Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

107. Wei (11) por dayanstyle

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Gyu Jin había hecho mil doscientos kilómetros antes de que necesitara parar. Estaba tan cansado que sus ojos se cerraban mientras conducía. El descubrió una salida más adelante y decidió tomarla. Después de diez minutos siguiendo la Ruta 22, comenzó a dudar de su decisión. Estaba rodeado de montañas y no veía nada remotamente parecido a una ciudad. Bien, él había llegado hasta aquí. Tenía la esperanza de ver la civilización pronto. Las montañas finalmente cedieron el paso, y Gyu Jin vió una ciudad más adelante. Mientras entraba en ella, Gyu Jin estaba impresionado de que no era uno de esos sitios que tenían un solo semáforo. Pasó por una clínica clasificada como agradable, ¿o era un hospital? Sus ojos estaban borrosos por la falta de sueño, ¿tenían las pequeñas ciudades hospitales? Mientras bajaba por la calle principal, vio tiendas e incluso una taberna. Todo en la calle parecía cerrado por la noche, pero la taberna estaba abierta si sus luces y aparcamiento lleno de coches era algún indicativo.

 

Gyu Jin tenía hambre y decidió conseguir algo para comer antes de buscar un motel. Mierda. ¿Tenía esta ciudad un motel? Si no, Gyu Jin no tenía ningún problema en dormir en su coche. Apestaría no poder ducharse, pero su vida podría ser peor. Como que el coche se estropeara en alguna carretera en medio de ninguna parte. Gyu Jin estuvo sentado en su coche durante un momento más, solo mirando fijamente a la taberna. "Jungkook’s Bar & Grill" colgaba sobre la puerta, y el lugar parecía acogedor, pero Gyu Jin no estaba todavía convencido. Había conocido a Nick en una taberna. Mientras se sentaba allí, los recuerdos resurgieron.

 

¿Cómo podía haber sido tan idiota? De nuevo su corazón se sentía como si se estuviera rompiendo, cuando finalmente abrió la puerta del coche y apretó el paso. El aire era frío, haciendo que fuera al maletero a por una chaqueta. Había olvidado lo frío que el tiempo podía ser en el norte. Una leve brisa agitó su pelo corto ligeramente mientras daba un paso por la acera. 

 

   Acción de Gracias acababa de pasar, Gyu Jin recordó que había terminado pidiendo comida para llevar cuando Nick le llamó y le dijo que se había retrasado su viaje. Le había dicho que tenía que asistir a una conferencia, pero cuando Gyu Jin comprobó la historia de Nick, no se sorprendió de descubrir que Nick le había mentido. Sacudiendo su cabeza para disipar los recuerdos, Gyu Jin abrió la puerta al ruido de conversaciones y risas, estruendo de varias televisiones y al maravilloso aroma de la comida. —Encuentra un asiento donde más te guste —un tipo dijo mientras pasó zumbando por delante de Gyu Jin. Cuando echó un vistazo alrededor, vio que no había muchas opciones. Para una taberna provinciana, el lugar estaba a  rebosar. 

 

 Gyu Jin finalmente encontró un taburete vacío en la barra. Se deslizó en él y esperó que el camarero tomara nota. Gyu Jin estaba demasiado cansado  para levantar su brazo y conseguir la atención del hombre. De hecho,  descansar su cabeza sobre la madera pulida era francamente tentador. Le tomo un segundo a Gyu Jin comprender que su teléfono estaba vibrando en su bolsillo. Cuando lo saco y miró la pantalla, vio un mensaje de Nick. ¿Dónde estás? ¿Por qué han desaparecido tus cosas? Demasiado cansado para estas gilipolleces, metió su teléfono de nuevo en el bolsillo. Si decidiera alguna vez hablar con Nick de nuevo, Gyu Jin lo haría después de una buena noche de sueño. 

 

—¿Qué vas a tomar? Gyu Jin alzó la mirada y se sintió desconcertado por lo apuesto que el camarero era. Solo se quedó allí sentado y le miró fijamente, su mente completamente en blanco. —¿Algo de comer, beber? —el hombre señaló. —Comida —Gyu Jin dijo. —¿Hamburguesa con patatas fritas? El hombre asintió. —Tenemos eso. ¿Cómo quieres de hecha la carne? —Bien hecha —dijo Gyu Jin. —Los pepinillos a un lado. 

 

Con un asentimiento, el camarero se dirigió al final de la barra y habló con alguien quien Gyu Jin asumió era otro camarero. El tipo tenía una venda alrededor de su mano y trataba de equilibrar una bandeja. Inclinando su cabeza a un lado, Gyu Jin miró al camarero de arriba abajo.  

 

  Pelo rubio, delgado y tenía un aspecto inocente rodeándole que era raro en estos días. O al menos en el mundo hastiado de Gyu Jin. El camarero era lo que Nick consideraría un chico bonito. Ese pensamiento solo hizo que Gyu Jin apartara la mirada. Se centró en el mostrador, perdido en sus pensamientos. Gyu Jin no estaba seguro de cuánto tiempo había estado fuera de juego cuando alguien toco su hombro. —Eh, ¿estás bien? Gyu Jin giró su cabeza para mirar a la persona a su lado, pero tuvo que alzar la vista. El extraño era alto, y él era muy musculoso. Gyu Jin estaba tan cansado que sus ojos quemaban mientras miraba fijamente a la cara del hombre. —¿Qué?

