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107. Wei (11) por dayanstyle

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Con una fría sonrisa, Yun Suk presionó su mano contra la puerta para cerrarla y luego echó el cerrojo. Bit-to caminó hacia atrás hasta que golpeó contra una cabina. Se movió a su izquierda y maniobró para colocarse entre la pared y el váter, presionando sus codos a sus costados para intentar hacerse más pequeño. —No hay ningún lugar al que correr, pequeña niña. Una cicatriz dentada recorría la frente de su padre en la esquina del ojo. No había estado allí antes y Bit-to sospechaba que él era quien la había puesto allí.

 —Yo… yo pensaba que tú… tú estabas muerto. —Oh, lo intentaste —su padre pasó la punta de su dedo sobre la cicatriz.—Pero  ninguna  mariquita  afeminada  me  va  a  matar.  He  estado buscándote desde que huiste. Rastrearte no ha sido un trabajo fácil. Y ahora que te encuentro estás follando con dos tipos —su padre escupió al suelo. —Me pones enfermo. Debí matarte en el momento que te vi con un vestido de tu madre. Bit-to había tenido cinco años. No había conocido nada mejor, le había gustado la sensación de la seda contra su piel. Incluso se había probado sus zapatos, pero después de casi romperse un tobillo. Bit-to nunca lo había vuelto a intentar. Todavía no entendía como las mujeres andaban sobre aquellas trampas mortales.

 Yun Suk cerró de golpe su mano contra la pared, ganando la atención de Bit-to. Su corazón aporreaba en su pecho con tanta fuerza que esperaba que no reventara en cualquier momento mientras su mirada seguía viajando hacia la puerta. Ya que vencer a Yun Suk en una pelea sería imposible, Bit-to tenía que encontrar otra manera de salir de allí. Preferentemente vivo. —Voy a disfrutar haciéndote sufrir —su padre agarró a Bit-to y dio un tirón apartándole del cubículo. Bit-to gritó, luchando contra el agarre.

 

Yun Suk lo sacudió con tanta fuerza que los dientes de Bit-to repiquetearon. Bit-to apretó sus ojos cerrados mientras el golpeteo de su corazón retumbaba en sus oídos. Yun Suk siempre amenazaba con matarle cuando golpeaba a Bit-to, pero la rabia pura en los ojos de su padre le dijo que él cumpliría la amenaza esta vez.    

Bit-to se estrelló contra la esquina y el dolor explotó en la parte baja de su espalda. Gritó mientras era sacudido como un muñeco de trapo. Yun Suk golpeó su cabeza contra la pared, una vez, dos veces, tres veces, antes de empujar a Bit-to tan fuerte que todo el aire salió de sus pulmones. Cuando su padre le liberó, Bit-to se encogió en el suelo, jadeando mientras se agarraba el pecho. Antes de que pudiera aprender de nuevo a respirar, una bota con puntera de metal golpeó su estomago. Bit-to se giró, demasiado jadeante para gritar mientras pura agonía le recorría. Puntos negros nublaron su visión mientras Yun Suk le levantaba del suelo. Bit-to tenía tanto dolor que solo se balanceó mientras su padre le empujaba de golpe contra el gran espejo sobre el lavabo. Sintió el calor de su sangre mientras caía por el lado de su cara. 

—No te atrevas a desmayarte, mariquita. No he hecho más que empezar contigo —Yun Suk golpeó de nuevo a Bit-to contra el espejo y esta vez el cristal se rompió. Lloviendo sobre el lavabo y el suelo, trozos grandes aterrizaron en el fregadero. Mientras su padre le empujaba lejos, Bit-to agarró uno de los pedazos del fregadero. La puerta se abrió de golpe. Bit-to oyó gritos. La cara de Yun Suk era una oscura máscara de rabia. El cristal cortó su mano mientras lo sumergía profundamente en el abdomen de su padre y lo giraba, gritó tan alto como sus pulmones le permitieron mientras su padre caía, llevando a Bit-to con él. 

