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107. Wei (11) por dayanstyle

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—Estoy bien —Bit-to discutió mientras se apoyaba en la arcada, sus brazos doblados sobre su pecho, su mirada viajaba de Wei a la alfombra. —Esas dos palabras están sacándome de quicio —Wei dijo con un gruñido. Si Bit-to las decía otra vez, simplemente le iba a dar un ataque. —Técnicamente son tres palabras.

 

El sujeto omitido puede ser confuso— Bit-to sonrió con satisfacción. Gyu Jin se echó a reír. El shifter gato no ayudaba. —Descarado. —Imposible —Wei corrigió. —¿Al menos podrías dejar caer alguna migaja para que supiéramos que provocó tú crisis? —Deja de ser tan gruñón —Gyu Jin bufó. —Perdóname —Wei alzó sus manos. —He sido criado por lobos. Gyu Jin comenzó a reírse otra vez. —Muy bueno. Wei no intentaba ser gracioso. Trataba de conseguir que Bit-to se  abriera, pero el hombre era hermético, sus manos se apretaban alrededor de sus brazos cruzados. 

—Es… —La mirada de Bit-to se perdió en la habitación. Y Wei vio lágrimas no derramadas brillando en sus ojos. —Es difícil hablar de ello. Wei cruzó el cuarto y se paró delante de Bit-to. —Tenemos nuestros propios demonios interiores que nos oprimen. Ayuda sacar el veneno. Aunque Wei acababa de aprender eso al hablar con Gyu Jin. Agarró la silla de la cocina que había traído al dormitorio y se sentó, colocando a Bit-to sobre su regazo. Los brazos de su compañero todavía estaban cruzados tercamente y se negaba a mirar en dirección a Wei. Bit-to le miró con cautela. —¿Qué? Wei se giró hacia Gyu Jin. —Consigue un cuaderno y un bolígrafo. Gyu Jin hizo lo que Wei le pidió mientras Bit-to seguía mirándole fijamente. —¿Qué estás haciendo —Vas a escribirlo. No tienes que hablar, pero de cualquier modo en que puedas contarlo, lo tomaré independientemente del pasado, independientemente de lo que ocurrió, lo tomaremos. Ninguno de nosotros va a juzgarte, Bit-to.  

  Las manos de Bit-to temblaban mientras aceptaba el papel de escribir del motel y el bolígrafo de Gyu Jin. Wei alzó a Bit-to de su regazo y se levantó. —Y no solo garabatees —Gyu Jin dijo. —A no ser que garabatees el dibujo de nosotros tres teniendo sexo. Wei miró airadamente a Gyu Jin. —¿Qué? —Gyu Jin se encogió de hombros mientras alzaba sus manos. —Solo trato de aliviar la tensión aquí. Wei hizo rodar sus ojos. —Me llevare al pequeño gatito para una lobotomía. Eso te dará algo de tiempo, Cariño. Wei engatusó a Gyu Jin hacia la puerta.

 

 —Haz un dibujo de mí jodiendo a Wei —Gyu Jin le dijo mientras Wei empujaba a su compañero fuera. Wei casi tropezó ante las palabras de Gyu Jin. Después de cerrar la puerta detrás de él, preguntó. —¿Es eso lo que quieres? —Soy masculino, ¿recuerdas? Nunca había estado arriba antes, pero después de tener mi polla profundamente enterrada en el culo de Bit-to, joder sí, he soñado con hacerte lo mismo. —Sin filtro —Wei dijo rodando sus ojos. —¿Quieres que te lo endulce? —Gyu Jin preguntó. —En realidad no. —Porque lo que su compañero acababa de  decir había excitado a Wei. Nunca había sido jodido antes, pero la idea de dejar que su súper masculino compañero le jodiera hasta la inconsciencia le intrigaba. 

La sonrisa de Gyu Jin era amplia y burlona. —Veo que te gusta esa idea. —Eres incorregible —Wei agarró la mano de Gyu Jin y le guió hacia su camioneta.  