 —Te pregunté si estabas bien. —El hombre se sentó a su lado en un taburete, sonriendo mientras miraba a Gyu Jin. —Parece que has pasado por  un infierno. Gyu Jin se sentía como si lo hubiera hecho.

Frotó sus ojos con las palmas de las  manos,  tratando  de  despertarse.  Por  el  modo  que  se  sentía, probablemente se caería del taburete en cualquier momento. —¿Has bebido demasiado? Con una sacudida de su cabeza, Gyu Jin se apartó. Él no estaba ahí para ligar. Todo lo que quería era algo para comer y algo de sueño. Cuanto más tiempo se sentara allí, menos hambriento se sentía. —Creo que tengo que irme. El tipo colocó una mano sobre el brazo de Gyu Jin. —No creo que estés en condiciones de conducir. Gyu Jin movió su brazo hacia atrás, rompiendo el contacto. —No he estado bebiendo. Estoy bien. 

 

Él se dio la vuelta para bajarse del taburete y tropezó. El extraño agarró su brazo estabilizándole. —No me parece que estés bien. Por qué no te llamo a un taxi, o si quieres, puedo darte un paseo a casa. El cuarto comenzó a girar ligeramente mientras Gyu Jin estaba allí de pie. Entre el largo viaje y la angustia que sufría, estaba asombrado de tener la energía para permanecer allí de pie. —No, estoy bien. No necesito un paseo.   

Tal vez llegaría lentamente a la parte de atrás de su coche y conseguiría unas horas de descanso. Siempre podría buscar el motel después de eso. Necesitaba ocho horas completas de sueño antes de estar recargado y listo para regresar a la carretera. El hombre todavía agarraba el brazo de Gyu Jin. —Lo siento, no puedo dejarte marchar.   

 

 Lee Bit-to estaba al final de la barra, mirando a Wei. La mirada que el hombre había dado a Bit-to en más de una ocasión era igual a la que estaba dando ahora al forastero. Wei quería al tipo. Estaba escrito por toda su cara. Estaba en el modo en que su mano se deslizó hacia abajo por el brazo  del forastero. Apartándose, Bit-to miró fijamente a la bandeja que estaba sobre la barra. ¿Podía culpar a Wei? Bit-to no solo era un desastre andante, sino que mantenía a Wei a distancia. ¿Cómo podría él estar preocupado porque Wei dirigiera su atención a otro tipo? 

 

—Eh, ¿Bit-to? —¿Sí? —Él miró hacia arriba para ver a Young Bin de pie a su lado. Bit-to tragó ruidosamente. Young Bin parecía un tipo bastante agradable, pero después de romper casi cada vaso de la barra, Bit-to se mostraba cauteloso. Seguía esperando que Young Bin le despidiera en cualquier momento. Young Bin miraba de él a Wei y luego de vuelta a él otra vez. —No es lo que piensas, Bit-to. Bit-to estaba totalmente avergonzado de que su jefe pensara que Wei trataba de engañarle. No había nada para que le engañara. Él y Wei no eran nada el uno para el otro salvo compañeros de trabajo. —No sé de lo que estás hablando.    

Agarrando la bandeja del mostrador, Bit-to se alejó rápidamente. ¿Era tan patético que Young Bin tenía que justificar el comportamiento de Wei? De verdad, Bit-to tenía un gran flechazo por Wei. Lo tenía desde el día en que puso sus ojos sobre el tipo. Lamentablemente, Bit-to tenía problemas con los hombres del tamaño de Wei. Ellos tendían a usar su constitución para intimidar, doblar a la gente a su voluntad, e incluso abusar de aquellos que eran más pequeños. Bit-to conocía demasiado bien a los tipos así, y aunque Wei parecía agradable, Bit-to no podía superar sus miedos. Él echó otro vistazo hacia la puerta para ver a Wei todavía hablando con el forastero. El tipo aún sonreía. Era obvio que Wei había terminado con sus intentos de conseguir a Bit-to, y de algún modo, Bit-to fue sustituido. Eso dolía, y no debería hacerlo.

Wei había coqueteado con Bit-to incontables veces, pero Bit-to nunca le había dejado ir más allá de eso. Entonces ¿por qué sentía como si un cuchillo retorciera sus tripas? Con manos inestables, Bit-to puso la bandeja sobre la mesa y colocó las bebidas alrededor. No se molestó en preguntar si los clientes que estaban allí sentados querían algo más. Se fue directo a la cocina, poniendo la bandeja sobre el mostrador, y se apresuró fuera por la puerta de atrás. Se sentía como si no pudiera respirar. Apoyó su espalda contra el edificio de ladrillo y miró hacia arriba a las estrellas, maldiciendo a su padre por convertirlo en lo que era. —¿Bit-to? Bit-to cerró los ojos ante el sonido de la voz de Wei, pero la imagen de Wei hablando con aquel extraño no se marchaba. Bit-to sintió que iba a vomitar. Su estómago se retorció mientras su pecho dolía.

