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FELICIDAD ARTIFICIAL por lyra

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La canción estaba llegando a su fin, y con ella el final del concierto.

Bill cantaba con mucha ilusión, la misma con la que su hermano tocaba la guitarra. Sabían lo que les esperaba en cuanto se fueran del escenario y estaban deseando que llegara ese momento, que llegara el final de la canción.

Se acerca a su hermano para cantar muy cerca de él, como si estuvieran solo ellos dos. Le mira a los ojos mientras canta, con una mano sujetando fuertemente el micrófono y con la otra recorriendo su pecho de arriba a abajo de manera muy sugerente. Por no mencionar la dulce sonrisa que le dirige, incluso algún guiño de ojos.

No puede evitar sonreír más cuando oye como su hermano falla un par de notas y luego casi ni sabe coger el ritmo de la canción otra vez.

Tom le mira con odio en los ojos por haberle distraído en mitad de una actuación. Por hacer que se haya imaginado que era él quien le acariciaba ese pecho desnudo y tan suave, mientras ascendía hacia su dulce cuello para posar allí sus labios.

Le saca la lengua y Bill le imita, consiguiendo que las fans chillen más histéricas ante ese gesto de los gemelos, ajenas al porque ha venido eso.

La canción se termina y todas las fans estallan en aplausos pidiendo más, pero esa era la última y ni Bill ni Tom les quiere cantar otra más. La siguiente iba a ser una actuación privada.

Todas chillan de pena al ver que los cuatro músicos dejan el escenario sin parar de saludarlas. Parece que nadie se ha dado cuenta del fallo de Tom.

Pero entre bastidores si hay una persona que se ha dado cuenta. Es Zach, el asistente personal que David ha tenido que contratar para que vigile a los chicos cuando él no pueda debido a las reuniones que tiene que asistir por culpa de tanto éxito.

Más que un asistente, lo que parece ser es su niñera, O al menos así se siente él, siempre detrás de ellos por si necesitan algo. Sobretodo detrás de Bill. David le ha hecho prometer que cuidaría bien de él, haciendo que siempre tuviera cerca una toalla después de cada actuación para que no cogiera frío en la garganta, o que siempre tuviera a mano su medicina para la voz por si notaba alguna molestia después de cantar.

Solo le faltó pedirle que le arropara por las noches y le diera un beso de buenas noches, aunque eso no es necesario que lo haga él. Sabe que hay otra persona que se ocupa de ello, y sabe perfectamente que es su hermano.

Se creen que nadie se ha dado cuenta. Pero él sí, los ha estado observando muy de cerca. Había que estar ciegos para no ver las miradas que se dirigen en el escenario, y fuera de él también. Como le canta provocándole con sus movimientos al bailar, haciendo que se distraiga y se equivoque tocando.

Y eso es lo que más rabia le da. Que Tom permitiera que su hermano le dejara en ridículo delante de todos. Cuando sabe que con él sería distinto. Que nunca nadie se reiría de él a su lado.

Sabe que el culpable de todo es Bill, y sabe que pronto llegará el día en que se lo haga pagar bien caro.

Esos pensamientos hacen que retuerza y estire fuertemente la toalla que lleva en las manos para dársela, haciendo que se rasgue por la mitad.

Vuelve a la realidad a tiempo de ver que los chicos ya han dejado el escenario y se dirigen a donde él se encuentra. Les dirige una falsa sonrisa y les saluda cuando ya está a su lado.

Bill tiende la mano en busca de su toalla y él se la da sin mirarle a la cara.

-¿Qué le ha pasado?-pregunta Bill cuando la extiende y ve lo que ha pasado- está rota.

-Y no es lo único que va a estar roto hoy-le dice Zach dándose la vuelta para irse.

-¿A qué ha venido eso?-le pregunta Tom a su hermano.

-No tengo ni idea, a lo mejor es que trabaja mucho-le dice encogiéndose de hombros mientras se pone la toalla por el cuello.

