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Unión Obligada por Adid

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Notas del capitulo:

Hi!

 

Un par de aclaraciones.

 

Primero, como bien saben, este fic llebaba demasiado avandonado. De echo por un buen tiempo no pensé en continuarlo, sin embargo por varias razones sin mucha importancia he decidio hacerlo al final. Muchas cosas han pasado desde la ultima vez que había escrito sobre esto, mi forma de ver el yaoi, el GaaLee y el mundo en general ha cambiado bastante desde entonces, trataré de acoplar mis nuevas ideas sin salirme demasiado de la original. Así que en serio espero que no se note demasiado el cambio o que al menos no sea tan confuso. 

 

Y seguno, lo dicho, esto inicio hace mucho tiempo, cuando aun no me adentraba tanto en shippuden (creo que ni siquiera en Naruto propiamente dicho). Esto se desarroya antes de que Naruto regrese a la hoja. Osea Gaara aun tiene el shukaku y aun es bastante cerrado. Ademas de que siguen siendo muy jovenes, tal vez no tanto como en la serie a esas alturas pero sí han de rondar los 16-17 años. 

 

En fin dejando las molestas notas de lado, espero les guste el nuevo chap =)

Se sentía más relajado de lo que había estado en toda su vida. Una calidad sensación hasta ahora desconocida, pero sin duda agradable, se extendía por todo su cuerpo, naciendo en su pecho y propagándose hacia todas direcciones. Era así como debía sentirse la felicidad. Respiró profundamente hasta convertir la aspiración en un suspiro. Incluso el aire a su alrededor se sentía diferente. Más limpio. Más fresco.

 

Se encontraba junto a la ventana de la habitación del hotel.  Al que finalmente se había dignado a llegar. Recargado contra el alfeizar, apreciando la vista de la aldea. El día era tranquilo y brillante. Intentó recordar cuando había sido la última vez  que había estado de tan buen humor y no pudo. Sin exagerar, su estado de ánimo no tenía precedentes. 

 

¿Y a qué se debía? Pues a una sola persona.  Había pasado toda  la mañana con el pelinegro. Bueno, había estado con él desde la noche anterior, pero eso el otro chico no lo sabía (y no necesitaba saber). Y el tenerlo cerca era, sin duda, incomparable a  solo mirarlo de lejos. Mil veces mejor.

 

Lo había llevado a una fonda ubicada cerca de la plaza de la aldea. Un lugar pequeño y modesto pero que resultaba muy acogedor.  La actividad en la villa había iniciado un par de horas atrás mientras ellos estaban fuera, en el campo de entrenamiento. Las calles ahora se encontraban repletas tanto de shinobis como de civiles, infestadas de olores y sonidos. Quizás en otras circunstancias le habría parecido fastidioso encontrarse entre tanta gente. Pero en esos momentos no le prestó la más mínima atención, concentrado como estaba en el chico que lo acompañaba.

 

Cuando finalmente habían llegado se sentaron a una pequeña mesa vacía que se encontraba al fondo del local. Dejó que Lee ordenara por él, prometiéndole que lo que sea que había pedido sin duda le iba a encantar, él simplemente asintió. Después mientras esperaba, y aun cuando les hubieron entregado su orden, el pelinegro no había dejado de hablar en ningún momento. Sí bien al principio se había mostrado un poco cohibido con la presencia del pelirrojo, poco a poco había ido entrando en confianza. Platicándole sobre una cosa y sobre otra, esto y aquello.

 

Y Gaara lo escuchaba fascinado, bueno la verdad no le prestaba mucha atención, pero como había descubierto, le gustaba el sonido de su voz. La mayor parte de su vida la había pasado rodeado de soledad y por lo tanto de silencio. Sin contar la molesta y burlona voz de Shukaku que le susurraba desde lo más profundo de su mente. Aun ahora que se había convertido en Kazekage no era muy propicio a las conversaciones. Cuando la gente más le hablaba era durante las reuniones del consejo pero esto se remitía a discusiones formales y casi mecánicas. Aun sus hermanos, siendo las personas más cercanas a él, cuando intentaban establecer conversación con él se inhibían  ante su aparente falta de interés y sus continuos silencios.

 

A Lee parecía no importarle esto. Pues a pesar la casi nula participación Gaara en la conversación él seguía hablando y hablando sin permitir que el silencio se propagara demasiado.  De un millón de temas y de ninguno en particular. Pudiera parecer fastidioso para algunos, pero Gaara lo encontraba más bien interesante.

