiertos para comenzar a comer. – Aunque estoy ansioso porque mañana cocinarás tú. – Comentó con la boca con comida, y es que el menor no era muy sutil con eso de los modales.

- Uhm… - No supo que más responder, no era como si pudiera controlar los momentos en los que sentía vergüenza. Probó la comida, estaba buena, quizá un poco sin sal, pero  era un detalle menor, había notado que Naruto solía poner poca sal a las comidas y ya comenzaba a acostumbrarse a ello o quizá anteriormente en su vida comía con exceso de sal. Terminó de mascar lo que tenía en la boca y le respondió. – Está muy rica, bobo~ - Afirmó su primera impresión y sonrió ladino cuando el menor dijo que ansiaba su comida. – Me esforzaré, aunque ya tengo harto menos práctica que tú, quizá tus comidas cada vez serán mejores y me quedaré atrás en el camino culinario. – Comentó pensando en ello con bastante seriedad, a veces le preocupaba tener que dejar la carga de cocinar toda la semana al menor.

- Gracias por los halagos, me gusta que a mi novio le guste lo que cociné para ambos. – Dijo el rubio mientras abría la lata de cerveza y le daba un sorbo, para ir bajando la comida. – Eso no es cierto, está bien que cocines sólo los fines de semana, pero seriamente tú tenías más experiencia en comidas caseras que yo, así que creo que estamos balanceados por ahora. – Dijo para continuar comiendo.

- Es la verdad, sabes bien que si estuviera mala o algo, no dudaría en decirte que no me gusta. – Y eso era verdad, era bastante sincero cuando se trataba de cosas que no le gustaban. Imitó el acto del menor y abrió también su cerveza para beber de ella.

La conversación siguió siendo amena como ya se había vuelto rutinario, hablaron de los detalles que quizá no mencionaron durante la semana y terminando de comentar lo que habían hecho en el día. También conversaban de planes a futuro, como viajar quizá por el fin de semana a algún lugar como una cita en otro paisaje. A veces también salía a la conversación el tema de quizá mudarse aun lugar más grande o sobre la intención que tenía Naruto de tomar una carrera en un futuro cercano.

Ambos disfrutaban de esos momentos donde podían conversar de todo y es que realmente era como quitarse un peso de encima aunque fueran sólo pensamientos los que les abrumaban.

La cena se terminó, levantaron las cosas de la mesa, increíblemente Naruto bebió toda su cerveza y no se veía para nada mareado o distinto. Lavaron la vajilla y finalmente tomaron un par de cucharadas del pastel para probarlo, ambos estaban satisfechos, así que simplemente lo guardaron para el desayuno del día siguiente. 

Ambos jóvenes estaban un poco cansados, pero hicieron todo para no tener que sobre esforzarse el fin de semana, fueron juntos al baño a lavar sus dientes, era algo que se había vuelto costumbre, yo no había ese recelo en dejar la puerta del baño cerrada o algo así, no era como si no hubieran apreciado sus cuerpos desnudos en algún momento de la adolescencia en los camarines de la secundaria o cuando Naruto estuvo en el hospital.

- Sasuke, creo que tomaré una ducha, para dormir como un bebé. Ahora que lo pienso después del trabajo no tomé una porque me dediqué a cocinar y después me dormí. – Comentó el rubio después de terminar de lavar su dentadura, mientras acomodaba una toalla limpia en el perchero a la salida de la bañera. Fue también al ropera en busca de una pijama limpia, realmente quería dormir esponjoso y limpio como un bebé.

- Está bien, sabes que aunque te quieras tomar mil duchas, lo puedes hacer. De hecho yo también tomaré una ducha, para sacarme la carga energética del hospital. – Comentó el azabache, repitiendo las acciones de su pareja, colgando otra toalla limpia en el perchero de la bañera y yendo por un pijama limpio.

Y así fue como ambos terminaron desnudos en la ducha, el Uchiha aseaba a Naruto como si él no pudiera hacerlo solo, le tallaba el cabello con champú, le pasaba la esponja con jabón por el cuerpo, por todas partes y así aprovechaba de tocarlo un poco. Así que el mayor tuvo que lidiar con bañar a su prometido y bañarse él también. Originalmente sólo tomarían una ducha, pero al mayor se le metió la idea de relajarse en la bañera un momento, por lo que mientras se ducharon, se llenó de agua y así limpios, ambos se metieron en ella. El de ojos profundamente negros se metió primero, ya que quería tener abrazado a Naruto.

- Ven aquí.. – Le dijo, invitándolo.- No era la primera vez que hacían algo similar, sólo que era hasta un poco extraño que aquellas situaciones se estaban volviendo tan románticamente cotidianas en ellos y eso a ambos les gustaba. El de ojos celestes como el cielo de verano, se metió sentándose entre las piernas del azabache, recargando su espalda en el pecho del mayor. – Muy bien, vamos a terminar sedosos y blanditos como un bebé. – Dijo el más alto mientras rodeaba la cintura de su novio.

- ¿En qué momento esto se volvió tan normal? – Preguntó Naruto mientras obedecía y se quedaba con su amor en la bañera.- No digo que no me guste, me encanta… Sólo que da un poco de susto… Un poco de susto depender tanto de ti, de tu cercanía. – Confesó el rubio, cerrando sus ojos y suspirando, ya estaba bastante relajado.

- También me da un poco de susto, o quizá ansiedad, no entender cómo es que me he vuelto tan dependiente de tenerte cerca, de verdad que sólo abrazarte o acariciarte me recarga, eres como una medicina que ansío tomar al llegar a casa. – Murmuró el mayor, acariciando suavemente el abdomen bajo del menor como si en otra vida pudiera hacer que Naruto fuera quien engendrara a sus hijos.