Tom le ayuda y se la cruza por delante del cuello, y viendo que Georg y Gustav se han adelantado, le pasa un dedo desde su barbilla hasta los labios, en donde Bill le roza con la lengua.

-Esta noche me vengaré por lo de la canción. Te lo juro-le dice Tom muy bajito.

-Promesas, promesas. Habrá que ver que se te ocurre-le contesta Bill sonriendo muy satisfecho.

Se dirigen a la sala de espera del backstage para descansar un poco y esperar a que el público abandone la sala.

-Este concierto ha sido el mejor de todos-comenta Gustav sentándose en el sofá y estirándose.

-Sí, a pesar de tu fallo-dice Georg guiñándole un ojo a Tom-¿Cómo has podido fallar a estas alturas?

-Algo me ha distraído-le contesta dirigiéndole otra mirada asesina a su hermano. Esa noche se lo haría pagar con creces.

-Tienes que estar más atento a lo que haces. Nada puede distraerte mientras estás realizando tu trabajo. Sino fíjate en mí, nunca me verás cometer esos errores-le dice Bill sonriéndole. Sabe que esa noche se va a vengar y lo estaba esperando con ansias.

Tom le va contestar cuando su móvil comienza a sonar. Mira que es Andreas y decide atender la llamada en otro lugar menos concurrido.

Bill se sienta en el sofá sin dejar de sonreír mientras que su hermano sale para atender la llamada en privado.

-¿En qué estás pensando para que estés tan feliz?- le pregunta Gustav con curiosidad.

-En la venganza-le contesta sin pensar.

Gustav decide dejar el tema. Últimamente está muy raro. A decir verdad, los dos están muy raros. Se pasan todo el día riéndose entre ellos y sin decir a nadie de que va la broma.




Entra en la primera habitación que encuentra vacía y se pone a hablar con Andreas. Por lo visto quiere dar una fiesta los próximos días y quiere saber cuando estarán todos libres par poder asistir. Le contesta que en cuanto sepa que día descansan se lo hará saber. Se despide de él y cuelga el móvil preparándose para salir.

Entonces la puerta se abre y Zach entra en la habitación como si no supiera que estaba allí, pues la ha estado siguiendo.

-Perdona, no sabía que estabas aquí-le miente.

-Da igual, ya he acabado de hablar-le contesta pero sin mirarle. Hay algo en él que no acaba de gustarle.

-¿Estás bien? Pareces un poco abatido. A lo mejor es por lo que tu hermano te ha hecho en el escenario.

-¿Tú también lo has visto?-le pregunta mirándole a la cara

-Sí, y más gente que estaba conmigo también. No podían dejar de reírse.

-¿De que se reían?-le pregunta ya un poco enfadado.

-Ellos no sabían que te había hecho fallar a propósito, sólo se reían de tu error.

-¿Y tú cómo sabes que fue Bill?-le preguntó un poco tenso.

-Yo lo sé todo. No hace falta que estés a la defensiva conmigo, tranquilo que no voy a decir nada a nadie. No soy quien para decir a quien tienes que querer o no. Pero te aconsejo que por el bien del grupo os comportéis de otra manera en el escenario, más profesional quiero decir. Ahora estoy hablando por David y sé que si le cuento lo que ha pasado esta noche se iba a enfadar mucho. Pero tranquilo que no lo voy a hacer porque no ha sido culpa tuya, sino de Bill por seducirte en mitad del escenario y delante de todo el mundo. Yo nunca te haría daño.

Tom se le queda mirando en silencio sin saber que decir. Sabe que en parte tiene razón. No debió perder la concentración por mucho que su hermano se le insinuara consiguiendo hacerle quedar en ridículo delante de todos.

Sale de la habitación sin despedirse ni darle las gracias a Zach. Ahora está muy enfadado y necesita hablar seriamente con su hermano.