 

Cuando había rescatado al chico de verde de aquel tipo que utilizaba sus huesos como armas, el pelinegro le había confesado que no le guardaba ningún rencor. Gaara no lo entendió del todo, pero lo acepto y en el fondo lo agradeció. Sin embargo de eso a que lo tratara con tanta naturalidad y hasta con camarería era algo que terminó de sorprenderlo. ¿Por qué no le temía?

 

Cuando terminaron de desayunar Lee se negó a que pagara siquiera un parte de la cuenta de ambos, alegando que había sido él el que lo había invitado.  Salieron del lugar y el pelinegro se ofreció a darle un breve recorrido por la aldea, le mostro varios lugares, las plazas, algunas tiendas. Varias personas habían volteado a mirarlos, un poco sorprendidas por tan peculiar par, aunque  ninguno de los dos les dio demasiada importancia.

 

Al final Lee había recordado que tendría que haberse reunido con su equipo para proseguir con su entrenamiento. Se había despedido apresuradamente y salido hacia el lugar donde debía de haber de estado desde hacía un buen tiempo. No sin antes desearle un buen día y decirle que esperaba se pudieran encontrar después. Gaara solo sonrió un poco para sus adentros mientras lo veía partir. Por su puesto, él se encargaría de que así  fuera. 

 

No pensó en seguir de nuevo al chico, no le habría importado, pero necesitaba un tiempo para pensar. Así que después de un rato se decidió a dirigirse por fin al Hotel. Al llegar encontró a sus hermanos sentados un sofá. Sus habitaciones estaban conectadas por una pequeña salita de estar. Era más bien como un departamento pequeño y contaba con una pequeña cocina y un baño propio. Tanto Kankuro como Temari se veían tranquilos pero pudo distinguir una ligera expresión de alivio cuando lo vieron cruzar la puerta. Su hermana le pregunto en donde había estado todo este tiempo pero él solo le dio respuestas vagas.

 

-Sabes que la reunión con la Hokage será esta tarde. ¿Cierto?

 

Le preguntó con un poco de cansancio.

 

- Lo sé perfectamente, no necesitas estármelo recordando.

 

Respondió con un todo duro. Odiaba que le recordaran sus obligaciones como si él no estuviera completamente consiente de ellas. Sin dignarse a dirigirles otra palabra se fue directo a su habitación. Cerrando la puerta. La rubia solo respiro con resignación mordiéndose ligeramente el labio inferior. Volteo a ver a Kankuro, que no había dicho una sola palabra en todo el rato, pero este se encogió de hombros.

 

 

Una vez dentro de su cuarto dejo la calabaza recargada sobre una de las paredes y se dirigió a la ventana, rememorando la mañana tan agradable que había pasado junto a Lee. Quería pasar más tiempo con él, necesitaba más de sus sonrisas, de su alegre voz, de su entusiasmo que parecía desbordarlo.

 

Y su tacto. Lee lo había tocado en varias ocasiones en el transcurso de la mañana, casualmente, apenas ligeros roses. Pero que Gaara sentía con demasiada intensidad. Rememorando su primer encuentro, hacia tantos años.

 

La primera vez que lo había tocado. La primera persona que lo había tocado. Recordó su fuerza entonces, su perseverancia. Lo duro de sus golpes, lo firme de sus músculos. La calidez y el sabor de su sangre. Y Gaara se sintió… extraño. Un deseo que solo se comparaba con las ansias de matar que había sentido en otrora. Pero esta vez era diferente, no quería matar a Lee quería… ¿Qué quería? Quería tenerlo cerca. Quería tocarlo, quería sentirlo. De pronto la imagen de un Lee sudoroso y jadeante, debajo de él,  invadió su mente,  causándole el más imperceptible de los sonrojos ¿De dónde había salido eso?

 

Conocía la atracción sexual, al menos en teoría. La había oído mencionar, había leído sobre ella en varios libros, que la mostraban más bien de una forma técnica, una simple característica biológica. Sin embargo nunca la había experimentado en su propio cuerpo, a pesar de haber alcanzado la adolescencia hacia ya un buen rato. ¿Era eso lo que sentía por Lee? ¿Deseo?  No sabría explicarlo, pero sin duda era algo demasiado intenso, que se había desarrollado demasiado rápido tomando en cuenta que hacía  menos de 24 horas que lo había reencontrado.

