Pasó menos de un minuto, cuando entró Sasuke por la puerta, dirigiéndose directo al rubio, por lo que se sentó y le dedicó una sonrisa burlona, como de costumbre.
- Hey… ¿Cómo te sientes? – Habló Sasuke, sacándose su mochila y dejándola afirmada en el cajonero al costado de la cama.
- Bien, bien, me dieron comida. Realmente tenía hambre, de veras~ - Dijo el rubio siendo más expresivo, como solía ser un poco más de costumbre.
- Eso es bueno, lo que es yo, no he comido. Tengo un poco de hambre. ¿Se podrá comer aquí? – Preguntó el azabache, abriendo su mochila y le dejó sigilosamente al lado de la mano de Naruto los pequeños pastelillos y la leche chocolatada. – Te traje esto, pero creo que voy a preguntar si lo puedes comer. – Terminó por decir el azabache y buscó a alguien con la mirada, más no había nadie.
- Debiste comer antes de venir aquí… - Musitó suave el de ojos celestes. – Yo creo que se puede, los demás si han consumido cosas de afuera. – Miró lo que el mayor le trajo, sonriendo sutilmente por el gesto amable de su amigo. – No hay nadie, me dijeron que vienen cuando son las horas de tratamiento o si tocas el botón, de veras ~ - Le dijo Naruto al azabache, indicándole con el dedo el botón rojo cerca de la cama.
- Ah, bueno, pues… Si nos regañan, nos regañan… - Dijo sutilmente Sasuke, sacando su café enlatado que seguía tibio y su sándwich, ya que tenía bastante hambre pero quería estar el mayor tiempo posible con el menor. Desenvolvió el sándwich y le dio una mordida para luego abrir la lata y beber un sorbo de café.
- Curiosamente no me extraña de ti ~ Ahahaha~ - Logró reírse el rubio y lo observó, realmente el más alto debió tener hambre, para a penas llegar ponerse a comer.
- ¿Te abro los pastelillos? ¿La leche? ¿Ambos? – Preguntó una vez que tragó, aunque no esperó la respuesta, pues tomó los pastelillos y abriéndolos los dejó al alcance de la mano del rubio, haciendo lo mismo con la leche.-
- Bue… Bueno… Ya lo estás haciendo… No sé para qué preguntas. – Dijo el menor de forma burlona, aunque realmente por dentro le causó gracia. Agradeció con un gesto de su cabeza solamente y tomó un pastelillo para comer un bocado.
- Bueno, es para que me hagas compañía, es raro comer solo y que me estés mirando con cara de perro… - Dijo sincero el azabache y volvió a morder su sándwich para, luego de masticar, dar un sorbo a su café.
- Tienes razón, esto está muy bueno… ¡Ah! – Naruto estaba concentrado comiendo pero de pronto recordó el bolsito con los útiles personales. – Gracias por el bolsito con los útiles de aseo… De verdad me salvaron antes.
- Ah, no agradezcas, son socas que tenía en casa, así que no tuve que salir por nada, aunque está todo nuevo, por si acaso, no te vas a asustar. – Dijo tranquilo el de ojos negros y le ofreció de su café, sólo acercándole la lata.
- Gracias… - Algo avergonzado agradeció el menor por el café y bebió un sorbo, café del más alto. – Ahhh~ Necesitaba cafeína… - Dijo como relajado al poder probarla.
- Quizá debía traerte un café en vez de la leche… ¿Voy por uno? – Preguntó el Uchiha.
- No, no… No hace falta, prefiero que estés aquí… Ya que tienes que ir a entregar la llave, ¿cierto? – Consultó el rubio, ahora bebiendo un sorbo de la leche chocolatada.
- Sí, de hecho, no te podré acompañar hasta el final, porque a las 19 horas debo entregar las llaves y aún no voy por tus pertenencias. – Le dijo con esa seriedad de siempre, aunque le causaba pesar el no poder quedarse hasta el final.
- Está bien, ya has hecho mucho por mí, estoy agradecido por ello, de veras~ - Murmuró audible sólo para ambos, bajando la cabeza, avergonzado de tener que recibir tanta ayuda por parte de su amigo.
