Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Brillo. por ines_kaiba_wheeler

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: los personajes de Prince of Tennis no me pertenecen.

La lectura puede ser apresurada, fugaz y confusa. Pido disculpas por ello.

Notas del capitulo: Sólo tengo una pregunta qué hacer, pero la haré en las notas finales xD.

Se escucharon unos pasos en el piso y un muchacho moreno y medio dormido apareció frente al espejo del baño. Kawamura acababa de levantarse. Le dolía la cabeza porque no había pegado ojo en toda la noche. Pensando y volviendo a pensar en el mismo asunto. Abrió el grifo y se mojó la cara con abundante agua. Cogió la toalla a tientas y se secó lo máximo que pudo con gran velocidad, hacía frío.

Volvió a mirarse en el espejo. Tenía unas ojeras bien marcadas bajo sus ojos. Hacía tiempo que no lo pasaba tan mal como para no dormir, ni siquiera se sentía descansado. Sacudió su cabeza, no debía pensar en eso ahora, tenía que ir a clase.

Tras graduarse en el Seigaku, se decidió a entrar en la escuela superior y ya estaba en su último año. Casi tres años habían pasado desde entonces y no había semana que no viera a sus antiguos compañeros de equipo y a algunos de sus rivales. Al único que no podía evitar era a su vecino, antiguo rival y la persona que hizo que se pasara toda la noche pensando sin pegar ojo: Jin Akutsu.

¿Por qué? Simple.

Tras tres años de visitas al restaurante con el pequeño, ahora no tan pequeño, Dan, el día de ayer fue solo. Le extrañó pero no dijo nada, sabía que Dan, al igual que ellos, tenía los exámenes cerca y siempre daba lo máximo de sí. Lo raro es que se quedara hasta la hora de cerrar. Kawamura sospechó que quería hablar con él porque no se levantó después de que le dijera que iban a cerrar, por lo que le dijo a su padre que esa noche cerraba él. El hombre le dio las llaves y subió hacia el piso.

-¿Pasa algo, Akutsu?-le había preguntado. Al ver que sólo lo miraba, se acercó un poco a él. Estaba sentado en uno de los taburetes de la barra, por lo que se sentó a su lado-¿Y bien?

-Ha pasado mucho tiempo desde que no estamos a solas, ¿verdad?-Kawamura asintió desviando entonces su mirada. Sabía lo que esas palabras significaban y no por ello le gustaban más-Mírame-resignado, hizo lo que le ordenó y unos labios se unieron a los suyos con hambre. Kawamura correspondió como pudo, siempre lo tomaba por sorpresa y eso era lo que más parecía gustarle a Akutsu. Cuando se iban a separar, Akutsu le mordió levemente el labio inferior.

-E-Eso duele, Akutsu-pero este lo besó de nuevo. Se levantó sin separarse de él y lo alzó, atrayéndolo hacia él, haciendo que sus entrepiernas se juntasen y que ambos gimieran dentro del beso-E-Espera-rogó el moreno al notar que el cierre de su pantalón se abría.

-Estás duro, Kawamura. ¿Seguro que quieres que pare?-lo miró fijamente. Nunca preguntaba a no ser que él tampoco estuviera muy seguro de querer continuar.

 -Seguro-contestó con voz temblorosa. Akutsu lo volvió a besar y abrochó de nuevo el botón y subió la cremallera con cierta dificultad-Akutsu...

-Me iré a casa-besó su cuello y lo lamió. Tras eso salió del local mirando por última vez a Kawamura con una sonrisa suave en la cara.

Y eso lo había dejado descolocado por completo. Se había apoyado en la barra, había resbalado hasta el suelo y allí se había quedado hasta que se le pasó el calentón. Con mucho dolor, todo hay que decirlo.

Por ese incidente había estado pensando toda la noche. ¿Akutsu se había ido sin quejarse? Aún le parecía increíble. Además había sonreído sin burla, cosa muy, muy, extraña en él. Tenía una hermosa sonrisa. Ese recuerdo hizo que se sonrojara.

De un segundo para otro, el sonido del timbre lo sacó de sus pensamientos. ¡Eiji vendría a buscarlo para ir a clase! Corrió hacia las ventanas y se asomó. No era Eiji. Ni de lejos era Eiji.

-Kawamura, baja.

 Escapó de su ángulo de visión en un acto reflejo. Su cara le ardía y notaba el sudor en las manos. ¿Su cuerpo reaccionaba así sólo con verle? Necesitaba, no, tenía que calmarse o sino al bajar a saber qué le ocurría. Sólo faltaba que se desmayara, pero eso no lo veía posible.