  Gyu Jin había puesto solicitudes por todas partes de la ciudad. No estaba seguro de lo útil que él sería en una peluquería, pero también había puesto una solicitud ahí de todos modos. Tal vez podía ser el gorila para todos los clientes con mala leche. Su madre solía arrastrarlo a sus citas en la peluquería, y Gyu Jin tenía que sentarse allí, aburriéndose hasta la muerte mientras esperaba que terminara, así que había visto directamente como de maliciosas y chismosas eran algunas de aquellas mujeres. Gyu Jin se iría a la tumba con ese secreto. No había modo en el infierno de que le dijera a cualquiera de sus compañeros sobre sus horas perdidas en un salón de belleza.

—Quiero un helado. Un ceño fruncido apareció entre los ojos de Wei. —Tío, estamos casi bajo cero. A Gyu Jin le gustaba el hecho de que su compañero fuese unos buenos centímetros más alto que él. Se sentía como si tuviera a su propio guardaespaldas personal a su lado. No es que él necesitara uno, pero eso hacía sonreír a Gyu Jin. —Quiero uno. —Eso sería como una tarde frente al fuego en verano. No tiene ningún sentido. —Mucha gente como helado cuando hace frío. No es por la temperatura de fuera, es por la explosión cremosa en tu boca. 

Wei se echó a reír. Gyu Jin sacudió su cabeza. —Tienes una mente enrevesada. Wei cambió las bolsas de mano mientras abría la puerta de la tienda de emparedados. Gyu Jin echó un vistazo al menú y se pavoneó cuando vio que servían helado. Gyu Jin se moría por un suave cono de chocolate. Él miró las bolsas en la mano de Wei y su corazón se calentó. Su compañero había insistido en comprar a Gyu Jin y Bit-to algo de ropa más abrigada y Gyu Jin no había protestado. Sería un idiota si rechazaba a Wei. Gyu Jin no tenía mucho dinero en efectivo a su nombre y hasta que se asegurara un trabajo y comenzara a ganar dinero, no iba a congelarse las bolas. Cuando llegaron al mostrador, Gyu Jin pidió un cono para Bit-to también. No estaba seguro del sabor que le gustaba a su compañero, así que fue por la fresa. ¿A quién no le gustaban las fresas?    

—Mejor llevamos esto al motel—Wei dijo mientras señalaba con su barbilla el helado. —En la camioneta hace calor y podría derretirse. No queriendo hacer un lío en la camioneta de Wei. Gyu Jin dejó la ventana un poco abierta y puso su mano cerca de la apertura. Tal vez conseguir un helado para Bit-to no había sido una idea tan brillante, pero el hombre parecía tan perdido, tan triste, que todo lo que Gyu Jin quería era ver a su compañero sonreír. Un helado era una idea tonta, pero el helado siempre le hacía sentirse mejor y esperaba que funcionara igual con Bit-to. 

Su mano estaba entumecida y roja para cuando volvieron al cuarto. Tenía que pensar en un modo mejor de que Bit-to se animara que un helado en un día frío. Wei entró primero y Gyu Jin no estaba seguro de si estaba listo para leer lo que fuera que Bit-to hubiera escrito. No había estado de acuerdo del todo con la idea de empujar a su compañero humano si él no estaba listo, pero Bit-to no había estado en contra de hacerlo, así que Gyu Jin se había guardado su opinión.

Después de dejar las bolsas a un lado, Wei se dirigió a donde Bit-to todavía estaba sentado, haciendo que alzara la vista del papel, el  bolígrafo todavía apretado en su puño. Wei deslizó el papel por la mesa y le echó un vistazo. Desde donde él estaba de pie, Gyu Jin podía ver que el papel estaba en blanco. Wei dejó el papel y se agachó al lado de Bit-to. —Está bien. Podemos dejar las cosas por ahora —Wei pasó sus nudillos sobre la mejilla de Bit-to. Gyu Jin miró lo tierno que Wei era con su compañero humano. Eso hizo que su corazón se apretara. Nick le había engañado, y la visión de Wei tan cariñoso con otro macho debería haberle puesto celoso. Pero ya había comprendido que Bit-to también era suyo, Gyu Jin había sentido una profunda conexión con el humano. En lugar de estar celoso, estaba asombrado de cuanto se preocupaba por ambos hombres. Sí, toda la cosa del acoplamiento era un factor enorme, pero era más que eso.

 Gyu Jin quería envolverse alrededor de Bit-to y llevarse cualquier cosa que lo atormentara. Quería a Wei sobre él, en los brazos del hombre y quitándole el dolor de la traición. Gyu Jin odiaba el hecho de que todavía tenía persistentes sentimientos por Nick aunque el hombre no le hubiera traído nada más que angustia. No, no era cierto. No todo había sido malo, y esa era parte de la razón por la que todavía le dolía lo que le había hecho.   