- No te preocupes más, torpe… Sabes bien que cuando hago las cosas es porque se me da la gana, no por pena, ni por lástima, ni por nada más, así que no le des tantas vueltas, es más, hazte a la idea, ya que vas a vivir conmigo. ¿No? – Le dijo el azabache, notando la vergüenza del menor, ya que sabía bien que aunque le costara, siempre intentaba resolver todo sólo, antes que pedir ayuda. Terminó de comer su sándwich y bebió un poco más de su café, quedándole quizá uno o dos sorbos más. - ¿Quieres lo que queda? No es mucho, eso sí… - Dijo agitando la lata en frente del rubio.
- Uhm, eso dices, pero de todos modos estoy agradecido, al menos acepta el agradecimiento, no seas tan idiota como siempre. – Comentó el rubio, sonriéndole al poder tratarle como de costumbre. Mirando el ofrecimiento del más alto.- ¿Seguro? ¿No lo quieres tú? – Dijo alzando su mano para recibir la lata con lo que el mayor le ofrecía.
- Ok, Ok, aceptaré el agradecimiento, pero no sigas con eso, torpe. – Se acercó para ayudarle a que sostuviera la lata de café para que bebiera lo que quedase de café.- Bebe, bebe, que ya está medio frío. – Le dijo esperando que el menor terminara de tomar el café.
- Está bien~ - Le dijo el rubio y bebió, aprovechando de que Sasuke le ayudaría. Hasta cuando terminó, apartó su cabeza de la lata.- Bien, se acabó, de veras~ - Dijo tranquilo y tomó otro pastelillo para comerlo. - ¿Sabes? Me dieron puré de patatas hoy, hubiera preferido ramen, pero estaba bueno igual, de veras… ¿Qué hiciste hoy? – Consultó Naruto mientras bebía un sorbo de leche.
- Pues suena bien esa comida, comida es comida, después de todo. – Habló Sasuke tranquilo, llevando la lata al basurero cerca de la cajonera.- Pues, después que me fui del hospital, pasé por la universidad a una clase, luego volví aquí, no he hecho mucho de todos modos. Y debo ir a recoger tus cosas. – Dijo con esa calma que lo caracterizaba, ya que no era de muchas palabras.
- Te he mantenido muy ocupado en éste tiempo. ¿Está bien que no vayas a todas tus clases? – Preguntó el rubio con el entusiasmo que le caracterizaba, ya que poco a poco recuperaba energías y el tono de su piel.
- Está bien, siempre he sido buen alumno, lo sabes. – Dijo el azabache llevando su mano vacía a la del rubio, acariciando suavemente su piel. – De todos modos le avisé a la docente a cargo. – Comentó para dejar tranquilo a Naruto y alivianar la carga de sus pensamientos. – Te compraré una crema humectante o algo similar, te estás descuerando, ni que fueras serpiente. ¿Sabes la razón? ¿O es que tu piel siempre fue así de sensible? – Preguntó, sin el fin de causarle malos pensamientos al rubio.
- Siempre buen alumno… Incluso en una carrera complicada. ¿No? – Terminó haciendo una pregunta que claramente sabía la respuesta. – Ya veo, eso es bueno, seguro te tienen en un pedestal, como siempre. – Dijo como comentario, no era de malas, sino más bien lo de costumbre. – Uhm… - Suspiró un poco y miró la mano donde le acariciaba el más alto, tocando con sus dedos la mano del azabache, tratando de pensar en si decirle la verdad o salir con una mentira respecto a su piel. – Está áspera… Creo que me bañaba en exceso… Te lo dije antes… Me sentía sucio. – Dijo lo último más bajo, bajando a su vez la cabeza.
- Oh… Con que es eso… - Murmuró casi más para sí, que para ambos, ignorando por completo el resto de la conversación. – La psicóloga te lo explicará bien. – Dijo tranquilo, atrapando los dedos del rubio con su mano, en un sutil agarre, más ligero que otra cosa, ya que sabía que le causaría dolor si ejercía aunque fuera, un poco de presión.
- ¿Cómo es que sabes lo de la psicóloga? – Consultó Naruto, haciendo un sutil movimiento de sus dedos sobre la mano del mayor, como si de cosquillas se tratase.-
- Porque yo fui quién pidió la atención de ella. Te dije que buscaríamos ayuda. ¿No? – Respondió sincero, no dando detalles, sólo lo que le preguntaron. Y ante la incomodidad de los movimientos de los dedos de Naruto, los atrapó en un agarre de sus manos, entrelazando sus dedos, como si de una pareja de novios se tratase.
- Pen… Pensé que lo había pedido el médico de la UCI… - Dijo y tratando de ocultar su vergüenza sostuvo ese agarre de manos. Le hacía feliz, pero tampoco quería ilusionarse con algo que no era más que una muestra de afecto de su amigo de la vida.