Se vistió con el uniforme y bajó en zapatillas hasta el portal. Sabía perfectamente que Akutsu no venía a buscarlo para ir juntos a clase, sino para hablar o para...Sabe dios que cosa. Una vez abajo respiró profundamente ante la mirada ámbar de Akutsu.

-¿Necesitabas algo?-Akutsu se acercó a él, sujetó su barbilla con suavidad y lo besó-¿Te levantaste con ganas?-preguntó, aburrido. Akutsu parpadeó varias veces antes de responder. En sus ojos apareció un brillo que desconcertó al moreno.

-Sí, pero de verte-murmuró desviando la mirada con un ligero rubor en las mejillas.

Kawamura se quedó sin aire.  ¿Cómo debía interpretar eso? Era la declaración más rara que había oído nunca. Le entraron ganas de reírse y no pudo evitar hacerlo. Cualquiera pagaría por ver la vergüenza que estaba pasando el antiguo demonio del Yamabuki.

-L-Lo siento. Esto es inusual-de nuevo, aquellos labios presionaron los suyos. ¿Estaría jugando con él para llevarlo a la cama?

-Tengo que irme-Kawamura asintió-Volveré cuando termine los exámenes-Y sin más, se fue.

Kawamura se tocó los labios y se sonrojó. Eso sí era empezar el día con buen pie.

 

 

Los días se pasaron cruelmente despacio, por lo menos para Akutsu. Esa mañana había estado en la azotea de la escuela pensando. Fumando y pensando. Dando vueltas en círculos, fumando y pensando. Hasta que se le acabaron los pitillos, que volvió a clase para entretenerse. Llevaba un tiempo sin pasarse por el restaurante y ya notaba que le faltaba algo. Suspiró. Quién lo diría de él.

Seguramente nadie. Es más, nadie se creería que hacía unos pocos días se le había declarado a su vecino Kawamura. Ni siquiera él mismo se reconocía. Tan sólo acordarse de la cara completamente sonrojada de Kawamura algo se le removió en torno al estómago. Definitivamente hoy se pasaría por el restaurante.

-¡Akutsu! ¿Te vienes con las chicas y conmigo a tomar algo?-y como siempre una negativa mientras pasaba de él y, de paso, de largo.

Sengoku no entendía a Akutsu. ¿Acaso no era un hombre? Entonces porque le decía que no cuando le preguntaba si quería ir con él y las chicas a tomar algo y sin embargo iba con el pequeño Dan a visitar a aquel amigo suyo que fuera a la Seigaku. Con eso llevaba tres años. Por lo menos cuando había cervezas por el medio, Akutsu decía que sí, aunque después pasara de las chicas como si fueran parte del mobiliario del bar. Eso tampoco era que le importara, había más para él, pero tan hombre como era Akutsu que nunca se le viera con ninguna mujer aparte de su madre daba que pensar.

-Vamos, no seas cruel-Sengoku nunca se daba por vencido a la primera-Tengo entendido que en el grupo hay una chica que te tiene echado el ojo-dijo picarón-Además, es muy guapa.

-Tch. Como si me importara.

-Venga, Akutsu. Míralas, están impacientes-Akutsu las miró de soslayo y ellas dieron unos pasos hacia atrás.

-Si tú lo dices.

-¿Eso es un sí?-no obtuvo contestación y se lo tomó como un asentimiento-Iré a hablar con ellas, después te digo a dónde iremos-Akutsu se fue en dirección a un parque cercano antes de que pasara lo peor. Ahora tendría que estar toda la tarde acompañando a Sengoku y aún por encima sin tabaco. El otro se fue a hablar con el grupito de muchachas que lo esperaban.

-¿A dónde vamos, señoritas?

-He oído que hay un restaurante de sushi cerca de aquí-comentó una de ellas-Me han hablado muy bien de él y además es económico.

-¿A todas os parece bien?-hubo grititos de júbilo-Pues quedamos en la calle principal a las ocho. Hasta entonces, preciosidades.

 

-¿Estamos todos?-preguntó Sengoku contando las cinco cabezas que allí había.

-S-Sí, Mary no puede venir al final-murmuró una de ellas.

-Una pena, la verdad. ¿Nos vamos?-empezaron a caminar por las calles-¿Por dónde decís que queda el restaurante ese?-Akutsu levantó la mirada mientras encendía un cigarro. Por fin había encontrado dinero para comprar tabaco.

