Besó sensualmente los labios de la chica, sosteniéndola con dulzura de la cintura. Durante aquel pequeño contacto no cerró sus ojos en ningún momento, quería ver cómo reaccionaba ella. Naturalmente… pasó lo mismo que con otros.
La joven se desmayó en sus brazos sin ni si quiera haberse separado de sus labios. Un pequeño hilillo de sangre caía de su boca. Jamás lo encontraría. A su pareja.
Su plan era muy fácil. Ir a una discoteca e invitar un trago a una bella muchacha, o muchacho. Si, el azabache no tenía problema con ello, podía probar ambos bandos. Pero no encontraba muchos hombres dispuestos a aceptar tal ofrecimiento de un extraño y menos si deseaba besarte. Debía ir a un lugar especial donde se juntasen los homosexuales. La cuestión fundamental era que si esa persona tras el beso desfallecía, no era la correcta, además de que causaba un pequeño daño dentro de su cuerpo. Pero no era nada crítico para que muriese.
Dejó apoyada a la mujer contra la pared del sitio nocturno y siguió probando suerte. El problema era que le estaba creyendo a su hermano. Lo odiaba por saberse perfecto, pero lo que dijo antes que saliera de casa lo dejó muy pensativo.
¿Y si era verdad?
¿Si eran los únicos que quedaban de la raza pura?
Jamás encontraría su alma gemela. Y no podría relacionarse con un humano, eso era deshonroso.
Viviría por la eternidad, completamente solo.
OOoOO
Estaban sentados tranquilamente viendo televisión. La puerta fue abierta y el menor los miró con mala cara.
—Parece que hoy tampoco tuviste suerte. Lo siento hermanito.
—¡No me jodas, Itachi!-golpeó la puerta al cerrarla con los nudillos cerrados.
—Hey, no quiero más cosas rotas en casa. Luego no pagas los daños-reclamó, un rubio de cabello largo amarrado en una coleta y ojos azules.
—Sasuke, cálmate-pidió el mayor serio.
—Si… si es verdad…-sus largos mechones cubrieron sus ojos llenos de decepción y de miedo-Si ya no hay más como nosotros… si somos, solo nosotros, yo…
—Hermano-se puso de pie del sofá y llegó hasta él, abrazándolo-Nos tienes a nosotros.
—¡No es lo mismo, Itachi!-lo separó bruscamente de él-¡Tú y Deidara, son pareja desde hace 500 años! ¡No quiero permanecer solo eternamente!
—Lo siento. Sasuke… tu unión vino lamentablemente justo ahora. En la actualidad, nuestra raza ya se ha extinguido, humanos en tiempos antiguos han permanecido cazándonos y esto es lo que ocurre. Sé que estás desesperado por unirte a alguien y vivir con esa persona eternamente, pero como ya te dije… es difícil imaginar que quede alguien de nosotros vivo aun.
—Itachi, no desanimes a tu hermano con eso. Nosotros estanos aquí, de seguro hay algunos sobrevivientes.
—Pero Dei…
—Sasuke, no pierdas la esperanza aun. Estoy seguro que hay alguien esperando por ti. Esa persona seguramente todavía no está despierta, o acaba de hacerlo y está buscando su unión. Tú solo continúa buscando como vienes haciéndolo.
—Llevo años haciéndolo… Deidara-y con la voz fría, se perdió en el pasillo oscuro hasta su cuarto.
—Eres un tonto-susurra su pareja.
—Dei, no quiero mentirle-se sentó nuevamente a su lado.
—Debe ser muy doloroso, no poder compartir la vida eterna con una persona que te ame.
—¡Yo nunca dejare de amarle!
—¿No lo entiendes? Tks… Sasuke necesita una pareja para amar, tú eres su hermano. El quiere más que cariño de nosotros y espero que lo encuentre en estos días, meses, años…
OoO
—Oe, Naruto… ¿A dónde vas?
—Necesito tomar aire-sonrió-Sigan bailando, ya vuelvo.
Un lugar de mala muerte dirían algunos, pero ese boliche era muy divertido. A un lado estaban los estrechos callejones y la tranquilidad de la noche acompañando al joven rubio.
Estaba bailando con una muchacha muy atractiva y compitiendo con sus amigos quien se llevaba a su pareja de baile a la cama. Pero dejó el juego y fue interceptado por Kiba. Mintió acerca del aire, la verdad era que estaba muy mal.
Se apoyó contra el ladrillo húmedo alejado del barullo, de repente apareció gran cantidad de sudor en su rostro, en todo su cuerpo. Puso su mano en la frente, estaba ardiendo. Y entendió que aquel malestar no era fiebre, era algo más… complejo.
No le daba gracia lo que estaba sucediéndole a su cuerpo. No estaba asustado y no era un ignorante, sus padres ya se lo habían hecho saber. Después de todo, acababa de cumplir 150 años lo que en años humanos serían 18 años solamente. Y él como un ser entrando en la etapa final de su madurez, era esencial cierta información.
Cerró sus ojos y trató de hacer memoria a lo dicho por sus padres.
—Llegara el momento en que despiertes, hijo.
—¿De qué hablas?
—Tu instinto más básico. Tu cuerpo reaccionara ante aquella persona que sea tu igual.
—Los humanos lo llaman, reproducción o apareamiento-comentó, su madre-Pero nosotros lo denominamos unión. Solo puede lograrse con dos seres de raza pura. Un humano está prohibido, y sabes ¿Por qué?
—Porque no viven mucho tiempo-contestó serio.
—Exacto. No conviene enamorarse porque luego sufrimos la soledad. Hijo en estos tiempos, los nuestros han ido desapareciendo. No quiero pensar que vivirás eternamente solo…
—Mamá…
—Mujer u hombre, no importa. Si llegas a encontrar uno de los dos no lo sueltes, podrías no tener otra oportunidad de unirte.
—¿Cómo sabré si es de mi especie?
—Para buscar pareja, normalmente se besa a una persona. Si desmaya o presenta algún indicio de daño en su cuerpo, déjala. Si permites que te siga besando podrías matarla-respondió, la pelirroja.
—Nuestra fuerza es extrema, en un ser humano podría destrozar su cuerpo. Ten cuidado hijo. Y cuando llegué el momento, no pierdas tiempo, tus rasgos vampíricos serán vistos delante de todos y tendrás que huir.
—Mierda.
Que desafortunada era su larga vida en ese momento. Solo quería divertirse, y ahora, tenía que buscar su pareja.
—¡Naruto!
Escuchó que lo llamaban, apretó sus puños, salió corriendo metiéndose en uno de los callejones. No podía dejar que lo vieran. Que vieran su rostro.
Comenzó a llorar, su vida con sus amigos humanos estaba muy cerca de terminar. Paró arrodillándose en el piso frio y repleto de basura, se tocó los labios, metió un dedo en su boca y ahí estaban otra vez.
Sus colmillos.