 La mirada de Gyu Jin estaba fija sobre la amplia y musculosa espalda de Wei mientras estaba allí agachado. El lobo gris no era otra cosa que un gigante apacible que llevaba sus propias cicatrices, un hombre que había amado a Gyu Jin incluso antes de que ellos se hubieran encontrado, un hombre que había sufrido sus propias tragedias en la vida y que todavía era tan amable y dulce. Y Bit-to. Él estaba allí sentado con lágrimas en sus ojos, un humano que había sufrido por algo pero que todavía mantenía una inocencia que hacía que Gyu Jin quisiera matar los dragones del hombre. Ver a los dos juntos no le ponía celoso. Le alegraba que él hubiera decidido tomar un desvío la otra noche cuando estaba conduciendo, la alegría había vuelto a rodearle después de descubrir quién era Wei para él. El camino por el que había estado viajando había sido oscuro y solitario, doloroso por lo que Nick le había hecho.

Mirando a sus compañeros, Gyu Jin ahora vio lo afortunado que él realmente era, como el destino le había guiado a Wei y Bit-to. —¡Oh! Cariño —Wei sacó a Bit-to de la silla y le abrazó. —No llores. No puedo estar aquí plantado viéndote llorar. Tampoco Gyu Jin podía. Bit-to luchó contra Wei empujando contra el pecho del hombre hasta que Wei le liberó. Se abrazó a si mismo mientras daba un paso atrás. —No merezco tu preocupación —dijo entre lágrimas. —¿Por qué no? —Gyu Jin puso el helado en el fregadero. Había comenzado a derretirse, y estaba goteando por todas partes. Se tomó un segundo para lavar la crema rosada de su mano antes de darse la vuelta hacia Bit-to. —Porque—Bit-to dijo mientras sus lágrimas caían más rápidas, arrastrándose por su cara hasta gotear por su temblorosa barbilla. —Asesiné a alguien. Hablando de no verlo venir. —¿Estás hablando metafóricamente, como asesinar a alguien en sueños? Wei echó un vistazo sobre su hombro, mirando fijamente a Gyu Jin como si él hubiera perdido sus bolas. 

 —¿Qué?—Gyu Jin  preguntó.  —Simplemente  no  puedo  imaginarme  a nuestro torpe chico bonito usando un cuchillo contra alguien. Bit-to no es del tipo asesino. Es más probable que se caiga y por casualidad mate a alguien que lo haga intencionadamente. —Eso fue un accidente —Bit-to discutió. —Pero no lo fue. —¿Cómo un accidente no es un accidente? —Gyu Jin preguntó. —Por favor no me digas que esto es un enigma. Odio los enigmas. Soy muy malo resolviéndolos. —Dime  de  qué  estás  hablando—Wei  dijo.  —Lo  dije  antes, independientemente de lo que sea, trabajaremos para superarlo. —¿Cómo superaremos el asesinato de mi padre? —Bit-to preguntó.

El cuarto se quedó en silencio. Era algo que Gyu Jin no había visto venir. —¿Mataste a tu viejo? Suficiente era suficiente. Gyu Jin no podía soportar ver al pequeño humano llorando tanto. Eso presionaba su corazón. Cruzó el cuarto y llevó a Bit-to a sus brazos, incluso cuando Bit-to luchó por apartarle. —No te vas a ninguna parte —Gyu Jin dijo. —Así que puedes empujarme todo lo que quieras. Somos compañeros, lo que quiere decir que la sangre de tus manos también está en las mías. 

—Él me hizo daño —Bit-to susurró. —Toda mi vida él me golpeó, y yo me rompí. No podía soportarlo más. Cuando vino hacia mí con aquel cinturón, me defendí. Cogí la botella de ginebra de la mesa del centro y la rompí sobre su cabeza. Él cayó. No se movía. Así que corrí. —¿Por qué te hacía daño? —Wei preguntó mientras se movía detrás de Bit-to, creando un capullo para su compañero. —Porque no era lo bastante hombre. Era demasiado suave, también tenía rasgos femeninos. Es por eso que odio cuando alguien dice algo sobre mi aspecto. —Pero me gusta tu aspecto —Gyu Jin dijo. —Me gusta que parezcas tan suave y dulce. —Él era un gilipollas —Wei dijo.—No debería importar como tu hijo se ve o actúa. Tú deberías amar a tus niños a pesar de todo.  