 

A su mente  acudió la idea de la audiencia con Lady Tsunade que tendría lugar dentro de unas horas, la razón por la que había ido a ese lugar, por la que lo había visto de nuevo .No pudo evitar amargarse un poco al recordar que su visita en la Hoja sería demasiado corta. Pronto tendría que irse, dejarlo, y que pasaran quien sabe esta vez cuántos años esta vez antes de volver a verlo. Apretó los dientes. No podía permitirlo. Tendría que encontrar alguna forma. Lee… tenía que estar a su lado

 

 

 

***~~~***~~

 

 

 

Llegó finalmente a donde sus compañeros ya llevaban un rato entrenando. Era la primera vez que llegaba tarde a un entrenamiento. No podía dejar de sentirse culpable por eso. El tiempo con Gaara se le había ido demasiado rápido. Tanto que cuando se dio cuenta, la mañana había transcurrido casi en su totalidad. Había tenido que despedirse casi abruptamente del pelirrojo y correr hacia donde entrenaba con su equipo. Autoimponiéndose la regla de esforzarse el doble, no, el triple para poder compensar.

 

Los chicos hicieron una pausa en su entrenamiento una vez se dieron cuenta que había aparecido,  volteando a verlo.

 

-Lee ¿qué ha pasado? Tú no sueles llegar tarde.

 

Su compañera señalo lo obvio con un todo de fastidio que tenía también tintes de alivio. Ambos conocían el fanatismo de Lee por la puntualidad, así que apenas el más ligero retraso siempre la preocupaba un poco. Para que algo interfiriera en el camino del pelinegro cuando tenía un compromiso sin duda debía de ser algo grave.

 

- Lo siento mucho. Pero es que adivinen a quien me encontré. –Se comenzó a explicar y sin dar tiempo real para que adivinaran añadió. – A Gaara.

 

Los chicos se mostraron un poco sorprendidos con la declaración.

 

-¿Gaara? ¿El Kazekage?

 

Tenten fue la primera en hablar. Una pregunta un poco tonta, ya que solo conocían a un Gaara, pero ninguno de los tres lo señalo.

 

-Así es. Esta aquí en la aldea. Lo encontré por casualidad más temprano y pasé gran parte de la mañana con él.

 

Comentó el sonriente pelinegro inocentemente sin notar que su compañero  se tensaba un poco ante esto, frunciendo el entrecejo.

 

-¿Y eso por qué? – Le preguntó un poco molesto. Vele que no era tan sorpréndete que el Kazekage estuviera en la aldea, ya había escuchado varios rumores sobre su visita desde hace varios días. Ni siquiera lo era tanto que Lee se lo hubiera encontrado. Pero no terminaba de entender por qué tendrían que haber pasado el tiempo juntos, y peor aún, al parecer a solas. Sintió una extraña quemazón en el estomago al pensar en eso.

 

-Bueno, lo invite a desayunar y el aceptó. Y después le estuve mostrando algunos lugares de la aldea. Sigue siendo una persona bastante callada. Pero es un buen tipo en realidad.

 

Esto solo termino de chocarle a Neji. Aunque ni el mismo supiera del todo la razón. La forma de ser de Lee, tan ligera y amigable llegaba a enfadarlo a veces. No entendía como podía estar tan como si nada con una persona que le había hecho tanto daño. Por qué lo conocía bien y sabía que en su alma era incapaz de sentir rencor. Pero ese chico de la arena casi había terminado con su vida, en más de un sentido.

 

Había escuchado que había sido ese mismo pelirrojo quien había salvado a Lee de uno de los chicos del sonido, a quien el pelinegro se había enfrentado cuando debía haber estado reposando en un hospital. Imaginó que ese hecho había influenciado bastante para que Lee no solo le perdonara el que lo hubiera intentando matar (cosa que ya había hecho de cualquier modo), sino que desarrollara también cierta amistad con el pelirrojo. Él mismo se había sentido agradecido con Gaara, pues había conocido de primera mano todo el poderío de esos chicos. Sabía que Lee habría terminado muy mal parado de haber tenido que enfrentarlo solo. Pero esto no impedía que siguiera sintiendo cierto rechazo hacia el ahora Kazekage. Podía decir a que no le agradaba para nada.  

 

Y sabía que la actitud de Lee tenía mucho que ver. Algo que no terminaba de entender ¿Por qué le importaba? Desde hacía un tiempo se había dado cuenta que sus sentimientos por su compañero de equipo habían cambiado de forma extraña.

 

Desde su pelea con Naruto había dejado de ver el mundo de esa manera tan fatalista con la que solía hacerlo. Y entre las cosas que había aprendido a hacer era a apreciar a la gente que lo rodeaba. Especialmente a sus compañeros de equipo. Pero con Lee, con Lee era diferente.  Algo que no se comparaba a lo que sentía por Tenten o el mismo Gai-sensei. Más allá del compañerismo, más allá de la amistad. Lee siempre lograba sacarle una sonrisa con sus ocurrencias. Y no entendía que es lo que lo hacía tan especial. No solía analizarlo muy a fondo por temor a lo que pudiera descubrir. Así que solo se limitaba a disfrutar (aunque no lo admitiera del todo) de la compañía de su compañero. No habiendo entre ellos más que una ocasional y muy leve coquetería que nunca pasaba a más y que era más bien un juego.