 

Gyu Jin agarró a Bit-to por debajo de sus axilas y lo separó mientras Young Bin se precipitaba delante de ellos, cayendo sobre Yun Suk. Wei apareció en la entrada. El lobo shifter miró a Bit-to y luego a Yun Suk antes de que la furia nublara su cara. Bit-to apenas estaba consciente mientras Gyu Jin le sacaba del cuarto de baño. Oyó un aullido y luego pareció como si el cuarto de baño estuviera siendo destruido. Antes de que la puerta se cerrara, Bit-to oyó a Wei decir. 

 

—Mírame. ¡Mírame a mí, perra! ¡Quiero que veas al hombre que está a punto de terminar con tu vida! 

La sala principal estaba tranquila como un cementerio mientras Gyu Jin seguía llevando a Bit-to lejos, guiándole a la cocina. Atravesaron la puerta dando traspiés, y Gyu Jin llevó a Bit-to al fregadero. —Tengo que conseguir limpiarte. 

   La cara de Bit-to se sentía dos veces más grande y todavía sentía la sangre corriendo por su cara. Uno de sus ojos estaba hinchado, haciendo que le  costara ver, pero cuando alzó la vista hacia Gyu Jin, vio que el hombre estaba llorando. —Lo  hice  bien—Bit-to  dijo  a  través  de  sus  labios  hinchados  y ensangrentados. —No dejé que me matara.  Gyu Jin dio un seco asentimiento, las lágrimas todavía caían mientras abría el agua, agarrando un trapo de la barra del mostrador y lo humedecía. 

 —Lo hiciste realmente bien, cariño. Bit-to trató de mantenerse recto, pero el dolor era demasiado. Se encogió antes de que Gyu Jin pudiera agarrarle. Aunque no sintió el dolor cuando su cabeza golpeó el suelo. —Mierda —Gyu Jin se agachó a su lado, limpiando la cara de Bit-to. Bit-to gritó cuando el trapo tocó sus heridas. V—ale, vale, vale. —Gyu Jin lanzó el trapo a un lado. —Solo mantente despierto hasta que pueda llevarte al hospital, Bit-to. Prométeme que no te desmayarás.

 La puerta de la cocina se abrió de golpe. Wei dio unos pocos pasos y miró abajo. Su camisa estaba llena de sangre, igual que su barbilla y boca. Bit-to no quería pensar en lo  que su compañero había hecho. No quería pensar en nada. Él rodó sobre su costado, tratando de enrollarse como una pelota, pero sus costillas le recordaron que estaba demasiado herido para hacerlo. Wei alzó a Bit-to del suelo y lo acunó contra su amplio pecho. 

 

—Vamos al hospital, Bit-to. Aguanta. Bit-to fue llevado fuera por la puerta de atrás, apenas notó el aire frío sobre su caliente piel. Le colocaron en la camioneta de Wei y se fueron, Gyu Jin revoloteando cerca. En algún punto entre la taberna y la sala de urgencias, Bit-to se desmayó.  

  —Una conmoción cerebral, quince puntos en tu mano, el bazo magullado, treinta puntos para los profundos cortes de su cara, diez puntos en el costado de su cabeza, un brazo roto y magullado tan fuerte que está más morado que blanco —el doctor Baro les dijo a Wei y Gyu Jin. —El hombre tiene suerte de estar vivo. —¿Podemos verle? —Wei se sentía como si estuviera enfermo. Cuando había levantado a Bit-to del suelo, el hombre había estado laxo en sus brazos, su cara tan hinchada que no parecía la de Bit-to, y había tanta sangre. Él no había estado allí para Bit-to, y por eso, Wei nunca se perdonaría. Ni tan siquiera matar al padre de Bit-to le había traído ninguna satisfacción.  

 

Wei todavía estaba indescriptiblemente enfadado pero también estaba increíblemente preocupado.—Está sedado—Baro dijo. —Quiero mantenerle así un rato. Bit-to tiene demasiado dolor ahora mismo —el doctor suspiró. —Mientras no le toquen, pueden verle. Gyu Jin estaba de pie en silencio al lado de Wei. El gato shifter no había  dicho una palabra desde que dejaron la taberna. Wei tenía su brazo alrededor de su compañero y sintió el temblor de Gyu Jin. —Está en la habitación 105 —Baro dijo. 