—¿Qué? —¿Está todo bien? Nop, nada está bien. —Estoy bien. —Tú no pareces estar tan bien. Bit-to abrió sus ojos para ver que Wei se había acercado. Estaba de pie delante de Bit-to, contemplándole con esos bonitos ojos grises. Bit-to tenía el impulso de dejarse caer en los brazos de Wei. No podía entender por qué sus sentimientos hacia el camarero eran tan intensos. Bit-to había estado trabajando allí durante casi un mes.   

 No debería sentir una atracción tan fuerte por alguien de la estatura de Wei. Bit-to temía a los hombres grandes. Entonces ¿por qué él quería llorar? Puso sus manos sobre sus ojos y se aclaró la garganta. —Solo necesitaba un poco de aire. Metió sus manos detrás de su espalda para controlarse de tocar a Wei. Dios, Bit-to era un completo y total lio. No estaba seguro de por qué Wei había estado tan interesado en él.—¿Estás llorando? —Wei parecía sorprendido. —No —Bit-to trató de alejarse, pero Wei bloqueó su salida precipitada. —Tengo que volver dentro. —¿Alguien te molestó? —Wei preguntó con cólera en la voz. 

 

Bit-to se encogió retrocediendo. Las visiones de su padre de pie sobre él con los puños apretados hicieron que su estómago se retorciera. Yun Suk se había enfadado por el hecho de que tenía un hijo marica, resentido por el hecho de que Bit-to se veía más femenino que masculino, y Bit-to había  pagado toda su vida por algo sobre lo que no tenía ningún control Los recuerdos de su último encuentro con su padre le trajeron una pesada culpa y vergüenza. Lo que había ocurrido esa noche profética, Bit-to se lo llevaría a la tumba. Él no merecía la bondad de Wei. —¡Eh! ¡Eh! ¡Eh! —Las manos de Wei se cernieron cerca de él. —¿Por qué te apartas de mí, Bit-to? ¿Me tienes miedo? Había dolor en el tono de Wei y Bit-to no estaba seguro de por qué. Ellos no eran nada el uno para el otro. Incluso no podían llamarse amigos. Bit-to había mantenido su distancia con el tipo. —Solo ha sido una noche larga. —Él se forzó a enderezarse, cuadrando sus hombros mientras escapaba alejándose, poniendo distancia entre ellos. —Realmente tengo que volver dentro. Bit-to se marchó antes de que Wei pudiera pararle.    

 

Wei se quedó detrás de la taberna totalmente frustrado. Él había comprendido en el lapsus de un segundo que Bit-to le tenía miedo, no importaba que el humano dijera otra cosa. Él tampoco podía entender por qué. Wei solo había sido amable y paciente con Bit-to. Y luego ahí estaba Gyu Jin. Wei al menos había conseguido el nombre del tipo antes de que su otro compañero se hubiera marchado.

 Wei no se había sorprendido de tener un segundo compañero. Esto era algo que pasaba en la manada de Changjo. Todos los soldados tenían como compañeros dos hombres. Wei solo no podía creer que sus dos compañeros le hubieran rechazado. Gyu Jin incluso había rechazado admitir que ellos eran compañeros. Eso era una gilipollez total teniendo en cuanta que el tipo era un shifter gato. No era humano, lo que quería decir que Gyu Jin sentía el tirón. Así que ¿por qué había declarado que no lo eran? Wei  echó un vistazo a la puerta de atrás justo cuando Young Bin estaba saliendo.

 

—Menudo jodido desastre —Young Bin dijo. —Dímelo a mí —Wei pasó una mano sobre su corto pelo. ¿Sus dos compañeros le habían rechazado porque le encontraban falto de algo? Hablando sobre un golpe que aplaste tu ego. Él no podía pensar en ninguna otra razón para que ambos hombres corrieran lejos de él. —Persigue a tu segundo compañero —Young Bin dijo. —Sabemos que Bit-to no se va a ninguna parte, pero por lo que puedo ver, el otro solo está de paso por la ciudad. —¿Cómo sabes eso? —Solo un sentimiento visceral. Wei tenía el mismo sentimiento. —Y creo que Bit-to esta alterado porque te vio hablando con tu otro compañero. Él puede actuar como si no te quisiera, pero uno no puede fingir ese tipo de dolor. Estaba en sus ojos, Wei. Wei estaba tan frustrado que él quería golpear su puño contra la pared.

—Vigila a Bit-to por mí mientras persigo a Gyu Jin. Young Bin asintió. —Considerando que él vive arriba, va a ser fácil.    

Soltando un largo suspiro, Wei se dirigió al otro lado del edificio. No quería atravesar la taberna. Si lo hacía, la vista de Bit-to podía pararle, y si Young Bin tenía razón, él tenía poco tiempo antes de que Gyu Jin se fuera. Cuando Wei dobló la esquina, vio a Gyu Jin  dar la vuelta en la calle, el morro de su coche señalaba la carretera que conducía fuera de la ciudad.    

 

continuará...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).