Gyu Jin sabía que Wei hablaba de algo más que Bit-to. Wei había sufrido por gilipolleces similares, pero por una razón diferente. Y si Gyu Jin era honesto, también él. —Mi exnovio pensaba que yo era demasiado masculino para él —Gyu Jin admitió, a pesar de que le dolía hacerlo. —Él me engañó con chicos bonitos.  

Bit-to alzó la vista hacia él, sus ojos ampliándose. —Debes odiarme, entonces. —¿Por qué, porque eres un chico bonito? —Gyu Jin soltó una risita sin humor. —Al principio lo hice, antes de que supiera quien eras para mí, antes de que te llegara a conocer. Bit-to frunció el ceño. —Tu ex era un gilipollas, también. Gyu Jin se rio. —De tus labios a los oídos de Dios. —Él abrazó a Bit-to más fuerte. —Y Wei era un paria debido a su tamaño. Bit-to miró sobre su hombro a Wei. —Y yo solo te recordé eso porque estaba asustado de ti.—Agua pasada no mueve molino —Wei dijo Los hombros de Bit-to se alzaron. —Correcto, pero eso me lanza a la bolsa de los gilipollas con los demás. Lo siento, Wei. Realmente no eras tú. Mi padre era alto y musculoso. Usó eso contra mí. 

 

—Yo nunca te habría hecho daño —Wei dijo. —No soy tu padre. —Gracias a Dios —Gyu Jin dijo. —Eso habría hecho nuestro acoplamiento espeluznante. —Sin filtro —Wei masculló mientras se movía hacía atrás y se sentaba en la mesa. —Pero no estás seguro de que mataras a tu padre, Bit-to. —Le golpeé con fuerza con aquella botella. Había sangre y no se movía. —¿Puedes comprobarlo? —Gyu Jin le preguntó a Wei. —¿No hay algún modo de averiguar si él está todavía vivo? Wei asintió. —Dime su nombre. Mi alfa tiene conexiones extrañas. 

Una pizca de esperanza apareció en los ojos grises de Bit-to, y luego se apagó. —¿Qué pasa si busca la información y averigua que maté a mi padre? ¿Entonces qué? —Entonces lo solucionaremos desde ahí —Wei dijo. —De un modo u otro, tú no vas a ir a la cárcel. No dejaré que pase, no después de lo que él te hizo, no después del modo en que abusó de ti por algo que tú no podías controlar.  

—No te preocupes —Gyu Jin dijo—. Te cogeré y correré antes de que te conviertas en la puta de alguien en la prisión. —Eso no ayuda —Wei gruñó. —Los hombres apestan —Gyu Jin dijo mientras se sentaba. —Diría que la familia apesta, pero mi problema fue con un ex, no con la familia. Pero tus padres definitivamente ganan el premio al "gilipollas del año". Wei tiró de la mano del Bit-to hasta que el humano finalmente estuvo sentado en su regazo.

 

Wei colocó sus brazos alrededor de Bit-to, y Gyu Jin se alegró al ver que el miedo de Bit-to por los hombres grandes se había difuminado con Wei. —Mierda, ahora habría sido un buen momento para darle ese cono de helado —Gyu Jin echó un vistazo hacia el fregadero. —No es muy tarde si te gusta el cono mojado y el helado derretido. Los tres se echaron a reír, y el dolor que Gyu Jin había sentido durante mucho tiempo se alivió. Ver a Wei y a Bit-to riendo parecía un bálsamo para su alma. —Bien,  ¿Quién  quiere  tener  sexo  post  tragedia?—Gyu Jin  preguntó mientras alzaba sus cejas—. Sugiero que tu jodas al chico bonito mientras este súper masculino tipo te folla, Wei.

 —Pensé que ibas a conseguir al pequeño gato una lobotomía—Bit-to dijo. Ignorando a los otros, Gyu Jin se levantó y se desnudó, dejando su ropa a un lado. Alzó sus brazos sonriendo. —Hazme una lobotomía profunda.   

 

continuará...

Notas finales:

dejen rw


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