Lo que no puede ver es la sonrisa de triunfo que Zach tiene en su cara.

“Uno menos. Ahora toca el otro. Y este va a desear no haberme robado a Tom”-piensa riéndose en la solitaria habitación.




Tom vuelve a la sala de espera y ve como su hermano se está riendo de algo que ha dicho Georg.

“A él todo le hace gracia, hasta el hecho de que me equivocara por su culpa. Es un egoísta. Le da igual hacer daño a los demás siempre que él sea feliz”

Se acerca a su lado deprisa y le toca la pierna con él pie, haciendo que le mire.

-¿Te ocurre algo?-le pregunta cuando ve que lleva el ceño fruncido.

-¿Podemos hablar en privado? Ahora. –es lo único que le responde antes de darse la vuelta para salir otra vez de la sal.

Bill se levanta y le sigue. Quiere saber que le ha pasado a su hermano para que ahora esté así.

Se dirige a la misma habitación en la que estuvo con Zach, que ahora está vacía otra vez. Abre la puerta y espera a que su hermano esté lo suficientemente cerca para cogerle con brusquedad del brazo y cerrar la puerta tras él de golpe.

-¿No puedes esperar hasta la noche?-le pregunta Bill pensando que lo del enfado era sólo una excusa, y sonriéndole le empieza a poner las manos en el cuello.

Pero no quiere que le toque en ese momento. Sólo quiere dejar un par de cosas claras. Así que cogiéndole las manos con fuerza se las aparta de su cuello, lo que hace que su hermano deje de sonreír y le mire con miedo a los ojos.

-¿Ha pasado algo? ¿He hecho algo mal?

-¿Es que no lo sabes? ¿O lo has olvidado ya?-le pregunta muy enfadado.

Bill se queda pensando y lo único que le viene a la cabezas es el momento en el que le hizo perder la concentración en el escenario. Pero no cree que se haya enfadado por eso, se estaba divirtiéndose como él.

-No me puedo creer que te hayas enfadado por esa bobada. Nos estábamos divirtiendo los dos. Sólo era una broma-le dice intentando quitar importancia al asunto.

-¿Una broma? Pues a mí no me ha hecho ni puta gracia-le dice cada vez más furioso, viendo que Zach tenía razón, que lo había hecho para reírse de él.

-Tom, perdóname. No sabía que te iba a sentar tan mal. Lo hice sin pensar.

-Ya sé que tú nunca piensas en las consecuencias de tus actos. Sólo quieres divertirte para ser feliz sin importarte el daño que hagas por el camino, o a quien tienes que herir para conseguirlo.

-¿Cómo puedes decir esas cosas tan horribles de mí?-le pregunta mientras sus ojos se comienzan a llenar de lágrimas. –Yo no actúo así. Tú también te estabas riendo. Si supiera que lo que te voy a hacer te va a dañar nunca lo haría. Sabes que nunca te haría daño a sabiendas,

-Pues entérate de una cosa, lo acabas de hacer-le grita Tom acercándose a su cara-No permitiré que me vuelvas a dejar en ridículo delante de nadie nunca más. Y si para conseguirlo tengo que separarme de ti, no dudes que lo haré hasta que cambies tu modo de actuar.

Y sale dando un portazo, sin ver como las lágrimas caen por el rostro de su hermano sin que pudiera hacer nada por impedirlo.

Le deja en esa habitación, llorando a solas.


Hasta que llegó Zach y abre la puerta sin llamar. Había estado escuchando tras ella y se marchó antes de que Tom le pillara.

-Perdona, pensé que no había nadie-vuelve a mentir -¿Te puedo ayudar en algo?

Bill niega con la cabeza mientras se limpia la cara de lágrimas.

Zach se acerca más a él y le rodea los hombros con un brazo.

-No merece la pena que llores por tu hermano. Mereces ser feliz.

-¿Cómo sabes lo de Tom?-le pregunta entre sollozos.