- Pues quizá él tenía la intención de hacerlo, pero como es seguro que te den el alta pronto, era mejor pedir la hora de forma externa, creo… - Dijo sutil, moviendo sólo su dedo pulgar para acariciar la mano del rubio, sin deshacer el agarre. Era inevitable el querer protegerlo a toda costa.
- Tienes razón… - Murmuró el rubio y decidió cerrar sus ojos, dejando salir un suspiro, su vida hace nada era un caos, un infierno y ahora estaba en calma con el chico que le había gustado hace tanto tiempo.
- ¿Tienes sueño, torpe? – Dijo Sasuke al verle cerrar los ojos, a lo que con su otra mano ordenó algunos cabellos del rubio, más que nada porque le agradaba el laceo cabello de Naruto.
- No… Sólo… Me siento tranquilo en éste momento… Después de tanto caos, de verdad… - Murmuró sólo oíble para ambos, el de ojos celestes. Dejándose ordenar el cabello.- No lo toques, está sucio, ya van dos días que no me he podido dar una ducha… - Suspiró sutilmente, pero de verdad deseaba poder ducharse.
- Entonces… ¿Y si preguntamos si puedes darte una ducha? Te ayudaré. – Dijo Sasuke tranquilamente, entendía que Naruto se podría sentir incómodo estando sucio, sabía que era un chico que le gustaba darse duchas todos los días. Aunque también pensaba que se podía sentir incómodo si recibía su ayuda.
- Creo que puedo solo, pero realmente me gustaría darme una ducha, así que te agradecería si pudieras preguntar para que me autoricen, de veras~ - Le dijo el rubio mirando un momento la mano con la que le pasaban el suero.
- Bien, si es que te dan autorización, seguramente tendrán que sacarte el suero por un momento. ¿No? – Preguntó el de cabellos azabaches dejando de acariciar el cabello de aquel en frente suyo y de paso le soltó la mano, para ir a preguntar.
- Supongo que sí… Espero que me dejen, de veras~ - Dijo suave Naruto, dando un suspiro cuando estuvo sin el tacto del mayor.
Sasuke se puso de pie, asintiendo a las últimas palabras del rubio. Se dirigió a la salida de la sala, donde arrastró la puerta de corredera para salir y luego al cerrarla, caminó por el pasillo hasta llegar al mesón donde se encontraban las enfermeras y otros funcionarios de salud, haciendo quizá otros quehaceres de sus labores en el hospital.
- Disculpe… - Habló Sasuke en un tono ronco y ligeramente alto para llamar la atención de alguna de las personas allí presentes.
- Hola, dime ¿qué necesitas? – Le preguntó una amable joven.
- Buenas tardes… Pues, mi amigo se quiere dar una ducha y pues, queríamos saber si está autorizado y si es así, ¿qué hacemos con el suero? – Terminó con una pregunta el chico, sin dejar espacios a alguna duda, respecto a la condición de Naruto.
- Ya veo. ¿Cuál es el paciente? – Consultó la mujer, dirigiendo su vista a la pantalla de la computadora, donde esperó a que el chico dijera el nombre.
- Naruto Uzumaki, habitación 404, cama 4, la que está al lado de la ventana. – Respondió es Uchiha, esperando que fuera posible la petición.
- Bien, según su ficha, si puede darse una ducha, aunque seguramente requerirá de ayuda. ¿Crees que necesite a uno de nosotros? Puede ser un familiar también que colabore con el aseo. – Dijo la mujer poniéndose de pie, ya que ella iría a la sala a sacarle el suero para permitir que se duchase.
- Pues soy la única persona que tiene, pero creo que me dejará ayudarle. – Dijo el chico más alto y siguió a la joven dama.
- Bien, entonces contamos contigo, aunque cualquier situación, sólo nos avisas o tocas el botón que está en su cama. ¿De acuerdo? – Dijo la chica, ya casi terminando el camino por el pasillo. – Ah, y en su cajonera hay toallas, creo que debería haber dos. Son las que pasa el hospital, ya que pasan por un proceso de esterilización, frente a cualquier caso de pacientes que pudieran contaminarse. Y de igual modo, cuando él se vaya, debe dejar las toallas y el pijama para someter todo al mismo proceso de esterilización. – Terminó de contar aquello mientras abría la puerta de la habitación, donde estaba ahí el rubio, sentado mirando por la ventana. - Hola Naruto, vengo a sacarte el suero para que te des un baño. ¿De acuerdo? - Dijo la mujer frente a la cama del rubio.
