Segundo viaje: Aprendiendo a pelar papas en el Vaticano.
La santa Sede. Sin duda el sujeto internacional más rico y pequeño de todo el mundo terrestre. No es propiamente un país, pero se le reconoce como tal en algunos casos. Uno de sus elementos representativos sería la existencia del Jefe de Jefes. El Papa. Un pederasta… un hombre dedicado a ser el Jefe de ese Estado y el Máximo representante de la Iglesia católica mundialmente concebida.
Y después de esa presentación absurda, difícil de entender, innecesaria, aquí entra lo verdaderamente interesante.
−Entonces… -habló Mukuro, arreglándose los cabellos con suma gracia, entallando la punta de su pie sobre un escalón esponjoso y de color crema –, Hey, Byakuran –llamó al dueño de sus quincenas –¿Ves a quién estoy aplastando? –y pegó un fuerte zapatazo sobre una cabeza castaña.
−¡Mukuro! –Lanzó el grito –¡Es el papa!
−… Oh, pero qué pena Kufufu.
−¿Ahora qué? –preguntó y vio cómo su amante bajaba de un brinco al suelo, dejando al pontífice con temblores y con una enorme huella de zapato en su cabeza.
−Bah, ya lo pide la tierra… tendrá un bonito funeral, lo juro –levantó la mano enguantada, negra y juro solemnemente mientras echaba tierra con el pie a la cara del Supremo.
−¡No! ¡Suplántalo!
−Sueñas que voy a tomar su lugar –alegó sentándose sobre la columna blanca del Jefe, con sumo aire de dignidad, mirando en rededor y bostezando –, te toca, anda, desnúdalo y ponte esas enaguas.
−Son ropas sagradas.
−Es una túnica de Mago Barato, a todo esto, ¿En qué año estaremos?
−Humm… -sin presentar verdadera atención, quitó a su novio de ese lugar y le quitó la ropa cremosa al Papa –, oh, vaya –miró al cuerpecito del pontífice, éste tenía un par de calzones de castidad tatuados en patos de color amarillo –, de seguro es virgen… iwwww toqué algo puro –y se apartó rápidamente de allí –, ¿Ya lo viste? Se parece a Tsunayoshi-kun.
−¿Eh? ¿Qué dijiste? No te oí –dijo Mukuro fingiendo demencia mientras traía un par de palas y picos, con la mano izquierda y jalaba a Tsuna-Papa con la derecha para llevarlo a la fosa recién hecha en ese bello jardín verde donde habían aterrizado gracias a la fastidiosa máquina del tiempo inventada por un científico loco.
−Mukuro, Mukuro, sigue vivo.
−¿Y eso a mi me importa por~?
−¡Mira! ¡Estamos en los jardines! –chilló emocionado el conejo y se escapó de Mukuro –. Oh, Mukuro-kun estuviste apunto de enterrar vivo al Papa en este recinto de…
−Oremos por el alma de este pobre mundano –cantaba Rokudo con las manos unidas en plegaria.
−¿Eres más cruel que yo? –y se empezó a poner la capa de Batman.
−Claro –bufó –, veremos que tal la haces de Papa… a ver, ensayemos, porque estás a milenios de ser similar a ese adefesio –miró despectivamente la Tumba de Tsuna-Papa.
−Owww, ¿Te parezco guapo entonces?
−No, simplemente estás canoso, eso me recuerda –de su espalda sacó una peluca de color castaño –, póntela.
−Oye, Mukuro-kun, ¿Sabías que íbamos a terminar sustituyendo a un Papa Castaño?
−¡Claro!... que no. Le arranqué el cuero cabelludo a ese imbécil –dicho esto se dispuso a caminar por los bellísimos pasillos.
−Tengo un prometido algo problemático –dijo con dulce ironía y le fue siguiendo.
+ : : : : +
−Toma, acaba de llegar esto.
−¿Qué es? –inquirió Byakuran sentado en el Trono Papal, tomó el documento lacrado con bordes de oro y lo abrió.
−Un trabajo, envíame si quieres –respondía Mukuro, sentado cerca de Byakuran, había tomado ropas de un interno cercano y vualá.
−Pero es hasta América, aunque aún en estos tiempos no se le llama así, además –se detuvo.
−¿Qué? –miró al papa impostor, con seriedad.
−Se trata de quemar a una mujer.
−Es una bruja, recuerda que sin importar la época debes ser enemigo de los Herejes –no tuvo necesidad de continuar.
−Su nombre es extraño.
−Está loca –le quitó la hoja de las manos –, se encuentra en la Selva.
−¿Tienes idea de cuánto nos llevaría llegar allí?
