Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No basta mi eternidad para amarte por lady_chibineko

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Título: No basta mi eternidad para amarte

Autor: chibineko

Nota: Los personajes de esta historia, pertenecientes a la serie "Saint Seiya", son propiedad de su respectivo autor Masami Kurumada

Nota2: Este es un fic yaoi, lo que quiere decir relación chico-chico; si no es de su agrado este tipo de lectura por favor no sigan

Dedicatoria: =^.^= a mi amigo Vilo, porque yo sé que te gusta la pareja que será la central de este fic.

Capítulo 1: El preámbulo de una decisión


Aproximadamente 243 años antes del inicio de las batallas en las 12 casas
Grecia, en algún lugar del Monte Olimpo (Hogar de los dioses griegos)

Zeus suspiró.

El Olimpo estaba silencioso, tan solo unas semanas atrás una devastadora guerra entre dioses se llevó a cabo entre la reencarnación de su hija Athena y su hermano Hades, Amo del submundo y Señor de los muertos, de los cuales la primera tenía la intención de salvar a la humanidad que protegía desde siempre mientras el segundo planeaba purgar a la tierra de tan insensible raza como lo era dicha Humanidad.  Por supuesto su hijita había ganado, no por nada había salido igualita de inteligente que él mismo; pero por desgracia de sus 78 caballeros, solo 2 habían quedado en pie, el resto había perecido valientemente en la batalla... muchas almas iban a reencarnar sin duda en los próximos años.

Otro suspiro y Zeus miró la madeja de estambre entre sus 'patas'... estaba aburrido, mortalmente aburrido ¿O debería de decir inmortalmente aburrido?.  Eso no era bueno, no lo era en absoluto... en realidad era de lo peor.  Toda su familia se la pasaba reencarnando una y otra vez desde que varios siglos atrás la humanidad había olvidado en gran medida el papel de los dioses en sus vidas; y no solo su familia, sino cualquier inmortal que haya pisado alguna vez el Olimpo (e incluso los que no tenían nada que ver): Musas, Nereidas, Semidioses, Héroes, Divinidades Siderales, Oráculos, Pléyades, Gracias... incluso los simples humanos inmortalizados... incluso él se había ido...

Ganimedes....

Zeus suspiró de nuevo.  Solo unos pocos continuaban en el Olimpo, entre estos pocos estaba....

- "¡ZEUS!."

El grito hizo que Zeus pegara un salto que casi y lo hace asirse del mismo techo con todo y garras. Una figura entró con prisas cuando las puertas se abrieron ante la divinidad presente, y esta vio al ENORME león que la miraba echado de panza desde el divino lecho; y luego le echo una mirada alrededor localizando la enorme madeja, y alzando una ceja la tomó y comenzó a revisarla a conciencia.  No fue hasta varios minutos después que soltó la madeja, visiblemente aliviada y con el ceño menos fruncido al cerciorarse de que no era una amante de su esposo camuflada como usualmente era de esperarse, y caminó hacia el enorme gato que ahora la miraba interrogante y que segundos después era un imponente hombre que la miraba interrogante.

- "¿Y todo eso a que vino mujer?."- pregunto algo... bastante molesto el gran rey de los dioses.

Hera bufó y se sentó a un lado de su esposo.

- "Bueno... siempre es bueno asegurarse... sobre todo conociéndote. No vaya a ser que estés escondiendo a alguna de tus amantes, no sería la primera vez..."

Zeus la miró indignado ¡No había tenido una aventura con nadie en más de 3 décadas!... Hmph, eran esos arrebatos de su 'querida' mujer los que le quitaban las ganas de estar con ella... aunque para ser sinceros hacía ya varios cientos de años que el deseo de estar con Hera se había apagado, en realidad en esos mismos últimos cientos de años incluso sus numerosas aventuras le habían parecido huecas por demás, ya que si bien su eterno cuerpo había sido compartido con muchas, su corazón inmortal se había quedado desde hacía tiempo con solo uno... y lo extrañaba, lo extrañaba demasiado.

- "¡Zeus! ¿En que piensas esposo mío? Llevo hablándote ya un buen rato y no me haces caso."- Hera reclamó con enojo y frialdad... algo común en ella ya hacia mucho.

Zeus miró a su esposa y un nudo le oprimió el corazón.

- "Hera... ¿Aún me amas?."- preguntó Zeus de manera calma y seria, cosa rara en él a pesar del status que poseía.

Hera parpadeó y miró entre azorada y sorprendida al que tenía delante, hasta pareció descomponerse por un instante.

- "¡Pero que tonterías preguntas esposo mío! ¿Que se te ha metido a ti que de pronto sales con esas cosas?."- la mujer pregunto de pronto muy ofendida.