- Ho-Hola, buenas tardes… - Naruto miró a la mujer, para luego dirigir sus ojos celestes hacia Sasuke, mirándole con una notoria alegría, sabiendo que gracias al mayor había conseguido aquello que anhelaba. - ¿De veras puedo tomar un baño? – Preguntó ahora a la chica, algo incrédulo, notando como ésta se le acercaba a la mano donde tenía la vía intravenosa.
- Sí, de verdad, ¿prefieres que te ayude tu amigo o yo?, o puedo llamar a un varón si te sientes avergonzado. – Dijo la chica allegándose al lavamanos que estaba al medio de la sala pero pegado a la pared que tenía ventanales, allí hizo un lavado clínico de manos, se puso guantes y en un riñón quirúrgico estéril sacó algunos utensilios como un tapón de vía y cinta. Volviendo al lugar donde tenía el brazo el rubio.
- Eh… - No supo donde mirar con la vergüenza que cualquiera de las opciones le causaba, pero miró a Sasuke, como preguntando si estaba bien que lo eligiera a él, de entre las opciones, a lo que el alto que se mantenía a los pies de la cama y en silencio, sólo asintió. – Prefiero que me ayude Sasuke… - Dijo Naruto, aún avergonzado, dejando que la chica hiciera el procedimiento de sacar su suero.
- Bien. – Respondió la chica, observando que el suero ya casi se le acababa y por lo que salía en la ficha, no tenía prescrito otro por parte del médico tratante. – Mira, el suero se estaba acabando y no hay otro prescrito, por lo que mejor te voy a sacar la vía, ya que es probable que no te pasemos nada más por ella, en la ficha no salía nada más. Sólo analgésicos orales. – Dijo la joven y como notó aquello, volvió al mueble de los insumos y sacó lo que le faltaba, un suerito, alcohol y algodón.
- Está bien, es un poco incómodo… - Dijo Naruto sincero cuando la chica dijo que le sacaría la vía intravenosa.
- Sí, lo son, pero ya estarás libre, así que tranquilo. – Le dijo y primero estancó la bajada de suero, después desconectó el suero de la vía, poniendo un tapón, o la sangre se regresaría, luego sacó la cinta que afirmaba la vía, para poder retirar ésta última, con cuidado, sabía bien ella, que era incómodo o podía doler un poco. Retiró la vía y cargó fuerte el sitio donde quedó el agujero. – Presiónate aquí, Naruto, por favor. – Le pidió ella para poder botar lo que había sacado.
- Bien… - Habló el de ojos celestes, poniendo dos de sus dedos sobre el algodón con el que cubría la zona.
- Gracias por colaborar… - Dijo la mujer y pasó un pequeño trozo de algodón empapado en un poco de alcohol por el borde del sitio, sin tocar la herida ni levantar el algodón con el que Naruto hacía presión. - ¿Te dolió al sacarla? – Le preguntó, más que nada para distraerlo.
- No, no mucho… Es que insisto, era molesto, pero ya no estará, así que mejor para mí, tendré más movilidad. – Mencionó el rubio, sin dejar su tarea.
- Eso es bueno, aunque no hagas fuerza ni movimientos bruscos como mínimo en una hora puedes mover un poco más normal el brazo, así que tendrás que dejar que él te ayude. – Dijo la chica, indicando con la mirada a Sasuke, que se mantenía en silencio mirando la escena, pendiente de si la mujer cometía algún error. Tomó un parche pequeño sacó el algodón que Naruto sostenía, lo pegó en donde se visualizaba un pequeño punto rojo y sobre éste puso un poco de algodón y lo apretó con una cinta adhesiva. – Mira, éste es para ejercer presión y que coagule más rápido, por lo que te recomiendo sacarlo en una o dos horas, no antes. Y el pequeño lo vamos a dejar allí más horas. ¿De acuerdo? – Le dijo la chica, mientras ordenaba todo y botaba lo que había ocupado.
- De acuerdo, se siente un poco cargado. – Dijo Naruto, moviendo su mano ya lista, sin la vía.