Wei y Gyu Jin siguieron al shifter león mientras Baro les enseñaba el camino. Cuando empujó una puerta abriéndola, Wei vio que las luces eran tenues y oyó el pitido de las máquinas. Incluso después de que el doctor hubiera descrito lo mal que estaba Bit-to, nada había preparado a Wei para la visión de su compañero acostado en la cama. Su cara todavía estaba hinchada, pero la sangre se había ido, mostrando una multitud de golpes y puntos. Una intravenosa estaba en un brazo y cables salían de debajo de su pijama. Todo conectaba con una máquina que mostraba sus signos vitales. Gyu Jin tomó un aliento profundo y gimió mientras se acercaba a la cama. —los dejaré solos —Baro dijo. —Avisarme si necesitáis algo. 

 

Wei sintió que asentía mientras andaba dentro del cuarto, parándose al final de la cama de Bit-to. La mano de Gyu Jin temblaba mientras apartaba el pelo de Bit-to.  Era preocupante y el momento desgarraba su corazón. Mientras estaba allí de pie sin apartar la vista de su compañero, Wei sintió sus propias lágrimas deslizándose por sus mejillas.   

 

 

Wei intentaba hacer que el colchón atravesara la puerta, pero todo lo que había conseguido era una herida en sus nudillos y un golpe en su cabeza. —Eso no va a caber —Gyu Jin discutió. —¿Por qué has tenido que comprar un colchón del tamaño de un autobús? —¿Has visto mi tamaño, pequeño gatito? No soy exactamente elegible para las ligas menores—Wei empujó otra vez y sintió que el colchón cedía un poco. —Muévelo por allí —le dijo a Gyu Jin, que estaba al otro lado de la  puerta. —Voy a usar mi peso para conseguir que entre. Gyu Jin se echó a reír. —Apuesto a que has estado esperando para usar esa línea con algún tipo. Wei pensó en lo que había dicho y se rio entre dientes. —No he oído ninguna queja de ninguno de ustedes. —Sin quejas—Bit-to apuntó desde el otro lado. —No en ese departamento. Pero me pregunto, ¿si estas teniendo tantos problemas para conseguir meter el colchon, qué vas a hacer con el canapé? Wei gruñó. No había pensado en eso. —Tal vez solo tenga que tirar una pared. Después de todo, hemos comprado el lugar.

 

 Habían pasado dos semanas desde que Wei había comprado el motel. Planeaba gastar un montón en renovaciones. El proyecto más grande era la zona del gerente. No estaba seguro de como Gus había vivido en ese diminuto metro cuadrado, pero después de discutir los diseños con el miembro de su manada, Ji Yeop, ellos habían hecho un proyecto para añadir una sala de estar, ampliar el dormitorio del cuarto principal y añadir una gran cocina. Su residencia pasaría de cincuenta metros cuadrados a doscientos.   

 

Esto llevaría dos meses. Wei sabía que requeriría tiempo, mucha energía y mucho dinero en efectivo, pero no podía esperar a ver su nueva casa una vez que todo estuviera completado. Pensaba asegurarse de mantener un aspecto rústico en el motel, pero lo que más le gustaba era el diseño de las ventanas del suelo al techo en la sala de estar que daban directamente al bosque. Él casi se salió de su piel cuando alguien le dio un toque en la espalda. Wei se giró para ver a Bit-to detrás de él. —¿Cómo has llegado tú a este lado? —Gyu Jin levantó un poco el colchón y me deslicé por el hueco—Bit-to se movió al otro lado del colchón.

 

Desde aquel día fatídico en el cuarto de baño de "Jungkook`s", Bit-to andaba con una pequeña cojera. Su brazo derecho había perdido un poco de movilidad, pero aparte de esas dos cosas, su compañerose  había  recuperado  completamente.  Todavía  estaba  jodidamente magullado y sus puntos finalmente habían sido retirados ayer. No había ninguna cicatriz en la cara de Bit-to y era porque Wei había lamido los cortes de su compañero curándolos con su saliva. Solo lamentaba no haber podido hacer eso en el brazo y la pierna de Bit-to. 

 

—Quiero ayudarte a moverlo dentro—La sonrisa de Bit-to era amplia. —Has estado alrededor de Gyu Jin demasiado tiempo —Wei dijo. —Oí eso —Gyu Jin dijo desde el otro lado. —Es bueno que nuestro pequeño humano crezca. Lo siguiente que sabrás, es que cruza solo la calle. —Eres desesperante —Bit-to dijo sobre el colchón. —Pero todavía me amas —Gyu Jin dijo con humor. 

