~~**~~Semanas Atras~~**~~
**Gaara's POV**
Se encontraba enterrado bajo una enorme montaña de papeleo. Quién diría que ser kazekage sería tan fastidioso. Todo el día detrás de un escritorio. Aunque viéndolo bien, tampoco se podía quejar. Tanto quehacer mantenía su mente ocupada. Era mejor que los días de antaño en los que no hacía más que preocuparse por sí mismo y en matar a tantos como pudiera con el único fin de sentirse vivo.
Esos días habían quedado atrás hace mucho, gracias a un chico, Uzumaki Naruto, él le enseño al enfrentase a él, que la verdadera forma de fortalecerse no era solo matando a otros, si no protegiendo a otra gente. Una lección dura, que le costó aprender y aceptar .Pero finalmente lo había comprendido. Ahora se dedicaba a proteger a las mismas personas que le temieron y le huyeron durante su infancia.
Aunque eso no quería decir que hubiera cambiado su forma de ser, seguía siendo frio y estoico, no hablaba con nadie más de lo absolutamente necesario. Con sus hermanos, si bien ya no los amenazaba de muerte cada 5 minutos, tampoco había hecho grandes acercamientos, estaba seguro que aun le temían, igual que muchas otras personas en su villa.
Lo mejor era darse prisa, debía terminar el papeleo ese mismo día si quería dejar todo en orden. Mañana tenía que ir a konoha en una visita diplomática. No que esto le entusiasmara mucho, nunca le gusto salir de su aldea cuando solo era un shinobi de rango menor, y esto no había cambiado ahora que era el líder de la villa. Aun así había muchos asuntos que tratar con la villa aliada, y solo podrían tratarse directamente entre kages, no había la opción de mandar representantes, como se solía hacer en asuntos de menor importancia.
Siguió trabajando.
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Hacía ya un buen rato que habían comenzado a rodearse de árboles, cada vez estaban más cerca de su destino. Pero a pesar de los casi tres días que llevaban viajando apenas si había cruzado palabra con sus acompañantes.
Se dirigía hacia una reunión con la hokage, escoltado como siempre por sus hermanos y, desde que atravesaron la frontera del país del fuego con el del viento, por un par de AMBU, por simple formalidad, habían dicho Alguien de elite como él necesitaba una escolta que lo acompañase durante su estadía en ese pueblo, para poder asistirlo de manera rápida en cualquier cosa que pudiera necesitar.
El sabía perfectamente la verdadera razón, querían mantenerlo vigilado. No vaya a ser que intentaran otro ataque contra su villa. Tenían razón al temer, después de todo ya habían atacado ese lugar una vez traicionando el supuesto tratado de paz entre ambas villas. Claro que esto había sido bajo las órdenes del anterior kazekage, pero quien les aseguraba que no lo harían de nuevo.
Claro que no tenían nada de qué preocuparse, las razones de esa traición ya no existían, a pesar de las grandes fallas de su plan y de la traición de la villa del sonido, la aldea de la arena había cumplido con su objetivo. La aldea oculta entre las hojas por más que intento mantenerse firme después del ataque, no había podido evitar del todo el debilitarse debido a la gran cantidad de perdidas tanto humanas como materiales, claro que no había terminado en la ruina, pero apenas ahora lograban recuperarse.
En cambio la Arena había avanzado mucho esos últimos años, ahora era una villa reconocida en el mundo ninja como una de las poderosas. En realidad no tenían razón para atacar de nuevo a la Hoja, aun así mientras la alianza continuara como un mero trato de palabra, el miedo y la incertidumbre ante otra guerra entre aldeas seguiría en las mentes de ambas villas.
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Caminaba por las calles que hacía ya un par de años no pisaba, era tal como recordaba, claro que habían cambiando varias cosas, habían tenido que hacer muchas reparaciones en la mayoría de los edificios después de él ataque de su villa confabulada con la de él sonido. Pero en lo esencial seguía siendo el mismo pueblo ruidoso e irritante de siempre.
La reunión con la quinta hokage sería más tarde, tenían tiempo de ir a instalarse en el hotel donde se hospedarían. Atravesaban una plaza que se encontraba a unas cuadras de la entrada de la aldea, cuando entonces lo vio.
Caminaba junto a su equipo por el otro extremo de la plaza. No alcanzaba a oír su conversación, pero a juzgar por sus ademanes exagerados hablaba muy animadamente de algún tema que le parecía muy interesante. Su sensei lo escuchaba atentamente mientras de vez en cuando contestaba muy emocionado y haciendo poses extrañas, mientras los otros miembros del equipo caminaban unos pasos por detrás de ellos con cara de resignación.
No había cambiado casi nada en todo ese tiempo. Quizás solo unos centímetros más alto, de la última vez que lo vio, no era de extrañar, él también había crecido en esos años. Y ahora portaba un chaleco verde que lo identificaba como chunnin, pero por lo demás seguía siendo igual. El mismo spandex verde escandalosamente ajustado al cuerpo, los mismos calentadores que amenazaban la vista, el mismo cabello brillante con ese ridículo corte de tazón, las mismas cejas grandes. Y lo más importante, los mismos ojos, esos ojos enormes y redondos de un color negro increíble y hermoso.
Rock Lee
Jamás olvidaría ese nombre.
El fue la primera persona que lo toco, que lo hizo experimentar lo que es el dolor por primera vez, la primera persona que no pudo matar, claro que esto último había sido por ese imbécil y entrometido maestro suyo, no una sino DOS veces.
Era chistoso, toda esa gente que había matado por el único motivo de justificar su existencia. Y fue precisamente la primera persona que no logro exterminar la que lo hizo sentir más vivo que nunca.
Lo siguió observando hasta que se perdió de vista cuando el equipo doblo en una esquina.
-¿Sucede algo Gaara?- Preguntó su hermana. No se había dado cuenta, pero se había detenido en medio de la plaza mirando el punto por donde había desaparecido el pelinegro.
-Nada de tu incumbencia- Contesto frío como siempre -Andando
Reanudo su camino, sus hermanos se vieron el uno a otro, para acto seguido encogerse de hombros y seguir su camino tras su pequeño hermano y líder de su aldea.
Siguió caminando, con cierto chico de pelo negro y grandes y hermosos ojos oscuros aun en sus pensamientos, sonrió internamente, quizás el viaje no sería tan malo después de todo. Con suerte podría sacar algo de provecho de ese lugar.
TBC...