—¡¡Maldito!!
Estaba lloviendo. Uno de ellos sacó a relucir su más profundo secreto. El azabache golpeó en el rostro al que era su mejor amigo. Sus nudillos se llenaron de sangre. El chico se levantó con la mirada gacha y los labios sangrando.
—¡¿Por qué?!-gritó colérico-¡Maldición!-se tocó la frente desesperado.
—Sasuke…
—¡No digas mi nombre, eres… eres asqueroso! ¡Qué asco!-se limpió los labios una y otra vez con la manga.
El rubio de ojos azules lo observó destrozado por sus acciones.
—Ya no será como antes… a partir de ahora, olvídate de mí, Naruto. No te hablaré en la escuela ni en ningún otro lugar. Haz de cuenta que no existo, porque así pensare yo.
—¡Sasuke!-caminó hacia él
El ojinegro lo empujó haciéndolo tambalear en medio de la lluvia.
—¡Homosexual de mierda! ¿Cómo pude hacerme amigo de un gay?
Las lágrimas pronto acudieron a los ojos azules. Miró a Sasuke por última vez y salió corriendo de aquella cueva. La cueva donde se había ocultado de la tormenta, todavía no paraba, pero poco le importaba. Tenía el corazón desgarrado.
Sasuke se apoyó contra la pared rocosa. Tenía las ropas completamente empapadas y llevaba un cigarrillo en manos que fue lo único que se salvó del agua, ya que el propio Uchiha lo tapaba.
Se tocó los labios sintiendo mucha confusión en su interior.
Luego… todo fue lágrimas.
OOoOO
Facultad.
—Espero que todos hayan estudiado para su examen-habló el profesor repartiendo copias en cada pupitre-Y al que le vea sospechosamente mirándole la hoja a su compañero se le quitara el examen y no tendrá oportunidad de recuperar, sean honestos en lo que hacen.
El oji-noche miraba por la ventana perdido en sus pensamientos. Ese día también estaba lloviendo. De alguna manera, los días grises siempre le trasmitían tristeza y vacío. Naruto había sido el único con el que había compartido tantas cosas de su vida, y ahora, estaba solo en el pupitre sin él a su lado y los demás haciendo sus cosas. Ignorándolo.
A nadie le agradaba la personalidad del azabache tan cerrado. Era inteligente, arrogante y cualquiera que le molestase o le desafiara pagaba las consecuencias. Conclusión, la clase le temía.
Ese rubio había sido el único lazo que lo había hecho vivir realmente.
Y lo había perdido.
—¡¡Te amo, Sasuke!!
Apretó los nudillos.
—¡Joven Uchiha! ¡Le estoy hablando!
Sus ojos cambiaron de dirección y miró al mayor que estaba molesto por no prestarle atención.
—Lo siento-se disculpó fríamente.
Pasó una semana. Sasuke se hizo el duro y ocultaba su dolorosa preocupación. Los profesores no decían nada y parecía no importarles.
Dos semanas.
Sasuke estaba desesperado. Pero a la vista de sus compañeros era el mismo chico frio y silencioso.
Tres semanas. Fue su límite. Cuando vio al profesor Kakashi entrar al salón se puso de pie con la intención de preguntarle por la ausencia de Naruto.
Pero ates vio sus ojos. El mayor mostraba angustia. Sasuke volvió a su asiento.
—Debo anunciarles algo muy triste. Acabamos de enterarnos que el alumno Naruto Namikaze se ha suicidado.
¿¿Qué??
¿¿Qué??
—¡ESO ES MENTIRA!
Los estudiantes miraron a Sasuke totalmente alterado. Se levantó tan rápido que tiró la silla al piso.
—Joven Uchiha, sugiero que se calme por favor.
—¡¡ES MENTIRA!! ¡¡NARUTO NO HARÍA ESO!!
—¡Joven Sasuke!
Salió corriendo tomando rápidamente sus útiles dejando a más de uno sorprendido. Pasó el salón y chocó unos cuantos alumnos de otro salón en el pasillo, llegó al exterior y no paró hasta llegar a casa de Naruto.
Cuando llegó, encontró camiones de bomberos apagando el incendio de la casa de su amigo. Todo estaba hecho cenizas.
—No… no…-la voz le temblaba y solo pudo llorar en medio del vecindario, ignorado por los bomberos que cumplían su trabajo y los vecinos que solo miraban el suceso atemorizados y hablando mal de aquella persona que vivía sola en su casa.
Si, su amigo vivía solo. No tenía padres, escapó de sus padrastros a la edad de 16 y se arregló como pudo en el mundo. El rubio había sido independiente desde esa edad.
Se retiró por el mismo lugar llorando.
OOoOO
—¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhh!!! ¡¡¡Aaaaaaaaaahhhh!!!
Los alaridos de dolor eran escuchados desde la casa. Sasuke estaba gritando en el patio mirando el cielo a la sombra de un árbol.
—¡Hermano!
—No vayas, Itachi-su madre lo detuvo del brazo.
—Se lastimara la garganta.
—Tiene que liberarse y es la única manera de lograrlo. Déjalo solo-comentó triste.
Naruto…
—¡¡Aaaaaaaaaaaaaaahhhh!!-se dejó caer al piso devastado con los ojos rojos y la falta de aire en sus pulmones.
Quedó sin voz al estar gritando más de media hora.
OOoOO
—Todos piensan que estás muerto, tks… que problemático.
—Que piensen lo que quieran, je… aunque casi me voy lejos, Shika-se tomó la muñeca vendada.
—¿Por qué lo hiciste?
—Sentí que debía hacerlo…
—Sasuke te rechaza y quieres quitarte la vida. Eso es ridículo.
—Yo…-bajó la mirada.
—Solo trata de no cortarte las venas nuevamente. Tuviste suerte que esa herida no fuera tan profunda. ¿Qué harás ahora que no tienes casa?
Recogió la mochila del suelo y se la puso en la espalda.
—Vivir en un lugar donde no sea discriminado. Y encontrare una persona que me ame-sonrió ampliamente.
Shikamaru vio que el tren venía hacia ellos. Lo abrazó y largó un par de lágrimas.
—Suerte. No olvides escribirme.
—No lo haré.
El tren salió pronto de la estación. Naruto haría su vida lejos de la persona que amó con todo su ser. Trataría de olvidarlo y buscar su felicidad en otra parte.
Adiós, teme…
“Naruto… porque me dejaste, maldito usuratonkachi”
Perdóname…
Perdóname, dobe.