Wei sacudió su cabeza. —¿Podemos terminar con esto? Tengo hambre. —Tú siempre tienes hambre —Gyu Jin dijo. —Estoy fuera del camino. Puedes empujar cuando quieras. Wei pasó sus manos por el brazo herido de Bit-to. —¿Por qué no me dejas que yo haga esto, cariño? No estás del todo bien aún, y voy a tener que empujar. Las mejillas de Bit-to se sonrojaron mientras su sonrisa creció. —Me gusta cuando hablas así. —Eres tan desesperante como Gyu Jin —Wei bromeó, presionando un beso en la mejilla de Bit-to. —Ahora muévete hacia atrás.  

 

  Bit-to cojeó hacía la ventana y se apoyó contra el edificio. Wei miró a su compañero durante un segundo, asegurándose de que Bit-to estuviera bien. Le dolía ver cuánto daño su padre le había causado, pero Wei se reconfortó con el hecho de haber desgarrado al bastardo. Wei pasaría el resto de su vida lamentando no haber estado allí para Bit-to, no haber evitado el ataque antes de que hubiera empezado. —¿Te has dormido ahí? —Gyu Jin llamó. Tomando impulso, Wei lanzó todo su peso contra el colchón. Cruzó la entrada y siguió avanzando. ¡Oh, mierda! Gyu Jin chilló mientras Wei se apresuraba a apartar el colchón de su compañero. —Lo siento. Agarrando el material, Wei lanzó el colchón al dormitorio dejándolo caer al suelo. Estaba jodidamente cansado para calcular que hacer con el canapé. Ya se había deshecho de la otra cama y no podía esperar hasta que sus cuartos estuvieran terminados… en aproximadamente un mes. Era el tiempo estimando que Ji Yeop le había dado. Con las vacaciones y demás, el proceso se alargaría hasta después de Año nuevo. 

 

Cuando se giró, vio a Gyu Jin en la cocina y Bit-to parado de pie en la entrada, mirando como los primeros copos de nieve del invierno empezaban a caer. Wei subió el termostato antes de unirse a Bit-to en la puerta. Llevó a su compañero a sus brazos mientras miraban la nieve caer lentamente. —Es hermosos —Bit-to dijo. —Pero se verá aún mejor una vez pongamos el árbol. Gyu Jin y Bit-to habían arrastrado a Wei a la tienda, comprando todas las malditas decoraciones navideñas que vieron. Él había llevado al menos diez bolsas mientras sus compañeros chalaban muy excitados todo el tiempo. Todo lo que Wei tenía que hacer era cortar un árbol y todo sería colocado. Navidad en un cuarto de motel. Sonrió abiertamente. Haría cualquier cosa, compraría lo que quisieran con tal de que ellos siguieran riéndose. Wei no se preocupaba por pasar las vacaciones en la parte de atrás de su camioneta. Tenía alguien especial con quien pasarlas este año. Dos hombres, para ser exacto. Gyu Jin entró en la sala de estar con una bandeja en sus manos.  

 

  —¿Quién quiere un chocolate caliente? —Lo puso sobre la mesa y se unió a ellos en la puerta. Wei colocó su otro brazo alrededor de su pequeño gatito. Hacía demasiado frío para estar allí de pie con la puerta abierta, pero la vista de la nieve cayendo era impresionante. —Espero que nieve lo suficiente como para hacer ángeles —Gyu Jin dijo. —Echo de menos hacer eso. —¿Qué tienes, cinco años? —Bit-to bromeó. —Nunca has hecho uno, ¿verdad? —Gyu Jin preguntó. Cuando Bit-to se quedó callado, Wei miró hacia abajo para ver a su compañero mirando al suelo. —¡Eh! Sin caras tristes —Wei dijo mientras apretaba a Bit-to contra su costado. —Es el principio de nuestra vida juntos. Gyu Jin y yo te mostraremos como hacer ángeles de nieve y te enseñaremos cualquier cosa que quieras aprender.  Estoy  bastante  seguro  de  que  hay  cosas  que  tú  puedes enseñarnos a nosotros.