Y Zeus la evaluó... no le había respondido, se había ido por la tangente.  Pero no iba a insistir, en realidad aquella reacción le había dado la respuesta.  Cambió la pregunta.

- "¿Por qué aún sigues casada con un hombre como yo Hera? Creo que mereces a alguien que te trate mejor."- dijo entonces dl dios, y de nuevo Hera lo miraba incrédula y además escandalizada.

- "¿¡Y eso?!. Por todos los que habitamos el Olimpo, como dices semejante barbaridad esposo.  El matrimonio es sagrado, NO se puede disolver."- y dicho aquello, una furiosa Hera se levantó y se encaminó fuera de los divinos aposentos, dejando tras de si a un dios de dioses con un semblante triste y suspiros profundos.

Zeus volvió a tomar la forma de un gran león, lo hacía sentirse de alguna manera más a gusto... un poco asueñado y mimoso, y como si fuese un minino volvió a tomar la enorme madeja de estambre y juguetear con ella entre sus patas al tiempo que su mente iba de un lado hacia el otro pensando en mil cosas a la vez... pero por sobre todo que él no era feliz, y que el ser al que su corazón pertenecía se le había perdido de nuevo ante sus ojos en aquella Guerra Santa.

- "Ganimedes..."- el susurro se perdió como un lastimero gemido que en sus labios había sonado como un triste ronroneo.

Fiel a si mismo, Ganimedes había reencarnado en el Santo Dorado de Acuario y había muerto por la tierra a la que alguna vez había pertenecido, bajo las estrellas que Zeus le había regalado como señal de su eterno amor.

Otro suspiro y la madeja había rodado a un lado en tanto que Zeus miraba al techo como si no lo hubiese visto nunca.  Una idea que se deshilachaba en mil preguntas acababa de asaltarlo.  ¿Por qué quedarse? ¿Qué lo ataba?.  No había nada en el Olimpo para él ya; ni su familia, ni sus súbditos ni siquiera el amor estaban ya allí para él, entonces ¿Por qué continuar alli?.  Las respuestas a todo aquello eran tan sencillas que hasta ganas le daban de llorar de lo estúpido que había sido.

La verdad era que ya nada lo ataba, quedarse había sido una tonteria de su parte e iba a ponerle una solución rápida a aquella situación suya.

Y así... sin despedirse de nadie, sin dar explicación alguna, ni darle muchas más vueltas a nada; el esplendoroso león comenzó a desvanecerse en una lluvia de polvo de estrellas que fue de pronto llevada de manera cuidadosa por un suave susurro del viento; y mientras esto ocurría el dios pensaba en lo que haría durante los próximos años... Buscaría a su amado sin duda, aunque lo más seguro fuese que su hermoso copero tardase un tiempo en reencarnar, y por lo tanto él encontrarlo. Bien, entonces conocería de primera mano el mundo de los humanos, y luego de aprender a manejarse en él, lo disfrutaría al lado de su amado.  Sencillo y eficaz, como todo buen plan.

Finalmente la suave estela de dorado polvo se perdió del todo, y la divina presencia desapareció del Olimpo.

**********

Cinco años después, un pequeño bebé al abrir sus ojos le daba al dios de dioses su primera visión de lo que era ser un ser humano... una experiencia que resultó por extremo gratificante cuando unos amorosos y maternales brazos lo cobijaron con cariño en tanto que un hombre emocionado daba las gracias por su primer y esperado hijo... no que Gaia fuese una mala madre, pero Zeus nunca tuvo una reacción como esa de su desalmado padre.

Ante aquello un pensamiento llegó a su mente antes que ninguno... debió de haber hecho aquello desde hacía ya mucho tiempo atrás.  Un segundo pensamiento llegó poco después, tenía hambre.

Y alegre, el adorable bebé comenzó a llorar.

Fin del primer capítulo.

Notas de la autora.

O.o juro que no se porque he iniciado este fic... NI SIQUIERA esta en mi lista de fics por hacer T-T pero no pude evitarlo... allí estaba yo el martes con unos amigos (incluido Vilito) conversando luego de ver Narnia >_> y de pronto llegó toda esta conversación sobre Mitología, y allí estaba yo reviviendo mi eterno amor por el mito de Zeus y Ganimedes (así como por el de Hades y Perséfone, pero esa es otra historia) -__- , y luego comenzamos todos a hablar de nuestros respectivos fics yaoi, que los slash, que las parejas favoritas, que Saint Seiya; en fin... y sin poder evitarlo mi mente voló y voló y este fic cortito (porque será cortito, máximo dos capítulos más) nació.

Así que espero Vilito que te guste este fic, con romance y comedia; un poquito picante por aqui y por allá, es con cariño para ti.

Un besho para todos y espero que les guste >-> cualquier comentario es siempre bienvenido. 

Apapachos felinos y besos babosos con miaulove

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).