-Hay que estar ciegos para no veros-le dice abrazándolo un poco más fuerte para reconfortarle –cada vez que estáis juntos el amor os envuelve. Pero ahora solo hay tristeza a tu alrededor. ¿Me lo quieres contar? Sabes que puedes confiar en mí. Nunca se lo voy a decir a nadie.

-Está enfadado por lo que pasó en el escenario. Fue por mi culpa.

-¿Se ha enfadado porque le estabas cantando sólo a él? No me lo puedo creer. Tom es insensible. Si me lo hicieras a mí me sentiría el hombre más feliz del planeta.

Eso hace que Bill deje un poco de llorar y le mire sonriendo. Zach siempre estaba a su lado, no sólo siendo su esclavo, como lo llamaba su hermano cuando se reía de él. Le animaba y ahora le estaba dando lo que más le hacía falta: consuelo, y un abrazo.

-Se enfadó porque hice que se distrajera y por eso falló la canción.

-Seguro que falló por su culpa, pero prefirió echarte a ti las culpas para no reconocer su error.

Estas palabras hacen que Bill deje de llorar del todo y le sonría más a Zach.

-Tienes razón. No merece que llore por él. Cuando venga esta noche a mi cama le haré saber que no me siento culpable de nada. Que es él quien tiene que pedirme perdón.

-Y si no lo hace aquí me tienes, para lo que necesites. Incluso para llorar sobre mi hombro si no se da cuenta de lo especial que eres.

Bill le mira pensando en lo que le está diciendo. Hay algo en él que siempre le ha gustado, por mucho que su hermano se metiera con su forma de ser. Ahora sabe que sentía celos de Zach, de la manera en que lo trataba. Siempre preocupándose de que nunca le falte nada.

Está distraído en sus pensamientos que no le ve venir.

Zach se le ha acercado demasiado y ahora le está posando sus labios sobre los suyos, dándole un beso muy dulce mientras le acaricia la mejilla con una mano.

Al principio se resiste un poco, pero pensando en lo mal que lo ha pasado esa noche, decide aceptar su beso abriendo los labios un poca más para que lo haga más profundo. Necesita que le haga feliz en ese instante.

Y Zach lo hace. Va metiendo su lengua poco a poco en su boca, y comienza a jugar con su lengua suavemente, notando como gime muy bajito contra sus labios. También nota como le va subiendo una mano hasta ponérsela en el cuello para que ese beso nunca no parara.

Pero Zach cree que por ese día ya es suficiente. Y comienza a sacar su lengua, mejor dejarle hambriento y ansioso para el siguiente.

Bill acepta el final del beso y suspira cuando por fin puede volver a respirar. Está pensando que su hermano nunca le había besado de esa manera, tan especial.

-Gracias-le dice con un susurro.

-¿Por qué?-le pregunta Zach mientras que con una mano le retira un mechón del pelo de la cara.

-Por hacerme feliz. Me hacía mucha falta en estos momentos. Y tú te estás portando muy bien conmigo.

-Cuando quieras mis brazos siempre estarán abiertos para consolarte. Y tranquilo, Tom nunca se va a enterar.

Bill asiente con la cabeza y bajando la mano que continuaba en su cuello abandona la habitación.

En cuanto la puerta se cierra la cara de Zach cambia por completo.

Lo que antes era una cara de auténtica felicidad ahora es una de puro asco. Se pasa la mano por la boca para tratar de borrar ese maldito beso que ha tenido que dar para que comienzara su plan.

Tiene los objetivos bien definidos y sabe que los va a cumplir sin ningún problema.

El primer objetivo es conseguir a Tom cueste lo que cueste.

El segundo es que si para conseguir a Tom tiene que destruir a Bill por el camino no va a dudar en hacerlo. Quiere hacerle el mayor daño posible, devolverle todo el dolor que le está provocando.

Y no le importará tener que rozar la muerte si fuera necesario.

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