 

 Wei había pillado a Bit-to mirando fijamente al vacío una vez o dos y se había preguntado si el hombre estaba pensando en su padre. El sheriff y Young Bin  se habían deshecho del cuerpo y los cargos habían sido archivados. De todos modos, debía de estar molestando a Bit-to el haber sido brutalmente atacado por su propio padre. 

—Estoy bien —Bit-to dijo mientras le daba una sonrisa temblorosa. Wei se inclinó hacia abajo y posó sus labios en la mejilla de Bit-to — Sabes que te amo, ¿verdad? Bit-to asintió. —También te amo. —¿Qué soy yo, un cero a la izquierda? —Gyu Jin preguntó. Wei se rio y besó la mejilla del pequeño gato. —También te amo, Problemas. Gyu Jin se subió sobre él. —Mejor. Soy el que tomo tu virginidad. Bit-to se echó a reír mientras Wei gruñía, tirando a sus compañeros hacia atrás para poder cerrar la puerta. Liberó a Gyu Jin y cogió a Bit-to en sus brazos, llevando a su compañero al colchón. 

—Cogeré el chocolate caliente —Gyu Jin dijo. —No dejaré que ustedes se lo pierdan después de haber pasado horas en la cocina. Podemos beberlo desnudos delante de la televisión. 

   Esa era otra cosa. Wei había regalado la que había en el cuarto, sustituyéndola por su pantalla plana de sesenta pulgadas. Si iba a estar en este  cuarto  hasta  que  el  suyo  estuviera  terminado  iba  a  hacerlo cómodamente. Mientras Wei se deshacía de la ropa de Bit-to, preguntó. —¿Cómo vamos a llamar al motel?—La  Mazmorra  del  esclavo—Gyu Jin  dijo  mientras  comenzaba  a deshacerse de su ropa. —Descártalo. El Palacio del Placer. —Eres  desesperante—Bit-to  dijo  mientras  levantaba  sus  caderas, permitiendo que Wei le quitara los vaqueros. Después de deshacerse de ellos, Wei miró fijamente las marcas que todavía permanecían. Pasó las puntas de sus dedos sobre la decoloración, maldiciendo internamente al padre de Bit-to.Wei estaba de rodillas y casi cayó cuando Gyu Jin saltó sobre su espalda. —La Virginidad Perdida.

—La posada de Pride —Bit-to dijo. —Haciendo un juego de palabras con toda la cosa gay y con una parte del nombre de la ciudad. Tanto Wei como Gyu Jin asintieron. —Me gusta ese —Wei dijo. También era un dedo medio al padre de Bit-to, pero Wei mantuvo sus pensamientos para él.  —A mí también —estuvo de acuerdo Gyu Jin. Se deslizó sobre la espalda de Wei y se estiró al lado de Bit-to. —Te amo, dulce. Bit-to sonrió ampliamente —Eres tan extraño. —Te gustan mis rarezas —Gyu Jin se deslizó hacia abajo en el colchón y succionó la polla de Bit-to. Wei momentáneamente fue distraído de quitarse su propia ropa mientras miraba a los dos. Dios, ellos eran una visión erótica. Levantándose sobre sus pies, Wei se desnudó, quedando de pie sobre los dos con su erección sobresaliendo. Los quería, no había duda de eso. Pero el sentimiento que apretaba su pecho era más que la necesidad de sexo. Los amaba, esperaba con impaciencia una larga vida junto a Bit-to y Gyu Jin, y mataría a cualquiera lo bastante idiota como para tratar de hacer daño a cualquiera de los dos hombres. 

 

   Los tres habían pasado por mucha mierda, y ya era hora de que tuvieran una vida tranquila. —¿Por qué estás ahí parado?—Gyu Jin preguntó mientras separaba sus labios de la polla de Bit-to. —Trae tu culo aquí y ayúdame a hacer que Bit-to chille. —Yo no chillo—Bit-to protestó mientras Wei se reía entre dientes, dejándose caer sobre el colchón. Pasaron el resto del día de nieve teniendo sexo, bebiendo sorbos de chocolate caliente y viendo películas. Ahora esto era la vida.  

 

 

FIN

Notas finales:

djen rw

 

a continuación...

 

108.  In Seong (08)  - Demonios Guerreros


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