No había ido a su casa. Se la había pasado toda la noche fuera, pensativo.
Sobre él.
Sobre Sasuke.
Se puso de pie de la banca y admiró en la plaza vacía, ponerse el sol en el horizonte. Agradecía no ser esos vampiros de las películas que lamentablemente eran débiles o morían al contacto de la luz mañanera.
Suspiró.
Tenía que regresar y lo sabía. Pero no tenía ganas de volver a discutir lo mismo y planeaba ocultarles el hecho de que… alguien lo quería de pareja. Que no eran los únicos y que para pena de él, era otro hombre, no una mujer. A simple vista le pareció un estúpido, un imbécil orgulloso y que se mostraba firme ante sus palabras.
Pero no negaba algo… y pensaba mantenerlo oculto en su mente.
Es atractivo.
Chasqueó la lengua con molestia y pateó una piedra cerca de sus pies. Se dispuso a salir de allí al lugar que había frecuentado con anterioridad. El bosque y el lago lejos de los ruidos de los vehículos, voces y herramientas de construcción.
Quería paz absoluta.
Llegó en cinco minutos tomando rutas cortas usando su agilidad para evitar el tráfico de gente en las veredas. La agilidad de subir a los techos y saltar de uno en uno sin que la gente lo notase. Sus pies eran los más rápidos, hasta que… ese idiota apareció en su camino.
El moreno poseía la misma habilidad, ya no podía sentirse orgulloso de uno de sus talentos si el otro también lo tenía. Al menos le quedaba la lectura de mentes. Se preguntaba que otras técnicas escondía el azabache, pero luego apartó sus ridículos pensamientos.
¿Por qué pensaba en él?
Era las ocho de la mañana. Sintió el viento fresco tocar su piel y el canto de los pájaros. Amaba esa naturaleza tan tranquila. Cerró sus ojos y se relajó de inmediato. Se sentó cerca del rio tal como antes, inclinó su cara y vio su reflejo en el rio.
Sus ojos azules.
Los rasgos vampíricos habían desaparecido tras alejarse de Sasuke esa madrugada. No lo supo antes hasta que paró en el agua para beber. Y se ahí se vio. Sus ojos, sus colmillos y sus uñas e incluso sus marcas en las mejillas ya no eran notorias. Todo estaba como antes. Se había sentido tan aliviado en ese momento, pero no podía arriesgarse.
No sabía controlar bien su trasformación. Despertó de la nada con el único propósito de avisarle de su situación ¿Amorosa? Como sea, que tenía que unirse.
—Cosa que no pasara nunca.
Luego sonrió. Sonrió porque el maldito pensaba que no lo había detectado con sus perfectos sentidos súper desarrollados.
—¡Sal de ahí, Sasuke!-gritó, a su alrededor observando cada árbol de la altura-¡¿Pensaste que no lo notaria?!
Un crujido de ramas se escuchó en el ambiente. La presencia se vio rápidamente descender de una rama bien alta en la copa del árbol y quedar frente al oji-azul.
—Buenos reflejos-sonrió-Sigues impresionándome. Sin duda… eres la pareja perfecta para mí.
—Sigue soñando-masculló-Ya te lo había advertido. Aunque sospechaba que te vería aquí. Pero no sé como supiste que estaría a esta hora.
—Igual que tu talento con la lectura de mentes, yo poseo un olfato muy desarrollado. Tu olor es muy intenso. Una vez que lo huelo, puedo saber dónde está esa persona a miles de kilómetros.
—Mierda.
—Necesito… no, de verdad ansió que te vuelvas parte de mí y yo de ti-respondió seriamente.
—Por favor…-se sentía exhausto con todo-De verdad no estoy con ganas de hablar. Quiero estar solo.
—Como lo has hecho todos estos años… es horrible la soledad.
—A mi no me lo parece.
—¿Sabes? Tienes unos ojos hermosos, iguales al color del cielo.
—¡N-no cambies te tema!
¿Por qué tartamudee?
—De verdad eres un hombre bellísimo. Dime tu nombre por favor-pidió de manera amable.
—¡No se me da la gana!
—Aaah-suspiró derrotado-Oye… no sé porque me odias, pero no daré mi brazo a torcer. No sabes cuánto he sufrido sintiendo que era el único y que solo pasaría el resto de mis días con mi hermano y su pareja. Y ahora que te encuentro, solo me lo impide tu mal humor. ¿Dime qué puedo hacer para agradarte?
—No te aparezcas más en mi existencia y te amaré de lejos.
Sasuke frunció el seño.
—Muy gracioso.