-Por esta calle, casi al final-comentó la más alta de todas, provocándole un ataque de tos a Akutsu. Kawamura no volvería a creer en él en la vida si es que no dejaba de hablarle. ¿Primero se le declara y luego aparece con una tropa de tías en su restaurante? Era hombre muerto.

-¡Ey, tío! Cuando te dije que eso te mataría no mentía, ¿cierto?

-Tch-una de las chicas se acercó a él con una sonrisa idiota en la cara. Se había desabrochado los primeros botones de la camisa para que se le viera el canalillo. Akutsu supuso que era aquella de la que le había hablado Sengoku, aunque no era tan guapa como él promulgaba, por lo menos desde su punto de vista.

-¿Te importa que te haga compañía, Akutsu-kun?-preguntó mientras le cogía del brazo. Akutsu no le respondió y siguió dándole vueltas al cigarrillo.

-¿Es aquí?-preguntó la voz de Sengoku.

-Sí.

-Las damas primero-dijo mientras les abría la puerta para que pasaran. Akutsu tuvo que entrar arrastrado del brazo por aquella muchacha mientras Sengoku se reía por lo bajini de él.

-¡Bienvenidos! Ahora mismo mando a mi hijo que les tome nota-exclamó un hombre de mediana edad desde el mostrador. Le dirigió una mirada de reproche a Akutsu y subió por las escaleras. Mientras, ellos se sentaron, Sengoku con una chica a cada lado y Akutsu con aquella chavala todavía colgada del brazo y medio recostada encima de él. Al poco rato, dueño e hijo aparecieron por las escaleras. El menor se dirigió decidido hacia ellos, ignorando a Akutsu.

-Bienvenidos.

-¡Ah! Tú eras del Seigaku-exclamó Sengoku-Uhm, Kawamura-kun, ¿verdad?

-Sí, un placer, volver a veros Sengoku-san, Akutsu-murmuró con frialdad. Tras oír la tos de su padre decidió volver a su trabajo-¿Qué vais a tomar, señoritas?

 -El menú básico-dijeron ellas. Estarán de moda las dietas, pensaba Sengoku.

-Yo tomaré la especialidad de la casa, si me haces el favor.

-Por supuesto, ¿y tú?-preguntó hacia Akutsu, cortante. Este sólo sonrió con desgana.

-Lo de siempre-con media reverencia, Kawamura se fue por donde había venido, dejándole el recado a su padre.

-¿Habías venido aquí antes?-preguntó una de las muchachas.

-Por supuesto, Kawamura-kun y él son muy amigos, no hay día que no se pase por aquí.

-Tú que sabrás.

-Dan siempre me dice que vais al restaurante de tu amigo, en otras palabras, éste-se acercó a Akutsu como pudo- Aunque no parece muy contento de tenerte aquí, ni tú de venir-le susurró en el oído.

-Métete en lo tuyo.

-Aquí tenéis lo vuestro, señoritas-puso tres bandejas frente a ellas-Ahora os traigo lo vuestro-media hora más tarde ya estaban pidiendo otra ronda, al parecer las chicas quedaron contentas con el sabor y dieron por terminada la dieta.

-¡Akutsu-kun! ¿A dónde vas?-preguntó la muchacha que no se había despegado de él cuando éste se levantó.

-A fumar-Sengoku siguió sus movimientos con los ojos y vio que se dirigía hacia la parte trasera del lugar, seguido de otra persona. Sonrió. Ahora comprendía mejor a Akutsu, aunque no del todo.

 

-Dios-suspiró Akutsu mientras buscaba la cajetilla del tabaco y el mechero. Cuando le dio la primera calada, Kawamura apareció por la puerta con unas bolsas de basura. Sin siquiera mirarlo, se encaminó hacia dentro-¿No vas a decirme que está mal fumar y que acabaré matándome?

-Si ya lo sabes, no es necesario que te lo repita a cada momento-contestó sin girarse a encararlo.

-Pareces molesto.

-Serán imaginaciones tuyas-Akutsu sonrió de lado.

-No, estás molesto, Kawamura.

-No creo que te deba importar mucho mi estado de ánimo. Ahora si me disculpas, tengo que seguir ayudando a mi padre. ¡Ah! Deberías volver para acompañar a aquella chica, parecía preocupada por ti cuando te fuiste-intentó abrir la puerta pero no lo consiguió-¿Pero qué...? Está atascada-susurró. Intentó empujarla, pero no parecía estar encajada en mal lugar. Kawamura abrió los ojos sorprendido-¡Está cerrada con llave!-Akutsu lo miró con una ceja levantada.