- Bueno, supongo que aunque muchas mujeres te perseguían por siempre, puede que tal vez nunca te habías enamorado de verdad. ¿O sí? -  Consultó el de ojos claros, sonriendo, se sentía tan aliviado de poder estar así con Sasuke, notando ese ligero afán que tenía por siempre tener las manos cerca de su abdomen bajo. – Una droga, eso somos. Tú para mi y yo para ti. – Comentó satisfecho con su lógica el Uzumaki, sintiendo como un cosquilleo extraño aparecía en la zona baja  de su pelvis, provocada seguramente por las caricias de su pareja.

- Naruto, quiero que escuches esto y que no se te olvide más… - Habló con la calma de siempre el mayor, pero quería ser serio con lo que diría. – Yo no me he enamorado de nadie… Excepto tú, eres mi primer amor, y el único amor… Si anduve con otras personas, créeme que no era nada comparado a como me siento por ti, es algo tan difícil de tratar de explicar o de poner en palabras. Pero realmente para mi siempre fuiste y siempre serás el único. – Dijo mientras no dejaba de repartir caricias en el abdomen de su chico rubio y comenzaba a dejarle algunos besos en el cuello y en la nuca, realmente se había estado aguantando tanto de tocarlo más en la semana. – Definitivamente la mejor droga. – Comentó entre los besos que le dejaba en el cuello.

- Es igual para mí, Sasuke, definitivamente el único en que siempre he tenido y tendré fuertes sentimientos. Soy tan feliz de que sean mutuos, realmente cuando estábamos en secundaria quería tanto estar cerca de ti y no sabía cómo y mira ahora… Me acaricias tan gentilmente que mi cuerpo sólo reconoce tu tacto y… ¡Ya tengo una erección, estúpido! – Dijo con más energía y quitándole todo el índole romántico al momento, y es que Uzumaki era así, siempre salía con locuras, definitivamente estar con el era un remolino y eso le gustaba al mayor.

- AHAHAHAAH No puedes arruinar más las cosas… - Dijo entre risas, pero la situación seguía estando a su favor, porque esa erección seguía allí, por lo que bajó un poco más sus manos y mientras lo seguía besando en el cuello, nuca y orejas, tomó con ambas manos la hombría de su novio, comenzado a realizar el conocido masaje de masturbación.

- Uh,… ¿Se… Seguro que… Que lo arruiné? … Porque no veo que… Ah… Espera… - Dejaba salir pequeños suspiros, realmente Sasuke no soltaría su pene hasta que se corriera. – Sasuke… Uhm… Espera… Vamos a la cama, aquí se nos va a enfriar el cuerpo…. – Definitivamente ninguno tenía indicios de que su cuerpo se enfriara, pero Naruto tenía un punto… Si querían avanzar más allá de una masturbación, la bañera no era el mejor lugar, al menos no para un intento de llegar más lejos y tener su primera vez juntos.

- Pero estás respondiendo bien, gatito… ¿Tienes miedo? – Suspiraba suave, la erección que se levantaba de entre sus piernas a causa de escuchar los silenciosos suspiros y jadeos del rubio lo encendían más que nada. – Quizá tengas razón… - Murmuró, pensando en lo que realmente era lo más conveniente y apegó el trasero de Naruto a su hombría erecta, para que supiera que también  estaba igual de caliente.

- N-No tengo miedo… ¿Tú sí? – Murmuró dejando salir un jadeo que le hizo llevar las manos a su boca, tarde porque no logró acallar aquel suave y sensual sonido al sentir rozar el pene del azabache contra la línea interglútea. – H-Hey… -Se giró un poco para mirarlo y se acercó a él, dejándole un beso en los labios. – Vamos a la cama. ¿Sí? – Murmuró el rubio, como petición, la verdad le daba un poco de vergüenza hacer algo más en la bañera, porque estaba la luz encendida, el baño en sí era muy iluminado y claro, en la habitación definitivamente había más intimidad y menos luz.

- Claro que no, yo nací preparado para éste momento. – Mentira, estaba nervioso, porque ansiaba tanto llegar más lejos con el rubio que le daba temor que realmente no pasara de unos manoseos como de costumbre. Le obedecería a su chico, Sasuke quería que también fuera cómodo y definitivamente sabía que las bañeras no eran ni cómodas ni seguras, más bien, pensaba que eran un objeto potencialmente peligroso en los baños. Ese beso junto a la petición de Naruto, lo hicieron finalmente decidirse y reaccionar lo más rápido posible. – Bueno, amor, lo que tú quieras… - Le dijo, sabiendo que llamarlo amor se iba a volver costumbre, es que realmente era su amor. No quería dejar la hombría de su hombre, la seguía acariciando, pero le soltó entre pequeñas caricias y le dejó un beso de regreso en los labios.- Déjame salir primero, para secarme un poco y poder secarte a ti. – Dijo mientras se acomodaba para salir de la bañera, no era el mejor de los escenarios, porque era incómodo tener que hacer cosas con su pene al aire libre y además erecto, era como una antena o algo así. Tomó la toalla y secó su cuerpo y cabello, a medias, porque no era necesario más, ya que no se podría pijama.

Fue así como el azabache tomó la mano de su prometido y lo ayudó a salir de la ducha, para secarlo con sutileza, al igual que él, a medio secar, lo envolvió en la toalla y también se acomodó una toalla en la cintura, tomándole la mano lo guio hasta los pies de la cama, donde por su parte dejó caer la toalla al suelo y despojó suavemente al rubio de la toalla.

 

Notas finales:

Si llegaste hasta aquí, muchas gracias. uwu 


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