—Padres…
Minato Namikaze y Kushina Uzumaki le observaron serios. La pelirroja acarició su cabellera rubia y le sonrió. El cambio en su pequeño era inmenso. Sus ojos estaban totalmente rojos, sus marquitas de nacimiento, acentuadas y las uñas de sus manos eran garras.
—No quiero.
La respuesta firme de su hijo les tomó por sorpresa.
—¿Cómo dices?
—No quiero una pareja. Quiero estar solo.
—Pensé que ya lo habíamos hablado, hijo-respondió seria su madre-No quería que quedaras solo con nosotros solamente. Si existe todavía alguien de nuestra especie, debes unirte a ella.
—Imagínanos, hijo. En 300 años, seguirás solo y con nosotros. ¿No es triste? Yo tengo a tu madre para amarle siempre, tus nos tienes a nosotros para bridarte nuestro cariño y apoyo. Pero el amor se extiende a nuevos horizontes, ¿No deseas amar a alguien además de nosotros?
—Estaba feliz hasta ahora…-susurró-Y de repente me llega esto. Buscar alguien con quien pasar mis días largos, pero no me agrada la idea. Buscar alguien de mi especie y unirme sin ni si quiera conocernos. Tú y mamá se criaron juntos, es fácil saber que se querían. Pero yo no busco un amor desconocido. No pienso atarme a nadie-comenzó a levantar la voz-¡Quiera estar solo!-acto seguido salió corriendo de su hogar.
—¡Naruto!
—¿Qué haremos, Minato…? Naru estará solo siempre… ¿Qué le sucede?
—Tú lo sabes, amor. Nuestro hijo…
Quería ser humano.
OoO
—Voy a salir-anunció, fríamente tomando una chaqueta negra del perchero.
—Son las cuatro de la mañana, ¿A dónde vas?
—Es bueno dar una vuelta. Quizás tenga suerte…-Itachi vio su tristeza en sus ojos y no se opuso.
—Suerte.
Sasuke sonrió levemente y cerró la puerta.
OoO
Se mantenía alejado de todos los habitantes. Buscó un lugar donde solo la naturaleza y el sonido del rio lo tranquilizase. La oscuridad lo acompañaba y sus ojos rojos brillaban en ella intensamente.
Se sentó junto al rio y miró la corriente moverse en una sola dirección. Ojala supiera qué dirección debía seguir él mismo. Sus ojos comenzaron a llorar al mirarse en el reflejo del agua y con la luz de la luna, pudo ver su sufrimiento.
—Un monstruo como yo… no puede tener amigos… ¡¡¡ODIO SER ESTO!!!-borró la imagen del agua y de inmediato se tiró en ella, su cuerpo comenzó a flotar sin esforzarse el mismo.
Las estrellas eran resplandecientes y contempló la luna enorme.
—Yo no quería nacer…-susurró en la oscuridad y la luz de la luna-Nacer así. Soy anormal…-sus lágrimas se deslizaban de sus mejillas y caían al agua mezclándose-Vivir siempre es doloroso. Veré a los humanos que he conocido… morir y yo… seguiré joven… ¡Aaaaaaaaaaaaahh!-pegó un fuerte alarido de frustración. La ira lo dominaba. Se puso de pie y caminó sobre el agua como un ser sobrenatural. Se detuvo y agarró una de sus manos, con las garras de la otra, se abrió las venas de la muñeca.
No siento dolor.
La herida en cuestión de segundos desangró y cayó la sangre al rio siendo llevaba por la corriente. Pero solo fueron segundos, se cerró al instante sin dejar cicatriz.
Sus labios curvearon una amarga sonrisa.
—¡Soy un maldito monstruo! Ja, ja, ja… ¡No puedo morir!
Nadie le escuchaba, o eso creía…
—Yo tampoco.
La voz detrás de él cerca de su oreja le causó un gran estremecimiento. Avanzó con gran agilidad hacia adelante y se paró en el centro del agua.
Y entonces lo vio. Sus ojos eran rojos brillantes en la oscuridad, tal como los suyos.
—¿Eres…?
—Un vampiro, como tú-comenzó a avanzar hacia él.