 

-¡Vaya suerte!-exclamó Sengoku mientras se sentaba de nuevo, guardando la llave en el bolsillo del pantalón-Siento decírtelo, pero creo que Akutsu tardará todavía un buen rato.

 

-Tu padre es el único que tiene la llave, ¿no?

-Hoy la dejó en el estante. ¿Quién sería capaz de cerrar la puerta?-Akutsu tiró la colilla mientras reía-¿Y tú de qué te ríes?

-Supongo que la suerte no está de tu lado, sino de la de él-se empezó a acercar a Kawamura lentamente.

-¿Él?-Kawamura intentó hacer un poco de memoria-¡Sengoku-san! Pero, ¿por qué habría de querer encerrarnos?

-A lo mejor detectó lo mismo que yo-Kawamura lo miró atento mientras chocaba contra la puerta por estar evitando el acercamiento de Akutsu-Tus adorables celos-le susurró cerca de sus labios provocándole un sonrojo prominente a Kawamura.

-N-No estoy celoso de nadie, Akutsu-murmuró mientras giraba su cara hacia un lado.

-¿Ah no? Pues entonces porqué ponías esa cara de querer matar a la mocosa que tenía colgada del brazo-le acarició lentamente el cuello con los labios, trazando un camino hasta su mandíbula, mientras lo hacía, cogió la cadera de Kawamura con una mano.

-No puse ninguna cara, A-Akutsu-dijo con un hilo de voz el moreno-¡Ey! T-Tienes las manos f-frías-exclamó cuando una de ellas le levantó la camisa y acarició su piel-P-Para, por favor, t-tengo que salir de aquí.

-Sin embargo-siguió diciendo Akutsu sin prestarle atención-tu cuerpo está caliente, Kawamura, ¿no vas a dejar que me caliente un poco?

-A-Akutsu-le replicó Kawamura muerto de la vergüenza-Déjame.

-Sé cómo abrir la puerta-dijo mientras lo sentaba en el borde de uno de los contenedores y se subía él después-Pero no será gratis-se acercó con movimientos gatunos a él.

-¿Q-Qué quieres?-preguntó antes de que Akutsu le cogiera de los hombros y lo apoyara contra la tapa del contenedor, recostándolo.

-¿No te lo imaginas?-Kawamura se sonrojó y esquivó su mirada. Akutsu se relamió, disfrutaba gastándole bromas más que a nadie. Se acercó peligrosamente a sus labios, mientras miraba directamente a los ojos a Kawamura.

-A-Akutsu-murmuró Kawamura-No juegues conmigo.

-¿Uhm?-el moreno desvió la mirada de nuevo-Kawamura, mírame-tardó un poco, pero lo hizo-No juego contigo. Lo que te dije aquel día es cierto-terminó de acercar sus bocas en un beso demandante y apasionado. Kawamura recordó entonces el artículo que Eiji le había leído en el cambio de clase aquella misma mañana.

-Mira, Taka-san, aquí pone que si una persona te mira directamente a los ojos cuando te besa es que te quiere tener para siempre. Nya. O sea, que esa persona te quiere, ¿no? Y te quiere mucho si no te quiere soltar nunca.

Con ellos abiertos o cerrados. Akutsu lo besaba de ambas maneras, pero siempre dominante. En ese mismo momento los tenía abiertos. Tenían un brillo especial, el mismo brillo que hacía que Kawamura se derritiera ante él. Quizá sí había dicho la verdad. Entrecerró los ojos, le escocían. El resto de la conversación volvió a su cabeza.

-Y también pone que suelen ser personas muy posesivas. Nya, me pregunto si Oishi será así... ¡Ah! Escucha esto. Si mientras te besa, te abraza también, no dejará que te vayas de su lado. ¿Y si te besa con los ojos abiertos y te abraza, nya? ¿Quiere decir que no te dejará solo nunca, nunca?

¿Akutsu posesivo? En cierta manera, pero nunca lo había abrazado. Caricias sólo cuando colaba sus manos debajo de su camiseta, intentando hacerlo sentir vulnerable. Se sintió miserable por buscarle tantas pegas sin intentar disfrutar del beso, aunque no lo disfrutaría de todas maneras sabiendo que Akutsu sólo lo hace para fastidiarlo o como mero entretenimiento. Todavía dudaba de que lo quisiera.

-Kawamura-susurró Akutsu mientras se separaba ligeramente de él-¿En qué cojones piensas?

-¿Eh?