 

Decidiendo dejar pasar su molestia de lado se apresuro a recordar a sus compañeros que tenían trabajo que hacer. Así que dejaron de lado el tema de Gaara y se dispusieron a seguir con su entrenamiento.

 

Tenten solo suspiro. Se daba cuenta de la molestia de su compañero castaño, aunque el pelinegro parecía no hacerlo para nada. Y ella sabía muy bien a qué se debía, bueno, creo que todo el mundo se daba cuenta de que entre esos dos había algo, aunque estos no  hicieran ningún esfuerzo por hacer algo al respecto. Negó con algo de resignación y se preparó para otra tarde de arduo entrenamiento con su equipo. No lo sabía, pero sería una de las últimas veces que tendría esta oportunidad.

 

 

***~~~***

 

 

Ambos Kages se encontraban por fin reunidos para tratar eso que los atañía. El tema principal y más importante era referente a la alianza que había entre ambas villas. Si bien tenían un tratado de paz desde hacía un par de años este no estaba establecido más que de palabra. No podían permitirse otro incidente como el que había acontecido años atrás.  Era un asunto importante y urgente que se estableciera de manera más formal, documentada y firmada por ambas partes. Por eso estaban ahí, para proponer y discutir las demandas de uno y otro líder, buscando un acuerdo que favoreciera ambas villas sin la necesidad de perjudicar a una o a otra.

 

Y Gaara tenía una demanda bastante clara en mente. Algo que se le había ocurrido después de pasar la tarde en investigaciones, analizando las leyes tanto de la aldea que visitaba como de la suya propia. Además de habérselas arreglado para echar un vistazo a la información personal de cierto chico pelinegro de la Hoja. Había sonreído ante sus hallazgos, ocurriéndosele una idea.

 

Una idea bastante loca dirían algunos. Apresurada, inconsciente, por no decir imprudente. Ni siquiera estaba seguro de que contaría con el apoyo del consejo de su propia aldea. Pero no le importaba. Ya se encargaría de convencerlos también a ellos.  Por el momento el primer paso era (a su parecer) expresar sus demandas a la lideresa de la aldea de la Hoja. Proponiéndole llegar a un arreglo que sin duda sería el más cómodo y practico por encima de cualquier otro.

 

-No entiendo a qué clase de arreglo se refiere Kazekage-sama- Pregunto la Gondaime totalmente perpleja. No sabía a dónde quería llegar el pelirrojo

 

-Muy fácil- Contesto Gaara sin inmutarse- Me interesa uno de sus shinobis.

 

Lo dijo así, sin más, como si tal cosa. Si Tsunade encontró extraña esta declaración no dio señales de ello. Aunque frunció un poco el entrecejo. Tenía una mala espina.

 

-¿Interesar? ¿Qué clase de interés?

 

-Podríamos llamarlo un interés… personal.- Iba a decir “sentimental”  pero no le pareció prudente, en especial al tratarse de una palabra que no usaba con frecuencia.

 

La rubia se enderezo en su asiento con una expresión de total seriedad. Por alguna razón no le gustaba a donde se estaba dirigiendo la conversación.  Ella era de las personas más interesadas en que la alianza entre Konoha y Suna quedara establecida finalmente de manera formal y documentada. Y estaba dispuesta a escuchar las demandas del líder de la arena y negociarlas de ser necesario para lograr esto. Pero el hecho de que entre los intereses del pelirrojo se encontraran alguno de sus preciados ninjas, no le entusiasmaba en lo más mínimo. Aun si se tratara de un simple civil, la idea de negociar vidas humanas estaba para ella totalmente fuera de discusión. Sin embargo decidió escuchar hasta el final la propuesta del pelirrojo. Aunque fuera simplemente por cortesía.  No podría decidir nada hasta no oír todo lo que el Kazekage tuviera que decir.  Asintió ligeramente incitándole a que continuara.   

 

Gaara internamente sonrió.

 

 

Continuará...

 

~~~***~~~

Notas finales:

No lo revisé tan a fondo como hubiera querido, así que cualquier error, aganmelo saber, please. 

Aww esto muy feliz con el recibimiento. Despues de tanto tiempo aun hay quien lee mis fics ;_;

Muchas gracias a los que me comentaron: Solina, yoyiki88, mi querida Yais  

Y una mensión especial a Emina2040, por todos y cada uno de sus comentarios en estos años, Muchas graciasm nena =D 

Espero les haya gustado, y se animen a dejarme un rr =)

Besitos


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