—¡No te acerques!-hizo un gruñido de amenaza mostrando sus colmillos y las garras en modo defensivo.
El azabache sonrió. No había duda, era uno de ellos.
—¿A dónde te ocultabas? ¿Sabes cuánto te he estado buscando?
—¡Dije que te alejes!
—No quiero.
Sintió el escalofrió cerca de su cuello. Ese sujeto era tan rápido como él. Estaba hace poco a solo unos pasos y ahora detrás. Pero no iba a dejarse humillar, desapareció de su vista y Sasuke lo buscó con la mirada nocturna en la orilla del rio.
—No me jodas, imbécil. Ve a buscar a otro. Yo no estoy para jugar. Impides mi muerte.
El moreno frunció el seño.
—¡No podemos morir!-gritó desde el agua.
—Quería… intentarlo.
Sasuke vio sus lágrimas y sintió algo demasiado doloroso dentro de él.
—¡Sé mi pareja!
El rubio miró sorprendido. Él también estaba en su misma situación.
—Tengo 155 años… y no he podido encontrar a alguien como yo. Debo suponer que acabas de despertar y tienes 150 años. No sabes como soñaba con este momento.
—¿Acostarte con otro hombre?-preguntó con burla-Me imagino…
—¡No es eso!-apretó sus puños. De repente, Naruto lo tenía frente a él-No deseo solo eso. Quiero estar con alguien, no vivir solo por toda la eternidad. Tengo un hermano y el ya tiene su pareja, se aman. Yo… quiero lo mismo que ellos.
—¡Aléjate!-desapareció de su visión y reapareció en el rio hondo-¡¿No entiendes?! ¡¡Quiero estar solo!!¡¡Vivir solo!! ¡ODIO ESTA MIERDA! ¡NUNCA PEDÍ NACER, NO DE ESTA MANERA TAN VACÍA!
—¡No voy a permitirlo! He esperado años para encontrarte, no voy a dejarte escapar.
Sasuke apareció juntó a él y lo tomó de las muñecas. Naruto intento removerse, ese tipo tenía demasiada fuerza igual que él.
El azabache admiró cada detalle de su rostro. Sus rubios cabellos y sus ojos rojos como lo suyos. ¿Cómo sería en su modo oculto? Su piel, su piel era deseable a simple vista.
—Eres hermoso-susurró, acercándose a sus labios.
—¡Lo que digas!-como pudo, libero una de sus manos y arañó la tez pálida del moreno. Este retrocedió por la sorpresa no por el daño-Desaparece de mi vida, idiota. No quiero volver a verte. Búscate a alguien mas a quien atar, me gusta salir y vivir la vida de los humanos. No deseo pasar los días eternos a tu lado, una vida monótona es un infierno.
—No tiene que ser así. Cumpliría con todo lo que me pidieras. Ser mi pareja implica darte todos los gustos.
Naruto le dio la espalda y apretó los puños.
—Ni si quiera me conoces…
—Yo…
—No buscó pareja, Uchiha Sasuke. Espero tengas suerte y consigas alguien a quien atar a tu lado.
—Así que lees la mente. Impresionante-sonrió.
—Adiós.
Vio a Naruto impulsar sus pies y dar asombroso salto de árbol en árbol. Eran enormes y los saltaba como si nada. Antes de perderlo de vista levantó su voz fuerte en lo alto.
—¡No me rendiré! ¡¿Me oyes?! ¡ERES MI PAREJA!
Sasuke idiota…
OoO
—Sasuke, por fin vienes, son las seis de la mañana. ¿Dónde estuviste?
—Déjalo, es grandecito para cuidarse-reclamó, Deidara-Mejor pregúntale por esa sonrisa de idiota que lleva en el rostro.
—Hermano, tú…
El joven azabache se dejó caer en el sofá frente a la atenta mirada del dúo. Y los miró con una sonrisa llena de argullo.
—Lo encontré, Itachi, Deidara… es un hombre, un hermoso rubio. Pero será difícil lidiar con él. No importa-sus ojos brillaban de emoción-Amo los retos.
(Continuará)