—Hablo en serio-le miró firme, miró su forma oculta como humano. Los ojos de él eran negros profundos, desvió la mirada porque sintió perderse en ellos al instante-Vete…
—No.
Sintió su aliento frio contra su cuello. Se estremeció y se dio vuelta viendo como ese tipo tomaba su cintura y lo apegaba a su cuerpo.
—¡¿Qué rayos crees que haces?!-gritó, histérico.
—Desde que te vi anoche he querido besarte. Tus labios se ven muy apetitosos.
Hizo uso de toda su fuerza para soltarse de él. Entre movimientos y Sasuke resistiéndose, llegaron a la orilla del lago y Naruto sonrió.
—Idiota…-susurró. Acto seguido se mandó para atrás con todo su peso y agarrando al mismo Sasuke de la espalda.
Cayeron al rio irremediablemente.
Naturalmente, Naruto pudo deshacerse del agarre del ojinegro. La parte en la que habían caído no era nada profunda. El agua les llegaba hasta casi llegando a la cintura.
Sonrió al ver al moreno escupir agua de sus labios y verlo todo empapado. Pero el también lo estaba.
—Gracias por el baño-contestó con sorna.
—Me hubieras soltado-le reclamó-Y el agua no te dañara, sabes.
—Solo quería…-dejó cubrir sus ojos por su flequillo-un solo beso, pero veo que es imposible llevarse contigo.
¿Se rendía? ¿Tan fácilmente?
—No volveré a molestarte. Tienes mi palabra.
No lo comprendía. ¿Por qué?
—Adiós, rubio…-le dio la espalda y comenzó a caminar a la orilla.
Puedo oírte.
Puedo escucharte perfectamente.
¡Ya basta!
Apretó sus puños conteniendo ese dolor expandirse por su cabeza.
Vio a Sasuke estar a punto de salir del agua. No podía soportarlo.
—¡¡Deja de llorar!!
El azabache se detuvo de golpe, pero no le miró.
—Lo siento… olvide que… podías leer mi mente. No pude evitarlo.
—Mi nombre es… Naruto. Recuérdalo muy bien, si no te pateare el trasero.
Sasuke rió. Lo sintió detrás suyo y sintió sus brazos darle la vuelta a su cuerpo. Se miraron intensamente.
—Lo hiciste a propósito, ¿Verdad?
Sonrió de medio lado.
—En parte-el rubio tenía ganas de matarlo, que pena que no pudiera matarse ni el mismo-Pero…-sus ojos azules le miraron inexpresivos-De verdad… que ya no sé cómo debo hacerte saber… que deseo ser tu pareja. No soy de rendirme tan fácilmente, pero contigo siento que no tengo muchas armas a mi favor. Sé que no puedo obligarte, Naruto… lindo nombre, te queda-sonrió-Puedo asegurarte que mi interior estaba poniéndose algo triste por tu rechazo. Perdón por molestarte tanto.
—Eres persistente… o eso creí. No sé porque, pero… quiero conocerte más.
Sasuke abrió los ojos sorprendido.
—Tal vez… tengas razón. No me gustaría pasar todo el tiempo solo con mis padres-su voz era de tristeza.
—Naruto…
—Quieres unirte a mí, ¿Verdad? Si no resulta como lo espero tienes que prometerme algo, Uchiha.
—¿De verdad quieres…?-¿Ese rubio era bipolar o qué?
—Si no resulta…-acercó sus manos a la camisa de Sasuke, en segundos la desabrochó admirado su pecho lampiño de piel blanca-me dejaras en paz.
El moreno asintió algo aturdido por lo rápido que todo estaba sucediendo.
—Y si resulta… si siento algo por ti…-lo miró a los ojos fijamente-Seré tu pareja eternamente.
Sasuke sonrió feliz.
—Prometo no defraudarte y hacerte feliz toda mi vida.
—No te adelantes a los hechos, Sasuke.
—Créeme… que lo pasaras de maravilla.
Naruto miró que estaban en el agua y no le importó. Tomó la mano de Sasuke bajo ella, y agarró el hombro del moreno subiendo la manga de la camisa.
Acercó su rostro, vio sus labios.
Espero no arrepentirme de esto.
Y le plantó un beso lento y de cierta forma lleno de ternura. Cerraron sus ojos dejándose llevar. Sasuke deslizó su mano hasta el brazo del rubio, era delicioso…
Sus labios eran realmente deliciosos.
Naruto… te conozco poco, pero siento que estanos destinados a estar juntos.
Por favor… ámame, porque yo… ya caí a tus pies.
(Continuará)