-Tienes la mirada perdida sabe dios en donde y de un momento a otro pensé que te ibas a poner a llorar-se separó de él y se sentó a su lado, sacando otro cigarro y encendiéndolo-Joder, sabes que no aguanto las lágrimas.

-P-Perdón, n-no sé que me pasó...qué me pasa-al cerrar los ojos, una lágrima se desprendió de ellos. Hubo un silencio roto por las exhalaciones de Akutsu y los pequeños sollozos de Kawamura.

-Me dirás qué te pasa o te lo sacaré por la fuerza.

-N-No me pasa nada, d-de verdad.

Se miró sus manos tras haberse secado los ojos con ellas. Le temblaban y no sabía por qué, como tampoco sabía por qué lloraba. Lo de que Akutsu no lo quería no era algo nuevo, no tendría que afectarle ahora. Lo que le jodía era que jugara con él.

De repente, Akutsu lo arrastró hacia su regazo. Con uno de sus brazos le envolvió la espalda y allí lo dejó mientras seguía fumando. Esto tomó por sorpresa a Kawamura. Notar aquel brazo rodeándolo, confortándolo, sólo hizo que las lágrimas volvieran a caer.

Akutsu apretó más el abrazo, tirando la colilla y colocando su otro brazo alrededor del moreno. Kawamura se aferró a su camiseta con fuerza mientras se calmaba. Se sentía bien en sus brazos y por primera vez se sintió querido por él. Quizá otra falsa ilusión más. Ya no quería soportarlo más, tenía que preguntarlo o sino la duda acabaría matándolo.

-Akutsu... ¿Por qué haces esto?

-Tch, no tengo porqué darte explicaciones.

-Lo sé, nunca me las das, no sé porqué me supuse que hoy sí me las darías-murmuró.

Akutsu cogió la barbilla de Kawamura y lo besó. No fue dominante como era habitual, sino calmado, delicado, suave. Levantó a Kawamura lentamente y le colocó sus piernas a cada lado de su cintura, quedando encima de los muslos de Akutsu. Terminó abrazándolo con suavidad. Kawamura tenía los ojos abiertos de la impresión y vio como los ojos de Akutsu se abrían despacio. Se relajó y lo miró, intentando saber en qué estaba pensando, sin dejar de degustar el sabor amargo del tabaco. Los ojos de color ámbar mostraban una tranquilidad y decisión que Kawamura no le había visto antes, quizá en un partido de tenis cuando sabía de antemano que iba a ganar, pero no lo tenía claro. Y allí seguía también ese brillo, ese indomable brillo.

 Se separaron para tomar aire.

-B-Buena...explicación-susurró Kawamura dejando caer su cabeza en el hombro del otro.

-Es la primera vez que hago algo como esto, Kawamura-el mencionado bien lo sabía, por eso no había correspondido esa vez. Al notar una mano acariciando con cariño espalda por encima de la ropa, cosa que tampoco había pasado antes, levantó la cabeza y volvió a mirarlo-¿Creerás esta vez lo que te dije?

-¿Y esa chica?

-Sengoku me obligó a aguantarla-contestó aburrido.

-¿No decías que no dabas explicaciones?-preguntó riéndose Kawamura. Akutsu le dio su típico puñetazo sin fuerza en la mejilla y Kawamura le sacó la lengua. Tras eso suspiró con la cabeza baja. Akutsu le levantó la barbilla y le besó, esta vez, apasionadamente, siendo al instante correspondido por Kawamura. Cuando se separaron, ambos podrían decir que fue el beso más caliente que se habían dado y había empezado a afectarles. Kawamura se recostó en el pecho de Akutsu-T-Te quiero, Akutsu.

-¿Hasta que la muerte nos separe, entonces?-esa pregunta lo hizo saltar hacia atrás de la sorpresa. Lo miró directamente a los ojos y se sintió inquieto, perseguido por ese brillo Su corazón latió con fuerza en su pecho y sus manos notaban el latir apresurado del corazón de Akutsu.

-¿N-No será pasarse?-preguntó en un susurro. Akutsu se rió y lo atrajo de nuevo hacia él.

-Pero se entendió lo que quise decir, ¿no?

-Perfectamente-levantó la cabeza y besó sus labios con suavidad.

Por fin, aquel brillo, se había ido.

 

Notas finales:

¿Vosotros qué creéis que es ese brillo?

:)

 

Tranquis, ya estoy con la mitad del capítulo de Días febriles, por eso me permito hacer este pequeño one-shot. Si se quiere continuación...pss, se intentará, pero en un principio aquí termina.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).