- Sí, es que es normal, porque la idea es que no siga sangrando. – Le dijo por último la mujer y una vez que botó los guantes, volvió a lavarse las manos. Cuando aquello finalizó, lo miró desde la mitad del pasillo. – Las baños con ducha están en la mitad del pasillo a mano izquierda, tienes un cambio de pijama y toallas en la cajonera. Insisto, cualquier cosa que se les complique, no duden en llamar o tocar el botón. – Terminó por decir la chica y se fue.
- Gracias, de veras~ - Mencionó el rubio.
- Gracias… - Dijo Sasuke, acercándose de nueva cuenta al rubio, buscando en la cajonera, el cambio de pijama, las dos toallas y el bolsito donde estaba el champú, acondicionador y jabón.
- ¿Quieres ir enseguida? – Preguntó Sasuke, ordenando todo sobre la cama.
- Sí, por favor, me siento muy sucio… - Dijo el rubio, removiendo las mantas para poder ponerse de pie. – Además estoy que me orino, así que es matar dos pájaros de un tiro, de veras~ - Dijo con una risa, sentándose en el borde de la cama, poniéndose las sandalias que le había pasado junto al pijama.
- Bien, pero con cuidado, no seas bruto. – Le dijo el mayor cuando lo vio que se puso de pie solo, tan rápidamente. Tomando las cosas de sobre la cama, le ofreció su brazo para que caminara afirmado en algo al menos.
- Hahahahaha~ Ok, ok, pero no soy de cristal, no te preocupes demasiado. – Le respondió el rubio, tomándose del brazo que le ofrecía su amigo. – Que genial, al fin una ducha… - Murmuró casi para sí mismo, aunque el azabache sí le había podido oír.
- Bien, te podrás relajar tomando ese baño que tanto ansias. – Respondió el Uchiha, comenzando a caminar a la salida de la habitación.
Ambos siguieron las instrucciones que les dio la chica anteriormente, fueron a los baños con duchas que estaban hacia la izquierda, caminaron lento, la mayor parte del trayecto en silencio, Naruto estaba delgado y algo rígido. El mayor lo miraba todo el camino, notando lo delgado que se veía de pie, se le notaban más los huesos de la cara y de las clavículas. Después de no mucho andar, llegaron e ingresaron a las duchas, aunque como dijo el rubio antes, quiso ir directo a los urinarios, para poder evacuar antes de darse su merecía ducha. Sasuke lo guio hasta que estuvo frente a un urinario y se alejó para darle su “privacidad”, y es que ¿cómo podía hacer eso?, si lo quería mirar todo el tiempo para cuidarlo, no le quedaba de otra que mirarlo de reojo, notando parte de su espalda baja en el momento que se le desacomodó la ropa. Naruto terminó de orinar y se fue al lavabo, lavando bien sus manos con jabón y agua.
- Espero que haya agua tibia… - Dijo Naruto, volviendo a donde Sasuke, con ese caminar pausado.
- Claro que la hay, bobo… ¿Cómo crees que podrían dejar bañarse a alguien enfermo con agua fría? – Comentó como pregunta, pero claramente era una sentencia, de que estaba seguro que aquello era así.
- Ah… Tienes razón… - Dijo Naruto, caminando a una de las duchas, que por suerte tenían bastante espacio entre la separación de la una y la otra.
- Ya, ya, a ducharse, para que te sientas como nuevo. – Dijo el mayor, apoyando en un mesón las toallas, el cambio de pijama y el bolsito con útiles de aseo.
- Sí, sí… Siempre te gusta mandar, de veras~ - Mencionó el rubio, sabiendo que la personalidad del mayor siempre tuvo un rasgo demandante y de controlar todo.
- Sí, y lo sabes… - Murmuró Sasuke con una mueca de fastidio y se le acercó peligrosamente al rubio, comenzando a desabotonarle la parte superior del pijama. Tenía claro que eso no podría hacerlo sólo, debido a sus manos, una con vendaje y la otra con el parche, que seguramente le incomodaría.
- Gra… Gracias, Sasuke… - Dijo un rubio sutilmente ruborizando, desviando la mirada hacia un lado y hacia el suelo al mismo tiempo, como si las baldosas fueran la cosa más novedosa del mundo.
- Ya, deja eso… Mantén silencio un rato, me tiene un poco mareado. – Le dijo el de ojos oscuros, no era por ser malo o algo, simplemente era de las personas que el ruido les fastidiaba un poco y a Naruto le tenía una alta tolerancia porque lo conocía hacía años, sin embargo, en ese momento quería silencio para que el rubio se relajara y disfrutara de la ducha, así como él se deleitaría con el cuerpo desnudo de Naruto.