−¿Qué vienes conmigo, Su Alteza papal? –se sentó al borde del escritorio, tocando la barbilla de Byakuran, con vehemencia antes de chocar sus labios con los del Altísimo.
El Santo, si, claro, no perdió el tiempo y jaló a su querubín hasta las piernas.
−¿Podemos jugar a provocar la Ira de Dios? –ronroneó Byakuran.
−Podría. Sería muy interesante, Kufufufu –y pasó sus manos alrededor del cuello del Papa. Besándolo otra vez, con calma –, pero antes –se levantó de un salto ágil –, tienes que Consagrar Varios lugares –le miró de soslayo, le divirtió la cara de enojo en su pareja.
−Ya me las pagarás~ Mukuro-Cardenal-kun~
+ : : : : +
−Yo nombro este lugar andrajoso como la Taberna De la Sagrada Trinidad –dijo Byakuran sin mucho ton ni son.
−Su Santidad –le interrumpió un subordinado con sumo respeto –, no iba así –le murmuró.
−¿A no?
−No, usted debía…
−¡Digamos Salud, de cualquier forma! –y quién sabe de dónde sacó una enorme botella de vino y la rompió.
+ : : : : +
-Su inminencia –le llamó un guardia a las dos de la mañana.
En la habitación estaban Byakuran y Mukuro, éste último con una fortaleza hecha de almohadas para evitar que alguien le tomase en la noche.
−¿Nnn? –se quejó desde su lugar –¿Qué ya es hora?
−No –respondió desde la puerta –, le trajimos lo que pidió ayer.
El Papa Sustituto no vio más remedio que levantarse y abrir la puerta de madera. Sus ojos se pusieron como piedras cuando se dio cuenta del paquetote que venía desnudo. Literalmente, piensen mal.
−¿Un esclavo desnudo? –Byakuran se cubrió la mirada –, ¿Yo pedí esto?
−Errr, si, cada noche. En lo personal, nos estábamos empezando a preocupar –añadía –, porque su harem lo extraña. Se los hubiéramos enviado por la entrada secreta –le guiñó un ojo y encogió el hombro derecho –pero, por alguna razón está cerrada, ¿Es que ya está pensando en mujeres, Su Santidad?
−Ejemp~ pues te diré~
−Regresa a la cama ahora –gimoteó Mukuro que sentía la fría ausencia de su pareja en el lecho.
El guardia por curiosidad elevó un poco la mirada y se encontró con un precioso chico, mucho más delicado que las monstruosidades que Tsuna-Papa solía desear.
−Ah, verás –le empezó a explicar el Papa actual –, ahora me encanta, fascina, DAR –dicho lo cual cerró la puerta de un golpe.
+ : : : : +
−Kufufufu, sí que fue divertido, ¿No?
−Arg, silencio –masculló el Papa.
−No me calles –se cruzó de brazos –, culpa mía no es.
−¡Debiste detenerme!
Mukuro le miró con gesto de pocos amigos.
−¡Su inminencia, sé que será una grosería –imitaba la voz de una muchachita –, pero qué significa Papa? A lo que le respondiste: P. A. P. A. Puto Autoritario Propietario de Anos.
En la habitación reinó el canto de los grillos.
−Hey –decía Mukuro –, yo no tengo la culpa que la bruja quisiera ponerte en ridículo.
−¡Ella puso las palabras en mi boca! ¡Lo juro!
−Independientemente –se cruzó de brazos –, ya lo arruinaste.
−¡Que la quemen! Es más… ¡Que se forme la Santa Inquisición ahora mismo!
−Espera –Mukuro sacó un calendario –, eso está programado para dentro de un Papado más. Mala suerte.
−¡Entonces que esta sea la primera! –y sacó un par de cerillos para empezar a reírse malvadamente.
−Creo que sería mejor volver a buscar esa máquina. Quiero darme un baño decente; no contigo en una enorme tina con agua caliente y llena de pétalos.
−¡Aparte de traidor me echas en cara que no te he podido tocar, infeliz!
−Kufufufu
−¡No te rías o te violo!
−¡Inténtalo idiota, lo mínimo que te puedo hacer es castrarte!
Y en las sombras, surgió una sombra.
No.
No era la bruja.
−Imhotep~ Imhotep*~ -ese chillido lastimero provenía de la antigua boca papal.
−Ups, parece que Tsunayoshi-Papa-kun ya despertó de su siesta. Tienes razón, Mukuro –dijo repentinamente convencido, se quitó las ropas y regresó a su vestidura normal –, ya estuvo bueno de tanta Santidad. Huyamos.
*Canto Zombi de la película “La Momia” xD*